El cuatro de mayo de 1988, Cruyff aparece en Barcelona para firmar, por fin, su contrato con el F.C. Barcelona como manager—aún no posee la licencia de entrenador, la Federación se niega a tramitarla sin aprobar los cursos pertinentes pese a la experiencia de Johan en la liga holandesa— y lo primero que hace es dar una rueda de prensa donde deja claras varias cosas: la primera, el tópico, es decir, “No prometo títulos, sino espectáculo, mi reto es ver el Camp Nou lleno y no vacío, como este año”; la segunda, una profecía que se acabaría cumpliendo: “Tengo la intención de marcar una época excepcional en este gran club que, como digo, es mi casa” y la tercera, un recado para los jugadores: “El presidente es el que paga y quien no esté de acuerdo con él ya se puede ir yendo”.
25 años después, es fácil decir que todo el mundo recibió a Cruyff con los brazos abiertos y que era el ídolo que pedía la afición, el “hijo pródigo” que volvía 15 años después con una buena colección de títulos con el Ajax —dos Copas y una Recopa— a la espalda y la seguridad de quien conoce dónde está cada enchufe del vestuario. Puede que parte de esa afirmación sea verdad pero se obvia una parte muy importante: el Barcelona estaba en plena guerra civil y en una guerra civil todo el mundo es sospechoso.
Apenas seis días antes, la plantilla del Barça, reunida en el famoso hotel Hesperia, ha pedido la dimisión de la Junta Directiva y en concreto la de su presidente, José Luis Núñez, por diferencias insalvables y engaños continuos en las negociaciones, filtraciones interesadas a la prensa incluidas. El clima es irrespirable pese a la Copa del Rey que el equipo es capaz de ganar en unas condiciones dificilísimas. Las pañoladas se suceden en el Camp Nou al mismo ritmo que las derrotas, el equipo termina sexto una liga en la que dos entrenadores se han repartido el puesto: las primeras cuatro jornadas, el cadáver viviente de Terry Venables, de ahí en adelante, Luis Aragonés, a sus 48 años, incapaz de girar el rumbo del vestuario.
El propio Luis Aragonés, que ha estado al lado de los jugadores en todo el proceso del Hesperia, afirma nada más conocer el fichaje de Cruyff: “Se me ha comunicado después de que saliera en televisión” y afea al holandés y a la junta directiva el gesto. Preguntado por las declaraciones de Cruyff defendiendo a Núñez “por ser el que paga”, el capitán Migueli, que llegó a coincidir en la plantilla con “El Flaco” como jugador, deja claro que a él “lo que le importa no es el dinero, sino que los 100.000 que vienen vean a su equipo dejarlo todo en el campo”. Otro ilustre, Rojo, advierte: “Si solo va a contar con jugadores que estén de acuerdo con el presidente, le van a quedar muy pocos”.
La división en la grada queda patente de primeras, en la presentación del equipo del 22 de julio de 1988. El discurso del presidente es recibido con tímidas protestas y bastantes aplausos, igual que el de Johan Cruyff, que parece haber puesto algo de orden en la plantilla, fichando nada menos que a diez jugadores y dando la baja a otros 13. Cuando Alexanko, como capitán, coge el micrófono, la pitada es tal que apenas se le escucha. El defensa, consciente, abrevia su discurso y lo deja en un par de frases sin sustancia. Núñez sonríe pletórico y declara posteriormente: “La afición no acepta a aquellos jugadores que no saben respetar la institución”. Alexanko había sido de los más activos en la primavera anterior y el vicepresidente Nicolás Casaus llegó a anunciar su dimisión si el jugador seguía en el equipo.
Cruyff, sin embargo, se enfada. Mucho. Coge de nuevo el micrófono y dice: “Me parece muy bien que me aplaudáis a mí y que aplaudáis al presidente, pero no me gusta nada que silbéis a un jugador que yo mismo he elegido como capitán. No es la mejor manera de empezar si no queremos que las cosas vayan como el año pasado”. La primera en la frente. En dos meses, Cruyff se ha enfrentado directa o indirectamente al entrenador con contrato en vigor, a los jugadores más díscolos, al presidente y a la afición. En ocasiones, cambiando de idea sobre el mismo problema. Así serán los ocho años siguientes. Durante los cuatro del Dream Team, su independencia se respetará sin problemas… pero a lo largo de los dos primeros los encontronazos le dejarían contra las cuerdas en más de una ocasión.
Repasamos aquí los diez partidos en los que Cruyff y su futuro “Dream Team” estuvieron a punto de irse al garete. Las diez grandes decepciones de un hombre que vino para acabar con la dictadura del Real Madrid y tardó dos largos años en conseguirlo.
Temporada 1988-1989
Altas: López-Rekarte, Aloisio, Eusebio, Bakero, Begiristáin, Salinas, Unzúe, Soler, Valverde, Manolo Hierro, Romerito
Canteranos: Amor, Milla, Roura, Serer
Bajas: Gerardo, Moratalla, Víctor, Schuster, Urruti, Calderé, Clos, Covelo, Manolo, Pedraza, López López, Amarilla, Nayim
21/09/1988 REAL MADRID 2-BARCELONA 0. IDA SUPERCOPA
Once inicial: Zubizarreta; López Rekarte, Alexanko, Julio Alberto; Milla, Roberto, Bakero, Soler; Carrasco, Begiristain, Julio Salinas
Cruyff tiene un plácido inicio de temporada: tres victorias fáciles para empezar con un equipo que aún intenta acostumbrarse al 3-4-3 que el entrenador trae de Holanda. Dos laterales que puedan hacer de marcadores en un momento dado, un central contundente acompañado de un medio centro que también pueda retrasar su posición para jugar de líbero, dos interiores, un media punta para liberar juego a los costados o devolver el balón atrás como Bakero, fichado de la excelente Real Sociedad, dos extremos abiertos pero que hagan diagonales constantes hacia el área y un delantero centro de referencia.
El problema es que el delantero que a Cruyff le gusta es Julio Salinas y no Gary Lineker, la gran estrella de los años pasados, el internacional inglés que se hincha a marcar goles en los Mundiales y que se ha convertido, tras la marcha de Schuster al Madrid, en el jugador más conocido de la plantilla del Barcelona. La relación entre Lineker y Cruyff es pésima y el inglés no es el único que se pierde en la maraña de números y geometrías difusas en que se convierte la pizarra del vestuario. A menudo, Cruyff lo mandará a la banda, para que se mate a correr y sus carencias queden al descubierto ante un público que aún lo idolatra por sus goles frente al Madrid.
Y es en Madrid, precisamente, contra Bernd Schuster y los suyos, donde Cruyff se pega su primera torta, justo frente al equipo al que ha venido a derrocar. El tres veces campeón de Liga recibe en el Bernabéu al campeón de Copa con ganas de afianzar la jerarquía. Cruyff recurre a una alineación nunca vista en un escenario así, insiste en el 3-4-3 y el pivote vuelve a ser Milla, un canterano salido de la nada que se hace con ese puesto. En liga, contra el Elche, ha debutado también Jordi Roura, que acabará como segundo entrenador de Tito Vilanova 25 años después.
La defensa del Barcelona queda, pues, en manos de Alexanko, López Rekarte, Julio Alberto y las ayudas del chaval de 22 años. La primera parte acaba con 0-0 pero las sensaciones son magníficas: el Madrid sigue con los problemas que le vienen acompañando en este problemático principio de temporada y Salinas falla un gol cantado a pase de Milla, que se está comiendo a Schuster en el medio del campo. Sin embargo, todo cambia en la segunda parte cuando al poco de empezar, Michel recibe en la frontal un pase de Butragueño y se saca un disparo portentoso que Zubi solo puede rechazar precisamente a pies del ocho madridista, quien vuelve a sacar el martillo de su pierna izquierda a pasear y empotra el 1-0 en la portería.
A partir de ahí, caos e inseguridad. Poca profundidad en ataque. Sale Eusebio por Carrasco para dar más consistencia al medio del campo pero nada cambia. El Madrid huele sangre y va por el segundo: lo encuentra en el minuto 78, por medio, cómo no, de Hugo Sánchez. Hay algo de obra inacabada en el partido del Barcelona: no ha dado mala imagen, no ha sido inferior… pero se va con dos goles de desventaja al partido de vuelta. Cruyff declara en rueda de prensa: “El equipo tiene que ser más valiente, ir a lo suyo, los jugadores no pueden echarse atrás porque jueguen fuera de casa”. Aparte, culpa a Urbano, el sustituto de Julio Alberto, del segundo gol, un gesto marca de la casa. No se aprecian nervios, solo cierta insatisfacción. “Podemos remontar en la vuelta”, avisa el holandés, pero no, un gol de Butragueño al poco de empezar pone la eliminatoria imposible para los barcelonistas, que, aun así, se imponen 2-1 con dos goles de Bakero.
22/10/1988 BARCELONA 1- LECH POZNAN 1. OCTAVOS RECOPA
Once inicial: Zubizarreta; López Rekarte, Serna, Soler; Aloisio, Roberto, Milla, Bakero; Carrasco, Begiristain, Lineker
Llega la Recopa como bálsamo. No es una competición cualquiera: los aficionados aún recuerdan los triunfos de 1979 y 1982 en medio de la gran sequía de aquellos años. Incluso Núñez se estrenó en la presidencia con ese título. Cuatro días antes, el Barça ha sufrido su segunda derrota en el Bernabéu, una derrota dolorosa, con gol de Gordillo en el minuto 81, que le ha costado un liderato que no volverá a recuperar en el resto de la temporada.
El partido es ideal para redimirse y el primer gol llega en el minuto 26 tras unas manos torpes a la salida de un córner en área polaca. Después de eso, la nada. Una enorme siesta entre el “run-run” de los apenas 30.000 espectadores que la toman con Aloisio, incapaz de generar juego desde su puesto de pivote. En la segunda parte, Lineker tiene el 2-0 pero envía el balón al travesaño y solo un minuto después, el Poznan empata por mediación de Pachelski. El “run-run” se convierte en bronca y silbidos, esa constante en el Camp Nou en los años 80. Por más que lo intenta con la entrada de Salinas, el Barça no juega a nada y la decepción es enorme. Tras el partido, los dardos vuelan de nuevo: Cruyff acusa a los jugadores de tomarse el partido “como si fuera un amistoso” y niega cualquier responsabilidad táctica.
Núñez recibe a la prensa con cara de póker y un mensaje claro: “No sé qué decir sobre Aloisio porque hoy no ha jugado en su posición”. Efectivamente, el brasileño ha jugado por delante de la defensa, combinando con Milla y Roberto, para acabar perdido como interior derecho. Es el primer toque público a las decisiones de Cruyff y al holandés no le gusta ni un pelo. Una derrota y un empate han servido para que el barco se desestabilice de nuevo. Por si fuera poco, Hacienda sigue investigando el contrato de Schuster y Núñez tiene que ir a los tribunales a defenderse.
El equipo gana como puede (1-0) al Zaragoza y empata a cero en Valladolid, alejándose un poco más del Madrid. En el partido de vuelta en Poznan, el Lech se adelanta de penalti y Roberto empata poco después tras pase de Eusebio. La prórroga parece llegar en mejor momento para los blaugrana… pero Cruyff decide cambiar a Lineker y meter en su lugar ¡a Alexanko! Los periodistas no se lo pueden creer y a los jugadores les cuesta. El central vasco se pone a jugar de “nueve” y lógicamente no ve la bola, llegando el partido a los penaltis.
Cualquier tanda de penaltis con Zubizarreta en tu portería es de temer, y más si tu especialista —Roberto— falla el primero y tu revulsivo —el citado Alexanko— es capaz de fallar su penalti dos veces. Aun así, Zubi para uno y los polacos fallan dos, el último de ellos estrellándose aparatosamente contra el larguero. El Barça está en cuartos. La primera gran crisis se retrasa pero todo el mundo está de acuerdo en una cosa: que nadie entiende nada.
12/04/1989 ATLÉTICO DE MADRID 4- BARCELONA 0. VUELTA CUARTOS COPA DEL REY
Once inicial: Zubizarreta; Serna, Aloisio, Alexanko, Julio Alberto; Amor, Eusebio, Roberto; Soler, Lineker, Julio Salinas
La temporada avanza entre sobresaltos y la sensación de que cualquier cosa es posible menos la liga, donde el Madrid continúa avasallando y aprovechándose de una excesiva irregularidad del Barcelona, que no sufre tanto en defensa como en ataque, incapaz demasiadas veces de pasar del empate a cero con Lineker ya suplicando el traspaso, completamente mareado, y Salinas con sus rachas habituales de todo o nada. A la aparición de Milla a principio de temporada como timonel del equipo hay que añadirle el descubrimiento de Guillermo Amor, que poco a poco se va haciendo un hueco en el equipo, bien como pivote, bien como interior derecho, a veces, si hace falta, incluso extremo.
Con todo, la cosa va relativamente bien, es decir, al menos el equipo no va sexto sino segundo y con cierta ventaja sobre el tercero, el Valencia. El primero está lejos, sí, pero a cuatro puntos y tiene que visitar el Camp Nou. En la Recopa, el equipo ha sufrido una barbaridad contra el Aarhus pero ya está en semifinales, donde se enfrentará al CSKA de Sofía, conocido también por el nombre de Sredets por una cuestión política, y que cuenta en sus filas con dos jóvenes llamados Lubo Penev y Hristo Stoichkov.
En esas llega el cruce con el Atlético de Madrid en cuartos de final de la Copa del Rey. La ida, en el Nou Camp acaba con un 3-3. Con estos dos equipos, ya se sabe. Al Atleti lo preside Gil y lo entrena cualquiera, en este caso, Colin Addison, que había venido de segundo de Ron Atkinson y no le importó quedarse en el puesto una vez echaron a su jefe. El resultado no es bueno aunque por entonces aún no se ha instaurado lo del valor doble de los goles fuera de casa en la Copa, pero Cruyff sorprende a todos con una alineación más bien defensiva que vuelve a enviar a Lineker a la banda derecha en beneficio de Salinas, ariete indiscutible.
El resultado no puede ser peor: el Barça no genera peligro y atrás es un auténtico coladero. A los ocho minutos, el vigente campeón pierde 2-0 y Cruyff decide cambiar a Alexanko por Carrasco. No mejorará el juego ni el marcador: el 3-0 llega en el minuto 24, obra de Baltazar en lanzamiento de falta directa. Antes del descanso, Manolo marca el cuarto. El ruido y la furia. El Calderón es una fiesta y el vestuario blaugrana arde. En rueda de prensa, Cruyff vuelve a tirar balones fuera. No le importa la derrota ni su contundencia. No parece importarle nada. Ha firmado por un año, el que le queda a Núñez como presidente y ese año acaba en junio. Cuando le preguntan por las críticas del propio Núñez, el holandés responde que no es el momento y que ya hablará de ese tema más adelante.
¿Qué tema? Ahora mismo se lo cuento, sigan leyendo.
15/04/1989 BARCELONA 0-VALLADOLID 0. JORNADA 29. LIGA
Once inicial: Zubizarreta; Serna, Aloisio, López Rekarte; Milla, Eusebio, Roberto, Romerito; Valverde, Lineker, Begiristáin
El tema está ahí, en el medio del campo, a veces cayendo a banda, en general pasando desapercibido salvo porque es imposible que pase desapercibido: Romerito es un jugador paraguayo de 30 años completamente desconocido al que Cruyff se ha empeñado en fichar justo antes del partido decisivo en el Camp Nou ante el Real Madrid, el partido que podría meter al Barcelona en la lucha por la liga y dejar la ventaja blanca en apenas dos puntos.
El primer despropósito es el precio del fichaje: 60 millones de pesetas por lo que no deja de ser una cesión hasta el final de temporada. Además, parece dejar fuera del equipo de manera práctica a Gary Lineker, el objetivo de Cruyff desde principio de temporada, y para rematar el paraguayo llega en avión un jueves y el domingo ya está jugando ante el Madrid, fallando dos goles cantados. Núñez está que se sube por las paredes. Tiene las elecciones a días vista con Ronald Koeman bajo el brazo, así que no quiere problemas ante un Sixte Cambra que no parece inquietar en las encuestas y que no consigue aprovechar el filón de un nuñismo desorientado.
En esas circunstancias, Romerito se convierte en un quebradero de cabeza, casi un chiste. Antes del partido clave de Copa ante el Atlético de Madrid, diez días después del fichaje, Núñez ya lo califica como “un fracaso”. No se respira un gran clima en Can Barça. Cruyff prefiere no contestar al principio pero luego lo deja claro: “Leo muchas tonterías últimamente en la prensa”. Nadie se explica qué hace ese jugador en el equipo y nadie se explica que el presidente que lo ha fichado eche encima a todo el público solo tres partidos después.
El encuentro ante el Valladolid se prepara mal y se convierte casi en un plebiscito. Nadie está a lo que tiene que estar y los pucelanos sacan un digno empate a cero. El Madrid viene de perder su primer partido en liga y la decepción es aún mayor: el público silba a sus jugadores, a su técnico y a su presidente, según toque: es el tercer empate a cero en los últimos cuatro partidos en casa y el cuarto en cinco si sumamos otro 0-0 en Zaragoza. La liga se escapa sin meter un solo gol y encima Romerito se lesiona el peroné, teniendo que jugar 30 minutos cojeando, casi igual que Milla, sorprendente blanco de las iras del público.
Lineker tiene el gol pero se encuentra con el poste, igual que Begiristáin. El Valladolid marca pero el árbitro anula el gol por un fuera de juego más que dudoso. Al final del partido, Cruyff relativiza el pinchazo y la ineficacia cara a puerta y mira al frente cara al partido ante el Sredets en Recopa. El partido en el que se jugará media temporada. Por el camino, deja otro de sus mensajes, esta vez no contra ningún jugador ni contra ningún directivo sino contra el público, igual que hiciera en su discurso de bienvenida: “El equipo necesita la ayuda de los aficionados”, dice, pero los aficionados se temen un año en blanco, cosa que Salinas no entiende: “Antes teníamos un equipo y un sistema maravillosos y ahora no servimos para nada”. La historia de siempre. La liga se escapará con una improbable derrota en Murcia (2-0) cuando el equipo parecía estar mejor que nunca.
En Recopa, pese a un magnífico gol de Stoichkov en el Camp Nou, el Barcelona consigue llegar a la final y ganarse la oportunidad de salvar la temporada.
10/05/1989 BARCELONA 2-SAMPDORIA 0. FINAL RECOPA
Once inicial: Zubizarreta; Urbano, Alexanko, Aloisio; Milla, Roberto, Amor, Eusebio; Begiristáin, Salinas, Lineker
Un año después del título de Copa contra la Real Sociedad, el Barcelona vuelve a una final. Como hemos visto, aún hay cierta tensión en el ambiente pero esta vez no hay motines ni comunicados. Si la relación entre Núñez y los jugadores no se ha calmado —que parece difícil— al menos lo parece y a eso ayuda una revolución total en el equipo. De los díscolos, solo queda Alexanko en el once inicial que Cruyff pone en liza ante la Sampdoria de Vialli y Mancini, prácticamente la misma Sampdoria de Wembley 1992, aunque con Boskov en el banquillo y Víctor Muñoz sobre el campo.
Ese once es el reflejo de un año de evolución de cruyffismo, el resumen perfecto de esta primera temporada: para empezar, el holandés pone su 3-4-3 como apuesta irrenunciable. El jugador más criticado del año, apuesta personal, es decir, Aloisio, es titular. Milla dirige al equipo junto al otro canterano, Guillermo Amor. Eusebio, cuya evolución ha sido impresionante, completa un medio campo de toque y posesión mientras Roberto intenta estar en todas partes. Arriba, los dos grandes goleadores: Txiki y Salinas… más la presencia de Lineker en la banda derecha, la polémica posición que Cruyff le viene reservando desde principio de temporada.
El equipo no va sexto en liga, sino segundo. Por supuesto, todo el mundo quiere ganar pero no hay esa sensación de vacío, de vértigo, que había el año anterior y que habrá, como veremos, el siguiente. Para calmar el asunto aún más, a los cuatro minutos marca Julio Salinas en una jugada que inicia con brillantez Lineker en la banda mientras Cruyff parece mirar al palco con cara de “ya lo decía yo”. El público desplazado a Berna se vuelve loco. Berna, la ciudad donde el Barcelona perdiera la final de la Copa de Europa de 1961, aquel Barcelona de Ramallets, Suárez y Kubala; Berna, la ciudad de la redención donde los jugadores azulgrana siguen fallando goles cantados como en su día los fallaron Koksis y Czibor. El partido debería estar sentenciado al descanso, pero sigue 1-0. Ancara patirem.
Un Milla extenuado deja su lugar a Miquel Soler. Minutos más tarde, López Rekarte entra por Begiristáin, para cerrar más el marcador. Son dos cambios clave porque de sus botas sale el segundo gol: carrera impresionante del lateral-extremo y remate de Rekarte en contraataque, como si de un delantero se tratara. Es el 2-0, momento de euforia en el banquillo culé para todos menos para Cruyff que reordena el equipo, como si ganar fuera la cosa más natural del mundo en su caso. Hasta cierto punto, lo es. En rueda de prensa, exultante, remarca la clave del partido: “Lo mejor es que lo planteado ha salido bien… y hemos acertado de pleno con los cambios”. Cuando se pierde, la táctica no importa. Cuando se gana, la táctica lo es todo. Así es Cruyff y así hay que quererle. Acaba un primer año prometedor, víspera de una temporada donde todo el proyecto estará varias veces a punto de venirse abajo.
(Continua)
por suerte no me acuerdo de los 2 primeros años de cruyff. pero si del resto y no se porque aun no tiene una estatua al lado de kubala en el camp nou.
a de C. en 89 años
2 recopas
3 copas de ferias
10 ligas
21 copas
1 supercopa de España
d. de C en 25 años
4 champions
2 mundiales de clubs
2 recopas
4 supercopas de europa
11 ligas
9 supercopas de españa
5 copas del rey
No tiene estatua porque como jugador se tocó las narices en cuatro de los cinco años que estuvo en can Barça, a diferencia de Kubala, que fue un jugador que dio todo en diez años como culé. Salvo la primera temporada (73-74), en que jugó de escándalo, el resto de su estancia allí fue absolutamente intrascendente, y eso llegó al Barcelona con 26 años, luego no es que estuviera acabado precisamente. Y como entrenador, sí, dejó un legado impresionante, pero también se recuerda su desmedida soberbia, sus desplantes y que él solito se encargó de destruir el maravilloso dream team que había creado, aunque Laudrup y Stoichkov ya no quieran recordar lo mal que acabaron con Johan. De ver a Laudrup y Romario en el 94, la afición pasó al año siguiente a disfrutar de Korneev, Escaich y Prosinecky…Pese a eso, su figura en la historia del Barcelona es incontestable.
En el 94 el FC Barcelona invirtió menos de 1.000 millones de pesetas en fichajes, el más caro Gica Hagi (400). El resto baratos o gratis (caso de Korneyev o Prosinecki). Esa misma temporada hubo un cambio de ciclo porque muchos jugadores se retiraron (Koeman, Bakero, etc…) y para sustituirlos no se invirtió un duro.
Dos años después (destituido Cruyff a finales de la temporada 95-96) el Barça se gasta 5.800 millones en fichajes. La temporada anterior Cruyff habia subido a Ivan de la Peña, Roger, Oscar, etc…
De lo que se quejó mucho Cruyff durante su etapa como entrenador es de que el dinero tenía que estar en el campo, no en el banco.
Ese «a de C.» suena a idolatría.
Llevaba razón el otro cuando decía que el fútbol es el opio del pueblo.
Sólo hay un dios verdadero, Cruyff, y Guardiola es su profeta.
Solo un pequeño detalle: en catalán se escribe «Encara patirem» (aún vamos a sufrir)
Gracias por el artículo. Aquí están algunos de mis primeros recuerdos como barcelonista. Aquella tanda de penalties con el Lech Poznan la recuerdo como si fuera ayer, Alexanco fallando dos veces seguidas y Zubi parando el penalti decisivo, uno de los pocos que se le han visto parar (qué malo era Zubi, madre mía). Tenía yo 9 años.
Romerito, el cerdo con el nombre de Brito Arceo, el pisotón de Stoichkov a Urizar, Busquets padre metiéndose con el balón dentro de la portería en el Ali Sami Yen… Y ahora están dos partidos sin ganar y ya hablan de crisis. Cómo ha cambiado la película.
Muy buen artículo con gran ritmo argumental, que es lo que hace falta para engancharse a escritos que versan sobre temas sobadísimos, como éste.
PD: Se escribe «encara», que significa aún.
Un entrenador polémico, egoísta y caprichoso, que se pone medallas cuando gana y echa balones fuera cuando pierde, que impone su autoridad absoluta a los jugadores y echa a vacas sagradas del vestuario… pero al que, si se deja trabajar, garantiza ganar títulos y marcar una época histórica.
Mmmm… ¿de qué me suena a mí esta historia? Tiene que ser bastante reciente, porque es realmente familiar. No sé, no sé, no caigo…
Buen apunte!
La Liga para mi en los comienzos de los 90 es el Pc Fútbol. Estas historias me generan una extraña nostalgia. Muy bueno. Espero la segunda parte!
Ya, ya, debía ser muy malo ZUBI que estuvistéis 10 años a la deriva sin portero y sin rascar nada de nada, hasta que la suerte al despedir a reina os hizo vislumbrar al porterazo que tenéis ahora.
si hasta que llegó Rikjard, el Barça fue una mezcla de casa de putas y circo de pueblo…..¿no se acuerdan de la pitada a Gaspart?, ¿y el fichaje de Romerito?, ¿y la patada de Stoickov a Urizar Azpitarte (árbitro) que lo llegaron a convertir en un agravio a Cataluña?. Ahora que estos perdonavidas de Rossell y Guardiola presumen de seny (¿se dice así?), a los que tenemos años, nos entra la risa floja.
Para hablar de Cruyff hay que ponerse de pie. En los 70 como futbolista fue el lider de la Naranja Mecánica y en los 90 como entrenador el creador del Dream Team.
Con el buen fútbol llegan los grandes resultados.
Gracias Johan.
¿resultados?…..ganó una copa de Europa cuando el Milán AC no la jugó por haber sido expulsado por el escándalo de Marsella el año anterior. Al año siguiente jugaron juntos y le metieron 4-0 al gran Barca (y pudieron ser 7, el Barca no pasó de medio campo). Así que la copa de Europa contra la Sampdoria está como mínimo descafeinada. Y los resultados en liga, pues qué quieres que te diga: entrenar al Madrid o al Barcelona te da un 48 % de posibilidades de ganarla. Que es un riesgo bajo vamos. Y lo del tan cacareado fútbol de Johan cada vez que lo ví jugar contra equipos con altura, kilos y rapidez se llevaban un saco de goles (me viene ahora a la mente Atkinson de la Real Sociedad meterle 3 en el Campo Nuevo) y el gran Polster meterle 3 cada vez que se enfrentaba al Sevilla. Y JC cuando iba al Bernabéu le entraba unas diarreas de película: el desaguisado de Guardiola de líbero fue de portada de El Jueves.
Coincido. Me parece el personaje más influyente del fútbol moderno.
No, vamos a ver, el escánadalo de Marsella fue la impotencia del Milan contra su bestia negra y un gesto de prepotencia intolerable. La Copa de Europa ganada en Wembley se ganó contra el campeón del scudetto, es decir, la Sampdoria, no el Milan. El Milan que le mete 4 goles al Barcelona en Atenas es otro Milan, y aquel Barcelona… bueno, digamos que estaba practicamente roto por dentro. Capello es el que puede darse con un canto en los dientes, no porque no mereciera ganar aquel partido, pero sí porque las condiciones fueron perfectas para que sucediera lo que sucedió. De otra manera, el Barcelona era el favorito porque en principio, efectivamente, era mejor equipo. Igual que era mejor que la Sampdoria.
El resto de tu diatriba anti-cruyffista denota la ignorancia del concepto futbolístico de Cruyff, de dónde viene, de su época como jugador incluso. Te recomiendo que te veas algunos partidos del Ajax de los 70 y entenderás muchas cosas. Poner a Guardiola de líbero sólo tiene sentido si se ve desde esa perspectiva. Desde la perspectiva pragmatista de un Mourinho, por ejemplo, es un desaguisado, claro. Se que hay admiradores de ese futbol o lo que sea, por eso es tan valioso Cruyff, por haber defendido que lo importante de este juego no es si Guardiola es líbero o mediocentro, sino el hecho de que a esto se juega con la pelota en los pies, y que el protagonista es el balón, la esencia del juego. Y eso está por encima de discusiones tácticas y posicionales.
Desde estos conceptos hubo resultados, ahí están, ni descafeinados ni nada -como si aquella Sampdoria fuese un equipito cualquiera-, y eso es indiscutible. Luego si funciona, y además resulta atractivo al público, no veo qué es lo que haya que discutir más que puntuales equivocaciones o traspiés como los del artículo; nada de eso enmienda lo demás
Me pongo en pie si me sale de los cascarones. Yo aborrecía a Cruyff y su asquerosa soberbia. El nuestro es un club humilde, que tuvo que luchar contra el franquismo y contra los ladrones del Madrid que todo lo roban. Cruyff era (y es) un chulo. Y a los chulos no los quiero ni en pintura. Eso no va con nuestros valores.
Pues ese equipo que añoras era un equipo pequeño y el que deja Cruyff es un equipo enorme. Si lo que quieres es ganar una Liga cada 10 años, algun titulo cada cierto tiempo y clamar por robos, hay muchos clubes que te lo pueden dar.
Cómo mola verlo con el cigarro en la boca. No me negarán que tiene mucho más estilo que con un chupa-chups.
Bueno, bueno, no flipemos, Cruyff se hacía caquita cada vez que pisaba el Bernabéu, cosa que no hizo nunca Guardiola. Como jugador fue un genio,sí, pero un genio bastante vago, algo con el Ajax, algo con el Barsa, un poquito con Holanda, y a vivir. No fue al mundial 78 porque no le dió la gana. Punto. Luego se fue al Feyenoord, rival del Ajax, por un quítame allá esas pajas. Y como entrenador, sí, 4 títulos. Pero los 3 últimos ganados de aquella manera. Creó un equipo con jugadores desconocidos ( a Stoichkov no le conocía ni dios, y a Laudrup, pocos), pero cuando vió que ya no eran desconocidos sino vacas sagradas quiso volver a hacer lo mismo. Se cargó a Romario, Stoichkov y Laudrup, e intentó hacer lo mismo, con su yerno Angoy y su hijo Jordi…
Algunas cosas buenas tuvo, sí. Lo de el estilo y tal. es cierto, pero hay mucha literatura y mucho cuento de hadas también.
El gran mérito de Cruyff es dotar al Barcelona de un estilo definido en lo futbolístico que antes no tenía. Legó una forma de entender el fútbol, o «un testamento ideológico», como dijo Valdano en una entrevista. Como entrenador, entiendo que su influencia sólo se limitó a Can Barça. Capello, Mourinho y otros han sido más influyentes que Cruyff, dado que casi ningún equipo juega como el Barcelona. El famoso «dream team» era, en realidad, un equipo tremendamente vulnerable en defensa, pero que contagiaba la alegría por la rapidez y vistosidad de su fútbol. No fue el mejor de su época (ese título le corresponde al Milán de 1988 a 1994) pero valió la pena verlo, incluso a los merengones como un servidor aquel Barça resultaba mucho más entretenido que el de Guardiola, con tanto pasecito corto y poca velocidad, salvo las genialidades de Messi, evidentemente. Saludos
¿poca velocidad? la velocidad de balón con esa precisión no la ha tenido ningún otro equipo más que el barcelona de Guardiola. Esa pretensión era la que tenía Cruyff, por eso decía Rexach aquello de que «correr es de cobardes»… Guardiola supo encontrar los jugadores perfectos para jugar así. La diferencia con Cruyff fue reducir los riesgos defensivos a base de no soltar el balón, y eso se traduce en fases de partido donde los pases no son profundos, efectivamente. Pero aún así es preferible eso a un pase profundo que no llega a su destino
cuando digo poca velocidad no me refiero tanto a la circulación de la pelota, muy precisa, más con el Barcelona de Guardiola que con el de Cruyff, que a la ausencia de contragolpe. Me pareció deslumbrante el Barcelona de 2008-2009, con goles a la contra tremendos, con aquella pareja letal de galgos en la delantera (Henry y Etoo), con mucha más versatilidad que lo que Guardiola quiso después para su equipo (Ibrahimovic ya marcó la tendencia de delantero estático). El Barça de Cruyff, hasta la llegada de Romario, se caracterizó por una versatilidad, rapidez y movilidad de los jugadores mucho mayor. Como espectador prefiero a aquel equipo. Si fuera del culé, preferiría la solidez del Barça actual
Me entra la risa cada vez que leo lo de «Dream Team» para referirse al FC. Barcelona.
El único Dream Team fue la seleccion USA de baloncesto q acudio a los Juegos Olimpicos de Barcelona.
El intento nacional-patetico de comparar ambos equipos da ganas de llorar
Pues mira, lo que me acabo yo de reír de tu comentario, Luis.
Y yo me acabo reír de un chiste que me contaron el otro día, jaja. Luego en otro comentario os lo cuento, era muy bueno.
Pingback: Jot Down Cultural Magazine | Los diez partidos en los que Cruyff se jugó el despido antes de hacer el “Dream Team” (y II)
En esas circunstancias, Romerito se convierte en un quebradero de cabeza, casi un chiste. Antes del partido clave de Copa ante el Atlético de Madrid, diez días después del fichaje, Núñez ya lo califica como “un fracaso”. No se respira un gran clima en Can Barça. Cruyff prefiere no contestar al principio pero luego lo deja claro: “Leo muchas tonterías últimamente en la prensa”. Nadie se explica qué hace ese jugador en el equipo y nadie se explica que el presidente que lo ha fichado eche encima a todo el público solo tres partidos después.
:->Bueno,yo también cometo errores garrafales,sobre todo redactando,pero ahora,el problema de los periodistas es que existe la wikipedia(y no el mismo rodillo),y si no se estubiera hablando de un paraguayo y se estubiera hablando de un holandes de la epoca,etc,etc,la cosa cambiaria,aquí alguna razon menos chistosa. :-> Fue elegido el mejor jugador sudamericano en el año 1985. Además, ostenta la distinción de haber sido el único jugador paraguayo seleccionado por el ex-futbolista Pelé para conformar la lista avalada por la FIFA de los mejores 125 futbolistas vivos al momento de su publicación. se ganó la titularidad en los 2 encuentros de semifinales frente a Brasil, al anotar el gol del empate ante los brasileños que le dio el 2-2 final en el mítico estadio Maracaná de Río de Janeiro (habían vencido antes en Asunción 2-1) . En México 1986 anotó el gol del empate frente a los anfitriones mexicanos, que significó el 1-1, antes ganaron 1-0 a los Iraquíes y finalmente empataron con Bélgica 2-2 saliendo segundos de su grupo. En los octavos de final no pudieron con Lineker e Inglaterra, que los derrotó 3-0, terminado para Paraguay y Romero el sueño mundialista.
Vale destacar que popularmente es reconocido como uno de los mejores jugadores de la historia del Fluminense Football Club de Río de Janeiro debido a su vital aporte para la conquista del uno de los cuatro Campeonato Brasileño de Serie A que ha logrado el equipo carioca en toda su historia (1970 – 1984 – 2010 – 2012)
Por lo demás está muy bien artyculo Guillermo que hasta ahí te he leido,lo he disfrutado gracias.
Cruyff, sin embargo, se enfada. Mucho. Coge de nuevo el micrófono y dice: “Me parece muy bien que me aplaudáis a mí y que aplaudáis al presidente, pero no me gusta nada que silbéis a un jugador que yo mismo he elegido como capitán. No es la mejor manera de empezar si no queremos que las cosas vayan como el año pasado”. La primera en la frente. En dos meses, Cruyff se ha enfrentado directa o indirectamente al entrenador con contrato en vigor, a los jugadores más díscolos, al presidente y a la afición. En ocasiones, cambiando de idea sobre el mismo problema.
Chinaglia, Pelé y Franz Beckenbauer, tres de los jugadores de leyenda del New York Cosmos.
Con sus cuatro estrellas, el Cosmos ganó la Liga de 1977. Pelé se marchó al final de esa temporada pero los otros tres continuaron. Ganaron tres campeonatos más ( 1978.1980 y 1982) con los goles de Chinaglia, dueño del vestuario tras la marcha de O’Rei, en todas las finales y llegó algún jugador más de talla mundial como el holandés Neeskens o incluso Johan Cruyff que con el 30 a la espalda llegó a jugar algún amistoso antes de fichar por otro equipo de la Liga.En 1984, ante la imposibilidad de seguir moviendo tales cantidades de dinero para fichar a ese tipo de jugadores, el Cosmos desapareció después de 14 años de existencia y la NASL también.
Julio César Romero
New York Cosmos EE.UU 1980 – 1983
Fluminense Brasil 1984 – 1989
FC Barcelona España 1989
De la mano de Pelé que es el presidente honorífico y de Cantona como director técnico, el Cosmos, volverá a jugar en la temporada 2013/14 aunque lo hará desde la segunda categoría del fútbol norteamericano que curiosamente se llamará NASL.
Raúl sigue goleando con el Cosmos, esta vez de cabeza.
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