De entrada, dejémoslo claro, El hobbit, un viaje inesperado, es una película contra la que es fácil cargar. Su naturaleza de gigantesco producto comercial por triplicado la hace acreedora de todos los epítetos negativos imaginables. Con ello no quiero decir que la película no merezca ser criticada —faltaría más— o que haya opiniones certeras que remarquen el hecho de que no es una película redonda. Lo que sí está claro (el asunto ya asoma el morro por debajo de la puerta) es que una buena cantidad de las críticas negativas que recibirá el filme tendrán la misma solidez estructural que una empresa de Ruiz Mateos. Eso es porque películas como El hobbit, un viaje inesperado son auténticos punching-ball para los que creen que el cine comercial es una plaga y que lo único que deberíamos ver en la gran pantalla son historias más reales que la vida misma y —sobre todo— de gran carga dramática (al final llorar siempre ha resultado más plástico que reír o entretenerse) o que aceptan pulpo como animal de compañía si el que firma tiene la aureola de autor (Peter Jackson, aunque firmante de una obra maestra como Criaturas celestiales, no entra en esos parámetros). Sin embargo, donde debería argumentarse con maña se recurre al simplismo: que si los enanos son muchos, que si la película es muy larga, que si los personajes se pasan el metraje corriendo… no hay que navegar mucho por la red para darse un empacho de cinefilia de segunda mano. Ojo, es perfectamente normal que a uno no le guste El hobbit, pero seamos algo más agudos (y quisquillosos), por favor.
Decía el crítico del Telegraph que hay demasiados personajes (lo dicho: los enanos son muchos), con lo cual no se aprecia profundidad en ellos. Bueno, tamaña osadía (la de meter tantos enanos) cabría echársela en cara al bueno de Tolkien. De hecho, podríamos exhumar su cadáver y agarrarle por las solapas: ¿por qué no hizo el libro con un par de enanos, Bilbo y Gandalf? En cuanto a que no haya profundidad, si uno va a ver El hobbit buscando un retrato certero del alma humana en circunstancias difíciles es que tiene un problema de fondo. Los personajes de la película tienen entidad dramática, que a nadie le quepa la menor duda: la tiene Bilbo (magnífico Martin Freeman), la tiene Gandalf (maravilloso Ian McKellen), la tiene Thorin (sorprendente Richard Armitage) y la tiene el Gollum (el siempre brillante Andy Serkis, que roba la mitad de la función en menos de media hora). Pero aun así cabe recordar que Tolkien era un escritor de máximos: sus libros nadan en la épica, en la batalla perpetua entre el bien y el mal, no entendida tanto como un duelo de personajes como de conceptos: para él los rostros eran simples mensajeros, garantes de una idea. El Mordor de la Tierra Media es el reflejo de la Europa de la guerra (no olvidemos que aunque El hobbit fue publicado en 1932, El señor de los anillos vio la luz en 1954 pero su proceso de construcción coincidió con el final del conflicto bélico en el continente y el descubrimiento de los horrores del régimen nazi) y los referentes del autor, incluido su colega C.S. Lewis, abundaban en la (obvia) dicotomia que siempre representan el bien y el mal.
Dicho todo esto a modo de (obligada) introducción, El hobbit, un viaje inesperado está lejos del tono oscuro de El señor de los anillos y su mensaje es bastante menos tenebrista que el de su hermano mayor. Eso se nota desde el inicio en la nueva película de Peter Jackson (que sí, resulta a veces enojante en su obsesión por dilatar determinadas escenas), que se preocupa por asuntos futiles como el estómago de los enanos o su peculiar sentido de la aventura, pero que nunca entra a castigar a sus personajes (como sí hacía y de qué manera en la trilogía de los anillos). Aquí nadie arrastra el peso de la maldición, si bien Thorin puede ser el Aragorn de turno, y eso repercute en una narración más ligera, menos apelmazada, que transcurre plácidamente para el espectador a poco que este se relaje y disfrute del impresionante espectáculo visual del filme.
Cierto, a veces uno echa de menos la carga emocional que desprendían actores como Viggo Mortensen, Sean Bean, John Rhys-Davies o John Noble, pero es que el tono y la misión no son los mismos, tampoco vayamos a pedirle peras al olmo. El hobbit, un viaje inesperado es una película estupenda, hecha con ganas (algo inédito en Hollywood), vibrante en su última parte (que recuerda al clímax en las minas de Moria de La comunidad del anillo) pero reposada en su introducción y que aun cuando transcurre con más lentitud tiene mucho del Jackson más sabio, más perspicaz. Ello es obvio en la mirada del mencionado Martin Freeman (una elección impecable) o la multitud de pequeños detalles que adornan el conjunto. Comentario aparte son los extraordinarios actores ingleses (ya sea en espacio cerrados o a campo abierto) que pueblan la película. El trabajo coral es óptimo (no había otra opción, puede argumentarse) y la simbiosis de los distintos elementos resulta apabullante: la música de Howard Shore (llámenme loco, juraría que hay momentos en que suena como el mismísimo Basil Poledouris de Conan el Bárbaro), los efectos visuales de Weta o la dirección de Jackson son de primera clase. Más importante aún, el ritmo —en sentido ascendente— siempre parece correcto, más allá de las puntuales pérdidas de tiempo más propias de un portero de fútbol que un realizador de cine. Hay momentos gloriosos (el encuentro y la batalla posterior con el Goblin en las cuevas) y otros que lo son menos (esa comida pantagruélica al inicio), pero el equilibrio del conjunto es notable, guste o no.
Ahora bien, si El hobbit, un viaje inesperado es una (muy) buena película, cabe volver a plantearse lo de esta trilogía que está por llegar: ¿hacían falta tres películas? Por supuesto que no, con dos nos hubiéramos apañado y hay momentos en El hobbit en que uno lo intuye con asombrosa nitidez; ¿suena esto a maniobra comercial? Sí, a nadie le entra en la cabeza que a mitad de una obra de teatro el actor principal diga que quiere alargarse un par de horas si no es porque el beneficio será notable. ¿Nos quedamos con ganas de algo? La respuesta es de tres palabras: Guillermo del Toro. Algún día los astros nos sonreirán y Del Toro explicará por qué le arrebataron a su criatura de un día para otro, pero El hobbit, un viaje inesperado sin él es un hobbit más veloz, más musculoso, más escurridizo.
Peter Jackson tiene cara de oráculo desde que pergeñó la trilogía original. Es el padre, amante y esposo de todas esas páginas de Tolkien y en su afán por protegerlas puede ponerse muy pesado. Esa especie de sapiencia infusa puede resultar peligrosa para sus películas pero lo que nadie puede quitarle es su tremenda habilidad como director de cine que junto con el respeto —uno diría que reverencial— por el material original le convierte en seguro de vida para El hobbit. Los fans de Star Wars pagarían por tener a un tipo como él defendiendo la integridad de los jedis y esa es, seguramente, su mejor virtud: este tío se cree a los elfos, a los enanos, a los hobbits y a Gollum. A muchos les parecerá una estupidez, pero —que no les quepa duda— no lo es.
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«Eso es porque películas como El hobbit, un viaje inesperado son auténticos punching-ball para los que creen que el cine comercial es una plaga y que lo único que deberíamos ver en la gran pantalla son historias más reales que la vida misma».
A lo mejor por eso películas como las de Batman de Nolan, Looper, Inception, y más son alabadas por crítica y público, por sus «historias reales»…
Déjate de milongas. Si se critica a esta película (cosa que aún no ha sucedido) será por sacar de 300 páginas de libro, 3 películas con el sucio truco de alargar los diálogos hasta la extenuación, por transformar un cuento infantil para adultos en simplemente un cuento infantil para mentes planas o en intentar vendernos lo de los 48 fps como el invento más genial jamás creado.
Pero como he dicho, aún nadie la ha puesto a parir. Ya veremos.
¿Desde cuándo «El Hobbit» es un cuento infantil para adultos? Hasta donde yo sé, Tolkien lo escribió para sus hijos, que de adultos tenían poco. Vale que no es «El patito feo», pero tanto como «para adultos»…
Sobre las críticas, pasó lo mismo con «El Señor de los Anillos», y las más furibundas venían de los mayores fans de los libros, aunque bien pensado, ¿quién habría aguantado las canciones de Tom Bombadil durante media hora larga de película? Ahí le doy un voto de confianza a Jackson (a pesar de los elfos en Helm).
Donde sí estoy de acuerdo es que hacer tres películas se me antoja estirar demasiado la cuerda, por mucho Concilio Blanco y Nigromante que se metan en la historia.
Contando las horas para verla… lo más apasionante para verla en IMAX es que viene con 9 minutos de Star Trek (sí, soy una tolkeniana trekker, vaya mezcla!) y luego la película en sí, que si bien es cierto no me agradó para nada la idea de alargarla con tres películas (con 1 era suficiente porque el libro es ligero y entretenido así de corto) pero bueno, luego de los que Jackson hizo con la trilogía del Señor de los Anillos estoy dispuesta a ver su nueva trilogía, además que se adentrará en los apéndices y son historias muy buenas. Supongo que veremos la expulsión del Necromancer del bosque de Mirkwood… y a los hijos de Shelob, jeje.
Oh, la infausta Star Wars, creo q nadie se enojaría si se somete a revisión el pasado (las tres últimas pelis) y por obra y gracia de la fuerza (o Gandalf) se cambia la línea temporal, a lo terminator, jejejeje.
Buen artículo.
Los fans de Star Wars tenemos a un fenicio chaquetero como defensor de la saga y así le va.
Es leer que Jackson tiene un «respeto reverencial por la obra original» y automaticamente me acuerdo de la batalla del abismo de Helm con sus Elfos correteando alegremente por allí…. y a Legolas montado en su tabla de surf por las escaleras….
En fin, ser hard-friki es duro, uno nunca está contento… Pero la ración de merchandising barato y facilmente encontrable lo compensa todo un poco.
Creo que ni tres, ni dos películas, con una habría sido suficiente, por volumen de la obra escrita y por la propia historia, un pequeño (gran) cuento, pero bueno, dinero manda.
Si Peter Jackson hubiese hecho una sola película de un libro como El Hobbit, que poco tiene que ver en tono y estilo con El Señor de los Anillos, más de uno (y de dos y de tres) se le hubiese echado al cuello «¿Cómo se te ocurre sacar 11 años después de la anterior trilogía (nueve horas de aventura, épica, batallas, espectacularidad, fanfarria y fuegos artificiales) una película infantil sobre un grupo de enanos y un mago que van a matar a un dragón?» Es evidente que todos los que pagaron por ver las anteriores películas iban a pedir algo similar, no un paso atrás en lo que a acción, espectacularidad y despliege de medios se refiere. La decisión de rodar más de una película y de introducir en el relato elementos que la hagan más dinámica, densa y espectacular me parecen de lo más acertados (sobre todo desde el punto de vista comercial). Las reglas de la taquilla (que marcan los espectadores, no lo olvidemos) obligan a entregar algo que vaya más allá de lo ya visto.
Yo creo que, efectivamente dinero llama a dinero, y Jackson al final en vez de presentar dos películas de 3 horas nos va a presentar 3 de casi 3 horas cada una. Todo sacado de un libro de 300 páginas. Obviamente, introducirá cosas de cosecha propia, cosas que se intuyen en el libro y aquí aparecerán explícitamente, como las «misteriosas» desapariciones de Gandalf. Vamos, que (aunque comercialmente), esta trilogía va a ser una suerte de lo que fueron las versiones extendidas de la trilogía del anillo. Un montaje del director que puede hacer las delicias (o no) de los fans, pero que no sé yo hasta qué punto convencerá al espectador medio.
Voy a tardar en ver las tres películas casi lo mismo que tardé en leerme el libro, si eso no es estirar la historia que venga Dios y lo vea.
Perdón, pero voy a blasfemar.
Me leí El hobbit cuando era pequeño y ni me acuerdo casi de que va. Empecé El señor de los anillos y me rendí por ser pelín toston…
Y sin embargo soy fan de la trilogía de Jackson. Como aproximadamente otros mil millones (o así) de personas. Y de ellos, la inmensa mayoría (cazurros nosotros) somos de la opinión de «cuanto más mejor». Si me estoy equivocando, veremos el patinazo en taquilla. Aunque, sinceramente lo dudo.
¿Maniobra comercial? Claro. ¿Críticos insatisfechos? posiblemente.
Ahora, no seamos como esos autores que presumen de no hacer concesiones a la comercialidad y luego se quejan de que sus óbras maestras no va nadie a verlas…
Un poco en la línea de todos. Película del hobbit sí, pero con una basta.
Desconozco las sensaciones del no-lector cuando vio LOTR. Pero si fueron las mismas que la primera vez que me leí ESDLA, las preguntas e intereses que te surgen no las encuentras en el Hobbit, sino en muchas historias del Silmarillion. Bilbo, el Anillo y Gollum no tienen tanto interés como para ver una trilogía. De quien quieres saber más es de Sauron, de la maldición de los hombres, de la decadencia de lo elfos, de los magos…
Yo creo que en el Silmarillion hay historias bastante independientes para montar unas cuantas películas mucho más interesantes (incluso comercialmente) que el Hobbit.
Pero bueno, a ver si nos sorprende gratamente.
Buenas tardes Miguel, a mi las películas me decepcionaron muchísimo, vi la primera en el cine, ávido por ver recreado ese universo tan familiar (reconozco que en mi niñez y adolescencia leí ESDLA cinco veces), y las demás ya a cachos cuando las han pasado por la televisión, una oportunidad perdida. Opino como tu en lo referente al Hobbit y al Silmarillón, lo malo es que como te lea Peter Jackson vamos a tener trilogías de las historias de El Silmarillón hasta el final de los tiempos. Y luego tendrá Hoja de Niggle, otras tres o cuatro peliculas, y Las Aventuras de Tom Bombadil… Eso si no se mete también con La Historia de la Tierra Media, otros doce libros… Material no le falta.
El presupuesto de una película como el hobbit, se sostendría sólo con Merchandising y un par de películas, pero como cuento que es, se salta muchas fases y elipsis narrativas que pueden ser explotadas visualmente:
-Concilio blanco
-Expulsión de Sauron del bosque negro
-Historia de la enemistad de los elfos y los enanos
-Historia de los Beornidas
Con todo esto podría dar para dos películas, con sus versiones extendidas, su reedición en 3D, etc. veo excesivo que sean tres, pero no me pareció nada mala la gestión de Peter Jackson en torno al ESDLA, asi que démosle un voto de confianza..
Disfruté mucho de la trilogia del señor de los anillos en su momento pero la he vuelto a ver y me dormí en las tres.
Yo una iría a verla y con ganas, pero tres películas…que perezón, madre mía…pero claro, yo soy un macarra que se traga «Mal Gusto» al menos dos veces al año, así que, qué sabré yo…
Como Jackson meta mano al Silmarillion va a haber material para cinco o seis triologías más. Tres películas sobre un libro de 300 páginas es algo excesivo y únicamente para inciados muy iniciados.
Empiezo ya a estar hasta las narices de estos comentaristas que acusan siempre de «simplismo» a aquellos que critican ciertos productos comerciales (simplistas la mayoría de ellos, por principio) y no se cortan un pelo en hacer lo mismo a la hora de desprestigiar a esa parte de la crítica o de los espectadores que no hacen palmas con las orejas cada vez que intentan metérsela doblada con memeces de este calibre. O sea que a los que no nos gustan estas bobadas para anestesiados intelectuales (no he visto a un El hobbit, como comprenderán, porque aún no se ha estrenado, pero me tragué la trilogía anterior y vaya, mi postura queda clara, no perderé tiempo en este espacio para hacer una crítica elaborada) somos, según el autor, de este texto: «los que creen que el cine comercial es una plaga y que lo único que deberíamos ver en la gran pantalla son historias más reales que la vida misma y —sobre todo— de gran carga dramática (al final llorar siempre ha resultado más plástico que reír o entretenerse) o que aceptan pulpo como animal de compañía si el que firma tiene la aureola de autor». No sé si estas afirmaciones, tan recurrentes, se hacen para provocar a la clientela o porque se creen de veras. En cualquiera de los dos casos, es lamentable. Si usted, sencillamente, supura efluvios sexuales por las películas de Jackson, dedíquese a defenderlas empleando los argumentos que crea convenientes y deje a los demás en paz.
Pero analicemos un poco los argumentos del autor de este texto.
Según el articulista (y tras el rapapolvo a esos llorones que les gusta el cine de autor) los personajes de “EL hobbit” tienen una gran «carga dramática» porque los actores que los representan son “ magníficos”, “maravillosos”, “sorprendentes” y “brillantes”. Si a eso le añadimos, como argumento, que para Tolkien “los rostros eran simples mensajeros, garantes de una idea”, ¿no suena esto a excusa para esconder que los personajes no tiene la profundidad dramática que se critica y aquí se defiende? Y bueno, que el Mordor de la Tierra Media sea reflejo de “la Europa de la guerra”, tampoco es garantía de nada. También se dijo en su día que los marcianos de la serie “V”, la primera, eran una metáfora de los fascismos (y, en concreto, vaya, del nazismo) y, bueno, al final resultó que aquello no era más que un simple culebrón. Pues aquí, lo mismo.
Seguimos.
La peli parece estupenda porque “está lejos del tono oscuro de la trilogía anterior y su mensaje es menos tenebrista”. ¡Toma ya! Además, qué narices, oiga, la cosa queda clara porque el film, parece ser, “se ocupa de asuntos fútiles como el estómago de los enanos o su peculiar sentido de la aventura, pero nunca”, ¡atención!, “entra a castigar a sus personajes”. Que alguien me explique qué significa esto. La narración es, además, según el articulista, menos “apelmazada” y transcurre “plácidamente” para el espectador al que le sugiere que se “relaje” y “disfrute” del supuesto “espectáculo” visual del film. Bueno, en este tramo del texto, y haciendo un esfuerzo, el único argumento crítico que encuentro es que algunas escenas se alargan, según parece ser, hasta el sonrojo (lo que quiere decir, supongo, que exceden su interés narrativo y se dilatan innecesariamente paralizando el relato). Ya me explicará el autor como puede uno “relajarse” en el cine en tamañas condiciones.
Hecha el crítico de menos la “carga emocional” (se ve que basta mencionarla para que exista) de actores como Viggo Mortensen, Sean Bean y otros que menciona (yo no les hecho de menos en absoluto) y lo exculpa con el sabroso argumento de que el tono y la misión en al que se embarcan los personajes de la película no son los mismos que la anterior (y ya está), concluyendo, además, que, hombre, “no le pidamos peras al olmo”, no vaya a ser que porque el tono de esta nueva trilogía sea más ligero deba estar peor interpretado, ausente de “carga emocional”. Hay tantos ejemplos en la historia del cine que ni me molesto.
La película es, además, por este orden, “estupenda”, “hecha con ganas” (como si las malas películas no estuvieran hechas con ganas también, si son malas los son por otras razones), “vibrante”, aunque “reposada en su introducción” (es decir, un muermo) porque eso sí, Jackson es ahora “más sabio”, “más perspicaz”, como se percibe en la mirada de Martin Freeman (“impecable”, dice) o porque, otra razón de peso, “hay muchos detalles que adornan el conjunto”, lo cual debe ser una gran cosa.
Los actores ingleses son “extraordinarios” (y “pueblan” la película), el trabajo coral es “optimo” y la “simbiosis” de distintos elementos “apabullante”: la música, los efectos visuales y la dirección son “de primera clase”. El ritmo es “correcto” pero, anota, “más allá de las puntuales pérdidas de tiempo propias de un portero de futbol que en un realizador de cine” (¿y entonces?; pero ¿no habíamos quedado que era un dirección de “primera clase”?) Eso sí, hay momentos “gloriosos” y, aunque hay “otros que los son menos”, el conjunto es “notable” y, concluye, “nos guste o no” (o sea, que la peli es la leche aunque no te lo parezca)
Eso sí, aunque por las (y aquí las comillas son mías) “razones” expuestas, El Hobbit (estas ya no) “es una muy (buena) película”, lamenta que se haya convertido en trilogía por motivos puramente comerciales (¡toma castaña!), lo que supongo la perjudica, así como que no la dirigiera Guillermo del Toro (otro genio, parece ser, ¿por los mismas “razones”?), lo que supongo quiere dar a entender que la película es la ost… pero podría ser mejor (que no es perfecta, vamos, ¡mecachis!) Pero vale, concluyendo, tampoco nos rasguemos las vestiduras. Porque Peter Jackson está aquí para cuidar el producto. Y menos mal, porque, qué narices, se ve que el tío “cree en los elfos, en los enanos, en los hobbits y en Golum”, y oiga, si el tío se lo cree, será que es muy bueno.
No voy a hacer una gracia sobre la siguiente frase: “A muchos les parecerá una estupidez, pero —que no les quepa duda— no lo es”. Porque me lo pone fácil.
Vaya perla de artículo.
Ahora, dígame, ¿quién es el simplista?
Un saludo.
Lo que me parece sorprendente es como para meterse con el articulista cae usted en los mismo tics y defectos que le critica. Y sinceramente, para no interesarle en absoluto, Peter Jackson y su obra (al que desprecia en todo su comentario) se tome usted el tiempo de lee el artículo y de elaborar su comentario. Si, realmente sorprendente.
«al final llorar siempre ha resultado más plástico que reír o entretenerse» que práctico!!!
Tenemos una nueva raza en la Tierra Media: los haters oficiales de Tolkien (en general) y Peter Jackson (en particular), empeñados en demostrar a los aficionados a la fantasía su inabarcable indigencia mental con cada tosto… perdón, comentario que hacen. Bienvenidos sean. Aquí hay sitio para todo el mundo, que esto es muy grande.
Un saludo
Fdo. Un anestesiado intelectual (y a mucha honra).
P.D. Qué sofocones se llevan algunos, válgame el cielo.
Hastaelgorro no ha criticado a Tolkien ni a Peter Jackson, se ha limitado a señalar que el artículo de Toni García Ramón carece de argumento, es tan solo un pegote de frases bien sonantes y nada más.
Curioso, la gente como usted siempre tienen un término anglosajón para condenar a los que disienten (hater, de odiar, supongo; pues vaya). Y con eso zanjan el tema. Pues bueno, con su pan se lo coma. La crítica es infame, pero es que el comentarista encima se permite el lujazo de insultar a todos aquellos que… bueno habría que ver a qué cine se refiere cuando habla del cine de autor (esta gente nunca se atreve a concretar, por si les pillan en falta), lanza una boutade al aire y se queda tan pancho. Luego hay que admitir, sí o sí, que el cine de Peter Jackson (o el que sea) es la enésima maravilla, porque no cabe otra. Y sí, hoy me levanté con el pie izquierdo, lo reconozco, pero es que hay algunos que provocan, ¡y de qué manera! Pero no se preocupe, ya me siento mucho mejor.
P.D: Lo de anestesiado mental, me alegra que lo reconozca. Es el primer paso.
¡Por supuesto que lo reconozco! Y repito: ¡a mucha honra!
Me reconforto pensando que podría ser mucho peor. Podría incluso (Dios no lo quiera) parecerme a usted ¿Se lo imagina? Brrrrrrrrrr Escalofríos me dan.
¡Ah!, es usted un hacha. Me muero, ¡argh!
Muérase, muérase. No hacía falta que nos hiciese ese favor, pero se agradece el detalle. Es usted un encanto de persona :)
Jajajajajajajajaja ¡Lo sabía!
Bueno, ahora ya me queda claro que usted es un arrogante, incapaz de aceptar un comentario contrario a su opinión. Queda claro que es usted de esas personas poseedoras de la verdad absoluta y que se toman como un ataque personal cualquier opinión contraria a la suya. Le voy a mostrar algunos vocablos que aunque no sean anglosajones igual desconoce: tolerancia, humildad, empatía……..
Pues, sinceramente, a mí que me gustó la película más de lo que me esperaba (en realidad me gustó mucho, a pesar de todos los defectos que se le puedan sacar) y que tampoco me ha desagradado esta crítica (aunque no sea para tirar cohetes), no me parece que este señor, que se centra, como bien ha dicho alguien, en la estructura argumentativa de la crítica y no en las novelas de Tolkien o en el cine de Peter Jackson, se crea en posesión de «La verdad absoluta». Responde con contundencia y con una mordacidad un tanto explosiva, eso sí; pero bueno, es que el señor Toni García Ramón tampoco se ha quedado corto.
Lo que no estaría de más es que alguno de los que le respondéis lo hicierais atendiendo a lo que dice, en lugar de desacreditarlo en bloque con un comentario displicente. Yo le diría que, antes que nada, viera la película, que aunque no sea estrictamente necesario para decir lo que dice, siempre da más bagaje para responder a una crítica con la que no se está de acuerdo.
Pero como vamos a tomar en serio las criticas de nadie. Gente que ni ha visto ni conoce a Kieslowski, visto al menos algo de la Nouvelle vague o profundizar más en el proceso creativo y reflexivo de una película.
Nadie hace eso, se pilla una peli con un potencial para el cine comercial (porque así funcionan las cosas) y ya está.
He mamado mucho cine, hasta me flipo con trabajos de clase de un crío (que le pone el beneficio artístico y no económico) y con el cine comercial hay que tener mucho cuidado con eso porque se nota mucho.
Esta es una historia bastante buena, pero no lo suficiente porque viene de otra mente que ni conoció el proceso de la película. Eso si, no la han cagado tampoco, pero me joden estas cosas por lo que si, el puto libro es mejor que la película. Es una jodida novela, no un guíon, hay mas contenido, pero si te mola la fotografía mas que lo otro, podemos dejalo pasar porque lo cumple.
Es decir, es una película comercial sin duda pero bien resuelta y pensada tanto para el negocio como para sus seguidores ya que el cuidado que ha tenido es suficiente.
Un ejemplo de adaptación mala o erronea? Crepúsculo.
Un ejemplo de echar por tierra una adaptación? Dune.
Un ejemplo comercial? Harry Potter.
Espero que se entienda lo que quiero decir y que no se me mal entienda, he visto esta peli mucho, para la cuenta que me trae, pero hay que hacer un analsis mas concreto si nos vamos a poner a hablar de cine y de película bien hecha.
Coincidimos todos en que 3 películas para El Hobbit, es excesivo.
Pero atención, Peter Jackson acaba de anunciar una adaptacion de «El Silmarillion» al cine.
Se rodarán 6 tetralogías agrupadas por épocas.
Se estima q la vigesimocuarta película podrá ser vista finalmente en el año 2049, tras la llegada del hombre a Marte
;)
@hastaelgorro.
Usted.
El simplista, y además simple, es usted.
No confunda Intelectual con inteligente.
El intelectual se desmarcará de cualquier cosa que despierte interés en las masas, comercial, popular.. para así sentirse en un grado intelectualmente superior. Verá a woody allen, dará interminables paseos por Fnac y posiblemente se comprará unas gafas de pasta. Pero cuidado, esto no significa ser inteligente.
La persona inteligente piensa antes de hablar, intenta razonar lo que ve a su alrededor sin sentir una imperante necesidad de despreciar a todo el que le rodea, a quien cree inferior. De hecho, las más veces intentará ponerse en el lugar de los que le rodean e intentar pensar o ver como lo hacen ellos. La persona inteligente es consciente de que siempre, por mucha certeza que tenga, algo se le puede escapar. Que siempre es posible que se esté equivocando, o que haya otros puntos de vista mas acertados si cabe que el suyo. Escuchará, reflexionará.. Desde luego lo que no hará es intentar dar lecciones a otras personas que intentan apreciar las cosas como son, siendo conscientes de que posiblemente no sean, como en este caso, la película más grande de la historia de el cine, pero que pueda ser una buena adaptación de la novela original.
He leído su post y no he encontrado un solo argumento. No he visto siquiera un domínio de la retórica. Tan solo divagaciones.
Felicidades, pero yo también pienso que el discurso a la hora de criticar algo comercial de estas características (muchas veces por pura ignorancia) es totalmente simplista.
Buenos días, me parece que usted está confundiendo a la intelectualidad con el elitismo pedante. Un saludo.
No veo por qué un intelectual habría de actuar como un auténtico imbécil, que es lo que usted ha descrito como tal.
Pues sean 3, yo estoy encantada. Tengo muchas ganas de verlas y tengo curiosidad por saber por dónde y como se habrá explayado Jackson. Me voy a sentar en la butaca como una cría y voy a poner ojos pláticos y sonrisa de oreja a oreja que espero mantener hasta el final de la peli.
Gracias por el post!
la novela el hobbit era un relato ágil y equilibrado, con un tono ligero y muy ameno. quiero suponer q la película emulará el.bien original q escribió tolkien. Entretenerse en las descripciones etc. Tb es muy de tolkien… Xo lo que está claro es q se busca exprimir el filón al máximo – xo al menos peter jackson parece q se toma su trabajo con dignidad. Seguro q es un entretenimiento digno.
Después de la polémica de ayer, miren, qué casualidad, con lo que me encuentro esta mañana. Pasen y lean:
http://noticias.lainformacion.com/arte-cultura-y-espectaculos/literatura/habria-hecho-falta-alguien-con-mas-talento-que-peter-jackson-para-adaptar-el-senor-de-los-anillos_XEfbbqrk6oStIJf6xoIB22/
Muy buena crítica, eh!
Aunque la verdad yo no me hago líos. Leí el Señor de los Anillos una vez vista la primera parte (la comunidad) y como siempre (o casi siempre) muchas cosas que se cuentan en los libros son obviadas en la adaptación. Pero es que es eso, una adaptación. Vamos, los libros son de todo tipo y la obra de Tolkien no está dirigida a un público masivo, no a lo Harry Potter o libros más ligeros como los Crepúsculo que sin embargo a pesar de ser libros más masivos cuando son adaptados a la gran pantalla van a variar.
Yo ya aprendí a no pedir peras al olmo.
No niego que lo que hizo Jackson con el Abismo de Helm o el «triángulo amoroso» es típico de Hollywood, al menos la batalla de Helm en pantalla grande fue genial, una gran secuencia de acción, no lo pueden negar. Como espectáculo visual un 10.
Eso sí, le reclamé que no haya puesto la misma emoción en la batalla en que los orcos lanzan las cabezas humanas a los patios de Gondor, ese momento en el libro fue sobrecogedor, pero bueno, todo se lo llevó Helm´s deep. O cuando Sam reflexiona con Frodo sobre su momento en la historia, en el libro fue un momento que casi me quiebra la voz, en la peli fue una buena secuencia pero nada como leerla en el libro.
Amo leer y cuando me entero que algo que leí será llevado al cine digo «bueno, ojalá no la caguen tanto» pero cuando lees te imaginas lo que lees y tal vez en algún momento te imaginas eso cobrando vida ante tus ojos. El cine nos da esa oportunidad. No denostemos todo sino nunca vamos a disfrutar. Primero veamos y luego concluyamos si valió la pena.
Veré el Hobbit este viernes y sé que me va a gustar como película, no tanto, como el libro, pero valdrá la pena.
La respuesta al dilema que se plantea sobre las adaptaciones podemos responderla acudiendo a dos grandes de la Historia del Cine. Ya verá. El primero de ellos es Alfred Hitchcok. Este señor sostenía que lo mejor que podía hacer un cineasta era escoger novelas malas (o al menos, no grandes novelas) para sus adaptaciones. Éstas servían a Hitchcok como base para crear sus ficciones sin temor ninguno de hacer algo peor que el original. El texto era, en este caso, una mera inspiración o excusa para sus experimentos narrativos y visuales. Podía destrozarlos a voluntad sin necesidad de ofender a nadie. En el otro extremo, tenemos a Orson Wells. Orson hacía lo contrario, pues muchas veces se basaba en grandes obras de la literatura y del teatro, como en sus adaptaciones de Shakespeare, por ejemplo (también se metió con El Quijote, el tío, pero aquí nunca sabremos del todo cómo fue porque quedó inacabada). Pero Orson no pretendía ser fiel a sus referentes tampoco (porque sabía que una película no podía contener los textos completos ni todos sus detalles). De ellos extraía lo que le interesaba (a veces incluso los mezclaba) para hacer otra cosa que, esto sí, contuviera en su interior su espíritu, su alma, su sentido original, la verdad contenida en ellos. Eso, además, explorando las posibilidades narrativas del cine como pocos han hecho en su historia. Le recomiendo fervientemente que lea usted “El proceso”, de Kafka. Y luego, si la encuentra, vea la adaptación que hizo Wells con Anthony Perkins. No es la novela, por supuesto. Pero hay que ver cómo transmite el tío la angustia de ese hombre perdido en una estructura absurda y sin sentido. Esto, con una pericia visual que ya quisiera el Sr. Jackson. Tenga usted en cuenta, eso sí, que el pobre no contaba con mucho presupuesto para hacer su trabajo (porque nadie se lo daba). Pero claro, esto es cine para mayores. El problema del trabajo de Peter Jackson, como indica el artículo que he señalado (para que nadie se enfade y diga que lo he dicho yo) es que infantiliza el referente literario, dejándose en el camino casi todo, de ahí que, para mucha gente, sea una serie tan decepcionante y de poco valor. Le propongo otro ejercicio, ya que dice que le gusta la lectura. Lea usted Peter Pan, de J.M. Barrie, el libro (busque una buena edición) y luego póngase la película de Disney (la de siempre) o Hook, de Spielberg. Ya me contará. ¿A quién van dirigidas? A usted y a mi creo que no.
Otro director/actor que realiza, a mi modo de ver, muy buenas adaptaciones (de nada más y nada menos que Shakespeare) es Kenneth Branagh.
¡Sí, señor! Su Henry V es muy shakesperiano… ¡y orsonwelliano! (cómo le echamos de menos)
Actualmente puede disfrutar de él en su vertiente interpretativa en una gran serie de la BBC: Wallander (basada en la obra de Mankell)
Tengo alguna referencia, pero no la he visto. Lo tendré en cuenta, gracias.
Merece la pena, son tres temporadas de tres capítulos cada una, con una duración media de hora y algo, como tres pequeñas películas por temporada. Con la calidad propia de las series producidas por la BBC. No sé si ha leído la obra de Mankell, la serie se toma sus licencias al respecto de los libros, pero se trata de una muy buena adaptación, con un Branagh que se sale, interpretativamente hablando, una fotografía impresionante, buena banda sonora…
Sí, lo sé. Pero es que si con el cine uno no llega, con las series es imposible dar a basto. Pero ya la he colocado en mi lista de preferentes. ;)
Henry V, absolutamente indispensable.
Una buena crítica con la que estoy muy de acuerdo, ya decía por ahí arriba que para mí las películas fueron una gran decepción. Lo de Peter Weir suena muy bien, a mí Master and Commander me parece una grandísima película. Gracias Hastaelgorro.
De nada, Angel. Aquí estamos, para lo que usted quiera. Siempre que atendamos a razones. No para rezarle a ningún dios.
no, nada que ver el Peter Pan (la obra literaria) con las películas, que yo las llamo, adaptaciones libres, no hay un apego a la obra en sí. Por eso hay que ver cuando la película dice «adapted from the book» o «taken from…» o «based on…» entonces, al menos yo, ya estoy avisada que voy a ver tan solo un 50 ó 60% de lo que leí y el resto es cosa del director y productores.
Un libro que me encanta es El Principito pero ni pienso ver si existe alguna adaptación porque sé que no sería lo mismo. Y así con muchos otros libros.
Pero bueno, también está el cine libre de las manías de Hollywood y por eso directores como Branagh pueden ser genuinos a los libros que quieren dar vida.
Y ya me vi El Hobbit, lamentablemente no en su idioma original, no sé qué pasa en España que las funciones en su idioma original o no pasan o los horarios son imposibles. Terrible.
Pero bueno, sí me gustó, no me quejo, no me voy a poner remilgosa porque la verdad me gustó. Nada me pareció excesivo y la pequeña aparición de Smaug y el Necromancer prometen… y Thranduil, se ve un elfo terrible…
Bueno, no niego que entre ratos me pareció volver a ver la Comunidad del Anillo, por la música y todo pero bueno, es lo que pasó antes.
A diferencia de la trilogía de El Señor de los Anillos, esta vez decidí leer el libro de El Hobbit antes de ver su adaptación cinematográfica. Primero pensé: «qué bueno es Tolkien, joder». Segundo: «¿Cómo vas a meter un libro de 300 páginas en 3 películas?» Me olía a timo y sin duda una estrategia de cómo sacarnos más pasta.
Pero vi la película. Me gustó. Bastante. Creo que si algo no se le puede refutar a Jackson -y concuerdo con el autor- es la pasión por realizar esta serie. Pese a unas desviaciones, como la inclusión de Azog, Saruman, Radagast y Galadriel, me parece que sí tiene como eje a Tolkien y no a Jackson. Eso es de destacar.
También opino que Jackson, en lugar de contar El Hobbit, quiso reafirmar una saga y no una nueva historia. El empalme con Frodo, lo de Saruman y Galadriel, es atrapar a viejos fans y darles lo que quieren. Bueno, yo me emocioné y así como me gusta Tolkien respeto el trabajo de Jackson. Espero por las otras y ojalá leamos una crítica ya de la película pronto en JotDown. Saludos.
Hemos tergiversado hasta la saciedad el concepto de «adaptación cinematográfica», y distamos muchísimo del auténtico sentimiento literario y de autoría que sin duda experimenta cada director de cine con algo de talento y la empresa de llevar una novela a la pantalla. Seguramente, porque no entendemos la obra, la creación, como una visión ultra-personal de cierto marco ficticio, de una serie de detalles, de desarrollos, que se liberan de la mano de su autor no en el momento de salir al mercado, sino de sentir la obra acabada, rematada. A partir de ese momento, lo creado se liga a su creador, en el mejor de los casos, no más que por la licencia de derechos de autor que quizá reporte cierto beneficio, y es que la obra ya ha alcanzado un punto de autonomía que la hace independiente. En ese momento, cualquier «adaptación» no existe, no existe el transporte libro-film, ésa es una relación de ¿respeto? con el autor original que no funciona porque, sencillamente, es imposible transportar ciertos elementos literarios a la película: lo que existe son versiones. El mundo de la música entiende este concepto mucho mejor, el de acoger no la obra (personal), sino el marco («eterno») y enfocarlo desde otro prisma, desde otra visión.
No he visto ‘el Hobbit’, pero lo mínimo para con Peter Jackson me parece un voto de confianza, aunque sea únicamente por el talentazo que demostró en ESDLA. Él parte de la admiración hacia Tolkien, del amor por lo que encontró en sus páginas, pero a partir de ahí construye algo propio, personal, su propio ESDLA. Y es lógico, porque lo que escribió Tolkien es inadaptable: Tolkien, lingüista y conocedor profundo de la Historia literaria inglesa, se propone narrar la gran mitología de la que su país siempre adoleció por medio de la descripción de aquel mundo antiguo, de sus tierras, de las razas que lo habitaban, y para hilarlo todo utiliza historias que le permitan conectar muchos puntos. Tolkien es una islita en el mar que va desde Cervantes y hasta, por seguir citando españoles, Zafón o Dueñas, y es que él no pretende escribir literatura moderna: ¡es una mitología!, una epopeya de tiempos pasados. La descripción de personajes por medio de sus simbologías, la carencia de ritmo para apilar acontecimientos, la omisión continua de la trama en pos de otra búsqueda, el orden, la introducción de personajes como Tom Bombadil (paradigma tolkieniano en muchos detalles)… Tolkien va jugando con todo lo que conoce, deformando, modelando, recabando recursos de aquí y de allá para conseguir su propósito. Es una obra finísima, pero rarísima, y para leerla hace falta, primero, no tener ningún tipo de prejuicio; y segundo, entenderla como una excepción aislada, concreta y especial. Peter Jackson sabía que era imposible adaptar algo así al cine de hoy, y creó su propia versión, consistente, básicamente, en hacer literatura moderna del viejísimo ESDLA.
El trabajo de Jackson, sin entrar en ningún tipo de forofismo, me parece digno de un estudio concienzudo y de muchas horas de disfrute. Transmitir lo mismo (lo «eterno») adaptándose a un canon moderno (lo personal). Desde ahí comienza a tejer la gran madeja de su ESDLA: descripción de personajes por sus actos, omisión de los elementos más alejados de lo comprensible fuera de un tomo de 1000 y pico páginas, focalización en la trama y no tanto en los aledaños de la Tierra Media… Jackson construye, por ejemplo, a Aragorn, con una absoluta fidelidad al personaje, ¡y su construcción no tiene nada que ver con la de Tolkien! En el libro, de Aragorn destaca su espada, «transfiguraciones» pasajeras en su esencia de rey, su relación con el Daño de Isíldur y su deber para con él; en el film, destaca Arwen, el miedo a convertirse en Isíldur, la confianza de su pueblo en él como guerrero… Me parece brillante. Una pega: al final, como dijo Jack Nicholson, «demasiados finales».
Démosle una oportunidad a la calidad de la nueva trilogía, simplemente por el talento que Jackon, como cineasta y como entendedor de la obra, ya ha demostrado. Intentemos acercarnos a un Bilbo que, en su ESDLA, disiente mucho del de Tolkien, o a cómo afrontará la labor de desarrollar individualmente a la tropa de enanos. Por los tráilers, parece que la estética variará en ciertos puntos. ¿3 películas? Puede que busque dinero, o simplemente, probar ahora con una serie de películas mucho más Tolkien, más «viejas», centrando los muchísimos detalles en otros aspectos. Pero en principio, esperemos.
Acabo de ver la película y no iba con malas expectaciones gracias a este artículo. Al salir del cine comprobé tristemente que no volvería a recuperar esas dos horas cuarenta y cinco minutos que dura. Larga, aburrida, llena de momentos innecesarios y personajes banalizados (si se puede decir) como Radagast. Escenas divertidas en el libro, como la de los trolls, se convierten en una de las muchas luchas que hay, casi todas aburridas. Por si todo eso fuera poco, los efectos a ordenador se notan descaradamente: las patas de las águilas, las montañas de dinero e incluso el ojo de Smaug al final.
Al oír sobre esta película por primera vez me pareció buena la idea: una sola película, separada de la trilogía original que contaba una historia menor. Cuando me enteré de que era sólo una primera parte de tres, mis expectativas empezaron a caer. Y es que el Hobbit es un libro corto y menor en comparación al Señor de los anillos. Es una historia divertida sobre las aventuras de un protagonista que de héroe tiene poco. Pero pese a esto, Peter Jackson quiere vender la película como aún más épica que el Señor de los anillos y, con perdón, la caga.
Todavía no la he visto, pero si empiezas diciendo que «Criaturas celestiales» es una obra maestra, mal vamos.
Antes de entrar en el cine pensaba que tres películas iban a ser demasiadas para un «librillo» como El Hobbit.
Cuando acabé de verla después de dos horas y media me quedé con las ganas de otra hora de película más.
Pienso que eso es cine. Lo de «comercial» o «de autor» son etiquetas nada más. Te asusta o no, te conmueve o no, te divierte o no, te gusta, o no, sea superproducción o cine barato de serie b.
Llamadme simple.
Ayer la vi (soy Slowpoke) y llegué a una conclusión: esto no es la adaptación de El Hobbit. Es algo que va mucho más allá. Es la misión de redondear el universo cinematográfico de la Tierra Media. De ahí la necesidad de tres películas y la inclusión de apéndices del Señor de los Anillos y El Silmarillion. No dudo que Peter Jackson era consciente de que una adaptación del Hobbit, del libro en sí, daría para una película larga. De hecho, lo que es en exclusiva del libro en la película son apenas 100 páginas del libro. Por supuesto que también hay intereses comerciales (como dijo el Joker: si algo se te da bien, nunca lo hagas gratis), pero como se ha dicho en algunos comentarios y en la crítica, todo esto responde más a las ambiciones culturales, digamos, de Peter Jackson para con la obra de Tolkien y sus películas. Hago un poco de SPOILERS ahora: la inclusión del Concilio Blanco, de Radgast el Pardo, el Nigromante (aka Sauron) y la transformación progresiva del Bosque Verde en el Bosque Negro son las respuestas a la pregunta de «cómo hizo Sauron para regresar». Meter la historia de Thorin con el Orco Pálido también es un acierto. La recreación del ataque de Smaug…
No entiendo tampoco a los que dicen que es aburrida y pesada… A mí me decepcionó mucho saber que tengo que esperar otro año más para ver la segunda parte.
Pero claro, para gustos los colores.
Muy entretenida, me quedé con ganas de más. Hastaelgorro que se siente ofendido porque al no gustarle la pelicula, no se le considere un intelectual.
Tranquilo macho, que estas peliculas son para disfrutar, tampoco en un bodrio. Le gustarán a intelectuales y no intelectuales, eso no dice nada.
Desvirtua la pelicula por completo por el coraje que le tiene, pero…aporte usted lo que hubiese sido mejor para hacer mas interesante una novela fantasiosa, hombre! que he visto mas peliculas mierda en el 2012 como la de prometheus.
Es un tostón de libro, digo la película no el libro
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