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Juan Diego Botto: «Tomar la calle y construir desde abajo es la única alternativa en España»

Juan Diego Botto para Jot Down 1

Los más golfos recordarán a Juan Diego Botto como el actor que ponía cara y voz al joven y moralmente vacuo protagonista de Historias del Kronen (1995), y los que presumen de padecer de un gusto más exquisito a la hora de elegir películas, por aquella Martín H. (1997) que toda una generación de novios fácilmente manipulables se vio obligada a ver a finales de los años noventa. Antes y después de eso hay mucho más: versiones de Hamlet entendido como la Gesamtkunstwerk de cualquier director teatral, escuelas de interpretación familiares y americanas, pequeñas apariciones como actor infantil y estrenos de una serie notable de obras propias, mediante las que da salida a parte de las muchas inquietudes que también trata de encaminar mediante una formación política sólidamente fundada. Un trozo invisible de este mundo, que hasta hace poco se ha podido ver en Madrid y que a partir de enero se representará por toda España, de Vitoria a Tenerife pasando por Murcia, es la última de ellas.

Empezaste estudiando interpretación en la escuela de tu madre, Cristina Rota, y después fuiste a Nueva York a seguir estudiando con Uta Hagen. ¿Lo de dedicarte a interpretar te vino obligado?

No, obligado no. En parte vino por lógica. Yo tenía dos caminos: entusiasmarme por la interpretación o detestarla. Mis hermanas y yo crecimos acompañando a mi madre en los camerinos, teatros, giras… Después montó la escuela, que al principio estaba en el salón de nuestra casa. Nosotros veíamos a los alumnos que pasaban por el pasillo o se preparaban allí las escenas, y los escuchábamos hacer Shakespeare o Chéjov en el salón todos los días. Así que fue algo muy natural. Hice la primera película muy pequeño, a los cinco años, un poco por casualidad, y fui haciendo algunos trabajos de niño. Era bastante natural que cuando cumplí 14 años quisiera estudiar interpretación.

¿Qué diferencias encontraste entre los métodos que seguía tu madre y los que se seguían en una escuela americana como la de Nueva York?

La escuela de Uta Hagen es muy grande, y ella es una gran profesora… aunque la verdad es que no sé si sigue viva.

Creo que murió en 2004.

Era ya muy mayor cuando estuve yo, y de eso hace tiempo. Era una gran profesora. Llevaba toda la vida dando clases y su marido también había sido un gran profesor. De hecho, el nombre de la escuela es el de su marido, Herbert Bergdorf. Habían amado la interpretación y habían crecido en esa época en que las escuelas de teatro tuvieron su despertar, en los años 40. Y tenía una pasión que no tenía el resto de profesores de esa escuela; una cosa era ella y otra era el resto de la escuela. En el resto de la escuela había algo comercial, en el sentido de no ser muy duros con los alumnos para no perderlos.

¿Estudiaste con ella?

Con ella y con otro profesor. Con ella no hice el curso regular, sino un seminario al inicio de cada curso. La gran diferencia con respecto a la escuela de mi madre era de criterio de unidad. En la escuela de mi madre todos los profesores se reúnen, hablan de cada alumno y todas las materias están encaminadas a un objetivo global, mientras que en Nueva York eran diferentes asignaturas, cada una de su padre y de su madre, y no había puesta en común.

Cada profesor daba lo que le parecía.

Con un método y filosofía distintos a los otros profesores.

¿Crees que esta unidad es una de las claves del éxito de la escuela de tu madre?

Sí, claro. Creo que hay dos claves. La primera es la pasión que le pone, se desvive por cada alumno. Incluso cuando alguien piensa que nunca va a poder ser actor, ella le dedica tantas horas como a alguien con un talento indudable. Creo que eso es lo que cualquier alumno resaltaría de ella. Y la segunda es que se esfuerza y empeña en que todos los profesores tengan reuniones semanales, asambleas, para saber por dónde va cada alumno, si estamos llevando esta pedagogía por aquí o por allí…

Has comentado que el boom de las escuelas de teatro fue en los años 40. Evidentemente antes ya había actores. ¿Qué tiene de innato y qué tiene de aprendizaje el ser actor?

Lo mismo que cualquier otra vocación artística. Imagino que Dalí nació con ganas de pintar, y estaba más dotado que para cualquier otra expresión artística. Tenía la necesidad de expresar algo y tenía talento para la pintura. Pero evidentemente no hubiera sido nunca tan buen pintor si no hubiera estudiado pintura.

¿Qué rasgos presenta alguien que sabes que va a llegar a ser un buen actor? Porque supongo que ganas tienen todos.

Sí, pero aun así las ganas son muy importantes. El talento es algo que se percibe cuando notas que alguien es capaz de transmitirlo, que desea transmitir en la manera en que más o menos quiere hacerlo. Eso dicho es muy fácil, pero hecho es complicadísimo. Te hace gracia, te conmueve, te llega… se percibe en seguida. Otra cosa es que uno pueda mantener y sostener ese talento en el tiempo. Que cuando ya no es una clase, sino que se convierte en responsabilidad, porque es un trabajo, puedas soportar que te den negativas tres, cuatro y cinco veces, y seguir adelante. Mi madre siempre dice que hay que tener un talento para actuar y otro para vivir. Ves a muchos compañeros con talento pero muy pocos terminan dedicándose.

¿Cuándo te llegó ese momento en el que te podría haber abrumado la responsabilidad? ¿Cuándo te diste cuenta de que actuar ya no era una mera diversión?

Muy pronto. Tuve dos etapas. Una a los catorce años, que fue cuando decidí empezar a estudiar, porque hasta entonces para mí era un juego. Era un niño que faltaba de vez en cuando al colegio y hacía películas. Pero a los catorce años me di cuenta de que esto se podía hacer mal. Entonces quise hacerlo bien y me puse a estudiar. Y luego, después de Historias del Kronen; yo no esperaba el boom que tuvo esa película y la repercusión de mi trabajo dentro de ella, y tuve la sensación de que era la primera vez que había expectativas depositadas en mí. Y eso pesó como una responsabilidad. Cuesta un rato aprender que eso te importe poco.

¿Cómo recuerdas Historias del Kronen?

Con muchísimo cariño. Esa película para mí fue la hostia. Tenía 18 años cuando empecé a rodar, acababa de volver de Nueva York, estaba a punto de presentarme a la selectividad y fui a hacer la prueba. Me cogieron para la primera, para la segunda, para la tercera… hice un montón de pruebas. Al mismo tiempo estaba en una compañía de teatro pequeña, pero maravillosa. Fueron mis 18-19 años. Coincidía el despertar a la vida en un montón de cosas con un papel protagonista. Y con Montxo Armendáriz, que a día de hoy me sigue pareciendo uno de los mejores directores de este país. Además con el grupo de compañeros lo pasamos muy bien. Y la historia era fácil de comprender para todos nosotros, era muy próxima y cercana.

¿Te parece que la película y el libro, que supongo que leerías antes, reflejaba bien el ambiente de aquellos años?

Reflejaba el ambiente de un sector que en aquellos años funcionaba de esa manera. Imagino que ahora funciona de una manera distinta pero similar.

¿Era como un anticipo de la sociedad que ahora vemos, por ejemplo, en Gandía Shore y otros programas similares?

Recuerdo que en aquella época vi una película que Ken Loach había hecho para televisión treinta años antes y era igual. En La dolce vita, por ejemplo. Ves ese nihilismo de tirar para adelante, beber y buscar en la noche algo que te justifique la existencia; y estamos hablando de Fellini en los años 50-60. En esta sociedad hay algo que invita a jóvenes muy desorientados a buscar el sentido de su vida (que no encuentran en nada) en la noche, la diversión y el alcohol. Una suerte de nihilismo que cree que en algún sitio tiene que haber una respuesta a ese vacío que sienten.

¿Crees que es exclusivo de esta sociedad o es algo innato al ser humano?

No conocemos otra, con lo cual es difícil saberlo.

Volviendo a lo de actuar, ¿qué actor nos podrías destacar por su capacidad innata?

Ni idea.

O al revés, alguien a quien admires por todo lo que se lo ha trabajado para llegar a ser actor.

Bueno, el hecho de que haya trabajado mucho o poco al espectador le importa poco, lo que te conmueve o no te conmueve es el resultado. Si ves el trabajo, el esfuerzo y los hilos de la costura, no te sirve. Por lo menos a mí no me sirve. No valoro más un trabajo por saber que ha sido muy preparado, y mucho menos por notarlo. Te puedo decir que siempre me ha gustado Marlon Brando, que es una referencia para mí, igual que toda su generación y los que vinieron después: Montgomery Clift, Robert De Niro, Al Pacino. Y de los de aquí, por ejemplo, Juan Diego.

Cuando hablamos de grandes estrellas siempre echamos la vista a 30 o 40 años atrás. ¿Ya no quedan estrellas?

Creo que dentro de 30 años se hablará de los actores de ahora, aunque seguramente no de los que esperamos. Kate Winslet, por ejemplo, es una actriz excelente. O Leonardo Di Caprio. Se hablará de ellos y serán recordados como hoy es recordado De Niro.

¿A Di Caprio le pesa su aspecto físico?

Su aspecto físico y sus primeras películas. Pero es buen actor desde pequeño. Tiene trabajos increíbles. Aparte de ¿A quién ama Gilbert Grape?, por la que le nominaron al Oscar, su trabajo en Diario de un rebelde es impresionante.

Juan Diego Botto para Jot Down 2

Pasando al teatro, ¿hay suficiente creación actualmente en España?

Creo que sí, tanto en cuanto a calidad como a cantidad. Hay una gran cantidad de talento. El teatro tiene algo que tiene que ver con la inmediatez. Es relativamente barato de producir y eso significa que no necesitas mucho tiempo desde que escribes un texto hasta que lo estrenas; puedes tocar en el texto temas que están muy de actualidad y sabes que va a estar en cartel poco después, cosa que no ocurre con un guion, ya que puede pasar un año y medio o dos años desde que lo escribes hasta que lo ruedas. Y el que sea más barato de producir hace que haya más propuestas y voces. Y creo que hay muchas, y tocando muy distintos palos: hay textos dramáticos, hay textos de realismo social, hay comedias…

¿Nos quedamos sin ver muchos porque nunca se llegan a representar?

La gran mayoría.

¿Qué se podría hacer para darles más salida?

Es como lo que ocurre con la vivienda, verás cientos de miles de casas vacías y gente que no tiene casa donde vivir. Pues hay teatros y centros culturales que están sin ningún tipo de uso y centenares de compañías de teatro con obras que no pueden estrenar. Se trataría de cambiar totalmente el modelo de gestión cultural. Hay una gestión cultural que tiene que ver con la programación más cara, de inversión en nombres que ya son relevantes, y hay otra que aquí no ha existido, al menos por lo que yo sé, que tiene que ver con la gestión más desde abajo, barrial. Mirar qué compañías hay en un barrio, una ciudad o una comunidad autónoma y mirar qué teatros hay; y entonces gestionarlo.

¿De quién sería competencia?

De ayuntamientos, comunidades y Ministerio. Pero sería cambiar completamente la naturaleza de la política cultural en cuanto al teatro; en lugar de hacerlo de arriba a abajo, hacerlo de abajo a arriba.

¿No hay iniciativa privada?

La mayoría de las compañías de teatro nos movemos por circuitos privados.

¿Para dar más salida a estos textos?

Sí, es por donde salen. Pero si hablamos de política cultural, a la privada no se le puede pedir ni exigir ningún tipo de política cultural. Harán lo que consideren.

¿Tiene más salida el teatro independiente en los Estados Unidos?

No me lo parece. Lo que ocurre es que allí hay una ciudad que aglutina la gran mayoría del teatro que se estrena y donde parece que, si no estrenas allí, tu función no existe, que es Nueva York. Dentro de Nueva York está el circuito de Broadway, que son las multinacionales del teatro, luego está el off, luego el off-off, luego el off-off-off… y dentro de esos circuitos siempre hay espacio. Pero es que estamos hablando de la capital mundial del teatro, no hay otra ciudad en el mundo donde sea tan relevante estrenar una función. Es lógico que los circuitos alternativos allí sean muy sólidos y potentes, pero te aseguro que en Arkansas el circuito principal y alternativo es prácticamente cero. En Chicago o en Boston tienes algo, en la costa este, pero en Los Ángeles o incluso San Francisco, que es una capital cultural importante, no tienes nada, es la irrelevancia. Si piensas en Nueva York sí, el circuito alternativo es muy importante, es donde todo el mundo va a pelearlo, y donde un actor de Hollywood puede estrenar un espectáculo fuera del circuito teatral y tener relevancia. Más allá es muy complicado, y la cantidad de gente que queda fuera es impresionante. Yo viví dos años allí y es igual que aquí, solo que más dramático: gente que lleva toda la vida peleándolo y que sabes que jamás va a conseguir esa oportunidad.

Esa imagen que hemos visto en obras y películas del autor intentando vender su obra.

Sí, y además un actor en un día puede hacer dos pruebas, pero un autor necesita mucho tiempo para escribir una obra de teatro, no es una cosa que digas que como no ha funcionado vas a escribir otra, es complicado.

Volviendo a lo del modelo, ¿hay algún sitio del que podríamos copiarlo?

¿En cuanto al teatro? No lo sé. Es cierto que en Nueva York funciona por ser donde se aglutina la cosa, pero Buenos Aires, por ejemplo, es una ciudad donde el teatro funciona muy bien, y el 80% es iniciativa privada. Tiene que ver con la historia, con la herencia cultural, con que la industria cinematográfica es muy reciente y hasta hace poco prácticamente no había; aunque hacer 20 películas al año no es tener una industria… el hecho de que tradicionalmente haya habido poco cine ha hecho que las inquietudes del sector se volcaran en el teatro, y se ha sido muy imaginativo con él. Es un país donde la crisis económica es endémica, con lo cual los recursos imaginativos para sacar adelante una función son casi ilimitados. Yo he visto funciones de teatro en el salón de una casa, y eran buenas.

¿Qué te aporta el teatro que no te aporta el cine?

Son distintos. El teatro te da cosas que cine no te da y viceversa. La posibilidad de interpretar una pieza desde el principio hasta el final sin que nadie te interrumpa y crecer con el personaje solo pasa con el teatro. Y a eso hay que sumarle el vértigo que te produce tener al público allí, esa adrenalina…

¿Eso no se pasa con los años?

Eso no se pasa nunca. Cada día sientes ese vértigo. Lo que pasa es que con el tiempo lo disfrutas más, tienes las herramientas para manejar esa montaña rusa y, si va bien, los días buenos llevas el cochecito adonde tú quieres, subes y bajas cuando tú quieres, y eso es impagable. El cine tiene otras cosas. Como actor puedes valorar cosas que en el teatro se pierden, como una mirada, un gesto muy sutil, una lágrima… es un tipo de expresión que en el teatro pasa muy desapercibido.

¿Por qué entre los actores tiene más prestigio el trabajo en el teatro que en el cine?

Creo que es algo arcaico y que hoy en día no es demasiado real. Se mantiene la carcasa de que eso es así, pero no creo que sea muy real. En hacer teatro hay una dificultad añadida, que es el directo, pero en hacer cine también hay una dificultad.

El actuar a trompicones…

Sí, el construir un puzzle y hacer cada día una pieza. Hay excelentísimos actores de cine que jamás han hecho teatro, y son muy buenos.

Entre otras muchas cosas hiciste Hamlet. ¿Supone una dificultad añadida representar teatro clásico?

La adapté, dirigí y actué, fue una especie de arrebato, no sé qué me entró.

¿Te arrepientes de ello?

No, no me arrepiento, pero considero que fue excesivo. Hoy no lo volvería a hacer. Fue una de las experiencias de las que más he aprendido, pero lo que ocurrió fue que no pude disfrutar de ninguna de las fases del proceso.

¿Excesivo por hacer todo a la vez o por ser Shakespeare?

No por ser Shakespeare, pero actuar en Hamlet ya es, de por sí, una gigantesca tarea; dirigirlo es una gigantesca tarea y hacer una versión es una gigantesca tarea. Hacerlo todo a la vez es una locura. Naturalmente me tuve que centrar en algo, y fue la dirección. No pude disfrutar demasiado del proceso de actuar. No digo que estuviera mal, porque al final empecé a disfrutarlo, pero estrené con ocho días de ensayo. Cuando lo cuentas quedas fatal, y todo el mundo piensa que a quién se le ocurre.

Bueno, depende del resultado, como has dicho antes.

Sí, y estuvimos año y medio girando, llenamos en todas partes y lo pasamos muy bien, pero como actor hasta el final no empecé a tener todas las piezas unidas, porque estaba mirando desde fuera. Y los primeros días que subí al escenario estaba mirando a los compañeros y casi moviéndolos. Shakespeare es complicado.

¿Por qué?

Tiene muchos niveles de complejidad. Primero la comprensión. Todo el mundo tiene su propia comprensión de Hamlet, y es algo con lo que tienes que lidiar. Sabes que te van a decir “eso no es así, el Hamlet que yo he leído y me gusta es de otra manera”. Creo que es importante, cuando uno aborda un texto clásico, saber qué es lo que quiere destacar, qué es lo que a uno le conmueve, y aferrarse a ello. Porque la obra tiene 15.000 lecturas y es complicada, y Hamlet es particularmente compleja. Es una obra que no está cerrada en su totalidad, que tiene muchas contradicciones. No sé si recuerdas la pieza, pero hay un momento en el cuarto acto, cuando ya la cosa se está haciendo demasiado larga y Shakespeare se da cuenta de que es hora de cerrar, en el que el rey ha mandado a Hamlet a Inglaterra y, como se ve que le daba pereza ponerse a escribir sobre Inglaterra, de repente mete la escena del enterrador y un mensajero, Horacio, al que Hamlet le cuenta que iba en el barco hacia Inglaterra cuando descubrió las cartas donde se decía que le iban a cortar la cabeza y justo en ese momento les asaltan unos piratas y él les ofreció dinero para que le llevaran de vuelta a Dinamarca… ¡Shakespeare, ibas tan bien para resolver con esta chapuza! Pero más allá de eso es un lenguaje distinto, que al espectador de hoy le cuesta entender; hay una enorme carga poética que hace que a veces al espectador le cueste seguir el hilo y se queda en las palabras…

A la hora de representar en el siglo XXI una obra del siglo XVII supongo que, aparte del lenguaje, hay barreras muy importantes que salvar.

Yo corté muchísimo, que fue algo que se me criticó, porque entendía que la capacidad de comprensión del espectador de ahora, a diferencia de la del de entonces, admite la elipsis, que hoy es el pan nuestro de cada día. En 30 segundos entendemos una historia, hay muchas cosas que no necesitamos para entenderla. Es más, son contraproducentes. No hay nada peor en el teatro que ver que el público está desconectado, no entiende nada y, lo que es peor, le da igual. Hice una versión muy ágil, y creo que es necesario. A no ser que hagas lo que hizo Kenneth Branagh en el cine, con un derroche de producción e inventiva, con muchos flashbacks. Entonces quizá sí, pero si no es así para mí no tiene sentido.

Juan Diego Botto para Jot Down 3

Cuando se adapta una obra clásica, ¿le asalta siempre al director de escena la tentación de buscar un excesivo protagonismo?

Yo no la tuve. La adaptación la hice con Borja Ortiz de Góngora, que es un dramaturgo muy bueno. Ese peligro existe, pero creo que uno no debe temerlo, y yo creo que lo temí en exceso, respetando el texto y la historia. Pero como decía antes, si hay algo de esa pieza que te conmueve creo que destacar eso por encima de todo lo demás está bien. Es muy habitual cambiar de época las piezas y traerlas a hoy en día. Yo no lo hice porque quise respetar mucho y ser muy fiel, pero si la volviera a hacer lo haría.

Eres también autor de muchas obras de teatro. ¿Cómo te surgen las ideas?

Normalmente escribes porque tienes necesidad de contar algo; yo no soy un autor que tiene que escribir para vivir, no vivo de ello, solo escribo cuando tengo ganas de contar una historia.

¿Has probado a escribir otro tipo de literatura?

No.

¿No te interesa, no te ves capaz…?

Ni siquiera se me había pasado por la cabeza. Escribo poesía, y siempre lo he hecho, pero nunca he tenido interés en publicar nada.

¿Pudor?

Enorme pudor, sí.

¿Me podrías decir cinco autores teatrales imprescindibles?

Shakespeare, sin duda. Chéjov, Tennessee Williams, que me entusiasma… Mira, uno muy poco conocido que a mí me gusta mucho: un irlandés que se llamaba J.M. Synge. Y, para decirte algo más contemporáneo, Sam Shepard, que también es actor. Tiene unas obras de teatro, como Locura de amor o Historias de un hotel, que son muy bonitas. O Juan Mayorga, por decirte uno de aquí.

¿Cinco obras de teatro que todo el mundo debería ver? Aparte e las tuyas, claro…

Hamlet, que es una obra universal. Un tranvía llamado deseo es una obra que siempre me ha gustado; lo que pasa es que se hizo una película tan buena que no merece la pena volverla a montar, así que mejor El zoo de cristal, de Tennessee Williams, que es muy bonita. El avaro de Molière… faltan dos… Alejandro y Ana es una obra que me encantó, creo que hubo un antes y un después en España. Y Urtáin, y ya van dos de Animalario.

¿Hay alguna en especial que te impactara de pequeño?

Recuerdo un montaje que me impresionó, que era Las bodas de Fígaro. Era una apuesta que había hecho Fabià Puigserver, creador del Teatre Lliure.

¿La obra de teatro o la ópera?

Teatro. La hacían Lluís Homar, Anna Lizaran y Jordi Bosch. Lo vi en el Clásico de Madrid y me impresionó por la belleza de la pieza y lo lúdico de la propuesta. Era teatro divertido, no era plomizo. La primera obligación del teatro, igual que del cine, es no aburrir. A partir de ahí ya hablamos de todo lo demás.

¿El teatro tiene que ser comprometido o puede ser simple espectáculo?

Uno tiene que tratar la historia que quiera y necesite contar. Lo que sí tienes que saber es que aunque hagas una comedia banal estás hablando de un reflejo del mundo, estás apostando por un tipo de relato de la sociedad en la que vivimos. Quiero decir que todo es político. Si yo te pido que me nombres a dos directores de cine políticos seguramente pensarás en Ken Loach o Rossellini; pero nunca pensarás en Wolfgang Petersen, que dirigió Air Force One, o en James Cameron que dirigió Terminator. Y eso es cine político.

O Harry el sucio.

Exacto, eso es cine político. Hay un reflejo del poder, de la violencia, de hasta dónde puede llegar la autoridad para defender los poderes del Estado… Pero si te hablo de una comedia romántica, también es cine político o, como mínimo, social, porque hay un reflejo de valores éticos, morales, familiares… Uno puede escribir, como dirían en Argentina, sobre lo que le cante, pero siendo consciente de que todo tiene repercusiones.

El mundo del teatro, y el artístico en general, normalmente tiene unas tendencias políticas inclinadas hacia la izquierda. Hace poco Alberto San Juan dijo que era imposible que hubiera intelectuales de derechas. ¿Estás de acuerdo?

No. De hecho, los hay.

¿Hay alguno que te interese lo que diga?

Vargas Llosa, por ejemplo. No comparto el 90% de sus opiniones, pero las expresa muy bien y es siempre una síntesis de una línea de pensamiento que expresa mejor que la gran mayoría. O Bernard-Henry Lévi, que es un tipo profundamente reaccionario que se expresa de una forma muy contundente, al que siempre es interesante leer. De nuevo, no comparto el 99% de lo que dice.

¿Hay alguno español?

No que se me ocurra ahora mismo. ¿Y a ti?

Mmmmh, no.

Quizá Marías padre, pero murió hace años.

Tampoco era exactamente…

Hombre, era conservador. Tampoco se me ocurre…

¿A qué crees que se debe que la tendencia ideológica del mundo del espectáculo esté marcada por la izquierda?

Yo no diría del mundo del espectáculo. Creo que es la del mundo del arte y la cultura en general. Cualquier reflexión profunda, cualquier intento de comprender el mundo que te rodea te obliga a ser contrario al poder, porque en la sociedad en la que vivimos el poder es profundamente injusto. Estructural e innatamente injusto. Cualquier reflexión honesta de tratar de comprender el mundo que te rodea te inclina a enfrentarte a lo establecido.

¿Y en un contexto como en el de la Unión Soviética debería de ocurrir lo mismo?

Le ocurre lo mismo. Con la revolución soviética nace un inmenso despertar del arte que, cuando llega la III Internacional y el estalinismo, muere aplacado por el peso de una corriente tan terrible como fue la dictadura de Stalin y, más aún, lo que vino después. La Unión Soviética padeció muchos años de lo que para mí solo puede ser llamado fascismo. Desde mi adolescencia me he diferenciado de otros compañeros por pensar que la Unión Soviética no era comunista y ser muy crítico con ella. A cualquier artista honesto de allí le hubiera ocurrido lo mismo. De hecho les sucedió y muchos lo pagaron.

¿Qué lecturas te han servido de base para tu formación política?

Tuve una adolescencia y juventud muy politizadas. Va a quedar un poco raro, pero el primer acercamiento que tuve fue con el ¿Qué hacer? de Lenin. Después leí fragmentos de El capital. No lo he leído entero porque sigue habiendo partes que… es un compendio de muchos libros y es muy complejo. Pero digamos que leí fragmentos, síntesis y versiones reducidas. Y después seguí leyendo a Lenin, un libro de filosofía que me gustó mucho. El otro día se lo comentaba a un amigo y me dijo que ese libro es una chapa infernal, pero a mí me gustó en su momento. Es cierto que lo leí con 16 años. Se llama Materialismo y empirocriticismo. También leí literatura china, que era crítica con la Unión Soviética, y esa fue mi aproximación a la crítica a la Unión Soviética. Luego Camus, Sartre, más Marx, Engels. Y Antonio Gramsci, que para mí ha sido un gran descubrimiento. Como te digo, tuve una juventud bastante política.

¿Te parecían actuales los clásicos como Marx o Lenin?

Como análisis de la historia de la realidad el marxismo sigue siendo la única herramienta certera. Nunca nadie me ha dado una comprensión tan profunda y certera de la historia como Eric Hobsbawm, para mí uno de los mejores historiadores, que murió hace poquito, que era un gran marxista. Como herramienta de análisis del mundo que nos rodea me parece el más certero.

Sobre Lenin hay dos versiones: que fue el fundador del comunismo y luego llegó Stalin e hizo astillas el invento, y hay quien sostiene que ya Lenin justificaba la violencia y no tiene de él una imagen tan buena.

Lenin justificaba la violencia, hizo una revolución violenta. Pero la cuestión de Lenin va más allá. El marxismo es una herramienta para estudiar la realidad, y Lenin fue el primero que lo llevó a cabo. Pasa de un análisis a una revolución. Lo que diferencia a quienes se aproximan a él o no es la diferencia frente a qué hacer: si nos limitamos a contemplar el mundo, analizarlo y estudiarlo, o hacemos algo; más allá de lo que te parezca la figura de Lenin.

Planteándolo de otro modo, ¿Stalin fue la consecuencia lógica de Lenin?

Stalin fue un dictador y hay que criticarlo. No criticarlo le ha hecho un flaco favor a la izquierda en general. Pero creo que es irrelevante que fuera una consecuencia lógica o no, lo que creo que es relevante es la pregunta de si debemos limitarnos a un análisis de la realidad o debemos intentar cambiarla.

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¿Queda algún país marxista? ¿Corea del Norte?

Corea del Norte es una dictadura infame. China es un país que me produce mucha tristeza. Leía ayer en un periódico una entrevista que le hacían a un alto dirigente y era absolutamente deprimente.

¿En qué sentido?

En el sentido totalitario, de neoimperialismo, de las condiciones en las que viven sus trabajadores… y además que es un pésimo ejemplo para el resto del mundo.

¿Ha habido algún ejemplo de régimen marxista que no fuera dictatorial o totalitario?

Por breves espacios de tiempo.

¿Qué falla?

Creo que falla la gente que lo encara. Cambiar las mentalidades y las estructuras es complicado y el poder es muy tentador. Todos los regímenes son autoritarios y dictatoriales. Nuestra democracia también lo es.

Pero tenemos que vivir con ello.

Tenemos que intentar inventarnos otra cosa, sea lo que sea. Evidentemente la Unión Soviética no, evidentemente China no, evidentemente Corea del Norte no: tendremos que inventar nuestra cosa. Pero pensar que en España son los ciudadanos quienes tienen el poder, lo ejercen cada cuatro años dando sus votos y hay unos señores en el Congreso que trabajan para la gran mayoría de nosotros, los ciudadanos, a nuestro servicio y defendiendo nuestros intereses, es más utópico que pensar que China es comunista. Vivimos en la dictadura de los mercados financieros. Son muy pocos los que dictan las normas, y las normas que se dictan son en función de sus intereses. El ejemplo más claro de que vivimos en un Estado totalitario son los desahucios. Cuando el Estado se sienta a tomar una decisión que puede suponer o bien defender a una familia que se va a quedar en la calle, o bien defender el interés de la cuenta bancaria de un banco, no tiene ninguna duda de cuál es su cometido.

¿Qué diferencias encuentras entre un desahucio ordenado por una entidad bancaria y uno ordenado por alguien que alquila su casa y a quien no pagan? En ambos casos es alguien que no paga una deuda.

Sí, pero no es lo mismo. Cualquiera puede entender la ofuscación de un particular que necesite ese dinero de un inquilino que no le está pagando, y quizá ese dinero lo necesita para vivir, y que se caliente, se enfade e intente echar a esa familia. Lo que no es sostenible es que el Estado, que es el que debe ampararnos a todos y debe hacerse cargo de todos los ciudadanos, deje a una familia en la calle simplemente para que un banco tenga su cuenta saneada, cuando además a todas luces ha estafado y estafará; porque la deuda que le pide a esa familia es mucho más de lo que realmente deben. Incluso te pueden echar de tu casa y mantener la deuda. Esa es la gran diferencia. Es como la pena de muerte, si seguimos haciendo analogías. No es lo mismo que alguien mate a tu hija y tú vayas y le revientes la cabeza, cosa que es debatible y censurable pero humana, a que el Estado detenga a ese señor y en nombre de todos los ciudadanos, ya con la cabeza fría, lo asesine, haciéndonos a todos copartícipes de un crimen.

Naciste en Argentina y tu padre fue asesinado por el régimen de Videla. Vinisteis a España en una época en la que todavía no se sabía muy bien qué iba a pasar aquí. ¿Qué similitudes y diferencias encuentras entre el paso de la dictadura a la democracia en un país y en otro?

La principal diferencia es que la dictadura en Argentina duró de 1976 a 1983 y en España duró casi 40 años. En Argentina implicó a una generación, en España implicó a dos, tres o cuatro. En Argentina implicó a importantes segmentos de todas las estructuras del poder, en España implicó a todas las estructuras del poder durante generaciones: la policía, la judicatura, la política, el alto empresariado… todos participaron de las estructuras de la dictadura franquista, con lo cual hacer una mirada crítica en Argentina resulta más sencillo que en España, porque aquí todas las estructuras del poder estaban implicadas. En Argentina juzgar a los responsables de la dictadura es un hecho, aquí es un anhelo.

Y ya no están. ¿O aún se les podría buscar?

Están todos. Muchos de los que apartaron a Garzón de la judicatura habían jurado fidelidad al Movimiento porque, por ejemplo, les tocó ser jueces del TOP, el Tribunal de Orden Público. Lo que quiero decir es que hay una enorme diferencia. Si yo quiero saber algo de mi padre voy a Ministerio de Derechos Humanos, pregunto por el legajo de Diego Fernández Botto, me dan una habitación y me leo todo lo que el Estado sabe de la muerte de mi padre pues, al haber sido asesinado por el Estado, es el Estado el que se hace cargo. Aquí el Estado asesinó a cientos de miles de personas, de las que se estima que más de 100.000 siguen en cunetas, o diseminadas por los campos de España. No tienes dónde ir para preguntar por tu abuelo asesinado en 1940, nadie te va a dar esa información. Tienes que buscar y rebuscar, encontrar algo en unos archivos, hablar con los viejos en un pueblo…

¿Porque hace mucho tiempo y no había registros o porque falta voluntad de investigarlo?

Los registros están todos, no ha habido ninguna voluntad. Cuando llegó la Transición se decidió pasar página y olvidarse de que aquí hubo un genocidio.

¿Te parece más acertada la manera en que se ha hecho en Argentina?

Me parece la única manera. Creo que España sigue pagando las consecuencias de haber hecho una transición muy mala.

¿Estás satisfecho de cómo se ha hecho en Argentina?

Se podría haber hecho antes, se podría hacer mejor, se podría acelerar el ritmo de los juicios, pero creo que se está haciendo bastante bien.

¿Qué opinión te merece la saga Kirchner?

Tiene aspectos contradictorios, como todos los políticos. Creo que la ruptura con el Fondo Monetario Internacional fue imprescindible: las mismas recetas económicas que se están aplicando aquí (en España) fueron las que se aplicaron en Latinoamérica en los años 90, y fueron un fracaso rotundo y llevaron el país a la quiebra. Argentina empieza a salir de la recesión cuando decide no pagar la deuda y renunciar a las políticas de austeridad. Entonces fue cuando Argentina creció un 7%. Luego Kirchner puso a Zaffaroni en la Corte Suprema, anuló las leyes de punto final y obediencia debida, lo que se llamaba “las leyes de impunidad”, y a partir de ahí empezaron a revitalizarse los juicios. Hubo un acto simbólico de enorme importancia cuando Kirchner visita la Escuela de Mecánica de la Armada, donde había colgado un retrato de Videla, y le dice al general que le acompaña en el paseo que lo descuelgue en ese mismo momento. Y hay una foto del general subido a una sillita descolgando el cuadro. Ahora la Escuela de Mecánica es un centro de memoria. Su labor ha sido ejemplar en todo lo que tiene que ver con derechos humanos. Es cierto que tanto él (Néstor) como ahora ella (Cristina) acumularon un enorme poder y que las relaciones con los sindicatos son conflictivas, pero tiene sus luces y sus sombras. En lo económico y en derechos humanos tiene más luces que sombras.

Juan Diego Botto para Jot Down 5

El Gran Wyoming nos decía que había llegado el momento de salir y tomar la calle, que en la situación en la que estamos el pacifismo no sirve para nada. ¿Qué te parece?

Me parece que lo que no es realista es pensar que no se está ejerciendo violencia sobre nosotros. El pacifismo puede ser válido cuando hay igualdad entre las partes, cuando hay un diálogo entre dos partes iguales. Cuando tienes una bota sobre la cabeza y te están golpeando no puedes pedir un descanso para hablar, lo primero es quitarte la bota de la cabeza y evitar que te golpeen. Y esa es la situación en la que nos encontramos. La ciudadanía está absolutamente indefensa, no tiene mecanismos para defenderse y está sufriendo un ataque como no había sufrido Europa desde los años 30. La única alternativa es tomar la calle.

¿No te parece suficiente votar cada cuatro años?

Es inútil. Te pongo el ejemplo: acaba de salir por mayoría absoluta un partido con unas promesas y ha hecho exactamente lo contrario de lo que propuso, en todos y cada uno de los puntos. Hay fotografías muy ilustrativas de Rajoy y Esperanza Aguirre firmando peticiones contra la subida del IVA, y ahora han realizado ellos la mayor subida del IVA que se recuerda. Y eso es solo el principio: está la reforma laboral, los impuestos… todo. ¿Qué sentido tiene votar? Cuando el 15M decía “No nos representan” no era un eslogan, era un hecho. La clase política son unos funcionarios que trabajan al servicio de las grandes empresas y el capital financiero. No son torpes, ineptos o inútiles; es que no trabajan para ti ni para mí, los intereses que ellos tienen que defender no son los tuyos ni los míos. Y si lo piensas desde ese lado es cuando todo encaja. ¿Las políticas de austeridad nos llevan al fracaso? Sí, claro, pero garantizan que paguemos las deudas a los grandes bancos.

¿Qué alternativas hay?

Realmente ninguna. Tomar la calle y construir desde abajo es la única alternativa en este país. El reto y poder al que te enfrentas es inmenso, gigantesco, y más en un mundo tan globalizado. Cualquier país que haga unas propuestas distintas se enfrentará a un bloqueo, a no ser que seas un país minúsculo como Islandia. La única alternativa es construir desde abajo, que tengan tal presión que les impida llevar a cabo estas políticas.

Empezamos desde abajo. ¿Cómo evitamos corrompernos y terminar sirviendo a esos mismos intereses cuando llegamos arriba?

Pero es algo de lo que podemos aprender. El poder no corrompe, solo los corruptos llegan al poder. Hay alternativas, se ha generado mucho pensamiento político, mucha literatura y muchas alternativas políticas desde 1917. Hay otra posibilidad de construir y es imprescindible hacerlo. Lo que es un hecho es que el mundo en el que vivimos es profundamente injusto y suicida, con lo cual sostenerse en un tren que va hacia el abismo porque solo conoces el tren y dudas de la bicicleta… hay que parar el tren y bajarse.

¿No te parece que estemos en la mejor época de toda la historia de la humanidad?

De ninguna de las maneras. Es la mejor época por el avance científico.

¿En qué otra ha habido más derechos sociales y libertades?

El 60% de la humanidad se muere de desnutrición y nunca en la historia había habido capacidad para alimentarlos a todos. Pero ahora la ciencia hace que tengamos la capacidad de hacerlo. Tenemos la capacidad para construir casas para toda la humanidad. O escuelas y universidades. Pero ahora es cuando la brecha entre ricos y pobres es más grande. Antes también había desigualdad, pero no se podía generar tanta riqueza; ahora podemos generar una ingente capacidad de desigualdad porque podemos generar una ingente capacidad de dinero.

¿No tienes esperanza?

No tengo ninguna en los poderes establecidos. Creo que inevitablemente esto va a peor, es visible y palpable. Hay que recordar que no ha habido ningún avance social que no haya sido conquistado con lucha, ninguno ha sido regalado. Lo que llaman la época dorada del capitalismo, que va de 1945 a mediados de los años 70, lo llaman así por dos motivos: uno, que el mundo estaba devastado por la 2ª Guerra Mundial y había mucho que construir, lo que permite un crecimiento económico e industrial importante; y segundo, porque aún existía la Unión Soviética, y no es que yo fuera partidario. Al tener tanto miedo al comunismo se conceden un montón de avances sociales, por lo menos en Europa y estados Unidos, aunque no en Latinoamérica: seguridad social, medicina universal, educación universal y gratuita… todos estos derechos son concedidos para frenar el avance de aquello que les quitaba cuota de mercado. Ahora ya no existe, hay ningún freno. El empresario piensa: “¿Por qué tengo que invertir dinero en Sanidad si no hay ningún contrapoder que me lo vaya a quitar?”

Has comentado que para quitarte la bota de la cabeza no vale el pacifismo. ¿Gandhi y su resistencia pasiva no es un ejemplo válido?

Es un ejemplo que te puede valer o no. Hay una inmensa violencia en dejarte matar, pero es una opción. La opción de Gandhi era “Podéis matarme a mí, podéis matar a 5, a 10, a 100, a 1.000…” Pero estamos hablando de la india. ¿Cuántos millones de habitantes tiene la India? Implica un sacrificio personal que, para empezar, no sé si moralmente es justo, y que necesita unas condiciones muy específicas, como son tener decenas de millones de habitantes. Moralmente lo podemos discutir, pero eficazmente aquí y ahora mismo no lo es. Podemos discutir qué es moralmente aceptable enviar al frente a tanta gente para que los maten. Porque Gandhi era eso: Gandhi era “vamos allá a que nos maten”. Y los mataban. Su ambición era conquistar la independencia de la India, y la conquistó, pero a costa de mucha sangre y porque el Imperio británico estaba en decadencia.

Para acabar, pasemos a un tema bastante más ligero: como argentino, te gustará el fútbol.

Sí, mogollón.

¿Bilardista o Menottista?

Me da una pereza ese debate… es que no soy gran fan de ninguno de los dos.

¿Cuál es tu equipo?

El Barça.

¿Y en Argentina?

Boca.

¿Por qué del Barça, si siempre has vivido en Madrid?

Maradona jugaba en el Barça cuando era pequeño, y siendo argentino te hacías del Barça. Luego ya vino el “Dream team” y era imposible no ser del Barça.

¿Tienes conflictos si juegan España y Argentina o apoyas a Argentina y ya está?

Tradicionalmente era fácil porque uno iba con España hasta que la eliminaban en cuartos y luego ya ibas con Argentina, que llegaba hasta semis. Ahora es más complicado. La verdad es que no lo sé. Me encantaría una final España-Argentina y ver qué pasa, ver qué siento.

Seguirías yendo con el que va perdiendo.

Pues seguramente.

Has dicho que podemos aprender de nuestros errores, pero en Berlín en 1936 se hicieron unos Juegos Olímpicos, en 1978 se hizo un Mundial en Argentina y recientemente se han celebrado en China otros Juegos. ¿No aprendemos o no hay que mezclar deporte y política?

Aprendemos perfectamente, pero hay que separar el dinero de lo que son los ciudadanos y los valores que nosotros podemos tener. El dinero enseña, pero a ganar más dinero. Las cuestiones morales le dan igual. Te pongo un ejemplo: aquí se nos llena la boca hablando de derechos humanos y Cuba pero no tenemos ningún problema en venderle un AVE a Arabia Saudí que es, posiblemente, una de las dictaduras más represivas que hay en todo el mundo. Al dinero y el poder estas cosas les dan igual.

¿Qué es lo mejor que has visto en un campo de fútbol?

De Maradona los dos goles a Inglaterra. En general la final del Mundial que ganó España. No lo vi en el campo, pero fue muy especial.

¿Qué resultado crees que puede tener Guardiola como entrenador fuera del Barcelona?

Creo que es un buen entrenador. Es cierto que él conocía el Barcelona mejor que cualquier otra cosa y que, además, el espíritu que le impregnó al equipo es el espíritu natural del club, recogiendo toda la herencia de Cruyff. Por cierto, Cruyff fue el único jugador del mundo que decidió no ir al Mundial de 1978 por desarrollarse en una dictadura. Por eso siempre ha sido de mis jugadores favoritos. Pero creo que Guardiola es muy bueno en sí. Puede hacer una muy buena tarea en el Chelsea o en cualquier equipo.

¿Está Tito Vilanova empequeñeciendo su figura o la está haciendo aún más grande?

La está haciendo aún más grande.

Para acabar, ya que estamos en la librería Molar, ¿qué lees de ficción?

Lo último que estoy leyendo es No me cuentes tu vida, de Luis García Montero, y el libro de Vicenç Navarro y Juan Torres.

¿Lees varios libros simultáneamente?

Bueno, es novela y ensayo, con lo cual se puede. Pero sí, a veces lo hago, novela en casa y ensayo cuando viajo.

Juan Diego Botto para Jot Down 6

 Fotografía: Guadalupe de la Vallina

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72 Comentarios

  1. Este tipo y otros de similar corte hablan de «tomar la calle». ¿Qué quieren decir? ¿Colgar a los políticos, quemar los contenedores y establecer la anarquía?

    No hace ni cuarenta años estos mismo lloraban por una democracia. Y ahora que la tienen, quieren destruirla y establecer lo que les sale de los cojones.

    La gente vota y decide. Sí, votan mal, porque en su mayoría son estúpidos, pero eso es la democracia. El poder del pueblo. Y si el pueblo es subnormal, pues se destruye. Era previsible.

    • David Peñasco Maldonado

      Es que tiene cojones la cosa: el niño bien que estudió en la escuela de arte dramático de su madre (oigs, no veas qué infancia más dura), y luego se fue a estudiar interpretación a Nueva York con el dinero de sus papis va a montar la revolución. Ya sólo falta que salgan los Bardem al completo a hablarnos de lo dura que fue la Transición y esto parece el Celebrities…

      • Precisamente por eso es tan loable que sean de izquierdas, porque lo fácil, teniendo todo lo que tienen es que pasaran de los problemas y disfrutaran de sus privilegios.

        Pero no, mola más criticarles gratuitamente, ¿verdad?

        ¿Acaso preferiríais que fuesen unos imbéciles egoístas de derechas?

        Ios a freír espárragos.

        • A ver, intelectual, se dice IDOS. Que sois todos muy cultos pero luego la mitad no sabéis ni hablar. Y Botto es un bluff, un actor mediocre y un director peor, su trabajo lo delta. Un producto del decadente mundo de la interpretación en España. Un tío que dice que no hay intelectuales de derechos es un analfabeto y un sectario

  2. «Hacer las cosas como yo digo que se tienen que hacer a pesar de lo que vote la mayoría es la única alternativa posible». Cultura democrática bajo cero.

  3. Lord Zaroff

    Tomar la calle significa lo que parece, que el pueblo vuelva a ser consciente que la democracia y el gobierno esta simplemente para servirnos a todos y cuando este no funciona hay que hacer lo necesario para cambiarlo, desgraciadamente hoy en día dependemos de los mercados y todo esto se hace mucho más complejo pero el primer paso es demostrar nuestro poder como pueblo y nuestra voluntad de cambio, nadie habla de anarquía ni de colgar a políticos simplemente de modificar el sistema con lo que esto conlleva, obviamente en el momento en que hay violencia directa contra el pueblo, este no puede quedarse cruzado de brazos sino que ha de contraatacar y dejar bien claro de quien es la soberanía y para quien ha de trabajar.

    La democracia es el peor mejor sistema no lo olvidemos, no el sistema definitivo, democracia es una idea que se ha convertido en una forma de atar a la sociedad y encima haciéndola responsable de actos en los que no tiene ningún tipo de libertad de elección.

    Revolución, YA!

    • El día que hagas tu revolución, habrá muchos que saldrán a tu lado, pero otros tantos y muchos más lo harán para oponerse a ella. En este país las revoluciones se votan.

      • Exacto. La última revolución trajo guerra civil.

        • ¿La última revolución trajo guerra civil?… La guerra civil,aquí en España, la trajeron unos generales golpistas. Un poco de Memoria Histórica, por favor.

    • ¿Y cómo se toma la calle? ¿Como se hace esa revolución? Porque si en las urnas ya no vale… ¿con antorchas?, ¿matando, destruyendo? Seguís con lo de «tomar la calle» pero parece que ninguno tiene lo que hay que tener para hablar claro, para decir que lo que queréis es que haya sangre.

      • La calle se toma protestando por lo que te atañe y sumándote a las protestas de aquellos que reclaman cosas que, aunque no te afecten directamente, sean justas.

        La calle se toma no perdiéndose ni una sola manifestación cuyo espíritu compartas.

        La calle se toma también implicándose en alguno de los movimientos sociales, afilíándote a un sindicato, a alguna ONG o a algún partido político tipo las CUP o IU, que luchan por lo mismo, y dedicando parte de tu tiempo libre a trabajar con ellos por el bien común y la justicia social.

        La calle se toma también informándote y difundiendo información.

        Así se toma la calle.

  4. Ghandi vs Lenin vs Predator. No llega al discurso de San Juan, pero deja perlas de pseudointelectualismo progre. Ahora resulta que si hablamos de violencia y Lenin hay que ir más allá, pero Ghandi tiene las manos llenas de sangre. Entiendo que sea de izquierdas y lo justifique un poco (no es frecuente encontrar a gente de izquierda que critique abiertamente a China, la URSS o Cuba), pero con Ghandi se pasa un poquito, ahora resulta que la acción (entendida como cambio más o menos violento) es preferible al pacifismo. Detecto un pequeño resbalón argumental.
    También me ha gustado lo de «es novela y ensayo, con lo cual se puede». Supongo que si lees tres o más novelas a la vez, explotas. Ah, es verdad: no.
    En fin. Un saludo.

    • caesares8

      Amén.

    • Se puede calificar a Gnadhi de no-violento y decir que sus actos eran pacíficos pero nunca de ser pacifista. Su discurso lograba agitar a las masas, infundía valor a sus seguidores para que aceptaran la muerte y les animaba a la provocación.

  5. Frasier Crane

    Buena entrevista. Me ha sorprendido leer las opiniones de esta persona.

  6. ¿Por escribir un comentario te dan un palillo y un carajillo o se viene con ellos puestos?

  7. C. Albers

    «Bernard-Henry Lévi, que es un tipo profundamente reaccionario que se expresa de una forma muy contundente, al que siempre es interesante leer»

    Aquí he dejado la entrevista.

  8. C. Albers

    ¿Qué pasa? ¿Por qué censuras el comentario? ¿Es que hay que comulgar con Henry-Levy?

  9. de ventre

    ¿¿¿¿pero no era hijo de juan diego?????

    podríais haberle preguntado por las pelis que ha hecho, que ha hecho más de una buena, no? la que hizo con juan («luke, no soy tu padre» diego) «vete de mí» es una ida de bola magnífica que se merece una entrevista por sí sola.

    lo de lenin bueno, stalin malo y «a ver qué harías tú?» está más visto que la tos, pero, de todos modos, suscribo a lord zaroff más arriba y el que no se quiera sentir estafado por el funcionamiento actual de la democracia española será porque es cliente de la misma, porque si no, no se entiende.

    interesante, la verdad, pensaba que era un personaje más plano.

    j

  10. fueradejuego

    Me gusta la expresión de la primera foto en plan «Eh cuidado,ahí va mi polla» como en Sin compromiso.

  11. Totalmente de acuerdo con lo de Marlon Brando y Montgomery Clift, aunque este último empezó un poco antes, era algo mayor. Leonardo DiCaprio también me parece un gran actor, y me gusta incluso más su etapa pre Titanic a la post. Martin Hache grandísima película

  12. La entrevista no está mal, y me interesa mucho sus opiniones sobre la creación, el talento, el esfuerzo, etc. Creo que establece una verdad universal que se aplica a todas las facetas de la vida, el talento es imprescindible, pero hay que trabajarlo, y sobre todo hay que sentirse realizado trabajandolo, sentirse agusto. Si no, cualquier profesión queda vacia.

    Luego vienen los viejos tópicos, «hay que tomar la calle», «la intelectualidad de la izquierda», «disfrazar el comunismo de fascismo» etc etc. El entrevistador se lo pregunta, y el hombre pues tiene sus convicciones y punto, cada uno tenemos nuestra verdad, y de ahi, ya a ciertas edades, no nos mueve nadie, me parece perfecto. Pero de decir tomar la calle, a hacerlo hay mucho trecho, porque este hombre, como tantos otros, tiene que llevar el pan a casa y eso es su máxima prioridad, eso no es reprochable. Muchas veces, los personajes públicos tienen que interpretar un papel, y creo que todos lo hacemos en cierto modo.

    Yo en mi opinión entiendo que mas facil que tomar la calle, es la objeción de conciencia fiscal (no pagar impuestos todos a la vez), algo utópico y que precisaría que todos participaramos de una mente única que nos coordinara. Asi si que forzariamos a los poderes públicos a escucharnos sin remedio, porque les quitariamos la financiación que les permite vivir de nosotros asfixiandonos para sostener sus intereses en perjuicio de los nuestros. Pero eso es utopía. Vivimos exactamente en el mismo mundo que antes. Menos cruento, (no estoy de acuerdo en lo de que vamos a peor a niveles generales), pero con el mismo sistema, el pez grande se come al chico, porque los chicos, que son mas, no se juntan y van por libre.

  13. Me hubiera gustado llegar a la parte política de la entrevista, pero después de leer lo que dice de Hamlet y el público de nuestros días, me he visto obligado a abandonar.

    Digamos que los actores, más allá de claras excepciones, nunca han sido muy intelectuales.

    • La interpretación es un oficio. Como algunos oficios, puede llegar a ser arte a través de la excelencia y el genio. No es el caso de Botto.

  14. Bien la entrevista. Mal que Diego Botto ponga a Marías como intelectual de derechas y el entrevistador no le corrija. Marías se alistó en el bando republicano durante la guerra civil, aunque no fue al frente por cegato. Después de la guerra fue encarcelado y casi le fusilan. Y no pudo o quiso enseñar en la universidad por no ser afín al régimen.
    Es cierto que era católico, pero no creo que se le pueda clasificar como de derechas.

    • Antes las cosas no eran tan maniqueas como ahora. O al menos, ciertos hombres no lo eran. El único partido en el que milita Ortega creo que es el socialista, pero desde luego Ortega no era de izquierdas ni de lejos. Ni Marías. Si por de derechas se entiende lo que se entendía en la España de 1965, pues tampoco lo eran. Ahora todo es blanco o negro. Cuando piensas que en 70 años, en esto, apenas hemos mejorado, es para echarse a llorar.

  15. Muy bueno lo de la escuela de Nueva York «…y luego estaba la parte comercial y tal, pa que la peña se quedase». Me recuerda a un compañero mío de clase:»Seño, seño, a los idiotas y a mí nos están bajando los pantalones en el recreo».

  16. La parte político-económica-social de la entrevista… bufff… ¿era realmente necesaria?

  17. «Como análisis de la historia de la realidad el marxismo sigue siendo la única herramienta certera», dice el mozo. Va bien, muy pero que muy bien. Suspenso en historiografía. Hasta el mismísimo Raphael Samuel se ha acabado desmarxistizando. La única herramienta certera… literatura victoriana para el análisis social del XXI. Fantástico. Igual alguien debería decirle que el carcamal de Hobsbawm tenía cadáveres en el armario desde el 56, y que sus libros son un bodrio que aquí nos hemos mamado por obra, gracia y salero de Fontana, que hizo de los historiadores marxistas británicos nuestros primos de Albacete, mientras que a los historiadores alemanes, italianos o franceses no los traducía ni su padre. Marxismo como herramienta de análisis… un tomazo como Posguerra, el mejor libro de historia de los últimos 15 años, es lo menos marxista que jamás se haya escrito en historia contemporánea. Pero igual este mozo se piensa que Judt era también marxista. Como era listo y de izquierdas, le hacían publicidad en El País y a unos cuantos columnistas de allí se les hizo el culo gaseosa con sus últimos escritos (dictados)… vaya tela.

  18. Suscribo el primero comentario. Tomar la calle? En el fondo se respira una gran intolerancia en todos estos actores que manifiestan sus ideas politicas. Mientras la izquierda esta en el poder, aunque no se haga nada como con ZP mientras el pais se hunde, todo es maravilloso y nadie dice ni mu. Ahora bien, si esta la derecha cualquier excusa es buena para salir, tomar la calle, armar jarana, etc etc. Y luego se extranan de que nadie vaya a ver sus peliculas.

  19. Me ha parecido una gran entrevista porque ha dado unas mágnificas respuetas. Estás de acuerdo o no, y yo lo estoy prácticamente en todo, pero de lo que no hay duda es que es un hombre consecuente y que sabe de lo que habla. Además de un gran actor y director.

  20. Es muy grave ver con normalidad que un país no afronte su deuda.

  21. Jot Down para mi gusto es de lo mejorcito en su estilo.

    Pero, ay, al igual que parece que jamás volverá un programa como La Clave, no creo que volvamos a ver un medio en internet plural de verdad. Jot Down expone variedades yuxtapuestas, puntos de vista compartimentados, pero no pluralidad. No sé si me explico…

    Por ejemplo, el sesgo de toda la entrevista se resume en:

    -Alberto San Juan dijo que era imposible que hubiera intelectuales de derechas. ¿Estás de acuerdo?
    – No. De hecho, los hay.
    – ¿Hay alguno que te interese lo que diga?
    – Vargas Llosa, por ejemplo(…)
    – ¿Hay alguno español?
    – No que se me ocurra ahora mismo. ¿Y a ti?
    – Mmmmh, no.

    Es decir, paquete completo entrevistado entrevistador, paquete comansi. Y si no te mola pues puedes escoger otra entrevista con un sesgo distinto pero más a fín a tí.
    Pero no hay digamos un telón de fondo, si te con pastas para todos los gustos. Pero bueno, es lo que hay. Mola de todos modos.

    • de ventre

      muy bien visto, la verdad.

    • Caballero

      No puedo estar más de acuerdo.

      Pero te dejas lo mejor.

      Botto: Todos los regímenes son autoritarios y dictatoriales. Nuestra democracia también lo es.

      JD: Pero tenemos que vivir con ello.

      Botto: Tenemos que intentar inventarnos otra cosa, sea lo que sea.

      Nótese, en primer lugar, la contradicción en los términos. Nuestra «democracia» también lo es… «dictatorial». Ojo, como TODAS las demás. Si los regímenes comunistas lo son, las democracias liberales no iban a ser menos. Es por ello que estamos leyendo y comentando esta entrevista.

      A continuación, el entrevistador suscribe las palabras de Botto mansurronamente. Con una retórica ridícula, por lo demás

      Por último, Botto apela a mantener viva la llama de la utopía. «Otra cosa, lo que sea». Lo que sea, como sea, y caiga quien caiga. Naturalmente.

      • Hombre, está visto que tú te has tragado lo del «poder del pueblo». Como si el pueblo pudiese hacer otra cosa que padecer el poder. Que sí, que sí, que libertad de expresión. Puedes usarla por ejemplo para el famoso expediente de mandarnos (figuradamente, claro) a todos a tomar por Corea del Norte.

      • Una de las principales funciones de las dictaduras (aquí y ahora), es justificar, por comparación, el régimen que padecemos.

        Y el Dinero de 12 ó 13 ceros en adelante, y sus funcionarios (del Estado o de la privada, entendámonos), agradecido.

  22. agradecer una vez mas a esta revista su capacidad de ofrecernos un material excelente para los que indistintamente nos gusta ejercer tanto la lectura crítica como la lectura asentiva… mas allá de la ideología que me alumbra, busco la correcta gestión neuronal por parte de los que aquí escriben o se exponen a ser indagados, porque de su solvencia, siempre me voy a nutrir… en este sentido, afirmaciones como asociar intelecto a ideología, me parecen pueriles

  23. Es terriblemente triste leer una amplia entrevista de alguien que se expresa con propiedad, que cita un buen puñado de autores interesantes y que habla en todo momento con mesura y buen hacer; y acto seguido ver los mismos comentarios que uno puede encontrar, por citar dos ejemplos, en Marca o en revistas online de videojuegos, en los que ya se presupone -a veces injustamente, todo sea dicho- un nivel bajo de debate y razonamiento.

    No pretendo sentar cátedra ni creo que mi comentario sea mucho más inteligente que los otros de esta misma entrada, pero que de una larga entrevista el lector medio de esta página sólo extraiga una idea sesgada de la ideología del actor (sin ni siquiera debatir propiamente los múltiples argumentos que este sostiene) y los «supuestos» (la mayor parte de ellos a interpretación del pensamiento parcial del comentarista) errores que comete me parece francamente deprimente.

    A título personal me ha gustado ver a un actor con talento hablar de cine, sociedad, política y cultura de manera respetuosa y demostrando un buen nivel intelectual. No coincido al 100% en todo lo que comenta, pero creo que en algunos aspectos su análisis de la situación actual es sorprendentemente certero. Bien por él.

  24. Caballero

    «¿Ha habido algún ejemplo de régimen marxista que no fuera dictatorial o totalitario?

    Por breves espacios de tiempo.»

    Dónde vas? Manzanas traigo. Qué régimen marxista no ha sido totalitario, Juanito?

    «¿Qué falla?

    Creo que falla la gente que lo encara. »

    Ah… maldito factor humano. El hombre… ese gran obstáculo… Tengo una idea. Se llama gulag.

    «Para acabar, ya que estamos en la librería Molar, ¿qué lees de ficción?

    Lo último que estoy leyendo es No me cuentes tu vida, de Luis García Montero, y el libro de Vicenç Navarro y Juan Torres.»

    No sé que me resulta más hilarante; si lo arquetípico de la respuesta, o insinuar que Vicençs Navarro escribe ficción.

  25. Caballero

    «Vargas Llosa, por ejemplo. No comparto el 90% de sus opiniones».

    Se puede discrepar del escritor peruano en muchas cuestiones de naturaleza política. Ahora bien, ¿en un 90% de sus opiniones? Sinceramente, ¿puede un demócrata (de izquierdas o de derechas) discrepar de la práctica totalidad de las observaciones de alguien como Vargas Llosa? Tengo serias dudas.

    • Totalmente de acuerdo, a mi también me ha sorprendido. Supongo que es una expesión hecha o un cálculo rápido. Teniendo en cuenta que Vargas Llosa es desde mi punto de vista una persona alejada de cualquier radicalismo, y generalmente sensato.

  26. Lo que no acabo de entender es por qué ese cuestionamiento de los «poderes establecidos», esa necesidad de ser «contrario al poder» y toda esa supuesta conciencia crítica desaparece por completo a la hora de analizar el muy impresentable gobierno de los Kirchner. Ahí asume mansamente el discurso de la propaganda oficialista sin rechistar…

    O sí, quizá sí lo entiendo.

  27. Caballero

    Había pasado por alto esta perla.

    Sobre Ghandi: «Hay una inmensa violencia en dejarte matar, pero es una opción.»

  28. Si no se deshaucia a nadie sólo podría comprar casas quien tiene ahorrado el dinero que vale el piso ahorrado. Yo llevo pagando hipoteca seis años y quiero que los otros también la pagen y si no pueden pagarla pues que se vayan alquilados. Alquilar señores, que es más económico. Por cierto, Lenin no era Stalin, pero era también un asesino.

  29. En el comunismo la gente cobra lo mismo siendo trabajador que haciendo el vago, así es imposible. Como también es imposible un comunismo de mil quinientos euros por persona, eso sí, de 200 euros por persona podría llegar a ser factible.

  30. Buena entrevista en líneas generales. El entrevistado da opiniones con las que se puede estar de acuerdo o no y punto. Un pero a sus afirmaciones: lo que dice de Cruyff y su negativa a acudir al Mundial 78 no es cierto. El propio Cruyff reveló en 2008 el motivo de su ausencia:

    http://deportes.elpais.com/deportes/2008/04/15/actualidad/1208244121_850215.html

    http://www.elmundo.es/elmundodeporte/2008/04/15/futbol/1208284126.html

  31. Botto es un buen chico, muy amable y agradecido con los poderes que a él le dan bien de comer. Y con la vida más que solucionada. Al igual que su compi de manifiestos en twitter, el Carlos Bardem (propietario de unos cuantos bares de copas en La Latina, otro indignado con la vida resulta).
    La última obra, si no me equivoco, de Botto, subvencionada por Matadero, es decir, Las Artes del Ayuntamiento. Es decir: PP. Hay que ser un poquito coherente. Pero claro, las pelas por delante.
    Respecto a la escuela de su madre, la Rota, pues aparte de la generació de San Juan y compañia, con excelentes contactos en los medios y fuera de ellos (solían llegar los primeros a cualquier casting), pocas cosas buenas se han oido de la secta Rota.
    Juan Mayorga? Ex miembro del Astillero? Los que se han repartido los últimos años los dineritos públicos de los teatros públicos? Los que se van repartiendo los miles de euritos de los premios nacionales y locales? La auténtica trama Gürtel del teatro en Madrid: Mayorga, Jose Ramón Fernández, Garcia May, la Pallín.. Cling, cling, caja. Lo mismo te adaptan Lope de Vega al hip-hop (la Abadía) que te hacen un Ibsen por soleares (CDN). Con los miles de euritos por delante, claro.
    Un nuevo género cultureta: el indi subvencionado.
    En teatro, por ejemplo, han salido las subvenciones 2012: Animalario (Alberto San Juan, Willy Toledo)…12 mil euracos. Los chicos críticos y tal, cobrando de papá PP Estado. Otra compañia indi, El Zurdo, 15 mil euracos. Y así.
    Falta coherencia. $$$$$$ Cling, cling.

    • «Algunos aprecian la coherencia o congruencia como una prueba de honradez en la conducta o como una garantía de verdad en el razonamiento, pero, al cabo, tiene un punto de vanidad estética: vale poco más que la rima, pero es mucho más peligrosa.»

      Que la falta de coherencia nada dice sobre un razonamiento, vamos.

      • Coherencia = lo que dices se parezca algo a lo que haces (o no haces). Porque si no, lo que haces es adoctrinar a los borregos. Tu crees que se puede estar montando una obra coproducida por el Ayuntamiento de Madrid/PP y luego criticando al Gobierno? Poder sí se puede, está visto.

      • Lo que propongo es muy sencillo: que cobren esos miles de euritos. A condición de que no nos suelten el discursito. Pero conozco demasiado a los actores: matan por el discursito de los grandes valores de la Humanidad. Pero claro: matan por los miles de euritos.

        • «Lo que propongo es muy sencillo: que cobren esos miles de euritos. A condición de que no nos suelten el discursito.»

          Yo en cambio prefiero que suelten sus proclamas, pero a cambio no reciban subvenciones financiadas con mis impuestos. Entonces empezaré a tomármelos en serio.

  32. Francamente, me ha gustado mucho más la entrevista que la gran mayoría de comentarios sobre la misma.

  33. Bonita entrevista. En el mundo de la «cultura», siempre, antes de hablar es necesario, creo, reordar a Hans Magnus Enzerberger, cuando decía: «El hecho de que uno se dedique al arte no le dá derecho a pretender que los otros le mantengan».cordialmente mateo.

  34. sentido como un

    Querido bojns, no puedo estar más de acuerdo contigo. Y añado que este país se va al carajo porque personajes que no pasan de mediocres como éste forman nuestra clase cultural y son líderes de opinión.

  35. Me ha gustado mucho la entrevista a Sergio Dalma.

  36. ¿No abusáis un poco de los titulares tipo «hay que tomar la calle», «hacer la revolución» etc. etc.etc.? Los titulares de Botto y Sala se parecen mucho.
    A mí eso de salir a la calle y protestar siempre me ha parecido facilón, creo que por eso no me gustan las manifestaciones.
    Lo jodido es cambiar el sistema desde dentro, que se lo digan a Leonard Cohen…

  37. Hay que admitir que los entrevistadores de Jot Down no son los de Hard Talk, pero esto es España y si lo fueran ni dios querría salir entrevistado aquí. Otro rasgo distintivo más de Españistán.

  38. Como siempre buscando titulares. Lo del teatro, bien. Lo los Kirchner, o sea pa flipar. De modo que la clave es no pagar lo que te han prestado, y crecer a costa del dinero que te has llevado calentito, muy argentino la verdad. Y en cuanto a tomar la calle, hombre el stablishment hoy es precisamente este señor al que se le ha hecho la entrevista.

  39. Nota a pie de página

    Intelectual de derechas: Camilo José Cela

  40. Los entrevistadores y los entrevistados son cada vez menos interesantes aquí.

  41. Pingback: JotDown, o la otra manera de contar historias « jaula216

  42. Casi siempre me han gustado sus películas y es de mi misma generación. Hay cosas que estoy de acuerdo y otras no, pero en general me ha parecido una entrevista muy interesante.
    Por cierto, a mi me gusto Martín H, ¿me tengo que preocupar?

  43. ¿Qué jueces estaban en el TOP?
    Lo de pasar de una filosofía para interpretar el mundo a una transformarlo no es de Lenin. Lenín lo transformó, no hay duda.
    ¿El 60% de la humanidad se muere de desnutrición?
    La saga Kirchner tiene aspectos contradictorios… Stalin fue un dictador y hay que criticarlo…
    Desde mi adolescencia me he diferenciado de otros compañeros por pensar que la Unión Soviética no era comunista… ¡Ah, claro! No había caído. Después de hacer un «intento de reflexión profunda» llego a la conclusión de que la URRS era… franquista. Hay que criticarlo.

  44. Olga Vilches

    Y que bonachón era Zapatero, verdad?

    Es ahora cuando hay que tomar la calle. It´s now or never.

    Y cuando vuelvan «los míos» al poder, haré menos ruido.

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