El prime time ha cambiado mucho. Tanto como su contexto, su marco y su relevancia. En la sociedad americana de los 80, y en menor medida de los 90, el prime time marcaba los temas de conversación mayoritarios. Así, quien no veía Dallas, o Twin Peaks, quedaba con la sensación de haberse perdido una experiencia común, de haberse quedado atrás con respecto a todos sus congéneres. ¿Con qué cara ibas a ir al dispensador de agua de tu oficina cuando sabías que iban a hablar de algo que no habías visto? ¿Y si te preguntaban quién había disparado a JR? ¿O tu hipótesis sobre el asesinato de Laura Palmer? La inercia social obligaba al espectador a ser parte de una audiencia participativa, dentro de sus límites, que ansiaba conocer los entresijos de la serie con tal de no ser menos que el vecino.
Y luego llegó el VHS. Las grabaciones, las reposiciones a la carta. Y luego Internet. El primetime ya no tenía esa relevancia. Ya no unía ni era un factor social de importancia en el funcionamiento de una comunidad.
Sin embargo, de unos años atrás, esta communal TV viewing ha resucitado gracias a, precisamente, Internet. Y más concretamente a las redes sociales. No obstante, la mera existencia de estas herramientas no las hacen útiles como aplicaciones a la manera de hacer y de ver televisión. Entramos a hablar de lo que se denomina Social TV. El futuro de las series de televisión —y de casi cualquier tipo de producción audiovisual y serial— pasa por aquí. Y USA Network lo sabe muy bien.
De esto, del Transmedia Storytelling y de otros conceptos televisivos hablaré en esta pieza. Para ello me apoyaré en el caso de USA Network, canal de televisión —perteneciente a NBC Universal— que perfectamente puede ser considerada como pionera en esta nueva revolución y que, además, ha demostrado que es rentable y da sus frutos. No por nada es el único canal por cable que jamás haya superado en audiencia total anual en primetime a uno público (The CW, año 2008).
Redes sociales como nuevo campo de juego televisivo
Si bien la concepción generalizada es que las redes sociales deben adaptarse al individuo, lo cierto es que la empresa debe ser quien se ajuste a estas nuevas herramientas. Siempre y cuando quiera prosperar, tener éxito y sobrevivir en el futuro, claro. Y esta premisa se cumple en cualquier ámbito empresarial; la televisión, por tanto, no debe ser menos.
Las redes sociales se presentan como un nuevo campo de juego en el que se debe luchar con todas las armas disponibles con el claro objetivo de ganar adeptos. No se trata ya de promocionar tu producto, sino de hacer partícipe del mismo al consumidor. Cuando extrapolamos esto a las series de televisión es fácil encontrar la relación. Se tiene una actitud activa pensando en la mayor integración de la audiencia, lo que implica que ésta pueda aumentar progresivamente.
El 15 de marzo de 2011, el canal Comedy Central decidió colocar el hashtag #trumproast durante su programa Comedy Central Roast of Donald Trump —una de esas reuniones en las que el «homenajeado» recibe burlas amistosas, o no tanto, y la gente se ríe de él. Una coña muy grande, vaya—. Se convirtió en trending topic y convirtió aquella noche en la de mayor audiencia de la historia del canal. Acababa de abrir la veda.
Uno de los canales que mejor implementó esta innovación en el campo de la Social TV fue USA Network. Llevaron un paso más allá esta utilización de Twitter, llegando a preguntar o proponer temas de debate mediante estas etiquetas. En la actualidad, es el único canal que emplea este elemento en todas y cada una de sus producciones originales. Esto provoca una integración de la audiencia bestial, participando activamente durante el desarrollo de los capítulos e, incluso, de la producción posterior. La red social hace de foro —como aquellos llenos de locuras referentes a Expediente X en la pubertad de Internet como comunidad— y también de escaparate. La audiencia deja de sentirse tal para volver a sentirse personas, individuales, iguales que esos personajes de los que habla «en directo», pero a su vez parte de un conjunto global. Se genera un backchannel —una vía comunicativa secundaria, al margen del propio canal televisivo— de debate, comentarios y análisis de los capítulos, tanto antes como durante y, también, después.
Facebook también tiene su lugar de importancia dentro de este nuevo escenario de poder. Todas las cadenas se encargan de hacerle una página a sus series para que los espectadores le den al like —ese botoncito que parece regir las vidas de tantas personas, y de más periodistas aún—. En esas páginas el espectador recibe también una información diferente, única: fotografías de los rodajes, vídeos con mensajes de los actores de la serie… Sin embargo, en los últimos tiempos esta red social se ha visto superada por Twitter, que permite una mayor interacción y, sobre todo, una interacción más vívida e intensa.
Además, este uso tiene otro objetivo, un tanto más subyacente pero de una importancia vital: traer a los espectadores de las reposiciones, o grabaciones, a la emisión en directo. Una serie vive de la audiencia, del share que dé en el momento; de nada vale que luego sea una de las series más descargadas, grabadas, o con mayor visionados en Internet. Eso, por desgracia, no da dinero. No obstante, hay que destacar que el tradicional Nielsen Ratings system, el sistema utilizado para medir las audiencias, ha comenzado a tener en cuenta estos factores. En la investigación Crowd-Powered TV Viewing Rates: Measuring Relevancy between Tweets and TV Programs, se prueba el poder que tiene Twitter en aumentar los seguidores de un programa de televisión en directo —como fue visto con el éxito de Comedy Central—. No obstante, se señala que en tanto esta red social no fue concebida para actuar de medidor de audiencias, se debe idear sistemas para poder entender Twitter como una fuente fiable.
Al final, todos estos números se traducen en intereses económicos de los ejecutivos de una cadena. Si la serie presenta un bajo share a final de mes, será cancelada. Cada canal con sus exigencias, eso sí, pero siempre pendientes de las audiencias y, sobre todo, de los números que firme en la demográfica 18-49 —es decir, el número de espectadores que tengan entre los 18 y 49 años, considerada la audiencia mayoritaria y más activa—.
Un caso significativo es el de la sitcom de NBCCommunity. Mientras que en la lista de Nielsen figura a la cola de los 200 programas más vistos, encontramos que en SideReel, una web que te ofrece la posibilidad de buscar series y ver los capítulos íntegros, está entre las cinco más buscadas. Hay que aclarar que no hablamos de cualquier web, pues SideReel es, en este campo, la página más visitada en Estados Unidos. Si lleváramos esa audiencia del ordenador al televisor, Community no tendría problemas en lograr la renovación.
En definitiva, la industria televisiva deberá aprender a economizar esos factores para lograr una mayor aceptación entre el público. El futuro pasa por explotar los nuevos recursos que los avances tecnológicos ofrecen.
Social TV y Transmedia Storytelling, ideas ya reales
El tiempo es un condenado. O uno está condenado al tiempo, quizá. El caso es que el tiempo hace muchas putas, y todas se deben al tiempo. No hace tanto, el ser humano vivía sin redes sociales. La televisión, por tanto, también. Las cuñas radiofónicas y los anuncios televisivos eran las únicas maneras de publicitar una nueva serie. Pero con las nuevas tecnologías, que cada vez son más viejas porque aparecen otras más nuevas —¿ya han escuchado eso del «periodista 3.0»? Y todavía ni se aclaran con el 2.0. Yo voy por el uno—, las evoluciones se producen a un ritmo mucho más rápido, con una frecuencia más alta. Evoluciones todas ellas significativas, remarcables y con un poder importante para suponer un golpe de efecto notable en la apreciación de las series televisivas y su producción.
Uno oye hablar de conceptos como Social TV y Transmedia Storytelling y súbitamente las ideas reposan con tranquilidad en el cerebro, como presuponiendo que no serán trascendentes hasta dentro de mucho tiempo. Sin embargo, son dos conceptos televisivos que forman parte del mantra de USA Network, uno de los canales por cable más seguidos en Estados Unidos, y que cuenta con un bloque de series muy compacto y seguro del que hablaré más adelante. Por ahora, déjenme que me ocupe de explicar estos términos y de dar ejemplos de su puesta en práctica por parte de este canal parte de NBC Universal.
Social TV: Si tuviésemos que hablar de referente en el campo de la «Social TV», sin duda deberíamos de hablar de USA Network. Este canal va más allá del simple posicionamiento de hashtags en sus emisiones, y convierte el visionado y seguimiento de una serie en una experiencia multidimensional que te puede unir con fans de todos lados del mundo… e, incluso, con los propios actores que ves en tu pantalla.
USA Network se encarga de cuidar a su espectador y de ponerle en primera fila de la emisión. Le hace sentir igual de importante que lo que ve. Realmente, la audiencia es más importante que la serie, por mucho que los puristas quieran ignorar siempre los números que rigen las producciones televisivas. Y lo hace, sobre todo, con una espectacular plataforma desarrollada por Echo que lleva de nombre Character Chatter. Se trata de una web que actúa como una conglomeración de actividad en redes sociales relacionada con las series. Así, puedes ver al minuto de qué se habla en Twitter o Facebook sobre el capítulo. Pero no se queda ahí. Durante el estreno de los capítulos, el canal se encarga de invitar a uno de los actores de la serie para que hable sobre el capítulo —cómo se sintió rodando la escena que acabamos de ver; anécdotas del rodaje de aquel día…— y responda, asimismo, a las preguntas de los espectadores. Así, ya hemos podido ver a Dulé Hill (Psych), Patrick J. Adams (Suits) y muchos más interactuando en directo con la audiencia. La relación que el público construye con el personaje se convierte en una real. Además de poder seguir un seguimiento de lo más comentado en redes sociales, de trendings topics y demás asuntos, Character Chatter da un paso más allá en el concepto de Social TV y convierte el visionado de una serie en una experiencia diferente, única y enriquecedora. Maldición, ahora podrías preguntar al propio Agente Especial Dale Cooper quién mató a Laura Palmer.
Además de esta experiencia original y única que empiezan a mimetizar otras cadenas —así como la web de TV Guide, que ha incluido esta plataforma en su sistema—, la presencia del canal en Twitter es realmente significativa. Aportan etiquetas en directo en sus emisiones, temas de debate para mantener la atención del espectador durante la semana de espera entre capítulo y capítulo… Además, varios de sus actores tienen cuentas activas en las redes sociales. ¡Y hasta la tiene el vicepresidente de producción Ted Linhart! Si bien ese es su nombre, más de 11.000 personas (11.268 en el momento de la redacción de esta línea) le conocerán por @TedOnTV. Su cuenta en Twitter sirve a sus seguidores para informarse de primera mano y antes que nadie sobre exclusivas relacionadas con sus series: noticias, actores invitados, renovaciones,… Además, Linhart siempre se muestra dispuesto a responder cualquier tipo de duda y realiza rápidas «entrevistas» cada semana. USA Network se encarga de crear, además, perfiles ficticios relacionados con sus series. Por ejemplo, la estrella de fútbol americano de Neccesary Roughness (@KingoftheHawks) o la agencia de detectives psíquicos de Psych (@PsychAgency) tienen cuentas.
El trabajo de USA Network en las redes sociales es encomiable y, sin lugar a dudas, no tiene parangón en la televisión americana. Sus éxitos veraniegos y sus grandes cifras les convierten, además, en paradigma.
Transmedia Storytelling: Los más avispados —si es que mantienen la atención después de leer todo esto… Un abrazo para ustedes— habrán visto que no he dado una definición exacta de Social TV. ¿Realmente hace falta? Interpreto que no por los ejemplos que he dado. Además, es algo intuitivo. Quizás también lo sea el concepto de Transmedia Storytelling, pero por si acaso, lanzo una: modo de contar una única historia mediante diversos soportes y formatos utilizando las nuevas tecnologías. Desde un punto de vista productivo, significa crear contenidos que obligan al espectador a utilizar herramientas que emplean en su vida diaria con diferentes objetivos. También se puede utilizar para contar una historia ajena a la que se cuenta en la plataforma original —el televisor, en este caso— pero que, eventualmente, se unirá al arco principal o tendrá relevancia en el mismo.
La primera vez que se utilizó el término fue en el año 1991, en una conferencia en la Universidad del Sur de California (la famosa USC). No se empleó pensando en el formato televisivo, pero con el paso de los años ha evolucionado hasta este punto. Y esta forma de narrar una historia es el futuro no solo de la televisión, sino del marketing televisivo y, por tanto, del dinero televisivo.
USA Network no ha sido el primer canal en utilizar esta técnica para contar una historia. Sin embargo, sí ha sido el primer medio capaz de dar relevancia y sacar provecho de este método.
El padre de este concepto es Henry Jenkins, Doctor en Comunicación, Periodismo y Artes Cinemáticas por la USC anteriormente mentada. Su web es de obligada lectura para aquel que esté interesado en esta idea y quiera profundizar más. Para Jenkins, y según afirmó en una entrevista de 2010 al diario LA Times, «Lost es la primera serie que trasciende la televisión y se adentra en otras plataformas narrativas». Ciertamente, Lost innovó con su The Lost Experience. Se trataba de una web que albergaba un juego interactivo en el que te convertías en un personaje que debía de realizar ciertas pruebas con el objetivo de avanzar en una trama que complementaba el arco de la serie y que te daba información útil… Bueno, si es que existió de eso alguna vez en Lost. Mediante las redes sociales, los creadores de la serie se encargaban de avisar de las nuevas actualizaciones, y conseguían mantener enganchados al ordenador a miles y miles de personas que mantenían así el interés en la serie aun cuando esta no estaba siendo emitida.
Ese es el primordial objetivo del uso del transmedia storytelling: enganchar a la audiencia más allá del televisor, es decir, hacer que su interés trascienda un simple horario televisivo en un día de la semana. Olvidar la rutina. Ofrecer crossmedia experiences que hagan participar activamente al público.
De USA Network podemos citar dos ejemplos que han servido para dinamizar el visionado de dos series que siguen en emisión —no actualmente, pero que cuentan con temporadas planeadas para el próximo año—. Hablo de Psych y Suits.
Primero fue el turno de la experiencia conocida como HashTagKiller. Promovida en Twitter y Facebook durante septiembre, dio comienzo a finales de ese mes en 2011 y sirvió para promocionar el inicio de la sexta temporada de Psych. Se trataba de una página web en la que, durante siete meses, los participantes podían ayudar a Shawn (James Roday) y Gus (Dulé Hill), los protagonistas, a resolver un misterioso caso. Para ello podían interactuar con ellos, mandando y recibiendo mensajes, e incluso podían resultar víctimas del asesino del caso. En el juego se incluyó casi un cuarto de hora de vídeos rodados exclusivamente para esta experiencia. El juego fue un éxito, y aquí unas cifras para argumentarlo: en las primeras doce horas de vida de la web, más de 13.000 personas visitaron la página. De esos, 10.000 se unieron al juego. Al día y medio de existencia, el sistema respondía unas 6.000 peticiones por minuto. El visitante medio pasaba unos doce minutos y medio en el lugar. Al final de la experiencia, que duró siete semanas, se registraron más de quince millones de visitas. La sexta temporada de Psych fue la de mejor audiencia media. Para esta experiencia se comprometieron todos: la historia estuvo escrita por tres de los guionistas principales de la serie; los actores participaron en la realización de todos los vídeos; los creativos pasaron horas y horas situando la aventura en las redes sociales,… Aunque ya no tiene la gracia de la espera tensa semanal, uno puede seguir completando el juego en su web (HashTagKiller.com).
Similar éxito tuvo Suits Recruits, una experiencia parecida pero relacionada ésta con la serie Suits. Un público totalmente distinto que requería otro tipo de acercamiento. En esta experiencia, te puedes unir a la asistenta Donna (Sarah Rafferty) o a la paralegal Rachel (Meghan Markle) para ayudar a Pearson and Hardman, la firma ficticia sobre la que gira esta serie, en uno de sus casos más complicados. De nuevo, la interactividad era bestial y, además, se complementó con la plataforma Character Chatter para que los propios actores, o personajes, hablasen con los fans. Sirvió para lanzar la segunda temporada de uno de los grandes éxitos de USA Network, una serie de abogados con un humor bastante inteligente —para lo que te puedes esperar— y unos personajes muy bien trabajados con profundas relaciones entre ellos. Aaron Korsh, creador de la serie, admitió que la trama de esta «experiencia multimediática» (¿a que suena mejor «crossmedia experience»?) puede ser relevante en algún capítulo de las próximas temporadas. Si quieres jugar, te puedes sumar también ahora.
Estas dos no son las únicas incursiones en el transmedia storytelling del canal. En White Collar también existió el juego Neal’s Stash (nealsstash.com) en el que, eso sí, ninguno de los actores principales de la serie estuvo involucrado directamente. Pero sí en la de Covert Affairs, llamada Sights Unseen, que contó con Chris Gorham, uno de los actores de la serie, como protagonista y director de todos los vídeos. USA Network innova, y parece que lo seguirá haciendo. Así se extrae de una entrevista al creador de White Collar, Jeff Eastin, en TvGuide el pasado mes de enero. En la misma se atrevía a aventurar que para la temporada seis o siete (actualmente se han emitido diez de la cuarta) podrían dejar a los espectadores elegir el final de la serie. Y «si no tanto», sí elegir el devenir de la trama de un capítulo en directo. Sí, en directo. Que la audiencia elija lo que quiere ver. Pero a lo bestia. ¿Se hará? En unos pocos años lo sabremos.
El transmedia storytelling va mucho más allá de lo hablado aquí. Sobre todo, porque no es solo aplicable a la televisión. El cine también se puede nutrir de ello y el futuro del periodismo pasa por la utilización de esta técnica, según apuntan varios expertos y según la humilde opinión de quien escribe esto. Para entender y ahondar un poco más en el concepto, nada mejor que visitar la web de Carlos Alberto Scolari.
El futuro es social, y quienes ya lo saben se están aprovechando de ello. Porque toda esta parafernalia social tiene sus resultados en números y ratings, ojo. Que si no, no iba a estar hablando de esto.
Las series y los números de USA Network
Todo este trabajo en redes sociales, en innovaciones narrativas, todo este gasto de dinero… ¿Merece la pena? Para USA Network sí, sin duda. Desde hace seis años, el canal tiene como eslogan Characters Welcome, que viene a simbolizar la importancia de los personajes por encima de cualquier cosa, incluida la trama. El canal, que hasta hace unos pocos años apenas tenía producciones propias y se basaba en reposiciones y programación deportiva, se ha erigido en los últimos años como el gran dominador de los veranos televisivos en Estados Unidos. Así, en 2011, repitió por sexto año consecutivo como el canal por cable más visto en el horario del primetime desde mayo a agosto, promediando 3.610.000 millones de espectadores. ¿Y cuáles son sus series?
Nos desmarcamos aquí de la literatura audiovisual. Lo de USA Network es entretenimiento y no arte. Por tanto, no hablamos de series que vayan a competir, ni que quieran hacerlo, con las producciones de Showtime o HBO. Esto no es The Wire, ni The Sopranos, ni Six Feet Under… Esto es programación amena, de entretenimiento, con personajes trabajados pero empáticos. No obstante, hay que aclarar que las series de USA no se limitan a ser unas procedimentales, insultantes y desesperantes como podríamos encontrar tantas en la parrilla actual. No hablamos de NCIS, ni de Law & Order, ni de The Mentalist… que cuentan con capítulos procedimentales exasperantes que no aportan absolutamente nada al arco argumental o a la evolución de los personajes. En USA Network, si bien hay series con unos pocos capítulos así, lo que prima siempre son las relaciones entre los personajes y sus trasfondos. Algo digno de alabar.
Apuntamos algunas de las series que han hecho a USA Network el gran coloso del cable americano en verano.
Psych: Mentada en varias ocasiones anteriormente, esta serie se centra en un detective psíquico cuyos poderes giran en torno a su gran capacidad de observación y no a nada paranormal. Pero esto último queda mejor para venderse. James Roday da vida a Shawn Spencer, cuyas peripecias son sufridas por su gran amigo y compañero Gus Burton, es decir, Dulé Hill. El actor, conocido por su papel en The West Wing, consigue ser un segundo espada a la altura. Ambos conforman una de las parejas más hilarantes de toda la televisión. La séptima temporada comienza en febrero. En 2006 fue el estreno por cable más visto gracias a sus 6.100.000 millones. Es la serie en emisión más longeva de USA Network y una de las más aclamadas por los fans en las Comic Cons por su «mitología» especial: su dialecto, sus expresiones, su estética, su adoración por todo lo que aconteció culturalmente en los 80… Psych, sin lugar a dudas, es el buque insignia de USA Network.
White Collar: La creación de Jeff Eastin se centra en una relación tensa, dramática y volátil entre los dos protagonistas: Neal Caffrey (Matt Bomer), un estafador, y Peter Burke (Tim DeKay), un agente del FBI. Tras una larga persecución, la serie da comienzo cuando el agente federal atrapa al criminal. Las circunstancias acaban haciéndoles una extraña pareja en la que Caffrey actúa como consultor para el FBI. La serie se centra en su relación, pero tiene continuas tramas de fondo que van cambiando a medida va evolucionando la serie. Un producto muy bien hilado, con geniales actuaciones y una inteligente elaboración de personajes. Destaca por encima de cualquier otro el de Mozzie (Willie Garson), histriónico y paranoico compañero de crímenes de Caffrey. En 2011, White Collar fue la cuarta clasificada en la clasificación de las series que mayor revuelo causó en su emisión en Twitter. Ahí es nada. Además, fue la séptima más grabada en el primetime, aumentando su audiencia así en un 85,6% (datos de Nielsen y NM Incite).
Suits: Uno de los grandes nuevos éxitos de USA Network. Con una segunda temporada en emisión que terminará en 2013, fue una de las grandes revelaciones del curso estival de 2011. Otra pareja poco usual: Harvey Spencer (Gabriel Macht), uno de los abogados más carismáticos y duros de Nueva York, contrata a Mike Ross (Patrick J. Adams) como su ayudante en uno de los bufetes de abogados más importantes de la Gran Manzana. ¿El gancho? Este nuevo ayudante suyo nunca ha ido a facultad de derecho alguna. Simplemente, cuenta con una memoria eidética privilegiada que le hace ser una de las personas más inteligentes del planeta. Con un leve problema de amistades y de consumo de drogas, intentará ocultar su verdad en su puesto de trabajo. Suits fue en 2011, el de su estreno, la tercera serie más grabada en el primetime, solo por detrás de American Horror Story y su compañera en USA Covert Affairs. Su mid-season finale, emitido el pasado 23 de agosto, supuso el mejor número de la serie hasta el momento, firmando 4,5 millones de espectadores y 1,9 millones en demos, siendo lo más visto de la noche televisiva en la franja de las 10.
Burn Notice: Uno de los lemas de los dirigentes de USA Network es que Stars don’t make TV. TV make stars. Quizás esto se cumple en Burn Notice, un drama de espías ambientada en Miami con toques cómicos y oscuros al mismo tiempo. El resultado es muy satisfactorio, pero lo es sobre todo por las actuaciones de unos grandes actores y por la evolución continua de personajes desenfadados y muy atractivos. El elenco es genial: Jeffrey Donovan es el protagonista, Grabielle Anwar su pareja, y el mítico Bruce Campbell —sí, el Bruce Campbell de toda la vida— el secundario por excelencia. La serie gira alrededor de la investigación de Michael Western (Jeffrey Donovan) sobre su despido de la CIA. La agencia le pone en la lista de quemados y comienza a deshacerse de rivales hasta descubrir la verdad. Quizá se pueda apuntar que el arco inicial se ha estirado muchísimo. Lo cierto es que la sexta temporada vuelve en noviembre, y se detuvo en verano marcando 5 millones de espectadores con 1,9 en demos de 18 a 49 años.
Hay muchas otras series. Podríamos hablar de Covert Affairs, otra de espías protagonizada por Piper Perabo y con un elenco de actores muy destacados, además de contar con un equipo productivo propio de Hollywood (Doug Liman al frente, quien trabajó en la trilogía de Bourne y en Mr. and Ms. Smith); o también de Necessary Roughness, un drama sobre la psicología deportiva que cuenta con Callie Thorne como protagonista, actriz nominada a los Globos de Oro por su papel de Doctor Santino; y sin olvidarnos de Royal Pains, una diatriba sobre la ética médica en la que participan Mark Feuerstein y Paulo Costanzo, y que ha sido hasta la fecha el mejor estreno del canal, superando incluso a Psych.
Y aunque ya no esté entre nosotros, no hay que olvidar que Monk, una serie de culto ya, salió del mantra relajado y basado en el personaje de USA Network. Muchas series basadas en los personajes. No por nada viene lo de Characters Welcome.
Conclusiones
Probablemente más de uno se habrá preguntado en el transcurso de la lectura por la veracidad de este futuro del que hablo. Sobre todo, por la viabilidad de este hipotético escenario próximo en cierto tipo de series. Es cierto. Como todo en esta vida, la televisión se presta a dos usos, a dos formas de consumo y de entenderla: el entretenimiento lúdico y el entretenimiento cultural. Y como el ser humano es tan de clasificar, denostar y denigrar, se entiende automáticamente que el consumidor de, por ejemplo, Breaking Bad, es más culto e inteligente que el de cualquier sitcom o serie de cadena pública.
La marca AMC, HBO o Showtime —y también FX con Justified, o Starz con Boss— te asegura una calidad audiovisual mayor que el de la media, cierto. Y también un trabajo más depurado en los guiones. Pero eso no quiere decir nada de la audiencia que consume estos programas. Es, al menos, mi opinión. Y es un caso muy complejo como para tratarlo en este reportaje.
Lo menciono porque, sin duda, ese tipo de series parece no tener la necesidad de actualizarse, de nutrirse de esta Social TV y del transmedia storytelling. Eso lo que yo opino. Y creo que ni tan siquiera intentarán cambiar; las exigencias de esa clase de canales, tanto numéricas como industriales, son totalmente diferentes a las de una producción que esté en la parrilla de NBC o ABC. En definitiva, que habrá series y, sobre todo, marcas, que mantendrán intactas sus identidades sin tener que unirse al grupo del avance tecnológico. Al menos no en un futuro próximo.
Para los otros canales, esta interacción social se convertirá en pocos años en el pan de cada día. En un pan recién horneado, crujiente y con mucho sabor. En un pan barato pero muy satisfactorio. Un pan que ya se están comiendo en USA Network. Y un pan, en definitiva, que podrá comer cualquier persona en cualquier rincón del mundo y en cualquier prime time existente y por existir.
USA Network me hace los veranos. Es de lo mejorcito en entretenimiento. Un artículo muy interesante aunque no sé como de acertado. Supongo que eso lo dirá el tiempo
Vaya chapa, dios mio, que chapa!!! Las entrevistas largas son sensacionales, cuanto más interesante es el entrevistado mejor…. pero en los artículos NO ESTA PROHIBIDO SINTETIZAR !!
Y es que la conclusión tampoco conclusiona.
http://www.youtube.com/watch?feature=player_detailpage&v=5YJuramAhSA#t=77s
Bendita chapa!!¡ A mi me ha servido para aprender muchísimo de un tema que me parece interesante. Y se me hace interesante por como lo expone el autor aquí la verdad. Será cuestión de gustos no? Al menos habla de algo interesante y no de invenciones masturbacionales como otros en este mismo portal o en cualquier otro. Eso sí, si no te gusta esto está claro que será muy largo!! Por mi parte de 10
3.610.000 millones de espectadores… alucinante
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