Ya habrán leído la noticia en los periódicos. Savita Halappanavar, una dentista irlandesa de origen indio de 31 años, murió el pasado 28 de octubre en el University Hospital de Galway (Irlanda) después de que el equipo que la atendía se negara a practicarle un aborto. Savita, embarazada de cuatro meses y una semana, había ingresado ocho días antes en urgencias acompañada por su marido, Praveen Halappanavar. Tras examinarla, los médicos le informaron de que “el cuello del útero estaba completamente dilatado y perdía líquido amniótico”. Como el feto no tenía ninguna posibilidad de sobrevivir, Savita pidió que se le practicara un aborto. Los doctores se negaron alegando que Irlanda “es un país católico y la ley prohíbe el aborto”. A pesar de que la salud de Savita se deterioraba de forma acelerada y de que los escalofríos, los temblores, los vómitos e incluso las perdidas de consciencia eran constantes, los doctores rechazaron llevar a cabo el aborto mientras el corazón del feto siguiera latiendo. Tras cuatro días de agonía, el corazón dejó de latir y el equipo médico accedió al fin a extirparle el cadáver que portaba en su placenta. Savita murió al cabo de unas pocas horas a causa de una septicemia fulminante.
La paradoja es que Savita era lo suficientemente europea como para pagar su parte alícuota de impuestos destinados al mantenimiento del nivel de vida de los burócratas y funcionarios europeos pero no para que esos mismos burócratas y funcionarios europeos le garantizaran la más mínima protección frente a las supersticiones tribales del equipo médico de turno.
Esta carnicería feroz y despiadada, más propia del medioevo que del siglo 21, encuentra su justificación en la misma filosofía que subyace bajo la reforma de la ley del aborto que el ministro de Justicia Alberto Ruiz-Gallardón pretende aprobar durante esta legislatura. Una reforma que por coherencia estética no debería ser comunicada a la plebe a través del BOE, sino por medio de juglares con cascabeles de colores en las botas y en forma de cantar de gesta.
Por supuesto, el ministro Gallardón se cuidará mucho de poner en un mismo plano la vida de la madre y la de un feto inviable. Su equipo legislativo se limitará a prohibir el aborto en caso de malformación del feto, con Irlanda y la fundamentalista Malta en el horizonte. Pero una anomalía fetal no es un bit en el que un 0 corresponde a la inviabilidad radical y un 1 a la viabilidad total. Que una malformación en apariencia leve del feto evolucione a grave e incluso hacia la inviabilidad durante el embarazo es una posibilidad no precisamente remota. No es raro tampoco que dichas anomalías se detecten más allá de las 22 semanas que la ley actual marca como límite para el aborto por malformación grave. Según El País, “un estudio del Hospital 12 de Octubre de Madrid expone que el 50% de todas las malformaciones detectadas entre 1990 y 2006 a través del diagnóstico prenatal se produjeron por encima de la semana 22”. En la actualidad, las españolas que se encuentran en esta situación deben buscarse la vida o viajar a Francia o Reino Unido para poder abortar. Con la nueva ley serán los comités médicos los que ejerzan de banda de la porra del PP y se encarguen en cada caso de determinar dónde se traza la línea que separa la anomalía grave de la inviabilidad o de la posible muerte del feto durante el embarazo. Es decir de determinar si la paciente será madre de un niño discapacitado o con muy serios problemas médicos. Serán ellos los que decidan cuál es el límite aceptable de discapacidad que un bebé puede soportar sin dejar de pertenecer a la categoría de ser humano. Las enfermedades graves pero no mortales existen. Niños recién nacidos que sufren dolores atroces y a los que se opera para alargarles una vida que no irá más allá de unos pocos meses. Anomalías en los surcos cerebrales que se detectan sólo a partir de la semana 28 de gestación. Todo eso dependerá ahora del vaporoso criterio del médico que le caiga en suerte a la futura madre. Ni siquiera los verdugos de la Inquisición disfrutaron de tal poder en el siglo XIII. Un fascinante retorno a la época de los abortos clandestinos en las viviendas particulares de parturientas ilegales.
Pongamos un ejemplo de los que no suelen aparecer en los panfletos de las asociaciones pro vida. ¿Una anencefalia será considerada a partir de la promulgación de la nueva ley como prueba de inviabilidad o como una malformación grave? El margen de maniobra es amplio: un bebé anencefálico puede sobrevivir al parto y vegetar durante unos pocos años inconsciente, sordo, ciego e insensible al dolor, pero también puede morir durante el embarazo. Observen de lo que estamos hablando cuando hablamos de anencefalia y díganme con total e irreprochable sinceridad que ustedes, futuros padres de la criatura, serían partidarios de dejar la decisión de llevar o no adelante el embarazo en manos de un comité médico anónimo de la Seguridad Social formado por afiliados al PP.
Un ejemplo menos extremo. Un desprendimiento prematuro de placenta cuando el bebé está sano. En casos leves el reposo absoluto permite llevar a buen término el embarazo, aunque los bebés que padecen sufrimiento fetal por un desprendimiento de placenta tienen entre un 40 y un 50% más de posibilidades de presentar complicaciones graves tras el nacimiento. En casos extremos un desprendimiento de placenta puede comportar la muerte de la madre. Con la futura reforma de la ley del aborto no será la madre la que decida cuál es el nivel de riesgo asumible, sino su médico.
Así que cuando Gallardón pone como ejemplo el síndrome de Down sabe lo que se hace. Un feto con síndrome de Down no comporta riesgo para la madre y un adulto con un síndrome de Down de grado leve puede llevar una vida si no 100% autónoma sí competente. Pero los grados severos existen. Son los que no aparecen en los anuncios por la integración. Y el síndrome de Down es apenas una de las posibles deficiencias, discapacidades y minusvalías que puede padecer un feto.
Es probable que piensen que en España no llegaremos a los extremos de Irlanda. No lo tengan tan claro. La legislación irlandesa permite el aborto en el contexto de una intervención quirúrgica destinada a salvar la vida de la madre, como lo hace la española. Una garantía que no le sirvió de nada a Savita cuando tuvo la mala suerte de coincidir con un equipo médico de poderosas convicciones religiosas y fiel a la literalidad de la ley. En la práctica, cuánto tiempo espere el doctor antes de llevar a cabo el aborto de un feto inviable va a depender en última instancia de su criterio y, sobre todo, de la potencia de su fe. A más fe en las posibilidades de supervivencia del bienaventurado feto menos poder de decisión para la madre. ¿Qué es la vida de una mujer o el sufrimiento de un bebé inviable al lado de la certeza de haber obedecido la voluntad de dios?
Según Ramón Carreras, presidente de la Sociedad Catalana de Ginecología y Obstetricia, “interrumpir la gestación de un feto en el que se detectan malformaciones graves es una práctica de sentido común, tanto desde el punto de vista médico como humanitario. Suspender ese derecho dejaría sin sentido todos los avances científicos aplicados al diagnóstico prenatal”.
Y esa es una buena pregunta para los filósofos del cristianismo: un niño anencefálico y por lo tanto sin la capacidad de aceptar conscientemente a dios, ¿es un ser humano completo desde el punto de vista católico? ¿Tiene alma?
En Irlanda, ni siquiera la amenaza de suicidio de la madre justifica la práctica del aborto. Una mujer que amenace con suicidarse porque se ve obligada a dar a luz al hijo concebido en una violación no tiene derecho a abortar, aunque sí a viajar al extranjero para que le practiquen allí el aborto. Los irlandeses, civilizados en su barbarie, aprobaron dicha posibilidad en un referéndum celebrado en 1992. Observen lo hipócrita y lo absurdo del puritanismo irlandés. “Aborta, pero lejos”. Si la postura antiabortista irlandesa fuera coherente lo lógico sería confiscarle el pasaporte a todas las embarazadas para que se vieran obligadas a parir en Irlanda. Pero al parecer el dios irlandés hace la vista gorda con las paisanas cuando estas vuelan 464 kilómetros al este.
Y hablando de coherencia: si se prohíbe el aborto por malformación grave del feto, ¿para qué realizar las pruebas de diagnóstico prenatal destinadas a detectar dichas anomalías? Prepárense para una avalancha de reclamaciones por la negativa de los doctores católicos a realizar algunas de esas pruebas.
Y todo esto sin entrar en la mayor inmoralidad de la reforma prevista por Gallardón: el hecho de que el gobierno se arrogue la potestad, comités médicos mediante, de decidir en lugar de la madre si esta debe o no dar a luz un hijo no deseado. No estamos hablando de un capricho adolescente o de la falta de un dedo del pie, sino de malformaciones o minusvalías graves. De espinas bífidas. De hidrocefalias. Y ya me perdonarán la demagogia, pero no veo yo a los ministros del PP adoptando en tromba a niños con serias malformaciones. Porque la posibilidad de hacerlo existe. En mi caso, el respeto a quienes deciden llevar adelante un embarazo de estas características es compatible con la convicción de que esa decisión le corresponde sólo a los futuros padres de la criatura.
Pero por supuesto el PP de Gallardón no ha hecho jamás el ejercicio de descender desde las alturas de su prístina fe hasta las simas más profundas del gore de la realidad. Se limita a pasear sus creencias por las calles de España y las salas del Vaticano como quien levanta el puño izquierdo sin ser consciente de la sangre que esconde ese gesto.
Creo que ya la he explicado en estas mismas páginas pero la vuelvo a repetir porque la anécdota merece mármol: el mismísimo ministro de Interior Jorge Fernández Díaz sostiene que la caída del comunismo se debió a la intervención de la Virgen de Fátima, tal y como explica Arcadi Espada en su artículo El ministro de Fátima. Atentos que vienen curvas: todo un ministro de Interior de un partido de derechas de un país occidental, laico y perteneciente, al menos sobre el papel, al primer mundo, cree que el comunismo fracasó no por tratarse de una ideología intrínsecamente criminal, liberticida, económicamente errónea y totalitaria, sino por capricho divino. Así de profundas son sus convicciones políticas. Si a Fernández Díaz se le aparece un querubín y le dice que en realidad lo del comunismo estaba fetén y que lo de la caída del Muro era broma el tío se afilia al partido trotkista en menos de lo que tarda en rezar una novena.
El fundamentalismo religioso no ha desaparecido. Es cierto que hay que ser un soberano zote para no percibir la mastodóntica diferencia existente entre una religión medieval criminal que almacena en sus genes la idea de la sumisión de la mujer y religiones como la cristiana o la judía. Religiones que han acabado aceptando aunque sea a regañadientes y con algunas excepciones su papel marginal y perfectamente privado en las sociedades democráticas modernas. Pero el fundamentalismo, la superstición y el odio al racionalismo científico y la libertad personal existen. Quizá la Iglesia Católica ha acabado aceptando su papel en las sociedades modernas, pero muchos de sus fieles no. Y han aprendido a moverse de forma sibilina. Si no pueden caer sobre los españoles como una lluvia torrencial les calarán los huesos con una lluvia fina que apenas parezca requerir paraguas. El ministro Fernández Díaz jamás hablará en público de las visiones marianas. El ministro Gallardón no mencionará ni una sola vez durante la tramitación de la reforma del aborto la palabra “religión”. Su defensa de la reforma se basará en conceptos asumibles por todos como el de la dignidad o el de la igualdad de todas las vidas humanas. Como si alguien con dos dedos de frente defendiera la idea de que existen vidas humanas de primera y de segunda.
Durante la tramitación de la ley quizá lean ustedes en la prensa perfiles de políticos destacados del PP en los que se les califique de “agnósticos”.
Agnósticos mis cojones. Pura España eterna, atrasada y negra. Refractaria a toda razón, a toda inteligencia, a toda modernidad. Crédula y marcial.
Tenebrismo y tinieblas.
El tipo más lúcido de JotDown. Verdades como cabezas de enano. Hazte un twitter, Cristian Campos, hay que leerte más a menudo.
Suscribo.
A mi el autor de éste artículo no me parece un moderno por defender el aborto a ultranza. Me parece mas bien un sectario y en su argumentación veo la voluntad de agredir a los católicos haciendo pura y llana demagogia (ver fotos de las mantillas). Yo estoy a favor del aborto con las limitaciones que propone el PP y ni mucho menos me considero parte de la España negra y atrasada. Me parece una ley justa y equilibrada. Muchos predican el aborto selectivo y corren a la embajada de israel a patalear cuando se elimina a un terrorista que propugna igualar a la mujer a un perro.
Gracias.
José Luis, esa mujer ha muerto. Deja al PP y a Israel… ha muerto. Que no se te olvide.
Eduardo, no se me olvida que la mujer ha muerto y cualquier ideología o legislación que ampare o cause una muerte así me repugna. Mis disculpas si me he expresado mal. Lo único que quería decir es que titular un artículo «Tenebrismo y tinieblas» y a continuación poner unas fotos de dos políticos del PP en misa es sectarismo rancio. No obstante mi respeto al articulista o bloguero que bien vale su opnión como la de cualquiera. Sirva también la respuesta para granjefeindio. Tomo nota de vuestras opiniones. Un cordial saludo.
Seré idiota o no sabré leer pero, ¿dónde ves tú una agresión a los católicos? Creo que Cristian se equivoca con la fotografía de las peinetas, pero también creo que su ira se dirige contra una reforma claramente liberticida y contra una serie de personajes que predican para el otro lo que no harían con ellos mismos. Y ahí se incluyen politicastros del PP y altas instancias del Vaticano.
Su ataque se dirige hacia el fundamentalismo religioso, no contra los millones de católicos que practican su fe desde la razón y la solidaridad.
Un saludo
Quizá mi navegador haya cargado mal su página pero creo que hay un error de edición en el siguiente texto
«y totalitaria, sino por capricho divino. Asado de la observancia a arriba. y o por el capricho divino. atrechas cree que el comunismo caylado de la observancia a arriba. í de profundas son sus convicciones políticas.»
que pertenece al párrafo que inicia «Creo que ya la he explicado en estas mismas páginas»
Se os ha colado un texto un tanto extraño, en el primer párrafo después de las fotografías:
«Asado de la observancia a arriba. y o por el capricho divino. atrechas cree que el comunismo caylado de la observancia a arriba. í de profundas son sus convicciones políticas. «
Ya está corregido, muchas gracias :-)
«Si, por ejemplo, la salvación de la vida de la futura madre, independientemente de su estado de embarazo, requiriera urgentemente una intervención quirúrgica, u otro tratamiento terapéutico, que tendría como consecuencia accesoria, de ningún modo querida ni pretendida, pero inevitable, la muerte del feto, un acto así ya no podría considerarse un atentado directo contra la vida inocente. En estas condiciones, la operación podría ser considerada lícita, al igual que otras intervenciones médicas similares, siempre que se trate de un bien de elevado valor —como es la vida— y que no sea posible postergarla tras el nacimiento del niño, ni recurrir a otro remedio eficaz» (Pío XII, discurso “Frente de la Familia” y a la Asociación de Familias Numerosas, 27 de noviembre de 1951).
Vía http://www.vatican.va
«…como quien levanta el puño izquierdo sin ser consciente de la sangre que esconde ese gesto.»
No se si tu eres consciente de que toda esa sangre, al menos en España, fue el precio a pagar por los derechos que hemos venido disfrutando como ciudadanos hasta la presente legislatura. Ha salido caro y es necesario recordárselo a quienes a primera vista no les importa perderlos.
Pues es un artículo reivindicativo necesario. Me ha gustado.
Está por ver que se atrevan a cambiar la ley.
Desgraciadamente el articulista no puede evitar caer en la burda manipulación fotográfica. No hace ni falta explicar a qué viene la foto de las peinetas, los prejuicios -españolísimos a fuer de progresistas- ya hacen solos el trabajo. Claro que nadie se podría imaginar a Bernarda Alba de esta guisa
http://1.bp.blogspot.com/-HAuHHEjeJmo/UKX6lhvKX1I/AAAAAAAA2Kc/W-uB2gQ2vZ0/s1600/soraya.jpg
pero que la realidad no le estropee su chute de adrenalina.
Desgraciadamente no parece que en las nuevas generaciones el periodismo patrio vaya a mejorar mucho.
La raza nos puede.
Las fotos creo que pertenecen a los políticos que promueven la nueva ley del aborto, en la que castran el derecho de la mujer a decidir libremente, al menos hasta el momento en que el feto pudiese ser viable fuera de su seno.
Si llevan peinetas en las mismas no es porque se las haya puesto el autor, que yo sepa.
«la mastodóntica diferencia existente entre una religión medieval criminal que almacena en sus genes la idea de la sumisión de la mujer y religiones como la cristiana o la judía.»
A un actor de Els Joglars le apuñalaron y el teatro donde representaban su obra que parodiaba algunos aspectos de la religión católica fue ametrallado. Incluso hubo un sacerdote u obispo que escribió un artículo en prensa contra Boadella llamando a pararle los pies por todos los medios, a la manera de la fatua contra Rushdie. Y no estamos hablando del siglo XVI sino de mediados de los 80.
Pero si cambiásemos la religión parodiada y dijéramos que ocurrió ayer en Egipto o Pakistán no faltaría el pazguato que hablara del choque de civilizaciones y de la maldad intrínseca del islam respecto al cristianismo.
Por lo tanto el problema no es que haya religiones más o menos primitivas o civilizadas, lo cual es un planteamiento absurdo, sino personas más o menos civilizadas que se toman su religión en serio o pasan a considerarla una serie de «metáforas» que no hay que interpretar literalmente, como le ocurre a los creyentes cristianos más cultos y razonables respecto a la Biblia.
Todas la razón. Si uno saca una foto de Teheran o El Cairo en los años 70, no va a ver una sola mujer con velo ni nada parecido, y ya eran países islámicos. El que algunos en el Islam de hoy en día hayan decidido tomar el camino del extremismo, no significa que esa religión en sí misma sea más criminal que otras, que de delitos contra la humanidad están cargadas casi todas. Aclaro que soy ateo y aconfesional.
Joer, vaya popurrí de argumentación, amigo. Y mira que el tema del aborto me resulta muy interesante, pero con esta acampada resulta imposible dialogar.
Desde que ha dejado El Pandemonium, que tanto admiro, me está dando unas sorpresas, jeje.
A ver, lo primero, la burda correlación de las fotos. Vamos a ver, según esta lógica grosera, cómo la familia Obama y la familia Zapatero también pertenecen al nacionalcatolicismo que siempre nos atrasa:
Michelle con mantilla, como marca el protocolo:
http://abbey-roads.blogspot.com.es/2009/10/mantilla-week.html
Y el expresidente Zapatero invocando el tenebrismo y las tinieblas, quizá antes de cambiar la ley del aborto en 2009:
http://www.cadenaser.com/espana/fotos/zapatero-jura-rey-cargo-presidente-gobierno/csrcsrpor/20080412csrcsrnac_1/Ies
Luego resulta muy interesante lo del final de su texto: una defensa del racionalismo científico… para acabar poseyendo, en plan espíritu, la verdadera alma de Gallardón. No es lo que dice o lo que hace, ¡¡sino lo que realmente piensa, que yo lo sé!! Puro bullshit.
Y lo del otro ministro también es de aúpa: no son las medidas que toma o deja de tomar, sino una conversación idiota en un tren, privada, contada por un tercero. ¡¡Eso, eso es lo que realmente le define políticamente, todo el resto no es más que un disfraz!! Joer con el racionalismo científico y la argumentación seria…
Por cierto, una sugerencia de cara a reforzar el racionalismo científico: la web permite enlazar investigaciones y datos. Ya sabe, método científico y tal. Le ahorro el trabajo para ilustrar lo de «posibilidad no precisamente remota». «Birth Defects: Causes and Statistics», en Nature: http://www.nature.com/scitable/topicpage/birth-defects-causes-and-statistics-863
Y no, ninguno de los dos ministros mencionados arriba son santo de mi devoción precisamente. Y no, ni de coña es justificable el caso de Savita. Como bien ha puesto LUPE, la Iglesia no justifica semejante aberración.
¿Que hay católicos capullos? Sin duda. Se trata de «convicciones religiosas» «mal entendidas», que se le ha olvidado terminar la frase. No cargue sobre la religión toda estupidez humana. Es como si un empresario se dice liberal y luego contrata a niños de 10 años para trabajar diez horas; tiene de liberal lo que yo de chino. El problema no sería de la ideología liberal, sino de ese tipo que se dice liberal y luego se pasa la ley y la dignidad humana por el forro.
Y una última cosa que me resulta curiosa. Dice usted: «Como si alguien con dos dedos de frente defendiera la idea de que existen vidas humanas de primera y de segunda». No sé quién defiende semejante cosa, pero en este texto se insinúa en varias ocasiones, una casi explícita: «Serán ellos los que decidan cuál es el límite aceptable de discapacidad que un bebé puede soportar sin dejar de pertenecer a la categoría de ser humano». No es solo primera y segunda, por lo visto, sino también vagón de cola…
Estoy de acuerdo en que hay tenebrismo y tinieblas en la sociedad actual. Pero, leñe, como tenga que venir de aquí la luz…
Don Nahum, a ver si le puedo contestar a todo o casi todo.
La foto de Rajoy. Si se fija Rajoy está jurando sobre la Biblia (a su izquierda) y Zapatero sobre la Constitución (a su derecha). El atrezzo incluye los dos libros para que cada cual escoja libremente sobre cuál jurar. Si no me equivoco Rajoy juro el cargo al 50% – 50%. La mitad del juramento lo hizo con la mano izquierda sobre la Biblia y la otra mitad con la derecha sobre la Constitución. Desconozco si Zapatero hizo lo mismo en las ocasiones en las que juro el cargo. Que yo sepa, Zapatero se ha declarado agnóstico en alguna ocasión, que es la manera progre de decir que se cree en dios pero no exactamente en el dios de las religiones organizadas, sino en otro dios que se le parece pero más de izquierdas, menos intervencionista, más de ciencias que de letras. Una pamema para cagadubtes, vaya. O crees en un dios metafísico o no crees y déjate de hostias.
Las mantillas. Son protocolo, cierto. Un protocolo que no es obligatorio obedecer. La discusión podría ser muy larga, pero desde mi punto de vista es una señal de sumisión o, en el mejor de los casos, de aceptación de las premisas que subyacen bajo ese protocolo, es decir la primacía de la religión sobre lo seglar al menos en ese preciso instante y en ese preciso lugar. Entre la mantilla e ir en bragas hay una amplia gama de atuendos perfectamente respetuosos y laicos. Si escoges la mantilla estás manifestando «algo» que va más allá del estricto respeto institucional.
Gallardón. Obviamente no sé lo que pasa por la cabeza de Gallardón. Pero si tiene trompa, colmillos, es gris y pesa toneladas es probable que sea un elefante, ¿cierto? Su reforma del aborto sólo tiene similitudes con las legislaciones de dos países que, sin tantas mandangas como en España, aceptan tranquilamente que su legislación sobre el aborto se basa en principios religiosos: Irlanda y la ultracatólica Malta. Quizá el señor Gallardón es el primer político europeo que pretende aprobar una ley del aborto extraordinariamente restrictiva sin estar influenciado en lo más mínimo por los dogmas religiosos. Es posible. Pero improbable. A Gallardón lo juzgo por lo que hace, no por lo que dice.
Fernández Díaz. Hombre, hay conversaciones privadas y conversaciones privadas. Doy por sentado que la anécdota es cierta y no tengo por qué pensar que Espada y Boadella (que es el testigo) mienten. Así que el tipo no dijo «la presión en la calle de millones de personas con creencias religiosas contribuyeron a que el comunismo cayera», que hubiera sido un análisis hasta aceptable. Habló de la Virgen de Fatima. De fantasmas. Un ministro. Es como si sale mañana Rajoy y dice que se le ha aparecido Thor y le ha dicho que de la crisis salimos hoy. ¿Usted pensaría algo que no fuera que está loco de remate?
Enlaces. Pues existe la posibilidad, claro, pero este es un artículo de opinión, no de tesis, así que he preferido dejarlo lo más limpio posible de enlaces externos.
Creencias. En el texto dejo claro que estoy hablando de extremismos religiosos. Mi opinión es que la reforma de Gallardón es extremista. Incluso digo que la Iglesia como institución ha aceptado su papel en las sociedades laicas, pero no así muchos de sus seguidores. «Muchos», pero no «todos». Las iglesias de esta país están cada día más vacías pero los dogmas de fe más extremistas continúan coleando en las manos de algunos políticos.
Categorías de ser humano. Es una discusión filosófica, pero creo que es legítimo debatir qué es lo que nos hace humanos. Si es la conciencia, un feto sin cerebro cuyo corazón late por pura inercia fisiológica no sería «humano» en el sentido en el que no es humana una planta a pesar de estar «viva» por más cruda que nos parezca la conclusión. Lo cual no implica de ninguna de las maneras libertad para provocar sufrimiento gratuito al feto en el supuesto de que ese feto pueda «sufrir» física o psicológicamente al carecer de cerebro. Si lo que nos hace humanos es el simple hecho de haber sido «concebido», entonces sí, pero en ese caso está usted dando entrada en el debate al concepto de «alma» porque en el primer momento de la concepción el embrión no es más que un amasijo de células y tejido con potencialidad. En cualquier caso, en el texto no me posiciono porque es un debate metafísico en el que no quiero entrar. Yo no creo en el alma y punto.
La acampada. Pues algo de razón tiene, pero convendrá conmigo en que el debate es de todo menos diáfano. Estoy seguro de que la decisión del señor Gallardón no ha sido motivada al 100% por la religión ni al 100% por razones puramente humanitarias y perfectamente laicas. Aceptando que ahí hay una amalgama de influencias, el artículo por fuerza ha de hablar de ciencia y de creencias. Una acampada, cierto, pero es que el debate es una acampada porque jamás ha sido puramente científico o puramente religioso.
Cristian Campos: «Llevar mantillas, desde mi punto de vista es una señal de sumisión o, en el mejor de los casos, de aceptación de las premisas que subyacen bajo ese protocolo, es decir la primacía de la religión sobre lo seglar al menos en ese preciso instante y en ese preciso lugar»
Jesús, ahora ya no hay vuelta atrás. Se acaba de enrocar.
Una lección de manipulación que todo periodista conoce prácticamente desde primero de carrera
http://elpandemonium.org/2011/11/19/los-ninos-de-ugt/
La foto. Vamos, que no puso la foto con mala intención, que era atrezzo para su artículo. Bueno, vale. Si había intención (“lógico que sean tenebrosos y crédulos, si juran sobre la Biblia”, parece implicar), si jurar sobre la Biblia convierte a un Gobierno en proclive a las tinieblas, jo, de Abraham Lincoln a Barack Obama (que utilizaron la misma), sus queridos USA deben de estar dominados por la tiniebla clerical y acientífica de cabo a rabo…
Las mantillas. Joer, Cristian. Definir el protocolo de manera tautológica no nos hace avanzar mucho. Entonces, ¿Michelle Obama acepta la sumisión? ¿No será un puro gesto de cortesía, como cuando a los hombres se les pide un determinado “dress code” para multitud de actos? Me parece, como siempre, exagerar la interpretación de un acto y sacarlo de quicio. No es obligatorio obedecer un protocolo, pero acatarlo tampoco te convierte en el príncipe de las tinieblas. Es, simplemente eso: aceptar un protocolo. No entiendo tanto histerismo al respecto, francamente.
Aquí está el quid de su tramposa argumentación. Niega usted que haya argumentos no-religiosos para oponerse al aborto. Y, ahí, empieza su máquina de suposiciones a impartir doctrina. Niego la mayor (y me da igual lo que digan o hagan Malta e Irlanda; si dicen que dos más dos son cuatro también habrá que darles la razón): la oposición al aborto tiene argumentos médicos, antropológicos, sociales, psicológicos… Deseo una declaración del ministro en el Parlamento, a la hora de debatir la ley, o un párrafo del BOE donde se diga que, como somos hijos de Dios, hay que prohibir el aborto. Si la encuentra, le daré toda la razón. Y le invito a un gin-tonic cuando vaya por Barcelona. Por favor, ya sabe que el racionalismo científico que desea usted (y yo) ha de probar sus hipótesis o descartarlas…
Otra cosita sobre su ventriloquía gallardonita. A ver si nos aclaramos: ¿por qué Gallardón es, de repente, un robot dominado por sus creencias religiosas y hasta hace dos días era un “progre” a favor del matrimonio gay? ¿Si es tan católico, por qué ahí iba en contra de lo que le decían sus superiores vaticanos? ¿Qué pasa, que solo empleamos en nuestra argumentación los hechos que nos dan la razón, no todos? Ay, como Revel levante la cabeza… Curioso racionalismo científico, de nuevo. Desde el periódico en el que usted empezó a colaborar hace poco (Libertad Digital) le daban caña durante mucho tiempo precisamente por ser “progre” (lo que quiera que sea eso) y hasta el líder de LD admitió que prefería tirar su papeleta al Manzanares antes que votarle. Y dejaban bien clarito que era el verso suelto en el conservadurismo del PP. Mire el enlace al medio en el que colabora:
http://www.libertaddigital.com/nacional/2012-02-07/alonso-recuerda-a-gallardon-la-postura-oficial-del-pp-sobre-las-bodas-gay-1276449350/
¿Qué ha pasado, que ha llegado al gobierno y se ha dejado abducir por Rouco? Me río yo de los panes y los peces…
Fernández Díaz. Elevar la anécdota a categoría, de nuevo, no es muy ortodoxo en el pensamiento científico. Sorry. E insisto en eso porque formaba parte del corazón de su artículo: la superioridad moral del racionalismo científico (cosa que comparto) frente a las turbas de refractarios. Pues no. Un chisme de vagón de tren, sin más contexto, contado por una tercera persona… ¡se convierte en categoría! El apóstol Tomás, al menos, pidió tocar las llagas, leñe. Bueno, veo que cada uno defiende su credulidad marcial… a capa y Espada.
Enlaces. Perfecto. Se lo decía porque se trata de un dato esencial para entender la magnitud del problema al que alude. Hurtarlo (con lo poco invasivo que es un link en la escritura internáutica, ay) me parecía extraño. Datos, datos, ciencia, hipótesis, demostraciones. Y, claro, como si optó por enlaces para las fotos de niños con anencefalia, pues pensé que habría preferido la frialdad científica de los datos antes que el shock emocional de las fotos. Ojo, yo confío mucho en el shock emocional de las fotos, pero es una de las críticas que se le suelen hacer a los “panfletos pro vida”, como los denomina usted. Que van al impacto de la imagen. En esto ha de reconocer que ha empleado la misma estrategia sentimental.
Creencias. Pues nada, vuelta a la casilla de salida. La oposición al aborto solo es una cuestión de fe religiosa… aunque no haya ni un solo argumento religioso en la tramitación y defensa de la ley. Ojo, no digo que la Iglesia no esté en contra del aborto (que lo está y, como es lógico, con argumentos basados en creencias), sino que usted establece un trasvase mágico –al menos sin demostración empírica- entre la Iglesia y las mentes colonizadas de los políticos del PP.
Categorías de ser humano. Pero, ¿quién ha hablado de alma, Cristian? ¡Nadie! Ni siquiera el candidato más liberal de los republicanos en las últimas elecciones a USA (por citar a alguien que podría serle cercano desde el punto de vista ideológico):
http://www.ronpaul.com/on-the-issues/abortion/
El inicio de la vida se puede debatir, como le decía, desde el punto de vista médico o antropológico. Hasta su querido Hitchens, ateo feroz, era antiabortista precisamente por esto, por una cuestión humanista. El enlace donde lo discutía, sin evitar darle las collejas de rigor a la Iglesia, claro:
http://www.vanityfair.com/politics/features/2003/02/hitchens200302
En efecto, sería un debate largo. Pero, ojo, no me parece menor. Sé que no lo ha dicho, pero me parecería interesante que diera su opinión de dónde empieza la vida. Yo no hablo de alma tampoco. Pero en algún momento hay que poner el inicio, ¿no? ¿Cuando nace el niño? Perfecto, entonces, ahí va mi pregunta, para saber que no flirtearemos con la eugenesia: un bebé de diez días (o de dos años) que nace con las discapacidades que nos habrían hecho abortar unos meses antes, ¿es humano o no? Recuerda que hasta unas pocas semanas antes lo podíamos eliminar…
Acampada. Precisamente porque no es diáfano me ha sorprendido el popurrí de argumentos y el famoso énfasis con el que, a mi modo de ver, pierde racionalidad y gana en propaganda. Pero, como le digo, le seguiré leyendo siempre con gusto.
Y a mí que me parece que el señor Campos está calado hasta los huesos por la «lluvia fina» del abortismo. Después de todo correlacionar oposición al aborto con fanatismo religioso (o mera religiosidad) es uno de los recursos favoritos del abortismo para eludir una evaluación racional de sus argumentos. En este sentido, lo que se desprende del tercer texto linkado por AlbertoNahum es que en la mayoría de los casos en los que se elimina un ser humano por razones eugenésicas, se está eliminando un ser humano con síndrome de down. ¿Realmente está justificado acabar con la vida de millones de seres humanos con síndrome de down para evitar el nacimiento de unos pocos seres humanos con taras, que sí son realmente graves y trágicas?
Cómo gusta meter palabras como «eugenesia» y quedarse tan contento. Qué apocalíptico. «Terminar con millones de seres humanos con síndrome de Down». Se olvida de una parte importante: una madre quiere a su hijo, quiere tener a su hijo. Una mujer embarazada no aborta por gusto: es una decisión jodidamente difícil de tomar. Y más si quieres ser madre, y tu feto de ocho meses ya es un bebé viable, y te cuentan que las posibilidades de que tu hijo sobreviva al parto son mínimas y las posibilidades de que tú tampoco sobrevivas a ese parto muy elevadas.
Los hombres que opinan del aborto como ha hecho usted parecen creer que las mujeres no tenemos capacidad de elección, y si nos dan la oportunidad vamos a abortar porque no nos apetece estar embarazadas, o por placer, o por rutina, o qué se yo.
El hecho de que todos los comentaristas que se lanzan al cuello de Campos por la forma e imágenes del artículo sean hombres me parece muy significativo. Están obviando lo importante, como de costumbre, ya que el texto tiene tanta carga lógica que es imposible llevarle la contraria. Soy mujer. He convivido con niños con graves malformaciones congénitas. He atendido a esos niños. Algunos, los que tienen suerte dentro de la lotería maldita que les ha tocado, son conscientes de que están vivos. Otros simplemente respiran. Una de las niñas ni siquiera podía tragar sola. Esa realidad es mucho más terrible que cualquier otra. Que me hablen de almas, de limbos e infiernos, pero que sólo se atrevan a hacerlo si estarían dispuestos a ver cómo uno de sus hijos se ahoga si se le cae el cuello del apoyo de la silla de ruedas, o a sondarlo tres veces al día para vaciar su vejiga. Dispuestos a ver como su hijo o hija está a su lado pero no llega a vivir.
Yo trabajo en un sitio con usuarios bastante digamos «modernos», muy de los tiempos actuales, y lo curioso es que, en lo que a los niños se refiere, en el 99% de los casos son las madres a las que te acabas dirigiendo. Como hombre, tener hijos sigue siendo un mero trámite. Para la mujer ya es otra historia. En mi super mega moderno y progresista trabajo un trabajador ha tenido dos niños y sigue quedándose todas las tardes necesarias. A la par, una de las personas (en este caso mujer) a su cargo también ha tenido dos hijos y, oh casualidad, ha tenido que pedir la jornada reducida. Al primer ERE ha acabado despedida porque necesitan un trabajador a tiempo completo. Si los niños de esta mujer despedida pasan hambre no esperen que ciertos sectores se hagan el hara kiri porque, una vez nacidos, como si acaban en una esquina esnifando pegamento. Lo del tema del aborto es de tan flagrante hipocresía que asusta. Tampoco les parecía muy bien el divorcio y tantas y tantas cosas que, a la hora de la verdad (cuando se trata del hecho y no del dicho (es decir, opinar sobre los demás), no renuncian a ellas.
y entonces? que hacemos? dice usted que es un articulo de opinion pero no se posiciona.
Yo doy mi opinion y me posiciono. Aborto en caso de peligro para la vida de la madre (en cualquier momento de la gestacion), graves malformaciones del feto (en cualquier momento de la gestacion) violaciones (en el momento de poner denuncia, pildora) y ya esta. En ningun otro caso. Eso de adolescente haciendo el tonto que se queda embarazada blablabla pues no. Apechugar con las consecuencias o adopcion.
De hecho, creo que lo primero que habria que reformar es la adopcion. Que a traves de la seguridad social se puedan poner en contacto embarazadas que no quieren o no pueden hacerse cargo del bebe y parejas que no pueden tener hijos. Arreglaria parte del problema y mucha gente que quiere adoptar no tendria que gastarse un dinero que no tiene en ir a china, india etc
Me alegra ver que aqui, al menos, estamos dispuestos a poner algunas lineas rojas infranqueables. Donde las pongamos, eso ya va aser complicado, pero es un interesante principio el decidir que no todo el monte va a ser orégano.
Dicho lo cual, un par de breved apuntes:
1) Rezo para que a ninguno de los «defensores de la vida» les toque un hijo o hermano con sindrome de Duchin, como tuve yo. Que se puede observar que se tiene, y se podria haber abortado. Porque, como ha eicho la compañera de arriba, cuando tu hermano se ahoga porque ya no tiene fuerzas para aguantar la cabeza sobre el cojin de la silla de ruedas, la perspectiva de la vida y la felicidad, como que la ves desde el otro lado.
2) No creo que el articulista, Cristian, tenga intencion de prejuzgar a todos los cristianos. Sino a algunos cristianos. A algunos que son unos talibanes. Ojo, no son talibanes por ser cristianos. Son talibanes porque son unos intransigentes.
3) Echo de menos a más mujeres en estos comentarios. A lo mejor se nos quitarian las chorradas a los hombres.
…un niño anencefálico y por lo tanto sin la capacidad de aceptar conscientemente a dios ¿es un ser humano completo…? Según los nazis y los fundamentalistas del aborto de última generación, evidentemente no.
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Señor Campos:
No dejo de estar de acuerdo con usted en lo que subyace de sus dos últimos artículos que, al fin y al cabo, es la libertad del individuo, bien para elegir sobre los burócratas por los que prefiere ser expoliado (catalanes o españoles) o sobre los riesgos de un embarazo.
Sin embargo, aportando escuetamente mi opinión, se había convertido usted en una referencia del escaso movimiento liberal en esta página y en la sociedad en general. Era usted vilipendiado y agredido verbalmente por defender la causa del individualismo (concepto muy conexo a la existencia del alma, por cierto) y la razón frente al colectivismo y la superburocracia-con-guardianes-ineptos-vociferantes reinante. Por ello, le solicito -para no dejar en mal lugar las recomendaciones que habitualmente hago a mis amigos anarcocapitalistas de leer sus artículos o seguir su extinto blog- que vuelva usted a la línea economicista, sin olvidar su vertiente filosófica y social, y que se deje, por favor, de las cantinelas disuasorias con las que nuestros muy estimados líderes pretenden tenernos ocupados en los últimos tiempos para que no hablemos de por qué siguen subiendo impuestos para perpetuar su inefable engranaje administrativo, pequeño gran club en el que reunir a todos sus amigos o simpatizantes que viven parasitando la iniciativa ajena.
Sin más, le recomiendo revisar la Escuela austriaca de economía y acercarse argumentalmente al gran Jesús Huerta de Soto. Reciba usted el más cordial de los saludos de alguien que le respeta y admira su encomiable labor pedagógica en los tenebrosos tiempos que nos ha tocado vivir.
Que cabrón Gonzalo parodiando a los Liberales en twitter.
Porque es una parodia ¿Verdad?
Bien una vez más, Campos.
Casi echo el desayuno con los anencefálicos.
Pero gran artículo.
Con el tema móvil, el artículo aparece escrito por E. J. Rodríguez, tanto en la página principal como en el propio artículo.
Un saludo
Es casi gracioso, si no fuese trágico, ver como gente «liberal» que cree en la absoluta responsabilidad del individuo sobre su vida y es contraria a la intervención del estado, se manifiesta de forma tan estricta en cuestiones morales como son las del aborto, que en el fondo de lo que trata es de la liberta de la mujer, que en el fondo es la única sobre la que van a recaer las consecuencias de lo que se determine.
Me parece graciosa, si no fuese trágica, la defensa a ultranza del derecho a nacer de un niño al que luego no se le va a proteger de una desahucio (por poner un ejemplo de los que están más en el candelero), al que se le va a hurtar una educación pública de calidad, y cuya alimentación y sostenimiento va a recaer en su totalidad sobre los hombros de sus padres.
Me parece gracioso, si no fuese trágico, que las mismas personas que castran el derecho de la mujer a abortar, sean las que después, con los pecunios obtenidos gracias al ejercicio de sus poderes públicos (honesta o deshonestamente), viajarán o harán viajar a sus mujeres e hijas a países extranjeros para hacer lo que aquí han declarado ilegal (basta con ver la cantidad de divorcios entre las filas de un partido que se declaró en contra del divorcio), y conocer la sociedad española de hace unas décadas.
Y me parece gracioso, si no fuese trágico, que aquí las personas se manifiestan abiertamente a favor de que les hurten un derecho (lo vayan a ejercitar o no).
Parece que hay que recordar que no se trata de una ley que obligue a nadie a abortar, sino de una ley que regula derechos, y que unos pretenden inclinar hacia el lado de un feto al que luego no pretenden apoyar en nada.
Totalmente de acuerdo. Pero con lo de, «Quizá la Iglesia Católica ha acabado aceptando su papel en las sociedades modernas, pero muchos de sus fieles no», no estoy de acuerdo. Creo que más bien es al contrario. «Algunos» de sus fieles han acaba aceptando su papel en las sociedades modernas (algunos), pero la iglesia católica no.
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Apreciado Sr. Campos:
En su antiguo blog del Pandemonium se presenta usted del siguiente modo: «periodista y editor, además de ateo, racionalista, materialista y algún “ista” más del que ahora no se acuerda.» (http://elpandemonium.org/acerca-de/)
Como en su argumentación a lo largo de este artículo parece usted proclive a pasar de lo anecdótico y los chascarrillos (véase, por ejemplo, lo de Fernández Díaz) a las categorías, y a atribuir intencionalidades con cierta ligereza, me permito hacer lo mismo: en mi experiencia cercana, las personas que establecen como uno de sus más importantes signos de identidad su condición atea son personas que se consideran superiores moralmente a los creyentes (pobres irracionalistas de pensamiento mágico anclados en el mediovo más tenebroso), y desprecian a los agnósticos por falta de valentía. Sin ir más lejos, así es mi tío de los USA, que por cierto adora a Ayn Rand…
Probablemente esto que es anecdótico y está basado en mi experiencia no pueda elevarse a categoría, y sería injusto juzgarle a usted bajo tal categoría. Pero reconozca que lo pone difícil con sus argumentos, la elección que hace de las fotos para crear asociaciones de ideas muy tendenciosas, y un poco comprensible ataque a las creencias religiosas en general (que además vincula indisimuladamente con faltas morales). De verdad, lo pone difícil.
Saludos.
A día de hoy un mestizo puede llegar a la Casa Blanca; un ateo es imposible. Si George Clooney se hubiera centrado en este tema en «Los idus de marzo» hubiera sido una película infinitamente más interesante.
Por muy irracional que parezca, yo diría que en más de 3/4 partes del planeta, ser ateo sigue siendo una cosa muy «fea».
Cuanta demagogia en el tema del aborto. Yo prefiero los datos. En 2009 (cuando aún estaba vigente el sistema de causas) algunos datos concluyente sobre el aborto:
111.482 abortos en total.
107.846 fueron por riesgo de la «salud materna».
109. 590 mujeres no necesitaron ni siquiera 1 noche de estancia en el hospital.
http://www.msssi.gob.es/profesionales/saludPublica/prevPromocion/docs/publicacionIVEcompleto_2009.pdf
Cualquier persona que profundice un poco en el tema sabe que más del 90 % de los abortos durante la última década fueron por «peligro psicológico de la madre». Ejem ejem.
La Iglesia permite el aborto en el supuesto descrito en el artículo. Los médicos irlandeses actuaron como imbéciles, no como católicos.
Otro de los característicos bodrios del tal Campos. La falta de gracia y la torpe escritura con que se expresa hacen de su lectura una tarea tremendamente aburrida, aunque en buena parte de lo expuesto estoy de acuerdo.
En cualquier caso, nada interesante aporta este feo texto, pues sobran artículos de intelectuales y profesionales de la medicina que ilustran a la perfección lo absurdo, tanto desde el punto de vista lógico como desde el moral, que resulta la prohibición del aborto, así como los terribles efectos que ésta conlleva.
En fin, más de cien líneas para no exhibir más que la incompetencia de quien las firma, a mí se me hacen demasiadas.
Yo creo que la decisión debería de tener un hijo o no tenerlo, deben de tenerla los padres. Al igual que fecundarlo. Me hacen gracia ciertos criterios y razonamientos de movimientos pro-vida (que no todos son ultracatólicos), que ponen el grito en el cielo por la interrupción de un embarazo, que se desviven por un feto, óvulo fecundado, o como queramos llamarlo. Esos mismos grupos, o lobbys, engrupados alrededor de un partido político afín a sus ideas, esos grupos de presión que luchan por la vida de un niño, luego, una vez nacido, se la SUDA el niño. Ya ha nacido, ya nos hemos salido con la nuestra, ahora búscate la vida. Porque nuestro fin es la vida del niño, no su bienestar. Para qué promover leyes que equiparen la maternidad (y paternidad) a la de otros paises. Para qué flexibilizar los horarios laborales para compaginar vida familiar y laboral. Para que incentivar los nacimientos. Para que ofrecerles una educación gratuita y de calidad (Ir al colegio es gratis. El material escolar, la vestimenta, el comedor, las actividades extraescolares, las excursiones y demás no. Eso sin contar con los recortes, que hacinan a los niños en las aulas). Para qué. Lo importante es que nazca el niño. No entro a valorar si por desgracia el niño nace con alguna malformación o enfermedad grave, y la derrama económica (aparte de la moral) que ocasiona a los padres. Todo eso da igual. Hay que defender el derecho a la vida de un feto por encima de todo. Y una vez nacido, al niño, que le den por saco. Y de paso a los padres también. Eso es lo que pasa. Y mientras, aquí en vez de verse eso, nos la cogemos con papel de fumar, porque el autor del artículo (puede equivocarse, como yo, como tú), pone la foto de cospedal con peineta, o el ultracatólico se siente ofendido. Eso. Y mientras, al niño cuando nazca, que le den por saco.
Fantástico artículo.
Reducir el debate a una simple imposición religiosa es una falacia. Hay muchos provida ateos. El propio Hipócrates, que no puede ser sospechoso de católico, en su juramento hipocrático especificaba que nunca se daría abrtivo a la mujer. Desde tiempos inmemoriales se es consciente de que lo que hay en el «bombo» es una vida humana.
En cambio Santo Tomás consideraba que el aborto no era malo por acabar con una vida (ya que consideraba que en una primera fase el feto no tenía un alma perfecta humana), sino por ser la herramienta para ocultar un adulterio. Así que el tema religioso es el menos importante.
Lo importante es determinar en qué momento el feto es una persona sujeta de derechos. Hay quien considera que eso ocurre cuando tiene un ADN distinto de sus progenitores. Otros ponen ese punto en la aparición de un sistema nervioso complejo que incluya tal vez la percepción del dolor, y otros se agarran al concepto más legalista del parto.
Pero si en general se considera que un feto viable es sujeto de derechos (como en general reconocen las leyes, ya que el aborto siempre ha sido delito, sólo se han añadido plazos o supuestos en los que no lo es), hay que ser muy cuidadoso en cuándo se puede justificar su muerte.
Si aceptamos la malformaciones, tal cual, el paso a la eugenesia es sencillo. Es más, el mismo argumento valdría para matar a recién nacidos que sufriesen alguna complicación durante el parto (falta de oxígeno, tragar líquido amniótico). Si lo extendemos a «malformaciones graves», gente como Xavi Torres, un chaval sin brazos ni piernas, varias veces campeón de natación paralímpico, habrían sido abortados. Es muy, muy delicado fijar esos límites.
Sobre las pruebas prenatales, estas no sirven sólo para decidir si abortar o no. Hay muchas enfermedades que pueden tratarse antes del nacimiento, o con esas pruebas pueden prevenirse algunos problemas. Vincularlas sólo a la decisión de abortar es una falacia.
Por otro lado, siempre se obvia el papel del padre, como si el feto estuviese ahí por gracia del Espíritu Santo. La derivada de «mi bombo es mio» podría ser «pues lo mantienes tú». Si la decisión última de parir o no se reserva a la mujer, el hombre podría desentenderse totalmente del crío. Pero resulta que se exige también la responsabilidad parental. Hay que tener mucho cuidado con dejar toda la responsabilidad a la madre. Además, muchas seguramente ni se imaginan el mal trago del aborto y las consecuencias psicológicas que puede conllevar. A veces tan graves o más que las alegadas para abortar. Ampliar el plazo de reflexión de tres a siete días nos acerca a Europa.
Banalizar el aborto libre implica también la banalización de la sexualidad. Al fin y al cabo follar no es una obligación, ni los preservativos y otros medios anticonceptivos están prohibidos, pero se transmite la idea de que si el problema de tener sexo sin precauciones es un embarazo, no pasa nada, se aborta y listos. Y eso agrava el problema de las ETS, que muchos adolescentes parecen desconocer. Cuando se aprobó la comercialización de la píldora del día después un farmacéutico contó el caso de una chica que le pidió cinco pastillas porque iba a los sanfermines. Estaba claro que pensaba follar cada día (sin protección) y luego tomarse la pastilla.
Finalmente, el tema del aborto en menores era demencial. Necesitas ser mayor de edad o tener permiso paterno para un piercing o un tatuaje, pero podías abortar sin conocimiento siquiera de los padres. Un aborto no deja de ser una intervención quirúrjica sujeta a riesgos. Permitir a una chica de 16 años hacerlo sin que lo sepan sus padres era un disparate.
En fin, un tema muy, muy peliagudo que desgraciadamente se mira sólo desde la óptica religiosa (en un lado y en otro).
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