“Chusma”, palabra predilecta de Salvador Sostres, uno de los más vociferantes predicadores del credo neoliberal, procede del sustantivo griego κέλευσμα, que significa la llamada del κελευστής, el que marca el ritmo de los que reman en los barcos: el cómitre. La curiosidad por conocer el origen de las palabras y el gusto por destriparlas para saber qué esconden tras su fachada no es una excentricidad propia de filólogos enloquecidos entre montañas de libros polvorientos sino una actitud habitual entre quienes constatan que el lenguaje articulado nos singulariza como especie. El lenguaje es el instrumento necesario del razonamiento (que es lo que significa λóγος, además de palabra), y las carencias e imprecisiones del uno conllevan las del otro. Cuanto más conozcamos sus entrañas menos vulnerables seremos a las trampas dialécticas y falacias a las que nos vemos expuestos día tras día.
Las tan impropiamente llamadas tertulias que podemos seguir por radio y televisión son un buen ejemplo de cómo la deshonestidad intelectual y el sesgo interesado se ponen al servicio de la confusión. No buscan estimular el diálogo ni la reflexión, sino que calen entre la audiencia una serie de ideas primarias y poco elaboradas, cuando no directamente falsas, que, a fuerza de ser repetidas y dadas por evidentes, pasan a ser dogmas indiscutibles para las personas de más perezoso raciocinio.
De este sórdido mundo en el que el griterío reemplaza al razonamiento y las consignas a los argumentos procede José Ignacio Wert, ministro de educación, cultura y deporte del Reino de España. Sociólogo de formación y con una larga experiencia en empresas de sondeos de opinión y análisis de audiencias (Demoscopia, Sofres), el tertulianismo fue su faceta más pública hasta el momento en que accedió al ministerio. Tal vez por eso se ha significado por un punto de chulería y zafiedad en algunas de sus manifestaciones públicas (ilustrativa en este sentido resultó su defensa de la ampliación en un 20% del número de alumnos por clase por él decretada con el peregrino argumento, que casi rozaba el insulto a la inteligencia, de que favorecería que los niños se relacionaran y socializaran en la escuela), pero a pesar de estos errores de modulación del tono José Ignacio Wert está cumpliendo con el trabajo que le ha sido encomendado. Los sondeos no solo sirven para conocer las tendencias de la opinión pública, sino también para, convenientemente interpretados y publicitados, moldearla. De manera que el perfil del ministro es el idóneo para poner en marcha una serie de medidas que claramente perjudican a una mayoría haciéndolas pasar por beneficiosas además de inevitables, algo para lo que se necesita un perfecto dominio de la neolengua descrita por George Orwell en 1984 y que últimamente parece ser la única hablada en los ministerios.
«La educación es el motor que promueve la competitividad de la economía y el nivel de prosperidad de un país. El nivel educativo de un país determina su capacidad de competir con éxito en la arena internacional y de afrontar los desafíos que se planteen en el futuro. Mejorar el nivel educativo de los ciudadanos supone abrirles las puertas a puestos de trabajo de alta cualificación, lo que representa una apuesta por el crecimiento económico y por conseguir ventajas competitivas en el mercado global».
Este espeluznante pasaje de torpe altisonancia no es el tríptico de una academia no homologada de marketing por correspondencia, sino el primer párrafo del anteproyecto de la LOMCE, ley orgánica para la mejora de la calidad educativa. Estas seis líneas son como la obertura de una ópera en la que se entonan, resumidas, las principales melodías que irán sonando a lo largo de la representación. Se nos escupe ex abrupto una definición de educación cuando menos desconcertante, que solo menciona vagos procesos económicos, a los que se supedita, y obvia a los ciudadanos como sujetos autónomos más allá de su función como peones de esos procesos; peor es todavía el subtexto, pues tal declaración de principios implica tácitamente que el legislador asume el sistema económico actual no ya como inevitable, sino como una especie de estado natural de las cosas. Sobreentendido este engendro como axioma, ya no nos puede sorprender nada del desfile de horrores que se desencadena en las páginas subsiguientes, que más parecen un manual de motivación empresarial que una ley orgánica de la que va a depender el futuro de una generación. La gestión de la educación pública basada exclusivamente en criterios de rentabilidad y el fomento de la arbitrariedad como herramienta de sumisión en la gestión de los recursos humanos son solo dos ejemplos de lo que nos espera, la preparación para la traca final que será la concreción de los planes de estudio curso por curso. Ahí es donde se consuma la reducción a la mínima expresión de las enseñanzas artísticas y musicales en la etapa obligatoria, dando prioridad a lo que el ministro llama “materias instrumentales”, se elimina de un plumazo la cultura clásica y, ya en el bachillerato, se sacrifica cruentamente el griego clásico que pasa de ser una materia troncal en la modalidad de humanidades a ser una optativa de oferta no obligatoria, lo que traducido de la neolengua al castellano significa que, por la mera aplicación de los criterios de rentabilidad que impregnan la ley, no se va a cursar en prácticamente ninguna parte.
No hace mucho que José Ignacio Wert se apareció en TVE precisamente para darnos una clase práctica de neolengua. En su disertación nos alertó sobre las exageraciones difundidas acerca de sus medidas de ajuste, que no eran recortes sino “medidas de eficiencia”, y nos instruyó sobre los correctos términos en que debe plantearse el debate con estas sabias palabras: «yo creo que una discusión sobre un aspecto tan medular en una sociedad como es la educación lo primero que tiene que hacer es ser riguroso con los datos». Esta frase fue, si dejamos de lado los horrisonantes anacolutos que la adornan, el momento cumbre de la lección. Requisito indispensable para un hablante de neolengua con competencia nativa ha de ser la incapacidad para el rubor, y aquí nuestro ministro obtuvo la summa cum laude. Ni su reciente comparación de las 79 universidades españolas con las 10 de California que en realidad son casi 130, ni su justificación de la supresión de la asignatura de educación para la ciudadanía citando como ejemplo de sectarismo y adoctrinamiento un libro que ni era de texto ni tenía nada que ver con el curriculum de la materia, provocaron el más mínimo temblor en su semblante ni el menor asomo de rubor en sus mejillas, sino que prosiguió impertérrito con su discurso de encantador de serpientes hasta que terminó la entrevista. Tan impertérrito como Salvador Sostres cuando siente la necesidad, día sí y día también, de hacer partícipes a sus lectores de su monolítica visión del mundo, un mundo de chusma desagradecida que vive de parasitar a unas elites que lo son porque se lo merecen. José Ignacio Wert está trabajando para poner en su lugar a esta chusma, porque qué duda cabe de que será mucho más manejable cuando, olvidado el griego, pierda la conciencia de ser la que está remando en la galera.
Pingback: Donald Worst: La chusma analfabeta
Una reflexión marginal: el liberalismo clásico se basa en que cada individuo es el mejor situado para decidir por sí mismo acerca de sus propias circunstancias y por eso propugna una disminución de un supuesto poder central que no puede saberlo mejor que nosotros.
El neoliberalismo (o mejor dicho, algunos especímenes) trata de chusma a esos individuos. Así que su denominación es cuando menos, discutible. Aunque sólo sea por simpatía a un pensamiento que, aunque se puede no compartir, resulta respetable y honesto en su mejor versión.
Muy buen artículo. Un saludo :)
El problema es que el sistema utiliza el liberalismo como al burro detrás de la zanahoria y el palo; manipulan, persuaden, prometen y si algo falla, les basta el «pues no haberlo comprado» ya que tu eres el único responsable de tus decisiones.
Lo que no se dice es que ellos controlan y crean tus circunstancias.
Por eso el mantra «habéis vivido por encima de vuestras posibilidades» es tope liberal, volcando toda la responsabilidad del lado de la víctima.
Magnífico su artìculo.. Me ha servido para corregir mi vaga acepción sobre la -chusma- que venía atribuyendo a la especie «chavista» que sigue al por fin finado presidente venezolano… Enhorabuena!
¡Nacho Escolar, te hemos descubierto! Por favor, no empecéis a dar cancha a la peña esta de Público en la revista, o se va al garete en cuatro días.
Nacho Escolar no usa palabros como «anacoluto».
Escolar o su homónimo con seudónimo… Lo que faltaba por ver. Espero que Jotdown no siga por ese camino, por favor. Fuera demagogias «progres»!!
Muy de acuerdo con Xorko
Muy buen artículo. Y por favor, seguid dando cancha a articulistas como este en la revista. Al que no le guste que no lo lea (o, si está inspirado, que lo rebata). Es muy sencillo.
Un artículo excelente y necesario.
Brillante artículo, y necesario.
Es alarmante como los políticos están utilizando abrumadoramente técnicas de márketing propias del mundo de la publicidad para enmascarar sus maniobras.
La neolengua, el argumento falaz, la idea tácita manipulada cala muy profundamente en la gente.
La publicidad nos ha acostumbrado y lo asimilamos con total naturalidad y suspensión crítica.
Habrá que preguntarse tarde o temprano por la responsabilidad de los publicistas en todo el tinglado de la crisis, su servilismo al capital como brazo manipulador, siendo su piel de cordero, empujando a la gente a «vivir por encima de sus posibilidades» persuadiendo y creando falsas realidades.
Me ha gustado mucho el articulo.
Probablemente solo (y digo solo y lo digo con pena por mis compañeros que no han podido disfrutar de la enseñanza de las denominadas humanidades, latín y griego) sepamos en la actualidad calcular el terrible daño que supone para la educación de una persona la perdida de estas enseñanzas, cada vez más residuales en los sistemas educativos. Estoy seguro que si todo el mundo tuviera unas nociones mínimas de estas materias (y de las demás aparejadas a esta rama de conocimiento) sin olvidar por supuesto las demás (se trata de sumar, no de añadir para quitar) este mundo nos iría mucho mejor, estoy muy seguro.
Este tema de los mensajes subliminales que nos cuelan, las ideas que nos meten en la cabeza sin que nos demos cuenta muchas veces, el subtexto etc. me parece muy interesante. Algún libro recomendable sobre esto?
Mírate este:
Coerción : por qué hacemos caso a lo que nos dicen>/i>
de Douglas Rushkoff
Ed. La liebre de marzo
Trata muchos temas y te ayudará a tener una idea de hasta donde puede llegar la manipulación. Vas a flipar.
Estoy seguro que su concepto de educación incluye la formación intensiva en los distintos ámbitos que estimulen la capacidad de crítica, y dote de elementos a los estudiantes para ejercer esta práctica, que, nadie lo duda, debería ser la piedra angular de la democracia.
Estoy seguro, además, que esto usted lo traduce por enseñar a los estudiantes que el übermensch es cualquier burgués que un buen día decida dejar de creer en Dios, y abrazar la socialdemocracia y la descentralización del estado, tal y como pretendieron enseñarme en un instituto de Andalucía.
Lo cierto es que, pese al desprecio que me merecen Wert y el PP, pienso que es la primera vez en mucho tiempo que alguien ha tenido la lucidez de redactar una ley con sentido común (lo que no implica que la ejecución de la misma sea así)
La educación, a efectos prácticos, está para dotar a los ciudadanos de un conocimiento que les permita realizar determinadas labores remuneradas. Sobresalir, si cabe, en la «arena capitalista» (puedo añadir los adjetivos «salvaje y malvada» para no incurrir en la perversa «neolengua» -fijo que el palabro se lo inventó una de esas lesbianas deconstruccionistas con la regla, como si lo viera- )
Ya era hora de que alguien lo dijera: estás aquí para para poder hacer algo por lo que cobres en el futuro.
Ahora bien, en mi opinión, la educación ideal debería limitarse a «obligar» lo mínimo indispensable (incluyendo filosofía e historia al nivel básico en que se dan ahora mismo) y condicionar el acceso a según qué carreras de universidad a optativas y cursillos que podrían también llamar la atención de otras personas por el simple hecho de ser interesantes. Pero claro, supongo que es mejor para el desarrollo del individuo el hacer sectarismo político.
PD. «el legislador asume el sistema económico actual no ya como inevitable, sino como una especie de estado natural de las cosas» Es verdad, que la dictadura del proletariado nos iba a llevar a un estado de las cosas donde el libre desarrollo de cada uno condicione el libre desarrollo de todos… ¿dice eso el evangelio?
PD2. Mi definición de chusma incluye camiseta del che guevara, lector de Público, peinado Escolar, y espectador del Intermedio. Precisamente el tipo de chusma al que se puede obnubilar con citas en latín y marxismo de los 70.
PD3. La izquierda ha tenido los mayores o, como mínimo, los más interesantes intelectuales de los últimos 200 años, sólo basta con salir de España y su circo de Folloneros, Sabinas y Escolares. Traducir alguna flipada de Zizek si eso. Creo que a todos nos encantaría.
Estoy seguro de que el concepto de «Gran Hermano» se lo inventaron unos psicólogos funcionalistas mercenarios a sueldo de una cadena televisiva generalista con el propósito de subvertir el orden establecido e instaurar una dictadura socioaldemócrata. Todo ello planeado en una carroza de colores el Día de Orgullo Gay.
O puede que lo creara un tal Orwell.
Es usted un ejemplo magnífico del fracaso educativo en España. Así que hágase un favor (y de paso a los demás) y no se ponga en evidencia.
Es la última vez que intento hacer un chiste con el concepto de homonimia como fondo. Se lo explico: lesbiana: homosexual: homonimia. Es un juego de palabras relativamente fácil y vulgar. Supongo que a usted le pilló la logse.
Es la primera vez que leo que la ignorancia de desconocer quién era Orwell se intenta disfrazar de pedantería. Ahora resulta que lo que usted ha escrito es una homonimia. Tengo amigos psicólogos que por un módico precio pueden ayudarle con ese problemilla que tiene con los términos «homo». Y pensar que todavía hay quién cuestiona a Darwin y su teoría sobre nuestro parentesco con los homínidos… perdón, no quería soliviantarle, puede que primates también le valga.
Estoy de acuerdo con usted. Es un rato vulgar. Y espero que cumpla su promesa y no nos suelte otra homilía.
Se me olvidaba, si usted puede poner a Sostres como paradigma de sujeto neoliberal, yo puedo poner a Willy Toledo como paradigma de la izquierda. Pero entonces, tanto usted como yo estaríamos manipulando, ¿no cree?
Cita: «para no incurrir en la perversa “neolengua” -fijo que el palabro se lo inventó una de esas lesbianas deconstruccionistas con la regla, como si lo viera-»
Lea a Orwell, por dios. O al menos pruebe a buscar en google.
Del resto ni comento, cuánto despropósito, salida de tono y mala comprensión del artículo.
Asumo que usted ha sido capaz de llenar el altisonante vacío del artículo con las ideas generales que se destilan de él. Para muchos, éstas no constituyen una opinión al punto en que un artículo lo merecería. Respecto a su crítica, sé perfectamente a qué se refería Orwell, sé que en este caso el articulista acierta en asociarla con los discursitos básicos que resuenan en los programas de televisión, pero el caso es que él no parece salirse mucho de la media.
Ya he comentado lo que quise decir con la única frase que ha sabido leer más arriba. Por otro lado, no se trata de exponer mi visión del tema, más bien «agredir» a los que se vean representados por el enfoque del autor que, está claro, es inmune a todo aquel que no piense como él.
O sea, que el actual ministro de Educación es el culpable de todo, ¿no?
¡Yoko Ono, levántate de entre los muertos!
La educación, en la esfera individual, supone facilitar el desarrollo personal y la integración social. El nivel educativo determina las metas y expectativas de la trayectoria vital tanto a nivel profesional como personal, así como el conjunto de conocimientos, recursos y herramientas de aprendizaje que capacitan a una persona a cumplir con éxito los objetivos planteados.
Por tanto, la educación es un bien público de primera importancia y una fuente de ventajas materiales y simbólicas para los individuos, ventajas tanto mayores cuanto más avance cada uno en ese proceso y mejores resultados obtenga en él.
Esto no lo digo yo. Son el segundo y tercer párrafo del anteproyecto de la LOMCE.
http://www.educacion.gob.es/horizontales/dms/ministerio/horizontales/ministerio/campanas/lomce/20120925-anteproyecto-LOMCE.pdf
Estaría bien que algún iluminado hermeneuta de la progresía nos ilustrará con «las principales melodías» que suenan en esos párrafos. A ser posible con el mismo grado de sectarismo y tergiversación alcanzado en la siniestra y maliciosa interpetración del primer párrafo realizada por el señor Worst.
Gracias anticipadas.
Si no aparece ningún hermenauta de esos que citas, quizás sea porque no existe melodía en esos párrafos, lo cual no significa que no exista en el que origina el artículo. En futbol el gol ocurre únicamente cuando la pelota entra en la portería, lo que no significa que no haya habido más tiros a puerta. Supongo que si el autor hubiese encontrado «melodía» también en esos párrafos, así lo hubiese señalado. Ahora creo que te correspondería a tí indicarnos que música has escuchado en esos párrafos para que te llamen la atención.
Por supuesto, formo parte de los padres de alumnos que sienten a estos maltratados por un individuo que se muestra elitista y despectivo con ellos. Ya sabes…, de los de la enseñanza pública.
Si por algo llaman la atención esos párrafos, incluido el primero, es por su absoluta falta de música. No dejan de ser lugares comunes sobre la importancia de la educación en el plano personal y profesional y, por ende, en el social y económico. Algo a lo que nadie medianamente sensato podría oponer objeción alguna. Mucho menos la delirante interpretación que nos ofrece el señor Worst, eso sí, sin rastro de deshonestidad intelectual y sesgo interesado, evitando en todo momento que cale entre los lectores una serie de ideas primarias y poco elaboradas, no digamos ya falsas, que a fuerza de ser repetidas y dadas por evidentes, pasen a ser dogmas indiscutibles para las personas de más perezoso raciocinio, vamos, al más puro estilo de esos odiosos tertulianos.
Precisamente ayer se hacía público el informe sobre la educación de la UNESCO que nos coloca a la cabeza de Europa en fracaso escolar, dejando en evidencia a nuestra maravillosa enseñanza pública. En él podemos leer cosas tan estrambóticas y aberrantes como las siguientes:
«La crisis económica mundial está teniendo una repercusión en el desempleo. En todo el mundo, un joven de cada ocho está buscando empleo. La población joven es numerosa y está creciendo. El bienestar y la prosperidad de los jóvenes dependen más que nunca de las competencias que la educación y la capacitación pueden ofrecerles. No satisfacer esta necesidad es una pérdida de potencial humano y de poder económico. Las competencias de los jóvenes nunca han sido tan vitales».
«La educación (…) trata de preparar a los jóvenes para la vida, dándoles oportunidades de encontrar un trabajo digno, ganarse la vida, contribuir a sus comunidades y sociedades y desarrollar su potencial».
Sin duda la mano de Wert es muy alargada.
¿Buscas hermeneutas de la progresía para que te ilustren sobre algo que después dices que no existe?
Extraño.
De la mano de Wert parecen haber salido ese párrafo…., y la frase «españolizar a los catalanes» como objetivo de su reforma educativa. Ambas ideas no parecen llevarse demasiado bien salidas de una misma mente.
He de reconocerme, -como ya lo hice en mi anterior comentario-, que no soy en absoluto neutral en este tema, y que mi opinión, ya de antemano, es contraria a este «individuo» que, creo, menosprecia a mi hija y su educación.
Desde la asepsia más absoluta no vería manda malo en esos párrafos…, pero soy un elemento contaminado (no me refiero a ideológicamente).
Dices que España está a «la cabeza de Europa en fracaso escolar, dejando en evidencia a nuestra maravillosa enseñanza pública».
El problema del fracaso escolar es un tema bastante complejo, pero desde luego la culpa no es de la enseñanza pública (cuya financiación en porcentaje del PIB es más bien baja, por cierto) sino más bien del modelo económico español, un modelo que provoca desigualdad económica y que no ha variado mucho desde que se creó en los años 60 (turismo, construcción, bajo I+D). Una economía tercermundista, digámoslo claramente. Para otro modelo, véase Corea del Sur, por ejemplo (un país bastante similar a España por varias razones), una economía exitosa (más que la española seguro) basada entre otras cosas en la intervención del… Estado.
He observado con tristeza que en este website hay bastantes neoliberales (¿lectores quizá de ese fracaso andante llamado Ayn Rand?), que se dedican a lo suyo, a la demagogia y a las consignas. Como en este caso del fracaso escolar. Con la que está cayendo y siguen sin enterarse.
Ah, y el artículo muy necesario.
Para buscar un hermeneuta iluminado no hace falta irse a la progresía. Ya tenemos uno entre nosotros (pero sin sectarismos, ¿eh?):
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Muy bueno lo de las citas en latín mientras hablamos de «übermensch». Pero esto es insuperable.
«…en la perversa “neolengua” -fijo que el palabro se lo inventó una de esas lesbianas deconstruccionistas con la regla, como si lo viera- ).»
La idea era buena, la ejecución chabacana y he quedado en ridículo. Cosas que pasan. Espero que a de Lorenzo no le sienta mal la compañía.
“…en la perversa “neolengua” -fijo que el palabro se lo inventó una de esas lesbianas deconstruccionistas con la regla, como si lo viera- ).”
Jajajajajajajajajajajaja… y ahí dejé de leer. Total, ¿»pa» qué?.
«pa» qué le voy a explicar lo que se viene llamando desde hace unos días en twitter «hacer un reverte», cuando el concepto de trolling de toda la vida que es igual le será más familiar, y le resultará más fácil de entender que el chiste, bastante pueril, todo sea dicho, al que hace referencia y toma en serio. La verdad, «pa» qué.
Al autor del artículo le digo: no cuela. Utilizar latinajos y subordinadas interminables no dan ningún tipo de consistencia intelectual a lo planteado.
Ahora bien, recuerde que la educación no es elemento clave del desarrollo de las sociedades sino el mayor o menor grado de libertad económica.
Un saludo
«Ahora bien, recuerde que la educación no es elemento clave del desarrollo de las sociedades sino el mayor o menor grado de libertad económica.»
Dígaselo a los chinos. En sus estadísticas de crecimiento puede apreciarse claramente cómo su despegue económico está directamente relacionado con la sanidad y la educación del país. Conforme suben estos sube la economía. Los gráficos no mienten. Para quien los quiera ver. Qué barbaridades hay que oír, y además lo dicen convencidos. Le podría citar una lista de más de 50 países en los que existe esa libertad económica pero no existe una educación extendida y le puedo asegurar que todos ellos pertenecen al tercer mundo.
Las tertulias (todas) están llenas de zafios vociferantes y como Wert iba a tertulias Wert es uno de esos…Vaya, vaya…Recuerdo a Wert como tertuliano (CNN+, SER,…) pero nunca en ninguna de ese tipo y si por algo destacaba era por su moderación y por argumentar razonadamente. A partir de esta primera trampa cutre uno ya sabe que lo que sigue irá por esa misma línea o peor: así es.
Qué malo es el señor ministro que ha orillado el griego, claro, claro, es que ahora de la secundaria el que no te sale Eurípides te sale Herodoto… Hoy en día a un chaval de secundaria le preguntas que es el griego y es posible que no te conteste que es un idioma…Pero bueno, le ha tocado a Wert recibir el palo, seguro que el Sr. Donald Worst ha pasado estos años encadenado a la puerta del ministerio protestando por la lamentable situación de la cultura clásica en los programas educativos. Por sus palabras no contemplo otra posibilidad.
Por lo visto el autor no se ha percatado la crisis que estamos pasando y que toca hacer con menos, lo mismo o incluso,¿por qué no?, más y mejor, eso es eficiencia. Seguramente este término no le gusta porque lo que le mola al tal Donald es esa palabra pero comenzada con una d. Es en lo que se mueve y lo que presenta aquí, deficiencia analítica, porque lo que le tira de verdad al autor y a lo que se abandona totalmente es a la demagogia barata. Y como sabe tanto griego, no hace falta que le explique lo que es demagogia.
Donald, Wert podrá ser mejor o peor, pero te da mil vueltas.
NO CONOCIA EL PARRAFO DE INTRODUCCION A LA LEY. ME PARECE INCREIBLE, LA EDUCACION ES ALGO MAS QUE UN MEDIO PARA CONSEGUIR MEJORAS ECONOMICAS.
¡Cuanto daño han hecho los neoliberales a la definición correcta de «liberalismo»! Personalmente, me quedo con la definición de liberal que se da en los EEUU. Los «liberales» españoles que aprovechan cualquier ocasión para ponerse el título de «liberales» lo son solo para no pagar impuestos.
El comunismo nos liberó de la religión y nos hizo presos del «partido».
El neoliberalismo pretende liberarnos del «partido» y hacernos presos del mercado. Hasta en las intenciones vulneran los principios de la libertad individual.
El término neoliberal está todavía por definir. Eso sí es neolengua.
Los aplausos al sistema del «fin de la Historia» me los creeré cuando la minoría de privilegiados (entre los que me incluyo por haber nacido donde nací) pase a formar parte de la mayoría de marginados. Lo de siempre, «que como yo no era, no me importó» hasta que SEA. Esto, con la que está cayendo en España…
Añado que hay que ser jodidamente hipócrita para ir por la vida de «neoliberal» viviendo del dinero y la gestión pública y tremendamente incoherente para votar para gestionar lo público a quienes lo desprecian (de cara a la galería, que luego da mucho rédito). Tampoco me sorprende teniendo en cuenta que alguno de los máximos modelos de autoritarismo intervencionista (Sra. Aguirre) se autoproclaman «liberales» y sus simpatizantes parece que se lo tragan. Por lo pronto, a todos aquellos políticos que desean gestionar lo público, se les debería exigir el uso de lo que gestionan. Nada de sanidad, ni transporte ni educación privada. Y, si eso es lo que les interesa, a la gestión privada. Ya veríamos qué rápido cambiaban las tornas.
No estaría nada mal tampoco que alguno de los profesionales de hospitales públicos que trabajan con niños con problemas de audición y lenguaje nos costara su experiencia con los colegios subvencionados y privados. Esos, que pasan de los niños «con tara» no vaya a ser que estropeen sus bonitas estadísticas.
Si esto es lo de siempre, en todos los sectores. Es de manual neoliberal. Primero se hunde lo público recortando recursos y luego se presenta lo privado como lo mejor. Lo están haciendo con las vacas sagradas de la socialdemocracia: sanidad, educación y pensiones.
Sólo quien pueda pagárselo de su propio bolsillo tendrá derecho a una buena educación, sanidad y a un retiro digno, con lo cual las desigualdades sociales tienden a perpetuarse y se afianza una sociedad de clases no basadas en el mérito, como afirman, sino en la fortuna y herencia familiar.
Luego podríamos hablar también de concebir la educación como la preparación exclusivamente del futuro obrero y asalariado. A estos para nada les valdría saber latín, música y humanidades en general, lujos que sólo deben estar al alcance de los ricos. El obrero debe saber engrasar una máquina o adaptarse desde pequeño a cumplir religiosamente unos horarios laborales que le son inculcados en las escuelas. Nada que le haga desarrollar un pensamiento crítico o que tenga en cuenta su desarrollo integral como persona puede suponer un beneficio para la economía y el tejido empresarial del país. Antes bien ocasionarían disfunciones en el sistema y además con unos costes que los ricos de ninguna manera están dispuestos a asumir.
Se metió a Wert por su supuesta habilidad mediática para convencernos de las bondades de lo que se proponen. No contaban ni con su torpeza ni con su soberbia.
Estando de acuerdo, como profesor de Griego que soy, con casi todo el artículo, hay algo que puntualizar. Dice que S. Sostres, es «neoliberal», cosa que dudo. El liberalismo es la doctrina política que desde el siglo XIX ha impulsado el progreso, las libertades y los derechos de los ciudadanos, así como la cultura y su libre expresión. No creo, por tanto que pueda usarse el término «·liberal» o «neoliberal» con ese sentido peyorativo.¡Qué mas quisiéramos que tener en el gobierno más liberales o neoliberales!
Tal vez el argumento más poderoso de los liberales sea su negativa a aceptar el dogma de toda ideología política que se presente como proyecto salvífico y redentor de todos los males de la sociedad. Consideran, y la historia les avala, que esas ideologías que en teoría prometen el paraíso en la tierra acaban por generar infiernos.
Isaiah Berlin fue el que, tras vivir los horrores de la Guerra Mundial, fijó el rechazo a esas ideologías en los conceptos de libertad positiva y negativa. La libertad positiva sería la postulada por movimientos redentores ya sea de una nación, la Alemania de Hitler, o de una clase social, los obreros de Stalin. Es una libertad con carácter general que continuamente coarta la libertad individual, que no tiene en cuenta el ámbito privado de toda persona, que coacciona la libertad individual. La libertad política, decía Berlin, es simplemente el espacio en que un hombre puede actuar sin ser obstaculizado por otros.
Frente a la libertad positiva está la libertad negativa como ámbito en que un hombre puede ser libre sin ser coaccionado por otros. No se propone paraísos sociales en un futuro a los que sacrificar el presente. Simplemente se trata de que cada hombre pueda vivir y actuar de acuerdo con sus particulares creencias e intereses, sin pretender imponer estos a los demás y sin que nadie nos imponga los suyos a nosotros.
En principio todos podríamos compartir esto aunque no está suficientemente aclarado cuales deberían ser los límites entre vida individual y privada y vida social y pública, límites que Berlin reconocía necesarios establecer, cediendo parte de nuestra libertad individual por los intereses generales o comunitarios aunque se quedó con la ambigua fórmula de que tal cesión debe llegar sólo hasta aquel punto en que “un hombre no puede ceder sin ofender la esencia de la libertad humana”.
Sin embargo no es a este aspecto no resuelto de los límites de la libertad que está en la base ideológica liberal al que me quería referir sino a una consideración nacida de la propia aceptación de los postulados liberales que rechazan todo dogmatismo salvífico y redentor, es decir, que rechazan la denominada libertad positiva.
La pregunta sería ¿No ha devenido el propio liberalismo en un dogmatismo redentor que ha hecho de el orden espontáneo de los mercados un dogma de fe al que precisamente se sacrifica continuamente la libertad negativa propuesta por Berlin?
¿No son estos neoliberales que sacrifican toda consideración a lo puramente económico parecidos en su fanatismo dogmático a lo que los stalinistas lo serían con respecto al marxismo? ¿No supone el neoliberalismo económico una negación de la base ideológica de la filosofía liberal al haberse convertido, con su dogmatismo intransigente, en un movimiento salvífico y redentor impuesto por la fuerza a todo el mundo y coaccionando la libertad individual que es la base del pensamiento liberal? ¿No estamos ante un nuevo totalitarismo ideológico impuesto por las clases dirigentes invocando nuestro propio bien y la búsqueda de un nuevo paraíso terrenal regido por el orden espontáneo de los mercados?
A mí no me cabe ninguna duda de que así es y este problema tiene su origen en la indefinición de los límites en que debe desarrollarse la libertad como persona de todo individuo.
Me alegro que el señor D. Donald Worst aparque sus tranvías de vez en cuando para escribir artículos como el de arriba.
Muy buen artículo. Flipo con algunos comentarios. No conocer a Orwell y atreverse a criticar un artículo así….
Me parece bastante simplista tu afirmación. No hace maldita falta conocer ni haber leído a Orwell para opinar al respecto de este artículo con cierta coherencia. Cansado estoy de gafapastas que andan por el mundo creyendo ser los únicos conocedores de Orwell en su quinta esencia por haber hojeado 1984. Todo ello posiblemente motivado por un encuentro anterior con otro hipster de la misma especie. Por Dios, un poco de criterio.
Respecto al artículo, me parece bastante triste el paradigma de educación creado por esta gente, basado en ser un asalariado como medio y fin de tu existencia. También creo que considerando a Wert una persona en absoluto analfabeta, más bien todo lo contrario, opino que tanto sus medidas como sus declaraciones al respecto no han estado a la altura de lo exigible para un político con mano izquierda y habilidoso en su campo.
Hasta ahí.
Luego ya las descalificaciones amarillistas encubiertas (como el tema de las tertulias) o las sesgadas y tendenciosas conclusiones al respecto del tema, pues no me las trago. Entiendo que son consecuencia de la vena progre que a veces amnistía y minimiza (para PSOE e IU) y a veces culpabiliza y machaca (para el PP). Ahora bien, estoy más que acostumbrado a esta hipócrita costumbre, y aún con todo no creo que acabe con las idas base del artículo, con las cuales (insisto) estoy tirando a de acuerdo.
A mi esto del verdadero y falso liberalismo me suena a lo del verdadero y falso comunismo. El problema del comunismo soviético era que no era suficientemente comunista. El del liberalismo que no es suficientemente liberal. Lo que se desvía del libro son «errores». Si la realidad desmiente la teoría, la que se equivoca es la realidad. Por sus obras los conocereis, lo demás es propaganda.
En el fondo, más que de neoliberales, deberíais hablar de Neocons (Desearía que la expresion viniese del francés, pero no…)
A mi todo esto me recuerda un poco a la Doctrina del shock de Naomi Klein (A la que pronto van a ridiculizar y menospreciar aqui en 3,2,1..)
¿En que se basa esto?
En que el capitalismo mas duro aprovecha cualquier tipo de catastrofe, natural o económica, para imponer una serie de medidas legales absolutamente destructoras de lo social. Aprovechan el estado de shock y la indefensión de la gente para hacer lo que «no queremos hacer, pero no hay más remedio», cuando en el fondo es lo que siempre han querido y ahora pueden hacer.
Porque el estado no esta para servir a los ciudadanos, sino para hacer «negocios» con el.
¡Un saludo de la demaogia progre!