No estoy de acuerdo con la detención de las Pussy Riot por lo que ello significa contra la libertad de expresión (amén de otras libertades), pero no entiendo la moda que ha generado. ¿Cuántos conocían a las Pussy Riot hace menos de un año? ¿Se les daría tanto bombo de no haber sido detenidas?
Por muy claro que ustedes lo tengan, tres de las seis integrantes del colectivo (Nadezhda, Yekaterina y Maria) han logrado su objetivo: llamar la atención. Y no me refiero ya a la performance del 21 de Febrero de este presente año en la catedral moscovita del Cristo Redentor que provocó tan magna algarabía, sino al circo mediático que se ha formado con el juicio posterior por “gamberrismo motivado por odio religioso” y la condena a dos años de cárcel. Sin olvidar la “famosa” instantánea de Nadezhda Tolokonnikova con el puño en alto luciendo una camiseta de color morado con el lema “¡no pasarán!” en naranja. Suficiente para crear el icono que ya luce en chapas y merchandising vario. Hete aquí una de las grandes trampas capitalistas. Es como estar pensando en una dirección y caminar hacia la otra mientras te dispones a ser devorado por aquello contra lo que estás luchando. Claro ejemplo de la capacidad que tiene el sistema para absorber a sus contrarios y sacar beneficio de ello. Irónico, ¿verdad?
Muchos equiparan ya a las rusas con The Sex Pistols en una boutade feroz alimentada por el mismo motivo por el que se etiquetó anteriormente a tantos grupos como “los nuevos Beatles”: la falta de iconos en la sociedad actual. Los prontos homenajes se suceden día tras día en todo el mundo, pero no dejan de ser una bomba mediática dentro de un océano de náufragos que patalean por mantenerse en la superficie de la libertad. Hace no mucho, unos jóvenes de Bilbao mostraron su disconformidad con el suceso desnudándose ante la Universidad de Deusto. ¿¿Y?? También hubo protestas frente a la embajada rusa en Londres, Madrid, Nueva York, Sofía, París… Lo mismo: ¿¿y?? Tal vez sea momento de pensar en que las ramitas de olivo no son suficientes para lograr la libertad, la cual nunca se le ha dado gratis al pueblo. Desde hoy, los pasamontañas de colores sustituirán a la ya manida máscara de Guy Fawkes.
Que Dios me libre de querer tildar de oportunistas al grupo, pero —sin querer— están sabiendo sacar partido a algo que, en gran medida, es negativo. En el caso de que editen un disco, las ventas serán increíblemente altas sólo por el hecho de haber estado detenidas. La heroicidad del mártir, vaya.
Aunque el medio y las circunstancias no son las mismas (pero sí el fin), la historia puede recordar a la controversia surgida a raíz del Lie: The love and terror cult, disco que publicó Charles Manson el 6 de Marzo de 1970 (grabado entre Septiembre de 1967 y Agosto de 1968) para costearse su defensa después de varios arrestos por robo, falsificación, fraude y proxenetismo. Curiosamente, el asesinato de Sharon Tate a manos de Manson coincidió con la distribución del long-play.
Una de las canciones del álbum (Cease to exist) era obra de The Beach Boys, aunque el título original era el de Never learn not to love. Por otro lado, el single Look at your game, girl fue versionado años más tarde por los Guns ‘N’ Roses en su álbum The Spaghetti Incident?. Debido a que muchos otros músicos como Marilyn Manson, GG Allin, Rob Zombie, Devendra Banhart,Red Kross y The Lemondheads también versionaron canciones del asesino de Tate, los royalties empezaron a engrosar algunas cuentas corrientes. De todas formas, aunque los abogados de Manson inventaban toda clase de tretas para lograr vender, los resultados no fueron tan agraciados como se esperaba. El objetivo del propio autor era que la gente escuchara lo que quería decir en aquel disco, nada más, pero se encontraron con la negativa de las discográficas, por lo que se complicó mucho el poder alcanzar altas cotas económicas gracias a la venta de ejemplares. Aun así, Lie: The love and terror cult terminó siendo un disco de culto pasado el tiempo.
¿Sucederá lo mismo con Pussy Riot? Vale, de acuerdo en que es un atropello por parte de la administración Putin y que se le ha puesto un clavo más al ataúd de la libertad, pero el espectáculo roza ya el esperpento. En unos momentos en que lo políticamente incorrecto entra ya dentro de los cánones de lo correcto, cantar en el altar de una iglesia ortodoxa “¡madre de Dios, echa aPutin!” puede ser un acto de dudosa trasgresión cuando cualquier tipo de publicidad (por muy mala que sea) termina siendo beneficiosa en el show-business. La popularidad del conjunto Punk crece según van pasando las horas y más si cuentan con el respaldo de Madonna, Paul McCartney o Sting. “Son un símbolo de la lucha por la democracia rusa”, “Free Pussy Riot” o “todos somos Pussy Riot” son los mantras más socorridos cuando entra el ardor guerrero. Aunque de nada servirá tanto grito y actuación, visto lo visto…
¿Podría ser esto una campaña de publicidad viral? Tal y como está el patio, sería un riesgo que se descubriera el pastel por haber jugado con la gente y sus ideales. ¿Habrán aprovechado este follón para sacar un nuevo single? Es más, de aquella famosa actuación de las Pussy Riot en el templo ortodoxo se hizo un videoclip. No sería descabellado pensarlo. El Punk es provocación, aunque sea de manera mercantil.
Desgraciadamente, no es el único grupo que sufre el castigo de la censura (y, presumiblemente, no será el último), pero el excesivo (y hasta ridículo) fanatismo por parte de algunos sectores y personas no hace sino que elevar al máximo exponente un falso fenómeno social con trasfondo pseudorevolucionario que acabará en el laberinto de la memoria colectiva, muy a mi pesar.
Estooooo… Están en la cárcel, condenadas por la justicia rusa. ¿Cómo va a ser una campaña de publicidad viral? ¿Qué es eso de ‘moda’ o ‘darles bombo’? Para empezar, ni siquiera son exactamente un grupo musical, y no creo que se pueda discutir que han conseguido su objetivo de que el mundo se dé cuenta de las carencias democráticas de su país. Supongo que se puede criticar a los famosetes que se suman a las protestas porque queda bien, pero desde luego no veo mucho sentido a las tesis de este artículo, por no hablar de la paradoja de fondo de dedicar un artículo en un medio a un supuesto circo mediático.
Si las pussy riot han acaparado tanta atención es obviamente porque lo han hecho desde la apropiación de unos códigos propios a la cultura juvenil de aquí a Lima, facilitando eso que se llama «proceso de identificación». Bien por ellas. Por otra parte no hacen conciertos en salas ni hasta donde sé distribuyen música por canales convencionales, así que pretender identificar su ingreso en las lucrativas fauces del mainstream porque tienen un videoclip mal grabado en youtube digamos que es un poco… de exceso interpretativo, como estos supuestos fanatismos que el autor identifica, haciendo un uso bastante laxo del término fanatismo. Otra cosa muy disfrutable aunque totalmente lisérgica es la comparación con Charles Manson -a todas luces la finalidad del texto- por el despliegue de erudición que le sigue. Aunque el conjunto sea un delirio con una falta de fundamento y un tono suficiencia, que por no estar acreditado resulta bastante irritante.
De acuerdo con Otto: la tesis del artículo no tiene sentido. Primero porque Pussy Riot no es exactamente un grupo de música; hasta el momento han sacado sólo 5 canciones y 6 vídeos cuyo fin no es artístico ni comercial, sino reivindicativo, como indican no sólo su contenido y puesta en escena (desafiando a la autoridad en lugares públicos), sino el hecho de que mantienen su identidad en secreto y técnicamente son una chapuza.
Segundo: pasar dos años en una cárcel rusa es un asunto muy serio. El solo hecho de plantear una hipotética campaña viral como sentido oculto me parece delirante.
Y tercero, queda muy bien hablar de la cara del Che estampada en tazas y camisetas, de cómo se autovacuna el capitalismo o de cómo los famosos alimentan su vanidad apoyando causas nobles, pero los símbolos importan, vaya si importan. Que se lo digan a Túnez y las revoluciones vecinas. ¿No empezaron con un chaval que se prendió fuego?
Joder, ríete de las teorías de la conspiración de El Mundo. Tres chicas para vender unos discos lían la que lían con dos años de condena en una prisión rusa (que deben ser de órdago). Una de ellas no es la primera vez que hace algo así, por lo que al menos una de ellas ya tiene un cierto historial de protestas escandalosas (por llamarles algo).
http://www.guerraeterna.com/pussy-riot-las-orgias-punk-siempre-salen-caras/
Sinceramente este artículo me parece delirante. Quien las compare con los Sex Pistols no tiene ni idea de lo que fueron los sex Pistols ni lo que representaron (que vean el documental filth and the fury para hacerse una ligera y diferida idea). Ellas probablemente no sabían que se iba a montar semejante follón, era imposible preverlo. Igual no he entendido el fondo, pero me parece delirante lo que insinúas este artículo sí es una autentica boutade, salvo que no le haya pillado el punto.
Propongo, como el colmo de revolucionario de dibujo animado y horchata, que algún indignante se ponga la careta uvendattaria bajo un pasamontañas.
Te habrás quedado a gusto con el articulo? Ahora cada protesta que alguien haga tiene un fin publicitario. Y estar dos años en la cárcel es para conseguir publicidad. Alucinante.
Me parece que tú artículo va más por como la gente a digerido la noticia que con el drama en sí. Yo no le veo nada de malo, más bien al contrario.
Puestos a prejuzgar, no creo que ellas mismas esperaran esta repercusión aunque si sabrían al tipo de régimen al que se enfrentaban, y como se las gasta éste con sus detractores. El hecho de que tenga una repercusión mediática que les vaya a hacer ganar dinero -suponiendo que lo hagan porque ya estamos presuponiendo mucho-, y el que la juventud esté falta de iconos, no le resta importancia al hecho de que vayan a estar dos años en una prisión rusa como te recuerda Otto. Está bien invitar a la reflexión, pero estás dando por sentado hechos futuros que no son para nada el meollo de la cuestión. Pienso que ahora mismo se encuentra en una situación en la que nosotros seguramente no quisiéramos estar. A lo mejor tú si, no lo se.
He leído el primer parágrafo y no he podido continuar. Con puntos de vist así, mejor quedarse en la cama.
«Que Dios me libre de querer tildar de oportunistas al grupo, pero —sin querer— están sabiendo sacar partido a algo que, en gran medida, es negativo».
Aplícate el cuento, sólo que en tu caso sí que parece premeditado. Cuánto afán de sensacionalismo y de protagonismo, dios…
2013. Ejecutivos de Kotex se frotan las manos en la entrepierna. Pussy Riot Edition con alas, ultrafina y nocturna… Pussy pelotazo!
Por cierto, Charles Manson ni siquiera estuvo presente en el asesinato de Sharon Tate, sirva como aclaración. Abrazos
Empiezo a pensar que los Assange, Sánchez Gordillo y Pussy Riot forman parte de una campaña de publicidad viral pagada por el Establishment como cortina de mundo. Dice nuestro sabio refranero que «el mejor desprecio es no hacer aprecio». Los ríos de tinta y atención mediática que están provocando estos «revolucionarios» confirma mi teoría. ¡Mirad al dedo, al dedo, no a la luna! La maquinaria de propaganda de este sistema nuestro, ¡qué perfección! Ay si los señores feudales hubieran contado con semejante engranaje…
Yo vengo ya denunciando desde hace días lo útil que ha resultado el trío calavera a nuestros mass mierda, que no sabían de qué hablar este verano. La restauradora amateur también se unió a la fiesta, pasado mañana intervenidos y al otro… al otro todos calvos.
Ooops, quise decir cortina de humo (no mundo)
Por las reacciones al artículo parece ser que con esto de la fama muchos lectores de El País ahora también leen Jot Down. No lo hagáis, lo que se escribe aquí no os interesa.
Podéis leer el Huffington Post si queréis, por variar. O os podemos avisar cuando Enric González publique un artículo, pero no nos jodáis Jot Down. El artículo que buscáis sobre este tema ya está publicado en otros sitios
Joder que chupiguai ha de ser poder acceder a ser considerado dentro de la casta de modernos dignos de leer esta revista.
Yo, que soy un rojo casposo que todavía lee Mundo Obrero, inspirado por el grito de esa otra gran irreverente llamada Fabra, sobre la que esperamos también un artículo diferente de lo dicho por los medios de prensa convencionales, sólo puedo decir: qué te jodan !
Oh…un ilustrado
Es más interesante seguir la pista al grupo Voina, al cual por cierto perteneció temporalmente Nadezhda Tolokonnikova, ahora de las Pussy Riot.
http://revistanada.blogspot.com.es/2012/05/declaracion-de-voina-sobre-la-bienal-de.html
http://nihilismo.foroes.net/t39-cop-s-auto-da-fe-or-fucking-prometheus-una-accion-de-voina
Más etiquetas, viva las etiquetas, y la libertad de expresión, el debate y los espacios de disensión. Como no me gusta vuestra reacción y opinión es que acabáis de llegar, leéis «El País» y el Huffington Post (me troncho) y no estáis lo suficientemente ilustrados (traducción: no opináis como yo) para leer Jot Down. Y ahora al pobre Enric ya le han colgado el sambenito.
A mí me parece que Jot Down es un espacio abierto a todo tipo de corrientes, opiniones, ideologías, estados de ánimo, formas de entender la vida (llámenlo como quieran) y, una de dos, el que no tiene muy claro lo que es Jot Down eres tú o te gustan demasiado las purgas ideológicas…
Aprovecho para felicitar a Jot Down por haber sabido no encasillarse (a pesar de que algunos estén convencidos de que les pertenece), por dar espacio a muchas y variadas voces de las que, incluso en desacuerdo, casi siempre se puede aprender algo y por haberme permitido leer grandes artículos de gente extraordinaria como E. J. Rodríguez o Josep Lapidario. No sigo ninguna revista en papel, pero esta lo haría con mucho gusto.
Este artículo es un quiero y no puedo. Va por detrás en lugar de ir por delante. Esperamos más calidad y talento en Jot Down.
Es cierto que se le ha dado bombo mediático, pero también se le dio al 15-M y nadie dijo nada, también se les da a ciertas entrevistas a famosos que no tienen interés y nadie dice nada, también se le da bombo a un gol de un equipo de fútbol y nadie dice nada.
Las Pussy Riot son unos de los pocos casos mediáticos que merecen atención, y si he hecho algo este verano con los periódicos es leer su caso, ya que era lo único interesante durante estos meses.
El hecho de que la gente tome una iniciativa es muy significativo, otra cosa es que a ciertas personas les entre el miedo de que se extienda esa herramienta que es la acción directa y empiece a tomar las riendas de la situación. Riete tú de los sindicatos vendidos y de los artículos conspiranóicos entonces…
Este artículo en sí mismo no está mal, ahora, un poco de amplitud de miras es necesario. El disco, a modo de detalle, no se vende, de hecho está colgado en mediafire para el que lo quiera:
http://www.portaloaca.com/articulos/contra-info/5971-descarga-y-arma-tu-propio-cd-de-pussy-riot.html
Me alegra encontrar al autor colombiano Charly Hernández en una revista como esta. Felicidades. Yo creo que las rusas buscan tener eco, pero que se les ha venido todo encima. Solo añadir, por rigor expresivo, que no existe la «publicidad viral», sino el «marketing viral». Saludos, Charly.
Gracias a todos. Me gusta como se debate en los comments.
Nescafé; gracias por tu respuesta, pero nací en España. No obstante, me ha resultado curioso tener un «yo» colombiano. Un afectuoso saludo.
¿Y como no van a buscar llamar la atención? Precisamente en el fondo de todo esto radica un deseo (supongo que sincero) de llamar la atención sobre carencias democráticas.
Estas chicas han sido condenadas a dos años de carcel. Y luchan por algo justo. Creo que plantear las cosas como una supuesta campaña de autopromoción es un poco traido por los pelos.
Respecto de los listisimos lectores de Jot Down que desprecian a los demas, poco hay que decir. Se revelan con sus palabras.
Se moja bastante Hernández, al cual leía mucho en Medellín. Siempre me gustaron sus versos pastorales.
Zizek ha escrito una breve carta-nota a las componentes de las Pussy Riot:
http://revistanada.blogspot.com.es/2012/09/carta-de-zizek-las-pussy-riot.html