29 de junio de 2012. Cerro de San Felices, Haro, La Rioja, España.
De todos es sabido que la máxima expresión de la civilización, después del vermú, es la guerra. Por eso más de 7.000 personas se desplazaron, en una incontrolada marea snobista, en coches, remolques de tractores o motos, hasta el cerro de San Felices en la localidad riojana de Haro para participar en la Batalla del Vino. 60.000 litros de tintorro sirvieron de munición y como los riojanos han hecho del vino su emblema cultural (lo cual dice mucho de las aspiraciones intelectuales de los de orillas del Ebro), participaron dando mandobles de bota y tirando ráfagas de sulfatadora, hasta la hora del vermú, uniendo así esas dos máximas del mundo ilustrado que son el alcohol en ayunas y el combate cuerpo a cuerpo.
Fotografía: Alfredo Tobía