Historiador y filólogo hispánico, Sid Lowe es ante todo un loco del deporte, que podría hacer suya la frase de Albert Camus: “Todo lo que sé del hombre lo aprendí en el fútbol”. Hambriento por matizar cada frase, buscar un inicio y una explicación en cada respuesta, Sid se desespera con un sándwich mixto infame que le han servido en una terraza del madrileño parque de El Retiro. ¿Cómo presumir ahora de nuestra cocina española? Viene de un par de semanas fastidiado con una conjuntivitis vírica, entre viaje y viaje a Londres para hablar con jugadores del Chelsea, y hay en sus palabras algo que le saca de la pose del hispanista que da lecciones, seguramente porque sabe que siempre hay un riesgo de que se le malentienda. Como verán en la entrevista, queda claro que, si Sid odia algo, son precisamente los malentendidos.
Háblanos de tus inicios como corresponsal en España. ¿Te costó integrarte en la cultura y la forma de vida? ¿Qué fue lo que más te llamó la atención al principio?
Vine a España para hacer una tesis doctoral, no para ser periodista. Hay gente que me dice: “Oye, ¿qué hay que hacer para llegar a ser periodista?”, y les respondo que no hagan lo que hice yo. Yo venía a estudiar. Ya escribía alguna que otra cosa desde Inglaterra sobre el fútbol español, y ese interés en España y su fútbol me abrió la puerta del periodismo. Había vivido un año en Oviedo hacía tiempo…Justo en el momento en que The Guardian quería tener cierta visión europea, yo andaba por ahí. Me preguntaron si me apetecía hacer una crónica semanal de lo que estaba pasando en España y les dije que sí. El primer año escribía desde Sheffield, pero viajaba mucho, ya que también estaba con la investigación previa a la tesis. Luego llegué a Madrid.
¿De qué año estamos hablando?
Viví en Oviedo en el curso 96-97. Fue el año de Ronaldo en el Barcelona. Y el año de Oli en el Oviedo, para situarnos (risas). Un año en el que marcó muchos goles y se fue al Betis. Volví a Inglaterra para terminar el curso, estuve un año en Sheffield y luego hice un master para el que viajé mucho a España, sobre todo a Madrid, para investigar en la Biblioteca Nacional y la Hemeroteca. Después volví a Inglaterra, supuestamente un año, pero seguía viniendo mucho a España. Ya no volví a Inglaterra para escribir la tesis. Eso fue ya en 2000-2001. Vine para un año y hasta ahora.
¿Qué fue lo que te llevó a elegir España como objeto de investigación?
En parte por el interés que tiene el país. Volviendo al principio, cuando tenía 12-13 años, en el colegio me obligaban a dar francés. Luego te daban la posibilidad de elegir otro idioma. Y elegí el español. No sé por qué. Con 13 años nos fuimos a hacer un intercambio a Lorca. Me quedé dos semanas con una familia y luego los de Lorca vinieron a Londres. Fíjate qué cambio. ¡Nosotros a Lorca y ellos a Londres! La familia que me acogió en Lorca me recomendaba que volviese para ver la Semana Santa, porque decían que era una cosa de locos. Y lo era. Volví y me quedé un par de semanas con esa familia. Me di cuenta de que no me costaba tanto aprender castellano y ahí empezó el interés en todo lo español. Luego seguí estudiando castellano, y en la universidad hice un curso de Historia y Filología Española, con un interés especial en la Guerra Civil, el franquismo, la Transición… Eso, directa o indirectamente, me llevó a hacer la tesis doctoral sobre los orígenes de la Guerra Civil y las raíces sociales y políticas del régimen de Franco (la derecha en los años 30, durante la República). No es el camino normal del periodista deportivo, pero salió bien.
Esta fascinación de los británicos hacia España, y en concreto hacia ese periodo de la Guerra Civil y el franquismo, ¿de dónde crees que viene? Giles Tremlett, tu compañero en The Guardian, ya escribió un libro fantástico, Ghosts of Spain.
En la presentación de su libro, la gente le decía que qué hacía un inglés diciendo a los españoles cómo era su historia y su sociedad actual. Y yo decía que, precisamente por ser inglés, tenía otra perspectiva. Igual era mala, pero al menos el enfoque era diferente. Además, sobre España han escrito Hugh Thomas o Paul Preston, y americanos como Stanley Payne… La fascinación por España y su historia política tiene que ver también con que la historia inglesa es muy aburrida para estudiar. No te encuentras guerras civiles o dictaduras. ¿Por qué hay tanto interés en estudiar el régimen nazi? Porque es algo casi imposible de entender humanamente. El afán por intentar entender es muy estimulante para el estudioso. A nivel personal, no sabría contestar con exactitud. Me acabé interesando por entender el país al que llegué, por mis amigos españoles…
En los libros de periodistas e hispanistas ingleses se detecta cierta atracción por el exotismo que desprende España. Cuando te estableciste aquí, ¿sentiste una especie de desilusión al ver que era un país normal o sigues pensando que “Spain is different”?
Desde luego, “Spain is different”, pero no tan “different” como era. España es un país europeo como muchos, con una economía que es un desastre como muchas otras. También a Inglaterra le tocará la crisis, aunque quizá no tanto porque no tiene el problema del euro. Para mí, España sigue teniendo una gran fascinación. Tiene mil cosas que te atraen, pero otras que te echan para atrás. Al final es un país al que llegas, te gusta, la gente es muy buena.
¿Cómo vemos los españoles a los británicos? ¿Vemos en Michael Robinson al paradigma de periodista británico, excéntrico, divertido, como venido de otro planeta?
Mi padre me preguntó si creo que los ingleses aceptarían que un español comentase los partidos de la Premier. Le dije que quizá no. Pero Michael Robinson terminó por cambiar la mentalidad. En ese sentido, por mucho que todas la semanas algunos me digan que me vaya a mi país, la aceptación en general es tremenda. Es increíble que me den la oportunidad de comentar partidos de la Liga española. Les estoy muy agradecido. Pero también es curioso, porque a veces me pregunto qué pinto yo aquí. También puede que exista fascinación por el acento inglés o la visión inglesa del fútbol que cuida tanto la historia y las tradiciones. Creo que en general españoles e ingleses nos llevamos bien. Tenemos una fascinación mutua con matices.
Te hiciste aficionado del Oviedo en tu estancia en la ciudad. También eres del Liverpool. ¿Por qué sigues a los “Reds”?
Que sea del Liverpool es una aberración. Casi todos mis amigos son del Tottenham, y los que no, del Arsenal. Cuando era niño quería ser del Queens Park Rangers, como mi hermano mayor. Mi hermano, que es idiota, me dijo que no podía ser de su mismo equipo. No entiendo por qué: a mí me hubiera encantado tener un hermano pequeño que compartiese mi afición. Entonces le pregunté cuáles eran los equipos que jugaban de rojo. Me dijo que el Arsenal, que hubiera sido la elección más lógica, el Manchester United, el Liverpool…Yo le pregunté que quién era el mejor de todos, me respondió que el Liverpool y me hice del Liverpool. Me compraron una camiseta roja y mi madre me cosió el escudo. Con un bolígrafo puse el 7 de Kenny Dalglish a la espalda. Lo bueno es que, viviendo en Londres, podía ver jugar al Liverpool en muchos estadios.
No es buen momento para ser del Liverpool y el Oviedo. ¿Te has acostumbrado a sufrir con tu equipo?
Lo bueno de ser del Oviedo es que en España evito la acusación de “glory hunter” (“ir con el que gana”, diríamos en castellano), que me podría perseguir en Inglaterra por ser del Liverpool siendo de Londres. Yo nunca me cambié de chaqueta. Lo bueno de ser del Oviedo es que no te pueden acusar de buscar la gloria. De todas formas soy un oviedista un poco extraño, porque no odio al Sporting. Es más, no quería que bajara.
¿Cómo se explica que el Liverpool sea una referencia en Europa (dos finales de Champions League en los ocho últimos años) y en Inglaterra no haya ganado aún la Premier League?
La mejor respuesta es comentar la canción que canta la afición del Liverpool cuando juega contra el Chelsea. “Fuck off Chelsea F.C., you ain’t got history” (“vete a la mierda, Chelsea, no tienes historia”). 18 Ligas y cinco Copas de Europa. La historia cuenta, y mucho. Sobre todo para que la gente se enganche a un equipo. La historia europea del Liverpool es muy sencilla. Las cuatro Copas de Europa de finales de los 70 y principios de los 80 y la época de Benítez. Es como el Madrid, que estuvo 32 años sin ganar la Copa de Europa y aun así sigue siendo el Madrid.
Pero el Madrid ganaba Ligas mientras fracasaba en Europa.
Sí, es verdad. Cuando el Liverpool ganó en Estambul la Champions (2005), la afición era muy consciente de que no era ni de lejos el mejor equipo de Europa. La afición del Liverpool tiene una necesidad de ganar la Liga mayor que la que tiene cualquier otro equipo, sobre todo porque el Manchester United ya les ha adelantado. Esa circunstancia dolió mucho. Entonces cambió el discurso, y la gente decía que seguían teniendo más Copas de Europa. Eso sí, en el fondo, la gente del Liverpool sabe que la Liga lo es todo. Conozco a muchos españoles que fueron a Anfield y volvieron impresionados con The Kop o el You’ll never walk alone. Los del Liverpool presumimos de estadio, mientras que los demás dicen que Anfield es una leyenda, que no es para tanto. Luego, van los españoles allá y dicen “sí, sí es para tanto” (risas).
¿Cómo ves el futuro del Liverpool tras la marcha de Kenny Dalglish? ¿Luis Suárez continuará después de sus problemas de comportamiento? ¿Gerrard seguirá siendo importante? Menudo desastre el fichaje de Carroll…
Sí (ríe). Si juegas con Carroll te ves obligado a jugar con un estilo determinado, y el Liverpool es de los pocos equipos ingleses que ha presumido de identidad, de estilo. “Get, give, move” (recibe, da y muévete). Un poco como lo de Guardiola (“I have the ball, I pass the ball”). El fichaje de Carroll igual no encajaba en esto. El futuro creo que pasa por los dueños. Por su capacidad para entender lo que es el club, de modernizarlo sin que pierda su esencia. Cuando hablas de una causa o una idea suena a superioridad moral, como pasa con el F.C. Barcelona aquí en España. ¿Suena a superioridad decir que el Barcelona tiene filosofía? Puede ser, pero es así. El Liverpool tiene algo parecido.
La continuidad de Luis Suárez dependerá de que el nuevo entrenador le convenza, pero es difícil mantener a alguien tan bueno si a su alrededor no hay un gran proyecto. Si él se fuera, el Liverpool seguiría, pero a los aficionados nos da miedo esa posibilidad porque creo que es el mejor jugador que tenemos.
¿Quién suena como futuro entrenador?
En general la afición querría que fuese Benítez. Benítez, más allá del estilo de fútbol, captó lo que es la ciudad y el club. El hecho de que Benítez siga viviendo al lado de Liverpool, que supiera manejar la parte emocional del club…Por ejemplo, en el caso de la tragedia de Hillsborough, hizo una donación de dinero a su asociación de víctimas. 96.000 libras. Mil por cada persona fallecida. En ese sentido, la afición está muy agradecida, más allá de que ganase la Copa de Europa, que es algo espectacular. De todas formas, creo que Benítez no llegará; los dueños le tienen miedo por el control deportivo que exige y quieren buscar otro perfil de entrenador. Se habla mucho de Roberto Martínez, que me provoca una sensación buenísima, aunque no sé si tiene lo que necesita para ser entrenador del Liverpool. Se habla también de Brendan Rodgers, que ha hecho un trabajo fantástico con el Swansea, pero Rodgers ha dicho que no. Luego vi un reportaje que decía que el Liverpool dudaba entre Capello o Guardiola. Si no sabe a por quién ir de los dos es que no sabe lo que quiere.
En el fútbol español, ¿qué efectos crees que tiene la hegemonía deportiva, económica y mediática del Real Madrid y el F.C. Barcelona?
Creo que estos dos equipos, que son clubes sin igual en el mundo, fantásticos en muchas cosas, tienen su parcela mala. Es bueno que estos dos clubes sean muy fuertes, pero creo que el fútbol español se está comiendo a sí mismo. No es por quitarle méritos al Madrid, porque 100 puntos son 100 puntos, pero en otra liga no sería posible. Y no es bueno que sea posible, al menos más de un año. Llevamos tres años consecutivos en los que el tercer equipo, el Valencia, acaba más cerca del descenso que del título. Cuando José María del Nido dice que es una liga “de mierda” no tiene razón, pero sí que deja mucho que desear a nivel de posibilidades de competir con los grandes. Es problemático, porque al final esta situación también le quita méritos a los dos. El Madrid y el Barcelona quieren ganar la Liga, pero no una Liga en la que ganan 6-0, 5-0, 4-0, sino una en la que cuesta ganar como visitante, en la que un empate no es una derrota. Eso lo aprendió Mourinho, que en su último año en el Inter empató diez veces y ganó la Liga. También es problemática la Liga española como organización, porque es un conjunto de clubes en el que 18 votan y dos deciden cómo repartirse el dinero. Los votos los manejan dos o tres, y alguno del que no me fío demasiado. Es una pena, porque a largo plazo todo esto también le hace daño al Madrid y al Barcelona.
Como comentarista de LaSexta, ¿hasta qué punto piensas que se puede sostener un modelo televisivo a partir de una Liga en la que sólo tienen interés los partidos del Madrid o el Barcelona?
En Inglaterra, un partido entre el cuarto y el quinto clasificado tiene más interés que en España. El trabajo de historiador, aunque no estés de acuerdo, se basa en tener empatía con lo estudiado, y yo entiendo que el Madrid y el Barcelona lleguen y le digan a los demás equipos: “Sin nosotros no sois nada”. Entiendo que digan eso, porque es verdad. Los demás equipos hacen su día del club cuando les visitan el Madrid y Barcelona, ven su estadio lleno con la visita de los dos o los ven millones de espectadores por televisión. También es verdad que es fácil atacar a Madrid y Barcelona, pero hay una realidad social clara. Creo recordar que una estadística señalaba que el 62% de la población española era de uno de los dos. Luego hay otro fenómeno, que no existe en Inglaterra, y es que muchos aficionados de otros clubes, además de ser de sus equipos, simpatizan con el Madrid o el Barcelona. Alguien puede ser del Oviedo, y también del Madrid o el Barcelona. Esa afinidad por uno de los dos nunca cambia. Sin embargo, yo soy del Oviedo, pero hoy igual quiero que gane el Barcelona y dentro de cinco años el Madrid. Esa es la neutralidad real. Y no existe en España.
¿Crees que esta bipolarización futbolística es un reflejo de la sociedad española?
Esta pregunta se la haces a un historiador de la Guerra Civil (risas). En Inglaterra me toman el pelo porque utilizo mucho la palabra “caveat” (matiz), que suena a intelectual. En esta cuestión hay mil matices. Pero dentro de estos matices hay una especie de bipolaridad en España que a veces incluso me da miedo. Yo no presumo de saber todo lo que pasa en España, pero veo las mismas trincheras que hace 80 años.
¿Estas posiciones encontradas se perciben desde fuera como exageradas o es algo común en otros países?
En Twitter pones “Messi ha marcado 45 goles” y a los dos minutos alguien pone “¿Y Cristiano cuántos?”. A mí me da igual cuántos ha marcado Cristiano, porque acabo de poner que Messi ha metido 45. Parece que no se puede mirar a uno sin referirse al otro. Y eso pasa en todo. Funciona mucho el “y tú más”. Por ejemplo, la rivalidad Madrid-Barcelona es una rivalidad con muchos ingredientes. En ella todo es inamovible. Y eso pasa también en otras muchas cosas. Coges la prensa deportiva, y la no deportiva, y te sorprendes, más siendo inglés. No hay posiciones intermedias. Pero vuelvo a lo de la empatía. Hay que entender que un director de un diario deportivo sabe que si gana su equipo venderá 10.000 ejemplares más. ¿Quién es culpable, la prensa o la sociedad? ¿O las dos? Yo desde luego echo de menos muchas cosas. Creo que se podrían hacer cosas diferentes pero la sociedad, para bien o para mal, es la que es.
En España, con el PP y el PSOE, también hay choque de posturas en política. Una figura como la de Nick Clegg, que desde aquí se ve como mediadora, ¿tendría sentido en España? ¿Podría encontrar su equivalente en este país?
Al final Nick Clegg, o ha querido o se ha visto obligado a saltar a la cama con otro, así que deja de estar en el medio. ¿Tendría sentido en España? Probablemente. Hay matices con las políticas catalana o vasca, que no encajan totalmente porque falta otro enfoque. También a nivel nacional Rosa Díez lo está intentando, pero hay un sistema bipartidista. Asimismo, en Inglaterra llevamos años hablando de que tenemos un sistema de dos partidos donde no cabe una tercera vía. Tony Blair siempre hablaba de la “Tercera Vía”, que es la frase de Anthony Giddens, el sociólogo. Cuando lo leía pensaba “¿Tú sabes quién es el último que ha hablado de una tercera vía que no es ni capital ni trabajo?”. Era propio del fascismo, que termina siendo una mentira. En cosas fundamentales, lo que parece otra opción termina siendo más de lo mismo, con matices. El famoso libro de Paul Preston, Las tres Españas del 36, refleja que había gente que no quería la guerra. El problema es que una Guerra Civil te obliga a borrar la tercera vía. Sólo hay dos opciones. No tienes más remedio que elegir un bando, ya sea por cuestiones geográficas, ideológicas o de mera supervivencia. Con esto no quiero decir que España vaya camino de otra Guerra Civil, pero existen ciertas divisiones.
Es curioso que en un país en el que se vive tan bien haya este cainismo.
Te digo una cosa. No hay un solo español que me conozca que no me diga “joer, qué bien se vive en España”. Y es verdad.
¿Cómo se explica desde fuera esa insatisfacción, esa necesidad de tener enemigos?
Para mí es muy difícil llegar como si fuese a solucionar España. Parece que presumo de tener las respuestas para todo. Pero te digo una cosa: si me dan seis meses con control absoluto, en el fútbol español arreglo varias cosas. En la sociedad es mucho más complicado. La tendencia, presente en el libro de Giles (Tremlett), es buscar los motivos de las cosas. Luego puedes pensar que todo lo que ocurre en España es a causa de la Guerra Civil. Es una tentación peligrosa, pero, utilizando la terminología de Giles, son “fantasmas” que existen. No explican todo, pero sí algunas cosas. Quizá expliquen esa dicotomía de la que hemos hablado antes, al menos en parte. La insatisfacción no viene solo por cuestiones materiales, sino por aspectos espirituales, políticos, culturales… Todos tenemos miedo de lo que puede pasar por la crisis, pero yo vivo en España contento. Estoy a gusto. Aun así, hay cosas que me tocan los huevos. Creo que la insatisfacción es normal, lo que me llama la atención es que en España sea tan rígida. En esta cuestión, como en muchas otras, no hay una contestación fácil. Pasa también con la Ley de Memoria Histórica. Se olvidaron muchas cosas para que la Transición fuese un éxito. Y la Transición en Inglaterra se ve y se veía como algo modélico. Pero si dejas cabos sueltos, llegará un momento en el que la gente te diga “¿Y qué pasa con esto?”. La gente quiere saber qué pasó y eso provoca una reacción contraria desde el otro lado. En Sudáfrica hubo una búsqueda de la verdad con el objeto de reconciliar que en España no existía. Existe ahora, y a la derecha le parece peor, porque piensa que se hace con el afán de remover. Pero es que no sé si quieren remover o quieren saber. Yo como historiador quiero saberlo todo, y no por cuestiones ideológicas, pero es problemático.
¿Hay algo de artificial en la conversión del tema de la Memoria Histórica en debate político actual? Cuando Zapatero llegó en 2004 colocó el asunto en el centro de la discusión, dejando de lado otras cuestiones, como la económica.
Exacto. Pero para que algo se convierta en centro del debate político necesita provocar una reacción importante. Yo tengo un amigo inglés muy de derechas, que siempre me decía que Zapatero era un resentido que solo quería sacar capital político de la Memoria Histórica. Le decía que quizá sólo quería desagraviar a la gente y honrar la memoria de su abuelo, y que el resto lo hizo la reacción pública. Me contestaba que tenía que estar pendiente de la economía, pero un gobierno tiene que estar pendiente de muchas cosas. Es trabajo del Gobierno sacar una Ley de Memoria Histórica, aunque quizás no sea el principal cometido. Luego se hicieron algunas cosas mal. Me decían que sólo veían las víctimas de un lado. Sí, pero durante 45 años… Es muy difícil. También me acusaban de no investigar a los dos bandos por igual, pero sólo hice una tesis doctoral. Es imposible que pueda abarcar todo lo que pasó. Tienes que elegir un enfoque.
¿Qué opinas de la polémica originada con los pitos al himno en la final de la Copa del Rey?
Podemos decir que no hay que mezclar política y deporte, pero hay que ver en qué país estamos. Es una realidad que hay política en el fútbol español. Respecto al himno, me da miedo meterme en ese tema por el hecho de ser inglés y lo que pueda pensar la gente de mí. Igual me equivoco en mi apreciación, pero por lo menos aporto una perspectiva diferente. Con el himno me parece que se montó un pollo demasiado grande. Cuando oí las palabras de Esperanza Aguirre, pensé: “Esta tía es tonta”. Pero de tonta tiene muy poco. Será que ella supo que así cerraba filas con los que la apoyaban. Incluso puede que consiguiese más apoyos, mientras que los que siempre la han atacado volvieron a hacerlo esos días. Esta apreciación supone que sus palabras fueron meditadas. Quizá le salieron de dentro y fue sólo una opinión, pero una opinión importante por ser quien es. Luego dijeron que se debería suspender la final si pitan el himno. Más allá de cuestiones políticas, ¿realmente se debería suspender un partido de fútbol con 55.000 personas en las gradas por unos pitos? Me parece un poco exagerado. Si ponen el himno inglés y lo pitan, yo no me iré del estadio. Entre otras cosas porque no me siento representado por el himno inglés. Dice “Dios salve a la Reina” y yo soy republicano y ateo. Además, las aficiones en España e Inglaterra han hecho cosas peores y no se han suspendido partidos. También dijeron que si se suspendía el partido se debería jugar en otra ciudad. ¿Se puede pitar el himno español en otra ciudad pero no en Madrid? Otra cuestión es si deben jugar la final de la Copa del Rey dos equipos cuyos aficionados vayan a silbar al Rey. Yo me pregunto si realmente pitar al himno equivale a pitar al Rey. Reconozco que es una contradicción pitar al Rey y jugar la Copa del Rey, pero si no, ¿qué Copa quieres que jueguen? Además esa Copa ha sido la Copa de la República o la Copa del Generalísimo. ¿Realmente representa al Rey o representa al estado español? Y me dicen que esos aficionados no quieren formar parte del estado español, pero son solo algunos los que no quieren. De todas formas, aunque no quieran, forman parte de España: si se independizan ya tendrán sus competiciones. Hay otro matiz que me parece importante: para un vasco o catalán no es lo mismo pitar el himno inglés que pitar el himno de un estado que, según ellos, les tiene sometidos.
También hay algo psicoanalítico en todo esto. Hay personas que creen que España es un país opresor, pero mantienen un modo de vida español. Pitan el himno porque es una parte que no les gusta.
Claro. Quieren liberarse de esa parte que se les impone. Yo soy inglés, y aunque no sea nacionalista, me siento inglés. Pero no me siento representado por ese himno. No lo voy a pitar, pero tampoco me importaría que alguien lo pitase. También me molesto mucho con la gente que dice que es lo mismo pitar un himno que hacer cantos racistas. Con matices, tampoco creo que sea lo mismo proferir gritos racistas que decir otros insultos como “ese portugués, hijo p… es”. Hacer gritos racistas es quitar la humanidad a alguien. Es insultar a una persona por el color de su piel, no por su nacionalidad y lo que esta representa. Para los vascos y catalanes, tengan razón o no, lo que representa España les provoca una respuesta negativa.
¿Se piensa desde el extranjero que el deporte español tiene un problema de racismo? En los últimos años ha habido episodios polémicos, como la campaña de la selección de basket para los Juegos de Pekín o las palabras de Luis Aragonés a Reyes hablando de Henry.
Tristemente creo que sí se piensa. En España se puede percibir, pero de otra manera. Yo también intenté en Inglaterra (y creo que fracasé) matizar esas acusaciones sobre el deporte español. Que vengan los ingleses a decir a unos aficionados al fútbol cómo deben comportarse es la leche. Esa sensación de superioridad moral inglesa tiene que ser muy difícil tragarla, pero los ingleses ven que España tiene otra actitud respecto al racismo. Puede que esa diferencia tenga que ver con las oleadas de inmigración. La inmigración en Inglaterra empieza en los años 50. En ese sentido España está a 40 años de Inglaterra. Las actitudes que había en Inglaterra se cambiaron en función del enfrentamiento con gente negra. A partir de ahí, Inglaterra se convirtió en un país muy sensibilizado con el tema del racismo. Quizá por esto ve con frecuencia muestras de racismo en otros países que igual no son tales, lo que curiosamente también es una forma de racismo.
Después del famoso partido contra Inglaterra en el Bernabéu (2004) hubo muchos comentarios en España que decían que Inglaterra buscaba una cortina de humo con el tema del racismo porque había jugado muy mal ese día o porque Rooney había perdido los papeles. Pero no fue por eso. Los gritos racistas de aquel partido escandalizaron de verdad a los ingleses. Amigos míos fueron al campo y dijeron que no habían visto nada igual desde los años 70. Con lo de Luis Aragonés también hubo polémica. Se dijo que la frase se sacaba de contexto si se sacaba de España, pero se tenía que sacar, porque se hablaba de Henry, un futbolista francés que jugaba en Inglaterra. Además las palabras venían del seleccionador español. Creo que Luis Aragonés se equivocó diciendo eso, pero Luis no tenía la intención de atacar a Henry.
En cuanto al tema de la selección de baloncesto, ahí sí que me equivoqué. En el artículo que escribí, no fui capaz de matizar como tenía que haber matizado que el gesto de los ojos rasgados en España no tiene por qué ser ofensivo. También hubo un párrafo que había escrito que no salió publicado en el periódico por cuestión de espacio. Yo no tengo la maquetación, sino que mando el texto a la redacción y ahí lo editan. Y quitaron un párrafo en el que decía que el gesto se puede ver como una muestra de simpatía y de abrazarse a la cultura china, pero que no se suele ver así.
Otro problema que se suele asociar al deporte español, guiñoles franceses aparte, es el dopaje. De hecho, fue uno de los factores que jugaron en contra de Madrid la última vez que aspiró a organizar unos Juegos Olímpicos. ¿Crees que España combate el dopaje lo suficiente en relación con otros países?
Sinceramente no lo sé, pero veo ciertas cosas que a veces te hacen pensar que se podría hacer más. También se tiende a politizar el tema, lo que me parece problemático. Para mí es difícil dar una respuesta porque en los medios ingleses se tratan dos o tres deportes normalmente, y entre ellos no está el ciclismo, que es un poco el foco de todo. Tengo amigos italianos que dicen que en Italia los controles son mucho más serios. El tema de Eufemiano Fuentes, por ejemplo, clama al cielo, aunque no conozco todos los detalles de la cuestión del dopaje en España.
Hablando de los Juegos Olímpicos, ¿cómo se está viviendo la experiencia en Londres?
Con mucha ilusión. La gente en general está muy animada, aunque siempre haya algunos que están en contra. A esos les digo que los Juegos serán fantásticos. Yo estuve en Atenas 2004 y fue una experiencia tremenda. Creo que será muy bueno para Londres. Y la gente está empezando a ver que puede ser una fiesta. Gran Bretaña siempre se ha tomado muy en serio los Juegos Olímpicos. Luego saldrá el tema de los gastos, pero creo que hay que disfrutar de los Juegos.
Tenemos la imagen de los ingleses como gente a la que sólo le preocupa lo suyo. ¿Hay verdadero interés, entre los organizadores de los Juegos y los habitantes de la ciudad, por transmitir buenas sensaciones al resto del mundo o eso es secundario?
Sinceramente, no lo sé. La frase de que los Juegos son para proyectar una imagen al mundo se ha dicho muchas veces. El caso de Barcelona, por ejemplo, es clarísimo. Pero no sabría decirte porque Londres es otra cosa. Estuve la semana pasada en Londres con Juan Mata para hacerle una entrevista con vistas a la final de la Champions. Juan está en su salsa. Está visitando todo y le fascina. Yo, que soy londinense, tengo la ciudad muy vista, pero es un sitio internacional de verdad. Quizá eso reduce la necesidad de proyectarse como ciudad en los Juegos, porque ya está proyectada.
Hablamos de Atenas 2004 y hay que ver cómo ha acabado Grecia. ¿Tiene sentido que Madrid siga pujando por unos Juegos?
Yo también me lo he preguntado. Pienso que si Madrid se ha quedado dos veces a las puertas de los Juegos por algo será. Igual la candidatura actual es muy buena a base de pulir errores del pasado. Tiene sentido presentarse otra vez si realmente Madrid quiere organizar unos Juegos, porque igual el problema de las candidaturas anteriores estaba más en las ciudades rivales que en la propia candidatura. La situación económica en España es terrible y estamos planteando una solución a la crisis basada en la austeridad. No presumo de político ni de economista, pero pelear por unos Juegos es buscar otra solución absolutamente opuesta. Es gastar para que la economía se mueva. Yo soy más partidario de esa política que de las medidas de austeridad.
¿Cómo se vive en Inglaterra, aunque esté fuera de la “zona euro”, el dominio del eje franco-alemán, las políticas de Merkel y el nuevo escenario abierto con la victoria de Hollande en Francia?
Se vive con sensación de alivio por no haber entrado en su momento en el euro. Y eso que en aquel momento no entendía que Inglaterra no entrase, pero claro, no soy economista. En Inglaterra siempre ha habido una corriente contraria al europeísmo, a ceder soberanía a instancias ajenas. Ahora también vive, como todos, con miedo a lo que pueda pasar en Europa.
En Inglaterra encontramos varios políticos de posiciones antieuropeas como Nigel Farage, un hombre que en sus planteamientos populistas se acerca a posiciones ultranacionalistas.
Sí. Otra de las preocupaciones derivadas de la crisis es el aumento de popularidad de personas y grupos políticos que crean más conflictividad. Buscan culpables entre los que no son culpables. Podemos decir que los culpables de la situación económica son los sudamericanos y que hay que echarlos del país. ¿Pero son realmente los culpables? Claro que no.
¿Cómo interpretas las revueltas callejeras del verano pasado en el norte de Londres? ¿Eran protestas contra una situación social y racial convulsa o una simple algarada de niños irresponsables que querían robar un iPad? ¿Algún término medio como explicación?
Hubo un poco de todo. Algo así ocurre por factores como la desigualdad económica, muy pronunciada en Londres. Eso está en el fondo. Luego también hay un matiz racial, aunque no tan fuerte como el económico. Eso sí, no nos olvidemos que el desencadenante de todo es el suceso de Tottenham, que tiene tintes raciales. Después, una vez provocado, hay un momento de oportunismo absoluto. Si hay una revuelta, tengo la oportunidad de robar una televisión de plasma y estoy seguro al 100 % de que no me va a pasar nada, quiero pensar que yo no llegaré a robar el televisor… pero se puede entender que muchos sí lo hagan. Esos días salieron unas imágenes de dos chicas que vieron una joyería con la puerta destrozada. Una dijo: “¿Qué hacemos?”, y la otra replicó: “¡Coger unos relojes!”. Pero los factores de fondo responden a una problemática social importante.
¿Por qué crees que esos sucesos no se han trasladado a países sacudidos por la crisis, a excepción de Grecia?
En España, por ejemplo, la imagen de los “indignados” del 15-M es en ocasiones una imagen violenta, sobre todo cuando la policía intenta desalojarles. Es un enfado real, pero es bueno que pocas veces haya desembocado en violencia. Hay una violencia latente que podría explotar en algún momento. Pero no sé por qué no se ha llegado a lo de Londres.
Pero es curioso que, por ejemplo, en un país tan partidario de la acción directa como España las protestas hayan sido en general pacíficas.
El caso del 15-M, por ejemplo, a mucha gente le molesta, pero yo creo que sus promotores han manejado la protesta de una manera casi ejemplar. Ha habido ocupaciones, pero pacíficas. También ha habido enfrentamientos, pero pocos. El problema es que, como es una protesta generalizada, le falta un enfoque o una reivindicación concreta. Es difícil satisfacer sus exigencias, porque no piden algo concreto. Quieren vivir en un mundo mejor, claro, como todos. Hay una necesidad de encauzar estos deseos, que para mí son absolutamente respetables. Es más, los comparto.
Se acerca la Eurocopa. Hace cuatro años, Sky Sports sacó un divertidísimo vídeo en el que animaba a hinchas de Inglaterra, Gales, Escocia y las dos Irlandas (ninguna de sus selecciones se habían clasificado para la Euro 2008) a que animaran a España porque, total, “ellos también la cagan en cuartos”. Después de ganar Eurocopa y Mundial, ¿cuál es la percepción en Inglaterra del fútbol español?
Ha cambiado mucho en los últimos años. Ya de por sí, a la selección española se le tiene mucho cariño en Inglaterra. En la pasada Eurocopa, mi periódico hizo un sondeo para conocer la selección a la que iban a apoyar los aficionados ingleses durante el torneo. Holanda quedó primera y España segunda. El anuncio de Sky iba un poco en esa línea, con una intención cariñosa. El fútbol español se sigue con mucho interés en Inglaterra y España es un país que cae muy bien allí, aunque a veces pueda parecer lo contrario. Eso sí, el éxito en la Eurocopa y el Mundial ha cambiado la perspectiva respecto a España. Ahora España gana, también a nivel de clubes, y jugando a otra cosa. Es como si fuera una revelación. Ves a unos tíos que ganan pasándose la pelota (risas). También es verdad que como los ingleses somos en el fútbol un poco brutos, a veces las alabanzas excesivas provocan una contrarreacción. Tanto oír hablar bien del Barça y la selección española acaba por hartar a algunas personas, pero la sensación generalizada es que los españoles son los mejores y que además juegan a otra cosa.
¿Cómo ha influido en esa visión tan positiva la llegada a la Premier de jugadores como Silva, Mata o De Gea, y anteriormente Cesc, Alonso o Torres?
Ha influido bastante. Sólo hay que ver cómo se les quiere en Liverpool a Xabi Alonso o Álvaro Arbeloa. Este año, David Silva ha sido uno de los tres o cuatro mejores jugadores de la Premier. Juan Mata ha sido elegido jugador del año por los aficionados del Chelsea. La carrera de Fernando Torres se ha torcido un poco, pero en el Liverpool era un ídolo.
¿Qué le pasa a Fernando Torres? ¿Crees que la prensa inglesa está siendo injusta con él?
Yo creo que se precipitó un poco al cambiar de club. Pensó que era su última oportunidad y quizá no lo era, aunque es verdad que la situación del Liverpool era difícil. Este año ha tenido problemas físicos y cuando se ha recuperado las cosas tampoco le han acabado de ir bien. Quizá el estilo del Chelsea no le venía bien. Es muy difícil hablar de una persona cuando no estás con él todos los días, pero tengo la sensación de que ha sido un curso emocionalmente complicado para él, con problemas para encajar en el vestuario del Chelsea. Un cúmulo de factores han jugado en su contra. Yo soy muy de Fernando. Además, es una gozada entrevistarle porque siempre habla con inteligencia y elocuencia. Ojalá tenga una Eurocopa muy buena.
¿Cuál es tu pronóstico para el torneo?
Creo que España no la ganará. Tiene dificultades que no tuvo en los torneos anteriores. Varios jugadores se han incorporado con retraso al haber disputado la final de la Copa del Rey. Esa circunstancia no ha ocurrido en otras selecciones, como Italia o Inglaterra. Me parece increíble que hayan permitido a la Federación Española hacer una mala planificación una vez más. Esta situación le ha hecho un daño terrible a la selección. Me gusta que la final de Copa sea el último partido de la temporada, pero que sea un poquito antes. Además, noto cansancio mental y físico en algunos jugadores. La ausencia de Puyol es enorme. Quizá la gente no la ha valorado en su justa medida, aunque Sergio Ramos me ha gustado mucho como central este año. Luego está la ausencia de Villa y los problemas físicos de Xavi, que para mí es el mejor futbolista español de todos los tiempos. Ojalá me equivoque, porque soy muy de la selección española, también por la bondad que transmiten sus jugadores. Los futbolistas de Inglaterra, sin conocerlos demasiado, no transmiten lo mismo.
¿Qué esperas de Inglaterra con Roy Hodgson?
Hay una frase que es “England expects” (Inglaterra espera). Pero por primera vez en muchos años Inglaterra no espera nada.
España tampoco esperaba nada en 2008.
Sí, quién sabe lo que puede pasar. Tenemos la ausencia de Jack Wilshere, que era el futbolista diferente. Seguimos sin encontrar solución al problema Lampard–Gerrard, con el que llevamos un montón de años. Rooney no jugará hasta el tercer partido. Roy Hodgson es una incógnita que no transmite ilusión, aunque a mí no me desagrada para nada. Creo que tenemos muy pocas posibilidades. No creo que pasemos de cuartos de final, donde nos podríamos cruzar con España.
El Chelsea no tenía muchas posibilidades de ganar la Champions y la ganó. ¿Ves paralelismos entre el estilo de juego que ofrecieron los “Blues” y lo que puede mostrar Inglaterra en la Eurocopa?
Puede ser. El Chelsea de todas formas tenía a Drogba, que no es inglés. Hay gente que dice que también tenía a John Terry, pero Terry apenas jugó en la vuelta contra el Barcelona por la estupidez que hizo, y tampoco disputó la final de la Champions. También parece que hay mala relación entre los internacionales del Manchester United y del Chelsea, Rio Ferdinand no ha sido convocado… Como aficionado no tengo demasiada fe en este equipo.
¿Quiénes son los favoritos para ocupar el trono de España?
Alemania es una selección que me gusta mucho, pero tengo amigos alemanes que me dicen que no es para tanto. Luego están Holanda, Francia, Italia… sin descartar a España, claro. Pese a sus problemas, es una de las máximas favoritas.
¿Será la Eurocopa de Cristiano Ronaldo? Se habla mucho del rendimiento de Messi con Argentina, pero Cristiano tampoco brilla con Portugal.
Ese me parece un matiz importante. Se critica mucho a Messi con el tema de la selección, pero Ronaldo con Portugal ha hecho muy poco. Eso sí, fue muy importante en la eliminatoria contra Bosnia que clasificó a Portugal para la Eurocopa. A mí me gustaría que Cristiano hiciese un gran torneo. Entiendo que haya acciones de Cristiano que molesten a la gente. Le acusan de prepotente, pero yo digo que si alguien se ha ganado el derecho a ser prepotente es Cristiano Ronaldo. Además, ese toque de arrogancia es lo que hace que sea tan bueno. A mí Ronaldo me parece un escándalo de futbolista. El tipo es bueno (risas).
Se ha comentado la posibilidad de que Guardiola sea seleccionador inglés a corto o medio plazo. ¿Lo ves posible?
No sé si le interesaría a Pep. Desde luego, es un reto. A mí me encantaría, porque tengo una admiración bastante grande hacia Guardiola. Creo que sería interesante verle en un entorno diferente al del Barcelona.
En general, ¿no es excesivo todo lo que rodea a Mourinho y Guardiola? El forofismo a su alrededor potencia y a la vez desactiva la crítica: si dices cualquier cosa mala de ellos, porque a veces se equivocan como todos, es que les odias.
Sí. Es una extensión más de lo que hablábamos del Madrid y del Barcelona, o de Messi y Ronaldo. Tú dices que Mourinho se equivoca y quedas como anti-mourinhista. Dices que Guardiola se equivoca y te llaman madridista. Esta es una de las cosas que más me incomodan del fútbol español. Escribo bien y mal del Madrid y del Barcelona según lo que veo. Será que no soy de ninguno de los dos. Hay una frase que dice que la belleza depende de quien la ve, no de quien la tiene. Curiosamente, nunca nadie me ha acusado de ser aficionado de su equipo. El que me llama madridista es culé, y viceversa. En este sentido, os doy la respuesta de Michu: “¿Madrid o Barcelona? Oviedo”. En función de su juego, me puede gustar más uno u otro. Los dos tienen futbolistas que me encantan y otros que no me gustan tanto. También la gente quiere ver la neutralidad y la objetividad en la igualdad. Si le atacas al Madrid cinco veces, tienes que atacarle al Barcelona otras cinco. Y eso no es así. Hay que alabar y criticar a cada uno las veces que se lo merezca. Por ejemplo, lo del dedo de Mou en el ojo de Tito Vilanova no estuvo bien. Y no soy culé por decir que Mourinho no debió hacer eso. Si lo hubiera hecho Guardiola, que por cierto no lo hizo, también estaría mal.
¿Por qué los periódicos sensacionalistas tienen tanta aceptación en Inglaterra? ¿Qué opinas de ese estilo de periodismo?
Creo que nos ha hecho mucho daño. Tiene algunas cosas buenas, porque pelean mucho por cada noticia, pero también inventan, exageran y enturbian las relaciones con los futbolistas. Voy a poner un ejemplo español, pero vale también para Inglaterra. Cuando Gago dijo el año pasado que el Barcelona era mejor que el Madrid y que la afición no lo quería admitir, dijo la verdad. Aceptó una realidad banal y evidente y se le atacó mucho por eso. Luego es normal que los futbolistas no quieran hablar. Ese sensacionalismo nos hace daño a todos. Cuando quiero hablar con un jugador, tiene miedo de soltarse. Eso viene por los periodistas y por los lectores, que quieren leer ciertas cosas. Me parece una pena, pero volvemos a los de antes. Los periódicos no se hacen en un vacío. Se hacen según su entorno y lectores potenciales.
¿La crisis actual de los medios de comunicación es sólo económica o también de contenidos?
Las dos cosas. Hay una crisis económica y además la gente busca otro tipo de contenido. Existe una crisis de credibilidad. Por eso apoyo proyectos que intentan hacer algo nuevo. La excusa siempre es la misma: “Si haces algo diferente y de calidad no hay quien lo compre”. Bueno, primero vamos a hacerlo a ver si alguien lo compra. El problema es que cuesta dinero. The Times pone un firewall para que la gente pague por el contenido y la gente se pasa a otro medio. En ese sentido, The Guardian actuó de una forma fea, porque llamó la atención de los lectores del The Times diciendo que en su página los contenidos eran gratis. Actuó mal porque todos debemos apoyarnos en esto. Hay que sacar dinero de alguna manera, porque, si no, nadie podrá viajar para hacer la crónica de un partido desde el campo.
¿Crees que tiene futuro el modelo de pago por contenidos en Internet?
Los medios tienen que buscar alguna manera para que tenga futuro, porque si no estamos en una situación muy, muy complicada. La publicidad no es suficiente. Mi periódico está buscando fórmulas para que funcione el pago por contenidos. Quizá ofreciendo algunos contenidos extra de pago y que el resto sea gratis. La modernidad tiene su lado negativo. El periodismo se hace cada vez más rápido, y por tanto peor. Eso sí que es problemático. Todo el mundo puede ofrecer información, así que los periodistas tienen que mantener la credibilidad para que la gente los lea. Cuando la gente deja de fiarse de alguien, ya no leerá lo que escribe esa persona. Eso no significa que todo el mundo tenga que estar de acuerdo con tus opiniones.
¿Qué utilidad tiene Twitter en tu labor periodística?
Me metí en Twitter porque un amigo del The Guardian y otro de Eurosport me dijeron que me hiciese una cuenta. Poco después, a este último le mandé un mensaje y le puse: “Te odio”. Me llamó extrañado y le dije que era el hijo de puta que me había insistido para que me metiese en Twitter. Es una adicción tremenda. Está muy bien, aunque la gente a veces es muy bestia. Me mete cada viaje…
¿Twitter te ha ayudado a ser más conocido?
Más conocido sí, pero no creo que me haya hecho mejor periodista. Eso sí, te ayuda a entender lo que está pensando la gente. A veces preguntas cosas y tus seguidores te dicen cosas que no esperabas. Y eso te abre los ojos. También hay que tener cuidado para no escuchar a los que más gritan, sino a los que dicen cosas más interesantes. Tienes que saber filtrar. Hablando de filtraciones, yo he bloqueado a mucha gente. No por enfado o castigo, sino para seleccionar lo que tengo que leer. No lo digo con maldad, pero si uno me manda 100.000 mensajes que no me interesan nada le bloqueo. Yo si voy al quiosco no compro La Razón, porque normalmente no quiero leer ese periódico. Si bloqueo a alguien en Twitter es porque no quiero que esté en mi quiosco. No pasa nada, pero algunos se lo toman como algo dramático. Se abren otra cuenta y me insultan porque les he bloqueado.
¿A qué periodistas te gusta leer en castellano?
En castellano, soy muy fan de las crónicas de Juanma Trueba en As. Parece que es imposible no decir Segurola, pero es que, además de ser muy bueno, conmigo se ha portado siempre fenomenal. No le conocía y un día me dijo que le gustaba mucho cómo escribía. Ahora mismo estoy preparando un libro y él me ha ayudado muchísimo. Es un tipo fantástico. Además, si quieres saber lo que está pasando en el Barcelona, no hay nadie como Luis Martín. Muchas veces no estoy de acuerdo con Roberto Palomar, pero me encanta cómo escribe y su personalidad. Empecé a leer El Mundo los lunes sólo por la columna de David Gistau, aunque no siempre estemos de acuerdo. A los madridistas no les va a gustar oír esto, pero también leo a Diego Torres. Tiene una visión diferente. Hay alguno de sus textos que igual no me agrada tanto, pero por ejemplo me gustó mucho lo que escribió Diego durante el último Mundial. Hizo crónicas muy buenas de Chile o de Argentina. Otros de los que no puedo olvidarme son Rubén Uría o Martí Perarnau.
¿Y en inglés?
Es curioso, porque estoy tan volcado en el periodismo español que no le presto tanta atención al inglés. En The Guardian tengo compañeros muy buenos, como Daniel Taylor. También tenemos muy buenos reporteros, como Dominic Fifield o Andy Hunter, que además son buenos amigos míos. Además soy muy fan de mis compañeros que cubren el fútbol español, como Graham Hunter, que escriben fantásticamente bien.
Hay un libro maravilloso sobre el primer año de Beckham en el Madrid: El Becks: A season in the sun, de Alex Leith.
Con Alex he pasado mucho tiempo y tengo varias anécdotas. Su libro es muy bueno, igual que el de Simon Kuper, Football against the enemy. Simon es un tipo fascinante, con un montón de ideas en la cabeza.
¿Cuáles son tus obras literarias de cabecera?
No he leído demasiadas obras de ficción, porque mi enfoque, como historiador, siempre ha sido más realista. Me encantó El señor de las moscas, todo un clásico. También 1984, una obra con la que creo que la gente se equivoca. Todos nos quedamos con la imagen del Gran Hermano, pero, para mí, la clave de este libro de Orwell es el concepto de “neolengua”, la manipulación. Eso es mucho más importante que la vigilancia de un “Big Brother”. Es la capacidad de reescribir la historia, cosa que se ve mucho en el fútbol español.
¿Alguna española?
Leí la colección de cuentos de Manuel Rivas, ¿Qué me quieres, amor? Incluye La lengua de las mariposas, que se llevó al cine mediante una película fantástica. No me di cuenta hasta la segunda vez que la vi que el niño y el profesor habían ganado. La colección de Manuel me encantó. Pero eso sí, me gustan más los libros históricos. Me hizo gracia uno que escribió Alberto Reig Tapia llamado Anti-Moa. Es un guantazo en toda regla a Pío Moa. Un libro brillantísimo.
¿Qué nos puedes decir para defender la comida británica? A los españoles no nos acaba de convencer.
A mí me encanta la comida británica. De hecho, compro productos británicos en España. El plato típico británico es el curry, que es un plato indio (sonríe). No hay ningún español que no me haya dicho, casi siempre a los cinco minutos de conocerme, que la comida inglesa es mala. Yo siempre les digo que, sobre todo estando en Londres, la comida inglesa es la mejor del mundo. Allá tienes la mejor comida india, la mejor china, la mejor italiana, desde hace unos años la mejor española… La comida inglesa es fantástica, aunque la española también está muy bien. Por algo estoy aquí (risas).
También se habla del humor inglés como algo que sólo se entiende en las Islas Británicas.
Hay diferencias con el estilo de humor español. En España son admirados los Monty Python, que hacen multitud de estupideces y de locuras. El humor inglés se basa más en la capacidad que tenemos de reírnos de nosotros mismos, que quizá sea mayor que en el caso de los españoles. Por afinidad lingüística soy más de humor inglés. Me encantan las comedias.
Has sido traductor de Beckham, Owen o Gravesen. Incluso de Alex Ferguson o Valdano en momentos concretos. Tendrás alguna anécdota curiosa.
Traducía sólo en ruedas de prensa, y una vez tuve una muy graciosa con Michael Owen. Michael estaba hablando de Frank Lampard y se refería a él como un futbolista fantástico. Yo le fui traduciendo: que era un gran futbolista, que estaba mejor de lo que pensaba, que está buenísimo… En ese momento, la gente se partió de risa. Michael me miró y me preguntó qué había dicho. Entonces caí en la cuenta que en español existen los verbos “ser” y “estar”, mientras que en inglés el verbo “to be” lo abarca todo. Al utilizar el verbo “estar” acababa de decir que a Owen le gustaría acostarse con Lampard. Michael lo negó al instante (risas). La escena salió en todos los informativos. También apareció en Don Balón con el título “¿Michael Owen es gay?”. En las primeras líneas del artículo estaba la contestación: “No, pero igual su traductor sí”. Luego, cuando Michael fichó por el Newcastle, fui a Inglaterra a hacerle una entrevista. Estaba con su padre y Michael me dijo que le comentase lo que había dicho de Lampard. Con todas las traducciones buenas que hice, se quedó con esa (risas). Además, Michael siempre me decía que él quería decir lo menos posible en la sala de prensa. Y a mí me tocaba traducir lo poco que decía.
¿Cómo es Ferguson en las distancias cortas?
Sólo coincidí con él una vez. Traduje sus palabras haciéndole un favor, así que conmigo fue un encanto. Me han dicho que es muy educado, aunque siendo del Liverpool me cuesta ser imparcial. Mis amigos me decían de broma que tenía que haberle clavado un cuchillo por debajo de la mesa. A Ferguson le tengo mucha admiración, aunque a veces ha hecho cosas que me han parecido mal. Su voluntad, su amor por el fútbol, la manera de reconocer la superioridad del Barcelona en la final de la Champions… Es futbolero al cien por cien.
Johan Cruyff, Luis Aragonés, Josep Guardiola y Vicente del Bosque. ¿Podrías definir brevemente a cada uno y ordenarlos según su importancia para el fútbol español?
Lo malo es que el entrenador que quede el último parecerá que no ha hecho nada, y todos han hecho mucho. Pondría primero a Cruyff, porque trajo una nueva mentalidad y un estilo diferente acompañado de triunfos. También ha influido en la selección española actual. Johan casi va de la mano con Luis Aragonés. En un momento en el que la gente dudaba del fútbol de toque, Luis insistió hasta que llegaron los resultados. Tercero quedaría Guardiola, que tuvo su importancia en la selección como jugador y ha complementado al estilo de Cruyff como entrenador. Termino con Del Bosque, lo cual me parece una injusticia tremenda. Vicente hizo cosas en el Mundial muy interesantes, pero la gente le mata con piropos. Dicen que es buena gente como si no tuviera méritos como entrenador. Del Bosque sabe muchas cosas, además de ser un técnico con mucha mano izquierda. A mí siempre me ha tratado de manera fantástica.
Y para terminar, una frase (o dos, aquí el espacio nunca falta) para cada uno de estos nombres relacionados con el fútbol:
Florentino Pérez.
Más madridista y mucho más forofo de lo que parece.
Sandro Rosell.
Como presidente, sigue en busca de su identidad. Laporta continúa estando presente.
Leo Messi.
Quizá el mejor futbolista que he visto en mi vida. Lo más alucinante de Messi es que hace que lo absolutamente anormal parezca normal semana tras semana. Ya lo dijo Pep: “No escribas sobre él, mira cómo juega”.
Cristiano Ronaldo.
Una bestia. El triunfo de las ganas, de la voluntad, de la fuerza. También del talento, pero sobre todo del talante. Le tengo una gran admiración, aunque a veces le falle el carácter. Como anécdota, decir que juega con botas de todos los colores y no desentona, porque es un jugador especial. Presume de ser brillante, que es lo que es.
John Terry.
Ni la mitad de bueno de lo que hemos querido ver estos años, pero sigue siendo un buen futbolista.
Howard Webb.
“El árbitro” (¿y no tenemos otro?).
Antonio Esteva.
Un crack. Ya lo conocía de antes, pero este año en LaSexta ha aumentado mi admiración y mi cariño por él. Podéis llamarme pelota, pero me ha protegido en los momentos malos. Fuera de la pantalla maneja una cantidad brutal de información y de variables. Además, imprime mucha velocidad a las narraciones de los partidos. Y todo eso, con las limitaciones de medios que tiene.
Enrique Ortego.
Es una persona muy futbolera, con un gran interés por los pormenores del juego. Yo a veces me pierdo con sus análisis tácticos, y se lo digo (risas). Con Quique me llevo muy bien, aunque tampoco presumo de conocerlo mucho.
Marcos López.
Es del Oviedo. Con eso está dicho todo (risas). Tiene una perspectiva muy didáctica del fútbol, aunque no siempre entiendo sus comentarios.
“Chapeau”. Me quito el sombrero. No conozco a nadie con el corazón más grande que Michael Robinson. Ha tenido el coraje, la inteligencia y la visión para insistir en un programa así. Eso sí, el equipo que le rodea es impresionante. Muy, muy bueno.
Alguien tremendamente inteligente. Impresiona la variedad de temas sobre los que ha escrito.
Fotografía: Felipe Hernández Durán
Dejo de leer en la cuarta respuesta. Claro, la historia de Inglaterra es tan aburrida… No han tenido guerras civiles, ni dictaduras… Y eso lo dice un doctor en ¿historia? A partir de ahí ya me da igual lo que cuente.
Se refiere a la historia mas inmediata. Empieza a leerla de nuevo por la cuarta pregunta y le sacaras mas contenido a la entrevista. Las guerras de la edad media son medievales, y ese enfoque es el que no le gusta – o eso he creido leer-. Siempre es interesante leer el punto de vista de alguien sin servidumbres politicas o nacionalistas. O eso creo yo.
Un saludo.
supongo que la guerra de las malvinas, ganándola tan fácil, no debe tener interés. o el conflicto en irlanda del norte. minucias. aquí el vino es mejor y eso.
Había oído mucho sobre él pero no había leído nada. Gran entrevista. Buena reseña sobre la gilipollez que está en auge en este país: si no estás conmigo estás contra mí.
Una cosa sí que me sorprende, que no haya matizado el comentario sobre Inglaterra, que no ha tenido guerras civiles. Es obvio que se refiere al siglo XX.
Señores de Jotdown, un poco menos de fútbol y de aburrida cultura pop y ganaríais puntos. Aunque comparándolo con la tele o lo que hay en los quioscos es música celestial.
¿Un poco menos de? Lo grandioso de esta web es que te dan de todo, entrevistan a todo aquel que puede ser interesante. Esta entrevista es a un periodista deportivo y hasta a mí, que no puedo aguantar los periódicos y artículos deportivos, me ha encantado.
Lo mejor de Jot Down es su pluralidad, si no te gusta el fútbol, abre otra entrevista u otro artículo, no tienes que cambiar de web, aquí lo tienes todo.
Peter define esto como «música celestial» y ya JD se siente atacada. Yo tb creo q es música celestial, pero tp creo q sea muy plural… Todo apesta a snob, incluídos nosotros mismos comentando.
¿Este fue el menda que lio que nos tachó de xenofobos cuando la selección de basket en los jjoo de 2008 apareció en un spot o algo así achinandose los ojos no? Pues nada… yo tambien veo las mismas trincheras en tu isla que en el siglo XIV cuando los escoceses querían tambien la independencia, total no veo por qué tu estas habilitado para hacer comparaciones gilipoyescas y yo no, máxime cuando he vivido y estudiado en tu país.
No, no fue él ni remotamente, fue algo que recogió la prensa anglosajona, me parece recordar que a través de un periódico norteamericano.
Por otra parte, qué absurdo es siempre el responder a una crítica con el consabido: «en tu país más». Este señor lleva desde 2001 en España, se ve que le encanta este país y que le importa, y como tal expresa su opinión sobre el mismo, las cosas buenas y la mala. Si se limitase a decir que qué rica está la tortilla de patatas todos felices, pero como critica lo que no le gusta le sugerimos que se vuelva a su casa. Como ciudadano residente en España dirá lo que quiera, ¿qué importa lo que pase en Reino Unido para ello? Si tu vecino es angoleño y se queja en la junta de vecinos de que hay problemas en el suministro de agua, ¿qué le respondes? ¿Que en Angola el agua no es potable y que seguro que hay ratas? ¿Invalida eso su protesta?
Si lees la entrevista, el llevará 10 años viviendo aqui pero solo recoge lo negativo de nuestro caracter que en ocasiones no es ni eso. Es simplemente que el al ser un norteño NO comprende nuestra idiosincrasia, no entiende que seamos pasionales a la hora de defender una idea, y de esa incomprensión por su parte hace ver que eso son problemas. Serán problemas en su pais pero aqui son cosas absolutamente normales.
Y lo de los chinos y el basket aqui tienes figura, leete el articulo, quien lo firma y quien intenta dar lecciones de «sensibilidad racial» un ingles ni más ni menos manda narices;
http://www.guardian.co.uk/sport/2008/aug/11/olympicsbasketball.olympics20081
Habitualmente, en una entrevista se suele hablar más de cosas negativa que positivas. Casi nadie se explaya por las cosas que están bien, por lo que sea, nos parecen obvias, nos gusta mucho más discutir lo que odiamos o lo que queremos cambiar. Esto es así sea el entrevistado español, inglés o malayo.
Sobre el tema de China, positivo para ti (pese al tonito pretencioso), por lo que he investigado luego el Guardian fue de los primeros en reflejar el tema… pero en esta misma entrevista Sid Lowe reconoce que:
«En cuanto al tema de la selección de baloncesto, ahí sí que me equivoqué. En el artículo que escribí, no fui capaz de matizar como tenía que haber matizado que el gesto de los ojos rasgados en España no tiene por qué ser ofensivo. También hubo un párrafo que había escrito que no salió publicado…»
No sé dónde ves que de lecciones, como mucho se limita a reflejar que en temas de racismo los británicos nos llevan 40 años de experiencia, para bien o para mal.
Pues desde luego son 40 años para mal porque ahí tienes el ejemplo de John Terry y Anton Ferdinand, ambos ingleses, uno negro y otro blanco. Y disculpa si te molestó lo del tono pretencioso, de todos modos mantengo mi posición que los Ingleses y tantos otros se creen que sus peos no huelen, que siempre son los demás…¿Los hooligans? No, es que cuando salen de Inglaterra «vosotros» le provocais ¿Racismo? Sí, es que Luis Aragonés le dijo negro a Henry (lo era y lo sigue siendo, pero entramos de nuevo a lo que decia que ellos NO comprenden nuestra vehemencia en ciertos momentos y sobre que temas) sin embargo las revueltas del verano pasado eran solo vándalos, olvidan por lo que empezó. Para todos les es muy facil dar lecciones a España.
Te diría que para bien y para mal al mismo tiempo. Creo que parten de una posición de mayor racismo en origen (por poner un ejemplo, por cada mestizo de inglés y nativo/a de cualquier colonia hay 100 de español y peruano/mexicano/etc) contra la que han reaccionado de forma brusca. Esto trae cosas positivas, como una mayor intolerancia al racismo, y algunas otras negativas en cuanto a exageraciones absurdas, del estilo de cuando les parece muy ofensivo que alguien se disfrace de negro o cosas similares.
En cualquier caso, y volviendo a Sid Lowe, creo que es un tipo ponderado que no da lecciones a España ni nada parecido, le suelo leer bastante y no va por ahí ni mucho menos. Transmite aprecio por este país de forma clara.
Demasiado metaperiodismo… periodistas entrevistando a periodistas…
Dos filósofos entrevistando a un historiador, más bien ;-) Gracias por leer, en cualquier caso!
Ah, disculpa, no sabía que entrabáis dentro de la categoría profesional del filósofo. Yo soy fontanero y cotizo como tal. Un saludo.
Que alguien le enseñe a poner bien las manos para hacer el kamehame, por el amor de dios, que se va a hacer explotar la derecha en un descuido.
En general, bastante floja la entrevista.
Tildarme de populista y ultranacionalista es malicioso, y que la respuesta del entrevistado hable sobre políticos racistas ya es para que quien no me conozca piense que soy satanás.
Os invito a todos a buscarme por youtube NIGEL FARAGE
Sid no se refiere directamente a Farage en la respuesta, no le menciona. Se le menciona en la pregunta pero su respuesta es genérica, sobre movimientos populistas que tiendan al nacionalismo. El lema del partido de Farage, «British jobs for British workers» junto a su intención de salirse de Schengen y cerrar las fronteras a inmigrantes «no deseables» sí me parece que roza posiciones ultranacionalistas, aunque en otras cosas se desmarca, razón por la cual utilizo el «casi» en la pregunta. En cuanto a YouTube, aquí tenéis un enlace al respecto: http://www.youtube.com/watch?v=J10PW8SD1vI
Farage no es el demonio, no es Hitler, pero sí es un conservador inglés, nacionalista, que busca una relación con Europa basada en la tradición de siglos pasados. Está en su derecho, por otro lado, no se dice nada distinto en la pregunta. Un saludo.
Gracias por tu respuesta, pero por más que relea la pregunta sigo viendo mala intención al nombrar precisamente a uno de los pocos hombres que está desenmascarando desde dentro el carácter antidemocratico de la nueva UE, con su presidente Van Rompuy elegido por… ¿?¿?. O la negación de los resultados en referendums para despúes meternoslo como tratado sin referendum… Preferíria hubieras utilizado el nombre de Nick Griffin al referirte a un ultranacionalista populista.
EUROPA es FASCISMO, el BCE es un lobby de la banca, pero la catastrofe está a la vuelta de la esquina, esperan que estemos embobados con el futbol para desencadenarlo todo.. Saludos
Es gracioso cómo los ingleses miran para el otro lado cuando les apetece.Decir que Inglaterra no ha estado metido en Guerras Civiles cuando hace menos de 100 años estaban masacrando a los irlandeses,país al que dejaron morir de inanición en 1840 en la Gran Hambruna, es de absoluta coña….y más viniendo de un supuesto Historiador.
No sé qué Demonios ocurre con los anglosajones que se creen que la única Historia de España es la Guerra Civil del 36.
Nunca he visto pueblo más corporativista con sus vergüenzas que el inglés y más exportador de tópicos y falacias en contra de sus vecinos.
Y este es el Hispanista y el Historiador….hay que j.oderse.
Como ya lo fue la religión antes, ahora es el nacionalismo la mayor lacra del hombre. Lo digo a tenor de ciertos comentarios.
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Me sorprende lo rica que es España. Tiene que serlo para seguir pagando sueldos a tantos «hispanistas» anglosajones (incluso comentando partidos de fùtbol).
Y todos desde esa «superioridad moral» que mencionan en la entrevista (tan tìpicamente inglesa, por otra parte).
El problema son los hispanistas españoles. Tienes a Moa, César Vidal que escriben historia muy semejante a la ciencia ficción.
Muy bien, Peter, vuelve a tu trinchera. No has entendido nada.
Pretendeis que un Ingles no dé lecciones y eso es absurdo. Son geneticamente incapaces, el Imperio caído queda demasiado cerca. Pero se ve que el hombre lo hace con buena intencion. Obvia el colonialismo, las guerras civiles antiguas y no tanto. Que el pueblo ingles pretenda dar a nadie lecciones de comportamientos no-racistas & no-clasistas es, al menos, divertido. Pero lo hace sin maldad. Obviando eso, que no es para tanto, la entrevista es estupenda y las ideas del Sr. Lowe son las de un tío culto y sensato, que es algo que nos hace mucha falta por estas latitudes. Enhorabuena x la entrevista, da gusto.
Sí, hay que joderse.
Y tanto que Esperanza Aguirre no tiene un pelo de tonta. Es infinitamente mejor tener a los medios y al público hablando de sus «salidas de tono» futboleras que de su déficit al cuadrado en las cuentas. Con el tema del racismo en el fútbol hay un punto de hipocresía importante y está muy relacionado con lo políticamente correcto. El racismo es lamentable, pero no menos lamentable que la homofobia, la xenofobia el sexismo u otras discriminaciones que, curiosamente deben ser más políticamente correctas porque no provocan ni un cuarto de indignación. Al igual que sucede con Alemania en todo lo relacionado con Israel, me parece a mí que, en lo que al racismo se refiere, la sombra del Apartheid (y ciertas colonizaciones aún presentes en el siglo XX) es alargada. Estoy a favor de la tolerancia 0, pero tolerancia 0 contra cualquier tipo de discriminación, no solo la políticamente correcta por cuestiones de culpa. Inglaterra no ha querido ser tercera potencia de Europa, pero su actitud sumisa (de satélite) frente a EE.UU no la deja tampoco en muy buen lugar. Lo digo desde el cariño porque soy anglófila perdida, pero creo que (quizá porque no ha pasado el tiempo suficiente), Inglaterra sigue sin haber asumido que hace tiempo que dejó de ser la primera potencia mundial. Si España sirve de ejemplo, con los siglos, las secuelas del imperialismo desaparecen y los países acaban asumiendo lo que son en ese momento, sin delirios de ninguna clase.
Añado, eso sí, que en teatro siguen sin tener parangón. Ves «The Suit» y te das cuenta de por qué Peter Brook es el mejor.
Tampoco entiendo por qué los comentarios tienen que ser tan agresivos. El entrevistado es preguntado y responde con bastante tacto y mesura; otra cuestión es que nuestras opiniones difieran.
Hoy la selección holandesa denuncia gritos racistas. No es casualidad que Inglaterra y Holanda sean los que más plomo llevan en los pies en estos temas. La razón se llama Sudáfrica (esa aberración llamada Apartheid cayó hace tan solo 20 años). Francia les sigue de cerca. Sabiendo cómo es Luis Aragonés. Si se hubiera ido a entrenar a Inglaterra y estuviera motivando a Henry contra Reyes, no me cabe ninguna duda de que le hubiera dicho sin problema «dígale al Diego que es mejor que él». La reacción contra Aragonés fue fruto de una hipersensibilización que no existe en España. El primero que salió a defenderle fue Eto’o que le conoce bastante mejor que la prensa inglesa.
http://www.publico.es/deportes/436753/cassano-no-quiere-tener-a-homosexuales-como-companeros-en-italia
¿Qué pasaría si un jugador se permitiera el lujo de hacer estas declaraciones en referencia a compañeros negros? Ya veremos en qué queda.
Fútbol y política, qué pesados son ustedes. Directa o indirectamente, siempre vuelven a lo mismo.
Algún día pueden atreverse a dejar de lado estos dos temas en alguna entrevista, igual le da un poco de color a la blanquinegra jotdown. Se van a quedar canosos.
Genial entrevista. Me esperaba un texto insustancial en el cual los nimios debates sobre el fútbol y sus polémicas predominaran. Ciertamente Lowe ha demostrado ser un hombre culto y preparado, un rara avis en esto del periodismo, más aún en el caso del deportivo.
Me ha sorprendido gratamente que se defina como republicano siendo inglés. Allí la alienación hacia la Corona llega a límites insospechados.
Otro señor que destaca a Segurola. Sólo hay que leer sus artículos en Italia y sus marcadísimas filias y fobias futbolísiticas para sacar en claro que en el país de los ciegos el tuerto es el rey.
Eso, o el corporativismo en el periodismo deportivo es una cosa de locos.
Me ha gustado mucho.