Tras lo acontecido en la Euro de Polonia y Ucrania, donde han vuelto a quedar bien marcadas las distancias entre prensa y selección para castigo del aficionado, recordamos cómo fue La Batalla de Inglaterra, el origen de la distante relación actual entre el fútbol del día a día y los medios de comunicación. Así fue la convulsa concentración de España durante la Eurocopa de Inglaterra en 1996: la última vez que equipo nacional y prensa compartieron convivencia. La última comuna.
1996. Leeds. Estancia aparentemente idílica en el De Vere Hotel Oulton Hall, mansión del siglo XVIII tipo Retorno a Brideshead a las afueras de la ciudad del norte de Inglaterra, sede fija de España en su grupo de la fase final de la Eurocopa. La selección del polemista Javier Clemente es favorita, en una temporada, la del ‘dobleeeetiiii’ (como tituló AS) que encumbró a Jesús Gil como el presidente de los campeones de Liga y Copa del Atlético de Madrid ante el último Barça de Johan Cruyff. Pero el buen desempeño dos años antes en Estados Unidos, con la derrota ante Italia por 2-1 en Boston y la injusticia por bandera a causa del codazo impune del narigón Tassotti a Luis Enrique, convertían a España en poderosa, en rival a batir. Como oponentes, Bulgaria, Francia y Rumanía, o lo que era lo mismo, Stoitchkov, Zidane y Hagi. Así que jugar había que jugar para cruzar la primera ronda y afrontar el Síndrome Cuartos, el mal perenne del fútbol patrio.
Clemente estaba en uno de los picos de su montaña rusa. Triunfante en EEUU pese a la feroz crítica popular y de la mayoría de la prensa, el de Baracaldo permanecía en la cresta de la ola. Como un surfista de Zarauz. Como con su Athletic de gabarras en 1983 y 1984.
Acusado de jugar con más defensas que H.H. cuando el ‘catenaccio’, y de unos modos de conducta que producían el rechazo que hoy generan personajes como Mourinho cuando tienen el día torcido, Clemente, en cambio, era feliz al mando del cotarro con el clan vasco que no decía la palabra España sino “equipo nacional”. Tenía el apoyo firme de su antiguo compañero Ángel María Villar, el presidente. Y se apoyaba en futbolistas como Zubizarreta, Alkorta y Hierro. Menos pintaba el buenazo de su segundo, Andoni Goikoetxea, un cielo como persona, nada que ver con el demonio que lesionó a Schuster y Maradona.
La costumbre en la época, justo hasta la experiencia fallida de Leeds, era que la prensa y el equipo la misma cosa eran. Hacían vida juntos, como una piña o como una granada, pero de la mano caminaban. Aviones compartidos (aunque en el mundial americano se usaron dos distintos en los vuelos internos por la cantidad de periodistas acreditados), mismos hoteles de concentración y una convivencia en la que se mezclaban por pasillos, cafeterías, piscinas y pistas de mini golf periodistas, jugadores y entrenadores. El tic, tac no había hecho sino comenzar su cuenta atrás porque hasta Inglaterra se llegó, a su vez, prensa combativa y para nada dispuesta a asentir a cualquier precio. Así es como, tras abrir Clemente la primera intervención con un repaso sin citarlo a Ángel Cappa por un artículo en El Mundo, cada minuto el ambiente comenzó a enrarecerse. Lideraba Alfonso Azuara, antiguo amigo personal de Javi, y le seguían José Ramón de la Morena, Tomás Guasch (en El Mundo Deportivo y que entrevistaba con su histrionismo característico a las vacas locas, de moda en Inglaterra en aquél momento) y remataban jóvenes e impulsivos periodistas de la SER como Manolo Lama, Paco González y Jesús Gallego, que tenia literalmente enloquecido a Clemente por descubrir antes de cada partido el equipo con el que había ensayado a puerta cerrada el técnico. Gallego explica cómo fue aquello: “La lección de periodismo es que yo me colaba, lo veía y luego había rueda de prensa. Y, claro, le peguntaba que por qué iba a jugar éste y no otro. Y Javi se volvía loco. Hubo psicosis y se buscaba al topo por todas partes. Jugadores como Alkorta decían que si le descubrían lo mandaban directo a España”.
Pero había más madera para la hoguera. Caminero era la estrella del Atleti, peleado con Jesús Gil por quítame allá unos problemas personales con otro compañero en la plantilla. O uno u otro. Caminero se había impuesto ley del silencio y quería dejar el club. Rompió su silencio en una entrevista a AS precisamente a quien esto escribe, para mostrar un tono conciliador que era totalmente novedad. Pero al poco El Mundo le cazaba en una discusión telefónica a voz en grito en el ‘putting green’ del recinto (como todo hotel elegido por Clemente, el campo de golf era el jugador número doce). Así que la tensión permanecía. Por ahí y por Hierro, que sólo hablaba para Marca y medios inocuos como la Agencia EFE y para nada con AS o algunos periódicos catalanes y, a su juicio, barcelonistas, a su vez muy próximos entonces a la figura del propio Clemente… La torre mediática de la convivencia ‘babeliana’ era de frenopático.
El mosqueo, que se iba cortando en el ambiente, alcanzó hasta al zaragocista Belsué, que denegaba a veces entrevistas pese a no ser precisamente el Maradona de la época, o al tercer portero, Molina, que bajaba a disgusto al encuentro de las tardes con la prensa. Ni Pizzi, argentino, hablaba por los codos y pedía rapidez en las preguntas.
El asunto terminó de explotar en los instantes finales de la permanencia en Leeds, cuando Goikoetxea le declaró un motín de la Bounty en toda regla a Clemente como publicó de nuevo el periodista que esto suscribe en exclusiva para el diario AS que dirigía Julián García Candau. Javi quedaba en evidencia porque su ayudante anunciaba sin su conocimiento que lo dejaba tras la Eurocopa, que no seguía a su lado, harto, principalmente, de su carácter y sus menosprecios. Fue una relación de más a menos y que recuerda a la de Guardiola y Tito Vilanova en sus últimas semanas en el Barça. El caso es que en Leeds no había nadie feliz. Ni los periodistas, que muy a lo Tim Burton echábamos carreras de valor nocturnas para atravesar el cementerio frente al hotel.
Menos aún disfrutaba Clemente, al borde del ataque de nervios que, finalmente, lo tuvo y de qué manera al agredir a Gallego en Elland Road tras el España-Rumanía, salvados por la campana del 2-1 con el gol de Amor a los 84 minutos que nos clasificó para luego medirnos a Inglaterra y caer en los penaltis de Wembley. Así recuerda Gallego el incidente en la llamada zona mixta, denominación que nada tiene que ver con mujeres y si con mezcla de informadores y futbolistas: “Yo estaba entrevistando en directo a Amor (autor del gol de la clasificación a cuartos de final) cuando pasó Javi y le dio un guantazo al micrófono y dijo ‘no hables con estos hijos de puta de la SER’. Se oye perfectamente de fondo en la retransmisión. Yo reacciono, le insulto y me voy a por él. Nos separan rápido y a él se lo llevó la seguridad del estadio”.
Tras La Batalla de Inglaterra, el hábito se modificó radicalmente y en Francia 98 cada uno fue ya por su cuenta, prensa y selección, ‘bunkerizada’ al uso, lo que se mantiene con el paso del tiempo y con el cambio de seleccionadores. Ya nunca fue ni será lo mismo. Tampoco el día a día de los clubes de fútbol en la actualidad. Ganaron los jefes de prensa, muchos de ellos (no todos ni todas) en realidad vengativos con su antigua condición, y algunos alientan o no pelean lo suficiente las instrucciones institucionales de ruedas de prensa ‘lights’, a veces hasta sin derecho a preguntas o con segundos espadas de protagonistas. Tampoco ayuda que la prensa sea un gremio nada corporativista ni las citas de cronómetro filtradas con los jugadores o la propensión generalizada a premiar a la prensa extranjera. También mandan los patrocinadores, que compran su derecho a entrevistar o promocionar a sus estrellas. Ganaron la pelea, pues, los canales oficiales y perdieron los consumidores de información, el hincha del balompié que precisa saber de los suyos al minuto y no necesariamente siempre con viento favor como dicta la inteligencia y no el fanatismo. Es por eso, igualmente, que los periodistas hemos ganado cuota de protagonismo en infinidad de programas para cubrir la ausencia de los jugadores. Pero al final, como siempre, el pueblo, el pueblo del fútbol, es el que paga otro de los fracasos de este mundillo apasionante. El que comenzó en Leeds y acabó como el rosario de la aurora en su versión fatalista y no de plegaria.
Pues nunca pisaré una concentración de uno de mis equipos de fútbol ni conoceré los entresijos del mundillo. Pero por eso mismo, soy y seré pueblo, totalmente llano. Y la verdad, los periodistas con agenda propia, los medios dedicados a ser revistas del club, los personajes que viven del grito en programas deportivos, las exclusivas que nunca llegan a acertar, el tratamiento diferencial en función del protagonista o los gargantas profundas con toques poéticos (hola, Diego Torres), todo eso que ya existía antes del 96 y que no ha hecho si no agravarse estos últimos años, no creo que tenga su origen en que ya no paseis juntos y unidos las concentraciones o que haya clubs con politicas de comunicación propias de estado soviético.
Eso sí, mira el lado bueno, al pueblo no sé le hará ningún favor pero vendeis más. Que viva el entertainment.
Que pesada es la prensa, con poner a Goikoetxea como un ogro cuando era un gran central que tuvo la mala suerte de lesionar a quien que lesionó, propiciando una campaña persecutoria hacia él BRUTAL.
El «affaire» Caminero; mucha gente dice que se lo inventó Gil por que Caminero se quería ir al Barça. Sinceramente, me lo creo.
Lo de clan vasco, no lo digo por animo de ofender, pero parece que lo dijese el autor de manera despreciativa, cuando, excepto Zubizarreta (gran portero en su juventud pero con un declive marcadisimo conforme envejecía), Alkorta (un muy buen central) y Salinas (a pesar de sus famosos cantes, trabajaba mucho fajándose con los centrales contrarios y ese año había quedado me parece que máximo goleador nacional) era bastante justa su convocatoria.
De la guerra PRENSA vs CLEMENTE, pues me abstengo de opinar, porque el señor De la Morena me parece un impresentable a la altura de Clemente y del Super García que el tanto criticaba. Eso si a Clemente, a pesar de sus declaraciones y los desvarios que tuvo en sus ultimas convocatorias (aunque a mi su esquema me gustaba) le estaré agradecido por quitar de la selección a ciertos jugadores, que a pesar de que eran muy buenas ya habían entrado en declive (Butragueño, Martín Vazquez) o eran unos vagos (Michel). Tuvo sus fallos pero también sus aciertos.
Tu sabes q tiene en su casa una vitrina con la bota con la q lesiono a Maradona?
Igual un poco animalico si q era…
Si, pero porque con esa botas marcó los goles frente al Lech Poznan que dieron la clasificación para el Athletic hacia la siguiente ronda de la Copa de Europa.
<<<<Si, pero porque con esa botas marcó los <<<<goles frente al Lech Poznan que dieron la <<<<clasificación para el Athletic hacia la <<<<siguiente ronda de la Copa de Europa.
En Barcelona eso es secundario. No les estropees el retrato del personaje.
>>Que pesada es la prensa, con poner a Goikoetxea >>como un ogro cuando era un gran central que tuvo la >>mala suerte de lesionar a quien que lesionó, >>propiciando una campaña persecutoria hacia él >>BRUTAL.
Totalmente de acuerdo. Es IMPOSIBLE leer cualquier mención a Andoni Goikoetxea, fuera de los medios de Bilbao, que no vaya unida a la lesión de Maradona y la de Schuster.
Nadie habla de Bonet cuando se recuerda a Migueli a quien «Tarzán» retiró con una entrada escalofriante con los dos pies por delante en una final de copa. Ni se recuerda que Julio Alberto repartía estopa hasta llegar a lesionar a Urkiaga por un periodo superior al año cuando el asturiano todavía era jugador del Atlético.
Creo que hay un artículo pendiente por escribir que reivindique la figura del Andoni Goikoetxea futbolista. Para mí, uno de los tres mejores centrales de los últimos años en España (para mí, los otros dos son Hierro y Puyol). Un jugador muy completo, con buen golpeo de balón, gran remate de cabeza, no excesivamente lento para su embergadura, capaz de iniciar una jugada con criterio y llegar a remate etc…un central duro, como mandaban los cánones de la época, que tuvo la desgracia de cometer los mismos errores que los demás compañeros de su profesión pero contra la gente equivocada. Una víctima de la superficialidad de los medios y aficionados que se quedan con detalles probablemente inventados como el de la bota. Lo que sí recuerdo es a Goiko dar la cara para limar asperezas con Maradona, lo de las botas me suena más a noticia propia de un Sport.
Pues bunkerizar la selección parece que ha funcionado: Eurocopa y Mundial
¿En qué se puede comparar lo que usted explica acerca de Clemente y Goikotxea con Guardiola y Vilanova? Nada de éso se puede extraer de ninguna rueda de prensa de Guardiola. Dios mío, desde octubre de 2011 que el de Santpedor ya sabía que no seguiría en el Barça.
No me extraña que los clubes y la selección no quieran compartir comuna con la prensa deportiva. No hay más que leeros y darse cuenta
Es increíble que los moderadores no hayan aceptado este mensaje:
«Cualquiera diría, Iván, que tú eras el perejil de todas las salsas en aquel sainete. Curioso, porque tenías 29 años sólo y eras un recién llegado. Curioso porque en la delegación de As estabas lejos de ser la cabeza visible o algo similar. Curioso, digo, porque en varios libros que he leído sobre aquella Eurocopa y las relaciones de Clemente con la prensa no te nombra nadie. En definitiva, curioso.»
¿Es tan lesivo? ¿Doloroso? ¿Demasiado real? Iván, otra pregunta, aquellos exclusivones tan propios ¿Los firmaste sólo tú o tienes que darle las gracias a alguien más?
Voy a contestar, aunque no acostumbro cuando te atacan desde un rencor desmedido, que es lo que destila el comentario, cuidadosamente tratado para no incurrir en el insulto. Querido lector de Barcelona, igual ex compañero, estás equivocado de pe a pa. Ese año estoy en la cresta de la ola y soy quien escribe el 90% de las crónicas del Atleti de Liga y Copa en AS. Ganó el doblete. Ahí se forja, por ejemplo, mi buena relación con Caminero, lo mismo que la estupenda amistad con Goiko data del Mundial de EEUU. Igual se ha entendido mal lo de demonio. Que lograra las dos primicias va por ahí y a nadie les debo nada más que a ellos y a mi instinto periodístico, que algunos no tendrán jamás. Hubo otras dos primicias en esa Euro y quedan reflejadas: Gallego (al que yo pillé colándose y no me sumé porque era ‘su’ exclusiva) y los onces destripados más la bronca Gil-Cami de El Mundo. Debí haber citado, cierto, a su autor: Carlos Carbajosa. Por otra parte, eso de que era un recién llegado no es cierto (empecé en EFE en 1987) y me relacionaba para cenar y tomar pintas con Roberto Gómez, Luis Villarejo, Angel Cabeza, Enrique Ortego, Eduardo Torrico, Manolo Lama, Jesús Gallego, Paco Grande, Santiago Segurola, Carlos Carbajosa, Elías Israel, Iñaki Cano, Santi del Moral, Tomás Guasch, etc, etc, etc. No hace daño quien quiere y la hemeroteca de AS está ahí para que compruebes punto por punto tus manifiestos errores. Yo ya no me callo lo que pienso. Desde 2006, nunca más. Muchas gracias por leerme.
Es una pena que la hemeroteca de As no esté digitalizada. Como comprenderás no me voy a ir a buscar periódicos de aquellos días, tengo vida. Y no, no soy ex compañero tuyo, aunque sí un tipo interesado por estas cosas.
Soy admirador tuyo y de tu obra, pero no deberías contestar a estas cosas Jamás.
Ya lo sé, pero la figura de los periodistas como soldados de la guardia real inglesa que todo lo aguantan debe acabar. Ejerceré el derecho de réplica cuando lo considere y los recursos legales con las amenazas en Twitter. El comentario, en esta ocasión, era prevaricador para con mi figura profesional, según mi juicio y mi asesoramiento. Gracias, claro está, por el consejo.
Pues justamente esta historia demuestra que separar a la prensa de los jugadores fue una decisión acertada.
Y los resultados lo demuestran: nunca se han llevado mejor prensa y jugadores que ahora.
Claro, que a los periodistas les resultaría más fácil su trabajo si vivieran con ellos. El material, accesible a todas horas y sin esforzarse. Ahora hay que currárselo, incluso inventárselo, y eso exige más curro. Pues es lo que hay, colegas.
Y por cierto, ya os vale a los periodista hablar en nombre del pueblo llano. Al pueblo llano se la suda oír a sus estrellas. Lo que les importa es verles jugar. Igual que les interesa oír a los periodistas, no verles jugar al fútbol.
Cada uno a lo suyo. No os enteráis de nada.
Aquella Eurocopa vino marcada por la convocatoria de Clemente, al ser la primera vez en la historia que los talibanes Raulistas clamaron al cielo por la ausencia de su ídolo. Y que caray, tenían razón. Con 18 años, Raul había hecho un temporadón en el Madrid, siendo lo único salvable de un equipo que quedó sexto en liga y ni se clasificó para la UEFA. Tampoco convocó a De La Peña, que por si no lo recuerdan, era el proto-Iniesta, el Mesias antes que Messi, el que la prensa, aficionados y marketingeros coronaron como el crack del siglo XXI, que desgraciadamente se quedo i la mitad de la mitad, pero que hizo una más que decente temporada en el Barça, tambien con 18 años. Dos de los más prometedores y mejores jugadores españoles faltaron a esa Eurocopa, Clemente apostó por la vieja guardia, creyendo que con los suyos la idea futbolística que tenía en la cabeza le saldría mejor. No salio pero siendo justos, aquel partido contra Inglaterra en Wembley fue el mejor que jugó la selección bajo su tutela. Aún perdiendo en los penalties y de manera injusta, yo me acordé aquella tarde de los pases cruzados del calvo o de los gambeteaos insolentes del, por aquel entonces, 17 del Madrid.
Por cierto, que tanto Raul como De La Peña fueron a los Juegos Olimpicos de Atlanta aquel año, y dirigidos por Clemente, a pesar que Goikoetxea era el seleccionador sub21 y olimpico designado por la federación, pero como Goiko estaba más dentro que fuera, no le costó demasiado trabajo convencer a la Federación para decirle un «quitate de enmedio, que sales muy feo en la foto».
Clemente explicó por qué no llevó a Raúl: pensó que era demasiado joven para someterlo a la dureza de una Eurocopa. Tenía dieciocho años y ya era titular indiscutible en el Real Madrid, un club con mucha presión, y llevaba dos años en Primera…
Fue una decisión, creo yo, bastante sensata; hay que tener un poco de calma con los chavales. A mí ya me pareció excesivo que lo hiciesen debutar en el Real Madrid con diecisiete años.
Pues es una suerte eso de que la prensa ya no viaje con la selección. Sin eso no tendríamos un mundial. Que los periodistas os debéis a vuestros jefes, no a la selección
no entiendo la comparación con guardiola y vilanova, podrías explicar lo de su distanciamiento?
Disculpa, pero te he contestado en el comentario de @hectorrubio Gcs!
Un saludo Iván.
Gran artículo, como siempre muy bien escrito.
Un placer leer tus artículos, no dejes nunca de escribir ni de opinar en cualquier foro porque haya unos cuantos que nos quieran inculcar el pensamiento único de una Guerra Civil existente en nuestro querido furbol español.
Un saludo,
Pablo
Como periodista que vive más o menos de cerca la actualidad y que ha pasado por deportes (aunque ahora no me dedique a esa mi profesión periodística) he visto como los últimos años el distanciamiento no sólo se ha establecido, sino que ha normalizado. Acercarse a los futbolistas es toda una odisea. Primero debes ponerte de acuerdo con agentes, representantes y demás; cuando tienes todo cerrado, has puesto los medios, contratada la tecnología y el personal humano y cuentas con el consentimiento de jugador, agentes, entorno y la madre que lo parió, llega el club e incomprensiblemente lo tira por tierra. Y más anchos que largos.
Ahora todos vemos normal que todo un equipo de profesionales se desplacen a un entrenamiento para ver los 15 minutos del comienzo, donde básicamente se ponen los petos, estiran y como mucho se echan alguna carrerilla. Es algo tan implantado que nos parece lo habitual.
Y eso sin contar la «puerta cerrada» que muchos entrenadores establecen días y días. Cuando era pequeño eso se hacía de Pascuas a Ramos y bajo una situación muy especial y muy específica. Ahora se hace en dos de cada cinco entrenamientos cuando los equipos se están jugando los título y la temporada.
Como bien dices, pierde el periodismo, pero los que más perdemos somos los aficionados a este deporte tan maravilloso que es el fútbol.
Los entrenadores tienen derecho a que los entrenamientos sean a puerta cerrada; tenga en cuenta que hablamos de su trabajo. ¿Le gustaría a usted que lo molestaran mientras redacta una pieza para el medio en que trabaja? Seguro que no.
Por otro lado, ustedes tienden a malinterpretar ciertas situaciones. Dos jugadores pueden cabrearse en un entrenamiento, y la cosa puede deberse a un mal día; en más de una ocasión para ustedes no hay mal día, sino «problemas en el vestuario». Muchas de las quejas, que son en realidad quejas sobre la labor de cualquier periodista, pertenezca o no a la sección de deportes, están motivadas por la irracionalidad, cuando no mala fe, que se observa en las «interpretaciones». Les falta información, a veces ocultan la que no les conviene difundir; tergiversan lo sucedido o lo malinterpretan al no disponer de toda la información o no conocer la realidad; son sensacionalistas y, apurados por la «polémica», o sea, por el vender, contrastan de manera inadecuada la información.
Además, la prensa deportiva es hoy semejante a la prensa rosa. Señores, se trata de que nos informen de los acontecimientos deportivos relevantes, no sobre los motivos reales de la salida de Guardiola, como dice el señor Castelló. Esto último, como muchas otras cosas que se leen u oyen en los medios de información deportiva, son irrelevantes, aunque no dudo de que con ellas hagan más dinero, porque los consumidores no se distinguen precisamente por su refinamiento.
Si por mi fuera, acabaría con la sección de deportes; no me parece información relevante para el ciudadano. Lo es para el empresario, para ustedes y para quien busca «entretenimiento», pero no obedece al principio democrático (es decir, su contenido no sirve para informar al ciudadano).
Es el gran misterio por desvelar la salida real de Guardiola (va más por lealtad a Estiarte) pero se cuenta el típico problema de celos en estas situaciones con Tito. Gcs
Iván, si no se desvela es porque la prensa catalana es extraordinariamente servil. Bastaría con que Lu Martín, que tiene mucha información, tuviese la gallardía de su compañero Diego Torres. Cualquiera que haya trabajado en un periódico nacional sabe que en la ciudad condal no hay periodistas sino comisarios políticos, que en Madrid también hay alguno, pero no es un comportamiento tan extendido. En resumen, que no se contará, pero no porque nadie lo sabe sino porque nadie se atreve.
Lo apunto en la libreta, pero no estoy para nada de acuerdo.
Felicidades Iván por el articulo.
Un par de apuntes: anímate y escribe un articulo sobre la salida de Guardiola, con la información que tu manejes. De ti me fío ;-)
Respecto a las ruedas de prensa…algunas preguntas…en fin, dejémoslo en que mi hijo de 5 años las haría más elaboradas. Todo son obviedades salvo contadasexcepciones.
Un saludo
Clemente fue siempre muy orgulloso y cabezón, fue adelante con sus ideas pese a las críticas. No fue la mejor selección de la historia de España, pero competía, le faltó carácter y personalidad como siempre (por suerte ahora tienen las ideas más claras gracias a Luis Aragonés). Pero lo de la Ser y el locutor de la noche (imitador de Supergarcia) en la misma radio era lamentable, Entiendo la reacción de Clemente ante esa falta de profesionalidad. El periodismo deportivo basura que popularizó esa cadena de radio es lo que más daño a hecho al deporte español en años. Hace ya tiempo que se está recogiendo los frutos de ese amarillismo (Marca, As, etc).
Querido señor Castelló: no es de extrañar que Clemente y varios de sus jugadores acabaran hartos de ustedes. Cuando de la crítica se pasa al insulto y a la permanente descalificación es lo menos que puede hacerse. También la ciudadanía amante del deporte está más que harta de los chicos de la prensa, que han contribuido como pocos a degradar la imagen del deporte y, especialmente, del fútbol. A Hierro lo masacraron durante años en la SER porque no concedía entrevistas a De la Morena, a Clemente ni digamos, y se convirtió en usus fori machacar a los futbolistas que no querían conceder entrevistas a radios o periódicos para luego ser denigrados como sólo ustedes saben hacerlo. Es alucinante el desprestigio que tiene actualmente la prensa deportiva, y me temo, señor Castelló, que el culpable de eso no es Clemente. Saludos
Clemente fue criticable en algunos aspectos, le perdía no pocas veces su bocachancla pero cuando el que está enfrente es De la Morena, Lama, el pusilánime Jesús Gallego (uno de los peores periodistas que puedo recordar) y demás caterva de mediocridades uno no puede hacer otra cosa que apoyar al rubio. Equivocado o no, iba a pecho descubierto lo que le hacía más vulnerable, los otros sólo querían que la selección fuera su cortijo.
Su selección tuvo momentos brillantes, la del 94 pudo haber sido perfectamente semifinalista. Un error arbitral clamoroso privó al equipo de poder dar más guerra aún en ese partido. Partido en el que se jugó de igual a igual a la Italia de un Baggio descomunal.
La del 96 empezó mal en la fase de grupos pero contra Inglaterra emocionaron. Lástima.
Y la del 98 era la más brillante de las tres pero por esas cosas que pasan en la vida, como le pasó a la tremenda Argentina de Bielsa, se fue a las primeras de cambio.
Sinceramente creo que aquella España mereció más a pesar de que los postulados de Clemente no concuerdan al 100% con mis gustos. Esta selección actual lo pasaría bastante mal contra aquellos, pero bastante mal.
Santamaria era hispano-uruguayo (nacio en Montevideo) no hispano-argentino