Juan Botas nació en Madrid aunque su familia es de origen asturiano-leonesa. Hizo su tesis doctoral en el Centro de Biología Molecular Severo Ochoa completando su formación académica en Standford, donde realizó su postdoctorado. Desde entonces forma parte del equipo de investigadores y docentes del Baylor College of Medicine en el Texas Medical Center en Houston, uno de los centros de investigación biomédica con más prestigio en EEUU, trabajo que combina con el de investigador del Neurological Research Institute del Texas Children’s Hospital. Juan dirige una serie de investigaciones genéticas más propias de la ciencia-ficción que de la ciencia actual con el objetivo de entender cómo funcionan ciertas enfermedades y así poder curarlas. Aprovechando que viene a ver a la familia a Madrid lo entrevistamos en el Caixa Forum con el fin de que nos detalle su trabajo.
En la famosa novela de H.G. Wells La isla del Dr. Moreau, un científico experimenta con animales para asemejarlos a los humanos. En la última de las adaptaciones al cine, protagonizada por Marlon Brando y Val Kilmer, el argumento técnico descansa en la manipulación genética de estos animales a los que se les incorpora material genético humano creando monstruos. ¿Qué semejanzas hay entre el guión de la película y tu trabajo con la Drosophila, también conocida como mosca de la fruta?
Nosotros trabajamos intentando averiguar lo que hacen los genes no solamente en condiciones normales, sino especialmente en condiciones de enfermedad; y para abordar ese problema alteramos el funcionamiento de los genes de la Drosophila introduciendo el gen humano que causa una enfermedad en su genoma, haciendo que se exprese y luego estudiando en su cerebro los procesos patológicos que se desencadenan. Lo que tiene en común por lo tanto es la genética y la utilización de los genes como herramientas, aunque en nuestro caso el objetivo es encontrar curas para enfermedades.
La Drosophila melanogaster es usada extensamente en genética y es un organismo modelo en biología del desarrollo. ¿Por qué este insecto es tan importante en la investigación sobre las causas de las patologías que afectan a los seres humanos? ¿Qué hitos científicos le deben su éxito a esta pequeña mosca?
El uso de la Drosophila en el estudio de las patologías humanas es relativamente reciente, de hace poco más de diez años, y las investigaciones en este campo aún son bastante limitadas. La Drosophila se ha utilizado tradicionalmente en la biología como caballo de batalla principal para entender cómo los genes trabajan entre sí en grupos durante el desarrollo de un embrión fecundado hasta que se convierte en un organismo adulto. Algunos de los científicos que trabajamos con la Drosophila en el análisis de los procesos de génesis nos planteamos que se podrían utilizar las mismas herramientas para entender el camino inverso, es decir, cómo empiezan a funcionar mal los genes hasta que provocan la muerte del organismo.
Los genes son las unidades de ADN que contienen la información para la síntesis de las proteínas. Dónde piensas que hay que focalizar la investigación para la prevención y tratamiento de este tipo de enfermedades para conseguir mejores resultados a corto plazo, ¿en la identificación de los genes o en la operativa de las proteínas?
Uno va con lo otro, no se puede separar. La proteína es el producto de un gen, por lo que primero necesitamos identificar los genes que intervienen en esa patología, pero luego debemos ser capaces de comprender el mecanismo de funcionamiento de esa proteína y esto es aún más complicado.
El plegamiento de proteínas es el proceso por el que una proteína alcanza su estructura tridimensional. Si una proteína no se pliega correctamente será no funcional y, por lo tanto, no será capaz de cumplir su función biológica. ¿Qué relación hay entre el correcto plegamiento de las proteínas y enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer o el Parkinson?
Hay una relación muy estrecha ya que el plegamiento es fundamental para que la proteína funcione. El gen es un código unidimensional, ya que aparece en forma de secuencia, y luego se tiene que traducir en una máquina tridimensional que es una proteína. La función de la proteína depende de su estructura tridimensional, al igual que una llave que tiene que tener una forma y volumen adecuado para que entre en la cerradura y funcione. Si el plegamiento es incorrecto la proteina no funciona y en algunos casos concretos, por ejemplo en Parkinson o Alzheimer, la proteina mal plegada tiene además una nueva funcion que ahora es neurotóxica y por tanto dañina.
Qué es el rastreo genético inverso y qué aporta en el análisis del desarrollo de las enfermedades neurodegenerativas.
Tradicionalmente los rastreos genéticos han buscado el gen responsable de una característica anatómica o fisiológica (un fenotipo) determinada por la función de un gen hasta entonces desconocido. El rastreo inverso es la busqueda de la función desconocida de un gen del que se conoce su existencia pero poco más. Nosotros hemos generado modelos de enfermedades como el Alzheimer a partir del conocimiento de genes que lo producen y estamos intentando averiguar los mecanismos moleculares por los que esos genes causan la enfermedad. En este sentido, usamos una variación del rastreo genético inverso para entender la enfermedad a nivel molecular y con el objetivo de encontrar dianas terapéuticas.
El imprintig es la técnica que permite que los genes puedan modificar su funcionamiento sin necesidad de un cambio en la secuencia del ADN. ¿Con que objetivo se desarrollan las investigaciones relacionadas con la impronta genética?
El imprinting es una modificación del ADN que hace que un determinado gen permanezca activo o inactivo de manera que, por ejemplo, la copia del gen heredada de tu papá esté inactiva y solo la copia heredada de tu mamá funcione. Esto ocurre normalmente con unos pocos genes más o menos bien estudiados, pero hay cierta evidencia de que tambien puede producirse por causas medioambientales menos conocidas. Más alla del imprinting, la modificacion del ADN es uno de los mecanismos por el que se controla la regulación (el funcionamiento) de los genes; por ejemplo para compensar que las niñas tienen dos copias de los genes del cromosoma X mientras que los niños solo tienen una. Por tanto algunas investigaciones relacionadas con imprinting tienen como objetivo entender regulacion genética. Otras investigaciones tienen como objetivo estudiar enfermedades neurológicas que se desencadenan por defectos en el fenomeno de imprinting, como por ejemplo la enfermedad de Angelman.
Las ataxias espinocerebelosas son un conjunto heterogéneo de enfermedades neurodegenerativas que suponen para el paciente una pérdida de coordinación motora y de equilibrio. En vuestras investigaciones modificáis la mosca de la fruta utilizando genes humanos para comprender estas ataxias, sin embargo las moscas (y los artrópodos en general) no tienen cerebelo. ¿Cómo se explica la traslación de resultados? ¿Por qué no se utilizan mamíferos en este tipo de estudios?
Claro que se utilizan. De hecho, el ratón es el sistema modelo más extendido para el estudio de enfermedades humanas, y la mayoría de las investigaciones se realizan con estos animales. Nosotros somos un poco más atrevidos al usar la Drosophila, y lo hacemos por dos razones que, a mi modo de ver, son fundamentales. Una es que con la Drosophila se pueden hacer miles de experimentos en poco tiempo mientras que con el ratón, a causa del tiempo requerido para una nueva generación y por razones económicas, tienes las posibilidades contadas. En el genoma humano hay más de 20.000 genes, y si quieres saber cuáles son los que participan en el progreso de una enfermedad y cuáles se pueden alterar mínimamente para detenerla es, literalmente, buscar una aguja en un pajar. Para hacerlo con ratones necesitaríamos un presupuesto científico que no existe en el mundo y un tiempo que supera lo que dura una carrera científica. Por eso, las opciones son dos: hacer unos pocos experimentos de los que estemos muy seguros o de manera aleatoria y esperar que te toque la lotería o hacerlos de manera sistemática, para lo que te tienes que inventar un modelo que te permita hacerlo, y ahí es donde entra la Drosophila. Efectivamente, la Drosophila no tiene cerebelo, pero tiene un cerebro con 100.000 neuronas con circuitos, transmisores y todos los elementos moleculares exactamente iguales que el cerebro humano. La complejidad es distinta. El cerebro humano tiene 100.000 millones de neuronas, y el de la Drosophila, 100.000; pero la composición molecular, el cómo se hablan unas con otras, los impulsos eléctricos y los neurotransmisores son los mismos. La diferencia es la complejidad. Otro aspecto importante, que es el gran descubrimiento de la genética de los últimos diez años, es que los genes están extraordinariamente conservados. Y esto es un toque de humildad, porque los genes que tenemos nosotros son los genes que tiene la Drosophila, con poquitas modificaciones. El 75 por ciento de los genes que causan enfermedades humanas están conservados en la Drosophila. Somos primos, todos evolucionamos de un ancestro común.
Gracias a la famosa serie de médicos Dr. House, hay determinadas enfermedades que han pasado al dominio público como el lupus, la sarcoidosis o la enfermedad de Huntington. Con respecto a esta última, ¿qué enfoque terapeútico puede desarrollarse a partir de vuestras investigaciones con la Drosophila? ¿Es trasladable a otro tipo de enfermedades poliglutamínicas?
En el Neurological Research Institute estamos estudiando varias enfermedades neurodegenerativas, y ésa es la otra razón para usar la Drosophila. No solamente podemos abarcar el genoma entero, sino que tenemos la capacidad de estudiar las ataxias espinocerebelosas, la enfermedad de Huntington, la enfermedad de Alzheimer o la distrofia muscular, entre otras, con el objetivo clave de descubrir si hay mecanismos patogénicos conservados entre estas enfermedades. Creo que respecto a esto, como científicos, tenemos una cierta responsabilidad. El Alzheimer es muy importante porque es la enfermedad neurodegenerativa con más incidencia. La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que alrededor de 18 millones de personas en todo el mundo padecen esta enfermedad y prevé que la cifra llegue a los 34 millones en el 2025. Por esta razón las grandes compañías farmacéuticas tienen programas de investigación que buscan soluciones para esta enfermedad ya que suponen un gran mercado potencial. Sin embargo nos podemos preguntar qué pasa con todas estas enfermedades tan terribles como el Alzheimer, que tienen menos enfermos y por lo tanto, menos interés por parte de la industria farmacéutica. Es tan caro desarrollar una medicina que la industria farmacéutica necesita un mercado y si ese mercado potencial no existe es muy difícil que se inviertan recursos. Con nuestras investigaciones basadas en el estudio de la Drosophila buscamos conexiones entre estas alteraciones neurodegenerativas, y si somos capaces de encontrar un mecanismo común entre el Alzheimer y una enfermedad rara haríamos un servicio tremendo a los pacientes y a las familias afectadas. Ésa es la segunda razón por la que trabajamos con la Drosophila, ese análisis comparativo no se podría hacer en ratón.
El neurobiólogo Gary Small, autor del best seller La biblia de la memoria, incide en que el estilo de vida determina la aparición de enfermedades como el Alzehimer. ¿Existe esa correlación en la Drosophila modificada genéticamente?
Esa correlación se tiene en cuenta en determinadas investigaciones, sobre todo con ratones, en las que se analiza el impacto del ambiente en cuanto a actividades físicas y cognitivas sobre el progreso de las enfermedades. En el desarrollo de las enfermedades podemos encontrar factores genéticos y ambientales. Nosotros creemos que somos capaces de contribuir más es en el plano genético, porque tenemos la ventaja de ser capaces de explorar todo el genoma. Por lo tanto, tiene sentido que nosotros nos enfoquemos a la parte de la influencia genética, que es muy importante. La importancia relativa de los genes versus ambiente no es igual en todas las enfermedades, por ejemplo: en el Huntington, si una persona presenta una mutación específica en el gen que codifica la huntingtina, con toda seguridad desarrollará la enfermedad. El ambiente puede influir para que la enfermedad se manifieste a los 40 años en lugar de a los 45, pero no hay escapatoria. Sin embargo, en el Parkinson participan tanto factores genéticos como medioambientales para que la enfermedad se desarrolle.
Un equipo de investigadores taiwaneses liderados por el Dr. Chang están construyendo un mapa de imágenes con las 100.000 neuronas que tiene aproximadamente la Drosophila con el objetivo de comprender su arquitectura cerebral. ¿Hasta qué punto es necesaria la colaboración multidisciplinar, especialmente la informática, en las investigaciones que llevas a cabo? ¿Es posible técnicamente no solo conocer el mapa neuronal sino también el flujo de comunicación sináptica?
Absolutamente fundamental, y es algo que he visto cómo ha cambiado durante mi carrera. En poquísimo tiempo la biología ha pasado de ser un campo de investigación con fronteras claramente delimitadas a ser una ciencia multidisciplinar en la cual todo está integrado. Y eso ha trascendido a la biología para incluir a estadísticos, matemáticos o físicos. Por ejemplo, en el Neurological Research Institute el personal que hemos contratado últimamente son todos matemáticos y físicos. En estos momentos la forma de trabajar en biología no tiene nada que ver con la manera en que lo hacíamos cuando yo hacía la tesis. Ahora debemos manejar de una cantidad de datos enorme, que vienen de decenas de miles de genes, de secuenciar millones de nucleótidos de ADN o centenares de millones secuencias de los transcriptomas y ver cómo se expresan distintos genes. Todo eso requiere una capacidad informática y desarrollar unos algoritmos matemáticos que los biólogos somos incapaces de hacer. Necesitamos como agua de mayo trabajar codo a codo con matemáticos para hacer análisis de datos. Y, en estos momentos, ésa es la biología moderna.
¿Es posible no solo conocer el mapa neuronal, que es cuestión de tiempo, sino también el flujo de la comunicación sináptica?
Es un objetivo fundamental para comprender enfermedades neurológicas, porque uno de los primeros fallos en muchas de estas enfermedades aparece en la transmisión sináptica. ¿Cómo se comunican unas neuronas con otras? ¿Cómo funcionan los circuitos neuronales? Son puntos débiles afectados por las enfermedades, por lo que es necesario conocer cómo están conectadas las partes del cerebro y cuáles son los circuitos neuronales de los que dependen ciertos comportamientos en situaciones normales o patológicas.
¿Trabajáis con cartografías cerebrales de receptores?
Claro, sabemos qué tipo de neuronas funcionan con tales neurotransmisores y receptores y qué tipo de neuronas funciona con otros alternativos. Algunos de ellos son particularmente susceptibles en unas enfermedades y otros en otras. Por ejemplo, las neuronas dopaminérgicas en la enfermedad de Parkinson.
Cuando hablamos de epigenética nos referimos a fenómenos que no afectan la secuencia de ADN de los genes pero que sí varían su expresión. ¿Cómo influyen los factores epigenéticos en las enfermedades neurodegenerativas?
Por lo que sabemos hasta ahora los factores epigenéticos influencian en mayor medida a las enfermedades neurológicas no degenerativas como el síndrome de Angelman o la enfermedad de Rett, que forma parte del conjunto de enfermedades autísticas, que a las neurodegenerativas como el Alzheimer, el Huntington o las ataxias.
En psicología, sobre todo en algunas escuelas humanistas, se trabaja desde hace mucho con la herencia transgeneracional no genética, ampliamente criticada desde la ortodoxia más científica. Ahora hay un auge en la investigación epigenética en la que se trabaja sobre la transmisión de secuencias de información no-ADN de padres a hijos a través de procesos exclusivamente biológicos. ¿Es cierto que heredamos de nuestros progenitores información no genética?
No se sabe con seguridad, pero es un frente nuevo que se está abriendo. Lo que no va a cambiar es que lo que es fundamentalmente importante en el 99 por ciento de lo que somos está determinado por nuestros genes y nuestro ambiente. El que haya influencias epigenéticas que se transmitan de padres a hijos y eso tenga en determinados casos concretos importancia sobre el desarrollo de enfermedades está claro, pero son cosas puntuales. Lo que pasa es que ha sido una sorpresa, porque el dogma era que eso no sucedía.
La corriente filosófica denominada transhumanismo defiende que las tecnologías derivadas de la ingeniería genética, de la nanotecnología o de la bioinformática (entre otras) deben de usarse por los humanos «para volverse más que humanos». ¿Hasta que punto compartes este objetivo?
Eso es totalmente absurdo. Todas las tecnologías tienen su peligro, y es fácil de comprobar si nos fijamos en la Historia. Cualquier innovación puede ser utilizada para el beneficio de la Humanidad, pero también de manera perjudicial. Y el desarrollo de la genética no se diferencia en nada al resto de los grandes avances tecnológicos. No tengo ningún colega científico genético cuyo objetivo sea generar una super raza humana. Es más una cuestión de literatura de ciencia-ficción. La investigación científica en este campo es dura, así que si te quieres dedicar a ella profesionalmente tienes que estar enamorado de lo que realmente es, no de fantasías pseudocientíficas.
En la ciencia ficción podemos encontrar muchas historias que se desarrollan alrededor de este humano superior como en la película Gattaca o en el best seller Neuromante de William Gibson. Con respecto a la viabilidad técnica de un ser humano 2.0 hacia dónde crees que vamos a evolucionar, ¿a un cyberhumano conectado directamente a la red o a un homoplus mejorado por la manipulación genética?
El ser humano conectado a la red es ya una realidad. En las sociedades desarrolladas tenemos nuestros teléfonos móviles conectados a Internet y no podemos vivir sin ellos. Pero eso no es necesariamente malo, muestra el avance de la cultura humana y la capacidad de adaptación que tenemos. Por descontado, se puede llevar a un extremo que sea ridículo, pero por sí mismo no es perjudicial. En cuanto a la manipulación genética, es un tema extraordinariamente importante y serio alrededor del cual tiene que haber un debate a nivel social, porque es algo que transciende a los científicos. Tienen que marcarse unas reglas y unos límites de lo que es aceptable y lo que no lo es. Como siempre, la tecnologías van a ser extraordinariamente beneficiosas para la humanidad, pero tambien pueden aplicarse con fines dañinos. La terapia genética va a ser utilizada para curar enfermedades que en este momento son incurables, y eso va a ser increible para las personas afectadas y sus familias; pero también tendrá un efecto económico beneficioso enorme en la sociedad. Podemos hablar del coste de la enfermedad de Alzheimer, que es espeluznante: 180.000 millones de dolares anuales solo en Estados Unidos, y aún no estamos concienciados con lo que se nos viene encima. Ése es el aspecto bueno, pero el enfoque de la ciencia-ficción es utilizar ese tipo de conocimiento para generar de manera sistemática individuos más espabilados, y eso es un problema ético que requiere un debate a nivel social. Tanto yo como mis colegas científicos estamos en contra de llegar a esos extremos. Y es un debate que no es en nada distinto del debate de otras tecnologías que han surgido como consecuencia del desarrollo de la Humanidad.
Siguiendo con la ciencia ficción, Robert A. Heinlein justificaba la longevidad de su protagonista, Lazarus Long, con una idea tan simple como ir cruzando progenitores cuyos ascendientes fallecieran a una edad muy avanzada, entendiendo la longevidad como un rasgo fenotípico heredable. ¿Esta idea de Heinlein es correcta? ¿Hay estudios en personas o animales que la corroboren o la descarten?
Sí, es correcta. La longevidad está determinada genéticamente, aunque siempre hay, evidentemente, una influencia ambiental. Si comes veneno, eso va a tener un efecto sobre tu longevidad. Pero que los genes influyen en longevidad lo sabemos desde hece mucho. Hay especies animales que tienen una longevidad relativamente corta y especies similares que viven mucho más tiempo. Son especies cercanas con una composición genética similar y lo que hace que unas vivan más que otras son probablemente diferencias en unos pocos genes. La demostración contundente de que eso es así son experimentos en animales como Drosophila o C. Elegans, que incrementan su longevidad cuando se modifica el funcionamiento de determinados genes. Eso ha caído sobre la imaginación con una fuerza terrible. Se podría manipular y extender la longevidad de la misma manera que se podría curar una enfermedad, porque tiene un componente importante de origen genético. Esto ejerce sobre nosotros toda clase de fantasías.
Otra corriente filosófica con origen en EEUU es el movimiento Brights que defiende un mundo libre de elementos sobrenaturales o místicos y postula una filosofía naturalista de naturaleza atea. ¿Conoces este movimiento? ¿Crees que en EEUU se prospera más curricularmente en el ámbito científico no mezclando religión y ciencia cuando en un área como la genética hay una evidente correlación filosófica?
No, no conozco ese movimiento. Cuando se decide a quién le otorgan financiación para investigar, a nadie se le pregunta ni se tiene en consideración sus creencias religiosas. A nivel científico las ideas religiosas que pueda tener cada uno ni se plantean ni se barajan ni se comentan; es algo totalmente personal. Pero esto es así a nivel científico. Si pasas al nivel político la cosa es distinta. La ciencia es demasiado importante para el desarrollo cultural y el bienestar de la Humanidad como para dejarla en manos de los políticos. Tendría que ser una cuestión de Estado, porque los políticos tienen, a mi modo de ver, demasiada influencia sobre la ciencia. Por ejemplo, George Bush prohibió en Estados Unidos investigar con células madre embrionarias, y su motivación era religiosa. Y eso es algo que se impone desde la política a la ciencia. Eso ha sucedido y está aún sucediendo, y es una de las razones por las que la ciencia es demasiado importante para dejarla en manos de los políticos. Y también por razones económicas, porque la ciencia mejora el nivel cultural y el bienestar humano a largo plazo, y los políticos no piensan a largo plazo. Cuando los políticos deciden que hay que ajustar el presupuesto cortan la ciencia porque no les reporta nada en los próximos cinco años. Pero lo que están quitando es el pan y la salud de nuestros hijos. Volviendo al ejemplo del Alzheimer: ¿qué sentido tiene recortar los pocos millones que se invierten en desarrollar una cura cuando el coste de no tenerla es de miles y miles de millones?
Un aspecto distintivo entre EEUU y Europa en el ámbito de la investigación científica y tecnológica es la diferencia conceptual con respecto a lo que es patentable o no. De hecho, una de las polémicas más conocida es precisamente la relacionada con la patentabilidad o no del genoma humano. ¿Cómo te posicionas siendo un investigador de formación europea que trabaja en EEUU?
En este tema hay que ser bastante tajante. Es inaceptable contemplar cómo se intentó en algunos momentos por parte del sector privado patentar secuencias genéticas, genes o secuencias de ADN, porque esto no es una invención de nadie, es un patrimonio de la Humanidad porque nos lo ha dado la evolución y la naturaleza. Yo comprendo que sea necesario regular la ley de patentes para que tenga sentido para el sector privado invertir en investigacion y desarrollo, pero puedes patentar algo que hayas creado tú mismo, no algo que hayas descubierto que está ahí. Y creo que, afortunadamente, la sociedad cada vez lo entiende más en estos términos. Hubo un momento de duda con el genoma humano en el que quisieron patentar ciertos genes, pero creo que esto ya pasó.
Hace poco nos enterábamos que EEUU censuró a las prestigiosas publicaciones científicas Nature y Science cuando alertaban sobre una peligrosa mutación de la gripe aviar, la H5N1, que sería letal para millones de personas. En tu opinión, ¿es lícito que el gobierno americano decida qué avances científicos se pueden o no compartir? ¿Crees que lo que hay detrás son intereses en materia de seguridad nacional como esgrimen los censuradores o intereses económicos?
Es una pregunta difícil porque es un caso muy extremo. Yo estoy en contra de la censura de cualquier avance científico, por principio me parece mal. Pero hay casos puntuales en los que la cosa es peliaguda, y éste quizá sea un ejemplo de ello. En este caso en concreto, el de intentar que no se publique la secuencia que pueda dar lugar a una supergripe monstruosa, no creo que subyazga afán comercial porque no existe la exclusividad para hacer una vacuna, es algo relativamente sencillo que multitud de países pueden hacer, no es una tecnología puntera, por lo que no te va a reportar un beneficio económico grande. Sin embargo, sí puede ser un arma biológica tremenda. La famosa gripe española, por ejemplo, mató entre 50 y 100 millones de personas en todo el mundo entre 1918 y 1920. Si surge una gripe contra la que no tenemos ninguna defensa, la carrera contrarreloj entre el contagio —que tal y como funciona ahora la sociedad es rapidísimo— y la capacidad para generar la vacuna puede ser dramática . El peligro de la guerra biológica es el que comentábamos antes: utilizar una tecnología beneficiosa para la Humanidad con un fin malintencionado.
¿Quién debe tener el poder de decisión?
La sociedad debe involucrarse en esto y el papel de los científicos es explicar a la sociedad cuáles son las ramificaciones, los peligros y los beneficios, pero es la sociedad quien debe decidir. Y la sociedad debe verse representada por personas que tengan los conocimientos adecuados para tomar estas decisiones.
También hace unos días la prestigiosa revista Science magazine anunciaba los que considera los diez avances científicos más importantes del año 2011, entre los que se encuentran tres proyectos españoles. ¿Profesionalmente crees que España está en la élite de la investigación mundial? ¿Han cambiado mucho las condiciones para los investigadores desde que tú decidiste quedarte en EEUU?
La ciencia en España sigue estando a un nivel inaceptable en relación al nivel que debería de tener. Esto tiene un origen histórico, ya que desde siempre en este país ha habido más apoyo a las artes que a las ciencias. Sin embargo, siempre ha habido científicos extraordinarios que han salido como de la nada, como flores en el desierto, y que han tenido una influencia impresionante. Por ejemplo, en el campo de la medicina, Santiago Ramón y Cajal, que se puede considerar como el padre de la neurociencia. Con el boom económico anterior a esta crisis hubo un florecimiento de la ciencia con inversiones e iniciativas extraordinarias que rompían el molde que encasillaba la ciencia española, que estaba lastrada por el funcionariado y que, en algunos casos, como en algunas instituciones de Cataluña, generó un interés que, de repente, se está apagando. Y esto es gravísimo, porque el dinero que se invierte en ciencia a nivel total es ridículo, pero la influencia que puede tener sobre el desarrollo cultural y económico del país en el futuro puede ser bestial. Desgraciadamente no puedo ser optimista sobre la ciencia en España porque estamos en regresión con respecto al periodo de cambio que surgió hace unos años. Por eso digo que la ciencia debería ser una cuestión de Estado y no política, porque lo que se requiere para no perder generaciones de científicos es tan ridículamente poco que habría que exigir esa visión de futuro.
Imagino que la ética profesional para los científicos que hacéis manipulación genética es un tema siempre presente y bastante complejo. Me gustaría preguntarte tu opinión acerca de diferentes escenarios de la ciencia ficción que se podrían dar en un futuro cercano. Todos soñamos con acudir algún día a Parque Jurásico, ¿es actualmente un proyecto viable? ¿Lo consideras ético?
Técnicamente es viable hacerlo con algunas especies extintas para las cuales hay especies vivas que son suficientemente cercanas. Por ejemplo, podría ser viable usar la tecnología para extraer ADN de mamuts que están helados en la tundra siberiana en bastante buen estado y utilizar ese ADN combinándolo con ADN de elefantes actuales para generar un híbrido que después, transcurridas algunas generaciones, acabara obteniendo un mamut. Seguramente hoy en día no existe ningún impedimento tecnológico mayor que lo haga inviable. Pero si eso lo retrasas en el tiempo a especies más lejanas con menos relación con especies actuales la dificultad tecnológica se va agrandando. Yo creo que mi responsabilidad no es posicionarme, sino explicar como científico qué se puede hacer y cuáles son las consecuencias positivas y negativas y, entonces, implicar a la sociedad para que tome esa decisión.
El planeta de los simios: ¿se puede dotar a los simios superiores de mayor inteligencia mediante la implementación de genes humanos? ¿Lo consideras ético?
Actualmente no es posible, no tenemos los suficientes conocimientos sobre el conjunto de genes que dictan la inteligencia y el lenguaje. Se conocen genes involucrados en el lenguaje, pero estamos muy lejos de la posibilidad de manipular genes para incrementar la inteligencia o la capacidad de lenguaje. Lo que pueda suceder en el futuro ya es ciencia-ficción.
Un mundo feliz, versión light: ¿se puede analizar las capacidades intelectuales mediante el análisis del genoma con el objetivo de enfocar para cada persona una línea curricular específica? ¿Lo consideras ético?
No, no lo considero ético. De todas maneras, esto tampoco es posible ahora. Incluso si alguien tuviese la loca idea de llevarlo a cabo no existe la tecnología del conocimiento para hacerlo, pero por ese camino van cosas como la cuestión de hasta qué punto pueden tener acceso las compañías aseguradoras a los historiales médicos. Conforme pase el tiempo y avance la Medicina podremos obtener datos genéticos sobre la predisposición de la personas para manifestar diferentes enfermedades, y entonces existe la posibilidad de que las aseguradoras quieran conocerlos. En mi opinión y en la de muchos otros científicos esos datos deben ser confidenciales. Y eso tiene que regularse. Pero pienso y espero que de la misma manera que hay una confidencialidad entre los médicos y sus pacientes en la medicina actual, seguirá habiéndola en la medicina futura y esos datos nunca deberían ser accesibles para las compañías aseguradoras.
Desde hace tiempo algunas investigaciones revelan que órganos como el corazón o el hígado poseen un sistema nervioso complejo que funcionaría a modo de pequeño cerebro, lo cual explicaría ciertos cambios de hábitos en las personas transplantadas. ¿Qué opinas de estos hallazgos?
El cuerpo es una maquinaria integrada con una sofisticación increíble, y todos los órganos están comunicados con el sistema nervioso a través de las terminaciones nerviosas del sistema nervioso periférico y central. Hay un feedback por el que el sistema nervioso influye en el funcionamiento de esos órganos, y esos órganos, por diversos mecanismos, influyen en el sistema nervioso. Pero no es que el corazón o el hígado tengan un microchip o un minicerebro propio que controle cómo funcionan estos órganos.
Algunos científicos, como Josep María Caralps, el primero que hizo una operación de trasplante de corazón en España, o Eduard Punset que se hizo eco en su programa Redes, comentan que se mantiene cierta información en algunos órganos trasplantados que hace que la persona que lo recibe adquiera un hábito, por ejemplo, que antes no tenía.
Información claro que hay, porque cuando tú trasplantas un corazón de otra persona ese órgano tiene un ADN de otra persona, y ese ADN se traduce en la expresión de genes. Es decir, por supuesto que hay información de otra persona, porque un órgano está compuesto por células, y esas células tienen su núcleo, ese núcleo tiene su gen y el gen no es el de tu padre y tu madre, sino del padre y la madre del donante. Está claro que tiene trascendencia, pero a qué nivel es otra cosa. A nivel cognitivo no creo que la tenga en absoluto. Lo más obvio es la trascendencia que tiene desde el punto de vista de reconocimiento de qué es tuyo y qué es ajeno, y ése es el problema de los trasplantes: el rechazo.
En EEUU hay una serie de complementos vitamínicos que se comercializan en las farmacias sin receta médica que son un éxito absoluto de ventas y que se prescriben para frenar o ralentizar en envejecimiento. Muchos de ellos son alabados por quienes los utilizan, aunque el corpus médico y farmacéutico no acaba de darles el visto bueno arguyendo los posibles efectos adversos que puedan tener a largo plazo. Me gustaría que me dieses tu opinión personal sobre alguno de ellos:
En Estados Unidos existe la “Food and drug administration”, una agencia estatal, que es quien regula si un medicamento es efectivo o peligroso. Los suplementos no están bajo la supervisión del FDA, y esto es un negocio galopante, porque vender la moto de que te tomas eso y vivirás más tiene una mística tremenda. En esto hay que tener mucho cuidado porque hay un interés comercial tan grande debido a que mueve tantísimo dinero y en la mayoría de los casos hay muy poco fundamento científico detrás. La coenzima Q10, por ejemplo, entra en la idea de que hay que tomar muchos antioxidantes porque retrasa el envejecimiento y sobre esto hay una industria impresionante, que incluye la vitamina E y la C. Se han hecho ensayos clínicos controlados, y el resultado es que no hay ningún efecto claro y demostrable. Sin embargo, la gente sigue tomando estos suplementos que, en grandes cantidades, pueden ser perjudiciales. Es un negocio que genera muchísimo dinero y todos estamos expuestos. Esto no quiere decir que no haya suplementos que puedan tener efectos positivos. Hay gente que tiene déficit de vitamina D y esto es pejudicial para la salud del esqueleto, por lo que necesitan tomar más vitamina D, o gente que tiene problemas de inflamación asociadas con la edad y ciertos antiinflamatorios naturales pueden tener su efecto, como los presentes en los aceites de pescado. Los suplementos probablemente sean el origen de la medicina, pero hay que tener mucho cuidado porque hay muchísimo abuso comercial y, en algunos casos, son claramente contraproducentes y nocivos.
Un caso extremo de automedicación para combatir los efectos del envejecimiento es el de Vincent Giuliano que experimenta con cada sustancia que aparece en el mercado y a la que se le supone algún efecto beneficioso al respecto, y todo ello lo explica de forma técnica en su blog. ¿Consideras que esta información puede divulgarse?
No puedes impedir que alguien divulgue, si lo haces estás coartando la libertad de expresión.
En España se ha limitado la divulgación, por ejemplo, con la melatonina, cuando Fernando Sánchez Dragó alabó sus virtudes en un blog y sin embargo a pesar de que incluso es legal comprarla en muchos países, aquí se le instó a dejar de hablar de ella por parte de las instituciones.
La melatonina en Estados Unidos se vende en cualquier tienda. Todo es tóxico a niveles suficientemente altos, todo depende de la dosis. Te puedes envenenar por tomar demasiada sal. Lo que tiene que haber es información y transparencia. La censura y el no informar a la gente porque no lo van a saber utilizar y son tontos es un argumento inaceptable. Lo que se tiene que hacer es informar de cuáles son los posibles beneficios y los posibles peligros. Estoy en contra de correr un tupido velo y censurar lo que esté relacionado con un tema. Y eso ha de ser así con cualquier avance científico y tecnológico; no hay que censurar, sino informar. Y volvemos a un tema importante, y es que para informar debes educar. Para que la información sea eficiente tienes que procurar que aquellos que reciban la información sean capaces de asimilarla, porque es muy fácil que un desaprensivo te engatuse y te venda la moto de que algo es fenomenal porque quizá no tienes los conocimientos necesarios para darte cuenta. Creo que censurar es peligrosísimo.
Una de las teorías más divulgadas por los medios en la actualidad es la que postula que los telómeros son una especie de reloj temporizador para la muerte celular y se está experimentando con el alargamiento de los mismos (Vicent Giuliano también) mediante la enzima telomerasa. ¿Compartes el optimismo de quienes trabajan en esta teoría?
Las investigaciones en telomerasa son muy interesantes aunque aún tenemos mucho que aprender sobre su impacto en el envejecimiento. Lo que sí está claro es que los telómeros, que son como unos tapones que se encuentran al final de los cromosomas, se van acortando con las divisiones celulares y que por lo tanto se desgastan con el tiempo. Los telómeros tambien estan implicados en el desarrollo procesos cancerígenos.
Si no te hubiese interesado la genética, ¿en qué otra rama de la investigación científica te habría gustado trabajar?
Siempre me ha atraído la astrofísica que, curiosamente, está relacionada con la biología desde el punto de vista de la complejidad. Por ejemplo, el número de estrellas del universo no es mucho mayor que el número de conexiones entre las neuronas del cerebro.
¿Cuál es último ensayo que te dejó impactado?
Uno sobre física de partículas que relata de una manera muy amena la historia de la física de partículas y el trabajo que se hace en el LHC. Se llama A Zeptospace Odyssey.
Pingback: Entrevista al genetista Juan Botas
La genética va a producir una auténtica revolución tecnológica para los seres humanos y no vamos a tardar mucho en verlo. Es una satisfacción encontrar estos artículos en Jot Down, no dejais de sorprenderme. Seguid así,
Muchas gracias por la entrevista. Excelente.
Pingback: “La ciencia debería ser una cuestión de Estado, no política”
Buenísima entrevista, enhorabuena.
Magnífica entrevista a un científico de primera clase. Casi igual de bueno como boxeador. Palabra de honor.
En relación a los suplementos ahora el que está de moda es el Resveratrol más conocido entre los oyentes de onda cero como Revidox y aunque lo anuncian a bombo y platillo ya hay multitud de investigaciones que han concluido que los supuestos beneficios no lo son tanto. como dice Juan Botas, el mercado de los suplementos alimentacios es un gran negocio y en la mayoría de los casos pura charlatanería. El remate de la risión el champú de caballo.
Impresionante artículo, señores de jotdown les imploro más entrevistas a científicos de esta calidad, es imposible leer en revistas «científicas» como Muy Interesante o Quo contenidos con el 25% de lo que aparece aquí publicado. Enhorabuena ya tienen otro fiel seguidor por mucho tiempo.
Samuel te felicito por una entrevista tan enorme, me han entrado ganas de profundizar en genética.
Me parece apasionante el trabajo de Juan Botas, no lo conocía pero a partir de ahora estaré pendiente de su trabajo.
Muchas gracias por este gran rato.
Una entrevista interesante con un personaje interesante con preguntas interesantes. Aire fresco. Muchas gracias Jotdown.
Enhorabuena Jot Down por publicar este tipo de entrevistas en España y felicidades al redactor por hacer un trabajo tan interesante y divulgar investigaciones como la de Juan Botas. Estoy impaciente por leer una nueva entrevista de Samuel.
Gracias.
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Magnífica entrevista. A día de hoy el entrevistado tiene una serie de buenísimos artículos este enero de 2022