Música

Queríamos tanto a Billy Corgan

Billy Corgan

De todas las imposturas, la del melómano que aprecia el sonido en un concierto es la más asombrosa. ¿Aprecias el qué? ¿La acústica del parqué del Palacio de Deportes? ¿El eco de la niebla del Manzanares en La Riviera? ¿La visión de dos palmeras cruzadas en mitad del escenario para que no puedas ver nada mientras esperas a que tu novia regrese del vestidor? Os voy a decir un secreto: a un concierto, al menos en Madrid, se va ejercer de fan, no de melómano. Esa es la verdad incómoda. Los farsantes son los otros, los que celebran la distorsión irreconocible de su canción favorita.

Sí, sé que hay virtuosos que prefieren escuchar quince temas de un disco inédito y ampuloso antes que cantar los himnos pegadizos de juventud, pero hablamos de gente que confunde la felicidad con la vulgaridad. Sus gurús les mintieron y nadie les avisó de que a partir de los 30 años la búsqueda de lo minoritario deja de ser un rasgo de inquietud para transformarse en un rasgo de conformismo esnob. Sí, señores, yo soy un smashinólogo primate y querría haber escuchado Today, o 1979, o Disarm, y mi cupo de rarezas habría quedado bien lubricado si en vez del ignoto Oceania hubieran tocado las caras B del Gish, ese disco raruno de primera época, de cuando Billy Corgan tenía pelo naranja y no cráneo de patinaje, ese disco que los smashinólogos arios utilizábamos como contraseña de reconocimiento ante la avalancha de advenedizos Mellon Collies.

Porque Mellon Collie estaba muy bien, claro, pero tenía altibajos impensables en Siamese Dreams. De eso me doy cuenta ahora. Entonces me limitaba a pasar esas canciones con una punzada de culpabilidad, aterrorizado por no saber apreciar sus momentos más herméticos. Qué digo herméticas, simplemente canciones perfectamente olvidables, nadie se acordará del piano de conservatorio de la primera canción cuando hayamos muerto. Nadie confundirá la sutileza de registros con el hecho de mezclar en un mismo disco una amable pieza con el llanto de un psicótico eructando dentro de un altavoz. Pero esas debilidades nunca me importaron, ni me importan ahora, porque estaba 1979, We Only Come Out At Night y «dispite all my rage I am still a rat in a cage», frase esta última que recité a mi horrorizada profesora de inglés del instituto en tercero de BUP, con sus dos tetas como dos planchas erectas señalándome al cerebro. Y no me importaba, ni me importa, porque el nombre del disco es poderoso y está escrito con esa tipografía de espectáculo de mujer barbuda y tragasables en Alburquerque. Y porque aparecía esa mujer de rizos viajando en una estrella, con esa cara de orgasmo místico y ese gesto inocente como de estar a punto de sacarse un pecho generosísimo —de tipo medieval, nada que ver con el seno futurista de mi profesora de inglés— de su vaporoso vestido cortina de abuela. Y le perdono cualquier debilidad al Mellon Collie, sobre todo, por su formidable megalomanía absolutista, por intentar resumir el universo en dos discos y 38 canciones. Por triunfar con un fracaso. El Mellon Collie fue el 2666 del grunge de los 90. Esta última frase es un despropósito, pero me quemaba entre los dedos y tenía que soltarla.

Y Smashing Pumpkins regresaron a Madrid. Mira, Billy, llevaba 15 años esperando este momento, 15 cumpleaños con mis amigas suplicándole Today o 1979 al pincha de turno para verme feliz, y vas y apareces gordo, y de repente tu calva no recuerda al Nosferatu de Murnau, sino al baboso y mórbido bibliotecario gay de El nombre de la rosa. Vienes sin la rubia y sin el chino. Vienes con una puta aspa de molino de Moulin Rougue. Y dedicas todo el concierto a demostrar que, a pesar de ser un viejo descatalogado, sigues siendo un virtuoso del riff demoniaco, tanto que el concierto es lo que ocurre entre monólogo y monólogo de guitarra. Y avanzan las horas y ni una sola melodía cantable, ni-una-so-la. Billy, gordo, toca Today, cabrón, tócala; quince años soñando con este concierto, toda la adolescencia, toda la post adolescencia y toda mi protomadurez soñando con escuchar esta canción en directo. Y tú apareces, lo repito, gordo y sin el chino y la rubia, pase, te lo perdonamos, Billy, das la tabarra con tu nuevo disco que nadie ha escuchado ni ganas de escucharlo que tenemos, pase, te lo perdonamos, Billy. No solo te lo perdonamos, sino que el público te aplaude, porque te quiere y porque saben que después de dos horas jodiendo te vas a despedir, en un signo de gratitud infinita hacia tu paciente público que te consiente tus manías de genio que ya no es genio pero que sí fue genio, porque sabe que te vas a despedir con una galería de bises asombrosa y te vas a arrancar con 1979, Today. Eso lo sabemos todos, Billy, porque el público de los conciertos es tan imbécil que da por hecho que después de pagar su entrada y esperar dos horas de estilismos onanistas tiene todavía que aplaudir a la estrella para que salga del camerino y toque la canción que estaban esperando. Sí. Billy, los bises, esa teatralización de amor correspondido, de la conexión cósmica, del si-de-verdad-lo-quieres-pídemelo-con-mucho-cariño. Y tú, Billy, tocaste una sola canción y encima esa canción era Tonight, Tonight, joder, como ir a un concierto de los Planetas y que salgan los Piratas con su canción de los años 80. Canción de tías, Billy.

Podrías haberme hecho tan feliz, Billy. Si casi lloro cuando sonaron los primeros compases de Soma, la canción que me inyectaba cuando arrancaba el tren o el autobús en mis adolescente viajes interprovinciales; Soma, mi Creep intransferible, la canción que me hacía sentirme más melodramático, especial, desgraciado, poeta y punk y marginal y comemundos y nostálgico a la vez; Soma, ese llanto amoroso murmurado como una letanía que explota a mitad de canción con un guitarreo que a mí entonces me parecía el más virtuoso de la historia del rock universal y que ahora, Billy, y que ahora, escúchame lo que te digo, ahora me suena a simple punto y aparte resultón.

Punto y aparte resultón, nada más.

Y tú tocaste un bis de una sola canción y desapareciste. Fuera había niebla, Billy. El puente sobre el Manzanares parecía una fantasía praguense. Mi novia y Alberto parecían la rubia y el chino. Yo era Billy. Y convertíamos las farolas de la Plaza de la Paja en sauces llorones de papel higiénico.


 

 

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27 Comentarios

  1. SP tambien fueron a Madrid hace 3-4 años, sin el chino ni la rubia que recuerde, pero con lo que importa, Chamberlain.

    Eso fue en la Plaza de Toros y, ehem, creo que fue bastante como lo que has comentado, porque entre solo y solo de Billy costaba reconocer cual demonios era la cancion que estaban tocando.

    Pero oye, al menos se marcaron los Today, 1979, Cherub Rock y demas temas que todos necesitabamos.

  2. Para mí, los Pumpkins murieron hace mucho tiempo. Ya son ganas acudir a un concierto del calvo. Es como ir a ver a los «Guns n Roses» y encontrarse con esa parodia.

    Hay gente que no sabe dejar las cosas a tiempo. Y en eso incluyo a los fans ilusos ;)

  3. Romantico ambrosius.tu nostalgia del pasado…tu profe…y sobre todo,tu devocion por billy,sera recompensada tarde o temprano.

  4. A melloncollie no le sobra nada , y la instrumental de piano es una canción memorable , con su sencillez

  5. Te las das de fan auténtico ante los «advenedizos mellon collies» y luego sólo te interesaba oír Today y 1979. No sé qué dices de la calidad del sonido o de si no tocaron ninguna canción «cantable». Sonaron mejor que nunca y yo mismo canté en varias canciones: sobre todo en Muzzle, de mis favoritas universales, pero también en Starla, Soma, Cherub Rock, Tonight, Silverfuck y Thru the Eyes of Ruby. Canciones que cualquiera que califique como «rarezas» es directamente un ignorante. De hecho, el setlist me ha parecido LA PUTA HOSTIA y me fui más que contento después de dos horas de concierto a tope en los que no hubo ni un momento de tregua. Es más, tocaron 17 canciones, de las que solamente 5 eran de las nuevas, el resto fueron TODAS de Gish, Siamese Dream y Mellon Collie, un poco en honor de las reediciones de los discos que se acaban de publicar. Asi que un llorica al que no le tocaron justo la canción que quería y que ni siquiera sabe escribir bien el nombre de los discos (se sabe que un crítico no tiene ni puta idea cuando dice «siamese dreams», y aún tiene huevos a dárselas de conocedor del grupo) no tiene categoría suficiente para escribir nada sobre esto.

    Por no mencionar que Corgan tenía un intoxicación y por eso tuvo que acortar esos bises que te hubiera hecho tan feliz; bastante hizo que no anuló el concierto.

    • ambrosius

      Wenzei, mientras hay fans como tú, Billy puede dormir tranquilo. Eres como la Curry Valenzuela de los Smashing Pumkings

      Tres cosas te digo:

      a- escribir con mayúsculas es como cantar en playback. Denota pereza y tendencia a la molicie intelectual.

      b- Una intoxicación de Corgan no vale ni diez minutos de mi adolescencia. Que se hubiera tomado un ibuprofeno, como yo al día siguiente.

      C- reconozco que mis dotes de crítico musical no estan a la altura de tu sutil y melancólico: «el setlist me ha parecido LA PUTA HOSTIA y me fui más que contento».

      d- pongámonos de acuerdo en algo:dime por lo menos que te gustó la niebla

  6. Outofrediles

    Los foros, los micrófonos

  7. de ventre

    mellon collie es una basura de aquí te espero y apenas se salvan cuatro canciones. joder, si adore le da veinte vueltas. ya sé que lo pasasteis mal en la adolescencia, pero para hacerme pajas prefiero el porno.

    si s.p. quedan alguna vez en el recuerdo, será por siamese dreams y por piscis iscariot.

    ahora, eso sí, la del pianito del principio es muy bonita.

    j

    • otro critico de «siamese dreams» y «piscis iscariot». tambien nos vas a dar lecciones sobre el «peppermint» de Nirvana?

      • de ventre

        no, para qué hablar de la basura más sobrevalorada de la historia? cuatro discos y cada uno peor que el otro, apenas tres canciones buenas y un hit reconocidamente fusilado de los pixies, el único grupo que aportó algo serio a aquellos años, algo que perdure.

        no defiendo el piscis iscariot por gafapasta, sino porque había grandes canciones y poca autocomplaciencia. de verdad que el grunge al final (y quizá al principio) quedó a la altura (o la bajura) del rock sinfónico.

        hala, me voy a oir muzzle que estoy en plena cura de sueño.

        j

  8. Waznei, háblanos de tus ‘favoritas universales’. Desarrolla el concepto. Me parece interesante a tope. ¿Te refieres a un UNIVERSO con o sin infinito? El matiz es clave.

    ¿Sabes si Mourinho tuvo una intoxicación en la segunda parte del Clásico? Es que tampoco apareció.

  9. Hola Emilio.

    Hay varias cosas que no me cuadran nada en este artículo. La primera es que te calificas de «smashinólogo ario» pero, hasta el miércoles pasado, no habías asistido a ningún concierto de tu ‘Führer’. Te puedo decir que yo, con poquito esfuerzo, he asistido a 3 en los últimos 11 años. Y conocí a este grupo cuando sacaron Mellon Collie.

    Por otro lado, echas de menos a la rubia y al chino, pero ni palabra de Jimmy Chamberlin (http://es.wikipedia.org/wiki/Jimmy_Chamberlin). Este punto no necesita ninguna explicación adicional.

    Para finalizar, te parece inaceptable que no tocasen Today o 1979 pero te quejas de que tocasen Tonight, Tonight. No le veo ningún sentido.

    Esta es tu opinión y es aceptable como las demás, pero tu argumentación es nefasta. Para mí, escuchar en directo canciones como Starla, Geek USA, Siva, Silverfuck, Thru The Eyes Of Ruby, Frail And Bedazzled, Cherub Rock o Soma fue sencillamente impresionante (ya que no te gusta lo de «la puta hostia»).

    Saludos.

  10. ambrosius

    hola Luis. Las razones por las que no pude asistir a ninguno de los viejos conciertos de smashing son variadas y retorcidas y darían para otro artículo.

    Seguramente mi argumentación sea nefasta, no lo dudo. Escribo como un fan forzadamente histérico (habrá lectores que piensen que mi profesora de inglés tenía planchas en vez de tetas) con ganas de venganza.

    Aparte de las ausencias, que las hubo, y eso no es discutible, la ejecución de sus canciones, aún las de la lista clásica que citas, me pareció nefasta, sobre todo Soma y Thru the eyes of Ruby. El concierto en conjunto, mediocre.

    En cualquier caso, gracias por las minúsculas y por el sencillamente impresionante.

    saludos

  11. No mola cuando ves a alguien intentar hacerse el listo y le llueven ostias por todas partes. Pero bueno, quizá así aprenda a documentarse antes de intentar sentar cátedra sobre cualquier cosa.

    • ambrosius

      Hamigo, ¿más documentación quieres? Le he dedicado toda mi adolescencia y protomadurez. He hecho cálculos y no puedo dedicarle más de 15 años por artículo, no llegaría a fin de mes.

      Por lo demás, yo no veo hostias, solo fans muy susceptibles. Cómo no les voy a comprender, si yo soy aún peor que ellos.

      Billy, gordo, toca Mediterráneo!!!!

  12. has escrito todo lo que pensé al terminar el concierto. maldito Pili Gordan!

  13. oidoscomoplatos

    Quizás hayan sido un de mis grupos favoritos pero como al autor del artículo por mil vueltas del destino nunca les he visto en concierto. ¿Alguien me puede decir algún directo en vídeo que merezca la pena de ellos? Todo lo que he visto hasta ahora me ha parecido bastante malo y encaja mucho con este artículo.

    Me acuerdo de un VHS donde salían varias de sus canciones en directo y daban ganas de llorar de lo mal que sonaba aquello por no hablar de las masturbaciones de Billy con su guitarra.

    Me alegro de haberme ahorrado las palmeras otra vez.

    P.D: Si el Mellon fuera un solo disco sería maravilloso ¿Cuáles serían las imprescindibles para vosotros?

    Un saludo

    • ambrosius

      Hola, oidoscomoplatos. Me gusta tu pregunta:

      Me sobran Cupid de Locke, Galopogos, Take me down, Beutiful, esos intentos cursis y algo artificiosos de meter algo parecido a baladas suaves que equilibren el tono más desgarrado y punky de otras canciones. Eso lo logra con maestría en We only come out at night (con esa melodía de fábula inocente y ese estribillo que me fascina), Thirty Three, In the arms of sleep.

      Porcelina of Vast ocean me parece sobreproducida y ampulosa, pura magalomanía fallida. Es como si Billy dijera: y ahora me casco una canción de 9 minutos

      Where boy fear to tread me parece plana comparda con la fuerza de Bodies.

      Los gritos de Tales of scorched earth o XYU ahora me dejan bastante fríos, un sobresfuerzo nada convincente de Billy por parecer indignado. La furia no siempre envejece bien, aunque sí lo consige con con Bodies o Zero, que me siguen invitando a tirar bombonas de butano por el patio interior

      Ahora que me doy cuenta, cuando escribí que las canciones que más me costaban del disco eran las más herméticas, erré el adjetivo. Tal vez sean las supuestamente luminosas las que menos me llegan y las que peor han envejecido.

      La verdad es que la canción de piano sí me gusta, en la crónica exageré. Una apertura graciosa. Sin embargo, la despedida de Farewell and goodnight me parece una nana sin gracia. El disco podría acabar perfectamente con By Starlight, hay algo en loa primeros compases de esa canción que cierran a la perfección el círculo abierto con el piano, aunque luego la canción deriva en un artefacto bastante insulso.

  14. PistolPete

    Joder, sois lo peor..Todos y cada uno de vosotros os partís la cara por un tipo que no le llega a la suela de los zapatos a p.ej Black Francis o Sr Chinarro…

  15. Pensaba que esto era una web seria. A partir de leer este reportaje, me lo estoy pensando.

    Si vas a echar la culpa de tu nefasta crónica a «los fans susceptibles», tienes muchas cosas que replantearte.

    De buen rollo: la próxima vez documentate y escribe mejor, verás como no tienes que echar la culpa a nadie.

    Un saludo.

  16. Ipsissimus

    YO TE QUISE, BILLY!

  17. Primo_avi

    Vengo en 2018 para decir que no te gusta realmente Smashing Pumpkins ni su sonido, solo un puñado de canciones.

    Mellon Collie es bastante mejor que Siamese Dream y le sobran las mismas canciones, dos.

    Pd:ahora ya hay chino…

  18. Marcabing

    Hola 2019 sábado 13 dew julio 1,30 am Madrid, en concreto festival Mad Cool, terminando Smashing Pumpkins de tocar y tal menos la rubia todos, espero que vosotros también chavales …

  19. Marcabing

    Ahora Billy parece Fétido (de la Familia Adams, por si… ) pero canta igual que antes vaya.

  20. yo vengo ahora en 2020, en pleno covid, para abogar por Billy y su gran calidad artística
    son tiempos difíciles, rápidos, cambiantes..
    pero lo que es, es.
    no espero(ni quiero) que sea un Beethoven, abrazo la nostalgia, abrazo la ambigüedad e inconstancia y lo vertiginoso de los tiempos que vivimos y agradezco lo que nos dieron Smashing (disco aquí, disco allá, predilección
    aparte) que importa! fueron tiempos tocados por la Musa…benditos sean! nadie puede quitarnos eso..quizás estemos hechos de nostalgia…
    eran la ostia y escuchar los discos lo sigue siendo
    los directos? ahora?saltatelos, no resta valor a su aportación o a su obra
    hay que tener en cuenta el contexto
    de nuevo, son tiempos difíciles, casposos, en los que Vaquerizo y su crew son artistas/espectáculo..!!!!????!
    que viva la nostalgia, al menos hasta que llegue la singularidad

  21. Julián Sorel

    Qué basura de artículo. Misógino, casposo y sin gracia. Pero, sobre todo, sin música. Sin nada de música.

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