Pobre Homer. Conduce su automóvil tranquilamente para llevar a sus hijos y a los amigos de sus hijos al colegio. En la radio empieza a sonar Shinin On. Sacude la cabeza feliz: la vida, a veces, es bella. Sin embargo, los niños no parecen disfrutar tanto como él y —para su sorpresa y disgusto— le piden que cambie de emisora. Homer apenas puede creer que nunca hayan oído hablar de su banda favorita:
“¿No conocéis a Grand Funk Railroad? ¿Las Letras descamisadas de Mark Farner? ¿El bajo aplastante de Mel Schacher? ¿La habilidad a la batería de Don Brewer?”
La cara de tristeza de Homer Simpson lo dice todo. Incluso les recomienda a los chavales —mientras ellos salen corriendo del automóvil y huyen hacia la escuela para no oír más su antediluviana música y sus batallitas de abuelo Cebolleta— que busquen información sobre Grand Funk Railroad en la biblioteca. Lo que decía: pobre Homer. El mundo ha cambiado en torno a él y no puede entenderlo.
Resulta inevitable sentirse como Homer bastante a menudo. Grand Funk Railroad fueron una de las bandas de rock más grandes de América durante los setenta. No sólo en cuanto a calidad, sin también en popularidad. Uno de los primeros grupos en llenar estadios durante sus giras. Sus diez primeros álbumes —¡los diez!—vendieron millones, fueron como mínimo disco de oro cada uno de ellos (lo repito, ¡hablamos de diez álbumes!) e incluso en alguna ocasión múltiple disco de platino. Grabaron un buen puñado de temas que ayudaron a definir el sonido de los años setenta y en el escenario podían medirse con prácticamente cualquiera sin ningún tipo de complejo. Fueron uno de los puntales del rock de aquella época. Mark Farner era un fantástico cantante, un gran guitarrista y un “frontman” extraordinariamente carismático sobre las tablas. Mel Schacher creaba líneas de bajo que se te clavaban en el cerebro reptiliano y te hacían mover los pies. Don Brewer era uno de los baterías más anfetamínicos y espectaculares de su tiempo. Pero ninguno de los fenómenos de revival que han resucitado a grandes grupos de rock de los setenta (generalmente británicos: Led Zeppelin, The Who, Deep Purple, Black Sabbath, etc) han servido para reivindicar el papel de los Grand Funk ante el gran público, aunque como digo no tienen demasiado que envidiar a estos y otros nombres consagrados. Por algún motivo, defender a alguna de aquellas antiguas bandas se ha convertido en síntoma de modernidad, pero los Grand Funk siguen siendo «música de carrozas». Por momentos parece que ya sólo nos gusta a los Homer de este mundo.
Aunque no son completamente desconocidos, ni siquiera hoy. Por lo general, a la gente le suena su éxito We’re an american band, que ha aparecido a menudo en películas y anuncios, y que curiosamente era uno de los pocos temas que no cantaba Farner, sino el batería. Pero eso parece poca cosa para un grupo que fue tan enorme, que congregaba multitudes y vendía discos a paletadas. Miles de DJ’s —al menos en España— son capaces de rescatar a los Sonics e ignorar por completo al trío/cuarteto estadounidense que protagoniza el presente artículo. La verdad es que nunca enciendes la televisión y te encuentras a Farner bailoteando al ritmo de Footstompin’ music. Es algo que sencillamente no ocurre, así que resulta lógico que Homer Simpson termine viendo programas de demoliciones de edificios y anuncios de la teletienda. No le dejan otra opción; si programasen conciertos de Grand Funk, ése sería el programa que él vería.
Grand Funk Railroad comenzaron su andadura a finales de los sesenta, con un formato inicial de tres miembros (con los años añadirían un teclista) inspirados por power tríos como los británicos Cream. Aunque su estilo no estaba tan anclado en el medio tiempo de blues o en la psicodelia, era más punzante y dinámico, con más nervio que el legendario grupo de Clapton. De hecho, Grand Funk sonaban como si Cream tuviesen prisa por terminar un concierto y además alguien les hubiese vertido combustible en el café. Eran rápidos y enérgicos; puro rock repleto de testosterona, no se andaban con demasiadas contemplaciones. Aunque su música no era exactamente monolítica, sino que recogían multitud de matices aparentemente alejados de su contundente fórmula en plan locomotora. Ya en su primer LP, On time, mostraban sus credenciales: un ruidoso hard rock pero con muchas pinceladas soul camufladas entre guitarrazos a todo volumen y desbocados desarrollos instrumentales. Su mezcla entre rock atronador y ritmos negroides tiene una buena explicación: procedían de Michigan —más concretamente de Flint, la ciudad natal de Michael Moore— así que compartían aquella particular mezcla de sonidos blancos y negros con varias bandas de la vecina Detroit, como los MC5. Los primeros discos de Grand Funk pueden englobarse perfectamente en ese sonido Detroit, caracterizado por amplificadores con el volumen al máximo, pero también por el amor hacia el soul que grababan los artistas negros de su ciudad, sede de la famosa Motown. En aquel su primer disco, Grand Funk combinaban el rock-soul de Are you ready con furiosas ráfagas de ametralladora como la sarcástica T.N.U.C. (“cunt” escrito al revés, o sea, “coño”) y su atómico solo de batería. Son sólo un par de ejemplos, pero como mínimo todos sus numerosos álbumes publicados entre 1969 y 1975 son imprescindibles, porque están repletos de muchas otras joyas que constituyen perfectas muestras de su energía.
Además, podían apoderarse de canciones ajenas con una facilidad sorprendente haciendo que pareciesen realmente canciones propias, como Feelin’ Alright de Traffic (se han hecho muchísimas versiones de este tema, pero la de Grand Funk suena como si la hubiesen compuesto ellos) o Gimme Shelter de los Rolling Stones. O cómo no, la famosa The Loco-Motion, a la que hicieron retornar a las listas de éxitos. Pero todos sus logros discográficos casi palidecían en comparación con el poder que eran capaces de desarrollar en directo. Sonaban potentes como los Zeppelin o los Purple, pero tenían ese deje típicamente americano, ese groove indefinible tan difícil de imitar por bandas de allende el Atlántico. En definitiva, esa esencia de Detroit bañada de música negra. O dicho de otro modo, eran dinamita envuelta en papel de regalo. O chocolate bañado en nitroglicerina. Estaban mucho más arraigados y constreñidos en el rhythm & blues y el soul que la mayor parte de las grandes bandas británicas de hard rock, quienes siempre mostraban un ramalazo pop. Quizá es una de las razones por la que su música no ha sido rescatada por el público actual; era difícil que Grand Funk crearan escuela. Aunque —como para cualquier grupo de los sesenta— una buena parte de sus influencias provenía de bandas británicas, había poco Beatles en la música de Grand Funk, y sí muchas raíces norteamericanas, mucho vinilo polvoriento y mucha radio de Detroit escuchada en algún sótano. No cabe duda de que su mejor música, escuchada hoy, suena añeja, lo cual no es malo en absoluto, pero sí los aleja de los gustos actuales. En sus años de gloria, la faceta pop del grupo era más bien residual: no había una Stairway to heaven fácilmente tarareable, ni siquiera estructuras maquinales fáciles de recordar como en una Smoke on the water. El sonido de Grand Funk era muy orgánico, muy pantanoso, muy crudo.
La banda conoció siete años de gloria entre el 69 el 75, fue muy prolífica en estudio y muy activa en directo, gozando de un éxito ininterrumpido en su país natal. Como dejamos entrever más arriba, señalar sólo algunos discos sería inútil: durante aquel periodo no publicaron nada que no mereciese la pena. Pero en la segunda mitad de la década, agotados tras una actividad incesante y con bastantes problemas de entendimiento y convivencia entre los tres miembros (bueno, para entonces cuatro con la inclusión de un teclista permanente) decidieron separarse. No fue una disolución definitiva, ya que tuvieron que grabar un par de discos más, uno por exigencias contractuales y otro porque Frank Zappa, gran fan de la banda, insistió en ejercer como productor en un nuevo trabajo. Pero el éxito les había abandonado —tampoco los trabajos posteriores a 1975 eran ya de tanta calidad como los de sus años dorados— y además Mark Farner quería lanzarse en solitario.
Posteriormente han conocido varias reuniones con diversa suerte. En los 80 volvieron a publicar otro par de discos, pero su momento había pasado y no tuvieron demasiado impacto. Sin embargo, una gira de reunión a finales de los 90 sí gozó de un considerable éxito en los Estados Unidos, no sólo porque existía un numeroso público nostálgico deseando volver a verlos sobre el escenario, sino porque la banda —especialmente Farner— demostró seguir en buena forma. Pero aquella reunión no duró demasiado, entre otros motivos porque retornaron las dificultades personales entre el cantante y sus compañeros. Hasta hoy en día, Brewer y Schacher han seguido girando bajo el nombre Grand Funk Railroad con otros músicos acompañándoles, pero Mark Farner ya no está en el grupo y actúa por su cuenta en solitario.
El bonito tributo que se les rindió en The Simpsons fue como el reconocimiento que la industria moderna les ha negado —si no me equivoco, aún no han entrado en el Rock ‘n Roll Hall of Fame, mientras que nombres tan rockeros como un villancico sí han sido incluidos— y curiosamente ha sido la mejor manera de que al menos una pequeña parte de los espectadores se haya interesado por ellos. Yo podría decir que es uno de mis grupos favoritos de aquellos años, pero es poco probable que nadie me hiciera caso. Sin embargo, el ser la banda favorita de Homer Simpson es un Honor con H mayúscula y un dato a ser tenido muy en cuenta. Sirva la sacrosanta opinión de Homer, y no la mía, como fundamento para homenajear con estas líneas a un grupo que era capaz de sonar así sobre un escenario. Y ya sabéis, si vuestros hijos os piden que quitéis su música de la radio del coche, por descontado ¡¡negaos en redondo!!
Buen artículo sobre una grandísima banda.
Otro día podéis hablar de otra de las grandes bandas americanas, aún mucho más olvidada (esta sí casi totalmente desconocida en Europa) de la que también es un gran fan Homer: Bachman-Turner Overdrive.
Pingback: Grand Funk Railroad: La banda favorita de Homer Simpson
Recuerdo descubrir su música con We’re an American band, que te machacaban con ella cada media hora en los inicios de Rock And Gol.
Pero antes había escuchado ya el nombre de boca de Homer, claro. De ese capítulo de Los Simpson saqué dos cosas buenas: This is Spinal Tap, mockumentary con el que creo que no me he reído más porque era imposible, y la curiosidad por escuchar Grand Funk. Cuando pude echarle el guante a la banda se me cayeron los anillos al suelo de lo buenos que eran.
Así que apunteme vd. si es tan amable a la lista de Homers que veneran a esta banda como se merece.
Impresionante, hace tiempo que no descubría algo así. Pensé que las épocas de descubrimientos se habían acabado… pero por suerte no
Una entrada estupenda. Ya los tengo sonando en Spotify, muchas gracias. Una curiosidad, «cunt» en inglés (sobre todo en el inglés británico) no es «coño» en el sentido español del taco, es el insulto más fuerte que puedes usar contra a alguien.
A propósito del mencionado capítulo, realicé hace algún tiempo una lista de Spotify en homenaje al mismo, con canciones de las bandas que aparecen o se mencionan en el mismo.
Tienen más información si gustan en el enlace al que lleva mi nombre. Que ustedes la disfruten.
Grand Funk Railroad FUE, no «fueron», una de las bandas…
Tengo 28 años, soy un enamorado del rock auténtico y no lo que se hace hoy en día. Buscando grupos de rock hace unos años tuve la ocasión de toparme con el Inside Looking Out de los Grand Funk y desde entonces, canciones y canciones a cual más espectacular. me convertí en un enamorado de los Power trio como se conocen a este tipo de bandas. Me encantan y soy de los que descubre este tipo de grupos a compañeros de trabajos más viejos que yo, y enamorados también del rock. Grandes Grand Funk.
Descubrí hace varios años a Grand Funk gracias a una canción que escuché en la radio, «Aimless Lady»:
http://open.spotify.com/track/0FFIleakWHp8j90BxTtF0D
Cuando escuché la voz de Farner y el bajo de Schacher no me lo podía creer. Tantos años sin conocer esa maravilla. Lo del bajo es otro rollo.
Yo soy más fan de Spinal Tap…
Una corrección, aún no he terminado el (excelente) artículo pero has escrito N.T.U.C. en vez de T.N.U.C. que sí que es CUNT al revés.
Aún mejor Grand Funk espera:
http://youtu.be/wiEy3nbmjd4
Excelente reportaje, ya estoy buscando su música en Spotify :)
Una de las mejores bandas de la historia. Eso sí, que nadie se lleve a engaño. A la gente que realmente le gusta el ROCK (así, en mayúsculas) conoce a Grand Funk y flipa con Grand Funk. Pero claro, a la mayoría de la gente hace tiempo que le dejó de interesar el rock. Y eso es lo que ejemplifica Homer: la muerte de un género. Como dice un colega: «como siempre que alguien muere, habrá gente que sepa honrar al muerto». Y tiene razón, pero nunca será lo mismo. Es una muerte metafórica claro, no de facto. Hay muchísimas bandas que siguen haciendo buen rock, pero en este mundo en el que ya no sólo hay una gran escena mainstream, sino que hay miles de ellas, pues hay que informarse e interesarse por descubrirlo.
Sin embargo, ninguna llegará a lo que hicieron Grand Funk, eso por descontado.
Muchísimas gracias por descubrir esta grandiosa banda, tiene lo mejor de todas las grandes de los 60 y 70. Por mucho que el rock británico experimente, al final siempre volvemos al americano, el más rudo, con más raíces en miles de músicas anteriores que le dieron fuerza.
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Dejaos de hostias y que escriban un articulo sobre MC5. O sobre los primeros tiempos de Alice Cooper…
Lo cual no quita que me encante ver por aqui un articulo sobre Grand Funk, con referencia de Homer incluida. Por cierto, Los Simpsons también dan para hacer un articulo sobre «Any Way You Want It» de Journey. la escena en la que secuestran a los abuelos es genial, aunque sale en mas momentos de la serie.
Tuve la fortuna de conocerlos el año 70, plenamente vigentes,, mis amigos los conocieron por mi, discos de acetato que terminaron rayados de tanto oirlos,,, un grupo ESPECTACULAR, no creo haber escuchado en mi vida otro mejor, los 8 primeros albunes ami juicio d elo mejor que algun grupo hizo en su vida,,,eternos………