Da cierto reparo llamar “Joselito” a José Miguel Arroyo (Madrid, 1969) porque, además de sus 42 años, siempre ha representado un tipo de torero de los de antes, reservado, majestuoso, de cierta inaccesibilidad. Con fama de arisco, ha sido de los poquísimos toreros de los últimos tiempos que ha tenido un grupo amplio de partidarios, de los que van allá donde torea, de los que discuten, defienden a su torero, se apasionan. Joselito —José— es ahora ganadero tras abandonar los ruedos en 2004 y vive y disfruta de su pasión, el campo, en’Prado del Arca’, la finca-residencia que posee cerca de Talavera de la Reina (Toledo). Siempre tuvo mirada melancólica y en seguida se la relaciona con una infancia muy de Dickens, dura; miles de problemas en casa, padres que no conoció, padres que llegaron después, el clásico niño de barrio, niño de la calle, adiós al colegio con 14 años, una nueva familia y otra que llegó de la mano de la Escuela de Tauromaquia de Madrid.
Y ahora nos sentamos en esta espléndida casa, tu hogar desde hace años. Quién lo iba a decir.
Desde luego. Una infancia terrible, aunque por supuesto que era feliz, pero la ves desde arriba y caray… Es normal que me sienta satisfecho de lo realizado y ahora pueda estar en mi casa con mi mujer y mis hijas; y cuando digo casa no hablo de tamaño. Parece muy fácil de decir, pero que nadie se olvide de que hay miles de personas, millones, que no pueden disfrutar de lo que para nosotros es rutina.
Es muy típico de los toreros ganar un dinero y en seguida comprarse la finca y hacerse ganaderos —además de su residencia, posee otra finca en Extremadura donde pastan las reses de sus ganaderías de bravo.
En mi caso es que es mi pasión. No tengo otra afición que el campo. Afición verdadera, de las que llenan. Claro que es muy complicado, trabajoso y sacrificado, pero me encanta. Todas y cada una de las tareas del campo me llenan absolutamente; si además hay animales por medio, más todavía. Y reconozco que es absurdo: cualquier economista dice que lo que inviertes en el campo no compensa absolutamente nada. Pero contra las pasiones no se puede luchar y es mi pasión.
¿Y las aficiones de un señor de 42 años? Las aficiones habituales, me refiero.
También existen, claro, pero en un grado menor, porque poco a poco las vas relegando. Al final, el día a día te va recluyendo en tu finca, en tu campo. Hay días que pienso: vamos a vivir a Madrid y me doy mis paseos por los museos, y vamos al teatro, y vamos al cine. Porque aunque Talavera esté al lado, la rutina te hace dejar de lado esas visitas y esa forma de culturizarte. Televisión apenas veo, salvo los telediarios, periódicos nada de nada, la radio cuando estoy en el coche… Leer, eso sí. Siempre me ha gustado.
No son muchos los toreros a los que se les puede escuchar eso.
En mi caso es porque empecé a leer cuando toreaba. Al dejar el colegio muy pronto, tengo un déficit cultural tremendo. Fui el clásico chico de barrio, de familia conflictiva… Muy prontito me decanté por ser torero y el toreo es muy absorbente, no haces otra cosa que pensar en el toro. Cuando toreaba me aficioné a la lectura y no había tarde de toros que no me llevara mis libros como parte del equipaje. He leído muchos libros y de todo tipo. Algunos me entretenían sin más, lo cual ya es bastante, pues hay que tener en cuenta que estamos hablando, quizá, de las horas previas a una corrida. Esos momentos son muy difíciles de llevar y los libros me han ayudado mucho.
¿Alguna preferencia?
No. Ya digo que de todo un poco, según recomendaciones, según me apetecía. Novelas, ensayos, biografías… Luego la vida te va ‘dando’ sus cosas: por ejemplo, al conocer a un autor te interesas más por su obra. He conocido pintores, escultores, escritores… que te iban abriendo el camino de lo que me refiero. Sí me marcó Cien años de soledad, porque fue el primer libro que leí —o al menos el que me dejó huella— en esa época de la que hablamos.
Y, pocos años después de leerlo, brindaste un toro a su autor.
Una de las cosas más hermosas de esta profesión es que te permite conocer a gente que ni por asomo conocerías en otras circunstancias. A Gabriel García Márquez le conocí así, en efecto, y luego cenamos y ha habido algún otro contacto. Quizá le tenía mitificado por el poso que me dejó su libro, pero el caso es que no tengo recuerdos especiales de esos encuentros… Sí de otro grande: Mario Vargas Llosa. Me debo de haber leído todo de él. Una vez coincidimos en una entrega de premios, es conocida su implicación y su afición por la Fiesta y a él le daban un premio por eso. Es la primera vez en mi vida que he pedido un autógrafo. Y la última. Me impactó además su forma de expresarse, su respeto hacia la gente. No sólo conmigo, sino con todo aquel que se le acercaba.
Siempre ha reconocido al torero como un héroe mitológico de nuestro tiempo.
Sí, y así lo vi en la forma de expresarse conmigo. Hay miradas y expresiones que denotan todo, y las suyas eran de respeto y admiración.
Me recuerda a una vez que comíamos en Barcelona con Albert Boadella y Santiago Martín, el Viti. Apareció Joaquín Sabina en el restaurante y, a una distancia de veinte metros, gritó: “¡¡Hostias!! ¡¡Su Majestad el Viti!!”. Se puso de rodillas y así avanzó los veinte metros hasta besar las manos de el Viti. Todo el restaurante mirando, claro.
(Ríe) Qué monstruo. Como tiene que ser. ¡Es que es el Viti!
Hablando de autógrafos, tú siempre has tenido fama de huraño.
Y lo soy. Supongo que es por timidez. También es verdad que siempre he intentando guardar las distancias. No es algo clasista, ni mucho menos. Pero el torero es alguien especial, no un cualquiera al que se le puede abrazar, dar una colleja o u cachete en el culo. Y, para proteger esa figura, hay que mostrar cierta tirantez. No queda otra. Eso sí: amable y educado. Nadie puede decir que no lo he sido. La gente tiene que entender que en el patio de cuadrillas estamos pasándolo muy mal poco antes del inicio del festejo, y que lo que menos nos apetece es hacernos fotos o firmar autógrafos. Es hasta desagradable. Vaya luego al hotel, si quiere, y allí le firmo y nos hacemos las fotos, pero entiéndame.
Es una postura al estilo de José Tomás y, sin comparar ni mucho menos, parecida a la de Curro Romero. Choca frontalmente con otro tipo de toreros que se dejan coger de la cintura, que salen en televisión a todas horas, en las revistas…
Horroroso. Gentes que no tienen respeto por su profesión ni por sí mismas.
Pero también hay quien piensa que si no fuera por ese tipo de prensa, los toreros no aparecerían en ningún sitio.
Pues puede ser. Yo no lo sé, pero entre salir así y no salir yo prefiero no salir. Si la imagen que damos al mundo es la de un tipo frívolo, que cambia de novia cada dos por tres, que se acuesta con ésta o con la otra, que está todo el santo día con comunicados y desmentidos… A los futbolistas no les pasa eso. Se puede hablar de la novia o de la mujer de Cristiano Ronaldo, pero no están todo el día saliendo en las revistas y posando. Ni en los programas de televisión. No me gusta nada y me parece denigrante.
Sale el nombre de Francisco Rivera Ordóñez, prototipo de lo que dices y premiado con una Medalla de las Bellas Artes, como tú (el Gobierno le otorgó este reconocimiento en 2011).
Repito: si no tienes respeto por tu profesión ni por ti mismo, ¿cómo voy a tenerlo yo contigo? No se da cuenta, además, de que actuando así se perjudica él, claro, pero nos perjudica también a los demás. No me parece digno ni apropiado, aunque entiendo —o quiere entender— que a Francisco se lo parecerá. Además, ¿qué es un artista? Yo entiendo que el artista es alguien que te hace sentir viendo su obra.
¿Y la devolución de sus medallas por parte de Paco Camino y José Tomás en su momento?
Lógico. Por lo que estoy diciendo. Ves la lista de premiados con esas medallas, respecto a los toreros, y algunas cosas… La propia explicación oficial que se dio de la medalla de Rivera fue de risa. Hay toreros que no son artistas propiamente dichos. Yo, la verdad, es que la he recibido sin mucho calor. No sé, una sensación extraña. Claro que me ha hecho ilusión, pero menos de la que podría suponer hace unos años. Me llamó una periodista el día que me la concedieron. Un día de un calor espantoso, yo debajo de una encina y le solté una burrada a la pobre, que se fuera a vacilar a su abuela que hacía mucho calor o algo así. Luego me llamó la ministra para confirmármelo y ya me lo creí, pero tampoco sentí nada especial. Creo que la polémica de lo que estamos hablando le restó interés al premio.
El Gobierno reconoce a los toreros con la Medalla a las Bellas Artes en un momento en el que los ataques antitaurinos se multiplican.
Porque hay una ignorancia brutal. Esta sociedad es hipócrita, cada vez más. No queremos ver la muerte, ni la de los animales ni la de las personas. A las personas las controlamos, las mandamos a las residencias o a los hospitales. Nada de morir en casa. Como a los animales no los controlamos, que se mueran pero que no los vea yo. Es falso, es hipócrita. El toreo es un arte en el que muere un animal, sí, pero mueren miles y miles de animales cada día sin que el hombre pueda expresarse. Entiendo que haya muchos antitaurinos que, al no haberse explicado e informado correctamente de todo, no sepan de lo que hablan. Como respeto a los que sí saben y están en contra, ojo.
Un problema interno, por lo tanto.
En gran medida. Falta promoción, divulgación. Hay que explicar qué es eso, por qué es el espectáculo más maravilloso del mundo, hay que difundir la fiesta de los toros, explicando por qué, dando los detalles y las claves que expresen la necesidad de matar a un animal. Luego ya veremos si hay que defenderlo o no, pero primero, explicarlo. He debatido con antitaurinos que se expresan desde la ignorancia del tema y no por su culpa. Y así es imposible avanzar.
Da la sensación que la fiesta de toros, hablando de su estructura, va como quince años por detrás de otros espectáculos en cuanto a comunicación, marketing, organización empresarial…
Aún se piensa que se cuelga un cartel y la gente acude en masa. Y no es así. Falta voluntad, falta capacidad y falta conocimiento. Yo siempre he dicho que hay puestos que deben ocuparlos los especialistas. Es absurdo que yo dirija la asociación de ganaderos, o de toreros en su momento, cuando no sé nada de derecho o de economía. En los toros pasa eso.
¿Y los toreros? ¿Por qué siempre os ha ido tan mal como grupo? Por ejemplo, con temas como los derechos de televisión.
Porque cuando nos vestimos de toreros, tenemos dos huevos. Cuando nos quitamos el vestido, ya sólo tenemos uno. En el umbral de la habitación del hotel ya no nos quedan y al salir a la calle somos unos mierdas. Así nos ha ido.
Lo dice alguien que se ha definido claramente en ese campo.
Que se ha pegado con todo el mundo defendiendo lo que consideraba que era mío y de todos. Por defender que los derechos de televisión de mi figura son míos, me quedé fuera de varias ferias. Oiga: los derechos de imagen que genera mi imagen son míos. Nuestro mundo es del siglo pasado. Y aún hay quien discute lo que hace José Tomás o lo que pretenden otros toreros… Lo que no es de recibo es que si alguien quiere televisarme, en lugar de hablar conmigo cierren el acuerdo con el empresario que organiza esa corrida… ¡Que yo me he enterado de que me televisaban una feria viendo la tele! Es insultante. No estoy en contra de la televisión, pero sí de la masificación y del sistema actual de contratación.
Siempre se compara el toreo con el fútbol cuando sale a colación la televisión. Nadie se imagina una Champions League sin el Real Madrid o el Barcelona.
Es que no es comparable ese sistema de grupo en el que los clubes negocian con la UEFA, con el toreo. Podría ser comparable con un artista. Comparémoslo con un grupo de música, por ejemplo. Viene U2 a tocar al Vicente Calderón y, cuando tienen todo preparado, Bono se entera de que el productor ha cerrado un acuerdo con la MTV para televisar el concierto en directo. Es de risa. Pues así funciona en los toros.
¿Cambiando ese modelo sí eres partidario de la televisión?
Claro que sí: con medida, sin masificar. Televisando los grandes eventos, tres figuras del torero, plazas y ferias importantes. De las que gusten a los aficionados y de las que puedan atraer gente nueva. Ahora se televisan ferias enteras cuyos contratos se firman sin saber ni quién torea; hay unos muermos impresentables. Hay veces que pongo la tele para ver una corrida y no ha salido el primer toro y estoy durmiendo. Este año, por ejemplo, veía una corrida de toros desde Sevilla para ver a mi amigo Alberto Aguilar con toros de Dolores Aguirre y me preocupé muchísimo: qué coñazo, es inaguantable. ¡Pero si hasta renegué de mi afición! Si eso me pasa a mí, ¿qué le pasará a un chaval que se acerca a la Fiesta por vez primera?
Hablemos de otro problema de los toros: Cataluña. El Parlament decidió prohibir las corridas de toros, algo que comienza en 2012. Tú fuiste uno de los invitados por la comisión del Parlament para tratar este tema, antes de la votación.
Y me sentí fatal. Fue como hablar de peces y que te preguntaran por la luna. No me entendieron o no me escucharon. Claro que hay un tinte político, esa identificación de la fiesta con España. Culpa nuestra también, ojo. Pero también vi una predisposición a prohibir que no me gustó nada. No me hicieron ni caso. Entonces, ¿para qué me llamáis? En Cataluña se ha dado una mala gestión empresarial que ha echado a la gente de la plaza. Y traer a otra generación a algo es muy complicado. Si a esto le sumamos la nula implicación del sector, lo que antes hablamos… Sí me disgustó que Cataluña, a la que yo tengo por una sociedad progresista y abierta, prohíba la manifestación artística más espectacular que hay.
¿Y de política, José?
Poca cosa. Ahora toca salir de ésta y más que de política hablamos de economía. Yo me muevo según el momento que atravesemos, no me gusta nada eso de ser de ideas fijas y de una ideología. También ayuda mucho ser hombre de campo, que es lo que soy: ganadero, sí, pero agricultor. Dependo del clima, del día a día, y eso me hace ver la vida de una manera diferente a la del resto. Y te endurece, claro. Las crisis, que son tremendas, las sufres menos porque vives permanentemente en ellas, como todo agricultor sabe. Si a esto le sumas que ser torero te obliga a un sacrificio tremendo y que te forja un carácter duro… Creo que el problema de ahora es económico y, cuando se supere, tiempo habrá de otras cosas que no hay que olvidar. Como la corrupción. A la gente de campo como yo (ríe) estas cosas no nos entra en la cabeza: político condenado por robo, que cumpla la pena y que devuelva lo robado. Pero no que salga de la cárcel, si es que va, con el dinero guardadito… En eso estoy de acuerdo con gentes como las del 15M, cuya filosofía inicial comparto. Es cierto que luego llegaron gentes a aprovecharse de la situación y desvirtuaron el movimiento, pero la protesta contra la clase política del principio creo que la apoyamos muchísimos.
Si no te importa, vamos ahora con unos cuantos pares de banderillas, así de sobaquillo… ¿República o monarquía?
República.
Y como presidentes… ¿Aznar o González?
(Ríe) Juan Carlos, presidente de la República.
¿Campo o ciudad?
Campo.
¿Santiago Bernabeu o Nou Camp?
Bernabéu. Soy del Real Madrid. Cuando decidí ser torero llevaba una camiseta de las de entonces, así largas…
¿José Tomás o Enrique Ponce?
José Tomás.
¿Morante de la Puebla o Enrique Ponce?
Morante de la Puebla.
Iba a preguntarte entre Pocoyó o Enrique Ponce pero me da la risa…
(Ríe) Pregunta, pregunta más toreros y Enrique Ponce… (ríe).
¿Tele5 o La 2?
La 2.
¿Torero o ganadero?
Torero.
¿Belmonte o Joselito?
Belmonte. Comparado con el Joselito bueno y con el Joselito malo (ríe)
¿Entrevistas o silencio?
Silencio.
Puffff… espectacular entrevista.
Como se agradece leer una entrevista de alguien que hable claro.
Gran figura Joselito.
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Pues claro que Cataluña es una sociedad progresista y abierta, por eso mismo ha prohibido la manifestación más sanguinaria, inhumana y cruel contra el animal que hay. Ah, ¿ o acaso llamáis progresismo a la tortura y al asesinato de los animales?
SI EL TOREO ES CULTURA, EL CANIBALISMO ES GASTRONOMÍA
Eso es despreciar la cultura. De verdad te lo digo. No es tortura, es mucho más, de verdad.
Tienes toda la razón, es mucho más…a ver. Es elevar la barbarie a espectáculo, es comerciar con la salvajada, es una vergüenza para los que compartimos DNI con estos «artistas»….y alguna cosa más
Sí Ushi sí, enséñale a Vargas Llosa lo que es cultura, que ese no tiene ni idea de qué va eso…
Hernán, el hecho de que una persona tenga premios culturales no significa que tenga más o menos cultura. No te ciñas a lo que la prensa te vende. Pero puestos a nombrar personas celebres te diré que que los señores Franz Kafka, Jean Jacques Rousseau,Tolstoy, Da Vinci, Einstein, Socrates, Platón, Thomas Edison, Voltaire, Schopenhauer, Martin Luther, Seneca, entre otros muchos eran defensores de los animales, vegetarianos y muchos de ellos veganos. Por cierto, los monos también tienen cultura.
Qué gran torero… por él me aficioné de verdad. Y luego habla como un campeón
No soy aficionado pero sí me gusta saber de todo. Sé que los toros forman parte de la cultura. En esta entrevista, este señor me demuestra eso. Y lo respeto. Hay que saber. Repito que no soy aficionado. Pero esto no es tortura ni masascre, es algo más.
Nunca se me olvidará aquel 2 de mayo, José. Nunca. Sensacional entrevista. Joselito ha sido muchísimo para una generación amante de los toros. ¡Grande Joselito!
Joder qué tío grande… Siempre me ha sorprendido cómo son algunos toreros fuera de la plaza. Enhorabuena porque es colosal, de verdad, se nota que se calla cosas pero lo que dice es descomunal
Respecto a lo que dice de los derechos de la TV:
Los tenistas tampoco cobran más porque se vaya a emitir el torneo, ya va con lo que cobran por participar. Y digo yo que el torero cobrará del promotor, se vaya a emitir o no.
Sí y eso provocó un plante de tenistas en el último Open USA. Los tenistas se quejaban de no percibir ni un duro de los derechos televisivos y de participar en un porcentaje irrisorio de los ingresos del torneo. Si no me equivoco pusieron el ejemplo de Bono y U2 también.
GRANDE!!
Me sorprende la ligereza con que se denomina algo como cultura, y el blindaje que ese adjetivo genera alrededor de ese algo. Tanto, que incluso evita cualquier tipo de debate: es cultura y por tanto intocable.
Hace dos mil años, lanzar cristianos contra leones famélicos también era una manifestación cultural.
Por supuesto que las luchas contra fieras en los anfiteatros eran cultura, la que formaba parte del mundo romano. Creo que es innegable que la tauromaquia forma parte de la cultura del mundo hispánico, no hay ninguna ligereza al denominarla así…
Nadie ha dudado de que se trate cultura. Lo que dice la gente es que por mucha manifestación cultural que sea, hay que discutir si vale la pena seguir con ella. No soy taurino ni antitaurino. Es más, me da igual si los toros sufren o no y paso de que prohíban algo por prohibir, pero no estaría de más discutir y zanjar esto de una vez por todas. Los que quieran dar fin a los toros que expongan sus razones y los que quieran seguir difrutándola, que expresen las suyas. Por lo que a mí respecta, me da igual. No sigo los toros y mi vida no cambiará en lo más mínimo exista o no la fiesta.
Magnífica entrevista y Joselito como siempre, CUMBRE!
De lo mejor que me he encontrado en Internet en los últimos meses. No hablo de esta entrevista, sino de Jotdown. Lo peor: cuando hablan de fútbol o de toros. Qué se le va a hacer. Nadie es perfecto.
Cuantas veces he visto la corrida del 2 de mayo. Cuanto te he seguido por esas plazas de Dios. Un referente Don José.
Pocos aficionados a los toros quedan como él en este pais, como mucho lo que veo son aficionados a los toreros.
Por cierto, la corrida del 2 de Mayo, solo la ví en vivo, espero volver ver algún día la grabación, a ver si la recuerdo tanto como creo que la recuerdo. De lo que si que me acuerdo es que aquel día fué mi estreno como abonado de las Ventas.
Uff, menudo tiene que ser el bicho jeje… con todos los respetos hacia el maestro.
No a los toros, ni maestro ni leches. Que se busque la vida mas digna y menos cruel.
En las Islas Canarias se prohibió el toreo hace ya mucho tiempo, curioso q en la entrevistas solo se pregunte por Catalunya.
PD: A parte de esto, me encanta esta revista.
En Canarias no están prohibidas las corridas. Deberías informarte mejor.
Mis respetos a un maestro con Joselito y mi enhorabuena por la entrevista a esta publicación.
http://www.rtve.es/noticias/20100727/canarias-fue-primera-comunidad-prohibir-toros-1991/342132.shtml
Lucas en las Islas Canarias no se han prohibido los toros ¡nunca!, solo se ha regulado los animales domesticos, y los Toros Bravos no han sido nunca «animal domestico» ruego que se informe bien y no sigamos ayudando a los «anti». Y no hay corridas desde hace tiempo por que el costo de la organización es muy grande y ¿a vez quien pagaría precios astronómicos?
Los toros no se han prohibido nunca en Canarias. Simplemente, no hay afición y no salía rentable organizar corridas. En Canarias, no sólo no están prohibidas las corridas, sino que es el único sitio en España en el que se permiten las peleas de gallo, si no me equivoco.
Joder. Me ha encantado. Y no me gustan los toros, ojo
El debate sigue tan vigente como en los 90: ¿Joselito o Joselisto?
llamalo como quieras..seguro que a el le da igual y te respeta :)
Por cierto que alguien me expliq la última ocurrencia de los politicos ( esta vez los gallegos) prohiben la entrada a los toros a los menores y bajan la edad para las licencias de caza a 14 años.
ACOJONANTE
Se torea cómo se es. Genial, Joselito.
«Además, ¿qué es un artista? Yo entiendo que el artista es alguien que te hace sentir viendo su obra».
Exacto, justo eso fue lo que me pasó a mi con Joselito, me hizo sentir y entender el toreo en una sola faena hace más de 20 años. Gracias maestro.
No comprendo el toreo, soy incapaz de ver arte o grandeza, quizá sea una carencia mia, es posible.
No daría un paso por prohibirlo, tampoco por defenderlo.
Pero por favor no me digan que no hay crueldad en el espectaculo. Es evidente.
Pueden discutir sobre la capacidad de sufrimiento de un bicho o la belleza de un pase pero la crueldad está ahí, a la vista, es parte del asunto y eso lo admite cualquier aficionado razonable.
Y por favor, no me diga que es solo que no quiero ver la muerte, o no tenerla presente. La veo a diario en mi trabajo. Es mi rutina.
Es solo que me sobra como espectaculo en directo.