Hay canciones que, más allá de su propia melodía, tienen vida propia. La música tiende a excitar la imaginación de la gente desde tiempos muy remotos, y las creencias supersticiosas, las malas interpretaciones o sencillamente las anécdotas que rodean su creación hacen que ciertas piezas musicales generen en torno a sí sus propias leyendas, rumores y habladurías. En algunos célebres casos están rodeadas de polémica por la inclusión de supuestos mensajes satánicos ocultos, en otros casos —se decía— son canciones cuya grabación recogía el supuesto asesinato en directo de una persona… o que directamente provocaban la muerte del oyente. Otras canciones están ligadas a leyendas más inofensivas e incluso intrascendentes, pero que aun así han despertado durante décadas discusiones entre los fans para decidir si determinado título estaba o no inspirado por un banco, o si determinada canción estaba dedicada a un perro, o si determinada melodía era una pieza clásica interpretada al revés. Y aún hay otras grabaciones que, lejos de arrastrar populares leyendas urbanas, tienen detrás una historia sorprendente que poca gente conoce. Hagamos un repaso a canciones asociadas a leyendas, maldiciones, curiosidades y anécdotas de todo tipo. (Haciendo click en los respectivos títulos, podréis escucharlas en Youtube)
Louie Louie (The Kingsmen) La letra más sucia de los años sesenta
No todo el mundo sabría decir su título o sus autores, pero es una de las canciones más célebres del planeta y cualquiera que haya visto películas o series norteamericanas la reconocerá al instante como la canción que en Estados Unidos asocian a las fiestas universitarias. Sin embargo, pese a ser un enorme éxito, fue grabada en condiciones muy precarias: con un micrófono colgando del techo. Suele decirse, y con razón, que es uno de los “hits” peor grabados de la historia… aunque en ello reside buena parte de su encanto. Debido a la mala calidad de la grabación, la letra resultaba en parte ininteligible y hasta los propios estadounidenses la tarareaban sin saber muy bien qué estaba diciendo el cantante. Ciertas frases, al estar la voz tan alejada del micro, suenan confusas. Ello, naturalmente, disparó la imaginación de la gente —y más en plenos años sesenta— y empezó a correr la voz de que la letra de Louie Louie decía auténticos disparates; cualquier frase ambigua que no se entendiese muy bien era instantáneamente transformada en una guarrada con connotaciones sexuales. Hasta el FBI llegó a estudiarla seriamente para averiguar si The Kingsmen estaban pervirtiendo a los jóvenes con una canción sobre felaciones y actividades eróticas varias. Como es lógico y como resulta fácil suponer, la letra original era en realidad bastante inocente, pero la canción y su leyenda no serían lo mismo sin las letras alternativas que, durante décadas, han circulado entre la gente como si fuesen ciertas.
Love Rollercoaster (The Ohio Players) Asesinato en directo
Aunque en España Love rollercoaster no es tan conocida como otras canciones que citaremos en este mismo artículo, la leyenda urbana que rodea este tema es una de las más tétricas y escalofriantes de la historia de la música, pese a que la canción en sí es un tema sumamente alegre pensado para las desenfadadas discotecas de 1975. The Ohio Players eran unos de los reyes indiscutibles del funk, estilo generalmente poco asociado a anécdotas tenebrosas; pero tras el éxito de la canción empezó a circular la historia de que una mujer había sido asesinada en el estudio y que la grabación había captado su último grito. ¡Casi nada! Lo que desencadenó la leyenda fue que, efectivamente, puede oírse al fondo un casi imperceptible grito (sobre el minuto 2:30 de canción) el cual, una vez asociado a la leyenda, la verdad es que pone los pelos de punta. Por descontado el grito no lo había proferido una mujer mientras moría, sino Billy Beck, teclista y principal compositor de la banda. Pero tras el revuelo que se estaba armando en la prensa y dándose cuenta de que aquello constituía una gran publicidad gratuita, The Ohio Players guardaron silencio y no se molestaron en desmentir la historia hasta varios años después. Aun así, incluso hoy existe gente que habla de “una canción en donde se escucha morir a una mujer”.
Gloomy Sunday (Rezső Seress) La canción que mata al oyente
Si Love rollercoaster contenía la supuesta grabación de una muerte en directo, lo cual es de por sí bastante fuerte, ¿qué otra forma de superar la hazaña que con una canción que, directamente, provoca la muerte de quien la escucha? Gloomy Sunday era una tristísima canción compuesta por el pianista húngaro Rezső Seress, la cual se convirtió en un gran éxito con versiones como la de Billie Holiday. La versión original de la canción tenía una deprimente letra que hablaba del suicidio como una forma de reunirse en el Más Allá con una amante fallecida. Tras el éxito del tema, empezó a circular la historia de que varias personas habían sido encontradas muertas con la canción sonando en sus tocadiscos, que habían sido cientos quienes se habían quitado la vida tras escucharla y que las emisoras de radio se estaban negando a radiarla porque su escucha provocaba el suicidio de muchos oyentes. Por si fuese poco, el propio Seress, autor de la canción, se quitó la vida a final de los años sesenta, lo cual no hizo sino reafirmar la leyenda. Para el lector impresionable, decir que —naturalmente— esta habladuría no tiene ni pies ni cabeza y que no existe una música capaz de matar a quien la oiga, pero hay gente que tras conocer la historia ¡no se atreve a escuchar la canción!
Suicide Solution (Ozzy Osbourne) Suicidios, malentendidos y titulares
A principios de los ochenta, la asociación PRMC —formada por diversas esposas de políticos norteamericanos— se empeñó en censurar la industria discográfica, y los grupos de “heavy metal” fueron su blanco favorito. Suicide solution (una de las canciones del disco de debut de Ozzy Osbourne, Blizzard of Ozz) saltó a los titulares cuando un joven fan de Ozzy se quitó la vida de un disparo en su habitación… mientras sonaba el tema. La prensa se empeñó en culpar a la canción del desgraciado suceso y no ayudó a mitigar la idea la imagen del propio Ozzy, quien además de descabezar murciélagos y pájaros a mordiscos, provenía de Black Sabbath, un grupo que muchos padres asustados asociaban con el satanismo. Además, en aquel mismo disco había grabado Mr. Crowley, una canción que era un claro homenaje al famoso satanista del siglo XIX, Aleister Crowley. El único problema era que la letra y el título de Suicide solution no hacían referencia a quitarse la vida sino al alcoholismo (estaba dedicada a Bon Scott, difunto cantante de AC/DC, quien había fallecido a causa de la bebida). De hecho, la palabra “solution” era usada en su segunda acepción, la de “solución líquida” y no como “manera de resolver un problema”. Incluso el supuesto satanismo de Ozzy era más bien infantil —cualquier que haya visto la serie The Osbournes se hará una idea de ello— pero en aquellos años cualquier cosa que sonase a rock duro era sospechosa de estar inspirada por el Señor del Averno. Ozzy terminó saliendo indemne del asunto, aunque el asunto llegó a los tribunales y por un momento no pareció claro si terminaría pisando la cárcel o no, sólo porque los censores no se habían leído la letra o no sabían que la palabra «solución» significaba más de una cosa.
Stairway to Heaven (Led Zeppelin) Cuando Satán habla al revés
Con toda seguridad el ejemplo más célebre de canción que, pese a su dulce sonido, contiene presuntos “mensajes diabólicos”. Estaba incluida en el disco Led Zeppelin IV, disco que en realidad no tiene título y cuya esotérica carpeta mostraba una figura del tarot, un brujo y unos símbolos rúnicos que representaban a los cuatro miembros del grupo, lo cual le daba a todo un aire muy misterioso y demoníaco. La canción es de sobras conocida: una balada de inspiración medieval que termina en un crescendo rockero, con una letra repleta de imágenes oníricas sobre una “escalera hacia el cielo”. Escrita por el guitarrista Jimmy Page —quien en este caso, y por una vez, sí tenía interés por el satanismo en su vida real—se convirtió en el mayor éxito de una ya de por sí exitosa banda. Corría el rumor de que Led Zeppelin habían hecho un pacto con el diablo para triunfar (rumor disparado tras algunas declaraciones del cantante Robert Plant, quien llegó a culpar a las ceremonias de Page de las desgracias que sufrió en su vida personal). Según la leyenda, Stairway to heaven contendría mensajes de adoración a Satán que pueden escucharse si se reproduce el disco al revés. Hoy sabemos que en muchas canciones puestas al revés suenan frases extrañas —y más con un idioma monosilábico como el inglés—pero, aun así, la leyenda urbana en torno a Stairway to heaven nunca ha llegado a desaparecer del todo.
Hotel California (The Eagles) Bienvenidos al hotel del infierno
El otro gran clásico “satánico” de los 70. De nuevo una dulce balada con clímax guitarrero final (parece la receta predilecta del diablo) conteniendo supuestas referencias a Satán. La letra habla de un imaginario Hotel California que no existía en la realidad y que dio lugar a toda clase de interpretaciones. El hotel atrae a sus clientes con sus encantos terrenales (“puede ser el cielo, o puede ser el infierno”) y una vez dentro, ya no puedes salir. Aunque la letra era una alegoría sobre los excesos que atrapaban a las estrellas del rock en Los Ángeles (sexo, drogas, alcohol, etc.) y que a veces les conducían a un callejón sin salida de hedonismo salvaje, rápidamente se corrió el rumor de que la canción había obtenido su éxito como producto de un pacto con el diablo y de que la letra era un homenaje a Lucifer. Otros hablaban de un guiño a la Iglesia de Satán, fundada en un edificio que, al parecer, estaba en una calle llamada California. El que la canción fuese tan extrañamente absorbente ayudó a acentuar ese aura sobrenatural, pero lo cierto es que los propios miembros de los Eagles terminaron hartos de la susodicha leyenda urbana, aunque todavía hoy su letra es interpretada de las maneras más retorcidas imaginables.
Ya Hozna (Frank Zappa) Mensajes ocultos ¡en alemán!
Fue uno de los músicos que más intensamente luchó contra la censura del PMRC y el único músico de la historia que tiene el extraño honor de que un disco completamente instrumental (Jazz from hell) luciese una pegatina de “Advertencia para los padres: letras explícitas”. Siempre dispuesto a burlarse de sus adversarios conservadores y viendo cómo se disparaba la histeria de los mensajes ocultos en las canciones, Zappa grabó este extraño tema repleto de voces inquietantes y (esta vez sí) mensajes ocultos grabados al revés a propósito. Aunque, como puede fácilmente suponerse dada la eterna actitud irónica de Zappa, sus mensajes ocultos no eran invocaciones a Satán sino ocurrencias estúpidas y frases inocuas en alemán destinadas a reírse de los censores. Zappa debió de regocijarse bastante mientras los fundamentalistas de costumbre perdían el tiempo poniendo el disco al revés e intentando descifrar aquellos mensajes… que consistían en frasecitas de amor y tonterías sobre sofás. Una deliciosa tomadura de pelo.
Fire on High (Electric Light Orchestra) Una obertura para horripilar al oyente
Una reacción similar a la de Frank Zappa tuvo Jeff Lynne, líder de la E.L.O., después de que se le acusara de introducir mensajes subliminales en su disco de rock sinfónico Eldorado: a symphony. A Lynne no le hizo demasiada gracia la acusación y decidió contraatacar a lo grande, abriendo su siguiente LP con Fire on high, cuya obertura mezclaba siniestras voces al revés, arreglos propios de una película de terror y fragmentos del Aleluya de Haendel, todo ello pensado para aterrar a los censores. Aunque los mensajes ocultos, cómo no, eran totalmente inocuos, el inquietante pasaje musical debió de causarle pesadillas a más de un aterrado cristiano.
Perfect Sense (Roger Waters) Mensajitos a Kubrick
El ex-líder de Pink Floyd fue otro de los diversos artistas que incluyeron mensajes al revés a propósito en una canción. Perfect sense tenía como telón de fondo la voz de HAL 9000, el ordenador de 2001: una odisea del espacio, al que se escuchaba agonizar mientras la música de Waters creaba una absorbente atmósfera melancólica a su alrededor. Pero los mensajes ocultos no eran más que una puya dirigida a Stanley Kubrick, quien no quiso cederle a Waters efectos sonoros originales de la película con la excusa de que todo el mundo empezaría a pedírselos también. Las palabras grabadas al revés, una vez puestas del derecho, decían cosas como “Stanley, hemos decidido incluir un mensaje al revés dedicado a ti y a los otros quemadores de libros”. Casi tan críptico como cuando se escucha del reverso.
Baby one more time (Britney Spears) Ocultismo con coletas
No sé qué sistema usan los buscadores de mensajes ocultos en canciones o cuánto tiempo le dedican al asunto, pero haber encontrado mensajes al revés en el tema que hizo famosa a una adolescente Britney Spears es cuanto menos bastante sorprendente. Aunque el hallazgo subliminal no resultaba demasiado satánico, sí estaba en consonancia con la artista en cuestión: durante el famoso estribillo, reproducido al revés, se puede escuchar la frase “sleep with me, I’m not too young” (“duerme conmigo, no soy tan joven”). Obviamente cabe suponer se trata poco más que de una casualidad fonética afortunada (o eso, o el productor era tan retorcido como el Jimmy Page de los mejores tiempos), pero el tipo que la descubrió tiene su mérito, aunque probablemente esté ahora encerrado en un manicomio buscando mensajes alienígenas ocultos en las manchas de humedad de la pared. De todos modos, con los años, Britney ha dejado atrás las frases al revés y ha perfeccionado los mensajes subliminales —que ahora son bastante menos subliminales— poniendo a alguna canción un título como If you seek Amy (“Si buscas a Amy”), frase que en inglés se pronuncia exactamente igual que “F.U.C.K. me” (“fóllame”).
My Way (Frank Sinatra) El himno que pudo hacer famoso a Bowie
No se trata de una leyenda urbana, sino más bien de una curiosidad poco conocida que pudo cambiar el mundo de la música. Es bien sabido que My Way es la adaptación al inglés que Paul Anka hizo de un tema francés. Comme d’habitude (“Como de costumbre”) había sido un éxito en Francia, pero apenas era conocida en el exterior. Paul Anka había descubierto el potencial de la canción mientras estaba de vacaciones en aquel país y compró los derechos de la composición, pero no le gustaba la letra original, que hablaba de una pareja que convive fingiendo seguir enamorada cuando ya no hay amor. Aquello le parecía un tanto convencional y escribió una nueva letra, más existencialista, pensando específicamente en Frank Sinatra, a quien le iba a ceder el tema. Sin embargo, en aquel mismo momento, un desconocido músico británico llamado David Bowie había hecho su propia adaptación al inglés de la canción, titulándola Even a fool learns to love, pero no conseguía que ninguna compañía discográfica se interesase por su publicación. Bowie seguía peleándose por editarla cuando el disco de Frank Sinatra salió antes al mercado y la canción fue un éxito mundial instantáneo, enriqueciendo a Paul Anka —que había firmado un astuto acuerdo con los autores franceses—y transformándose en un clásico inmortal del repertorio del «crooner» norteamericano. El pobre David Bowie, con su maqueta aún en la mano, vio cómo pasaba la oportunidad de su vida ante sus narices. Por suerte para él, el éxito que le había esquivado en esa ocasión llegó no mucho después con Space Oddity, aunque Bowie no perdió la ocasión de usar los acordes de My Way en otra canción: Life on Mars? Bowie copiaba, sí, pero lo hacía con estilo.
Because (The Beatles) Música clásica tocada al revés
Uno de los mejores y más espectaculares ejemplos de lo bien que empastaban las voces de Lennon, McCartney y Harrison. Como muchas otras canciones de este grupo, su artesanía e inspiración maravillaron a los oyentes, aunque pronto empezó a circular la extraña habladuría de que en realidad se trataba de la sonata Claro de luna de Ludwig Van Beethoven… pero interpretada al revés. El típico rumor producto de la era de las drogas psicodélicas. Aunque lo mejor de todo es que la leyenda urbana, ¡terminó siendo cierta! El propio John Lennon contó más tarde cómo nació la canción: un día escuchó a Yoko Ono tocando algo al piano y le preguntó: “¿qué es eso?”. Cuando ella le dijo que era una pieza de Beethoven, él respondió “muy bien, ¿puedes tocar los mismos acordes pero en orden inverso?”. Sobre el resultado, Lennon escribió la melodía de Because. Aunque dicha melodía no tiene nada que ver con la original de Beethoven y fue únicamente la estructura de acordes la que fue usada como base, la verdad es que con atención sí puede escucharse la relación entre ambas piezas.
Helter Skelter (The Beatles) El tema favorito de Charles Manson
Si los Beatles son los reyes de las leyendas urbanas asociadas a sus canciones, Helter Skelter es el ejemplo más notorio, aunque en realidad no se trata de una leyenda como tal, sino de la cruda realidad. Es, con diferencia, la canción más cafre del cuarteto de Liverpool y una de las más salvajes de los años sesenta, escrita y berreada por Paul McCartney como resultado de un pique con The Who, quienes tenían fama de ser el grupo más bestia (al menos en directo) de la escena musical. Por desgracia, el psicótico gurú Charles Manson se obsesionó con la canción, atribuyéndole mensajes ocultos sobre el supuesto fin del mundo, y la grabación sirvió de inspiración para los sangrientos asesinatos cometidos por él y sus seguidores (por ejemplo el de la actriz Sharon Tate), hechos atroces para los que Helter Skelter, cuyo título viene a significar “caos”, sirvió de telón de fondo. Si algo así hubiese ocurrido en los años ochenta, los Beatles podrían haberse visto en problemas y haberse sentado ante un tribunal, pero en los sesenta todo el mundo entendió que no podía culparse a una canción de que Manson y sus seguidores estuviesen completamente mal de la cabeza. Aun así, el tema arrastró bastante mala fama durante años y aunque ha conocido varias versiones por otros artistas, no es una canción demasiado popular (en comparación con otras de los Beatles, quiero decir). Incluso en pleno 2011 hay gente a la que le sorprende comprobar que los Beatles grabaron una animalada semejante, en la que por momentos, y literalmente, se les puede oír tratar sus guitarras a golpes. No en vano al final del tema se escucha a Ringo Starr gritando «¡me han salido ampollas en los dedos!».
High School U.S.A ( Tommy Facenda) La canción que estuvo veintiocho veces en las listas de éxitos
Nadie piensa en Tommy Facenda cuando piensa en el rock de los años cincuenta, y probablemente con razón. No era Elvis Presley o Little Richard precisamente, y de hecho terminó ejerciendo durante el resto de su vida como bombero, pero tiene el honor de haber colado una misma canción veintiocho (¡28!) veces en las listas de éxitos estadounidenses. ¿Cómo es posible? Muy sencillo: Facenda grabó un tema llamado High School U.S.A. en el que citaba los nombres de diversos institutos de secundaria del estado de Virginia. La referencia hizo gracia a los estudiantes virginianos, felices de oír el nombre de su instituto en una canción, y convirtió el disco en un éxito en las listas regionales. Entonces Facenda tuvo una idea brillante: grabar el tema con una nueva letra en la que citaría institutos de otros estados importantes, hasta que hubo circulando simultáneamente veintiocho versiones de la canción con veintiocho letras diferentes, que fueron un éxito en otros tantos estados (además de una versión nacional en la que nombraba los institutos más famosos del país). Ni Elvis, ni los Beatles, ni Led Zeppelin, ni Michael Jackson pueden presumir de haber tenido veintiocho singles a la vez copando las listas de éxitos. Tommy Facenda sí.
Ain’t that a shame (Fats Domino) El título cambiante
Fats Domino fue uno de los pioneros de la era rock, pero pese a su éxito en los años 50 nunca fue suficientemente reconocido y ya su primer éxito le dejó un sabor amargo. Su canción Ain’t that a shame fue de hecho una de las primeras canciones “Rhythm & Blues” en convertirse en un éxito nacional en los Estados Unidos. Pero Fats Domino era un negro de Nueva Orleans y las compañías discográficas quisieron llevar la canción al gran público con un intérprete “presentable”: se sacaron de la manga a Pat Boone, un blanco con imagen impoluta que grabó una versión horrorosamente edulcorada y cursi de lo que originalmente era un blues melódico, rítmico y triste. Boone era tan pánfilo que incluso quiso modificar el título, cambiando la contracción vulgar “ain’t” y sustituyéndola por la forma académicamente correcta, “isn’t”. La discográfica no le hizo caso, pero aun así y por error la versión de Boone fue publicada con un tercer título distinto: Ain’t it a shame. Salió al mercado muy poco después que la versión de Domino y, al gozar de mayor apoyo mediático, se transformó en un enorme éxito que eclipsó por completo la canción original. Obviamente, hoy en día nadie se toma en serio la sonrojante versión de Pat Boone y la interpretación de Domino es la única que cuenta, pero aun así el bueno de Fats, conocido por su perenne sonrisa, nunca le ha perdonado a Boone la jugada. Aunque otros rockeros negros como Little Richard piensan que Pat Boone es un buen tipo y que sus blandas versiones sirvieron al menos para llevar la música negra al gran público blanco, Fats Domino sigue pensando que Boone le robó su canción y que se aprovechó de ser blanco para construir toda una exitosa carrera a partir de ella, a costa suya. Pat Boone es el único individuo, que se sepa, hacia quien el bonachón Fats Domino haya mostrado rencor públicamente. Y no le falta razón.
Shine on you crazy diamond (Pink Floyd) Aparición fantasmagórica en el estudio
Es sabido que Pink Floyd expulsaron a su primer guitarrista y líder, Syd Barrett, cuando los efectos secundarios del abuso de LSD le incapacitaron para continuar en el grupo. En los años posteriores, el estado mental de Barrett fue empeorando hasta quedar prácticamente apartado de una vida normal. Aunque su expulsión fue una medida lógica e inevitable, el bajista Roger Waters se sintió abrumado por la culpabilidad durante mucho tiempo y sus tormentos al respecto aparecieron en varios de sus discos. Waters le dedicó a Syd Barrett varias de las mejores canciones de Pink Floyd, como Wish you were here o Shine on you crazy diamond (que contiene las siglas S.Y.D., si uno se fija bien). Durante la grabación de esta última ocurrió algo extraño: un individuo apareció en el estudio y se sentó en un rincón, observándoles. Llevaba la cabeza y las cejas rapadas. Como nadie sabía quién era, nadie se atrevió a echarle. Sólo al cabo del rato el sujeto empezó a hacer cosas extrañas y cayeron en la cuenta de quién era: el mismísimo Syd Barrett, quien por alguna extraña casualidad había aparecido allí justamente mientras grababan el gran tema dedicado a él. Cuando intentaron dirigirse a Barrett, este pareció ausentarse mentalmente y se agudizaron sus comportamientos extraños, provocando la desolación entre sus antiguos compañeros. Finalmente terminó marchándose, aunque el ambiente que reinaba después en el estudio era propio de un funeral: todos se sentían hundidos y Roger Waters lloraba sin parar. Con este estado de ánimo y la descorazonadora aparición de un enloquecido Syd todavía en las retinas, siguieron grabando Shine on you crazy diamond, que no sin motivo desprende esa intensísima vibración dramática, especialmente durante las partes cantadas, que fueron interpretadas por Waters. Pocas veces una canción ha registrado tan directamente los sentimientos que la habían inspirado.
Mony Mony (Tommy James & the Shondells) Oda a un banco
Al igual que Louie Louie, esta es una canción cuyo título e intérpretes son bastante desconocidos, pero que cualquier persona ha escuchado alguna vez en su vida y es capaz de reconocer y tararear al instante. Fue un gran éxito a finales de los sesenta, una típica canción de amor playero que, en medio de la era hippie, rescató temporalmente la despreocupación juvenil de inicios de la década. Al oír la canción en la radio, mucha gente creyó que el célebre estribillo dice “I love you, money” en vez de “I love you, Mony”, y empezó a circular el rumor de que la canción, cuya letra hablaba obviamente sobre una mujer, estaba dedicada a una entidad bancaria. Pero es uno de esos casos extraños en que la realidad se ha filtrado en la leyenda urbana. El propio Tommy James contó que estaba en su apartamento de Nueva York, intentando componer una canción dedicada a una chica, y buscaba un nombre llamativo al estilo de superclásicos como Louie Louie o la arrolladora Bony Moronie de Larry Williams. Pero sólo se le ocurrían nombres demasiado estúpidos como para ser usados, la composición de la canción se le quedó atrancada sin un título que sirviese de estribillo eficaz, y —hastiado de romperse la sesera— dejó la guitarra y salió al balcón a fumarse un cigarro. Entonces vio en lo alto de un rascacielos el letrero luminoso con las siglas del banco Mutual Of New York (M.O.N.Y.) y tuvo una revelación: aquel sería el título para su nueva canción. Cuando poco después Mony Mony arrasó en las listas, la gente empezó a especular con la idea de que el tema tenía algo que ver con los bancos y, por una vez, ¡resultó que tenían razón!
Fire (The Jimi Hendrix Experience) Tío, ¿está hablándole a un perro?
Uno de los encantos de la era hippie era el modo en que las drogas alucinógenas hacían que los fans se obsesionasen con los detalles más nimios de algunas canciones. Fire era una canción del primer disco de Jimi Hendrix, con una letra intrascendente de connotaciones sexuales (“déjame estar cerca de tu fuego”) y que era básicamente un vehículo para el lucimiento de su extraordinario batería Mitch Mitchell, quien llena la canción de espectaculares contratiempos y redobles, mientras Hendrix está más comedido de lo habitual con su guitarra para no robarle protagonismo. Pero a la gente le dio por fijarse no en la batería sino en las extrañas frases que Hendrix pronunciaba antes del solo de guitarra: “move over, Rover, and let Jimi take over, you know what I’m talkin’ about, get on with it baby!” (“apártate, Rover, y deja que Jimi se ponga en tu sitio. Ya sabes de lo que te hablo, ponte a ello baby!”). Aquellas no parecían frases destinadas a una chica (Rover era más como el nombre de un perro) y los fans de Hendrix, conociendo la afición de su ídolo por el LSD y las metáforas psicodélicas, empezaron a preguntarse cuál era el extraño significado de aquellas palabras o a quién estaba dedicado el mensaje, porque no tenía ningún sentido que el guitarrista empezase a hablarle a un perro en mitad de una canción sobre sexo. Y lo cierto es que sí, ¡le estaba hablando a un perro! La letra de Fire trataba sobre sexo pero su inspiración había llegado en una noche muy fría, cuando Hendrix —invitado en casa de su bajista Noel Redding—pidió permiso para calentarse junto a la chimenea. Allí se le ocurrieron las frases principales del estribillo como “let me stand next to your fire”. Pero en el sitio junto a la chimenea estaba tumbado el pastor alemán de Redding, llamado Rover, a quien Hendrix tuvo que apartar. A la hora de grabar la canción decidió incluir lo que le había dicho al perro, seguramente porque la frase le sonaba bien. Hubo infinidad de profundas discusiones psicotrópicas como producto de una frase tan intrascendente (“¿será Rover uno de los extraterrestres de los que suelen hablar Hendrix en sus canciones?”, “¿será un mensaje oculto para algún músico de la competencia?”)… pero no: Rover era sencillamente lo que parecía; un perro.
He’s a rebel (The Crystals) Las abuelas de Milli Vanilli
The Crystals era uno de los varios grupos femeninos que Phil Spector controló durante los años sesenta. Un buen día el productor descubrió la canción He’s a rebel, que estaba a punto de ser grabada por otro grupo femenino, y pensó que ahí había un éxito en potencia. Él quería la canción para The Crystals y la única forma de adelantarse a sus rivales era grabándola lo antes posible, pero… sus chicas estaban de gira y no podrían volver al estudio hasta un tiempo después. Ni corto ni perezoso, Spector usó a otras cantantes para grabar el tema y lo publicó rápidamente como el nuevo single de The Crystals, aunque ninguna de las Crystals había puesto su voz en él. Cabe imaginar el asombro de las integrantes originales del grupo cuando vieron en el mercado un disco en el que no habían cantado una sola nota. Pero así era Spector, y las Crystals tuvieron que hacerse a la idea, añadieron la canción a su repertorio de directo e incluso se vieron obligadas a hacer algún playback televisivo simulando que eran ellas las que habían granado la canción.
Tutti Frutti (Little Richard) A wop bop a loo bop a lop bop bop!
Los productores o los propios artistas no siempre saben exactamente lo que va a convertirse en su marca de fábrica. Algunos de ellos no sólo encuentran su estilo por pura casualidad, sino que prácticamente le dan forma a décadas de historia de la música con un momento de afortunada e inesperada revelación. Durante la primera mitad de los cincuenta, la carrera de Little Richard no conseguía despegar. Por su enorme talento como vocalista y pianista, la discográfica pensaba que Richard podría encajar en el rhythm & blues tradicional que hacía Fats Domino o en la forma laica de gospel (el “soul”) que estaba popularizando Ray Charles. Pero no funcionaba. Richard, que en directo solía dejarse llevar por influencias bastante mundanas —como por ejemplo el sector más alocado del artisteo homosexual al que él mismo pertenecía, y el mundillo de los travestis— se contenía en el estudio para grabar una música más formal. El resultado, sin embargo, no era bueno y no le convencía ni a él ni a su productor. Un buen día, harto de pasar horas encerrado intentando grabar algo decente, aprovechó un descanso para desahogarse con una canción que había interpretado muchas veces en antros de diverso pelaje, una “mariconada” llamada Tutti Frutti que por su ritmo salvaje (¡hablamos de 1955!) y su letra abiertamente gay jamás se le hubiese ocurrido plasmar en vinilo. Liberado de las ataduras del estilo más tranquilo de Domino o Charles que intentaba en vano imitar, Little Richard, con una actitud repentinamente más salvaje pronunció la antológica introducción del tema —en la que su voz parodia un redoble de batería— y, aporreando el piano como un poseso, cantó el tema a berrido limpio. El productor se quedó atónito: no sabía qué clase de canción era aquella ni de dónde había sacado Little Richard aquella voz, pero ¡era precisamente eso lo que tenían que grabar! Aunque el propio Little Richard no lo veía claro —el sonido le parecía demasiado agresivo para lo que se estilaba entonces—terminaron grabando el tema, no sin antes cambiar la letra para eliminar diversas referencias al sexo anal, y Tutti Frutti se convirtió en un gran éxito y en una de las piedras angulares del rock. En aquel nuevo estilo, Richard se destapó como simple y llanamente el mejor vocalista de rock & roll de todos los tiempos y siguió haciendo historia con pedazos de dinamita como Long Tall Sally, la arrolladora Keep a knockin’, Lucille y otras tantas canciones que, no es que sonaban increíblemente potentes entonces, es que ¡siguen sonando increíblemente potentes hoy! Y todo por un momento de frustración en el estudio que transformó a un artista confuso en busca de un estilo propio en La Voz: Dios bendiga a la frustración.
Ain’t no good (Orion) Elvis Presley vuelve de la tumba
Hay quien asegura haber visto a Elvis comprando en un supermercado y otros creen que fingió su muerte para retirarse a una isla y vivir con Marilyn Monroe, así que no es extraño que también hubiese quien estuviese dispuesto a pensar que Elvis había retornado para grabar un disco de incógnito, bajo el alias de Orion y apareciendo con una máscara en la portada. Obviamente, Elvis no se había levantado de entre los muertos, como dictaba la lógica (¿qué discográfica dejaría pasar semejante ocasión histórica grabando un disco de bajo presupuesto con un nombre falso?) y detrás del invento sólo estaba un imitador de Elvis, Jimmy Ellis, aunque su timbre de voz llegó a confundir a algunos incautos. Esta Ain’t no good, es un buen ejemplo de su trabajo: la canción es una copia de un viejo éxito de Elvis, Little Sister, la cual era bastante mejor aunque hay que admitir que el timbre de voz de Ellis da bastante el pego y quizá por ello hubo no pocas personas que mordieron el anzuelo. Orion nunca afirmó ser Elvis, pero con una voz tan parecida su aparición en escena causó algún que otro susto entre los oyentes más ingenuos. Por si alguien quiere tintes trágicos que añadir a la leyenda de Orion, Jimmy Ellis y su mujer murieron tiroteados en la tienda de su propiedad, a manos de un grupo de delincuentes juveniles. Aunque Orion, por ahora, no ha regresado de la tumba…
Molto interestigeibol. Phil Spector debería aparecer más, por aquello de coger los masters con gesto altenero y masticar algo así como «ahora voy a hacer con esto loquemesalgalapolla». Y si no, sacaba una pistola que guardaba en su escritorio.
Hombre Tommy James & The Shondells, tampoco son tan desconocidos, ¿no? Crimson & Clover la conoce todo el mundo.
Gran artículo y fenomenal recopilación de anécdotas, curiosidades y leyendas. Si se me permite, me gustaría aportar una:
Robert Johnson, un mediocre guitarrista de blues, desapareció un día sin dejar rastro. Al cabo de un año reaparece y sorprende a todos con su dominio impresionante del instrumento. La leyenda cuenta que Johnson hizo un siniestro pacto con el diablo en un cruce de caminos, vendiéndole su alma a cambio de convertirse en el mejor guitarrista de la historia. Una leyenda que Johnson alimentó con canciones como
Me and the devil blues (“Early this mornin’ when you knocked upon my door. And I said Hello, Satan, I believe it’s time to go”) http://www.youtube.com/watch?v=3MCHI23FTP8
La violenta muerte de Johnson (parece ser que envenenado, aunque hay otras versiones) no hizo más que alimentar el mito del posible pacto infernal.
Venga, va- go autobombing, go!
http://www.jotdown.es/2011/06/voodoo-blues/
Me encanta este articulo, sobretodo la historia de Sid Barret y Sinatra, no me imagino a Sinatra sin su My Way
Otra gran historia de JD. Nivel.
En Las Palmas alrededor del ´70 poníamos una y otra vez el «Get on your knees» porque estábamos convencidos que en un momento dado decía «extracto de polla en lata» y era un guiño que Teddy mandaba a la peña.
muy bueno el artículo :)
Que bueno! Gracias por la recopilación!
He recordado el famoso
Viva Hitler de Oliver y Benji:
http://www.youtube.com/watch?v=d0sQtPyPJYM
Interesante articulo, como casi siempre.
Recuerdo una leyenda urbana que oi hace años, no se si estaba muy extendida, pero decia asi: en el disco made in japan, en el segundo tema (child in time) hay un momento que se oye un ruido de fondo, que se puede pensar que es un disparo, causado por un fan japones que habia decidido ese momento para suicidarse.
Supongo que sera totalmente falso pero la oi bastante en su momento.
Soy relativamente nuevo en Jot Down, y estoy disfrutando mucho con los artículos de música, especialmente los tuyos, Emilio de Gorgot… però quien eres? de donde eres? a qué dedicas el tiempo libre? como eres? en que lugar se enamoraron de tí?…
Menudo alud de nueva información, con lo que me gustan a mi las anecdotas e historias del rock, del funk, del jazz…continua deleitando, por favor, eso sí, cuando escribas algo en lo que no esté deacuerdo o que a mi entender sea erroneo, se lo haré saber a su vuecencia.
A sus pies, un simple siervo-rock
Vaya, vaya…acabo de descubrir que su excelencia sr. Gorgot tambien escribe sobre cine…tremendo. Doble alegría
Brutal la anécdota de Fire. Está claro que en torno a la música siempre ha habido una extraña tendencia a buscar conspiraciones y cosas por el estilo. Lo de la muerte de Paul McCartney para mí es la guinda al pastel.
Me ha llamado mucho la atención el acto que inspiró a Tommy James, para poner nombre a su canción Mony Mony. Es exactamente lo mismo que le sucede a Joe Buck (Jon Voight), el protagonista de Midnight Cowboy.
Hotel California si existe, está en Baja California, en México
Y ESTA? https://www.youtube.com/watch?v=eugH1q6ruiE