Nota del redactor: este inventario para una loca por las carnes Michael Fassbender es, de hecho, un recetario para cualquiera que quiera tirarse al actor (y por ende, a cualquier actor que llegue en moto a un festival y tenga cara y maneras de picha-brava), el autor del texto incluido. La revista no se hace responsable de las opiniones vertidas en él y entendemos que el público al que va dirigido es amplio: mujeres, hombres, perros, transexuales, hombres hormonados, hermafroditas, seres andróginos, políticos e incluso híbridos de cualquiera de los tipos previamente mencionados. El magnetismo y el poder del paquete de Michael no conocen de sexos. El vicio de l@s fans, tampoco.
Probablemente te hayas levantado más cachondona que Barbara Loden en Esplendor en la Hierba o Brad Davis en Querelle. Cabe la posibilidad de que te estés paseando desde el comienzo del Festival por la playa de la Concha como la ninfómana de Ocho y medio, enseñando piernaca y pechuga y babeando a la primera de cambio detrás de las farolas del paseo. No te sientas culpable. No estás loca. No estás en pleno brote. No eres tan diferente. Hay gente que entra en estallidos de euforia de entrepierna con la visita de Benedicto XVI o con los conciertos de Amaral. Es completamente natural que a ti te ocurra con Michael Fassbender en Donosti. Desde pequeña has sabido que habías nacido para el placer, que todo tu cuerpo y tu ser estaban destinados a conocer sensaciones inalcanzables para el resto de los mortales y ahora ha llegado tu momento de demostrárselo al mundo y a tus amigas del Twitter. Estás decidida a que tu coño sea noticia y trending topic. Sabes que Michael Fassbender ha llegado en moto a Donosti y desde que viste su cacharro en Shame supiste que ese hombre debía ser tuyo. Sabes que su carisma (puesto que desde que ha llegado a la ciudad no cabes en ti misma) se propaga por el aire como el ébola y crea verdaderas pandemias de furor uterino indiscriminado. Te ha parecido que hasta tu padre llamaba al ascensor esta mañana frotándose contra el botón a golpe de entrepiena y no con el dedo como suele hacer a diario. Además, sé sincera contigo misma, ya te has zumbado a todos los de tu círculo, manzana, barrio, ciudad y Comunidad Autónoma. Sólo te queda sin tocar parte de tu familia y algún profesor del instituto con halitosis y problemas de erección. Necesitas aires nuevos, olores diferentes, músculos desconocidos, enfoques sorprendentes. Exiges no entender una palabra de lo que te digan en la cama para poder disfrutar. Quizá sea el empujón que necesitas para decidirte a aprender idiomas y dejar la panadería en la que trabajas. Michael va a arreglarte la vida.
Estás de suerte. No voy a juzgarte e intentaré en la medida de lo posible hacer tu sueño realidad. Siempre me he sentido cercano a las personas que pierden la cabeza por pasión, o por un calentón, que para el caso es lo mismo. También me siento conmovido por las que se pasean medio desnudas a plena luz del día por paseos de ciudades burguesas buscando saciar su deseo. Así que voy a compartir contigo las mejores estrategias para tirarte a Michael Fassbender mientras esté en el Festival de Cine de San Sebastián. En realidad estos consejos son aplicables a cualquier celebrity que se pasee por nuestro Festival (o por cualquier Festival del mundo), Glenn Close-Premio Donostia, Polanski y Lars Von Trier incluidos. Menos José Luis Garci, Ana Obregón, Whoopi Goldberg, David Trueba y José Sacristán. No me hago responsable de qué puede ocurrirte si los usas con ellos, mucho menos si lo haces con todos a la vez.
Estas son las propuestas. Estúdialas como si te fuera la vida en ello:
1.- NUNCA, bajo ningún concepto, lleves bragas. Debes estar preparada para aprovechar la mínima oportunidad, arbustos y pasos de cebra incluidos. El encuentro puede ocurrir en los lugares más insospechados, cuando menos te lo esperas. Te diría que fueses desnuda, pero tienes un desnudo de lo más feo desde que aplacas tu ansiedad a golpe de nocilla de madrugada, así que concéntrate en llevar la zona al aire. Un ripeo de falda inmediato (luego siempre la puedes reutilizar rota como prenda vintage) puede ser tu puerta al Olimpo. Que se note que eres una profesional y que vas preparada: las bragas son territorio de las amateur de valla y cuaderno de autógrafos. Tú eres una mujer que no conoce de barreras. Así que ve sin bragas.
2.- ESTUDIA el objeto de tu deseo. Debes haber visto todas sus películas (aunque te cueste leer los subtítulos y ver la película a la vez) y ser capaz de interpretar cada uno de sus gestos, por tímidos que sean. Lo que a los demás les pasará desapercibido serán inmensos mensajes de lenguaje no verbal para ti. Debes saber cuándo le pica una pierna, cuándo le está dando un apretón, si se aburre o si va en modo “me-follo-a-una-cabra”. Lo debes saber TODO. Debes convertirte en la experta-Fassbender. Llegado el momento, y si consigues entablar conversación con él, podrás sacar a relucir lo magnífica de su interpretación en Fish Tank y cómo te gustan los planos secuencia (di planos secuencia, aunque no sepas de qué hablas) del cine de Angelopoulos. Él se sentirá halagado: no hay nada mejor para un actor que una chica que conoce el cine de Theo sin bragas que habla de él y le pone por las nubes. Recuerda que el actor, por definición, es un ser inseguro cuyo máximo placer es escuchar a otros alabarle. Cómele la oreja. Dile que nadie te mojaba en el cine desde Brando o Esteso como lo hace él. Te invitará a su habitación para continuar escuchándote. Estate segura.
3.- ENTRA en su habitación cuando no esté. Revisar su equipaje y su teléfono móvil debe ser uno de tus primeros objetivos. Si ves que tiene novia (estará bajo “churri” en el listado del teléfono), llámale inmediatamente y dile expeditiva que lo suyo con Michael se ha terminado. Que tú eres su spanish novia y que, evidentemente, como ella sabe, las latinas son mucho mejores amantes y por un rabo se pierden y son capaces de cualquier cosa. Métele el miedo en el cuerpo. Recuérdale a Penélope Cruz en Vicky, Cristina, Barcelona y dile que se ande con ojo, que ahora la vigilas, que Michael es tuyo. Pasea por su habitación y empápate de su esencia. Para entrar en su cuarto te puedes hacer pasar por alguien del servicio, pero yo te recomiendo que le pidas la tarjeta de crédito a tu padre (con la excusa de hacerte una lipoescultura que te devolverá la felicidad que tenías de pequeña) y reserves con meses de antelación una habitación en el Hotel. Es mucho más fácil follar cuando estáis unidos por ser dos huéspedes, compartiendo cobijo. Te harás con tu habitación y en un momento en el que sepas que está haciendo entrevistas, te acercarás a recepción y te harás pasar por su novia sueca. Di lo que sea, da lo mismo: lo único que tienen que entenderte son las palabras “Michael Fassbender” y “llave”. Hazlo todo sin quitarte las gafas de sol y mirando hacia el hally saludando a gente imaginaria. Si es necesario, escúpeles. Entenderán inmediatamente que eres alguien importante y te darán su llave. Una vez dentro investiga, desnúdate y átate a la cama con lo que sea. Cuando llegue, pasado el susto, explícale que es inútil que se resista. Que no te va a sacar ni con manguera de agua caliente. Que tú eres su premio Donostia.
4.-No comas durante días y evita las bebidas gaseosas. Una tripa hinchada (y tú tiendes a la tripa hinchada) que parezca una cama de agua no mola. Se llevaba en los años 40, ya no. Tú eres moderna y entiendes que alimentarse es una auténtica ordinariez y da mala cama.
5.- Drógale hasta que no vea. Nada más llegar al Festival hazte con una agenda de los dealers de San Sebastián. Si no conoces a ninguno, puedes preguntar a cualquier periodista o a cualquier productor. Te darán todos los que necesites. Llama a varios y consigue sustancias variadas. Para lo que tú quieres, te recomiendo ketamina y mdma, aunque realmente da lo mismo con tal de que le noquees. Le pondrás como una moto. Échaselas en el café de la mañana (que le habrás quitado de las manos al camarero que se lo acercaba a la mesa donde está haciendo las entrevistas) y mantente cerca, al acecho. Cuando veas que empieza a sudar y a sonreír demasiado y mira para todos los lados con un calentón de espanto es el momento de enseñarle el pezón desde la lejanía, apoyada en una columna. Sólo uno. Enseñar los dos pezones es de cerda. Te aseguro que no podrá sacarse esa imagen de la cabeza hasta que te haya hecho suya. Probablemente ni termine la entrevista y te posea en un lavabo.
6.- Travístete. Kim Novak es un clásico que siempre está a la altura, sobre todo si es la de Vértigo. Así que travístete de ella y pasea sin hablar con nadie por el Hotel, por todos lados. La peluca debe ser de pelo natural, con el moño de la película incluido. Aunque te dejes tus ahorros en ella. También puedes raparle a alguna amiga rubia que tengas y hacértela con su pelo. Pilla a una que haya asistido a las JMJ y explícale que es parte de una nueva encíclica de Benedicto-uve-palito. Se lo dejará hacer. Recuerda pasear como Kim Novak, como poseída por el espíritu de otra mujer y no dirijas nunca la palabra a nadie. Que piensen todos que estás loca del coño. Te dará un aire misterioso la mar de deseable. Si lo que quieres es un polvo duro, entonces te aconsejo que tires hacia la Victoria Abril de La muchacha de las bragas de oro. Evita, bajo ningún concepto, trabajarte la Sharon Stone de Instinto Básico: está muy usada y queda marrana. Una Lydia Lozano puede ser algo guarrón y exótico llegado el momento. No te sientas mal: tu objetivo es tirarte a Michael Fassbender, no pasa nada por dejar tu personalidad real por el camino. Una verdadera trupera no la tiene.
7.- No te enamores. A ti no te gusta el cine ni las conversaciones de actor profundas, a ti lo que te gusta es follar. Eres un instrumento del placer, recuerda. En la era Twitter las emociones están fuera de la lista. Si ves que te cuelgas, abofetéate y recuerda que te riges por el mantra 2.0
8.- Ruega, chilla, patalea. Nunca subestimes el poder de la compasión. No hay nada tan gratificante para el alma como un polvo después de haber perdido todo rastro de dignidad. Desnúdate en la recepción del hotel si hace falta, tírate al suelo, golpéate la cabeza contra las paredes de los pasillos mientras te aprietas los pechos y explicas en voz alta todo lo que sufres. Amenaza en la rueda de prensa con matarte si Michael no te penetra. Haz lo que tengas que hacer, pero no dejes que suba solo a su habitación. Una vez dentro, por supuesto, que se te pase inmediatamente el jamacuco, como una buena bipolar. Suspira elegantemente, sonríe e invítale a una copa de su propio minibar. Sácate fotos con el móvil y mándaselas a tus amigas.
9.- Pásale notas debajo de la puerta. Que vea que eres proactiva, intelectual y desprejuiciada. Que sepa lo mucho que han influido en tu vida Stanislavski, Strasberg, Sartre y Nancy Tuñón. También Joe Orton y Sarah Kane (a los actores anglosajones les encantan los autores teatrales malditos). Explícale en las notas (que debes acompañar con dibujos de penes erectos con alas) que el sueño de tu vida ha sido siempre asistir al proceso de composición de los personajes de un actor y vivir para servirle en los rodajes. Que eres como Forrest Gump: que sabes que estás en este mundo para hacerle la vida más fácil a aquellos que te rodean. Después deja tu teléfono junto a las notas. Si no te lo tiras, quizá te contrate de ayudante personal.
10.- MIENTE descaradamente. Ten siempre presente la erótica del poder: consigue arrebatar alguna acreditación de industria (un palizón a algún productor ebrio que vuelve a casa tras una fiesta de presentación bastará para que te hagas con una), hazte pasar por una directora francesa de porno feminista y mantén un encuentro con él previa cita con su agente de prensa. Ofrécele el protagonista de un drama intenso que transcurre en París (a los actores les encanta poder decir que están rodando en París). Explícale que eres familiar de Bresson, o de Rosellini, de Fassbinder o, mejor aún, de los tres juntos. Que vea que el cine corre por tus venas y por tus glúteos. Cuéntale las cosas sin contárselas y quédate callada con la mirada perdida entre frase y frase. Luego fija tus ojos en su paquete. No fallará. Darás artista por todos lados. Mantente firme: el encuentro deberá ser cara a cara y en solitario. La de prensa querrá quedarse, pero te podrás deshacer de ella si le regalas una sesión de masaje (las de prensa hacen cualquier cosa con tal de que las toquen). Haz que te llame tu madre (que es la única mujer a la que puedes tratar extremadamente mal por teléfono sin miedo a que te cuelgue) en mitad de la reunión y grítale, llámale de todo (inepta, inútil, antiartística). Que Michael vea que tienes poder y que lo utilizas de manera agresiva contra los que te rodean. Cuelga el teléfono sin despedirte y explica que era la inútil de tu productora. Luego sonríe. Le tienes en el bote: a los actores les encanta saber que están a las órdenes de una megalómana agresiva e histérica con problemas de contención. Si ves que Michael no responde es hora de levantarse y dar rodeos por la habitación desgranando secuencias lúgubres de la película inexistente (asegúrate que tienen mucho sufrimiento y mucho cambio físico). Acércate a él y con mirada fuera de ventana a lo Emma Thompson quítate las bragas, súbete la falda y con toda naturalidad dile: a esto me refiero, ¿lo pillas Michael?
11.- Monta un tenderete en todos los váteres que puedas: los polvos de lavabo son un clásico de los Festivales. El aquí te pillo aquí te mato es un must de cualquier certamen de cine. Así que cómprate una silla plegable, róbale varias toallas de mano a tu madre y acampa a las puertas de los lavabos de todas las fiestas que puedas. Si no te lavas el pelo en varios días, los porteros pensarán que eres del servicio y te dejarán pasar sin acreditación. La imagen es muy importante en los Festivales de Cine, así que cuanto más pordiosera parezcas, más posibilidades tendrás de que te dejen pasar. Una vez dentro siéntate frente a las puertas de los retretes y monta una mesita con las toallas de tu madre. No se trata de que parezcas una china vendiendo flores (eso no tiene glamour y es un cortarollo). Michael debe pensar que trabajas ahí, que parte de tu labor es hacerle la visita al váter mucho más cómoda y placentera. Michael bebe mucho, como buen irlandés, así que por pura matemática biológica meará al menos dos veces en la fiesta. La primera vez que le veas, sonríe y parpadea. La segunda, directamente, enséñale lo que escondes. Lo demás… deja que ocurra. Si esto no funciona alguno caerá, seguro. Aunque sea Alex de la Iglesia o Aki Kaurismaki.
12.- Siempre que alguien te llame calientapollas, agradécelo con una sonrisa. Si te llaman cerda, ovaciónales con un abrazo. Que se vea que eres magnánima, generosa y que entiendes a las don nadie que se mueren de envidia. Y que no te sientes amenazada, porque tú no tienes competencia. Lo tuyo es triunfar.
Y nunca te olvides de que quizá lo más importante: el post coito. La organización de la información post-maltrato de borracha es capital. Deberás hablar de él sin subrayados, dejándolo caer sin ningún atisbo de importancia. Eso sí, intenta sacar fotos y peta tu Twiter y Facebook con ellas. Etiquétalas bajo el título: “Soy cero mitómana pero no conseguía quitármelo de encima (sale en X-men)”. No te olvides de photoshopearte viva. Probablemente te llamen de algún programa de televisión de tercera para untarte de dinero si les narras las intimidades del encuentro: acéptalo y cuéntalo todo. Sé generosa con la información y explica al mundo tus cualidades amatorias. Será tu pasaporte para entrar en el grupo que siempre deseaste: las celebrities de quinta que se hacen de oro a golpe de coño. Una vez en él, no pararás hasta formar parte de la nueva hornada de famoseo al que envían a programas de pseudo-aventuras y realities ponzoñosos. Depilarás culos de gallinas a bocados en primetime y cenarás con Terelu Campos y Enrique del Pozo, preguntándote cómo es posible si tú te tiraste a Fassbender. Sufrirás como una perra, te sentirás sola y me llamarás para pedir consuelo. Entonces, paternal, te lo recordaré: haberte puesto bragas para irte a Donosti, bonita. Que ya te lo avisé.
“Soy cero mitómana pero no conseguía quitármelo de encima (sale en X-men)”: JAJAJAJAJAJAJJAJAJAJAJA
Por poco me meo encima de la risa leyendo este artículo. ¡Quiero máaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaas! BRAVO!!!!
Desayunar un domingo con un buen café y tu artículo ha sido lo mejor de la semana. Y he aprendido cosas valiosísimas, como saber cuándo sí y cuándo no hay que llevar ropa interior. ME ENCANTA!
Divertidísimo. Genial. Se echan de menos textos destroyer como este. Un soplo de aire fresco. Gracias Javier Giner!
No puedo quitarme la sonrisa de la boca… Ni a Fassbender de la cabeza… Gran Giner!
Aquí está: http://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=PBf7d_LpTwk#!
Por poco me meo encima de la risa ¡Bravo!
Genial articulo, el único inconveniente que le veo son las ráfagas de viento que ya comienzan a soplar, lo digo por las bragas jajaja.
Si Ian Fleming levantara la cabeza y te leyera.. te besaría, Él siempre deseó justo eso, un mundo lleno de mujeres así,eso esta claro, él y muchos ..claro jeje.
«Depilarás culos de gallinas a bocados en primetime» JAJAJAJAJJAJAJAJJAJAJAJAJJAJAJAJAJJAJAJAJAJA ¡Genial!
Caray, pues si básicamente el truco reside en no ponerse bragas me parece que prefiero pasar y seguir con mis originales de cuello alto. Me gustan los hombres que se esfuerzan…
a que proximo festi va, que ya me lo he empollado todo
el articulo digo,,,,