Epi y Blas no son homosexuales. Lo acaban de asegurar los responsables de Barrio Sésamo, depositarios legales de su sexualidad™, en un comunicado de Facebook. Que Epi y Blas ni son gays, ni son pareja ni son personas. Son muñecos y como muñecos que son, carecen de orientación sexual. Es lo que tiene la felpa, chistes sáficos aparte. O no, miren, porque ahí está el león Rodolfo, por ejemplo; de felpa y maricón más que un palomo cojo. Pero ellos dicen que sí y que hasta nueva orden, por lo tonto, Epi y Blas no son de la cáscara verde. “Strictly best friends”, aseguran en el NY Daily News incidiendo en lo sctricly, o sea. Que ya está bien de cachondeo.
Y es que la interné procelosa está que bulle toda ella con tan reveladora revelación, válgame la refanfinfla, y no sólo por los mentideros sociales; la noticia está haciendo correr ríos de bits y ocupa hoy destacados recuadritos en las cabeceras web de los diarios de medio orbe terráqueo. Está en el Huffington Post, está en El País y está en El Mundo. Se diría que el cuarto poder, repámpanos, no tiene mejor cosa que hacer que andar sexando muppets ahora que precisamente el mundo se va al carajo. Arde Londres, quiebra Europa y el Papa Don’t Preach se cierne sobre Madrid para conflicto social de España, y van no sé cuántos, pero estarse todos tranquilos: Epi y Blas no tienen sexo. Ni en sí mismo ni entre ellos, ojo, pese a su presumible tolerancia anatómica hacia el fisting. Chiste grosero.
Recuerda el mondongo, en todo caso, a cuando los sabios de Bizancio discutían apasionados cual contertulios de La Noria sobre el sí o no del sexo de los ángeles mientras los turcos, más pragmáticos, amenazaban inminentes en las murallas de Constantinopla. La anécdota ha quedado, según el Wickionario, para ilustrar el “discutir sobre asuntos poco prácticos o importantes, especialmente cuando hay temas más importantes de los que preocuparse” y viene, creo yo, que ni anillo al cockring. Porque, en fin. Epi y Blas. Noticias frescas, no sé si me explico. Como Vitorio y Luquino. Como si no fuera más urgente, por vigente, descubrir qué oscura relación une a Patricio y Bob Esponja. O por qué las Bratz son tan putas. Si es que ya lo decía mi abuela; hay que tener sentido de la ocasión, señores. De la ocasión y de la prioridad.
Sublime, como de costumbre ;)
Aunque por mucho que digan los responsables de barrio sésamo, para mi Epi y Blas seguirán siendo pareja :)
Yo creo que son follamigos, mire. Ni lo uno ni lo otro.
Que Epi y Blas son pareja es una verdad tan verdadera como que George Clooney soluciona la vida de sus novias de pega a cambio de al menos tres años de estable pose romántica. O que la pobre Charlene Wittstock es la nueva masilla de Mónaco: tape usted aquel escándalo y este otro con su espalda de 2 x 2 y su sonrisa forzada.
Para una relación verdaderamente sólida que hay y copa las pantallas del mundo entero, pretenden disfrazarla de amistad haciéndoles dormir en camas separadas.
Esto hará surgir una nueva oleada de indignados por la hipocresía de los creadores de Sesame Street. Al tiempo.
Si es que ahora hay oleadas de indignados por todo, oiga. En cualquier momento monto la mía propia indignándome porque haya tanta indignación. Metaindignación, lo llamaré, y será un éxito.
Yo estoy con Barrio Sésamo, Epi y Blas nunca nos han regalado escenas como las de Frodo y Sam tras el anillo asique en mi opinión son tan manchotes como Supercoco.
Y ya puestos, ¿alguien me puede aclarar por qué los españoles no conocimos a Elmo?
Nos dice usté una gran verdad y nos hace una buena pregunta. En riguroso orden:
1) Frodo y Sam, absolutelly. Y en el libro era lo mismo, sólo que más. Dormían juntos, se besaban el pelo, cosas así.
2) Y Elmo, absolutelly también. Y no sé por qué, oiga, porque a mí me parece de lo mejor que dió el peluche desde Trisky, o Triky, o como cojones se llame.
Esa es otra, que al Cookie Monster en el Gran Paisito lo llamamos Tricky.
Los Sajones flipan con el tema.
Tricky, hay que jo..erse