Tras cerca de dos años poniéndonos los dientes largos con teasers llega por fin Super 8, el proyecto de J.J. Abrams mano a mano con Spielberg en el que intentan rescatar el espíritu juvenil del Amblin de hace casi 30 años.
Trata de un grupo de preadolescentes de Ohio que graban con su cámara amateur The Case, una película de zombies como homenaje a Romero en la que además ha decidido participar la chica más guapa del colegio. Rodando en mitad de la noche una escena en un apeadero a las afueras, un tren descarrila y la cámara Super 8 será el único testigo del ser que se escapa en mitad de la noche.
Abrams, quien ya demostrara en Lost su pasión por la ciencia-ficción y por los mcguffins, vuelve a la pantalla grande con la combinación que cosechó tantos admiradores como detractores en televisión. Y es que, según palabras del propio director, el monstruo que tanta expectación despierta no es más que una metáfora visual de la verdadera historia que encierra la película: el hacer de tripas, corazón.
Los problemas de los cuatro personajes principales giran en torno al suceso que abre el film, un accidente laboral en una siderúrgica. La irrupción del monstruo no es más que el detonante de una serie de reacciones por parte de los protagonistas que tienen como súmmum una escena en la que el niño y la bestia se encuentran cara a cara. A partir de ahí un desenlace abrupto y muy acertado en el que, como ya es marca de la casa, quedan muchos interrogantes en el aire que, ciertamente, no hace falta explicar.
Sin embargo, ahora que ya podemos definir el estilo de Abrams al haberse convertido paulatinamente en el protegido de Spielberg, no todo son alabanzas. Se demuestra aquí la recién adquirida manía de ambos por querer enseñar a los seres paranormales por fascículos. Comprensible en el digno remake de La guerra de los mundos, en la que los invasores eran la principal atracción del metraje. También en la estupenda Cloverfield, en la que simulaban una huida en primera persona de una amenaza desconocida. Pero en la medida en que Super 8 en realidad no es una película de monstruos, o al menos eso se pretende, hubiera sido preferible haber profundizado en el nudo real y no entretenerse queriendo mantener el misterio en torno a la criatura.
He ahí el único pero de este gran entretenimiento, que el propio Abrams dude de su talento cuando no debería. Al fin y al cabo, aunque sólo acabemos recordando los trípodes de La guerra de los mundos o la cabeza de la Estatua de la libertad de Cloverfield, en lo referente a Super 8 nos vendrá a la mente Elle Fanning dando un abrazo maquillada de zombie antes que cualquier otro ser, normal o paranormal, que aparezca en la película.
De todos modos, aunque el filme muchas veces sea demasiado consciente de sí mismo en cuanto a las referencias (Heart of Glass de Blondie, el Halloween de Carpenter, My Sharona, el propio Super 8, Electric Light Orchestra, Star Wars, George Romero…), el regusto a la ciencia-ficción que Spielberg firmaba antaño funciona, y desde luego son películas como ésta las que hacen elevar aún más la dignidad a los blockbusters de verano.
Falta la fecha… así que solamente puedo suponer que el articulo es del 2011 como la película o ¡mejor! miro la barra de direcciones y veo que es de julio del 2011 y me dejo de joder.
Me gustó la critica, pero me pareció incompleta ya que dejaste afuera lo mas importante: prácticamente es los Goonies del siglo 21. También se copia de muchas otras películas del genero, pero sobretodo se roba el espíritu nostálgico y las relaciones entre niños que estaba tan marcado en las películas de los 80s y principios de los 90s. Ese «realismo» mágico que hace rato que perdió la batalla contra los «niños bonitos y perfectos» de los últimos años donde la inocencia los y nos desborda.
Y por eso digo que dejaste pasar lo mas importante, porque justamente este film es una actualización y reciclaje de una «vieja» formula.
Personalmente me agarró por el lado de la nostalgia. Aunque sea «demasiado consciente de sí mismo en cuanto a las referencias» creo que fueron usadas excelentemente.