Siempre había aspirado a colgar los guantes y el teclado prematuramente, a abandonar la escritura mucho antes de llegar a lo más bajo e incluso a lo más alto, pero jamás preví que la persona que propiciaría mi retirada sería el chino Whom. He de admitir que su inicial desparpajo me desarmó:
—Comprendo tus reparos, pero, ¿crees que después de haber imitado tortillas de patatas, ensaladillas rusas y gazpachos, se me va a resistir tu prosa?
—Es cuestión de estilo, chino Whom.
—¿Estilo? Incluso las tortillas de patatas con cebolla las he servido con su correspondiente coda estilística, ese «apenas se nota» con que suelen estafarte en todos los bares de España.
Lo que el chino Whom me estaba proponiendo, aún no sé si para mi sorpresa, era un traspaso de antología. Él se ocuparía de actualizar el blog, de firmar mis artículos en Libertad Digital y de seguir colaborando con Jot Down; yo me dedicaría a contar cocos en algún paraíso fiscal.
—El blog se actualizaría a diario, tus artículos en LD los entendería todo el mundo y tus ‘porteros-delanteros’ de Jot Down se publicarían, como conviniste con la Dirección de la revista, el viernes por la noche, no el sábado a mediodía.
Los beneficios para la marca ‘De Paco’ parecían obvios, pero su oferta no terminaba de convencerme. De algún modo, y como ayer mismo decía Ignacio Echevarría en El Cultural, «el escritor que se tiene a sí mismo por artista no deja de sentirse incómodo ante la posibilidad de que se trate de un malentendido, de que lo hayan tomado por otro».
—No creo que resulte, chino Whom.
—Confía en mí, De Paco, lo tengo todo atado. Hay un tiburón blanco que se cierne sobre tus sueños y está ese pánico a la soledad que se alojó en tu pecho el día del cornadón a Manolo Montoliú; por supuesto, no ahorraría menciones a tus valerosos maestros y sabría contenerme (a diferencia de ti, por cierto) ante la oportunidad de asestar un fisking a puerta vacía. Antipatriota, libertariano, resentido… También esas pinceladas las tendría en consideración. Por lo demás, leeré bastante menos de lo que sugiero que leo, follaré bastante menos de lo que sugiero que follo y beberé bastante más de lo que sugiero que bebo.
—Detente, chino Whom.
—Dado que no tengo obligaciones paternas y, sobre todo, dado mi sentido de la disciplina, incluso me permitiría avivar la conversación del blog con alguna que otra respuesta a los lectores; un poco en la onda de Manuel Jabois o Guille Ortiz.
—Un momento, ¿conoces a Jabois y a Ortiz?
—No seas incauto, De Paco, ¿quién crees que se ocupa de su gloria?
El negro resultó ser chino.
Escribir es molesto: compites con tu ego, con quienes admiras, con quienes imitas sin que se note mucho.
¿Ignacio Echeverría? Es el epítome de cuanto me da repelús. Echeverría me traumatizó para siempre. Desde entonces no leo nada que se publique en una sección que se haga llamar «cultural». No quería que se me pegara nada de él.
Coincido con Priede en «Si me das a elegir». El anglicismo ya no encandila. El anglicismo es Ramiro López y su Publi-Punto Inter Shopping y su American Shopping. Que es un charlatán del tipo Ramonet, pero que vende aparatejos electrónicos en lugar de alfombras y toallas. Anglicismos baratillos, no, gracias.
juas, juas. Creo que me daría cuenta.
Se ofrece chino para hacer de musa:
Hola, De Paco: necesito empastar una muela y arreglar la dentadura superior, porque tengo un problema periodontal irreversible y se me está retirando la encía, además de que el hueso expulsa los dientes. En tan solo medio año pasé de dentadura humana a equina. De seguir así antes de dos años dejaré de pronunciar gran parte de las consonantes, y cuando me ría llevaré las anginas y la campanilla a primer plano; excuso decir la lengua, que se irá afuera.
Tengo que encargar una funda que me cuesta un riñón, la cual pondré de noche para que empuje las piezas hacia el hueso y de ese modo no me fe me caifan lof dientef. Esa funda es tipo a la de los boxeadores; no me preocupa porque duermo solo; y aunque no fuese así, como tampoco creo mucho en eso que llaman dignidad aprovecharé y pondré también los rulos.
Pero es que además he de graduar la vista, arreglar el coche y pintar de impermeabilizante la terraza. No tengo un euro, y en el banco llevan una semana sin darme respuesta: De Paco: te hago de chino. Y haré como el ególatra ese de Enrique De Diego, que cuando estaba en LD enviaba tres artículos diarios, solo que en mi caso no seré un simple, lo prometo. Tres crónicas diarias y tú eliges. Y si no te gusta ninguna te aseguro que te inspirarán. Mejor eso: yo te escribo «y te diré cosas», que dicen los baleares, y tú te inspiras. Te lo dejo baratísimo. Los polis tienen soplones y tú tendrás chascarrillos, desgracias y filosofías las que quieras. Solo tengo que mirarme a mí y a mi vecindario más cercano, describírtelo muy someramente y enviarte una foto de la escalera de mi casa. Te aseguro que el estilo galdosiano, tan ajeno a ti, brotará en un instante. Excuso decir si te reseño los cientos de cosas extravagantes que encuentro por la Red.
De Paco: puedo escribir y escribir y escribir; tú, que escribes muy bien, te inspiras con lo que yo te envíe. Te pongo un ejemplo: a partir de este cólico que te voy a contar seguro que te acuerdas del cólico que te dio cuando tu suegro te dijo que no eras hombre de provecho para su hija. ¿Has tenido alguna vez un cólico nefrítico? Yo no, hasta el domingo día 10. Esto le contaba a un amigo:
El pasado sábado descubrí en el supermercado DIA agua mineral a diez céntimos el litro; agua de nombre «La Majuela», de la zona de Cariñena, en la provincia de Zaragoza. Dado que el agua de Menorca resulta imputrescible y solo la bebí una vez, recién llegado, hace de esto once años, decidí comprar cuatro garrafas de cinco litros. El domingo a las seis de la mañana ingresé en urgencias: arenillas en el riñón. «Beba mucha agua» me dijeron. Y bebí; jo, que si bebí. El lunes parece ser que los vestigios del suero aun estaban presentes en mi sangre. El martes ya no pude dormir. Seguí bebiendo, mucho, tal y como me dijeron. El miércoles tampoco dormí en todo el día; pero no fui a urgencias porque el domingo me habían hecho placas, análisis de sangre y orina, me pusieron suero, me pasó el dolor y me dormí en la camilla casi dos horas, y según me dijo el enfermero, ronqué. Recuerdo que mientras estaba en espera ingresó un accidentado y un anciano; después, ronqué en boxes. Me dio vergüenza, tanta, que cuando me dieron el alta y me explicaron que había tenido un cólico sentí alivio. Por eso el martes y el miércoles aguanté sin ir a urgencias, porque las camillas de urgencias no son como los bancos de Es Freginal, un parquecito de aquí cerca, sombreado y muy propicio para la siesta. Tengo la impresión de que no estaría bien visto ir dos veces en una semana a roncar en boxes.
Dado que el problema de las arenillas se presentó por primera vez y perseveraba, deduje que la causa también había de ser nueva y permanente: «La Majuela — me dije–. Va a ser La Majuela». A pesar de que me habían prescrito reposo y de que el mal iba y venía, decidí coger el coche y acercarme al supermercado a comprar agua Bezoya, del Guadarrama, a treinta céntimos el litro, y que según Google tiene una mineralización quince veces menor. La expedición, compra e ingesta compulsiva tuvo resultado positivo; gracias a eso ahora llevo dos días como una rosa. Y es que todo cuesta, también la salud. Si quieres salud paga el coste que te proteja de las arenillas: a menos minerales más céntimos. Como la delincuencia, igual. Así son las cosas. Anoche dormí catorce horas seguidas. Como además apenas comí, aun cargo con la inercia de la metafísica, como Rocinante…. (y aquí le cuento algo personal).
Psdt/ De Paco: haré de musa a sueldo, y te lo dejo baratito. Y tú de artista, ¿qué te parece? Lo necesito, de verdad, que se me mueven los dientes delanteros y no quiero perderlos. Todo lo demás puede esperar, incluso las muelas, pero lof dientef infisivos no. ¿Qué te parece?
Saludos.
Vamos, Priede, menos mal que lo que compró en el DIA fue agua mineral, si llega a comprar ensaladilla rusa ahora hace usted de musa pero de las de verdad, de las que vienen del cielo.
Veva: soy fan del DIA no por extravagancia, precisamente. Nunca he sobrepasado la condición de pobre, y dadas las perspectivas puedo certificar que continuare siéndolo toda mi vida y que moriré víctima del DIA. Seguro. Franceses tenían que ser.
Y lo del riñón no es ninguna película, fue tal cual. Joder, qué mal se pasa. Si no me cree bébase un litro de La Majuela y luego me cuenta. Fíjese que estuve por pegar un cartel en el supermercado contando todo eso que conté ahí arriba. Seguro que a raíz de ello se organizar una asociación de víctimas de La Majuela. Aunque para valor, lo que se dice valor, acercarse a Menorca y beber del grifo; nadie sale indemne de una prueba así.