Cine y TV

Paul

3g poster de la pelicula paulNick Frost y Simon Pegg después de perpetrar la extraordinaria Shaun of the Dead (Zombies Party por estos lares) y la chekhoviana Hot Fuzz (retitulada Arma Fatal en castellano) caminan hacía tierras americanas sin la compañía de su director habitual Edgar Wright  sustituido aquí por Greg Mottola el ojo detrás de la cámara en Superbad (Supersalidos en España, cerrando el círculo absurdo de adaptaciones de títulos ideadas por un chimpancé con retraso).

En este caso y tras lidiar con zombies y Michael Bayadas en las anteriores cintas el dúo protagonista se lanzan a la parodia del género de la ciencia ficción enfocando la historia en una pareja de británicos que se encuentran de visita por las Americas para asistir a un evento tan digno como es la Comic Con de San Diego (o el nido de cultivo de freaks y todo espécimen respetable de la actualidad) y pasearse en caravana por los lugares más míticos de la paranoia alienígena estadounidense, hasta que se tropiezan con un auténtico extraterrestre que ha escapado de manos del gobierno.

La premisa es ocurrente: Paul es un marciano fumador y malhablado que tiene el mismo aspecto de hombrecillo gris que se nos ha vendido durante años porque como el propio Paul explica Estados Unidos se ha dedicado a bombardear a la gente con su imagen en todo tipo de productos para que llegado el momento nadie se asustara demasiado al verlo en persona. Durante un tiempo ha estado viviendo como asesor del gobierno y colaborando en algún vehículo de entretenimiento (la película tiene un fabuloso guiño situado en una localización mítica del cine de aventuras con cameo de voz incluido –en la versión original-) y por fin ha decidido que es el momento de regresar a su planeta cuando sus captores han empezado a interesarse por juguetear con sus células madre.

Pegg y Frost se aferran a la concepción simbólica de aventuras extraordinarias comandadas por el Steven Spielberg mágico de los 80 (ET el extraterrestre, Encuentros en la tercera fase) y como es habitual en la pareja salpican el guión de referencias a frikadillas propias del mundillo:  Cosplay en la Comic- Con, el Area 51, los orcos de El señor de los anillos, la pelea más lamentable vista en televisión, Regreso al futuro, Mi amigo Mac, las tres tetas de Desafío total, Alien (con cameo incluido de mención) o la ineludible Star Wars*.

El problema es que mientras sus anteriores películas funcionaban a un nivel cómico muy ocurrente y  tenían una estructura más sólida (aún con el cachondeo latente) Paul se presenta más deshilachada, sus personajes pese a apoyarse en referentes con potencial, como la ya muy crecida niña cuya vida fue destrozada por la visita en la infancia del extraterrestre o el hombre de negro que persigue a los protagonistas de manera implacable al que da vida Jason Bateman, son presentados de manera apresurada, confusa y no llegan a ser exprimidos del todo. Aunque roles como el de la estupenda Kristen Wiig den lugar a una buena pila de chistes ateos.

Paul resulta graciosa por momentos, cómicamente sencilla pero no descacharrante y por tanto menos notable que lo que Frost y Pegg habían comandado antes. Muy del montón.  Aún está por ver si en esto tiene que ver la ausencia de Edgar Wrigth como director o simplemente es culpa de un guión más flojo y menos pulido. A los seguidores de la pareja y fans de las anteriores películas este producto les sabrá a poco más que un aperitivo. Al resto se le antojará un entretenimiento ligero fácilmente olvidable.

Y sobre la criatura que le da título: El Paul infográfico es adorable y aunque la historia no le de toda la importancia que requiere al personaje más allá de los chistes sobre sondas anales  en lo técnico está francamente bien hecho. Pero en el doblaje han pecado de listos y si bien en la versión original Seth Roger se encargaba de dotar de voz a Paul en la versión doblada el trabajo de doblar al marciano recae sobre Santi Millán** consiguiendo un resultado igual de desagradable que cuando se le encargó al pesado de Dani Martín ponerle la voz a Jack Black en Escuela de Rock o cuando Emilio Aragón interpretó a Stuart Little: Cosas que de no ocurrir harían del mundo un lugar mejor.

Bien mirado, podía haber sido peor, podían haberle cambiado el título por Independence GayUn Marciano muy colgado.

*Todo un detalle entre tanto exceso de chiste a la obra de Lucas (algo quizás demasiado sobado) el colar a esa banda de country de la América profunda interpretando una versión de la tonadilla en la cantina de Mos Eisley.

** Y en una coincidencia interplanetaria absurda Paul tiene un gag con un par de donuts al igual que Santi Millán tiene aquel anuncio de la conocida cadena de bollería en el que aparecía con los calzoncillos de su abuelo.

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Un comentario

  1. Maximiliano

    Culpa suya por ver la película doblada.

    España se empeña en «no contaminarse con el inglés», como si de colonización cultural se tratara.

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