Without girls like you,
There’d be no fun,
We’d go to the club and not see anyone.
Without girls like you,
There’s no nightlife,
All those men just go home to their wives.
Don’t be mad at me,
Cuz you’re pushing thirty,
And your old tricks no longer work.
Lo amarillo, y erróneo, sería incorporar a la desaparecida Amy Winehouse en el temido Club 27. Porque tanto Janis Joplin como Jim Morrison ya habían conseguido el deseado status de iconos, Jimi Hendrix había subyugado por completo la guitarra antes de su siesta, Brian Jones había plantado suficientes semillas previas al chapuzón y Kurt Cobain había ensuciado para bien el rock antes de decidir que el camino más corto entre dos puntos cualquiera de la cabeza es una bala de escopeta. Pero este pasado sábado 23 de julio, en su refugio londinense, Winehouse se encontraba aún en un punto muy lejano de la etiqueta de leyenda.
Lo negro, en el mejor de los sentidos, sería decir que al apagarse ese fabuloso timbre de voz de contralto se pierde una de las gargantas más interesantes y prometedoras de mediados del 2000. Desbordante y desbordada, Amy sacudió el polvo a los géneros con Frank (2003) cuando de la boca de una británica surgió un cóctel de estilos negroides infectados con la esencia de jazz que se aferraba en renovar el soul y no se conformaba como cualquier wanna-be de cantante con reinterpretarlo torpemente. Tres años más tarde confirmaría que estaba hecha toda una bomba de relojería con el arrasador Back to Black (2006), poderoso manifiesto personal de 11 cortes empapados con sabores sesenteros que se descubría como una de las propuestas más estimulantes y detalladamente pulidas del panorama musical contemporáneo.
Quienes quisieron ver una versión contemporánea de Ella Fitzgerald, Billie Holiday o Sara Vaughan apuntaban demasiado alto, aún era pronto y la carrera de Winehouse estaba por estallar. Se intuía más acertado compararla con otras voces actuales como la de la extraordinaria Macy Gray. Pero desde luego demostraba que tenía talento, tenía alma y tenía un futuro que auguraba lo mejor.
Lo lamentable sería solo recordar el personaje por sus vicios, sus desbarres inmortalizados en la prensa de carácter más infeccioso, sus estilismos capilares contra toda ley física, sus salidas de tono y esa fallida última gira. Lo respetable sería quejarse; su legado es pequeño y a nosotros nos ha tocado quedarnos con las ganas elucubrando hasta dónde podría haber llegado a volar dentro de un horizonte musical que se promete profundamente tedioso. Y sobrellevar el negocio que le saque la discográfica al cadáver con ese cáncer que son los discos postmortem.
Amy, maldita, ¿qué prisa tenías? Sin una chica como tú esto va a ser un coñazo.
Pues evidentemente se nos ha ido una de las mejores, si no la mejor, cantante que teníamos hoy en día en el mundo mundial (perdón por la frivolidad). Como dices, nadie sabe dónde hubiese llegado. Pero, aunque nos pese, toda moneda tiene dos caras y la cara oculta de esta moneda fue una vida desordenada que, al final, pasa factura. Una lástima, pero las cosas son como son.
Amy Winehouse era y es un icono, igual que lo eran Morrison y los demás de la panda cuando palmaron. Al estado de mito llegaron años después, es lo que tiene la muerte prematura, que eleva a los que la sufren a veces justa y otras injustamente. Otra cosa es que los fans de esos mitos sean reticentes a incorporar a la «élite» nuevos miembros porque así el club crece y se pierde el caché.
No es que yo sea partidario de decir que Amy debería ser añadida a la lista pero calificarlo como algo erróneo me parece igualmente imprudente y radical.
Amy Winehouse siempre sera un icono, fue la primera mujer británica en ganar mas premios grammys en una sola noche, reforzó la música británica, reforzo el Jazz, El Blues y el Soul en pleno siglo 21, reforzó la industria musical mundial para las mujeres mas allá del aspecto, enfocándose en su música, las industrias querían otra Amy Winehouse, dándonos un legado de artistas como Adele, Duffy, Florence and The Machine, etc.. que gracias a Amy tuvieron esa oportunidad, su disco Back To Black fue el primer disco mas vendido del siglo 21 en UK y todo eso lo hizo con 2 discos, no hay duda de que tenia talento y pudo llegar mucho mas alto, pero su destino ya estaba escrito, se fue pero nunca sera olvidada, Amy era muy especial, nunca interpreto una canción de la misma manera, su creatividad al improvisar, su capacidad de reflejar sus emociones con tan solo el sonido de su voz y sus presentaciones en vivo eran una obra de arte siempre y cuando no se le pasara la mano con la bebida pero lamentablemente las adicciones eran parte de ella pero ella como todos nosotros era una persona que por tomar malas decisiones no la convierte en una mala persona, te amo Amy Winehouse descansa en paz
http://cavanenmivivirmimonumento.blogspot.com/2011/07/responso-amy.html
Espero con ganas el disco de reggae (quizá ska, aún no sabemos) que la productora se negó a sacar estando Amy con vida. Eso sí, pienso torrentizarlo inmediatamente; ni un euro para una industria tan asquerosa.
Tiene razón el arriba firmante en lo que se refiere al aburrimiento en el panorama musical. El exceso de minuciosidad de las productoras para controlar hasta el mínimo detalle la carrera de sus artistas es tedioso y previsible hasta la náusea. En lo que se parece Amy al Club De Los 27 es precisamente que no se dejaban domar por los ejecutivos y tiburones y, aun perteneciendo al sistema, sus personalidades prevalecían. Y claro, eso puede incluir salidas de tono que, unidas al talento nos daban esa vidilla que tanto se echa de menos.