Tras más de treinta años de remarcados éxitos y reconocimiento, El Tricicle acaba temporada con su última obra, «Garrick», inspirada en un personaje del siglo XVIII que —al igual que ellos mismos— tenía un don para hacer reír a la gente. Esta es la séptima obra teatral de El Tricicle (tras Manicomic, Exit, Slastic, Terrific, Entretrés y Sit) en un larguísimo y variopinto currículum que incluye además sus trabajos en televisión, publicidad y radio. Durante la función se oirán risas constantes, comentarios explicativos de lo que acaba de ocurrir en el escenario y alguna palmada sobre la rodilla producto de las carcajadas. En el escenario, El Tricicle son activos y muy simpáticos, diría que adorables; no hay ningún ademán que pueda ofender a nadie e incluso colaboran indirectamente con el público regalando miradas cómplices o haciendo que participen anónimamente de la obra. Se nos hace extraño escucharles.
Joan: Jot Down es lo de las carreras, ¿eh?, de baseball.
Paco: Home run…
Joan: Touchdown, home run, john…
Jot Down: Vamos al grano, ¿no?
Paco: Mejor, a partir del 2008 o así…
Cuando entrevistamos a Faemino y Cansado afirmaron que vuestro humor es de «línea clara». ¿Os sentís identificados con el estilo Hergé?
Paco: ¿De línea clara? Yo creo que sí, porque Hergé es muy limpio, lo de línea clara es porque son dibujos limpios en los que todo se entiende a la primera. Esa es nuestra máxima presión, porque nos obliga a enseñarlo todo muy bien. Por contraste a los manga o a los dibujos barrocos en los que el texto explica lo que pasa pero a la vez tienes que detenerte mucho para saber todos los rinconcillos que hay en todo dibujo. Lo nuestro es la máxima creatividad posible en el menor tiempo posible.
Teniendo en cuenta que mucha gente os tacha de mimos y que si escribes «odio mimo» en Google aparecen 1.350.000 coincidencias, ¿a qué creéis que se debe vuestro éxito?
Joan: Porque la gente nos tacha de mimos pero no lo somos. Nosotros tenemos una base ciertamente de la escuela de pantomima de Barcelona, pero abandonamos en el minuto… (Duda durante un minuto como si contara mentalmente) a los tres meses y dos minutos abandonamos la palabra mimo. Enseguida en nuestro primer espectáculo ya hablábamos de clowns y de teatro gestual porque no hacemos mimo. Mimo es algo codificado, seguramente aburrido por lo codificado que es. Nosotros hacemos un teatro que es gestual y que es acción. Si ves una película de Hitchcock el 70% es acción y no hay palabras, en una película de Spielberg también. Nosotros hacemos lo mismo pero con comicidad. Hacemos teatro de acción donde siempre pasan cosas y donde no necesitamos la palabra. Y esto está muy alejado del mimo.
Carlos: Quien nos llama mimos, muy mal. Nos llama mimos quien no tiene ni idea de lo que hacemos.
Paco: Yo creo que no hay nadie que nos llame mimos.
Carlos: Salvo que no tenga ni idea de lo que hacemos.
Paco: Si algo hemos conseguido es que hemos convertido Tricicle en un antropónimo. La gente dice: hacen Tricicle, o sea, hace cosas Tricicle. Ya somos Tricicle, ya no somos mimos ni clowns ni mimo-clowns.
A estas alturas entonces no tiene sentido plantearse si El Tricicle hace mimo.
Joan: Yo creo que no. No ahora, hace treinta años tampoco.
Después de 31 años recorriendo teatros, ¿en qué parte del mundo os habéis sentido fuera de lugar o habéis sentido cierta frustración?
Carlos: Frustración sólo en un lugar, que fue Nueva York, hace muchos años ya. Cuando, supuestamente, productores americanos nos aseguraban que nuestro producto iba a tener muchísimo éxito en Broadway. Y la verdad es que todo apuntaba a que esto iba a ser así, y bueno, estuvimos mal aconsejados, porque modificamos un espectáculo que para nosotros estaba perfecto y el New York Times, que allí es la biblia del espectáculo, nos hizo una crítica que en realidad no fue mala, pero tampoco fue muy buena. Y en este sentido los americanos lo tienen muy claro.
Joan: Como decía Carlos, criticaba los que nosotros habíamos cambiado.
Carlos: (indignado) Lo que nos habían hecho cambiar.
Joan: (resignado) Lo que nos habían hecho cambiar, sí.
Carlos: Es la única frustración que hemos tenido, porque además nuestra carrera creo que está llena de logros y de éxitos y de buenas sensaciones.
Mientras habla Carlos, les levanto un cartel que pone «¡Eres un truhán!». Carlos entorna los ojos un poco para ver el cartel… hacen una pausa mientras se lo piensan y empiezan a hablar.
Joan: Pues fue un hallazgo…
Carlos: E, erre, e, ese…
Joan: Pues fue un hallazgo, hace ya 31 años y nos acompaña desde entonces. Recuerdo que estábamos actuando en una sala que se llama Llantiol, que fue muy importante para nosotros, y un mago, mientras hacíamos este sketch de soy -no “eres”- un truhán, nos dijo: “¿Sabéis que con este número daríais la vuelta al mundo?” Y la verdad es que 31 años después seguimos haciéndolo y la gente sigue gritando como si fuera el mismísimo Dios.
Carlos: Es una referencia para la gente. La compartimos, aunque la autoría sea de Julio Iglesias… (Le interrumpe Joan).
Joan: Es de Ramón Arcusa.
Paco: No se sabe muy bien si fue primero la coreografía o la canción, no está claro.
Carlos: Mucha gente la escucha y la asocia a nuestro sketch.
¿Le podríais decir esto al que os recomendó que cambiarais cuatro detalles de vuestra obra en Broadway?
Joan ríe.
Carlos: En el espectáculo con el que fuimos a Nueva York este sketch no participaba.
Joan: Pero se lo podríamos decir a un crítico -también hace 30 años, con un espectáculo en el que tampoco estaba este sketch– que nos dijo que no teníamos imaginación y que abandonáramos, que seguramente teníamos un buen boletín de notas en la escuela, pero que para el teatro no servíamos. De hecho han sido dos críticos los que se han equivocado.
Tenían buen ojo, ¿no?
Joan: Bastante…
¿Las risas suenan distinto en el extranjero?
Paco: Depende del país. Cuanto más cercano al Mediterráneo son más sonoras y cuanto más cercano al Báltico son más irónicas. La gente es más irónica. En realidad aplauden más que ríen, lo cual para un cómico es horroroso. Un cómico quiere una respuesta inmediata. No la quiere al final, la quiere a plazos, poquito a poquito, y no al final toda de golpe.
¿Tenéis clasificadas las risas? Por aplauso, risa, carcajada, ronquido…
Joan: Sí, mira, durante el espectáculo la gente se ríe entre unas 325 y unas 350 veces; y ahí está casi todo tipo de risa: carcajadas, sonrisas, aplausos, y no es que las tengamos clasificadas pero nuestro humor da para todo este abanico. Normalmente la gente se ríe cada 10 – 15 segundos. El promedio no está nada mal.
¿En Japón se ríen a carcajadas?
Joan hace un gesto tapándose la boca, achinando los ojos y moviéndose a saltitos chiquititos como si se riera.
Joan: Con la mano delante, ¿no?
Paco: Sí.
Decía Louise Brooks que la desaparición de los actores del mudo al llegar el sonoro no se debió a que era otra forma de actuar, sino porque en el mudo podían ir drogados o de resacón al rodaje y al no tener que hablar no se notaba. ¿Qué os parece esta teoría?
Ponen cara rara.
Carlos: Es una teoría que no creo que haya que tomarse muy en serio, porque al final, de lo que se trata, es que cuando un actor llega a un plató tiene que responder a lo que el director y el equipo pide de él, aunque no hable no puede ser que no esté en condiciones.
Paco: Alguno habría pero no muchos. Con lo que hacían ellos y con el peligro que hay en algunas escenas, drogados y borrachos seguro que no estaban.
Carlos: Yo creo que ahí hay un mito. Porque a lo mejor sí que ha habido alguna referencia, pero actores drogados… no.
Levanto un cartelito que pone «No vale inventarse las cosas».
Paco: ¿No vale inventarse las cosas? No se sabe… no veo ahí la referencia. Debe ser para otro grupo.
Joan: Sí, claro, la gente se inventa muchas cosas. Nosotros no paramos de encontrarnos gente que nos conoce y que nosotros desconocemos. Sí, los conocemos mucho.
Paco: Amigos del colegio…
Joan: Bueno, en la escuela fuimos con tanta gente…
Paco: Yo fui a un colegio enorme.
De hecho yo mismo os recuerdo, estudiamos juntos, ¿os acordáis?
Todos: Sí, sí, claro… (asienten satisfechos)
¿Qué actores actuales podrían tener carrera en el cine mudo?
Paco: ¿Así populares? ¿Que los conozca todo el mundo?
Joan: Yo creo que un buen actor podría actuar con nosotros o en el cine. Porque lo que hay que hacer es ser natural y un buen actor siempre es natural.
Paco: Mira, en la película ¿Para qué sirve un oso? Javier Cámara y Gonzalo… Gonzalo no sé qué. (Mira a Carlos buscando ayuda, pero Carlos está meditando) El de Siete Vidas, no sé cómo se llama. Pues hacen cine mudo y lo hacen perfecto.
Carlos: Nosotros hicimos una en el anterior espectáculo, SIT, hicimos un documental en el que insertamos imágenes nuestras con actores de películas mudas y todo esto se presentó integrado como si fuera dentro de una película muda. Y la verdad que está mal decirlo, pero no fue demasiado difícil. Hay que ser observador y creo que los actores en general tienen la obligación de serlo.
Paco: Y no estar borracho.
Carlos: Exacto.
En la película Wall-E los espectadores quedaban sorprendidos por la expresividad de un robot con muy pocos rasgos faciales, ¿las verdaderas claves del lenguaje facial son la sencillez y la economía de recursos?
Joan: Seguro. Hay actores que han usado grandes gestos como Jerry Lewis. Pero la concreción de Keaton está mucho más cercana a la normalidad y el humor se basa mucho en la naturalidad. Luego la tienes que distorsionar, claro, pero tienes que tener un referente natural. Por eso yo creo que sí, que la economía de gestos es muy importante.
Entonces Jim Carrey aquí no entraría, ¿no? Por la falta de naturalidad.
Paco: Jim Carrey está cercano a Jerry Lewis.
Joan: Jim Carrey es muy bueno, pero cansa.
Paco: Cansa, sí.
¿Por qué vuestra escuela de humor visual tiene tan pocos (¿hay alguno?) representantes en España mientras que otros tipos de humor se han implantado con facilidad, como los monologuistas, los payasos o los imitadores?
Paco: Porque es muy difícil lo que hacemos.
¿Rotundamente?
Paco: Hombre, es que hablar es más fácil, desde luego.
Joan: E imitar también, porque tienes una referencia. Nosotros partimos de una hoja en blanco.
Paco: Eso explica lo difícil que es lo que hacemos.
¿Qué cataclismo podría llevaros a pronunciar una frase en un espectáculo vuestro? ¿Cuál sería esa frase?
Carlos: Yo creo que con los años, un estudioso de El Tricicle, si algún día lo hay, podrá observar que con el paso de los años hemos ido perdiéndole respeto a ese silencio del comienzo. Pero bueno, ahora que lo digo me doy cuenta que al principio había un sketch que era una isla de tres náufragos en la que ya utilizábamos onomatopeyas, gritos y expresiones. Sí que es verdad que poco a poco, a cada espectáculo, soltamos más de dos palabras, o incluso alguna frase. Siempre sabiendo que es un recurso del que hay que volver. Ir y volver. El Tricicle no va nunca a hacer texto, porque además se siente mucho más cómodo en el gesto. Pero vamos, que no pasa nada si de repente soltamos una palabra, una expresión. Al contrario, esta palabra, esta expresión, es como la guinda a lo que hacemos. Un refuerzo.
Vosotros hacéis humor sin sonido, ¿es Pau Donés el humor sonoro?
Paco: Pues Pau Donés no es que sea muy humorista. Sonoro sí que es, pero muy humorista… No sé si está catalogado dentro del humor.
Joan: Es como lo de la palabra mimo.
Paco: A lo mejor Pau Donés y María Dolores Pradera haciendo un dúo son la monda.
Joan: Según para quién Pau Donés puede ser buen humorista, supongo.
Hay una pregunta que siempre he querido haceros, ¿cuál es?
Joan: Ésta.
Paco: El secreto de ser tan buenos, que es trabajar mucho. No puedes dudar que tras la simplicidad está siempre el trabajo duro.
(A Joan) Fuiste miembro de la SGAE y estamos escribiendo en un medio digital, por tanto la pregunta que inevitablemente he de hacerle es: ¿la entrada de Pepe fue de tarjeta roja?
Joan: Por supuesto. Es imposible volar como voló Alves sin un impacto. Él no es tan inteligente como para intuir que venía un zapato a esa velocidad y volar sin impulso, segurísimo.
Carlos: Seguro que hay una ley física que lo define: todo objeto se propulsa en 360 grados sobre su propio eje a partir de una masa cuyo cuerpo es superior al de su propio peso… No lo sé, tendría que haber algo así.
Se les pide que expresen con gestos y sin palabras su opinión sobre los siguientes personajes.
–Eugenio: levantan el dedo haciendo un claro Ok.
–Mourinho: El mismo dedo hacia abajo. No Ok.
–Scarlett Johanson: Dan forma a sus pechos talla 120 con satisfacción y lujuria.
–José Luis Moreno: Hacen de su mano un muñecajo y lo ridiculizan como si el propio José Luis Moreno fuera uno de ellos.
–Chiquito de la Calzada: Les cuesta mucho porque están sentados, pero intentan hacer el típico gesto de: “no puedor, no puedor”. No les sale muy bien.
–Emilio Aragón: Carlos pone cara pastosa e indescriptible. En realidad pone cara de Emilio Aragón.
–Elvis Presley: Cada uno a la suya: Paco “a giant tupé”, Joan el gesto del micro que hace en la obra y Carlos espera a que Joan acabe y le toca la barriga. Clara referencia a la última época de “El Rey”.
–Pedro J. Ramírez: Carlos se tira de unos tirantes imaginarios, cuando los suelta suenan sobre su pecho: ¡Splatch!
–Eduard Punset: Carlos pone cara de Punset, lo clava y acaba diciendo con su voz: O-YE. Joan añade: ¿Ves? Necesita la palabra, la guinda.
–Pilar Rahola: Mismo gesto que con Scarlett pero con menos satisfacción. Añaden un canalillo gigante, es evidente que no tiene la misma edad Pilar que Scarlett. Joan, además de escandaloso volumen del pecho, pone cara de Pilar con resaca.
–Jot Down: Todos sonríen; parecen estar nerviosos y también agradecidos. Hacen el gesto de Ok con mucha satisfacción. Paco pregunta: ¿Quién es Jot Down? Joan le dice: Coño, la revista… (Dos segundos después capta la ironía).
¿Hay alguna pregunta que nos queráis hacer?
Carlos: ¿Cuándo sale esto?
Paco: ¿Merece la pena hacernos una entrevista?
Joan: ¿Merece la pena hacer una entrevista a unos tipos tan aburridos que parece ser que son cómicos?
Fotografía: Sergi Fuster
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No de las mejores entrevistas, pero por culpa de los entrevistados, que tienen su éxito un poco subidito da la impresión… Poca chicha en sus respuestas, se nota que se manejan mejor sinhablar. A pesar de eso siempre me han gustado.
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