Gonzalo Vázquez, todo talento y dedicación, es uno de los más destacados expertos en baloncesto que existen en este país. Pero no sólo destaca en el conocimiento del juego y su historia (sobre todo en lo referente al baloncesto estadounidense), sino también en la forma de plasmar todo ese caudal de información en artículos y relatos plenos de emoción, originalidad y brillantez. Tanto El punto G, como campo de libertad creativa donde exponer textos de extraordinaria calidad, como La unidad, más dependiente de la actualidad y vertebrado por la bitácora que el autor mantiene de sus andanzas como periodista cubriendo el día a día de la NBA desde Nueva York, conforman un territorio donde respirar baloncesto puro como en ninguna otra parte.
Fuera de los grandes circos mediáticos que explotan la polémica, la manipulación, el sensacionalismo o la confrontación grosera y permanente entre Real Madrid y Barcelona como forma única de negocio, aún existen, por fortuna, reductos como Diarios de Fútbol o El Enganche dedicados a hablar sencillamente de deporte; de fútbol. Gracias a un estilo cuidado y entusiasta y una riqueza de contenidos que incluye tanto el análisis de la actualidad como la narración de acontecimientos pasados, sus premisas quedan al descubierto: al lector se le presupone siempre inteligente y lo que cuenta es el juego y las maravillosas historias que ha generado y genera. Espacios, pues, perfectos para que disfruten los verdaderos enamorados del fútbol.
Resulta curioso y también, por qué no decirlo, decepcionante, que para un deporte de referencia nacional y mundial como es el tenis existan tan contados lugares de nivel destacado en la blogosfera española —aunque esto, qué duda cabe, dependa igualmente de la exigencia de cada cual. Es así que merece especial consideración un espacio como Punto de Break por su amplia cobertura (desde ATP hasta Copa Davis pasando por WTA y Fed Cup), por un seguimiento de noticias veraz y actualizado, por mantener la atención en las jóvenes promesas y por servirnos algunos suculentos artículos históricos con valioso material videográfico. En suma, la superficie ideal para permanecer informado sobre un deporte tan frenético como el tenis.
En estos tiempos tan turbulentos que vive el ciclismo se hace verdaderamente difícil acceder a una información de calidad si no conlleva un componente de polémica. Es en tales términos en los que se mueve un blog como Ciclismo 2005 entre los detallados análisis de noticias, corredores y carreras con un estilo descarado, pero también en lo referente a los problemas de dopaje desde un posicionamiento cuanto menos controvertido. Debe de ser por ello que la comunidad ciclista en la red se divide entre aquellos que lo veneran como un reducto de brutal y necesaria honestidad, los que lo rechazan por ofensivo y poco veraz y otros que reconociendo defectos valoran virtudes incuestionables. Ante tal diversidad de opiniones, qué menos que recomendar su visita.
Es muy posible que aconsejar ciertos blogs que ya celebran una notable popularidad en la red sea considerado torpe cuando no banal, pero igualmente siempre que estos porten un sello distintivo de calidad se justificará el riesgo de redundancia en pos de hacerlo visible a algún despistado. Este es el caso de Bar Deportes, lo más parecido a un Lo que el ojo no ve periódico, polideportivo e internacional, donde vídeos, fotos y comentarios conforman un divertido y bizarro mix con la «cara B» del deporte. En similar rango de calidad y renombre cabe también señalar La libreta de Van Gaal, una mordaz crítica diaria a los constantes desvaríos de la prensa deportiva española.
Esto no es informática, es actualidad. Igual que un blog de estrenos de Hollywood no es un blog sobre óptica.
El niño Turing está llorando.
¿Qué te has puesto en la pipa Gandalf? Igual en la Tierra Media entiende alguien lo que has dicho, pero lo que es yo…
No es una bitácora, porque tiene otro formato, pero es muy recomendable el Perarnau Magazine: http://www.martiperarnau.com/
En clave de fúbtol, «Ecos del balón» es sin duda una referencia imperdible. En la línea de los que mencionas.