Sería ideal comenzar un artículo de divulgación general sobre el cómic en España de forma llamativa, curiosa y rompedora. A este efecto, nada mejor que coger un tópico y aplastarlo vilmente ante toda la sala para atraer su atención; una de esas sentencias tan sufridas por algunos, tipo «el tebeo es para niños» y dejarles caer ese ladrillo literal que es la última edición de Watchmen desde el último piso de la alta torre que ya es, en muchos casos, este medio.
Pero el número empieza a ser algo manido y, los tópicos, siempre cambiantes, empiezan a ser escurridizos también. Ahora, si le preguntas por tebeos a alguna persona en edad anciana, de igual forma te pueden hablar de las aventuras del Capitán Trueno como te pueden hablar de un tebeo maravilloso que alguien llevó a la residencia y que muchos allí han leido sobre un señor con Alzheimer dibujado por un tal Paco Roca. ¿Las chicas? Aquellas góticas se han leído todo lo de Gaiman, tu hija te tiene el cuarto lleno de manga (y se conoce todos los géneros del mismo) y a tu pareja le encanta la novela gráfica biográfica. Incluso el friki de los superheroes ha podido evolucionar; es mucho más selectivo comprando «los pijamas» y mira con escepticismo los desenlaces de las grandes sagas universales comerciales como un gafapasta cualquiera. ¿Y los niños? ¿Dónde están los niños, Pinocho? Los niños están en el Mundo Perdido de la Artesanía Guerrera, wipeando en Arthas.
Unas cuantas estadísticas para quedar como un señor en los foros
Existen muy pocos estudios sobre el mercado de comics español, si bien los cómics recientemente han empezado a considerarse en algunos estudios generales sobre comercio interior del libro o hábitos de lectura de los españoles.
De El Cómic en España, informe del Ministerio de Cultura al cual se añaden actualizaciones desde su original del 2008, podemos obtener algunos datos para el periodo del 2001 al 2009 (ver anexo estadístico para las cifras registradas). El número total de títulos publicados se triplica y la edición de ejemplares se quintuplica, aun con una bajada en el último intervalo interanual registrado. La tirada media prácticamente se duplica. Para las ventas sólo se recogen datos desde el 2006 y en el último año registrado se da un incremento notable en las ventas (+33%); casi ocho millones y medio de ejemplares vendidos en el 2009. Por el camino, pues, entre la reciente bajada de la oferta y el aumento de la demanda se produce un mejor reajuste del sector.
No obstante, la facturación del cómic en el comercio interior, a pesar del incremento de ejemplares vendidos que se da, registra un descenso. El precio medio durante el período 2001-2009 refleja un baile atribuible, posiblemente, a la entrada o popularidad de unos formatos o productos con unos determinados precios frente a otros completamente diferentes. De todas formas se registra una bajada reciente. Todo parece indicar que ha habido un aumento considerable de la edición, si bien habría que tener en cuenta sucesos que las estadísticas, a primera vista, no muestran comprensivamente sobre las reestructuraciones del mercado; aspectos como el aumento de las ediciones en novela gráfica extranjera, clásica y contemporanea, el boom del manga, las reediciones de clásicos del humor y aventuras de nuestro país o lo que parece como el declive de la publicación del cómic en grapa.
En cuanto a la producción, existe una concentración editorial. El 82,3% se da en 10 editoriales y el resto se da en las 191 restantes (para datos del 2009, de nuevo). El canal de venta principal todavía parece ser el quiosco aunque la librería especializada sigue existiendo como lugar de referencia para conseguir cualquier tipo de obra referente al medio, al menos las grandes capitales. En estos últimos años hay que añadir también la llegada del tebeo en muchos de sus formatos (comic, álbum, novela gráfica, manga) a grandes superficies comerciales, reforzando el hecho de que la historieta se está asentando e incrementando como fuente de ocio entre la población. Donde el cómic antes reposaba en una estantería o en un cajón ahora empieza a tener secciones enteras.
Entran un francés, un americano y un japonés a un bar…
La oferta actual principal proviene de tres frentes extranjeros. Por un lado, el franco-belga, de una tradición ya asentada y reconocida en sus propios países durante años, se caracteriza tanto por el comic de género (fantasía, ciencia-ficción, noir, aventuras, infantil,…) establecido como series en álbumes como por (más recientemente) la novela gráfica de autor. Al panorama europeo hay que añadirle, además, el cómic inglés, el alemán y el italiano (que tiene una pujanza significativa en estos últimos años, con la reaparición del fumetti en nuestro país). El americano destaca por las númerosas colecciones de género superheroico, que cada vez más empiezan a editarse en volumenes recopilatorios tanto para las novedades como para las reediciones de clásicos. De la novela gráfica americana, de estilo independiente o underground, también nos ha llegado muy buen material en estos años que no había llegado a editarse en nuestro país (obras de Robert Crumb, Chris Ware o de Craig Thompson). Finalmente, del mercado japonés nos llega el manga; tuvo unos inicios inseguros, pero desde los noventa, con el boom de Bola de Dragón, se han constituido una auténtica invasión de títulos en toda la rica gama de géneros y estilos de la historieta japonesa propia o influenciada a su vez por los franco-belgas, en el fenómeno moderno conocido como la «nouvelle manga».
¿Y el tebeo «de aquí»? Si bien es cierto que parece haber un empuje creciente en algunos aspectos y publicaciones, comparados con otros países vecinos estamos en un claro desarrollo todavía. Además, si de algo nos ha servido el aterrizaje del reciente «cluster bruguera» (y épocas anteriores), todo ese cúmulo de trabajos recientes relacionados con las publicaciones, autores y personajes de nuestra tradición propia en la historieta (El Gran Vágazquez (Película de Óscar Aibar), el Invierno del Dibujante (novela gráfica de Paco Roca), Tebeos Censurados (estudio sobre la censura en una etapa algo anterior, de Vicent Sanchís), By Vazquez (estudio del autor por Antoni Guiral), El Capitán Trueno (Película de Antonio Hernandez), Historias de Bruguera (documental de Carles Prats),…) es para recordarnos nuestra rica tradición en el medio y que, de alguna forma, perdimos o no supimos acabar de potenciar, reconvertir o evolucionar. Evidentemente, la batalla no está perdida del todo y hay talento de sobra, pero si bien parece que empieza a difundirse la novela gráfica de autores españores, editada y publicada en España, no parece que haya una iniciativa clara de tebeo comercial español. De hecho, muchos autores españoles han triunfado en la comercialidad extranjera en el mercado superheroico americano (Carlos Pacheco, Pasqual Ferry, Daniel Acuña), e incluso algunos autores han empezado a darse a conocer más ampliamente gracias al mercado franco-belga (Paco Roca, que sería Premio Nacional de Cómic del 2008 con Arrugas que inicialmente fue para una editorial francesa o Man que ha sido finalista dos veces del International Manga Award).
Pese a las vicisitudes editoriales características de nuestro país (por llamarlo de alguna forma), hay que reconocer el creciente reconocimiento institucional al noveno arte en España. En el 2007 se crea, por fin, el Premio Nacional de Cómic, que entra a formar parte del plantel de Premios Nacionales de Cultura (a pesar de alguna que otra polémica que suscitó a posteriori de su creación y que movió a los profesionales y seguidores de la historieta en la defensa del respeto a su medio). Y este año, sin ir más lejos, en la entrega de las Medallas de Oro al Mérito en las Bellas Artes se reconoce la labor de autores como Forges, Nazario y Ceesepe.
Tres generaciones en el Salón del Cómic de Barcelona
Una de las mesas redondas más interesantes del Salón de este año (y que nos puede servir para ilustrar el estado de la profesión y el mercado editorial en nuestro país) fue la que acogió a tres profesionales del mundo del cómic representativos de tres etapas conceptuales (como si de un Cuento de Navidad se tratara) : pasado, presente y futuro.
Organizada por la Asociación de Autores de España (AACE) y moderada por Manuel Berrocal, los autores representativos invitados fueron José Lanzón, Paco Roca y Carlos Azaustre.
En tiempos pasados
Con José Lanzón (historietista en Pumby, Jaimito o SOS), representante del pasado del autor de historietas en España, pudimos comprobar a través de su experiencia y varias de sus anécdotas las dificultades de la profesión en tiempos pasados. Las relaciones entre editor y dibujantes no eran buenas, por no decir directamente nefastas. Nos cuenta que la editorial que publicaba historietas en aquellos tiempos no se veía a sí misma como una empresa sobre la que revertir el beneficio de su negocio, sino que lo que se obtenía se invertía en otras actividades que se percibían como más rentables. Las condiciones de trabajo y las fechas de entrega eran lamentables, con la posibilidad de rechazo de los trabajos con la mínima excusa. La experiencia en Francia le permitió ver algunas diferencias entre el mercado español y el francés de entonces. En Francia el editor medio no era tan pobre como el español, el reconocimiento era algo mejor y la empresa formaba parte de un negocio que sí que tenía una cierta reinversión sobre si misma o productos afines.
Presente, con un ojo en la nuca
Paco Roca inició su representación del presente con un esperanzador “la verdad es que han cambiado mucho las cosas”. Las relaciones con los editores han mejorado bastante, el respeto es patente y cree que su generación de autores fueron un puente entre la situación antigua y la actual. La única excepción que considera la tiene en su salida al mercado francés con la preferencia editorial del proyecto de cómic de personaje de serie frente al de la historia y que en los noventa parecía existir aún. Los editores daban preferencia al proyecto de personaje que al proyecto de historia. La llegada y el establecimiento de la novela gráfica ayudo a cambiar eso.
Otra diferencia que considera importante respecto de la época de Lanzón es el reconocimiento de los lectores. El contacto es muy estrecho y puedes saber si vas por buen camino. El Premio Nacional asienta un reconocimiento y cree que el colectivo actual de autores en España puede empezar a trabajar un reconocimiento de las generaciones de autores pasadas. Realmente, en este sentido, el mérito de Paco es doble. Con Arrugas, historieta de alto contenido social, hace protagonista a un personaje con el que toda una generación anciana se puede identificar; toda una generación cuyo concepto de historieta es el tebeo de antaño y que ahora es puesto en contacto inmediatamente con la novela gráfica (varios presentes en la charla atestiguaron este fenómeno), resituando a los antiguos lectores en un concepto de cómic más actual : convirtiéndolos en lectores, ahora. Y con El Invierno del Dibujante crea un nuevo enlace hacia la misma generación anterior pero enfocada en la misma profesión de dibujante, permitiendo establecer las raíces del reconocimiento actual de la profesión bien profundamente en el pasado de la misma.
La tarea, evidentemente, no está conclusa. Paco constata también que parece que es un momento en el que se empiezan a abrir nuevos caminos ante los que hay que estar atento. Internet es todo un fenómeno reciente que también afecta a la profesión.
El futuro, tecnologías y autoediciones
Carlos Azaustre (conocido por su pasado fanzinero y por Pardillos, la parodia en cómic de la serie Perdidos) fue el encargado de representar la profesión del futuro del historietista muy probablemente por estar vinculado su trabajo a la publicación en formato webcomic o por su iniciativa autoeditora. Reconoce, no obstante, sus inicios desde el mundo del fanzine (que todavía hoy agrupa a una gran cantidad de nóveles autores) desde donde empieza a “foguearse” en lo que le gustaba y que le empieza a dar una cierta experiencia en temas de edición, distribución, imprenta y, sobre todo, contacto con el lector. Con la llegada de internet todo ese proceso se simplifica tremendamente y la posibilidad de llegar a mucho más público existe. La edición digital le permite saber hasta qué punto es seguido su trabajo y una vez contrastado se decide a salir en papel. Constata, de todas formas, que con las editoriales que contactó fue dificil llegar a nada y se decidió a autoeditar con bastante éxito (Pardillos lleva 25.000 ejemplares vendidos).
Desde su perspectiva, cree que los nuevos soportes (ipads, telefonos moviles) y sus plataformas van a tener una nueva importancia y las editoriales pueden quedar desplazadas en el proceso. Y se dará con una permanencia del formato libro en papel.
El cómic digital y las nuevas propuestas del medio
A este respecto, se abre el debate sobre los nuevos soportes. Sin necesidad de que desaparezca el cómic impreso, los nuevos soportes no solamente no tienen por qué ser el transplante exacto de la página sobre el monitor, el iPad o el móvil, sino que se espera que aparezcan nuevos formatos del arte secuencial, específicos para esos nuevos soportes, ateniéndose a las diferentes características de los mismos al “nuevo lienzo” sobre el que se ilustran las historias. Nos comentaba Manuel Berrocal que de igual forma que la televisión no desplazó al cine y se crearon nuevos productos de entretenimiento específicamente para televisión, lo mismo es esperable que suceda para el cómic en el paso del papel a la pantalla. Sin que se pierda el formato original.
Evidentemente, y así reseñado por el moderador de la charla, en este nuevo panorama de la edición digital los únicos dos actores indispensables serán el autor y el lector, reduciendo la cadena emisor-receptor al mínimo, como ya anunció en su día también Scott McCloud en La Revolución de los Cómics. Si bien en la teoría esto es posible, se reconoce también la presencia de las plataformas (un buen puñado de las cuales ya funcionan en la actualidad) que pueden ejercer de nuevo intermediario a coste de un porcentaje relativamente pequeño y con mayor control para el autor.
¿Algunas Conclusiones?
Pese a algunas conjeturas, previsiones e intuiciones, todo el mundo parece seguir bastante atento a ver por donde van a darse el siguiente paso mirándose los actores protagonistas unos a otros.
Por un lado, se ha conseguido un cierto reconocimiento de la profesión que ha permitido que muchos autores trabajasen y creasen. En base a eso también el recuperar la memoria perdida, que siempre ha sido y será fuente de grandes historias. Por otro lado, la novela gráfica ha conseguido un cierto prestigio y popularidad colocándose en las mesitas de noche de muchos lectores y facilitando que las editoriales en nuestro país empiecen a apostar por nuestros historietistas con buenos proyectos sin necesidad de que estos emigren. No obstante, en el campo del cómic comercial, la historieta de serie y personaje de la que tuvimos una gran tradición parece que (salvo algunos casos puntuales que todavía funcionan y algún caso particular) o bien se reapuesta desde las editoriales grandes (cosa dificil, agarrados a las series que funcionan, principalmente de Francia, Estados Unidos y Japón), o bien se producen más movimientos de autoedición como el ejemplificado por Azaustre para que esta vertiente remonte el vuelo de nuevo en tanto que la pequeña y mediana editorial parece más enfocada a la publicación de novela gráfica (nacional o extranjera).
Epílogo: Tiene nombres mil
No puedo concluir este primer artículo sobre el mundo de la historieta sin pasar de cerca por el tema “del nombre”. Parece haber una discusión eterna entre autores, editores y seguidores sobre cuál es el término correcto al que referirse cuando hablamos de historias narradas en viñetas. Historietas, tebeos, comics, novelas gráficas (incluso se empieza a hablar también de “grafinovelas”, supongo, tratando de buscar una denominación que no separe en dos palabras “literatura” y “grafismo” así como este medio lo integra todo).
El debate, en cierta forma, es innecesario. Así como los esquimales tienen una cantidad variada de palabras que aluden a la nieve pero sirven para diferenciar los mismos tipos, en referencia al medio del cómic podemos hacer algo muy parecido. Es natural que cada uno use la terminología con la que más está acostumbrado o con la que ha crecido. Pero realmente podemos establecer diferencias mínimas y usar cada uno de los términos en referencia. Con los “tebeos” podemos referirnos a toda la tradición de historietas de nuestro país del cómic de humor y aventuras. Con los “cómics” podemos aludir claramente a la tradición del comic-book americano. La “novela gráfica” identificaría a toda aquella historia de autor libre de normas respecto de los formatos tradicionales de historieta. Y así con el resto, que seguramente encontrarán su especificidad en un estilo u otro o en una procedencia u otra.
¿El término generalista? Pese a que servidor usa por costumbre el término “cómic”, apostaría por el término “historieta” porque ingeniosamente parece un cruce entre las palabras “historia” y “viñeta”, elementos comunes e imprescindibles en todos los anteriores.
Anexo Estadístico :
Fuente : El Comic en España, Ministerio de Cultura, 2010
– Triplicación del número total de números publicados : 581 títulos (2001) / 1.514 títulos (2009)
(con una bajada del 17% del 2008 al 2009 : 1.824 títulos en el 2008))
– Quintuplicación de la edición de ejemplares : 4 millones de ejemplares (2001) / 20,3 millones de ejemplares (2009)
(también con una bajada de la edición del 11,7% del 2008 al 2009 : 22,9 millones de ejemplares en el 2008)
– Aumento de la tirada media (la mayor del sector) : 6.901 ejemplares (2001) / 13.391 ejemplares (2009)
– Aumento reciente de las ventas (por millones de ejemplares) : 6,5 (2006) / 6,2 (2007) / 6,3 (2008) / 8,4 (2009)
(en el último año registrado el incremento es de un 33,7%)
– Descenso general de la facturación : 111 millones de euros (2001) / 79,3 millones de euros (2009)
– Bajada del precio medio (con altibajos, difícil establecer una tendencia) :
13,20 (2001) / 8,08 (2002) / 9,54 (2003) / 15,69 (2004) /12,53 (2005) / 12,69 ( 2006) / 12,51 (2007) / 13,53 (2008) / 9,45 (2009)
– Reajuste reciente Oferta / Demanda (% de ejemplares editados/vendidos) : 54,4% (2006) / 29,7% (2007) / 27,3% (2008) / 41,4% (2009)
Fotografía: Tono Carbajo