Monty Python’s Flying Circus, Yes Minister, Red Dwarf, Blackadder, The Office, Black Books y tantas otras series sobresalientes a lo largo de las últimas décadas han ido elevando el género de la comedia británica hasta convertirlo en un auténtico tótem reverencial dentro de la historia de la televisión. The IT Crowd, nacida en 2006 y con su quinta temporada pendiente de emisión para este 2011, ha sido una de las últimas piezas en unirse a tan prestigiosa edificación humorística. Aunque, eso sí, lo haya hecho desde el sótano. Porque es en el departamento de informática (IT: Information Technology) ubicado en los más profundo del edificio de Reynholm Industries donde se desatan las descacharrantes desventuras de Roy, el irlandés vago e inmaduro; Moss, el geek inadaptado e ingenuo; y la jefa de estos, Jenn, superficial, incapaz y obsesionada por hacer carrera en una empresa que prácticamente ignora su existencia. En un micromundo de personalidades extremas y situaciones disparatadas podría resultar inverosímil que alguien apareciera para sorprender por su excentricidad. Pero entonces apareció Richmond.
Richmond Avenal es el cuarto pilar del tan desequilibrado IT Department. Personaje episódico, se deja ver sólo en algunos capítulos de las dos primeras temporadas pero tal es su carisma que es capaz de convertir cada una de sus apariciones en una exhibición bizarra y surtidor genuino de gags. Pálido y enjuto, siempre bajo ropajes negros, es trazado como una representación esperpéntica del perfecto gótico subcultural, a medio camino entre la parodia del vampiro clásico, la del fantasma de la opera y la del Tim Burton de diseño. Melodramático, apocado y depresivo, viene a ser el anticlímax hecho humor. Permanentemente poniéndole la inesperada salpicadura negra al frenesí cromático que conforma la mezcla de personajes y tramas The IT Crowd. Pero como todo siniestro impostado, Richmond no siempre fue así.
Como se nos cuenta en su primera aparición en la serie, Richmond, unos años atrás, era un yuppie talentoso y trabajador cuyos méritos le habían llevado a una meteórica carrera en Reynholm Industries hasta convertirse en la mano derecha del presidente Denholm Reynholm. Todo iba como la seda, sintiéndose realizado ante los éxitos profesionales y con ambiciosos proyectos por comandar, hasta que una noche aciaga descubrió a Craddle of Fith. Poco a poco, a golpe de canción de metal extremo, se fue produciendo en él la sombría mutación goth que finalmente hizo incompatible su labor entre las trajeadas mentes de la cúspide empresarial. Caído en desgracia fue degradado al departamento de informática, donde a su vez Roy y Moss, rápidamente hastiados de los lúgubres comportamientos de su nuevo compañero, lo relegaron a la «importante misión» de supervisar una pequeña y oscura sala donde se ubicaban los antiguos ordenadores centrales. Y ahí permaneció olvidado durante largo tiempo hasta que un día Jenn lo descubrió por accidente y lo invitó a volver al mundo de los vivos. De esta forma Richmond viene a personificar el inadaptado entre los inadaptados, el elemento último de la estructura social y laboral. Y desde ahí surge entrañable por desvalido, pero tenebrosamente cómico a la vez, para representar de manera magnífica el papel de payaso triste dentro del circo de The IT Crowd. Una serie de visionado obligatorio que para aquella persona que no le funcione como genial divertimento existe una única solución a plantear ¿Has probado a apagar y volver a encenderlo?
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