El Real Madrid vive una situación de sálvese quien pueda cuyo guión marca el azar del viento que le sople en la cabeza a la piedra angular de todo este desaguisado: José Mourinho. El portugués llegó el pasado verano al Santiago Bernabéu porque Florentino Pérez se encaprichó y pagó 16 millones de euros al Inter. Resulta curioso el cambio de parecer en estos años del presidente cuando antaño creía que los galácticos se entrenaban solos, que todo se reducía a poner los cromos en el campo. El ejemplo que lo ilustra todo es cuando despidió a Del Bosque mientras festejaba la Liga en el vestuario (antes había ganado dos Ligas de Campeones) para traerse a un señor de mirada azul, Carlos Queiroz, cuyo mérito hasta entonces había sido ser ayudante de entrenador.
El caso es que Pérez fichó a Mourinho de manera unilateral y personalísima pasando por encima de la persona que precisamente se dedicaba a estos menesteres, Jorge Valdano. El presidente, una vez más, se la tiene que envainar. Había dicho decenas de veces que él no entendía de fútbol y que esas decisiones correspondían a Valdano. Pues no: Valdano optaba por la continuidad de Pellegrini pero le traen a Mourinho. Tiene miga la cosa porque argentino y portugués andaban medio peleados por unas columnas en el Marca. “Quien no tuvo talento para jugar, no cree lo suficiente en el talento para improvisar soluciones”, mayo del 2005; “Mourinho es un carisma andante que no sabe muy bien lo que representa”, 6 septiembre 2008. Así las cosas, la presentación del portugués fue tirando a rara. Que si ya lo hemos arreglado, que si está todo en orden… Valdano haciendo lo suyo y Mourinho sin disimular lo más mínimo. Si algo ha quedado claro es que el luso pasa de paripés.
Según avanzaba la temporada, Mourinho iba acumulando poder. Incluso más que el que se podía imaginar al principio. De hecho, no se recuerda un entrenador de la fuerza de Mourinho. La grada y la megafonía del Bernabéu se recrea con su buen nombre. Acumula todo el protagonismo por encima de las figuras del equipo. Todo con un discurso propagandístico lleno de incongruencias pero muy populista: la afición está a muerte con él. Lo que los muchachos de las bufandas del Madrid vociferan en los bares Mourinho lo hacía en directo, ante 20 cámaras de televisión y con repercusión en todo el mundo. La cuestión era buscar pelea. Un pim pam pum continuo y semanal con el que pasara por allí: Pedro León, Preciado, Unicef, los árbitros. Uno de sus favoritos era Valdano, que era en teoría el jefe de Mourinho, pero que sufrió el mobbing de su subordinado. Primero le prohibió entrar en Valdebebas, después no le dejó viajar en el mismo avión que el equipo… El argentino pasó de ser el director general del Real Madrid, el segundo de Florentino, al encargado de atender a los micrófonos de Canal Plus en los descansos de los partidos con un sueldo anual de 2,4 millones de euros. Más que la mitad de los jugadores de la primera plantilla. En eso había convertido Mourinho a Valdano. Las cosas ya venían calentitas de antaño con aquello de los artículos periodísticos, pero que el argentino se negara al delirio de Mourinho de simultanear la selección portuguesa con el Real Madrid ya fue la gota que colmó el vaso: dejaron de tener comunicación alguna. Valdano se cansó de pedir reuniones a tres bandas con Florentino Pérez para solucionar el asunto pero su petición no fue atendida nunca. El día que Mourinho se encaró con la prensa, tras un plante de la misma, salió ante todos y dijo a los micrófonos que sólo hablaría con los directores de los medios. Curiosamente con su director, Valdano, no se cruzaba palabra.
¿Y Florentino qué hacía mientras tanto? Pues nada, a lo suyo; evangelizar el buen nombre del Real Madrid y el suyo propio. Es un ser superior, o al menos eso dice Butragueño. El error del presidente viene dado porque siempre se había rodeado de una serie de parapetos que absorbían todas las criticas y le hacían de muro defensor, a saber: Valdano, Sacchi, Pardeza, etc. Tiene a Zidane, uno de sus adláteres favoritos, dicen que informador de excepción de vestuario a despacho en sus épocas de jugador. Pero no hay que engañarse, Zidane no pinta nada; es una figura para hacerse las fotos que no va a obstaculizar lo más mínimo la línea directa que ahora tiene Mourinho con Florentino. Lo dijo el técnico en marzo: “el discurso del Rey Florentino es importante para mí”. Pues con Valdano fuera, al Rey se le han acabado todos los peones, todas las defensas. Que Mourinho decida ponerlo en jaque sólo depende de él.
Lo dijo Guardiola y nos sorprendimos: “él aquí es el puto jefe, el puto amo”.
Articulos como este, hacen que yo como madridista apoye mas a mi entrenador.
Objetividad a tope.
Se os ve plumero; Mourinho no tiene mas poder que Guardiola en el Barsa, parece que molesta que por fin haya un proyecto de futuro en el Madrid.
Pues ajo y agua, antimadridistas vais a tener Mou hasta en la sopa.
Me encanta revisitar antiguos artículos de esta revista, sobre todo en lo concerniente a los comentarios de los lectores. Se fue este infame personaje y el equipo ha coleccionado 5 Champions desde entonces, mientras que el luso celebra el título de una recién estrenada «copa de paquetes», en fin…