Dennis Lehane
RBA
Cada cierto tiempo (que suele ser demasiado poco) aparece en escena un escritor norteamericano que, coronado de golpe y porrazo por la prensa y la crítica, resulta que ha parido —otra vez— la «Gran Novela Americana«. A lo mejor ha escrito algo notable, una gran obra atemporal que refulge por encima de la media como una flor entre el estiércol. A lo mejor no y resulta que su obra es sólo un tropezón más de mierda —unos centímetros más gordo, un poco más aromático— encima de la montañita. En fin, da igual, pero es el hecho de que una obra sea blasonada con este epíteto tan pretencioso —gran novela americana— el responsable de que mucha gente mire con incredulidad, prejuicios e incluso rechazo lo que de otra manera sería percibido de manera más positiva.
Cualquier otro día, para muchos, sería justamente eso. Una gran obra que es capaz no tanto de representar de forma viva y fidedigna un período de tiempo determinado, sino de capturar el espíritu de esa época y evocarlo en la mente del lector como si desplegaran teatralmente un lienzo ante sus ojos en el que se vislumbra como era América y cómo eran sus gentes.
Pensada inicialmente como trilogía, Cualquier otro día está formidablemente envuelta en el transfondo histórico de Boston tras la Primera Guerra Mundial. Las huelgas, la lucha sindical, el crecimiento del anarquismo y los atentados terroristas amenazan, como si de entes físicos se tratara, con quitar protagonismo a los dos personajes principales: Danny Coughlin, un policía irlandés que empieza infiltrándose en las reuniones sindicales y acaba abrazando la lucha obrera; y Luther Lawrence, un fugitivo negro que huye de un crimen cometido en Tulsa. Sus historias se van acercando paulatinamente hasta confluir en el que parece ser el tema principal de la novela, la amistad.
Tercero en discordia, en forma de interludios, aparece la figura ostentosa de Babe Ruth, el mítico bateador de los Red Sox (y más tarde de los Cubs de Chicago) que dota de una referencia real, de un contrapunto externo a la trama, y que con su mirada logra inyectar una visión diferente a los acontecimientos globales sobre los que está tejida la novela.
En un mundo mucho menos infantil y más idealista que el nuestro, con males que aún podían identificarse claramente y a simple vista, sorprende la brillantez con la que se maneja Lehane para ahondar en los caracteres humanos, cómo sortea de manera hábil la segregación y la crisis social sin caer en maniqueísmos y, sobre todo, cómo consigue enganchar al lector hasta la última página.
Lehane propone una serie negra actual: tan alejada de la economía de medios del hard-boiled de James Ellroy como del guante blanco de Elmore Leonard, su forma de narrar se sitúa en un punto intermedio, quizá más creíble, sin disimular la violencia pero sin mostrarla continuamente. Es obvio que hay algunas concesiones y fundamentalmente salen a la luz en el tratamiento cuasi cinematográfico del que dota a la narración. Es complicado no hacer un casting imaginario con actores de Hollywood durante la lectura poniendo caras conocidas a los personajes de la novela.
Dennis Lehane es, posiblemente, uno de los mejores escritores —si no el mejor— de serie negra contemporáneos. Además de eso, vende como churros; sus obras han sido llevadas al cine y a la televisión con éxito (Shutter Island, Mystic River, The Wire…) y al hombre posiblemente no le interese lo más mínimo que le comparen con Mark Twain ni con John Dos Passos.
Gran Novela Americana no: gran novela.
Yo diría que los escritores «americanos» que se dedican al «noir» se sienten cómodos en el género. Saben muy bien cuál es su lugar, están libres de los prejuicios españoles (y/o europeos) sobre qué es buena o mala literatura, y una buena parte de ellos saben que son herederos del «pulp» (de donde salieron todos los hard-boiled). Para ellos la literatura pulp no tiene las connotaciones negativas que suele tener aquí. El pulp ha dado verdaderas obras maestras, desde Hammett a James Ellroy…
En mi opinión es junto a Ellroy el mejor escritor de novela negra actual. Mystic River es una novela escrita para perdurar.
Gran, gran novela. Pero Babe Ruth bateador de los Cubs de Chicago??? Qué pasó con los Yankees?
Es sin duda una gran novela. Magistrales personajes, bien trazados y trabados y un gran trabajo para reflejar la epoca y la sociedad. Y un antiheroe como protagonista
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