El verdadero objetivo que persigo con este artículo es poder acabarlo sin haber escrito «humor gamberro» y «serie canalla». En serio: ¿qué nos ha pasado con la palabra canalla? Si selfie acabó siendo la palabra de 2014, canalla, random y cuñado debieron de ser duros contrincantes en la Final Four. Y asumo mi cuota de culpabilidad en cuanto a la propagación incontrolada de random.
Disquisiciones lingüísticas aparte, vengo a hablar de la serie que más carcajadas me ha arrancado en lo que llevamos de 2015: Man Seeking Woman. Carcajadas de verdad. Carcajadas estilo las comadrejas de ¿Quién engañó a Roger Rabbit? No sé si será únicamente una rareza mía pero cuando me encuentro solo viendo una película o una serie, nunca suelo reírme en voz alta salvo en determinados casos de verdadera incontinencia. Y esto me sirve como un infalible detector de todo aquello genuinamente hilarante. Bien, pues con algunas de las historias de Man Seeking Woman me río solo y en voz alta, a pleno pulmón, y empiezo a dar palmadas como una foca a la que acabaran de premiar con un arenque tras saludar a su adiestrador. Incluso en algún momento me he reído tanto como para tener que dar al pause, algo que no hago durante el capítulo de una serie ni así mi casa empiece a arder en llamas. Tras ver la práctica totalidad de la primera temporada de MSW durante mi convalecencia a causa de una galopante intoxicación alimentaria, tal vez no esté en condiciones de ingerir todavía algo sólido pero sí lo estoy de poder asegurar con certeza que Man Seeking Woman es la serie más arriesgada, divertida y rompedora de este comienzo de año. Equivalente al impacto que supuso Transparent en 2014.
No esperen a lo largo de este artículo elogios grandilocuentes hacia MSW calificándola de «obra maestra» o como «la nueva [inserte aquí cualquier serie noventera con éxito de audiencia y crítica]». Tampoco verán referencia alguna a influencias de relatos de Carver o de Cheever, ni sesudos paralelismos entre la serie y la situación política actual. Man Seeking Woman es simplemente una comedia romántica, en ocasiones bastante cazurra, que parodia con un estilo muy particular las obsesiones, vicios y otros first world problems de una generación sentimentalmente muy necesitada. Lo mejor que ofrece la serie es, sin duda, su desafiante y arriesgada forma de juguetear continuamente con los límites del humor, con el sentido real y el figurado de las situaciones, como esos delanteros con alma de estraperlistas cuyo hábitat natural es vivir en la frontera del fuera de juego.
El creador de Man Seeking Woman es Simon Rich. Un tipo peculiar este Rich. Uno de esos brillantes JASP con pinta de ajedrecista precoz, dotado con un talento especial para escribir comedia. Licenciado en Harvard y colaborador habitual del New Yorker, ya tiene en el zurrón media docena de libros y se convirtió en el comedy writer más joven de Saturday Night Live cuando apenas era un veinteañero. Ahora, camino de los treinta y uno, vive a caballo entre San Francisco, escribiendo guiones para Pixar, y Toronto, donde se graban los capítulos de su serie para FX Network. El (particular) universo de Man Seeking Woman está basado precisamente en uno de sus libros, The Last Girlfriend on Earth, una colección de historias «románticas» de entre las cuales se escogieron siete para la primera temporada. Especialmente reseñable dentro de esta colección es una historia escrita a modo de diario de las vivencias de un preservativo en la cartera de un adolescente, al más puro estilo Toy Story. Es este equilibrio entre humor absurdo y ternura lo que ha consagrado a Simon Rich como un gran escritor de comedia. Todos los Reitman, Apatow, Franco y cía. se pegan por los derechos para llevar sus historias al cine. (Muy recomendable Sell Out, publicada en cuatro partes en el New Yorker, y cuyos derechos acaba de comprar el actor Seth Rogen, una ficción desternillante sobre cómo su propio bisabuelo, un inmigrante polaco que llega sin nada a Ellis Island en 1908 y cae en un bidón de salmuera en la fábrica de pepinillos donde trabaja, permanece en perfecto estado de conservación hasta el día de hoy, cuando se encuentra con un Brooklyn hipster que no entiende y un biznieto millennial de su misma edad que escribe gags para el Saturday Night Live y no sabe ni una palabra de yiddish para su vergüenza).
Pero Man Seeking Woman no es la primera serie que juega deliberadamente con el humor surrealista, a pesar de lo arriesgado que es para televisión. Sin irse muy lejos en el tiempo, Scrubs, una gran comedia algo infravalorada, se servía también de este tipo de humor para dar rienda suelta al desbordante mundo interior de su personaje central, el imaginativo doctor J. D. Dorian. Scrubs, sin embargo, era como ese arrepentido suicida que se asoma a la cornisa del edificio pero rápidamente cambia de parecer para volver a meterse dentro en cuanto nota el cortante y frío aire en la cara. Man Seeking Woman, por su parte, es el insensato que se queda un buen rato paseando por la cornisa, fumando un cigarro, sin miedo al vacío, desbarrando sobre lo humano y lo divino, ignorando los gritos de los de abajo, sin mirar el reloj, alargando bromas y tentando la paciencia del espectador. Esta es, precisamente, la principal crítica que se le puede hacer a la serie: algunos de sus surrealistas gags se estiran demasiado. No obstante, este compromiso a prueba de balas con su humor absurdo facilita que la serie tenga un estilo inconfundible y sea rápidamente reconocible.
De un tiempo a esta parte, durante este periodo que muchos expertos consideran como «la Edad de Oro de las series», vengo encontrando más estimulantes las series cuyos capítulos pilotos retan al espectador que aquellas que buscan su complicidad inmediata a base de «mostrar pero no enseñar», tal y como haría una portada de Playboy con un quinceañero. Siempre preferiré un «¿Qué coño fue eso?» al típico piloto que va de profesor gracioso, simpático y moderno el primer día de clase. Me gustan, en fin, esas series que no hacen concesiones ni prisioneros. Estas son mis reglas y aquí se juega así. Leave the gun, take the cannoli. MSW no juega al despiste y se desnuda desde el minuto uno de la serie. Tanto es así que a lo largo del piloto de Man Seeking Woman aparecen, entre otras cosas, un troll, un Adolf Hitler de ciento veintiséis años (maravilloso momento) y Obama. Y todo esto en apenas veintidós minutos.
Mi humilde recomendación es que se vean seguidos los dos primeros capítulos para coger el pulso a la serie. Este periodo de prueba les será más que suficiente para subirse al barco o huir despavoridos sin mirar atrás. Perfectamente entendibles ambas decisiones.
Puede que para algunos Man Seeking Woman sea una serie demasiado loca. Es posible. Pero ya saben lo que decía Dalí: la única diferencia entre un loco y un genio está en que el genio sabe lo loco que está.
Y en Man Seeking Woman saben perfectamente que están como una puta cabra.
Muy buen artículo que espero que sirva para que más gente conozca la serie, que somos cuatro gatos los que la vemos.
Solo comentar que más que Scrubs, la comedia que me parece más cercana a ‘Man Seeking Woman’ en cuanto a su tratamiento del humor y el surrealismo es su inmediata predecesora en FXX, ‘Wilfred’, otra excelente comedia que tampoco fue un éxito (a pesar de contar con Elijah Wood como protagonista) pero que aún así llegó a las cuatro temporadas y tuvo un final satisfactorio.
P.D: Tanaka!
Apuntada!
Oigan, para cuando un artículo sobre ‘Ugly Americans’?
Esa serie es genial! Cuánta razón llevas!
Esta serie es como Mourinho. Va de cara, desde el primer momento. Es como es. La amas o la odias. No es para medias tintas. No apta para tibios. Sin tapujos. Sin caretas. Arriesgada. Y si «te haces de ella» la defenderás contra viento y marea.
¿Soy el único a quien le parece una serie inglesa? Sé que no, pero cuesta desprenderse de esta impresión; el casting, el sentido del humor, la música… Es curioso, combinan lo más delirante con un realismo muy crudo, y el resultado es absolutamente creíble. Sólo por lo arriesgado de la fórmula merece su visionado.
Hacia tiempo que no seguía una serie cómica nueva. Me ha enganchado ese humor absurdo y surrealista tratado al límite. Acabo de terminar la temporada y ya estoy deseando saber que les va a deparar el futuro a esos personajes a los que se les va cogiendo cariño. También es verdad que hay episodios más logrados que otros; pero en definitiva me parece una apuesta original y arriesgada que, según mi criterio y mis gustos, les ha salido bastante bien.
Comedia surrealista extraordinaria.
‘ello everybody!
Antes de todo, excelente artículo, leyeron mi mente. Principalmente porque también había hecho la relación de la serie Scrubs con MSW, pero la serie de médicos era más recatada. Además los nombres de ambos protagonistas llevan la letra J. John D. y Josh G. También el hecho de que ambos protagonistas son judíos. Esto merece un enorme ¡Jo! En cuanto al humor de Man Seeking Woman, diré que tengo la misma edad del protagonista en la vida real (33). Además estoy habituada a este tipo de humor bizarro. Se lo debo especialmente a la tríada de Seth MacFarlane y a los guardabosques de Brickleberry, jeje, aunque con humanos la cosa cambia. Asimismo coincido mucho con el comentario de Ripley, sobre de que MSW, da la impresión de que haya salido de un estudio de la BBC One. Me quedé embobada con esta serie, cruzaré los dedos para que haya más temporadas y no la cancelen. Porqué así son los productores de «Listos». Dejando a un lado el hecho de que la serie es estupenda; la causa verdadera por la cual vi la serie en principio, fue por mi fuerte crush con Jay Baruchel (el protagonista de MSW), amodoro a éste muchacho. He is so hot! ;D
¡Hasta pronto! :)