«Difunde la palabra» es una expresión de connotaciones bíblicas que algunos asociarán más bien a los subtítulos de las series, pero que todos parece que de una forma u otra tenemos interiorizada. Basta oír una nueva o simplemente de moda y nos surge un impulso desde lo mas hondo de repetirla ¿Y qué hay del significado? Ahí empiezan los problemas. Suele ser el que cada emisor quiere darle, lo que lleva inevitablemente a ampliar más y más su campo semántico… hasta que ya no define nada, por tanto pierde su valor y pasa de moda. Es hora entonces de recurrir a otra palabra.
A lo largo del 2014 ha habido algunas que hemos oído insistentemente: palabras que usamos para definir a los demás y para definirnos ante los demás al usarlas, palabras-policía con las que marcar las reglas del juego o simplemente palabras de moda que suenan bien. Aquí van algunas, aunque pueden añadir las suyas y, sobre todo, voten. El que no lo haga es casta.
Populismo
La expresión ha entrado con fuerza sustituyendo en parte al más gastado «demagogia» —que se utilizaba indistintamente en sentidos opuestos y al final era pólvora mojada— gracias en parte a uno de los vídeos que se hicieron virales a lo largo del año: el discurso de la politóloga Gloria Álvarez sobre el populismo en Hispanoamérica. En él se definía el término como «el atajo con el cual jugamos con las ilusiones de la gente para prometer lo que es imposible» y ante la irrupción de Podemos esta ha sido una de las críticas más habituales por sus detractores. A lo que sus partidarios no tardaron en replicar si no es populismo también, por ejemplo, prometer plantar quinientos millones de árboles, que la renta per cápita española superaría a la alemana en pocos años o aparecer en el programa Sálvame e imitar las maneras de Julio Iglesias.
Casta
Esta es una de esas expresiones que funcionan a la manera de las balas trazadoras, indicando tanto a dónde se dirigen como de dónde provienen. Aunque ya existía desde mucho tiempo atrás, incluso aplicado a la clase política (hay referencias que se remontan a la Segunda República), está inequívocamente vinculada a Podemos y su popularización ha sido tan fulgurante que algunos matándola de éxito han querido aplicarla a casi cualquier ámbito: casta científica, casta universitaria, casta periodística… En este momento la palabra en cuestión está cerca de ser más repetida en tono irónico que con la intención original, así que sospechamos que el recorrido que le queda es más bien corto.
Machismo
«Me parece machista querer condenar a Ana Mato por los pecados de su exmarido», así intentó defender en su día Francisco Granados a su compañera de partido. Previamente ya había acusado a un ministro socialista de ser «el más machista de la historia». Este año ella finalmente dimitió y Granados, por cierto, está ahora en la cárcel. Esperanza Aguirre consideró «machismo puro» que unos policías municipales pretendieran multarla —¡a ella!— por aparcar donde no debía. Anteriormente también había usado ese término para referirse a la oposición. La viceportavoz de Alternativa Galega de Esquerda afirmó que el presidente de la Xunta «rezuma machismo» por el hecho de pedirle que desautorizase los insultos que le dirigió un compañero de su partido. Y Pablo Iglesias zanjó con ese reproche la pregunta por las supuestas irregularidades de las que se acusa a su pareja. Son solo una pequeña muestra, puesto que «machismo» es, en definitiva, el comodín que todo el mundo quiere utilizar para ponerse del lado correcto a ojos de quienes le rodean, acallar cualquier crítica o atacar al de enfrente. El problema, de nuevo, es que al usar esa acusación fuera de contexto se termina trivializándola.
ETA
Cualquier cosa que diga, haga o piense podrá ser utilizada en su contra en forma de ser ETA. Todo lo que existe en un radio de diez mil kilómetros en torno a ETA es ETA hasta que se demuestre lo contrario, que suele pasar por asentir con un fuerte amén a todas las ocurrencias de muchos formadores de opinión. Si usted vota esta opción en lugar de al Partido Popular, por ejemplo, usted es ETA.
Friki
«Extravagante, raro o excéntrico. Persona pintoresca y extravagante. Persona que practica desmesurada y obsesivamente una afición». Esa es la definición con la que la RAE aceptó en 2012 esta castellanización del inglés «freak» y que a falta de mayor concreción ha visto incrementarse su uso hasta abarcar en 2014 a lo que estimamos en torno a la mitad de la población mundial. Hubo un tiempo en el que aludía a un grupo muy concreto de personas, como vimos en el entrañable clásico de Tod Browning, luego adquirió una nueva magnitud gracias a los aficionados a La guerra de las galaxias y a la serie The Big Bang Theory, pero actualmente hasta Enrique Iglesias y Pitbull se definen de esta manera en una de sus canciones. ¿Alguien en su sano juicio puede querer formar parte de un colectivo que los incluya? Definitivamente la palabra se nos rompió de tanto usarla. Ahora asoman por el horizonte las expresiones nerd y geek para ocupar su lugar, pero algún cantante de reguetón terminará incluyéndolas en sus letras y vuelta a empezar.
Gafapasta
¿Qué es un gafapasta? Algún lector nos responderá maliciosamente con aquello de Bécquer de ¿y tú me lo preguntas? gafapasta… eres tú, Jot Down. Pues oiga, depende. Si por gafapasta entendemos esto entonces sí, y a mucha honra. Pero más allá de llevar gafas de pasta y a pesar del esfuerzo de las mentes más clarividentes de nuestro tiempo que han abordado la cuestión, lo que se suele entender por «gafapasta» abarca un espectro tan amplio que podría decirse que es alguien con un gusto por productos culturales diferente al propio, y por tanto erróneo e impostado. Parece que nos resultara imposible entender que a alguien le diviertan otros libros, películas o canciones y concluimos que realmente no le gustan, y que solo lo dice por aparentar. ¿Y si hubiera algunos casos en los que efectivamente ocurre eso, que solo quieren adornarse? Entonces sí, pasarían a ser gafapastas… o tal vez solo se quedarían en hipsters, que vienen a ser lo mismo pero con barba, o vaya usted a saber.
Trending Topic
Una noticia que no empiece hoy en día con «Las redes sociales arden» está más coja que si le faltaran la mitad de las seis W (ya saben: qué, quién, cómo, cuándo, dónde y por qué). Las redes sociales parece que han pasado a ser la medida de la popularidad y el interés público, siendo la cúspide el TT de Twitter. No en vano el pequeño Nicolás presumió en su primera declaración ante la jueza de ser nada menos que Trending Topic y si algo se le da bien es presumir. Además cualquier evento, programa de televisión o producto en venta se jactará de serlo o, incluso más allá, de ser «Trending Topic mundial». Lo cual nos dirán esperando dejarnos con la boca abierta, entonces vamos a comprobarlo y efectivamente ahí está, entre #peliculasconpedos y #directioners.
Spoiler
A nadie nos gusta que nos estropeen un final, pero a todos nos resulta irresistible comentar uno cuando lo vemos. Hace unas décadas con solo dos canales de televisión no existía ese problema: todo el mundo había visto lo mismo el día anterior. Pero actualmente ya no estamos sincronizados, así que el conflicto está servido. El final de [SPOILER] Víbora Roja durante su combate con la Montaña bien merece algún comentario de humor negro que fastidiará a quien en ese momento esté [SPOILER] lamentando el final de Lorne Malvo o el [SPOILER] fundido a negro de Los Soprano o [SPOILER] el teseracto de Interstellar. Cualquier comentario en la redes sociales, artículo o conversación se convierte en un campo minado, así que o nos coordinamos para ver todos lo mismo a la vez o solo nos queda el silencio y el Sensory Deprivator 5000 de Cómo conocí a vuestra madre (cuyo spoiler pueden descubrir aquí). O una tercera opción, asumir que el hecho de ser espoilerado no es tan malo como concluía Diego Cuevas al final de este artículo.
Teseracto
Esta palabra la hemos escuchado tantas veces en las últimas semanas que algunos estamos a punto de entender qué significa. Tiene algo que ver con cubos dentro de cubos y una cuarta dimensión o al menos así se mostraba en la película de Nolan que ha servido de trampolín para este término, que en más de una cena navideña alguien se lo habrá oído decir a su abuela cuando volvió en sí tras el tercer brandy de la sobremesa.
hipster, selfie
Selfie.
Casta, selfie.
Será «Podemos», que la ha evitado hasta Felipe VI en el discurso por rancia.
Transparencia
Democracia, comme d’habitude, aunque ya no sea noticia
La palabra más manoseada del año ha sido, sin duda, «pequeñonicolás».
Selfie.
Sexista, que es un eufemismo «elegante» para machista aunque no sea unilateral; y racista, que vaya que se usa en estos días cuando los negros son víctimas pero no los blancos… (no soy racista, todo lo contrario).
Cuñao, sin duda. Un término boomerang, además.
Selfie.
Podemos (sin duda) seguida cerca de Ébola. Y todas las «mejorao» «notao» «superao» referidas a la crisis que ha popularizado Mariano.
Pues sí. Esas también. La espantosa moda en «-ao» por parte de quien debe hablar correctamente en público.
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selfie ha sido repetida hasta tal punto que ya asquea, pero como fue palabra del año el año pasado, pues ya llega tarde.
Una que no había escuchado hasta este año y que es muy popular: la nueva denominación de machista, «machirulo».
Imagino que surge para evitar el sambenito de «feminazi» o tal vez para todo lo contrario: demostrar pertenencia a un grupo. Buscadlo en Twitter, seguro que hay sorpresa.
Saludos
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Falta «gente».
Aún no especifican quién es exactamente «la gente», pero unos y otros parecen empeñados en que gobierne. Ente abstracto y anhelado.
«Gente» es el plural de imbecil
Diría ETA, porque los hijos del régimen y sus acólitos difaman así a toda persona y partido que entre en conflicto con aquello que creen que les pertenece. Pero diré Casta, porque cada vez hay más gente consciente del significado de la palabra pese a que ciertos medios y los rancios de ETA en boca pretenden hacerlo pasar como insulto cuando en realidad describe parte de la realidad de este país: unos pocos que viven a costa de la mayoría de los españoles.
«Prorruso»
«Bizarro». La Virgen qué pesadez.
Si queréis saber cuál ha sido, de verdad, la palabra más buscada del año, aquí la tenéis
http://geospa.blogspot.com.es
Y no, no fue teseracto…
HORRIBLE,
ESTA ÉPOCA ES FEA HASTA EN SUS VOCABLOS.
«Postureo». Y creo que «poner en valor», aunque esta ya estaba de moda antes…
De acuerdo con Hans. Lo de «bizarro» en el sentido clásico del inglés («extraño, estrafalario, excéntrico») también es cansino, sí.
Lo mismo es postureo ; ).
Veo que no ha escrito ninguno de mi pueblo todavía .
«Procés»;» El Procés».Si es de Barcelona dirá » Prucés».
Sin duda, «casta». Las otras son más viejas que la tos, o no las conoce nadie (¿¿teseracto??).
Aunque es cierto que tiene los días contados de tanto abuso para indicar lo que no te gusta. Ya se la usa como sinónimo de «mierda».
Aquí huele a casta, y yo no he sido.
¿Por qué «populismo» significa lo que diga la señora Gloria Alvarez? Yo a alguien que promete algo que no se puede cumplir le llamo «exagerado», «alucinado», «mentiroso», «estafador», «flipado», «estúpido», » capullo» y otras muchas cosas. Pero no entiendo la relación entre la raiz que hace referencia al pueblo y lo que es intentar obtener el halago del pueblo por decir lo que quieren oir acudiendo a los sentimientos antes que a la razón, que es, precisamente, lo que quiere decir «demagogia». Me da la sensación que la manipulación de esta palabra «populismo» le da ventaja a quien la usa porque si se aplica una medida que sea favorable al pueblo -y que sea aplicable en la práctica- se la podrá acusar de «populista» mezclando significados. Me recuerda a Von Neumann recomendándole a Claude Shannon el uso de la palabra «entropía» a su modelo porque «nadie sabe bien lo que significa y en cualquier discusión siempre tendrás ventaja».