Cine y TV

El hobbit: La Desolación de Smaug o el gran rorrobo de la jojoya

BILBO
Una escena de El hobbit: La Desolación de Smaug. Fuente: Warner Bros. Pictures International.

Está la cosa jodida, ¿verdad? Como para ir al cine a lo loco, no digamos ya si es en 3D. Es posible así, oh lector, que el estreno en salas de El hobbit: La Desolación de Smaug le cause un poco de turbación, en particular si el año pasado fue a ver Un viaje inesperado con toda la ilusión del mundo y se quedó al salir igual que como estaba al entrar, solo que con nueve euros menos. En 2012 la primera película de la nueva trilogía de Peter Jackson cosechó lo que suele denominarse «una recepción desigual entre los críticos» y se llevó solo un sesenta y cinco por ciento de reseñas positivas en la web Rotten Tomatoes, una proporción muy ramplona para una película que podría haber costado —y el condicional es porque no son cifras confirmadas— cerca de doscientos treinta millones de euros. La segunda parte, La Desolación de Smaug, habría costado lo mismo pero, si han visto el tráiler, habrán notado que promete más. Más acción, más bichos y más parecerse, en resumen, a El Señor de los Anillos, que es un poco lo que está esperando a estas alturas el aficionado raso a la literatura de J. R. R. Tolkien. Eso y que los enanos no vuelvan a cantar.

No padezca, en todo caso. Para ayudarle a tomar la decisión hoy traemos un picadillo surtido de impresiones sobre la película, nosotros que la hemos visto, que en caso de ser fan incondicional puede obligar a leer también a los seres queridos o conocidos a los que quiera embaucar, a ver si así se animan. Aunque es probable que no la supere nunca, aquí vamos a evitar esa discusión recurrente en El hobbit sobre si Jackson está haciendo una trilogía con un librito de ciento ochenta páginas por integridad artística o solo para ganar más perras, ch-cling, ch-cling, principalmente porque daremos por sentado que lo hace por la segunda posibilidad. También evitaremos los spoilers gordos y no hablaremos de lo que ocurrirá en la tercera película pero, eso sí, trataremos abiertamente la trama del libro, en particular cuando esta difiera de lo que aparece en pantalla. Es un clásico, es buenísimo y se publicó en 1937, quiero decir. Han tenido tiempo de leerlo.

Dos minutos por página

Empecemos por el principio. Todo lo que siempre quiso saber pero nunca se atrevió a preguntar sobre El hobbit: La Desolación de Smaug se lo digo yo ahora mismo en un momento: sí, haga pis antes de entrar. Dura ciento sesenta y un minutos, que se dice pronto. Eso son casi tres horas de desolación, enanos corriendo y Orlando Bloom subiendo los párpados de abajo como si le fuera la vida en ello. Ocho minutos menos que Un viaje inesperado que hasta se agradecen pese a que esta segunda película es, y atiendan que esto sí que es importante, bastante más entretenida que la primera.

En Un viaje inesperado Jackson invirtió ciento setenta minutos en adaptar las primeras setenta páginas de novela —lo que explica en parte aquello tan recordado, y no para bien, de que Bilbo saliese de su casa para «vivir una aventura» a los cuarenta minutos de empezar— y en La Desolación de Smaug hace poco menos que lo mismo: son ciento sesenta minutos de metraje para otras setenta páginas. Hasta ahora, el cineasta lleva un ritmo de algo más de dos minutos de cine por página, más tiempo del que seguramente tardaría cualquiera en leer esa misma hoja, tronistas de Telecinco incluidos.  ¿Cómo es, entonces, que en la segunda cinta pasan más cosas que en la primera y cómo hará el director en la tercera, cuando ya le queden solo cuarenta páginas de El hobbit que exprimir? No lo sabemos, pero a continuación va una pista.

El síndrome de la película en medio…

En La Desolación de Smaug Jackson se ha sacado de la manga personajes, tramas e historias enteras que el bueno de Tolkien nunca escribió, muchas más que en Un viaje inesperado. A ustedes y a mí nos han dicho que es para aliviar lo que a veces se llama middle movie syndrome —o síndrome de la película en medio—, un problema característico de la segunda entrega en trilogías cinematográficas cerradas como esta que consiste, fundamentalmente, en que el guión flojea porque no incluye ni el gran arranque de la saga ni su gran final, sino solo la parte de en medio. El mismo cineasta tuvo este problema en El Señor de los Anillos: Las dos torres y lo solucionó con bastante discreción añadiéndole unos elfos a la batalla del Abismo de Helm —así pudo invocarlos en pantalla, ya que de haber respetado el texto habrían desaparecido por completo de la película—, una serie de flashbacks y sueños que mantuvieron viva la relación entre Arwen y Aragorn a efectos cinematográficos —ya que ambos personajes, pese a su condición razonablemente protagónica, no llegaban a encontrarse en el libro— y un discurso final, el de Sam, que daba bastante vergüencita ajena.

Así las cosas, cambiar la historia parece razonable, ¿verdad? Se trata, a fin de cuentas, de mejorarla y darle esa unidad de la que carece. Una solución no solo justificada, sino incluso deseable, ensombrecida solo por un pequeño detalle: es absolutamente mentira. En la segunda parte de El hobbit a Jackson se le ha presentado el mismo brete y ha decidido solucionarlo a la gornú, seguramente tirando al traste su merecida reputación de buen adaptador.

…y el síndrome de la moto pintada de verde

El cambio más significativo es la aparición en El hobbit de la elfa Tauriel, interpretada por Evangeline Lilly, que el director no ha sobredimensionado hábilmente como hizo en su día con la Arwen de Liv Tyler —un personaje original de El Señor de los Anillos al que decidió conferir más presencia atribuyéndole las funciones de otros, principalmente las de Glorfindel, un elfo que por esa razón desapareció de la narración—, sino que esta vez se lo ha sacado directamente, alehop, de esta chistera que tiene cada vez más grande. Va por su quinta película ambientada en la Tierra Media y se conoce que ha cogido confianza. Y las confianzas, ya se sabe.

TAURIEL
Tauriel, armada y peligrosa y más falsa que un euro con la cara de Popeye. Fuente: Warner Bros. Pictures International.

La presencia de Legolas es también una licencia aunque más razonable ya que su padre, el rey Thranduil del Bosque Negro, sí aparece en la historia original de Tolkien, aunque fuese solo bajo el apelativo de «rey elfo». Del mismo modo Beorn —un cambiapieles muy querido por los fans de Tolkien, capaz de transformarse en oso— pasa solo de puntillas por la adaptación y en cambio el gobernante de la ciudad de Esgaroth, al que interpreta el carismático Stephen Fry, goza de varias y dilatadas secuencias, pese a que el primero juega un papel largo y fundamental en la novela y al segundo Tolkien le dedicó solo unas líneas.

GOBERNADOR
Stephen Fry, cortinilla al viento. Fuente: Warner Bros. Pictures International.

Cambios, repetimos, que presuntamente lo son al efecto de convertir la parte central de la trilogía en una película potable pero, entre ustedes y yo, mentira cochina. Después de tanto arreglo y de tanta vuelta, resulta que la cinta carece de un final ni en su trama principal, la de los enanos, ni en las secundarias, las que protagonizan Legolas, Tauriel, el debutante Bardo —interpretado y muy bien por Luke Evans— y Gandalf. Que no les vendan la burra, porque arranque poco y acaba con un pantallazo en negro y un implícito to be continued incluso más abrupto que el final de la primera cinta de El hobbit, que ya es decir. De quedarte tú mira, tal que así. Muerta en la bañera.

Un ataque de apendicitis

Y hablando de Galdalf llega el primer punto a favor de Jackson, ya que la historia del mago sí está más rematada que las demás, incluso cuando Tolkien no la escribió en forma de narración en El hobbit, sino como simple información enciclopédica en los apéndices de El Señor de los Anillos y solo muy de pasada en el Silmarillion y en los Cuentos Inconclusos de Númenor y la Tierra Media.

Como sabrán, el personaje del mago abandona a los restantes a mitad de la narración de El hobbit sin que el autor revele para qué, de forma parecida a como lo hace en varias ocasiones a lo largo de El Señor de los Anillos. Años más tarde el escritor británico contó en otros volúmenes que durante esta ausencia Gandalf se reunió con Saruman, Galadriel y Elrond para celebrar un encuentro del Concilio Blanco y evaluar los riesgos de la creciente presencia del mal en Dol Guldur, una antigua fortaleza de la región tomada por un oscuro personaje, el Nigromante. A consecuencia de esa reunión el Concilio concluye atacar las ruinas y desalojar al espectro.

GANDALF
Gandalf en una escena de la película. Fuente: Warner Bros. Pictures International.

Así contado no se lo parecerá a quien no haya leído los libros ni visto aún Un viaje inesperado y La Desolación de Smaug, pero lo cierto es que es esta trama la que confiere a la película continuidad con El Señor de los Anillos, ya que reúne a los mismos personajes contra el mismo mal, explica la presencia de los Nazgûl en el norte y anticipa la traición de Saruman y el alzamiento de Sauron en Mordor, al sur de la Tierra Media. Jackson ha tenido el acierto de no adulterarla demasiado y de repartirla a lo largo de sus tres entregas, pese a que en principio debería aparecer solo en la segunda. En la primera película, Un viaje inesperado, ya asistimos a la reunión del Concilio Blanco —a una sola sesión, pese a que Tolkien hablara de varias; integrada solo por Elrond, Galadriel, Saruman y Gandalf, pese a que Tolkien incluyó a otros personajes; que Jackson situó al paso de la compañía por Rivendel en lugar de posteriormente— y en esta segunda veremos a Gandalf enfrentándose a Dol Guldur —de nuevo no en los mismos términos que especificó Tolkien, pero parecidos—, y hasta aquí podemos leer. Sirva solo revelar que el director, consciente del valor de la historia y de que la paciencia de los fans tiene un límite, hasta tiene el detalle de conferirle un papel menor en ella a los dos personajes más sobrerrepresentados de El hobbit: el mago Radagast que interpreta Sylvester McCoy —seguramente salvándolo de que se convierta en el Jar Jar Binks de la Tierra Media, por cierto, trineo de liebres mediante—, y Azog, ese orco pálido y espantosamente digital que Jackson parece decidido a meternos hasta por las orejas.

Orcos como monos de Jumanji

Porque esa es otra. Salvo algunos enanos particular y afortunadamente feos, en El hobbit todo el mundo parece salido del anuncio ese de antiarrugas en el que aparece Jane Fonda interpretando a su propia nieta. Hasta los orcos, no te digo más, son feos como rayos pero el cutis lo tienen, mira tú, fino como el nácar. La magia del digital, claro, que a Jackson se le ha ido muchísimo de las manos.

AZOG
Azog, el constante antagonista de El hobbit. Debajo de toda esa digitalidad está el actor Manu Bennett. Fuente: Warner Bros. Pictures International.

Eso sí: Gollum y los tres trolls de la primera película impecables, como recordarán, seguramente porque son criaturas que por su propia condición necesitan ser creadas informáticamente. Lo mismo le ocurre en La Desolación de Smaug al propio Smaug —el dragón de la Montaña Solitaria— o a las arañas del Bosque Negro, por ejemplificar de nuevo con personajes necesariamente digitales. Sin embargo, esta segunda entrega confirma con creces lo que ya se veía venir en la primera, cuando Jackson fichó nada menos que a Barry Humphries para interpretar al Gran Goblin y lo cubrió, no obstante, con un cutrerío de traje digital bajo el cual poco o nada se veía del humorista australiano. En El hobbit, el cineasta ha decidido recrear digitalmente muchos personajes que no necesitan serlo, empezando por orcos y goblins y acabando incluso por algunos elfos descaradamente CGI. Por supuesto, no constituiría ningún pecado si resultasen creíbles visualmente. La pena, el error gordo que comete, es que en muchas de las escenas no lo son.

Legolas nos abre su corazón y las puertas de su casa

Por su continuidad con El Señor de los Anillos, el mayor exponente de este abaratamiento visual en El hobbit es seguramente Legolas, tan pasado por un intensivo de Photoshop que de repente le faltan solo el velero y los náuticos para haberse escapado del reportaje central de la revista ¡Hola!

LEGOLAS
Orlando Morritos Bloom, el elfo más irresistible del Bosque Negro. Fuente: Warner Bros. Pictures International.

Si su piel élfica resplandecía en la primera trilogía, lo de ahora es casi de auténtico Gusiluz; si hace años Jackson explotaba moderadamente sus «ojos de elfo», ahora le ha calzado unas lentillas azul Zoolander que juraríamos —juraríamos— que hasta están rematadas por ordenador; y si en Las dos torres y en El retorno del rey el elfo se descolgó con algunas escenas de acción particularmente irrisorias, en La Desolación de Smaug lo veremos ya dar unos requiebros, unos saltos y unas patadas voladoras que en sus pueblos de ustedes no sé, pero en el mío se llaman «carabinajos». Y no es el único aspecto en el que El hobbit da la impresión de ser, pese a que no lo sea, una película más barata que las de El Señor de los Anillos.

«Confía en mí»

Lo hemos comprobado, de verdad que sí. Nos hemos descargado El hobbit en PDF, le hemos dado a Control + F y hemos buscado la ocasión en que Tolkien escribió «confía en mí» en alguna de sus ciento ochenta y un páginas. Por si acaso, ya saben, y por no columpiarse. Cosas más raras se han visto.

Pero no lo hizo, por supuesto. Que alguien diga «confía en mí» es uno de los tics más reconocibles de los guiones comerciales de Hollywood, en particular a partir de según qué presupuesto y del grado de pragmatismo del texto, que normalmente es correlativo. En cualquier persecución que aparezca en este tipo de filmes, como sabrán, siempre hay un tipo amante de la obviedad que grita «¡que no escapen!» mientras persigue a los protagonistas, del mismo modo que alguno de estos suele anunciar a gritos que «¡estamos atrapados!» cuando, en efecto, están atrapados. En estas situaciones el protagonista, asimismo, se suele poner intensito cuando urde un plan de escabullida y, en lugar de explicárselo a sus compañeros para que lo ejecuten, recurre a esta frase tan dramática, «confía en mí», para que procedan a, pongamos por ejemplo, tirarse locamente por un puente en llamas y sin hacer preguntas. Y ellos lo hacen, claro, previa mirada severa durante un par de segundos y simbólica entrega final de su confianza, porque es de lo que va todo esto. Con esta artimaña el guionista evita la repetición —la de tener que explicar el plan verbalmente para después hacer que los personajes lo ejecuten— y alivia la acción en su mismo clímax con un pequeño paréntesis emotivo, que nunca viene mal. No tiene ningún misterio.

El problema es que el truco es precisamente eso: un truco. Y un truco que no pasa inadvertido no es un truco, sino una chapuza. En El hobbit: La Desolación de Smaug chirría particularmente por una razón: estamos ante una película fantástica en la que los personajes hablan constantemente en tono épico —e incluso muy épico, dependiendo del pasaje— para que, de repente, uno de ellos suelte una oración de película de Kurt Russell y te saquen del mood mira, tal que así. Los guionistas —Peter Jackson y su mujer Fran Walsh, Philipa Boyens y Guillermo del Toro— han cometido el error de ponerla en boca de Bilbo cuando discurre la manera de escapar de las cavernas del rey Thranduil pero no tiene tiempo de explicarle cómo a sus compañeros, así que nada: suelta la frase, raca, y se queda tan ancho. Y lo peor es que no es el único haiku hollywoodiense que malogra la lírica de Tolkien. Radagast, por ejemplo, advierte a Gandalf antes de que este entre en Dol Guldur de que podría ser una trampa, a lo que el mago responde con gesto severo y mirada al frente que, je, «por supuesto que es una trampa».

Thranduil

Y vamos ya, para ir cerrando, con el siempre necesario punto controvertido, que en el caso de esta película es Thranduil, el padre de Legolas, interpretado por Lee Pace. Aunque ya le vimos de refilón el año pasado, en La Desolación de Smaug el rey del Bosque Negro juega un papel fundamental que se verá ampliado en la siguiente entrega de la trilogía, El hobbit: Partida y regreso. La razón es que, para cualquiera no particularmente interesado en los espesores de la obra tolkieniana, la figura de Thranduil es el mejor asidero del que dispone Jackson para ilustrar las complicadas relaciones que mantienen entre sí elfos y enanos.

Ambos se odian, es cierto, pero también lo es que el odio que hemos visto hasta hoy en pantalla —el que encarnaba la enemistad entre Gimli y Legolas en El Señor de los Anillos— tiene mucho de singular y nace en El hobbit. Como ilustró el prólogo con el que arrancaba Un viaje inesperado, Thranduil –el padre de Legolas– acudió al rescate del rey Thrór —abuelo de Thorin, el líder de la compañía de enanos— cuando el dragón Smaug atacó su reino en Erebor, pero ordenó a su ejército élfico dar media vuelta al ver que los enanos huían de la Montaña Solitaria sin presentar batalla. Es por esa razón que Thranduil —y con él su hijo Legolas— desprecia particularmente a los enanos de Erebor y es por esa razón que Thrór —y con él su nieto Thorin y también su linaje, entre ellos Glóin y su hijo Gimli— odian a los elfos, pero especialmente a los del Bosque Negro.

THRANDUIL
Thranduil, rey del Bosque Negro y reina de los mares. Fuente: Warner Bros. Pictures International.

Como hizo en El Señor de los Anillos, Jackson vuelve a recurrir en El hobbit a esta relación para esbozar algo de información sobre la mitología del legendarium de Tolkien, que nunca está mal. No revelaremos cuál, eso sí, ni contaremos cómo se resuelve el encuentro entre Legolas y Glóin —que lo hay—, aunque sí reseñaremos que Thranduil y Tauriel, por ejemplo, mantienen en La Desolación de Smaug un breve intercambio verbal que permite al espectador conocer un poco mejor la sociedad de los elfos y cómo estos se dividen en diferentes castas. A fin de cuentas, es su naturaleza gigantesca y su grado de espesor lo que hace de la obra de Tolkien una cumbre de la literatura fantástica de todos los tiempos, por lo que no sería justo reprocharle a Jackson que ahonde en estas cualidades. Que para ello necesite sacar un rey elfo vanidoso y pomposo y que lo vista al efecto como Juncal Rivero en Noche de fiesta es, o nos lo parece a nosotros, lo de menos.

Smaug y el gran rorrobo de la jojoya

Y, por último, el dragón. En esta santa casa ya hemos tenido ocasión de hablar en al menos un par de ocasiones —aquí una y aquí otra— del riesgo que entrañan los dragones en pantalla, pero de nuevo, como con Juego de Tronos, vamos a darle al de El hobbit un aprobado que se convierte en alto gracias al vozarrón magnífico de Benedict Cumberbatch. No es que prometiera cuando vimos su breve aparición en el tráiler, pero al final resulta que sí. Y por suerte, ya que lo de Smaug aquí no era ninguna tontería. Toda la novela de El hobbit, a su vez lo primero que el autor publicó, no es más que la reelaboración del mito del dragón que custodia un tesoro por parte de un señor, Tolkien, a quien empezó interesándole simplemente el folclore, pese a que luego se le fuese claramente de las manos.

Y Jackson parece haber comprendido esta trascendencia, así que bien. Como hizo con la escena inicial de la novela en su primera película —la llegada de los enanos a Bolsón Cerrado y la reunión que allí mantienen con Bilbo y Gandalf— y con el encuentro entre Bilbo y Gollum, el neozelandés ha decidido en su segunda entrega darle una cantidad importante de metraje y elaboración al tercer gran momento y clímax de El hobbit, que es el que reúne a Bilbo con Smaug, y respetar más o menos el texto, rimas y tono infantil incluido. Menos mal, porque después de pasar por Beorn de puntillas en el inicio de la película, cualquiera podría esperarse lo peor.

Después de ese encuentro, eso sí, aún veremos a Smaug hacer más cosas —bastantes más cosas, de hecho— de las que Tolkien escribió, e incluso veremos a los enanos meterse en unos jardines que harán que muchos fans de Tolkien acaben amando, por comparación, a Tauriel y las demás elfas buenorras que Jackson acaba sacándose de la manga por hache o por be. Dijimos que no haremos spoilers y no los haremos, pero agüita. U oro, si prefieren. Sabrán de lo que hablamos, si no han leído El hobbit, al final de La Desolación de Smaug, y entonces ya nos cuentan. Hasta entonces siempre tienen tiempo de ponerse, que es muy cortita y se lee en un plis. A buen entendedor, pocas palabras bastan.

SMAUG
Cucú, te veo. Fuente: Warner Bros. Pictures International.

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78 Comments

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  2. Alvaro

    Completamente de acuerdo, Rubén.

    Desde el chasco que me llevé con Beorn hasta el buen partido que ha sabido sacarle el gordo al encuentro del hobbit con El Terrible.

    ¡Muy buen artículo!

  3. Ginramos

    Muy, muy, muy floja. Me pasé media película preguntándome por qué se metía tanta mierda inventada e intrascendente y se sacaban grandes pasajes del libro. El protagonista indiscutible para Tolkien es Bilbo y aquí aparece poco y desdibujado. Y el triángulo amoroso elfa-elfo-enano es surrealista y ridículo. Una pena.

  4. Parker

    Una cuestión. Si a diferencia de otros, que no saben de todos los añadidos que hizo Tolkien a posteriori al libro «El Hobbit» para explicar todo lo que en él no aparece y darle coherencia dentro del mundo de «El Señor de los Anillos», el autor de la crítica si los conoce… ¿por qué actúa como casi todos los que no, citando las pocas páginas del libro? Cuando es obvio que se trata de una adaptación no solamente de este, sino más bien de toda la historia que transcurre durante esa época (eso sí, adaptada con más libertades que en otras ocasiones).

  5. SPOILERS No se que ha sido peor, si que la parte de Beorn haya sido testimonial, que encerrados en los calabozos del Bosque Negro hayan estado ¿horas?, que la parte del nido de águilas ¡puf! desapareció o detalles como lo que menciona Ginramos; el triangulo amoroso es ridículo.

    Por no mencionar el tramo final de la película, desde que Bilbo se encuentra con Thorin, que es total y absolutamente inventado. Una cosa es tomarse licencias artísticas y otra inventarse un enfrentamiento épico contra el dragón que en ningun momento existió.

  6. Jaunzuria

    Es difícil de explicar exactamente qué busca Peter Jackson con estas películas. Está claro que pretende ganar mucho dinero con ellas, pero es algo que iba a conseguir igualmente rodando un producto respetable.

    A mi entender, lo grave del tema es que no funciona ni como adaptación del libro, cuya historia destroza constantemente en forma y espíritu, ni tampoco como película desligada de él. Es decir, que si haciendo un duro esfuerzo nos olvidamos del libro original y tratamos de disfrutar de la película de forma separada, nos encontramos con que delante tenemos 3 horas de interminables persecuciones absurdas, innumerables escenas de acción llenas de momentos muy bochornosos (son elfos… o personajes de Matrix?) y un largo rato final con el dragón que da mucha mucha vergüenza ajena (es Smaug… o Godzilla dando tumbos?). Todo ello aliñado con mucha frase obvia, mucha conexión forzada con El Señor de los Anillos y poco más.

    • Totalmente de acuerdo con todo Jaunzuria. Pero todo este desastre acompaña siempre a Jackson, que es un Álex de la Iglesia con presupuesto. El Señor de los Anillos está también mal adaptada, con supresiones y añadidos sin lógica, ni literaria ni cinematográfica, y con un tratamiento ramplón de todo el material. Por no hablar de King Kong…

  7. viejotrueno

    O sea, la pataleta del friqui ofendido…
    y la verdad es que da mucha pereza enfrentarse a la cansina prosa de Tolkien, no lo pienso hacer, ya salí escaldado cuando intenté comenzar a leer ESDLA.
    A mí, que por otro lado soy más bien rarito -por lo menos según los parámetros de la más rabiosa contemporaneidad-, es que me gustan las películas largas (quejarse de esto es un a posteriori sin sentido porque ya a priori se supone que uno se mete en el cine a pasar mucho tiempo), pausadas, donde no pasa nada -aparentemente- y donde el director se detiene en cualquier chorrada, de ahí que me gustase la primera parte de este nuevo mamotreto, como me gustó la primera película de la primera trilogía sobre todo en sus retratos más «costumbristas» de La Comarca donde, por el Gran Ojo, y que me perdonen, me pareció respirar del mismo aire que se respira en uno de los viejos artefatos de John Ford

    • Miquel Àngel

      Rarito no, eres un pedante de tres pares de cojones.

      • viejotrueno

        Me lo dicen siempre, pero yo creo que más que pedante es que los demás son más bien un poco cenutrios… hasta este punto llega mi pedantería. Eso sí, para pedantería el ejercicio de erudición para cargarse un sencillo blockbuster. Para más inri basado en un librito que tiene más de literatura pulp que de epopeya griega

        • Laurelindorean

          Es gracioso que digas algo así de un libro que tu mismo reconoces no haber leído nunca. Manda … Literatura pulp por Diós, lo que hay que leer… xD

        • Vastufinoquetelodoy

          También huelga decir que tu eres un gilipollas de campeonato, viejotrueno.

    • Josele

      «El hobbit» no es «ESDLA» ni de lejos. Uno es un cuento para niños y el otro una novela para adolescentes. Tengo bastantes amigos que disfrutaron muchísimo con el primero y que se aburrieron mortalmente con el segundo.

      No es mi caso, pero también lo comprendo.

      Te recomiendo que le eches un buen vistazo al libro, sin prejuicios anteriores. Es pequeñito y tremendamente divertido, puedo asegurarte que te vas a sorprender riendo a carcajada batiente con varios pasajes.

    • valhue

      O no sabes lo que es ser raro, o no sabes lo que es la contemporaneidad. La duración media de las pelis del siglo XXI excede con mucho los 130 minutos mientras que en la época de tu admirado John Ford se le criticaba la duración de las pelis porque no se ajustaba a los 90 minutos habituales – si conoces su filmografía en lugar de simplemente tirarte el pegote verás que la mayoría de sus cintas no llega a las dos horas.
      No veo donde ves tu la pataleta del friqui ofendido cuando las principales quejas no son sobre la fidelidad al libro, sino sobre la diversión que ofrece la cinta, que es más bien escasa a pesar de partir del libro más entretenido que escribió el autor.

  8. Si ya «El Señor de los anillos» fue una vergüenza, esto de «El Hobbit» debe de ser grotesco.

  9. Totalmente de acuerdo con la crítica. ¿Y qué me decis de que Smaug sea tan fino de oído y olfato y luego lo toreen vilmente con ese tour turístico por Erebor?
    De cualquier manera, yo le pongo un 7 (y sobre todo por el dragón, porque si por el resto fuera… casi ni el 6 se llevaba).
    Salí muy decepcionada de la película, sobre todo por el asunto del uso abusivo del CGI, que ya ni saltos normales parecían hacer los elfos… ¿y qué hay de los orcos con prótesis y que tan bien quedaba en El Señor de los Anillos? Queda todo muy artificial y como si no hubieran querido esmerarse en la película, la verdad.
    Comparto, un saludo.

  10. el hijo de Sam

    Solo una pequeña aclaración: el «librito» tiene 300 y pico páginas , no 200, ni 180. 300.

  11. PepeMálaga

    Me sorprende que nadie haya dicho nada de las joyas del vientre de Smaug. Pensé que el comentario del robobo de la jojoya iba por esto. Me pareció una licencia que se podían haber ahorrado. Bilbo y Smaug son los personajes centrales del libro y lo más característico del dragón era precisamente la armadura de joyas. Eso… y que era rojo. Yo estuve temiendo que nos colaran un dragón verde.

  12. sdfsdf

    Prometheus es una obra maestra al lado de esta pelicula.Por lo menos entretiene y abusa mucho menos del CGI.

  13. Pingolfin

    Sinceramente, como adaptación, horrible, pero es que como guión original, es horrible también, en muchos casos parece que alguien se encargó de un trozo, otra persona de otro, y nadie se ha parado a pensar que uno y otro no juntan.
    Spoiler, La escena de la llegada a casa de Beorn desde la carroca, es de traca, huyo a casa de Beorn porque me persigue Beorn (¿no les perseguían los orcos?).
    Spoiler, ¿porqué se comen el paso por el río en el bosque negro donde enferma Bombur creo, y luego te inventas la flecha negra que hiere a un enano?.
    Sin embargo hay cosas que están bien hechas, a cada uno lo suyo. No puedes tener durante meses encerrados a los enanos en las cárceles elfas. No recuerdo cuanto están, pero en la película no es viable. Es muy fácil, da en pantalla mejor y tiene mucho más sentido hacer la huida tal y como aparece en el libro, con un montaje que le de la tensión necesaria de «les pillarán o no»; pero no la que han hecho, donde los guardias se han quedado dormidos por obra y gracia del espíritu santo. También está el hecho de ¿como suben los barriles desde o desde la ciudad de Lago por esas cascadas?
    Añadiendo, Ole a los enanos mojados en agua helada (con icebergs y todo) que no pasan frío…
    Y ya para rematar, obviando a Tauriel (que es de lo menos malo de lo inventado), los elfos saltimbanquis del circo del sol, clonación entre Van Damme, Nadia Comanecci y D’artagnan, ya me superan.
    De lo poco salvable, coincido con el autor, es Dol Guldur, Gandalf y el Nigromante, si obviamos a Radagast…; el dragón (obviando las carreras por Erebor), el desagradable gobernador de Esgaroth, y quizás, solo quizás, la introducción del mal que aquejó a sus antepasados, y que le reserva un destino similar a Thorin.

  14. Como bien dice el hijo de sam, el hobbit tiene 350 páginas más o menos, de la misma forma que el Señor de los Anillos casi llega a las 1.100.

    Así que aunque se pase mil pueblos con tres películas, no hagamos demagogia barata diciendo que son 180 páginas.

    Menos tenía ‘Sueñan los robots con ovejas eléctricas’ y se sacaron un peliculón como blade Runner.

    • Laurelindorean

      Una película, tu lo has dicho xD

    • Pablo Calzado

      Y de hecho, aquella adaptación tenía mucho menos que ver con su original literario y no veo a nadie rasgarse las vestiduras. Hasta el videojuego era mejor adaptación de la novela. XD

      • valhue

        Porque la peli era buena. Si Jackson se hubiese inventado algo para el hobbit que lo hiciese más largo y al mismo tiempo tan divertido, emocionante y épico como la obra original de Tolkien estaríamos todos encantados. El problema no es que se hayan inventado cosas; el problema es que lo que se han inventado es una mierda.

    • Lo que hay que llegar a leer, yo tengo 2 ediciones, una de 187 pag y otra de 250 y en las dos se cuenta exctamente lo mismo. Se nota que los que hacen estos comentarios estan muy habituados a leer, si señor…

  15. Aníbal

    He leído el libro y me gustó la película. De hecho, la recomiendo.

    Yo les diría a todos los que se quejan, que no vayan a ver la tercera parte porque auguro que será larga, el director inventará partes que no están el libro y se seguirá abusando de la tecnología que decís que se abusa con los elfos.

    Un saludo

    • También he leído el libro, también me ha gustado la película y también la recomiendo.

      Estoy totalmente de acuerdo con Aníbal: si no os gustan las películas, no vayáis a ver la tercera.

      Yo, por mi parte, espero que la tercera película dure cuatro horas :)

      SPOILER: las escenas de Bilbo en la cámara del tesoro antes y después de despertar a Smaug son estupendas.

  16. Muerta en la bañera me quedé con el final, ohú, mare mía…
    Genial la crítica, por cierto.

  17. El dragón Smaug carece de credibilidad.
    Es un fantasmón.

    Un bicho incapaz de cargarse a un despistado hobbit y un puñado de torpes enanos, tras tenerlos a su merced durante media hora en el interior de una montaña. Una birria de dragón, una inutilidad. El hobbit y los enanos no sufren ni un rasguño.

    Pero este dragón es un arrogante y se engaña a sí mismo, pues tras su fracaso con los seres pequeñitos sale volando hacia el pueblo cercano y brama: «¡llevaré fuego y muerte!».
    ¡Menos lobos, dragoncito!

    http://www.elcineenquevivimos.es

  18. Pensaba que la rivalidad / odio entre elfos y enanos se remontaba a la época en que Elu Thingol, rey de Doriath, quiso engarzar el Silmaril de Fëanor robada por Beren y Luthien en el Nauglamir, collar que los enanos crearon para el rey Finrod de Nargothrond. Los enanos acabaron asesinando al rey Thingol para quedarse con la joya.

    • moguruza

      Eso fueron pequeñeces al lado de, de, de…. ¿encerrarse en su reino y no prestar ayuda?

  19. Totalmente de acuerdo. Hay que ver la película, porque hay que verla, pero en muchos aspectos es un poco … chapucera? Esos polémicos 48fps y ese HFR 3D, en ocasiones parece una serie cutre, y los planos cortos? Ufff!
    En relación al guión, sobran muchas escenas y falta tiempo en otras. En ocasiones, pasa todo muy deprisa para luego recrearse en las payasadas de Legolas a las que solo faltó lanzar alguna telaraña.
    Muuuy decepcionado.

  20. José Naveira Barbeito

    Gran artículo. Legolas puede ir directo al casting para un nuevo remake de El pueblo de los malditos.

    Tengo, sin embargo, una espinita clavada. Yo no entiendo el momento en el que al rey elfo Thranduil le acontece algo raro en su rostro. Me inquieta y me produce curiosidad saber el motivo de esta ida de olla pues fue uno de los pocos momentos en el que estaba despierto.

  21. Chema Cruz

    Yo me considero un friki Tolkiano de los piés a la cabeza. Me he leído prácticamente todo acerca de la Tierra Media y me maravilló la versión de Jackson de El Señor de los Anillos. Ahora bien, para mí, esta trilogía carece del amor que le pusieron a ESDLA. Coincido con el autor del artículo en que esta trilogía es más por motivos económicos y para probar nuevos cacharros tecnológicos que por una razón artística. Para mi hay demasiadas escenas chorras que deberían ser más cortas o directamente eliminadas. Spolier: Lo del triángulo amoroso entre Legolas/Tauriel/Fili (o Kili, no re cuerdo) es aberrante. ¡¡¿¿UNA ELFA Y UN ENANO!!??… amigos todo lo que tu quieras, pero esas miraditas del enano hacia Tauriel en plan «que culo tiene esta elfa y que buena que está» (que lo está) y ella correspondiendole con una miradita de «cuentan que los enanos la tienen grande» son una aberración. Tambien me ha dolido que Beorn sea tan horrendo y que se pase de puntillas y rapidito por esas escenas teniendo en cuenta que en la batalla de los cinco ejercitos de la tercera parte tendrá un papel destacable. Tambien creo que se han pasado con tanto CGI.. ¡con lo que mola una prótesis de maquillaje!. Puntos a favor: Smaug, la ciudad del Lago, el Governador (para mi un excelente Stephen Fry), todo lo relativo a Gandalf y Bardo. Aunque esa especie de ametralladora de flechas que se han sacado de la manga es una cagada. ESPERO que al final mantengan que sea el ARCO de Bardo quien lance la flecha negra.
    En resumen: se están pasando un poco con tanta chorradita. Me esperaba algo con más amor hacia la obra original.

  22. Yo he leido el libro, pero hace mucho tiempo y no me acuerdo de los detalles. La pelicula me ha parecido entretenida. En retrospectiva es verdad que los añadidos a lo que pasa en el libro son como parches baratos, pero una cosa que se me quedo grabada muy importante de El Hobbit, es que la novela es mucho menos seria que ESDLA, es bastante correcto que en una adaptacion de El Hobbit haya chorradas, por lo mismo es bastante correcto que sea mas una pelicula sobre escenas de accion que sobre el epiquismo estilo pelicula 300 de los elfos.

    Lo peor del triangulito amoroso elfo-elfa-enano es que no lo ha terminado, y no vale la pena darle continuaidad, esperemos, con lo que se va a quedar seguramente como un hilo desilachadado que le colgara a la trilogia.

    Algo que me queda tambien claro es que tener en mente el libro para todos los detalles, jode el aprecio que le puedes tener a la pelicula. La pelicula deberia ser juzgad por lo que aporta, y no en comparacion al libro.

  23. Mozart

    Espectacular, trepidante….en 3 D
    para los «puristas» tolkinianos. jackson lo borda, creando un universo que da (dará) sentido total a la obra. La justificación de una tercera parte, que se adivina memorable como el «retorno del rey», se debe básicamente a que la «batalla de los 5 ejércitos», cuyo rodaje ocupó más de 10 semanas, justifica por sí sólo una tercera entrega. Esperando y sabiendo que Jackson nuévamente hará la cuadratura del círculo y que no dejará cabo suelto.

  24. El «legendarium» de Tolkien da para mucho. En todo caso el mérito de Jackson consiste en recrear ese universo. Y el resultado es un «todo». El beorn, el bardo, Fili, Kili, Duain……juegan un papel fundamental en la tercera entrega donde además tiene lugar la «batalla de los 5 ejércitos»….Sin duda vamos a asistir a la batalla épica más espectacular de la historia del cine, que superará a las vistas en la trilogía del «señor de los anillos». Y conociendo a Jackson quedará todo cerrado y como un todo, the hobbit and the lord of the rings….

  25. Pablo Calzado

    No entiendo por qué viene tanta critica a meter relleno a una obra que de por sí era sencillita. Bueno, ¿y si Jackson quería contar ALGO MÁS? ¿Hay algo de malo en eso?

    ¿No nos acordamos de la cantidad de relleno que metieron en «Las Dos Torres»? (la posesión de Théoden, el combate de los huargos, la aparente muerte de Aragorn, los interminables paseos de Bárbol) Con más delito, porque aquel relleno provocó que «El retorno del rey» tuviera mucha menos densidad. ¿Pero a que mola «Las dos torres»? No tiene por qué ser una adaptación página a página para que esté bien.

    O la cantidad de veces que en ESDLA película, al contrario que en la novela, un personaje toma una decisión incorrecta para luego replanteárselo (Aragorn, Bárbol, Fáramir, no sé si alguno más). Jackson humanizó a unos personajes a priori demasiado perfectos. E hizo bien, ¡a pesar de no estar en la novela!

    Alguien por arriba ha comentado la adaptación de «Sueñan los androides con ovejas eléctricas» para hacer «Blade Runner». Nada que ver. Y es de las mejores películas de sci-fi que se han hecho nunca.

    Para «Tormenta de Espadas» (para quien no lo sepa, tercera novela de «Juego de tronos», o más correctamente de «Canción de hielo y fuego»), han decidido hacer dos temporadas de la serie. Vale que es una novela bastante densa, pero señores, ¡estamos hablando de una adaptación de unas dieciocho horas! ¿Y le dan tanta cera como a este «Hobbit» de Jackson? ¿Siquiera la mitad?

    A mí me encanta la novela, pero señores, como ha apuntado el autor, la novela es bien cortita: cuando la quiera leer la leeré. Al cine he ido a ver la película, y la he disfrutado como un enano (nunca mejor dicho). Incluso el rollo elfa-enano que tolkienianamente es un poco aberrante, me ha parecido que estaba bastante bien resuelto. Por lo menos han hecho que sea parte de la historia, y no como lo de Arwen, cuyas escenas te sacaban completamente de la narración de la película.

    ¡Qué ganas de ver la edición extendida, y después la tercera!

    • valhue

      Discrepo. Los personajes de las películas ESDLA están reducidos a clichés: el bruto rudo y grosero pero de buen corazón (Gimli), el superhéroe molón por el que suspiran las nenas (Legolas), los secundarios cómicos (Pippin y Merry), la pareja de enamorados (Sam y Frodo) y el príncipe mendigo (Aragorn). Imposible reconocer en ninguno de ellos a los personajes que describiera Tolkien.
      Tolkien jamás dijo que Gimli comiera como los cerdos para después eructar a pleno pulmón (en el libro, Gimli recitaba poesía, razonaba coherentemente sobre cualquier cosa y tenía labia como para seducir a Galadriel). En el libro, Legolas no era más que un paleto que jamás había salido del bosque; se parecía más a Sam, Merry o Pippin que al viajado Gimli, solo que era lo bastante discreto como para no abrir la boca y confirmarlo. De todos los personajes es el que menos iniciativa tiene: él está ahí para obedecer al que esté al mando, y nada más (y desde luego, era un buen arquero, pero no mataba tres orcos por flecha, ni se le ocurría seguir usando el arco cuerpo a cuerpo).
      En el libro, ni Frodo era tan patético ni Sam homosexual, y la locura se apoderaba de Frodo de forma mucho más sutil y más insidiosa – Peter Jackson tiene la sutileza de un consolador de lija, como demuestra su penoso manejo de la debilidad de Théoden y la locura de Denethor. Y así con todos los personajes.

      • el Abominable Hombre sin Nick

        Todo lo que dices con gran razón confirma que Jackson mejoró el tostón de Tolkien, ahorrándonos entre otras cosas dar al FFW para pasar descripciones de siete páginas sobre un puto árbol. BIEN.

        • valhue

          Sin duda, es una mejora para todos aquellos cuyo último libro leído en su totalidad fue «mi primera cartilla».
          Es cierto que leer, al contrario que ver una película, requiere de más de dos neuronas, pero me hace gracia la gente que se queja de las larguísimas descripciones de Tolkien o George RR Martin y no se da cuenta de que, sin esas descripciones, su obra no valdría una mierda.
          El papel – o las bases de datos de internet – es muy sufrido; puedes escribir cualquier cosa que no se queja. Puedes decir que el héroe se enfrenta con diez enemigos, o con cien, o con mil. Solo por escribir un número más grande no lo hace más emocionante.
          La literatura (y la música, y el teatro, y el cine, y la pintura…) consiste en transmitir emociones. Lo hace con palabras igual que la música lo hace con sonidos y la pintura con colores, pero siempre se trata de lo mismo. No es igual decir que Tyrion Lannister estaba aburrido en un banquete, que decir que estaba aburrido y contar como le sirven un plato y declama un bardo, y luego otro plato y otro bardo, y luego otro plato y otro bardo… y así durante seis páginas. Para el final del banquete el lector no solo sabe que Tyrion está aburrido: SIENTE que está aburrido.
          Y esa es la diferencia entre un Martin o un Tolkien y las aventurillas pulp de la dragonlance o las noveluchas de Dan Brown, que están bien para todos aquellos a quienes leer más de diez páginas sin dibujitos les puede provocar un ictus, pero carecen de interés para cualquiera con una cultura media.

          • Arístides

            Creo que has dado, totalmente, en el clavo, valhue.

            Una película (que es la forma en que un guionista / director / actor plasman su imaginación de forma específica), por muy buena que sea, nunca podrá compararse con la «imaginación potencialmente generada» de un lector al leer un libro. Quiero decir que, un libro hace funcionar nuestra imaginación y una película, directamente, la sustituye.

            Yo comprendí esto al ver la trilogía de ESDLA en el cine y no haber disfrutado ninguna de las pelis al estar, constantemente, comparándolas con los libros mientras las veía y criticando las carencias y los excesos en mi mente. Sin embargo, al volver a verlas años más tarde, en DVD, me sorprendí disfrutando muchísimo.

            Para mí, los lugares y personajes que mi mente creó al leer la fantasía escrita por Tolkien son inmejorables; las películas (como películas fantásticas) son muy buenas pero, la adaptación de esas películas a esos libros deja mucho que desear.

            Por eso son cosas que hay que evaluar independientemente: Por un lado los libros, por otro las películas y por otro la adaptación de las mismas a los libros.

      • cerveza aguada

        Toda la maldita razón.

      • moguruza

        ¡Qué grande! Yo no le perdono lo de Denethor, lo otro puedo entenderlo (bueno hacer de gimli un torpe ignorante tampoco se lo perdono) porque hay que hacer caja y todo eso. Al fin y al cabo nuestros 9 euros son iguales que los de los que prefieren cosas mascaditas y ahí es donde radica el problema, que la película tiene que llegar a todo el mundo incluso a los tronistas de telecinco, no es plan de liarles con personalidades ambiguas.

  26. mapache

    El Hobbit convertido en una película de acción y de las muy malas. La primera al menos todavía tenía su encanto.

  27. No estoy de acuerdo en lo de mala película de acción. Las escena de los barriles esta perfectamente rodada. Se puede mantener si los elfos del bosque son saltinbanquis del circo del sol o no. Si bien creo que, o en la mitología tolkien o en alguna de las multiples copias posteriores, los elfos silvanos o del bosque son ágiles como gatos y los elfos de Galadhrim son criaturas mas señoriales y «rigidas», cosa que ya se perfila en la batalla del abismo de Helm versión Jackson, entre Haldir y el propio Legolas, uno es un luchador estático y de potencia, arquero de batallón y el otro va por libre sin mantener la posición y fijando objetivos individuales. Los humanos de Gondor no tienen nada que ver con los jinetes de Rohan y el propio tolkien marcaba las diferencias incluso fisicas y de etnias entre las distintas razas; humanos, elfos, enano, orcos y alguna que otra criatura mas eran claramente diferenciaradas entre etnias y culturas.

    De lo que no se habla de lo bien que esta rodada la escena de los barriles, da sensación de tensión, peligrosidad,… y el espectador es capaz de ver y entender toda la persecución. Comparada con escenas rodadas por directores especializados como Michael Bay o la mayoría de persecuciones de la saga Fast and Furious.

    • valhue

      Depende de lo que se entienda por acción. La escena del barril es un ejemplo de una coreografía perfectamente rodada, llena de saltos, rebotes, alley-hoops de armas que dejan en ridículo a la NBA y cosas así. Si a ti eso te transmite tensión, enhorabuena. Entiendo que entonces te parezca una gran escena de acción (y lo respeto).
      Para mí, la escena de los barriles en el río es como las escenas de la ardilla en las pelis de Ice Age. Es muy gracioso ver cómo Bombur rebota en el barril aplastando orcos. Es algo que podría haberse rodado para pelis como «top secret», «agárralo como puedas» o «casi 300». Es gracioso, pero… ¿emocionante? Pues no. Si te lo tomas a coña, te puedes echar unas risas viendo las fantasmadas de Legolas en plan «Machete», pero muy épico no es.
      De hecho, después de ver cómo en esta peli Legolas y Tauriel acaban con doscientos orcos ellos dos solos la batalla del abismo de Helm ha perdido toda la épica. Yo me imagino a los elfos supervivientes llegando a Lothlórien y Galadriel en plan:
      – ¿Dónde está Haldir? ¿Con los que faltan?
      – Los que faltan murieron en batalla, mi señora.
      – ¿En batalla? ¿Contra quién?
      – Pues contra los orcos de Saruman, claro, ¿con quién sino?
      – ¡¿Contra orcos?! ¡¿Pero cuántos eran?!
      – Pues más de diez mil, mi señora.
      – ¿Diez mil? ¿Y siendo vosotros casi quinientos habéis tenido bajas? ¿Qué llevaban, armas automáticas, tanques, drones equipados con misiles Hellfire…?
      – Esteee… no, mi señora, solo hachas, espadas…
      – ¡No me lo puedo creer! ¡En mi reino no entráis, nenazas! Una cosa es que todos los elfos sean homosexuales y otra cosa es aceptar más maricones aquí dentro. Bastante tengo ya con mi marido. Id a Bree a ponerles el culo a los clientes del Poney Pisador o algo que aquí no quiero volver a veros.

      • Das en el clavo: puedes fijar tus reglas para una película, pero una vez establecidas tienes que ser coherente o todo pierde credibilidad.

    • moguruza

      Si los elfos son ágiles, pero ¿lo son los enanos? todas las peleas de enanos acaban siendo carreras locas, dando saltos como gamos y colgándose de cuerdas y cadenas por ahí. De acuerdo la escena es trepidante, vertiginosa y todo eso, pero ¿resulta creible?. ¿No es posible que los elfos salten como si estuvieran en matrix pero los enanos peleen de otra forma?.

      El estilo de lucha que les ha otorgado PJ a los enanos me chirría tanto como cuando lucas puso a yoda a saltar como una rana loca.

  28. Jose de Arimatea

    Robobo, no rorrobo. Un poco de cultura por dios.

  29. Que es ‘floja’ es evidente.
    Solo quería añadir una diferencia justificada entre ‘El Señor de los Anillos’ y ‘el Hobbit’; y es que la primera es como La Historia de la Salvación, y la otra es como una anécdota simpática o como cuando la ballena se traga a Jonás, la primera exige un carácter mítico y legendario o épico y la segunda es menos seria, y no tan patética como la pieza que nos ocupa.

  30. Aaaanonimo

    Me ha gustado mucho la crítica del artículo, te felicito.
    Y a pesar de que la película tenga carencias importantes, hay que señalar lo necesario que es este tipo de cine para el mundo de la Fantasía, ya que durante años nos hemos tenido que conformar con Willow, Conan y poco más para ver algo de fantasía heroica; creo que el autor de este artículo estará de acuerdo conmigo, ya que sin este tipo de directores esta temática habría desaparecido. Por eso creo que a parte de hacer una crítica tan acertada, sería bueno, a su vez, agradecer este tipo de cine, así como los aficionados deben entender que no es motivo para dejar de visualizarla.

  31. Faustino

    Pues creo que el próximo proyecto de Peter Jackson es una adaptación cinematográfica de «La Metamorfosis» de Kafka. Serán tres películas de unas tres horas cada una.

  32. Pues a mi sí me gustó la Desolación de Smaug y ya van siendo tres veces que la veo.
    Que tengo mis críticas, las tengo, y la principal es la longitud de la obra: demasiado larga para un librito de 180+ páginas. Que quisieron tender un puente entre El Hobbit y ESDLA chévere, pero no era para tanto. Hasta 2 películas pasaban pero ¿3? ufff. too much (y bien que me voy a ver la última parte, jeje, placer culposo)

    Verla en 3D no me gustó… no hay nada como verla con mis propios ojitos pero la culpa es de los cines que te proyectan casi todos los horarios en 3D y te dejan con horarios casi imposibles en la versión normal.

    La creación del personaje de Tauriel pues diré que me gustó. Tanto el Hobbit como ESDLA carecen de personajes femeninos centrales. Galadriel y Eowyn son las únicas mujeres principales y no es que se las lea mucho (Arwen es más como una memoria de Aragorn que en libro poco participa) Y en el Hobbit ninguna siquiera. Pero eso es algo que se le reprocharía a Tolkien pero leyendo su obra y el entorno entiendo la carencia de personajes femeninos principales. Por tanto agradezco la presencia de Tauriel.
    Ese rollo del «triángulo amoroso» elfo-elfa-enano pues la verdad lo veo innecesario dado el destino de uno de los componentes, así que por ese lado no me hago mala vibra porque esa «relación» no llegará a ningún puerto.
    Pero debo decir que veo más emoción en este «romance» que ni siquiera llega a realizarse, que en el de Anakin-Padme.

    La escena de los barriles estaba yendo bien hasta que aparece Bombur muy a lo Mentiras Verdaderas y otras similares donde un error por parte de uno de los bandos conlleva a una casi victoria aplastante del bando de los buenos… me pareció irrisoria.

    Quería más tiempo en el Bosque Negro.

    Y así.

    Buena crítica, pero al igual que algunos han comentado, el libro es tan infantil que si Jackson no hubiese hecho esto sino, qué se yo, Disney o Pixar y sea dibujitos seguro no la veía.

  33. Gazza

    Después de ESDLA ya deberíamos saber que juzgar las películas por la «versión cine» es quedarse a medias, porque a medias están y sólo se ven completas en la versión extendida (error grave, para mí, por parte de la productora, pues es algo que sólo compramos los muy interesados en la obra de Tolkien y que el espectador común no va a ver).
    Me pasó al ver «Un viaje inesperado», que en versión extendida, a pesar de que tiene sólo unos pocos minutos más (creo que unos diez o doce) se presenta como una película más completa, y estoy seguro de que lo mismo pasará con «La desolación de Smaug».
    Dicho esto, como seguidor de la obra de Tolkien, he de decir que me parecieron peor las escenas de los barriles (larguísima y muy en plan videojuego) y la «caza» final del dragón (ídem) que la invención de Tauriel, como me sobró en la primera la «yimkana» que se marcan para huir de los trasgos.

  34. Carmen

    y la historia de amor entre el enano y la elfa? y el interrogatorio al orco donde los elfos parecen agentes del FBI made in Hollywood? Ademas, Legolas de lo mas desagradable. y los elfos borrachos que se quedan dormidos? no era que no les afectaba el alcohol?. me encanto la primera parte pero esta me ha parecido un bodrio. ¿Qué haran con la tercera? Ha sido un decepción absoluta

    • pues estos elfos se embriagan porque están bebiendo un vino que no es para tomar en grandes cantidades y tampoco es para cualquiera, es un vino especial para la mesa del rey, eso lo explican en el libro pero es curioso que en la película no se haya hecho referencia de eso (capaz en la versión extendida) pero es verdad que esa escena deja muy mal parados a los elfos si lo ves así.

      por el romance ya lo digo, no me estreso porque no tiene futuro, todos sabemos lo que pasa con algunos enanos y seguro Tauriel muere en la batalla de los cinco ejércitos que es el plato fuerte de la tercera película y que espero sea tan buena como la batalla de Helm’s Deep (a mi me gustó esa batalla aunque no estaba narrada de esa manera en el libro, y creo es lo único agregado que me gustó, el resto no tanto… los libros son más emocionantes) creo yo.

  35. Pingback: La desolación de Smaug | El ángel azul

  36. El problema, amigos míos, no es que Peter Jackson haya inventado pasajes que no existan en los libros (no lo sé, porque no he leído ninguno), sino que agrege metraje que no aporta nada a estas películas del Hobbit.
    Comparando los dos films del Hobbit con los tres del Señor de los Anillos, las diferencias son evidentes en cuanto a la narrativa. En la trilogía del Señor de los Anillos, nunca dejan de pasar cosas, así que su extensión se justifica… Siempre hay una subtrama en desarrollo. Siempre pasa algo. En las películas del Hobbit parece que haya un esfuerzo para estirar todo como un chicle. El dragón Smaug, por ejemplo. Sus primeras secuencias son interesantísimas, es un personaje que vale la pena ver, pero se estira taaaaantoooooooo que termina aburriendo.

  37. sarai uribe ortega

    La primer pelicula me gusto la segunda dejo mucho que desear,en algunas partes aburrida en otras mmm un poco mejor pero el final me dejo igual que al principio .

  38. En el primer párrafo se indica que un «aficionado raso» (¿qué será eso?) a la literatura de Tolkien no esperará que los personajes canten. Cualquiera que haya leído a Tolkien (sea raso o no) sabrá que en sus libros no faltan canciones. Sí «más acción, más bichos» es la forma en que debe adaptarse al cine «El Señor de los Anillos» de J.R.R. Tolkien… mejor no seguir leyendo.
    Saludos.

  39. Edumen

    Me extraña que todos ustedes (fanáticos de Tolkien) no hayan caído en el error más grave, y es el mismísimo Sauron, que, hecho piltrafas como estaba, con dos sopapos lo limpia a Gandalf (lo cual no sería grave); lo peor es que se revela en toda su magnitud, sin lugar a dudas, cuando luego (mucho después) la trama gira sobre si ha vuelto o no (a favor: la pupila del ojo es Sauron, detalle esclarecedor para mí)

  40. Pingback: libreame.es

  41. Muy bueno el artículo! coincido plenamente, y agrego: a quién se le ocurre que puede meterse como pegote el amor entre una elfa y un enano??! nunca leyó a Tolkien este tipo?, ni hablemos de las escenas remanidas y «copy and paste» sacadas del Señor de los anillos, como la curación del supuesto enano enfermo por una flecha orca, y la iluminación del personaje al mejor estilo Arwen.
    Ni hablemos del destrozo del libro original, que ya ni siquiera se puede llamar una «versión libre»
    Una burla total a cualquiera que haya leído los libros.

  42. Carlos

    Me he aburrido mas leyendo este artículo que viendo la película, por cierto el crítico es una persona que finge ser tan difícil de satisfacer que nadie lo intenta, ahi lo dejo…

  43. Se están pasando ya mazo inventando, así no mola

  44. cloroformer

    No he leido los libros, pero lo hare pronto. La pelicula creo que desde la perspectiva del lector del libro en algunas cosas os habeis pasado, aunque teneis razon en que añadiendo tanto (y emitiendo o acortando como he podido comprobar por otros comentarios y la critica) en una pelicula que lleva el mismo nombre y la misma historia que un libro no te va a salir muy bien; o te sacas otra historia con otros nombres basado en el libro, o adaptas el libro con mayor fidelidad, pero bueno voy a la peli en si. Lo de los orcos digitales decepcionante, donde estan los caracterizados de ESDLA? No se como será Azog en el libro pero le dan demasiada personalidad (o inteligencia) como orco, no se no tiene nada que ver con esos Uruk Hai poco profundos y despiadados, puras bestias de batalla. Lo de Legolas y los elfos es una exageracion, y los enanos no les pasa nada nunca, la escena de los barriles rio abajo es demasiado vacilada, que son expertos guerreros pero son enanos joder, y ahi gozan de un equilibrio y punteria excesivos. El dragon, con la oportunidad de quemar veinte mil veces a los enanos y a bilbo y acaba derrotado (en estas cosas pienso bueno, es una historia de fantasia) pero no llegue a digerirlo bien. Por otra parte la odisea de oscuridad y secretismo de la uno me gusto mucho mas, y es verdad que las partes de Gandalf (que podra seguir saliendo en cualquier pelicula de la Tierra Media y seguir siendo el mejor personaje) son las mas interesantes, y ahi influye mucho la conexion con ESDLA y la vuelta de Sauron y la guerra etc, por lo menos para mi que no he leido los libros. Lo que no entiendo es algunos comentarios de arremetidas contra ESDLA (las pelis). No sabia eso de Gimli, pero independientemente de lo buena o mala que sea como adaptacion como pelicula son una puta pasada, la mezcla de las escenas con la musica son unicas en la historia del cine, es muy epico, y los dialogos.. Ian Mackellen.. aunque nunca me gustaron las escenas de aragorn y arwen. Me gustaria que me contestarais respecto a ESDLA mas que nada

  45. No puedo creer que me haya aburrido de la película.. a la media hora todo parecía relleno, estiraban el argumento como chicle, y lo estiraban, y lo seguían estirando. Solo me da curiosidad el final del dizque triángulo amoroso, Legolas (el lindísimo Legolas de la primera trilogía será choteado? no se sabe)

  46. No encuentro artículo sobre la tercera parte, «La batalla de los cinco ejércitos»… ¿es por falta de pericia mía o no está escrito aún? Si es el caso… ¡No nos dejes a dos tercios!

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