La mediocridad —la cualidad de quien se encuentra en el medio— define a la mayoría. Es inapelable. Eliminando a los mejores y a los peores, quedamos todos los demás. El vulgar montón.
La mayoría, por lo tanto, es normal. Es común y corriente. Ni alta ni baja. Ni lista ni tonta. El individuo medio es más o menos como todos los demás, excluyendo —claro está— a quienes destacan por arriba o por abajo.
Y al individuo medio, como no podría ser de otro modo, le gustan las cosas que le gustan a la mayoría. Por lo general, cosas normales. Ni demasiado simplonas ni demasiado complejas. Ni demasiado apagadas ni demasiado estridentes. Es cierto que a veces lo mayoritario coincide con lo extraordinario, pero son casos contados que, para bien o para mal, entran dentro de lo probable y lo razonable.
El consumo de cultura, sin ir más lejos, es un buen ejemplo de ello. Salvo excepciones, los bestsellers no suelen caracterizarse por una altura intelectual de vértigo. Tampoco por lo contrario. Habitualmente son productos tan amenos como accesibles. Al alcance de la mayoría y de entidad suficiente como para no resultar anodinos. Los libros más vendidos, las canciones más radiadas… El mercado responde a la demanda del “gran público”, que se caracteriza por su medianía. Por hallarse en el extenso medio. Por coincidir, en cuanto a sus gustos, con casi todos los demás.
Sin embargo, en este juego de apariencias en el que vivimos, a nadie le gusta ser confundido con uno más. Al contrario, todos queremos sobresalir. Distanciarnos en la medida de lo posible de ese tipo tan soso y cargante que es el individuo medio. Y ya que hablamos de cultura, una forma eficaz de hacerlo es dar un par de toques de maquillaje a nuestros intereses y elevarlos así un pelín sobre los de la corriente y moliente masa. Que por algo somos menos iguales que el resto. Llevemos esto al extremo y descubriremos el apasionante mundo imaginario de los gafapastas.
El gafapasta medio —diablos, qué ironía— lucha con todas sus fuerzas por alejarse de los gustos e intereses culturales de la mayoría como si de un gato huyendo de una aspiradora encendida se tratase. Se coloca mecánicamente por encima de la media en cada confesión con tal de no ser considerado un mediocre, como todos. Lo comercial —ojo, ahora se llama mainstream— es poco menos que aceite hirviendo. El gafapasta es más inteligente que eso.
La fidelidad a este patrón de conducta, no obstante, produce una curiosa consecuencia que podríamos denominar, si os parece bien, como “el efecto Spielberg”. El gafapasta es un ser social que se rodea de otros gafapastas, y es inevitable que en su perenne exposición de filias sea preguntado acerca de intereses aún no mencionados. Normalmente estará encantado de satisfacer a sus interlocutores, pero a veces lo general encierra terribles particulares. Y es que puede darse el caso de que, en un tema concreto, sus gustos coincidan con los de la insustancial mayoría. Qué horror.
Un gafapasta, pues, no puede confesar que su director de cine favorito es Steven Spielberg. Aunque le parezca efectivamente el mejor, aunque sea capaz de defender exitosamente las bondades del estadounidense, debe morderse la lengua o los demás gafapastas pensarán que el pobre no sabe más. No valorarán la posibilidad de que tal vez sea un gran cinéfilo y que, a pesar de todo, Spielberg sea su director preferido. Directamente, darán por sentado que no entiende mucho más de cine que la mayoría y acto seguido lo estigmatizarán. El gafapasta es perfectamente consciente de ello y por eso menciona dos o tres directores con mucha menor aceptación en el mercado, lo que garantizará que en su pequeño círculo intelectualoide todos supongan que su cultura cinematográfica es elevadísima.
No obstante, entre las referencias artísticas, literarias y musicales de un gafapasta tampoco encontraremos títulos de una altura intelectual portentosa. La gran putada del mundo de la cultura es que, muchas veces, las obras más brillantes e inteligentes no gozan entre el gran público de la aceptación que merecen porque, sencillamente, son mucho menos accesibles. El promedio manda. Y esa es la razón de que también el gafapasta común las eluda. En primer lugar, no citará algo que no entiende porque probablemente su orgullo gafapastil le llevará a despreciar la obra en cuestión antes que aceptar la evidencia. Y por otro lado no quiere violentar al resto de gafapastas, que seguramente se sentirán insultados por quien impunemente se presenta ante sus ojos como alguien todavía mejor que ellos. Quien a hierro mata…
¿Dónde se encuentra entonces el refugio intelectual del gafapastismo? Muy sencillo. En un punto situado manifiestamente por encima de la media pero no tanto como para sentirse gilipollas. Su acervo cultural se nutre fundamentalmente de lo minoritario y en su defecto de lo marginal y sombrío, pero casi nunca por una cuestión de paladar sino de mera apariencia.
Sin embargo en este mundo tiene que haber de to’ y, a pesar de lo dicho, tal vez alguno de vosotros esté ahora mismo interesado en militar en tan selecta tribu. O lo que es peor, quizá algún día no os quede otro remedio que tratar con ellos y necesitéis conocer el terreno que pisan. ¿Cómo pasar desapercibido? ¿Cómo ser considerado un inofensivo gafapasta más? ¿Qué referentes debe uno mencionar para ser aceptado entre ellos o para no levantar sospechas? He aquí algunos consejos.
1. En lo atinente a la música, actualmente el gafapastismo y el indie —si es que tal cosa todavía tiene entidad propia— caminan de la mano.
Una simpática prolongación del “efecto Spielberg” es la que lleva al gafapasta a renegar de grupos que venera en el momento en que estos alcanzan cierta popularidad. Si le gustan a todo el mundo, no le pueden gustar a él. Por muy buenos que sean. Cualquier cosa con tal de no ser confundido con uno más del montón.
Si intentas ser uno de ellos, como mucho se te permitirá mentar a The Beatles o a Lou Reed siempre y cuando hayas dejado bien claro que te apasionan los cuatro primeros discos de Animal Collective. Ningunear a Joy Division por ser demasiado mainstream, recomendar el último disco de Half Japanese y criticar a todas las bandas del indie nacional desde El inquilino comunista te abrirá algunas puertas.
2. El cine es una de tus más importantes cartas de presentación, así que cúrratelo. Es imposible que tus interlocutores conozcan a la perfección la filmografía de todos los directores balcánicos de las últimas décadas, por ejemplo, y eso juega a tu favor.
Ni se te ocurra mencionar a fracasados como Martin Scorsese, Woody Allen o Stanley Kubrick porque los conoce todo el mundo. Lee un poco sobre Mondo Bobo de Goran Rušinović y preséntala como tu película favorita. Una referencia de soslayo a la obra Alexander Kluge dará empaque a tu opinión, y mencionar un par de cortos —nunca largometrajes— aplaudidos en algún festival independiente de renombre impedirá que nadie cuestione tu dominio de la materia, porque los demás gafapastas también se habrán informado sobre el tema. Hasta hace pocos meses, si no me equivoco, lo suyo era destacar algo llamado Lvoluten Osken.
En cuanto a actores, ni te lo pienses siquiera: John Malkovich es un caballo ganador. Tan pronto se embarca en un carísimo proyecto de Hollywood como participa en una producción independiente distribuida únicamente en el patio trasero de su casa. Además tiene su propia línea de ropa. Imbatible.
3. Si la cosa va de arte, el contemporáneo te viene que ni pintado, porque puedes estar hablando horas y horas sin tener ni pajolera idea. Evita a habituales como Damien Hirst o Frank Gehry, porque su estatus es ya el de verdaderas figuras del star system. Bastará con que memorices el nombre de algunas galerías de moda y a partir de ahí puedes inventártelo todo. Desde los datos biográficos del artista hasta su obra más destacada. ¡Qué más da, es arte contemporáneo! Aunque lo que se te ocurra sea una estupidez que no requeriría ni del más mínimo conocimiento técnico, tú sigue adelante. La actual confusión entre lo puramente estético y lo artístico lo permite todo siempre y cuando se te ocurra un título pomposo y aparentemente meditado. Desavenencia cognitiva entre lo figurado y lo real de Jan Kiefernholz. ¿Ven qué fácil? Me lo acabo de inventar, pero si lo suelto en medio de una conversación sobre arte contemporáneo, el gafapasta común asentirá y aplaudirá con convicción sus primeros trabajos.
4. La literatura es un arma poderosa en la mimetización con el gafapasta, pero al mismo tiempo nos puede dejar fuera de juego al menor descuido. Tanto por exceso como por defecto. Debemos permanecer siempre muy atentos a los márgenes del terreno en que se mueven con comodidad. Ni demasiado conocido, ni demasiado intelectual.
Al igual que en la música un gafapasta no destacaría jamás ni a U2 ni a Richard Wagner, en la conversación literaria debemos apartarnos tanto de los Pérez-Reverte de turno como de todos los posibles James Joyce. Nos delataríamos en seguida. El “efecto Spielberg” es clave y la calidad no debe nublar nuestro objetivo. Por ejemplo, Quevedo o García Márquez son tentadores, pero muy propios de la mayoría. Mentar a Borges es causar una estampida.
Es esencial mantener la cabeza fría y no olvidar que lo marginal es nuestra referencia, pero sin pasarse. La experiencia me dice que el quinteto más aceptado por el gafapastismo es el formado por Charles Bukowski, Jack Kerouac, J.D. Salinger, Arthur Rimbaud y John Kennedy Toole. Si se ven con suerte y quieren arriesgar, prueben con Oscar Wilde, pero a la mínima reacción de desconcierto o indignación aborten el intento y calmen a su interlocutor poniendo a caldo a Paulo Coelho. Da igual el motivo. Si se meten con Coelho, siempre tendrán ustedes razón.
5. El gafapasta no solo debe serlo, sino además parecerlo. Y para eso hay que ser muy moderno.
Te confesarás adicto a Apple y a Starbucks.
Si eres un chico, vestirás siempre con pantalón pitillo, y si puede ser, de vivos colores; las camisas, de cuadros, entalladas y por dentro; las camisetas, con eslóganes idiotas o iconos de videojuegos de los 80. Si eres una chica, el look Amélie siempre funciona; y si no, cómprate ropa en la tenducha más rara que encuentres y seguro que acertarás.
Independientemente de tu sexo, si tu peinado se parece al de Luis Piedrahita es que algo estás haciendo bien. En ellos, el bigote y el tupé son complementos capilares ideales.
No hagas demasiados ascos a los tatuajes y perfórate alguna parte del cuerpo. Que no se diga.
A todos los efectos, tu intención es irte a vivir a Londres antes o después, y de hecho lo has puesto por escrito en una chapa que llevas en la solapa. Pasarás allí una temporadita y entonces decidirás mudarte a Berlín, que es una ciudad menos cool pero mucho más seria, intelectual y europea.
Te importarán cosas como el Chi —que como cualquier gafapasta que se precie sabe, se escribe Qì.
La comida japonesa ya se ha convertido en una opción demasiado mainstream para ti y por supuesto no bebes lo mismo que la gente normal, sino gintonics de la huerta y chupitos de Jägermeister.
Convertirse en el perfecto gafapasta, como veis, requiere un esfuerzo titánico, pero es el precio que deben pagar quienes necesitan distanciarse de ese tipo tan soso y cargante que es el individuo medio. Tan normal y tan corriente como otro cualquiera. Tan sumido en su normalidad que no se da cuenta de la terrible desgracia que es ser como la mayoría. Tan ajeno a su propia mediocridad que no le importa admitir que le gustan The Beatles, Quevedo o Steven Spielberg. Pobre… Pobre de aquel que se conforme con perderse en el vulgar montón, como uno más. Seguramente no sabe lo que hace. Pero si algún día se despierta y se da cuenta de lo necesario que es formar parte de una minoría para gozar del privilegio de no ser igual que los demás, aunque solo sea en apariencia, aquí seguirán estos consejos, esperándole. Estoy convencido de que será un buen merecedor de ellos.
Pingback: Manual del buen gafapasta; guía práctica para la conversión o el camuflaje
Julio Cortazar, Witold Gombrowicz y Oliverio Girondo pueden cosiderarse del agrado de los gafapastas? Es que citar a Kerouac, pff
Bukowski le daba una ostia con la mano abierta a un gafapasta si lo ve con un libro suyo en la mano.
Lo he compartido en Twitter me encanta tu artículo…
Fua, paso de leer esta petardada, quien se lo haya comido entero, coincido con comentarios mas abajo, grandes posibilidades de carne gafapasta… Como el que menciona aquí a Bukowski. No es por nada, pero a mi me gusta Bukowski desde que lo descubrí, y lo admito sin vergüenza alguna, a los 17 años por una serie de televisión. Pero no se que demonios tendrá que ver todos estos autores que mencionais con nada de nada. Kerouac es un gran escritor, no por nada considerado uno de los más grandes de su época junto a ni mas ni menos que William S. Burroughs. No creo que lo fuera a citar nunca, vendría tan a cuento como si citara la caperucita roja, antes cito a Ginsberg o chorradillas varias pro drogas S. Hunter, pero en serio, hablar por hablar… Y lo dice alguien que lee de lo mas variado en literatura, tanto moderna como clásica, hispana como inglesa, americana o francesa independientemente: Baudelaire, Rimbaud, Verlaine, Poe, Wilde… Cernuda, Lope De Vega, Becquer, Quevedo… Verne, Bukowski, Kafka, Whitman, Dickens, Thoreau… En, fin, solo menciono alguno que otro para que no me salga alguna listillo dando conejo por liebre, pero pese a que coincido con el reconocimiento de estos seres cuyas farsas en mi presencia suelen ser desmanteladas en el minuto uno, los gustos no tienenen que ver nada con nada, y me parece mal que utiliceis nombres de autores así al tun tun para haceros los enterados desvirtuando porque sí a uno de los mas influyentes de la literatura en su época y uno de los padres prolíficos del genero Beat. Es hasta un tanto ofensivo inclusive, pensar un poco antes de hablar o de querer haceros los cultos por favor, y culturizaros un poco más pero de verdad, no de telemierda web ok?
Uy, se enojó un gafapasta
Que tostón de comentario te has marcado.
Xd: No lo he leído.
Viva la gente feliz!!!
Ojo, se te olvida algo: el buen Gafapasta cuenta leer la Jotdown. Incluso dice tenerla en papel. Me consta.
Jot Down, Biblia del Gafapastismo, menos los artículos relativos a la NBA
Olé
Decir que lees los artículos enteros de JotDown, carne de gafapasta por un año.
No en serio, el artículo es entretenidillo y tal pero bastante insustancial. A parte de que los primeros párrafos me parecen totalmente desacertados. Que la música de radiofórmula no es ni muy buena ni muy mala? Jajajaja. En general es pura mierda. Pero eso es cuestión de costumbre. Si en las radioformulas se propusieran poner música de más calidad, sin ser demasiado raruna, esta música se pondría de moda. Pero alguna oscura razón les impide y se ven obligados a lanzar a la fama a personajillos como Pitbull o Bieber. Pofale. En cine la cosa está algo mejor, aunque tampoco para tirar cohetes. Se alternan cosas comerciales hechas con esmero y con bastante talento, como las pelis de Nolan en general o ESDLA o el Hobitt, con mierdas incomprensibles como Crepúsculo.
Yo creo que tanto peor son los gafapastas como los convencidos de que lo comercial, lo considerado «normal», es lo mejor, el único cine o música posible. Yo me siento muy cómodo entre estas dos posturas, poder disfrutar igualmente de El Hobbit, de una de Spielberg, o de una de Haneke, por poner el caso de un director gafapastil. El asunto es no cerrarse ante nada e intentar tener las miras bien abiertas. Para mí, tanto gafapastas como «palomiteros» (por seguir con el cine) suelen tener las miras igual de cerradas.
Gafapasta
Minipunto para Carlos M
Llorando de risa. Este artículo me será de mucha ayuda en mi cruzada contra los gafapastas.
Hablar de sociedad de consumo sin citar a Veblen es gafapastismo.
Decir que hablar de X sin citar a Y es Z… es gafapastism
Usar X, Y, y hasta Z, para demostrar un argumento X a Y, es gafapastismo.
Nadie quiere ser considerado mediocre aún sabiendo que lo es. Yo lo debo ser porqué me he reído con este artículo Vanity Fair gafapastil.
Una buena radiografía, pero hecho en falta la piedra angular de todo gafapasta/cultureta/modernete/hipster que se precie: las series norteamericanas. Suelen ver los capítulos en streaming en inglés el día después de que las pasen en las cadenas yanki. Si no están viendo la última temporada de True Blood antes de su pase en la tele nacional son unos loosers, no tendrían de qué hablar.
Veo los capítulos de series (norteamericanas, sí, aunque no me importa en absoluto el país que las firma si me gustan) el día siguiente y si he madrugado mucho y tengo un rato libre antes de empezar la mañana, incluso las veo pocas horas después de su estreno y sin subtítulos (aunque a veces tengo que volver a ver partes del capítulo, esta vez subtitulado, por si me he perdido algún diálogo interesante)
No soy gafapasta, ni «de la mayoría». Y ver las series el día después de su emisión no me incluye dentro de una categoría social. ¿Es que acaso tú ves los encuentros deportivos o las series españolas varios días después de su emisión? Entonces, ¿qué te diferencia a ti de ver, pongamos un ejemplo, la serie El barco los jueves de mí que veo Community los viernes?
Que tú eres una flipada y vienes aquí a contarlo, por ejemplo.
O que si uno ve un partido de fútbol (en directo, claro) es un borrego que ya no opta a gafapasta, y ver las típicas series yankis (que por cierto, son bien mainstream) es cool que te cagas. Para vosotros, claro.
Yo veo The walking dead, Breacking Bad y Juego de tronos al mismo tiempo que las van estrenando en EEUU, porque estoy enganchadísimo, porque no me gustan los doblajes y porque se aprende inglés.
Si no le gustan las razones, es usted un gafapasta (ahora gafapasta es un término arrojadizo para todo, por lo visto).
Escribir «looser» es de muy loser.
Cada vez que escribe un artículo, Manuel de Lorenzo se sale de la pelleja. Espero haberme alejado lo suficiente de los mediocres y vulgarmente comunes halagos que recibirás por este artículo. ¡Un saludo!
Ciertamente, es curioso que una revista que se presenta como «contemporary culture mag» cargue en contra del esnobismo y el postureo… Además de los lugares comunes del artículo que denotan la prisa por publicar y la falta de ironía -los gafapastas dejaron de citar a Amelié hace cosa como de cinco años, ahora el icono femenino a seguir es, pongamos por caso, Russian Red-, cabría preguntarse cuántas de las publicaciones patrias son tan torpes como para «cargar» contra sus públicos objetivos: ¿Se imaginan a Kerrang!! cargando contra los fans de Iron Maiden? ¿O a la gente de Hip Hop Life cargando contra los Mcs -nivel medio, que diría el tal de Lorenzo- de barrio?
Esto de faltar el respeto a la gente que te lee yo lo llamaría, por ejemplo, «Síndrome Kiko Amat».
Pero los pequeños gestos cuentan. Un Unfollow. Un seguidor menos en las redes sociales. Ya está bien de que se nos tache a los consumidores de auténticos productos culturales como imbéciles o hipócritas.
André, en todo caso, esta sería la opinión de un servidor, no de la revista.
No obstante, hay un pequeño problema terminológico (¡qué bien!): esto no es opinión, sino una cruda exposición objetiva de hechos.
Me jode su decisión, pero qué diablos, hace usted muy bien en abandonar el barco. Le pega :)
El icono femenino ni es Amélie, de la que todo dios raja, pero tampoco Russian Red, de la que también ahora raja todo dios. El icono femenino es Lena Dunham, la creadora de Girls. Es lo más cool del momento. A ver cuantos meses tardamos todas en criticarla a muerte, que es como funciona este mundo.
A todos nos gusta presumir de lo que leemos, sabemos, de las series americanas en versión original a las que nos enganchamos, las películas no comerciales que vemos en el cine, los conciertos y festivales a los que acudimos (llámase Primavera Sound o el último concierto de Leonard Cohen). A todos, no conozco a nadie que no lo haga. Nos gusta consumir cultura y hacer ver somos gente interesante. En la sala de espera del dentista, el oculista o en la peluquería jamás se nos ocurriría tocar, que digo tocar, ROZAR con nuestros dedos el Hola o la Pronto. No domimos la siesta, ¡vemos los documentales de la 2!
Un poco de autocrítica y fina ironía no hacen daño a nadie.
Joder pues yo me lo gozo cuando voy al dentista y me leo esas mierdas. Total es una vez cada 6 mes, las cojo hasta con algo de interés.
Caray André, qué poco «in» estás. ¿Qué es eso de «Un Unfollow»? Se dice «habéis perdido un seguidor», ¿es que no lees El Mundo Today? En fin, si de donde no hay…
Yo soy una cazurra fan de Stephen King y aquí estoy, prueba de que los lectores de jotdown somos de lo más variopinto.
¡Qué horror! ¡He cometido una errata! «…pero *echo* en falta…»
El borreguismo en cualquiera de sus vertientes, y afecte a la tribu urbana que afecte, solo denota una falta de personalidad terrible. Cierto que todos nos podemos dejar influenciar en mayor o menor medida por los círculos en los que nos movemos. Pero forzarse a ver películas que no interesan, escuchar música que no te interesa y (¡oh Dios mío!) leer libros que no te interesan por querer encajar entre los «guays», es para hacérselo mirar.
De hecho la pena es que el gafapastismo se adueñe la propiedad intelectual de ciertos símbolos culturales y artístas que ya lo eran mucho antes de que ellos llegaran.
Por cierto, que viva Borges…
¿El Jägermeister es gafapasta? ¿Cuando me bebi media botella en Napoles y pase una alegre noche echando los higadillos mientras rogaba a alguno de mis amigos que hiciera el favor de rematarme, era una actividad gafapastil? ¡Soy cojonudo entonces! ¿Y Charles Bukosky es lectura gafapasta? ¡Yo creia que sus libros los leías cuando andabas jodido por tema de mujeres, no para comentarlos con nadie!
De acuerdo con la primera parte del artículo, la descripción del que quiere alejarse de la mediocridad.
Ya no tan de acuerdo con los ejemplos. De hecho, existe una corriente de gafapastismo que ha terminado por aceptar ciertos referentes «mainstream», precisamente para alejarse del común de gafapastas que tradicionalmente los ha rechazado. Por eso ahora encuentras gafapastas que reconocen sin sonrojo que les gusta Beyoncé, David Fincher o la última de James Bond, compran en Zara y ven el Gran Hermano, porque irónicamente resulta que ahora decir eso les distancia del gafapasta habitual, el de Joanna Newsom, Sofia Coppola, Wes Anderson y Animal Collective. El caso es ir contracorriente para sentirse superior, que es lo que muy en el fondo nos gusta a todos.
Si discurres eso que explicas, podrás ver el fin de esta tribu, o lo menos el que yo he llegado a prever,¿Qué pasará cuando ser diferente o alternativo se ponga de moda? Seguramente algunos dirán «yo ya era diferente cuando no estaba de moda» pero ese es el único vistazo qué he logrado darle al futuro…
Hace ya muchos años, en el váter de un pub coruñés iluminaba la noche una pintada que decía: «PUTOS INDIES – HEAVY METAL».
Sigue totalmente vigente, y me extraña que no se hayan hecho camisetas; será porque hoy en día las tachas las venden en Zara y los jevis son frikis adorables y forever alones y no los jóvenes melenudos que blandían hachas y cortaban cuellos por escuchar Mecano.
Me he reído mucho!!!! Y aún me dan mas risa los supuestos «hipsters/gafapastas originales» que se quejan de los nuevos gafapastas porque ahora entre todos forman la nueva tribu de borregos de moda!!!!
Perder el tiempo en tontadas marginales para significarse es cosa de jóvenes. Los viejos como yo usamos gafas de pasta simplemente porque somos muy miopes, como Calvo Sotelo.
Cojones, el tipo de letra de los comentarios no se lee un carajo
Genial, descacharrante. Y además ahora algunos y, sobre todo, algunas llevan las gafas sin cristales.
O sea, que ser gafapasta consiste en que te guste lo mediocre. Interesante…
Yo he entendido que consiste en aparentar que no te guste lo lo habitual (referido como mediocre en el blog) y poco conocido aun siendo malo. Lo malo es que ahora mismo ser gafapasta es mainstream. jajajajajaja
Creo sinceramente que si la cultura tiene un enemigo, este es el elitismo. No sé si los gafapastas son elitistas o simples pedantes (este términos me agrada, en origen creo que era como se llamaba a los profesores que daban sus clases de casa en casa), pero creo que para disfrutar verdaderamente de la cultura hay que ser irreverente. Esa pretensión de convertirse en un ser sublime o sublimado, que ante el arte y la cultura se “extasía”, me parece de una idiotez insoportable.
Cuentan que una mujer, tras años pretendiendo acceder a esa élite de verdaderos “disfrutadores” del arte y la cultura, con la madurez alcanzó con absoluta satisfacción el punto en que ante cualquier obra artística de prestigio, sufría el Síndrome de Stendhal, -síntoma de su superior sensibilidad cultural y refinada cultura-. El caso es que mató a su ginecólogo cuando este le desveló que simplemente eran los golpes de calor de la menopausia.
Hay que relativizar el arte y la cultura y dejar de darle visos de «sacralidad». Querer de verdad la cultura en lugar de admirarla.
Con un par, cachondeándote de tu mayoría de lectores sin reparos y ha cuchillo.
Y por cierto también es muy de gafapasta poner un comentario que empiece: » Artículo entretenido, pero falta/ te has olvidado/ es mejor….»
¡Disfrutad de algo y no puntualicéis en todo!
Brillante elección del tema. No sé qué es mejor, el intento del autor en armar toda una teoría para exculparse de su propia condición de gafapasta, con lo cual no hace sino caer en el gafapastismo más extremo (como el de aquellos que aluden a la nueva tendencia de seguir Gran Hermano) o las reyertas gafapastiles en los comentarios al pie. Jramon, muy atinada la referencia al comentario gafapastil por excelencia: el artículo está bien pero le falta esto o lo otro.
es preocupante que estando donde estamos, y hablo como país, se sigan producciendo armas de destrucción massiva contra la alta cultura, y todo de una forma frívola, tópica, superficial, como si esto de aquí fuera la televisión. Lávese la boca para hablar de toda esa gente con tanta inutilidad y tanto desagravio. Ya el simple hecho de mencionarlos dentro de una conversación en un mundo como este merece premio. Asi que he aqui su premio. Al hablar de la mediocridad se ha olvidado usted a la publicidad, capitán canalla del barco en el que andamos anclados. Y más allá de intenciones clasificatorias de la sociedad para poder vivir mejor por más ordenados, la diferencia con la mediocridad o normalidad, es la inquietud por mejorar, a través de la curiosidad exploratoria, de ahí que uno pase de Spilberg y lo intente con Tarkovski, de ahí que uno intente de orientar conversaciones de Madrid-Barça a conversaciones de Tolstoi-Dostoyevski, que no se más que pasar del videojuego a la vida real, del parque de atracciónes a la selva amazónica. Es cuestion de tener ganas de batirse en duelo con alguien para quedarse sus botas. Y de Spilberg tenemos ya la repisa demasiado llena de los mismos muñecos. Es increible como hay gente que ve el mismo tipo de pelicula y escucha el mismo estilo de musica con 20 que con 30 que con 40. Al estancamiento economico le regalamos el mismo cielo cultural año tras año. Trilogia tras trilogia. Crisis tras crisis. Y asi estamos. Hay que tener cuidado con tanta gargola suelta al acecho de un bocado de arrepentimiento por querer ser mejor. Quizás ellas no puedan, pero a mi me dan que quieren y pueden, y lo hacen, pero que el cielo es demasiado estrecho y no cabemos todos.
El asunto está en disfrutar tanto de una conversación Madrid – Barça como de Tolstoi – Dostoyevski, Tanto de una peli de Spilberg como de Lars o Michel Godry. Lo que detesto es la pretensión de la gente de creerse superior por manejar temas supuestamente más interesantes.
No soporto el snobismo intelectual. No hay nada como ser natural y disfrutar de todo aquello que te estimule sin miedo a etiquetas absurdas.
Creo que no se puede decir intente de orientar
Lo peor es vivir en limbo que existe entre el mundo de los mediocres y el de los gafapastas…
Muerte al gafapastismo. Original Geekster 4 life.
Qué decepción de artículo, no puedo creerme que no ha mencionado en ningún momento el brunch. Todos estos temas están muy bien desarrollados, pero cuándo se discute sobre arte, cine etc.? En aperturas de galerías sin calefacción y en el brunch.
Todo el mundo gafapastil sabe que desayunar y almorzar es demasiado mainstream para nosotros.
Me deja muy tranquilo. Pensaba que era un gafapasta pero veo que no. Ahora me falta saber qué soy.
Los cultillos,culturetas… de toda la vida pero con las gafas de pasta ¿no?
Muerte al gafapastismo; viva el monturasalairismo.
A mí el tipo de persona que se representa en este artículo es un perfil vulgar y mediocre que nació como una moda hace 10 años en Fotolog. Antes se llamaban a sí mismos «poperos» o «modernos de mierda».
Ahora, cualquier figura pretenciosa («hipsters», modernos, «gafapastas», «geeks» o como se hagan llamar mañana) resulta eso: pretenciosa. Y, de paso, vulgar y mediocre.
Si alguien se ve claramente retratado en este artículo, es que no anda sobrado de personalidad y eso siempre es una mala noticia.
Cada día aparecen más artículos con esta misma temática, sobre si es bueno, es malo, es todo postureo, el machismo indie, gusta de verdad o no, de todos los que he leído, éste es de los que mejor sitúan todo esto.
No me queda mas remedio y tendré que añadirlo a la entrada que yo también le dediqué a mis iguales gafapastas, y que no lo son tanto. http://shortcutstonowhere.wordpress.com/2012/09/18/hipster-indie/
Gran artículo Manuel
Gracias. Gracias, de verdad.
Gafapastismo literario y no nombrar a Murakami…eeerrorrrr!!
Murakami no es «bohemio» como Keruac, Rimbaud o Bukowski…
Que por cierto…. supongo que estais al corriente de todos esos gafapastas que se creen guays porque leen JotDown no?
Vaya alivio no haber acertado ninguno de los 5 puntos. Enhorabuena a todos los comentaristas menos a Ipsissimus, por proponer a Oliverio Girondo target del gafapastismo. Hombre ya.
Es que Bukowski, Kerouac y tal me parecen muy mainstream. Gombrowicz, Giroldo y Roberto Arlt como santísima trinidad, he dicho.
¿Chupar los ojos de Amélie con la punta de la lengua o chupar la cuchara y pegársela en los ojos?
¿De verdad?, ¿una crítica a los gafapastas?, ¿en 2013? Que mainstream y de losers…
y los que nacimos originales y ahora queremos ser mediocres y medianos, no tenemos nombre??? (alguien que solo quiere que le guste todo el mainstream para no destacar mucho entre el populacho)
El último grito entre los gafapastas es criticar a los gafapastas
Yo lo único que digo es que una vez vi a un tipo bailando un tema de La casa Azul con una camiseta de Manowar.
Este artículo es lamentable. Es decir, ¿Estáis diciendo que el «gafapasta» (entendiemdo por gafapasta lo mismo que habéis descrito) que está interesado por cierto tipo de cosas lo hace única y exclusivamente por huir de la mediocridad? No solo no lo creo sino que me parece el argumento de un mediocre absoluto, porque no solo se regodea en ella sino que trata de inundar con ella a lo demás. En fin, siempre fué más fácil rajar a base de lugares comunes que formar el gusto. Requiere menos esfuerzo. Preferiría ser gafapasta, sun dudar, al capullo que ha escrito esto.
A lo mejor soy yo el que estoy equivocado, pero creo que el autor no critica el interés por una u otra cosa; lo que critica, entiendo, es el querer convertir ese interés en un distintivo elitista.
Es más, en puridad, cualquier afirmación de las “de me gusta tal autor, tal director de cine…”, ya de por sí, me parece errónea, salvo que efectivamente se esté hablando de un afecto personal y no referido a su obra.
A mí me gustan muchas obras de García Márquez, y en general tengo su obra en mayor estima que la de Vargas Llosa, pero hay obras de Vargas Llosa que me gustan más que algunas de García Márquez.
El crearse clichés estéticos y culturales, aunque común en todos nosotros por una cuestión de practicidad, no es una actividad plausible. En realidad es lo mismo que crearse prejuicios, todos los tenemos, pero hay que saber evitar guiarse por ellos si uno quiere crecer como persona.
Intentar usar la cultura para “significarse” me parece una tontería supina. Que creo que es lo quieres decir el autor.
¿The Velvet Underground lo situamos dentro del gafapastismo?
En el mismísimo «centro neurálgico» (por usar una expresión muy gafapasta).
Otro enfoque sobre el asunto con la ventaja de que la palabra gafapasta, tan fea como es, aparece sólo una vez.
http://elseptimosello.blogspot.com.es/2013/02/en-defensa-del-consumidor-de-alta.html
Amelie, y esa foto en particular, en la que está a punto de hacer un postre, no es el símbolo de los gafapastas, sino de las malenis y de todos los obsesionados por subir fotos de cupcakes a Pinterest
Un artículo sobre gafapastas que no menciona a DFW (David Foster Wallace para los no iniciados) ni a Chuck Palahniuk (pronunciado «pólanik», no «palaniúk» como la chusma) es obsoleto.
Verá, es que algunos preferimos pronunciarlo a la ucrania, no a la anglosajona (es que el inglés es demasiado «mainstream»).
Pues yo me he descojonado con el artículo y aplaudo a Manuel de Lorenzo por el buen rato que me ha hecho pasar.
todos los comentaristas que se lo toman como un ataque o como algo serio y sueltan bilis les recomiendo que relean el artículo como un ejercicio de sana sátira.
En música he echado de menos alguna referencia a grupos sesenteros como Jefferson Airplane o The Velvet Underground, sobre todo estos últimos con la típica camiseta del platanito de Warhol, todo un icono gafapasta.
Lo dicho, gracias por el buen rato.
Corrección, señor Manuel: Amêlie representa a otra tribu urbana: las amélies.
Que artículo tan divertido. Que sano es reírse de como somos, porque todos y todas pretendemos ser originales y por puro snobismo nos inventamos cosas, nos hacemos los expertos teniendo solo nociones… Me he reido y me he visto
Autenticidad. Y punto.
Nadie ha mencionado que en lo referente a series una serie muy gafapasta es a Dos metros bajo tierra.Una pelicula muy gafapasta de Spielberg es el Diablo sobre ruedas, es importante mencionar en la conversacin en cuestion que Spielberg manejó el suspense Hitchcockiano con resulatdos plausibles,En cuanto a John Ford es importante mencionar que te gustan mas las peliculas que no se desarrollan en el Oeste,escenario muy mainstream, si no que las mas inetresantes son sus relatos melodramaticos y nostalgicos de su Irlanda Natal que tu solo has visto y que en España nunca se distribuyeron.En cuanto a cine negro, es importante destacar a Fritz Lang para a continuacion arremeter contra los hermanos Coen y Scorsese.En musica, un gafapasta de verdad escucha los discos de Phil Collins cuando tenia pelo y era bateria y componia rock progresivo sinfonico.En jazz, solo escucha smooth jazz o cool jazz o fusion jazz.El blues de los Rolling es comercial, solo merece la pena el primer gospel o soul grabado por el sello Decca de Chicago.Las pajas con Meryl Streep.
http://blogs.elpais.com/nachovigalondo/2007/04/un_post_friqui.html
P.D. Comentar un artículo con otro artículo es muy gafapasta.
Sabéis que cuando se entere Bukowsky de que le tacháis de referente gafapastil vendrá y os dará fuego a todos verdad??
P.D. Decir algo sin necesidad de tener idea de nada también da un toque muy gafapastil.
P.D. Tener un blog se considera gafapastil? Y twiter?? puede que el fotolog vuelva a ponerse de moda entre el gafapastil medio.
Le habeis copiado la foto de Amelie al Comidista.
Es curioso pretender criticar un supuesto elitismo esnobista de la «alta cultura» (concepto tremendamente burgués, por otra parte), cosa que existe y es lamentable, con un aun peor, por consciente y autojustificativo, elitismo de lo mediocre con la bandera de la autenticidad psicológica como excusa. Este «gafapastismo» de lo mediocre-pero-sincero se abroga la videncia psicológica con quien muestra gustos o criterios distintos, quizás más exigentes; es decir, da por sabido los motivos por los que le gusta o dice gustarle otras cosas, que siempre consistirán, según este ejercicio de videncia, en aparentar no sé qué superioridad intelectual. Este gafapasta de lo mediocre, heredero de la manía adolescente de identificarse y clasificar a los demás en estereotipos estético-mercantiles (todo un logro del marketing), no parece concebir que, simple y llanamente, hay quien disfruta de otras cosas, normalmente no muy extendidas entre el «gran público», porque sinceramente le parecen mejores.
No deja de ser un ejercicio de arrogancia el dar por sentado que Spielberg, por ejemplo, en el fondo le gusta a todos y quien lo critica lo hace por aparentar algo. Sed un poco humildes y no deis por supuesto que quien disfruta de otras cosas pretende ser algo ante vosotros. No hay peor forma de insultar al arte que esta. Como decía, todo un logro del marketing y la sociedad mercantil, que logra que la gente asocie gustos artísticos con hábitos de consumo (Starbucks y no sé qué…), preferencias estéticas con formas de pensar. Desde luego, me resulta vomitivo.
En el fondo de todo esto radica un problema, y es que el arte no es de acceso directo, esto es, requiere de un esfuerzo, un sacrificio previo para ir apreciándolo en sus diversas manifestaciones (música, cine, literatura, etc.) con la complejidad que, en sus más logradas ocasiones, alcanza. El que le interese profundizar en ello, bien por él, el que no, también. Ninguno es mejor que el otro, simplemente no comparten el mismo interés en esto.
Anselm Jappe lo explica mejor que yo [http://actividadessustitutorias.tumblr.com/post/43225098117/fragmentos-y-iii-credito-a-muerte-la]:
«[…] No se puede llamar a los productos de la industria del entretenimiento una «cultura de masas» ni «cultura popular», como sugiere, por ejemplo, el término «música pop», o como afirman los que acusan de «elitismo» a toda crítica de lo que en realidad no es más que el «formateo» de las masas. El relativismo generalizado y el rechazo de toda jerarquía cultural frecuentemente se han hecho pasar, sobre todo en la época «posmoderna», por formas de emancipación y de crítica social, por ejemplo, en nombre de las culturas «subalternas». Si se observa mejor, diríamos más bien que son reflejos culturales del dominio de la mercancía. Ante la mercancía, incapaz de hacer distinciones cualitativas, todo es igual. Todo es material para el proceso —siempre idéntico— de valorización del valor. Esta indiferencia de la mercancía hacia todo contenido se manifiesta en una producción cultural que rechaza cualquier juicio cualitativo y para la cual todo equivale a todo. «La industria cultural lo iguala todo», declaraba Adorno ya en 1944.»
La pregunta es ¿y que más da que te gusta Spielberg, Haneke, Kuroshawa…?, ¿que importancia tiene que leas a Charles Bukowski o a Corin Tellado?. A mí me parece estupendo que halla personas con una vasta cultura que abarca todos los ámbitos del saber…, además de producirme una envidia terrible. Lo cierto es que por cada libro que uno pueda leer existen miles que no ha leído ni leerá nunca, y que lo que en su «ecosistema» puede estar «prestigiado», en otros lugares del planeta es totalmente desconocido o incluso puede que sea considerado despreciable. Eso es la cultura, y no se que esfuerzo existe en leer una obra que te gusta (salvo que en realidad no te guste y lo que pretendas sea «ser alguien»). De verdad que creo que no hay nada más atrayente en la vida que aprender, y que todo es comenzar para que se te despierte la curiosidad, pero hacer de ello un distintivo de superioridad, algo que te separe de los demás…, eso es lo que yo llamo elitismo cultural, convertir el conocimiento de unos datos, la lectura de unos libros, el seguimiento de una serie televisiva, la visualización de unas películas…, en un dato relevante de la personalidad, cuando en realidad va a ser esta la que te conduzca a aquello.
Recuerdo una entrevista a una persona con cierta relevancia en el lugar donde vivo, que no le gustaba la ópera, cosa que no comprendía, pues se consideraba una persona de exquisita sensibilidad. Ante este hecho se dedicó a ir a todos los ensayos, se apunto a una asociación de amantes de la opera, y se forzó a sí mismo a apreciarla. No me parece ni bien ni mal, pero me pregunto porque no escogió amar el hokey sobre patines.
Creo toda la vida los jóvenes han tenido esa tontería de querer ser alguien relevante culturalmente, pero con la madurez se pasa y se valora mucho más el «ser uno mismo», sobre todo si esa autoestima te lleva a querer conocer lo máximo posible del mundo que te rodea, ya sea en un campo u otro. El problema pienso que estriba en que ahora nos hemos convertido en eternos adolescentes, siempre persiguiéndonos a nosotros mismos y pensando que estamos escondidos detrás de una película de nosequién, un libro de nosecual, la última serie de culto…. Vamos, que creamos ídolos de barro continuamente.
¿¿¿»….HALLA personas…»??? OMG……..
Si es que no engañáis a nadie, FdezReinón. Dividiendo a grandes rasgos los comentarios de este sainete que no busca más que reírse sanamente un poco de algunos de vosotros (y que, curiosamente, consigue que todos entréis al trapo de manera muy mainstream, je) en dos grupos, a favor y en contra, he encontrado en todos los que forman el segundo grupo alguna expresión que destaca sobre el resto del comentario como las luces de neón de un prostíbulo. Te quejas de que se asuma que si decís que os gusta algo es por aparentar, pero eres incapaz de reprimir un «quizás más exigentes» en las líneas 4 y 5 o el eterno cuento de «requiere de un esfuerzo» cerca del final. Y menciono los tuyos, pero como digo hay destellos subiditos en todos los comentarios que se han mostrado en contra. Porque en el fondo el artículo tiene razón y os encanta presumir de gustos. Lo cual es absolutamente ridículo.
Vaya rollo se marcan algunos, menos mal que el artículo es satírico y no pretende ser serio ni mucho menos.
Yo me quedo con una frase que uso mucho cada vez que la gente me viene de especialita, única y original:
«El 90% de la gente hoy en día se piensa que es uno de cada diez…»
Ale, a seguir siendo mediocres!
P.D. Qué p*tada que a Haneke le han dado el Oscar…YA ES MAINSTREAM!!!
Dejando a un lado que el artículo, como otros tantos del autor, me ha hecho pasar un rato entretenido, me gustaría saber con qué clase de ‘gafapastas’ se relaciona Manuel de Lorenzo.
En mi puta vida, lo juro, me he topado con uno que conozca a Goran Rušinović, escuche a Half Japanese y, mucho menos, que vaya a GALERÍAS DE ARTE.
Los gafapastas, entendiendo este término como el más conocido por el resto, como mucho presumen de Haneke y se toman tés rooibos en bares cool de la Calle del Olivar.
me ha parecido entretenido, su propósito es humorístico. Lo único, Quevedo mainstream
¿Gafapasta? ¿Amelie? ¿Piedrahita? ¿En qué año vive el autor? ¿Estoy leyendo la Superpop?
Lo que me queda claro del artículo es que si no quiero convertirme en un gafapasta será mejor que deje de buscar la música, el cine y la literatura que me gusta y me dedique a escuchar lo que ponen en los 40 o M-80, que vea solo las películas que ocupan más de tres salas en los multicines y que me suscriba al circulo de lectores para ampliar mi biblioteca. De lo contrario podría acabar siendo una persona asquerosamente más culta que la media pero, eso sí, infinitamente menos que el autor.
Bokowski, Salinger, Kerouac, esos desconocidos…
Pues a mi el indie me encanta -y eso que yo en mi fuero interno pense que era musica para los gays de sauna-, solo que me cuesta admitirlo ante mis amistades. Tambien me encanta Salinger y K. Toole, pero siempre hablo de ellos con orgullo porque asi puedo prestarlo a quien me lo pida. Algo de gafapasta sere, puesto que leo Jotdown. Claro que no se que lleven los gafas como moda de momento, ni presumo el saberlo para evitarlo como todo antigafas. Tampoco es que me sienta ofendido si me llaman gafapasta o pervertido. La gente que opina se lo ha tomado a titulo personal, pues que yo sepa todos somos algo gafapastas como algo pervertidos, algo nerds, algo chachis, algo bondadosos y algo hijosdelagranputa. Amen.
Cuando leo sobre tribus urbanas siempre recuerdo un pasaje de «Tristes Tropiques» donde Levi-Strauss al encontrar una tribu no contactada de la Amazonía, si mal no recuerdo, llamados nambikwara, después de varios días con ellos vio como un indígena imitaba sus gestos y simulaba leer un papel suyo escrito en francés (al revés) frente a sus pares, lo hacía porque eso lo diferenciaba del resto, le otorgaba poder. La igualdad es un tipo anómalo de diferencia, es inútil remar en contra, ¿lo pilláis?.
A currar coño!!! que así no se levanta España
Solemne tonteria. Ya no hace gracia todo esto de criticar al moderno y al gafapasta. Ahora lo cool es criticar a esos supuestos tipos cool. Aburre. Y ya si sale la palabra hipster por medio ni te cuento… bah!!
Y los blogs? Y el Instagram? Y las fotos de comida? Y el DISEÑO?
En Berlín vamos un paso por delante: ser Gafapastas ahora es mediocre.
Jajaja, me parto! No veo la tele, ni voy al cine, leo Murakami(s), escucho siempre los mismos discos y escapo de los «pretenciosos culturales». No creo que pueda ser considerado gafapastas, básicamente porque ni busco la aprobación de la mayoría, ni de ninguna minoría. Ahora, Jot Down me encanta, felicidades. Lo que no logro entender es como hay gente aquí que se ha sentido ofendida, gafapastas o no. En serio, ustedes no tienen sangre, tienen horchata.
Me apunto a insultar al paulo coelho. Donde es la inscripción?
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Pues a mi esa maleni con la cucharilla me da muy mal rollo.
El Higueras del Demonio Rojo llevaba una en el bolsillo por si había que sacarle un ojo a alguno.
y lo mismo el tarao de Utopía (Channel 4).
España sufre una seria enfermedad social. La ausencia de una verdadera meritocracia, en la que el estatus social se deriva del rendimiento o del mérito observable por todos, hace que busquemos caminos retorcidos para posicionarnos socialmente. Sufrimos de un aristofobia, odio a los mejores. Como bien dice el artículo, el conocimiento profundo del arte o la ciencia es rechazado, así que nuestras normas para perseguir el estatus social son perversas amás no poder: ser superiores sin serlo, saber más sin saber demasiado para no despertar envidias. Qué pena, así nos va. Que discusiones más estúpidas y cansinas hay que leer en los comentarios.
Me he divertido con el artículo y cansado con los comentarios, por lo que no sé si me repito mucho. Pero decir que toda la vida ha habido intelectuales e intelectualoides, que ahora llammos gafapastas. Son estos intelectualoides amigos de mostrarse, de parecerlo, tanto en su aspecto exterior como en sus dichos o maneras. Se aprenden un par de nombres de autor u obras y los sueltan sin ton ni son, intentando parecer puestos en temas que les superan, nada nuevo bajo el sol.
Me sorprende que nadie haya citado La Distinción de Pierre Bourdieu…que básicamente es la biblia sobre el tema del artículo. El problema del artículo es que casi ningún gafapasta se reconoce en los referentes que menciona Manuel de Lorenzo. Por otro lado: ¿a qué calidad nos referimos? ¿a virtuosismo? ¿a lo que dicen los expertos? Que alguien fije el criterio, y así todos sabremos de qué hablamos
Todo inventado. «Hermeneútica pagana: La hermana pobre»·, de Adam Baczkowski.
«A todos los efectos, tu intención es irte a vivir a Londres antes o después».
¡Noooooooo! ¡No has entendido nada!. YA HAS VIVIDO EN LONDRES. Has vivido unos años en Londres pero ya has visto lo que tenías que ver, y ahora sólo voleves de vez en cuando a casas de amigos, que no dejan de insistirte en que vayas, porque Londres no es lo mismo sin ti. Pero tú pasas, porque ahora estás (donde estés) de paso, ya que en breve te marchas a NYC o a algún sitio todavía más uai pero que no vas a decir porque si la gente se enter , ya se jod el invento.
¿Podríamos clasificar este artículo como METAGAFAPASTISMO?
La filmoteca de Madrid y la Casa Encendida son lugares habituales para esta fauna. Adoro ir con mis politos de marca y mis vaqueros, cual retardado de las juventudes del PP y que me miren como a Hitler. Un lugar donde escuchar conversaciones fascinantes es la cafeteria de la filmoteca donde la peña espera a que empiecen las peliculas. Os juro que he escuchado las siguientes frases textuales hace poco:
– Ahora ando leyendo a Jack Kerouac, un «autsaider»
– ¿Sabeis que mañana echan Stalker? a mi esa pelicula me encantaba antes pero creo que se ha vuelto algo mainstream
– En el concierto de Esplendor Geometrico en la Casa Encendida me meti una raya jojo
No te lo crees ni tú.
¿Qué pasa? ¿Que no se puede ser un cultureta de Polo Ralph Lauren de hace dos temporadas comprado en un outlet? ¿No podemos llevar unas Rayban y conducir un Audi bajo de gama? ¿No podemos vivir en un adosado en Getafe o en las Rozas y ser unos aspiracionales a pijos de urba con alma de cultureta gafapastil? ¿No podemos leer en un eBook? Por cierto, sé que una Moleskine daba puntos para el culturetismo…pero no estoy seguro de qué pasa con el iPad: ¿Me margina todavía más o me mete en el grupo de los diseñadores fashion-de-pacotilla de Chueca, incondicionales de Apple, de esos de zapatillas de colores? ¿Debería comprarme una tablet Android para no pecar? ¿Debería, mejor, escribir en las servilletas?…es para un amigo…
¿»No te lo crees ni tú»? Nunca hubo tanta rabia en tan pocas palabras. xD
Coincido en la mayoria de los gustos descritos en el articulo, salvo en el de vestir como un mainstream gafapasta.
Como bien dicen este articulo es de un metafafapastismo q causa verguenza ajena.
Hasta se permite hablar del gintonic.
Berlin mola, bukowsky y selinger molan, la velvet mola, mola el vidka con naranja, los miopes usamos gafas, y estos articulos de jot down la asemejan a un Vale o mierda similar del siglo xxi
¿Pero mola porque lo dices tú o lo pone en alguna biblia gafapasta que existe desde antes del mundo? Algunos no aprendéis porque no queréis.
Bueno, yo, sí, yo: uso gafas de pasta. ¿Y qué? Pues me encanta Chenoa, ‘La semántica composiconal’ de corte formal y los churros. Ummmm, ¿? Todo es prescindible: empezando por el trasnochado culturalismo, tal que la experiencia como material poético, la experiencia libresca, tal vez. Vaya: que no.
Por favor, revisemos bien las latas de champiñones porque, a veces, por deficiencias del procesado industrial, se ha colado alguna que otra seta extraña…
Sí pero no.
Bueno, aquí hay más de uno que no se entera…creo que el artículo habla de esnobismo y de falta de respeto…y del ego…del inmenso ego que tienen algunos. Habla de gente que al día siguiente de conocer algo, lo asume como si lo conociera de toda la vida…Como bien dice alguno, ese comportamiento encierra una necesidad de pertenecer a alguna tribu o grupo social que no sólo lo diferencie, sino que lo posicione a un mayor nivel. El muy iluso no se da cuenta de que tiene exactamente tantos condicionantes como cualquier otro; y por ese motivo hay que respetar absolutamente cualquier gusto y no dar tanto el coñazo.
Creo que el autor lo deja bien claro cuando habla de «maquillar». Ahí está la clave. No es criticable la persona que recomienda algo de corazón intentando contagiarte de su entusiasmo. Lo que si es criticable es el cansino que cuestiona los gustos de los demás para realzar los suyos.
Hay cada uno por ahí que flipas…
Exacto, lo has clavado.
Y los comentarios…yo esto, yo lo otro…yo, yo, yo, yo…y qué?
Este artículo en este sitio?¿?¿? Mordiendo la mano que os da de comer…. jejejeje
Nueva anecdota gafapastil memorable: concierto de música industrial raruna en la Casa Encendida. La peña se suele sentar por que es electronica como psicodelica y ambiental y todo eso y es mejor estar de tranquis. Bueno la cosa es que me siento al lado de la tipica gafapasta del subgenero industrialero: pelo a lo louise brooks, ropa y botas militares, predominancia de color negro/gris/asi como un poco fascio todo. Comentario de la tipa: ¿oye, te vas a sentar al lado mia? de forma increiblemente arrogante. Mi colega y yo flipamos en colores. Debe de ser una tipa tremendamente divertida y feliz
El árticulo tendria algo de gracia si se hubiese publicado hace unos años, y no ahora que podemos encontrar cientos iguales en la red. Criticar a los gafapastas se ha vuelto too mainstream.
A mí me gusta don Miguel de Cervantes Saavedra y no veo ninguna serie de televisión.
Parece ser que para hacerse el notas, el maestro de periodistas y genio César González Ruano -contó un día de aquella bizarra España de Alfonso XIII que «no le gustaba Cervantes», en una conferencia que pronunció. Puro gafapastismo de principios de siglo, provocación contra el Canon y tal. Pues otro periodista anónimo le cortó la tontería de manera genial escribiendo en su columna días después, como reseña de su conferencia: «A González no le gusta Cervantes», así, sin más argumento. Menudo zascazo. A veces sueño con qué escribirían periodistas de aquellos tiempos ante la tontería de hoy. (Mola su avatar, Tandro. Un saludo)
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No suelo leer mucho esta web, pero me hizo mucha gracia el articulo, y me surgio una duda…
Que clase de porno consume un gafapasta??
jajajajaja
Jeje. Si lees PlayGround Magazine puedes enterarte de este tipo de movidas. Un saludo.
Porno amateur bien caserito, sin duda.
Sencillamente magistral! Me he despollado vivo…
Lo más gracioso son los comentarios!!!!!
Si se es catalan, hay que estar en contra de la Independencia. Obvio. Lo cool es ser cosmopolita, aunque esto implique ser espanol.
Lo cool de lo cool es ser español socialdemócrata en Cataluña, sin refugios «cosmopolitas», aceptando por ejemplo el marco fiscal español. Buena manera de que te odien y de tener ideas razonables -es decir, no chungas de entrada- desde un punto de vista ético al mismo tiempo.
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Gafapastas?
I will never belong to any club that will accept people like me as a member.
Sólo que el gafapastismo se ha convertido desde hace tiempo en la nueva normalidad, como todo lo progre. Todos estos tontos son de un aburrido y de un conservador que tira de espaldas. Lo verdaderamente rompedor, lo verdaderamente «revolucionario» es que te guste lo que se supone que no debe gustarte: el Cantar de Mío Cid, que ya nadie se lee ni por equivocación; o la Fábula de Polifemo y Galatea; que uno siga reclamando la vigencia de John Wayne o de Boggart; que te siga flipando Yo, Claudio después de haberla visto ni se sabe la de veces (muchos de los que dicen eso de «la mejor serie de la historia» no han visto ni la carátula del dvd ni saben cómo se llama el actor protagonista); o qué decir ya de que te sigan gustando Deep Purple, Motörhead o el Arte del Clave Bien Temperado… Todo esto es demasiado complejo para nuestra progresía gafapastil… o gafapastel…
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Si hemos quedado entonces en que el gafapastismo es un cliché, una posición adoptada para diferenciarse del resto, un postureo (en palabras de hoy), ¿el que hace la radiografía del postureo no es gafapasta? Es que esto es postureo del postureo: cómo aprender a diferenciarse o mimetizarse de o con los que se diferencian. Lo único que a mí me ha quedado claro es que los gafapastas son bastante hipócritas.
Lo que más define a los gafapastas es que hablan constantemente sobre gafapastas, criticando a los gafapastas.
Gafapastas todos.
A pesar de resultar «gafapasta» creo que estaría bien que leyerais Apocalipticos e integrados de Eco, resumiendolo la visión es que si vas a un bar con un libro de poesia italiana del XV que venias leyendo en el metro, habrá quien se muestre interesado(Apocalíptico) y quien quiera mearse en el(integrados)
Por otro lado, veo mucho odio hacia quien tiene la capacidad o la visión de disfrutar con cierta cultura antes que los demás.
Yo veo y juego al futboltodo lo que puedo, y justo ahora estoy leyendo a Burroughs, no creo que me convierta ni en mediocre ni en gafapasta pero desde luego si solo tuviera o blanco o negro preferiria ser un gafapasta mas al que le importa su forma de vestir y que sabe apreciar a Rimbaud que vagar entre Gran Hermano, American Pie 1,2,3,4,5 y 6 o física o quimica
Además me parece que el articulo es malo porque el autor se ha quedado muy atrás a la hora de enterarse sobre la moda alternativa actual, y que se ha dedicado a dejar que le gotee el colmillo atacando a un grupo social al que por h o por b tiene manía
El tema del gafapastismo ya nos tiene un poco aburridos…
Este artículo define a la perfección el gafapastismo… del 2008.
Estoy en desacuerdo, creo que la yuxtaposición de las vertientes pseudoestructúrales de la metamorfología actual no es aplicable a los adulterados conglomerados de una hipotética sociedad apócrifa de un mañana inerte.
Bien dicho: una cosa es una cosa y otra cosa es otra cosa.
Interesante artículo, sobre todo por la bronca suscitada en los comentarios. Bien: pareciera que con este proceso dialéctico se sube otro peldaño en dirección de la superación de todas las contradicciones y combinaciones posibles, la transvaloración de todos los valores, que dijo Nizsche (no sé cómo se escribe sin consultar google, perdonen). Metagafapastismo, contragafapastismo, recuperación del término frente al vigente hispter, iconos medio irónicos medio caducados: otro capítulo de la ceremonia postposmo de la confusión que hace cada vez más difícil saber dónde están las líneas divisorias sociológicas, epistémicas, la verdad y la mentira. Cambalache al cubo. ¿Saldrá algo en limpio algún día de esta carrera vertiginosa en el canódromo?
Se me olvidaba: ME CAGO EN DIOS Y EN CRISTO Y EN LA VIRGEN
La verdad, para poner a caldo a Coelho no hace falta ser un gafapasta, tan sólo tener dos dedos de frente.
Aquí os recomiendo un manual en el que se hablan de muchos de estos temas, muy divertido
https://www.facebook.com/Manualparasobrevivir
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Oye, y escuchar Dream Theater, Genesis, Van der Graaf Generator , etc será gafapastil? Lo digo para cerrar la ventanilla del coche cuando eso…
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Madre mía, me encantan Girls, los frappuccinos de Starbucks y la música indie. Y SIEMPRE, en cualquier ocasión, aprovecho para insultar a Paulo Coelho. No puedo parar de reírme.
Por cierto, doy gracias a Dios por intentar huir de la mediocridad, ¿quién quiere ser mediocre?
Querer alejarse de la mediocridad es de mediocres, de alguna manera.
Pues ahora a ver qué hacemos, porque el gafapastismo también se está convirtiendo en medianía…
Por cierto, yo pensé que lo de Bukowski y Kerouac era más cosa de los jipis, recuperados también en los 90 por los jipigrunges. Qué poca originalidad…
Y un aviso a hipsternavagantes masculinos: «Se necesita estar muy bueno para llevar bigote. Si no, hacedme el favor de desistir».
Enhorabuena. Entre toda la retaíla de artistas que has mencionado del mundo de la música, cine, libros… no has aludido a una sola mujer. Haber empezado porque ser Gafapasta es ser machista, y ningunear a la mitad de la población.
Curiosamente, en este artículo el autor manifiesta una visión del mundo de la cultura que resulta idéntica a la de aquellos a los que supuestamente crítica, es decir, una experiéncia de consumo definida solo cuantitativamente. Si el único criterio que tienes hacia la cultura es «cuanta gente lo consume», y simplemente te posicionas alrededor de esa idea, eres peor que un gafapasta: eres un «wanna-be gafapasta pero es demasiado mainstream.»
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Pero también hay un ser superior, el gafapasta de los gafapastas, es el gafapasta supremo. Reniega de su condición gafapastil a base de criticar a los demás gafapastas y etiquetarlos como tales.
El objetivo del gafapasta es hacerte sentir un vulgar mainstream desde el minuto uno. Y si te rodeas de una manada de ellos te auguro que vas a perder. Vas a perder los papeles y dejarte llevar por la ira. Porque cuando te dicen que si has escuchadolo ultimo de «Los Alimentos» o que en Spotify del Iphone tiene el ultimo disco de «A Jhonny le dispararon desde el autobús», te hierve la sangre, pero que se confiensen «cudiveganos», alergicos a la lactosa, el gluten, el huevo y las trazas de sesamo y si, la falda de mariquitas que lleva se la ha hecho ella..entonces te hace sentir el deseo mainstream y nada cool de pegarle una buena ostia. Y pierdes.
No sé como he podido desperdiciar mi tiempo en leer esto. Conforme lo he ido leyendo de mal en peor. El tema da risa y las referencias están más que pasadas. Me he quedado igual que estaba porque ni para entretenerme me ha servido. Las situaciones que se plantean no dan más de sí, forzado a tope todo.
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Solo digo que después de leer esto dan ganas de quedarse en casa leyendo y no compartir lo que uno lee y ve más que con la familia y amigos. Hasta el moño de que los chavales se queden callados en clase por no quedar como pedantes o gafapastas. Cuando muchos tSolo digo que después de leer esto dan ganas de quedarse en casa leyendo y no compartir lo que uno lee y ve más que con la familia y amigos. Hasta el moño de que los chavales se queden callados en clase por no quedar como pedantes o gafapastas. Cuando algunos tienen mucho leído y mucho que aportar. Qué especie de envidia nos tenemos.
Y no se habla de lo más importante: de las gafas, que dan nombre al movimiento. Yo llevo gafas de pasta, porque las de metal me dan alergia, ¿eh? Que conste.
Manuel, redactas muy bien, con unas frases bien largas y suculentas, muy agradable de leer. Pero te has armado un hombre de paja del copón. Te ha faltado el gato y fumar en pipa.
Y los demás no os piquéis, hombre! Que echarse unas risas con esto y gustar de la cultura «inteligente» es compatible :)
Muy buen articulo, no solo por lo gracioso sino por decir verdades de manera tan simple y amena. Estos snobs me recuerdan a los cultos cargo, queriendo copiar solo los aspectos superficiales de algo pero esperando tener los mismos resultados.
Ironicamente, terminan siendo tan superficiales y limitados como los filisteos. Saludos de Uruguay.
Concuerdo. Saludos a la entrañable tierra de los Orientales, del mate y el chivito.
En 2024 ya no es tan obvia la supervivencia de les gafapastes (para que nadie se ofenda). Parece que han devenido en algo así como «emprendedores trap». Ya te digo.