Karina Kvasniova ya quería ser periodista deportiva en una época en que los secretarios generales del Partido Comunista soviético duraban menos en su cargo que el tiempo que se tardaba en anunciar su muerte. Así, mientras Andrópov sucedía a Breznev para poco después dejar paso a Chernenko —predecesor de Gorbachov—, en la república lituana ella empezaba a vislumbrar una carrera de periodista que, tras pasar por Lituania, Rusia y Francia, vino a parar a España para darse de bruces con el concepto de tertulia deportiva y el hastío en que nos tiene mentalmente paralizados esta “tormenta de clásicos” casi eterna. Y así, aunque en España los inviernos sean más cálidos, descubrió que no tienen por qué ser más acogedores. No hay midus ni krupnikas; encontrar un didžkukuliai, aunque sea mediocre, no resulta fácil; el biatlón es una disciplina desconocida, y mencionar la afición de uno hacia ella puede despertar sospechas, o al menos miradas de reojo. Pero en cambio tenemos Punto Pelota cuatro días a la semana, casi todas las semanas del año.
Tu apellido no es lituano, sino ruso.
Sí, soy de padre ruso y madre lituana. Bueno, en realidad mi madre nació en Lituania, pero es armenia. En mi familia se habla ruso en casa. Se puede decir que yo soy rusa de origen, lituana de nacimiento y española de adopción.
¿Cómo fue la historia? ¿Cómo una familia ruso-armenia termina residiendo en Lituania?
Mi abuelo, el padre de mi padre, era militar, y durante los tiempos soviéticos iba donde le mandaban. Al principio fue a Kamchatka, el punto más oriental de Rusia, donde nació mi padre; luego a Estonia y finalmente, en 1958, le mandaron a Vilnius, donde se estableció la familia. Mis abuelos vivieron 35 años en Lituania y tras el colapso de la Unión Soviética se trasladaron a San Petersburgo, pero mi padre se quedó. A mi abuelo materno (armenio) lo trasladaron a Lituania cuando empezó la segunda guerra mundial para hacer de chófer de los militares. Mi abuela, su mujer, nació en Polonia.
¿Ves con regularidad a tu familia armenia?
Ahora no muy a menudo. Durante la época soviética era más fácil, porque no había fronteras y los billetes eran baratos; podías viajar muy a menudo. Ahora, si quieres ir a Lituania desde Armenia tienes que conseguir un visado, y al revés igual. Antes venían mucho. Recuerdo entrar a casa de mi abuela y que hubiera un montón de colchones en el suelo porque habían venido los parientes de Armenia. Si les invitas vendrán todos. Aún tenemos relación, sobre todo porque la mayoría de ellos, igual que otros parientes de Azerbaiyán, debido a varios conflictos, se mudaron a Moscú.
¿Qué recuerdos tienes de la Unión Soviética?
Cuando cayó la Unión Soviética yo solo tenía nueve años, pero como tengo muy buena memoria tengo muy buenos recuerdos. Yo era una niña y no podía analizarlo todo, pero ahora sé, también gracias a las películas, que eran tiempos bastante felices. Muy a menudo lo pintan como una dictadura sin libertades y con deportaciones a Siberia. Sí, esto existía, pero tocaba más a aquellos que tenían algo que ver con la política. El ciudadano de a pie vivía bastante bien porque todo era gratis: la sanidad, la educación… Cuando terminabas el colegio podías seguir estudiando, pero si no querías podías empezar a trabajar enseguida. Si no tenías trabajo el Estado te lo encontraba; trabajar era obligatorio. Mi abuelo, por ejemplo, echa de menos los tiempos soviéticos. A mí no me gustaría volver a aquella época, pero él dice que la gente era más feliz, más educada y buena. Si te pasaba algo por la calle todo el mundo te intentaba ayudar; ahora la gente es más cerrada. Para muchos fue un cambio muy brusco, y la generación de mis padres y abuelos tenían que acostumbrarse a vivir un tipo de vida que no conocían. Todo se privatizó y la gente empezó a abrir sus propias empresas, pero como no tenían experiencia, fracasaban. Esto le pasó a mi padre. El dinero empezó a ser muy importante, mientras que antes todos eran iguales, cobraban más o menos lo mismo y tenían suficiente para todo. Pero tras la caída de la URSS tenías que empezar a pensar en un trabajo mejor y un sueldo mejor.
¿No conoces ningún caso cercano de deportaciones?
En mi familia no pasó nunca.
¿Ni siquiera tu abuelo, el militar?
No. Él era militar de carrera. Luego se jubiló y empezó a trabajar en otro sitio. De hecho, los militares estaban muy protegidos durante la Unión Soviética: tenían mejores pisos, mejores condiciones… las familias de los militares eran los pijos de la URSS. Es curioso, durante la época soviética mi abuelo era muy crítico con el sistema. Pero después del colapso, cuando se dio cuenta de que a él realmente le había ido muy bien, mi abuelo pasó a ser un acérrimo defensor. Ahora cuando le digo que mandaban a gente a Siberia me contesta que en su pueblo nadie fue deportado.
¿Notaste algún cambio en la educación?
Te voy a contar una anécdota. Durante los primeros años en el colegio abrías el libro de historia y te decían: “Lenin es bueno, Stalin es bueno y esto fue fenomenal”. Te vas de vacaciones, vuelves en septiembre y te encuentras con unos libros nuevos que te dicen: “Lenin es malo y Stalin es malo”. Yo fui al colegio ruso, pero teníamos que estudiar lituano, y después de la caída de la URSS algunos profesores lituanos se dedicaban a hacer propaganda nacionalista. Yo lo entiendo, pero para nosotros era extraño, porque el año anterior nos estaban contando lo contrario y contradecían totalmente lo aprendido el curso pasado. Pero claro, yo te cuento la experiencia de una lituana de origen ruso, influida por su familia y sus vivencias y experiencias. Pero muchos de mis amigos o compañeros de clase tienen un punto de vista muy diferente, porque su origen era diferente y las influencias familiares distintas, y sufrieron discriminación en su momento. Pero lo importante es que supimos aceptar el cambio y adaptarnos a convivir todos juntos e intentar superar las barreras de las generaciones de nuestros padres.
Me has comentado que tras la caída de la URSS tu familia se marchó a San Petersburgo. ¿Era tan complicada la convivencia con los lituanos?
No, fue básicamente una cuestión de idioma. Mis abuelos, en los 35 años que vivieron en Lituania, nunca aprendieron el idioma. Para las personas mayores es difícil. Nunca pensaron que algo así podía pasar, y como era Unión Soviética se podía hablar en ruso o en lituano, nadie presionaba. Las placas indicadoras de las calles, por ejemplo, estaban en los dos idiomas.
¿No se perseguía el lituano?
Que yo recuerde, no, porque era la República Lituana de la URSS. Entonces claro, como mis abuelos no hablaban lituano, al caer la Unión Soviética pensaron que su vida podría ser más fácil en Rusia, sobre todo por el tema del idioma. Por eso se compraron un piso en Pushkin, un pueblo cerca de San Petersburgo, y aún viven ahí. En este sentido yo no sufrí mucho. En alguna ocasión llegué a pensar que igual mi apellido ruso podría ser un hándicap para trabajar en la televisión o en los medios. Incluso ahora que colaboro con algunos medios lituanos, leo algunos comentarios de personas radicales… Es como pensar que Xavi (el jugador del FC Barcelona) es menos catalán que Puyol porque se apellida Hernández. Pero no he tenido muchos problemas. Mi generación lo lleva bien porque ya nació cuando las cosas eran diferentes.
¿Te recuerda a esos tiempos la polémica que hay ahora con el catalán?
Me recuerda mucho, pero no quiero meterme en la cultura española, porque como soy de fuera creo que no debo.
¿Podrías decirnos, a grandes rasgos, qué diferencias culturales hay entre los tres países bálticos? Lituania, por ejemplo, es el único católico.
Sí. En Letonia hay católicos, pero también muchos protestantes. En Estonia…no estoy segura. Pero vamos, son países hermanos y siempre se apoyan entre ellos. El lituano y el letón, por ejemplo, son idiomas que pertenecen a la misma familia lingüística, son los únicos idiomas bálticos. El estonio, en cambio, se parece al finés y al húngaro. Lituania y Letonia son más parecidas, pero Estonia es algo distinta, incluso la arquitectura.
El baloncesto es muy importante en Lituania.
Es la segunda religión. Cada vez que salgo fuera y digo que soy lituana todos me preguntan por Sabonis. Es el lituano más famoso del mundo y representa la «marca Lituania». El baloncesto es nuestro símbolo y Arvydas nuestro embajador, algo así como el Rey de España, solo que Sabonis no caza elefantes (risas).
Supongo que seguías a la selección soviética, que estaba plagada de jugadores lituanos.
Tengo algunos recuerdos, pero era muy pequeña. Era una selección increíble con Marciulionis, Sabonis, Chomicius, Kurtinaitis… más Volkov, Tikhonenko o Sokk. En cuanto a clubes, mi equipo, de hecho, es el TsSKA de Moscú, porque mi padre es ruso y, cuando yo era pequeña, era el equipo que seguía mi padre. Él fue quien me enganchó al deporte. Y claro, cuando sigues algo desde muy pequeñita es algo que te marca para toda la vida, por lo que el TsSKA sigue siendo mi equipo. Pero eso no quiere decir que no tenga simpatía por el Zalgiris o el Lietuvos Rytas. Por cierto, aquí muchos lo llaman “Lietuvos”, y eso no es correcto, porque esa palabra sola no significa nada, quiere decir “de Lituania”. Se le puede llamar Rytas, que significa mañana. Tengo simpatía por estos equipos porque representan a mi país y conozco a muchos jugadores, pero cuando juegan con el TsSKA yo voy con los rusos.
¿Cómo se acogían en Lituania los triunfos de la Unión Soviética, como la Olimpiada de 1988?
Algunos jugadores que jugaban en aquella selección dicen ahora que sufrían mucho porque estaban obligados a jugar con un país que no era el suyo, cuando ellos querrían haber jugado como Lituania, y es totalmente comprensible, pero las victorias siempre saben muy bien. Puede no gustarte la Unión Soviética como tal, pero si tus jugadores están en un equipo tú vas con ellos. Por ejemplo, cuando Dirk Nowitzki juega con un equipo de la NBA sus fans alemanes apoyan a ese equipo, pero si Nowitzki cambia de equipo sus fans alemanes también lo harán. Como la gente sentía tanto cariño hacia sus jugadores, como Sabonis, Kurtinaitis o Marciulionis, se alegraban mucho cuando conseguían victorias y estaban muy orgullosos de ellos. La gente estaba feliz, pero más por los jugadores que por la URSS. Los partidos entre Zalgiris y TsSKA eran como un Madrid-Barça. De hecho, todavía lo son.
¿Qué se piensa en Rusia de la final de Múnich’72?
Allí todos piensan que fue justa, aunque aquí me parece que no se tiene la misma opinión. En Rusia se defiende lo suyo hasta las últimas consecuencias. De hecho, incluso cuando pillan dopado a algún deportista se le intenta justificar. Es lo que tiene la afición en Rusia: siempre va con los suyos.
Eso también pasa aquí.
Sí, en muchos países condenan a sus deportistas que dan positivo, pero aquí no.
En cambio en los Estados Unidos se han cargado a Armstrong.
Por una parte me sorprendió, pero por otra no. ¿Te imaginas algo parecido aquí con Induráin?
Hablando de periodismo: has ejercido en Rusia, en Francia y en España. ¿Qué diferencias encuentras en la manera de entender el periodismo deportivo en cada uno de esos países?
Hay muchas diferencias. Cosa normal, porque son países y culturas diferentes. En Eurosport Francia, por ejemplo, yo estaba acostumbrada a otro tipo de periodismo, porque como me ocupaba de internacional intentábamos contar las noticias con la máxima objetividad posible, porque no sabes en qué país te van a ver. Ni siquiera posicionarte por un equipo en los directos. Recuerdo que entrevisté a Chuck Eidson, del Lietuvos Rytas, y dije “¡Vamos, Rytas!”. Al momento me estaban llamando la atención por el pinganillo. Cuando vine a España me encontré con otro tipo de periodismo, sobre todo porque aquí está centrado en asuntos nacionales; es otro tipo de trabajo. Me sorprende por ejemplo la duración de los deportes en los telediarios. En el norte de Europa normalmente se trata de resumir en el menor tiempo posible la actualidad deportiva. Aquí los deportes duran mucho y puede ser que en 30 minutos no te enteres de los resultados del mundo del deporte, pero sí has visto cuatro o cinco reportajes sobre el mismo partido de fútbol desde todos los ángulos: entrenador, público, el protagonista del partido, las declaraciones postpartido… Otra de las cosas que más me sorprendieron es lo difícil que resulta tener a los protagonistas. Aquí muchos jefes de prensa se comportan como porteros de discoteca, te lo ponen muy difícil.
¿A qué crees que se debe?
Es lo que yo me pregunto. Creo que quizá porque muchas veces en la prensa deportiva se habla demasiado sobre lo que rodea el deporte (rumores, cotilleos, etc.) y poco del juego como tal. Eso hace que la prensa deportiva recuerde un poco la prensa rosa y en mi opinión por eso muchos deportistas y entrenadores toman una actitud tan defensiva. Aquí el periodismo es un poco diferente. Mira qué pasó con Mourinho y Meana, que es un chico que siempre cubre al Real Madrid y, además, madridista; pero si alguna vez no le gusta algo y le hace una pregunta incómoda a Mourinho, este le llama “periodista de mierda”.
¿En España el periodismo deportivo es más de club, más forofo?
Sí. Cuando llegué a España lo primero que me dijeron fue: “Aquí 40% Madrid, 40% Barça y luego un poquito de Gasol, Alonso y Nadal”. Yo, que estaba acostumbrada a cubrir todos los deportes…
Esto fue en La Sexta.
Sí, allí me informaron de cómo iba a trabajar. Y en Marca TV, porque La Sexta me fichó solo para el Mundobásket, la idea era empezar en Marca TV. Como soy de Lituania asumen que solo me gusta el baloncesto, pero lo cierto es que el baloncesto es solo uno más de los deportes que me gustan. Lo que me gustaba de mi trabajo en Eurosport era que tenía la oportunidad de cubrir todos los deportes. Aquí me dijeron que fútbol y un poquito de baloncesto, un poquito de Fórmula 1 y un poquito de tenis. Tuve que acostumbrarme a esa nueva manera de trabajar y ponerme al día de los deportes nacionales. El hecho de que solo se promocionen estos deportes tiene mucho peligro. Dicen que es lo que quiere la gente, pero yo creo que la gente quiere Barça y Madrid porque durante muchos años fue lo único que se les vendía. Si no fomentas interés por otros deportes los mismos medios acaban sufriendo. Mira qué pasó el año pasado cuando eliminaron a Nadal del Madrid Open en las primeras rondas: las audiencias de La Sexta bajaron drásticamente porque ya pocos seguían el torneo aunque todavía quedaban estrellas como Djokovic o Federer y otros tenistas españoles. ¡Es que ni siquiera promocionaron a los otros tenistas españoles! Al final te has gastado una pasta por los derechos de un torneo y no consigues sacarle rendimiento. ¿Y el torneo femenino de Marca TV? Las audiencias fueron muy pobres, porque como no juegan españolas nos da igual si juega Sharápova, Serena o Azarenka. Esto es lo que aquí me hizo sufrir un poco, porque a mí me gusta hacer cosas diferentes, y no solo cosas a nivel nacional, sino también internacional. Me gustaría contribuir a que la gente conozca a los grandes deportistas del mundo y que disfruten. Durante los Juegos Olímpicos, por ejemplo, mientras en todo el mundo se hablaba de Usain Bolt, James Blake, Jessica Ennis o Allyson Felix, en Twitter había periodistas españoles que solamente tuiteaban sobre los horarios de la Liga.
Cuando llegaste ¿esperabas encontrarte con programas como Futboleros o Punto Pelota?
No. Lo que no esperaba era que mi tarea sería leer los mensajes de los espectadores que ni siquiera entendía porque aún no controlaba el español. Tras el Mundobasket me dijeron de empezar en Futboleros, y cuando pregunté qué tipo de programa era me dijeron que era una tertulia. Primero me tuvieron que explicar qué era una tertulia, porque no conocía la palabra. En Eurosport no lo hacíamos, y en Rusia hay un programa así, pero ni es tan radical ni hablan tanto de las cosas alrededor del fútbol, se centran más en el análisis. Otra diferencia que noté al llegar a España fue que de Francia me gustaba mucho la flexibilidad en el trabajo: lo importante era tener hecho tu trabajo, independientemente de cuántas horas hayas estado. Todo se adaptaba a tus necesidades: te preguntaban qué días querías trabajar, te consultaban al hacer tu horario… de hecho, mi relación con mi marido fue posible solo gracias a la política de Eurosport, porque me confeccionaban el horario de forma que pudiera viajar a Madrid unos días. Aquí también he notado mucha resistencia al cambio. En muchos medios los gestores no quieren arriesgar o innovar. A veces les propones alguna idea nueva que quizá has visto que en otro país funciona muy bien y te dicen que no, que aquí no se trabaja así.
Antes has mencionado la manera en que te iniciaste en el periodismo deportivo. ¿Cómo fue?
Desde pequeñita me había llamado mucho la atención la televisión. Con ocho años ya montaba mis propios programas en casa con mis primos y sobrinos y les hacía preguntas. Luego, cuando me enganché a los deportes, que fue durante los Juegos Olímpicos de invierno de Nagano’98, pensé que la mejor manera de combinar ambas pasiones era convertirme en periodista deportiva. Pero no sabía cómo hacerlo, ya que había empezado a estudiar Filología Inglesa porque en el colegio el inglés se me daba muy bien y me gustaban mucho los idiomas. Un día, viendo Eurosport, me enteré de que en España había un máster de periodismo deportivo mutimedia, para el que se necesitaba un nivel muy alto de inglés, la carrera de periodismo o cierta experiencia y 10.000 euros. El inglés ya lo tenía y el estudio del periodismo lo compaginé con la filología, pero como era de una familia muy modesta de Lituania no tenía ese dinero. Así, tras terminar la carrera, me fui de Lituania para intentar ganarlo. Primero me fui a Estados Unidos.
¿A qué parte de Estados Unidos?
Fui a Michigan. Vivía en una isla llamada Mackinac Island.
¿Qué te pareció el contraste, viniendo de Lituania?
En la universidad me hablaban del choque cultural. Yo llegué a Nueva York, porque hasta al cabo de tres días no cogía el autobús que me llevaría a Michigan, y entonces entendí realmente qué significaba esa frase. Pero fue solo los primeros días, luego me acostumbré muy rápido porque siempre me han gustado mucho los ambientes internacionales y estar con gente de sitios diferentes, porque esta es la gente que realmente piensa diferente. Me aburre estar con gente que siempre piensa igual. Y en Estados Unidos me encontré con esa diversidad, había gente de todo el mundo y era muy fácil conectar con ellos. De hecho, hice muchos amigos con los que, gracias a Facebook, aún estoy en contacto.
¿Qué te preguntaban de la URSS en los Estados Unidos?
Tenía que romper muchos estereotipos, y convencer a algunos de que no venía de un sitio muy negro, donde no teníamos ni comida en las tiendas.
¿Y al revés? ¿Te habían inculcado alguna imagen de los Estados Unidos?
Yo ya sabía más o menos qué esperar, porque como había estudiado Filología Inglesa, en la universidad teníamos asignaturas como “Civilización americana” o “Historia de los Estados Unidos y Gran Bretaña”. Lo único era que nos decían que la gente era muy fría, y que si te pasa algo nadie te va ayudar, y que cuando te preguntan “How are you?” en realidad no les interesa cómo estás. Lógicamente, la realidad es bien distinta. Incluso una mujer desconocida me alojó durante una noche en su casa cuando perdí el ferry que me llevaba a Mackinac Island.
¿Te sorprendió?
Me sorprendió muchísimo y me hizo sentir muy bien porque yo tenía otra idea preconcebida. Me sentí como en casa.
Has comentado que te gustan otros deportes aparte del baloncesto. ¿Cuáles son?
El baloncesto no lo pude practicar mucho porque no dejaban jugar con tacones (risas), pero más que practicar me gusta ver deportes. Me encanta ver tenis, atletismo, fútbol, gimnasia, natación (ahora incluso más porque soy fan de Ruta Meilutyte), el tenis (me pasaba noches enteras despierta viendo en el Open de Australia a Marat Safin, que era uno de mis ídolos) y todos los deportes de invierno. De hecho, me enganché a los deportes viendo biatlón. Aquí mucha gente ni siquiera sabe qué es.
Yo creo que no lo sé. ¿Qué es? Algo de tiro y…
Es esquí de fondo y tiro. Me enganché al deporte viendo eso. Mucha gente puede pensar que es muy aburrido, pero eso es porque nunca han visto ninguna carrera, realmente es muy entretenido. Es uno de los deportes más impredecibles porque la situación puede cambiar muchísimo durante una carrera. Hay muchas modalidades, además. Tengo muchas ganas de que lleguen los Juegos Olímpicos de invierno de Sochi. Ya te digo que soy muy fan de los deportes de invierno.
¿Hockey sobre hielo?
¡Sí, madre mía! Recuerdo un partido Rusia contra Canadá en los Juegos de Torino durante el cual yo estaba tan nerviosa que tenía las manos empapadas de sudor. Lo vi desde Madrid, mientras hacía el máster. Aparte del hockey, como en Lituania y Rusia los inviernos son muy largos, estos deportes tienen mucho tirón. De hecho, el biatlón es el deporte número uno en Rusia durante los inviernos, cuando la liga de fútbol está parada. Si entras en Twitter durante una carrera de biatlón todos los trending topics son de biatlón.
Aunque ahora es bastante más común, ¿has encontrado alguna dificultad por ser mujer al dedicarte al periodismo deportivo?
De hecho, ese problema solo lo he tenido aquí, en España. En la antigua Unión Soviética no era algo raro el ver a una mujer presentando los deportes, porque al principio las presentadoras de deportes eran exdeportistas, así que nadie dudaba de sus conocimientos. La tradición siguió y nadie distingue entre periodistas deportivos hombres y mujeres. Aunque quizá también es porque yo vengo del norte y en Europa del sur sois más machistas. Creo que por eso muchas veces se critica a las mujeres en el periodismo deportivo. O quizá porque en un momento hubo demasiadas. No lo sé. Yo misma he estado en varias redacciones y he visto a muchas chicas que no eran periodistas ni sabían de deportes, pero en esas mismas redacciones también hay muchos tíos que no tienen ni idea de deportes y se dedican a ello solo porque son forofos de un equipo de fútbol. Los demás equipos y deportes no les interesan y les dan igual. Y nadie dice nada. En una ocasión hablé con el director de un medio de comunicación deportivo y la conversación derivó hacia el tenis. Pues bien, le pregunté cuál era el único Gran Slam que durante muchos años se le resistió a Roger Federer y no lo sabía. Me preguntó si era Wimbledon, que es precisamente el que más veces ha ganado. Quizá no sepas nada sobre Federer, pero solo con saber que Nadal ha ganado muchas veces Roland Garros ya te debería dar una pista. Me hace mucha gracia cuando muchos se presentan como “periodistas deportivos” cuando en realidad son “periodistas futboleros”. O, en ocasiones, ni eso, son “periodistas madridistas”, “periodistas culés” o “periodistas colchoneros”. Y luego son estos los que critican a una mujer por tener un lapsus en directo. Y es un lapsus que muchas veces es culpa de quien está detrás del pinganillo, que suele ser un hombre.
¿Has sentido que aquí se considera que el deporte es cosa de hombres y que una mujer no lo va a hacer tan bien?
Quizá temen perder su puesto de trabajo porque ahora se ha puesto de moda tener a chicas en los deportes, y muchas de ellas son muy buenas. Criticaron el lapsus de Sara Carbonero con el penalti de Iniesta, pero es que en directo puede pasar cualquier cosa. Yo una vez durante un torneo de tenis le pregunté a un ganador por qué había perdido. Y es que yo acababa de entrar en la pista (venía corriendo de la de al lado) porque por el pinganillo me habían dicho que fuera rápido a esa pista, que el resultado era 7-6 6-7 7-6 y que hablara con uno de los jugadores. Muchas veces el lío viene del pinganillo.
El Mundial de fútbol 2018 se celebrará en Rusia. ¿Qué esperas del evento y qué riesgos crees que podrían hacer fracasar la organización?
Creo que la organización no va a fracasar. Siempre que Rusia se pone a organizar algún evento de gran tamaño le sale muy bien. Antes del Mundial se celebrarán los Juegos Olímpicos de invierno en Sochi. Rusia es un país muy grande y las sedes están muy lejos unas de otras, pero se va a rediseñar el transporte entre las ciudades con trenes de alta velocidad; y si tienes la entrada para el partido el trayecto será muy barato. No me gustaría equivocarme, pero creo recordar que incluso leí que sería gratis. Con Rusia hay otro problema, y es que para entrar necesitas sacarte el visado, y es una cosa muy aburrida y pesada. Pero también han dicho que si tienes la entrada podrás entrar al país sin visado. Es un asunto complejo, porque muchos inmigrantes ilegales podrían aprovechar y entrar tan solo comprando la entrada. Pero supongo que lo van a solucionar. Mucha gente piensa que el Mundial se lo han adjudicado a Rusia porque han pagado, o por los petrodólares, y puede ser, pero no lo veo raro: Rusia es el país más grande del mundo y el Mundial nunca se había celebrado allí. Hay mucha tradición de fútbol; sí, ahora no juegan muy bien, pero tienen mucha historia y logros en el pasado. Ya era hora de que un evento llegara a ese país y creo que va a ser una fiesta muy bonita. El Mundial va a cambiar la imagen de Rusia a ojos de todo el mundo porque hay muchos estereotipos sobre este país, y cuando la gente viaje a Rusia verá que muchas cosas no son como pensaban. Hay quien piensa que por las calles de Rusia andan osos que beben vodka y tocan la balalaika. Es un sitio perfecto para organizar un Mundial.
¿No ves que peligre el tema de la construcción de estadios, por ejemplo?
No, porque ahora el Gobierno tiene dinero. En Rusia no hay clase media: hay gente muy rica y gente muy pobre, pero el Gobierno sí tiene dinero, y no creo que haya problemas. No es lo mismo que organizar una Eurocopa en Polonia y Ucrania, donde sí había falta de recursos. Al final lo consiguieron, pero sí era razonable tener dudas. En Rusia no creo que vaya a pasar.
Hace poco Biruikov nos dijo que el baloncesto NBA le parecía bastante aburrido. ¿Compartes su opinión?
No sigo demasiado la NBA, pero no porque me aburra, sino porque no puedo por horario. Sigo un poco cómo lo están haciendo los lituanos y rusos que hay allí y poco más. Pero sí es cierto que me gusta más el baloncesto europeo.
¿Por qué?
Aquí hay más competiciones y posibilidades de ganar. En la NBA solo puede ganar uno. Aquí tienes la Euroliga, la Eurocopa, las competiciones nacionales… Y Biriukov tiene razón en que el juego de la NBA es un poco aburrido. Además muchas veces que juegan sin sistemas. En Europa también hay muchos equipos que juegan un baloncesto aburrido, pero me gusta más la variedad del estilo europeo.
Nos habló también de las escuelas soviéticas de baloncesto. ¿Se ha perdido esa tradición?
Marciulionis y Sabonis tienen dos de las mejores escuelas de Lituania. Hay muy buenas escuelas allí, y al final la mayoría de los talentos que dan acaban en las plantillas de Zalgiris y Rytas. Las escuelas siguen siendo muy buenas. En Rusia tras la caída de la URSS, cuando todo empezó a centrarse demasiado en el dinero, muchos expertos se fueron del país. Y esto no solo pasó en el baloncesto, sino también en otros deportes. Cuando ves patinaje sobre hielo —que, por cierto, me sorprende mucho poder verlo por Televisión Española— todos los entrenadores son rusos. Un patinador inglés, un patinador alemán… pero los entrenadores son rusos. Se marcharon por la falta de recursos y por los bajos salarios, y fue una gran pérdida para el deporte ruso. Pero ahora los clubes tienen mucho dinero y poco a poco se está recuperando, y los expertos ya no solo entrenan a deportistas extranjeros, sino también a rusos. Ahora el dinero no es problema. Se contrata a los mejores técnicos, sean rusos o no: Hiddink o Capello para la selección de fútbol o David Blatt en la de baloncesto. La selección rusa llevaba muchos años sin ganar nada y con Blatt ganaron el Europeo en esa final dolorosa contra España, el bronce en los últimos Juegos Olímpicos… En esos Juegos pensaba que iban a llegar a la final, y cuando perdieron me puse a llorar. Mi marido me miraba y me decía: “¿Estás tonta? ¿Por qué lloras? ¡Es deporte!” Y lo mismo me pasó con Lituania con los bronces del Barcelona, Atlanta y Sidney y los 4º puestos de Atenas y Beijing.
¿Por qué en nuestra cultura la damos tanta importancia al deporte? hasta el punto de hacerte llorar si tu equipo pierde un campeonato, por ejemplo.
Porque despierta emociones y pasiones y hace tu vida más interesante. Por ejemplo, cuando yo tenía 16 años los fines de semana de invierno eran muy aburridos, con muchos deberes que hacer, bajo cero en la calle y muy pocas horas de sol, así que la única cosa que me animaba era que había deporte por televisión. Me ayudaban a distraerme y tenía excusa para posponer algunas cosas que no me apetecía hacer.
¿Dirías que el deporte es cultura?
Sí, el deporte es cultura. Y es una cultura diferente en cada país. El fútbol por ejemplo es un deporte global que cada cuatro años sirve de nexo de unión entre todas las culturas. Los Juegos Olímpicos son la máxima expresión de la cultura del deporte. Como contrapunto, como ya hemos dicho, en Rusia el biatlón es el deporte número uno, y aquí la gente no sabe ni qué es.
Fotografía: Guadalupe de la Vallina
Vídeo: Javier Villabrille
No dice nada interesantísimo o muy novedoso, pero por lo menos saca a relucir claramente cual es el problema del periodismo deportivo español hoy por hoy: el forofismo y la subnormalización del público. A mí, que me encanta el baloncesto, me fascinan los análisis pre y post partido que hacen en las cadenas americanas de televisión, los artículos de ESPN o los de Bleacher Report precisamente porque no suelen tratar de manera tan directa como aquí la parte morbosa del deporte, limitándose a analizar el juego, la táctica, las fases del partido, el aprovechamiento de tal o cual jugador… Casos como el Dwightmare o el no-traspaso de Gasol son muy comentados principalmente porque hay pocos. Aquí, con Mourinho y Casillas, llevamos dos semanas.
«el forofismo y la subnormalización del público»… Tal cual…
La contratan para un programa deportivo sin dominar el idoma… Uno empieza a estar un poco harto de los telepibones.
Pues para no dominar el idioma, lo habla mejor (con claridad, sencillez y concreción) que vacas sagradas del periodismo deportivo nacional tipo Butanito, Joserra, Lama o Poli Rincón…
Domina perfectamente el idioma y además hace fantásticos reportajes. ¿Es que tiene que ser uno feo para salir en la tele? Ya estamos hartos de el tópico «las rubias son tontas».
Al menos léete la noticia. Ella misma es la que dice:
«Lo que no esperaba era que mi tarea sería leer los mensajes de los espectadores que ni siquiera entendía porque aún no controlaba el español.»
A algun@s el feminismo les ciega hasta cotas absurdas.
Habla lituano, y con la cantidad de lituanos en el basket, viene estupendamente. Además está buena, que a nadie le amarga un dulce. El puntito feminista si se lo ahorrara, mucho mejor, pero tampoco vamos a pedirle peras al olmo.
el puntito machista si te lo ahorraras, mucho mejor, pero pedirle a un asno que piense va a ser mucho
«el puntito machista si te lo ahorraras, mucho mejor, pero pedirle a un asno que piense va a ser mucho» TAL CUAL
Una de las mejores entrevistas que he leído en Jot Down. Por el personaje, que me ha sorprendido gratamente, por lo que cuenta y por cómo lo cuenta. Cuando una persona no tiene pelos en la lengua y habla claro uno lo agradece. Totalmente de acuerdo con su percepción del periodismo en España ( aunque supongo que el periodismo es así porque la sociedad es así).
Tiene los huevos de decir las cosas que a muchos nos tienen ya un poco hartos. Lo cuadra cuando dice que hay muchos que van de periodistas deportivos serios y en realidad no tienen ni pajolera de deporte. Como bien dice Karina, son sólo futboleros o más bien simplemente forofos.
Me parece un personaje bastante coherente. Habla de las cosas buenas que tenía la URSS pero a la vez dice que a ella no le gustaría volver a aquella época. Aceptar que los tiempos cambian y los sistemas tienen su momento es el paso para evolucionar…
En cuanto al retrato que hace del periodismo deportivo, una obra maestra.
Manda pelotas que el titular de la entrevista sea lo de los lapsus y el pinganillo, como si lo mas importante que se desprende de la entrevista sea la relación entre periodismo deportivo y mujeres.
Yo la conclusión principal que saco de la entrevista es la constatación de la nula cultura deportiva que hay en España.
Este país a nivel deportivo refleja lo que es el país en general: Madrid-Barça un 90% del deporte español. Donde vayas se hablará de ello. Cansa el tema. Y vas a Francia y ves como saben de bastantes deportes en general, y encima sin forofismo ni banderas. Que al pueblo le guste salir con la bandera de España cuando se gana una Eurocopa cada 2 años no significa que sea un país futbolero. Que también, manda coj…. que seamos un país que solo se habla de ese deporte y seamos tan paletos para hablar de él. Ya que te obsesionas con un deporte, domínalo.
De acuerdo contigo
Aquí no hay deporte. Hay fútbol, y ni siquiera. Estamos hartos de Casillas, Mourinho, Pepe, Messi y Cristiano. Queremos análisis de más deportes, o al menos el fútbol bien contado… pero los que pedimos esto debemos ser una minoría de aficionados al deporte con un mínimo de formación. Admitamos que el deporte aquí es para el típico futbolero medio sin más inquietudes que esa.
Se podía haber sacado algo más de partido a Karina y, sobre todo, ¿qué es de ella? ¿Dónde la podemos ver ahora?
si quieres ver a Kerina debes buscar en el baul de los recuerdos
Exacto. Tal vez sea porque soy de un sitio que por lo general escapa a la dicotomía Madrilona-Barsadrid, y donde hay mucha afición al fútbol, pero los informativos deportivos españoles dan asco. Me gustaba cuando esta mujer comentaba el baloncesto en La Sexta, y eso que yo de botar el balón con la mano sé lo justo.
Es que a veces parece que el deporte se tiene que dar así porque es lo que demanda el público y no lo creo en absoluto. Yo me acuerdo, cuando el día después era en abierto. Estoy segurísimo que tenía muchísima audiencia y no se trataba el deporte como en punto pelota.
Hoy en día, estoy seguro que un programa como informe robinson, con su adecuada ubicación en la parrilla podría tener igualmente éxito.
Pero sí, es más rentable tener a cuatro cazurros discutiendo del barca-madrid.
Buena entrevista. Detrás de algunas de esas periodistas deportivas a las que todos hemos puesto a parir alguna vez, suele haber más cabeza, inquietudes y conocimientos de lo que aparentan. El caso es que, yo el primero, es difícil librarse de prejuzgar.
Me gustan los palitos que va soltando hábilmente a modo de sutiles perlas hábilmente envenenadas.
Más metaperiodismo: periodistas entrevistando a periodistas… Y van…
Muy interesante la puyita Armstrong/Induráin. Mi enhorabuena para entrevistador y entrevistada.
ChapOoooooooooo karina!!
Una entrevista muy fresca, me ha gustado mucho. Ojalá se tratara el deporte como lo trata ella. Como dice Llop, con Casillas-Mourinho llevamos dos semanas y, encima, sueltan hace dos días en Onda Cero la palabra «culebrón» para definirlo. ¡Como si no lo hubieran creado ellos! Es lamentable.
Por cierto, el video de la noticia enlazada a la final de Munich no funciona porque Google Videos ya no existe. Aquí http://youtu.be/NuBm0PRt23I?t=52m41s está la retransmisión original de la ESPN, comentada, muchos años después, por algunos de los protagonistas.
Antonio, por dios, la entrevista es la nada con sifón y ella es una tipa que dice que «ha visto películas» de la URSS. Supongo que lo de coger un libro da urticaria. Yo la conozco a ella y a los del pinganillo, son estos últimos bastante más válidos. A parte dejo los comentarios sobre la Unión Soviética que recuerdan aquello de «con Franco vivíamos mejor».
Y lo de Casillas y Mourinho lo ha creado, sobre todo, Mourinho, pero eso si quieres te lo explico un día con unas cañas.
‘ver películas’ no excluye leer. Por cierto, yo que sé de la profesión, te digo que detrás del pinganillo hay auténticos incompetentes que te la lían muchas veces. Sobre la visión de la URSS, yo no interpreto que en aquella época se viviese mejor. De nuevo, que no ponga la URSS como un infierno y hable de algunas cosas buenas que tenía, entiendo que no quiere decir que piense que aquello fuese la panacea. De hecho, dice que ‘no me gustaría volver a esa época’.
Igualmente, no creo que haya nada de malo en hablar bien o mal de un sistema. La opinión de cada uno depende de su experiencia. Y ella la tiene, yo por lo menos, sobre la URSS, no.
Hombre, Alfi, Oxímoron tiene razón cuando critica su respuesta sobre la URSS. La respuesta de ella es bastante lamentable. Claro que ella no dice que entonces se viviera mejor. Eso lo dice su abuelo. Pero se lo pone a huevo al entrevistador para que le replique algo así como… «¿Perdona? ¿Suficiente para todo? Querrás decir suficiente para lo poco que había». Es una oda al igualitarismo donde la libertad sólo puede quedar malparada. De hecho, su respuesta niega la libertad. El simple hecho de que diga que «muy a menudo lo pintan como una dictadura sin libertades y con deportaciones a Siberia» debería encender varias alarmas, porque lo que quiere decir es que no se describe la realidad. Claro que su realidad era la de una privilegiada y, al menos, tiene la honestidad de reconocerlo. Lo que me da a mí es que no es del todo consciente de la miseria que tocó vivir a la mayoría de soviéticos. Y encima lo remata diciendo que sí, que deportaciones había, «pero tocaba más a aquellos que tenían algo que ver con la política». Es como si digo que sí, que en Cuba son felices, pero que los presos son los que se dedican a la política.
Que ella diga que no volvería a aquellos tiempos no es una crítica. Yo tampoco volvería a la democracia española de los ochenta, por ejemplo, y eso no quiere decir que la condene.
Y por último, Alfi, si quieres hablamos bien del nazismo. Al fin y al cabo, no hay problema en hablar bien o mal de un sistema u otro. ¿Verdad?
Los sistemas no son objetivos, por tanto dependen de la subjetividad de los que lo han vivido. No lo extraigo de la entrevista, pero qué hay de malo en que tuvieran suficiente con lo poco que había? A lo mejor tenemos que aprender de la historia y ver que había momentos y sociedades en los que eran felices con mucho menos. Si hablamos de libertad, cuando en unos años analices con perspectiva esta pseudodemocracia en la que vivimos, seguro que la libertad brilla por su ausencia. Vivimos libres en el escenario que han marcado los mercados, en la jaula en la que podemos hacer tooooodas esas cosas como…consumir, consumir y…consumir. Ahora voy a interpretar, pero creo que el hecho de que ella cuente su experiencia, no quiere decir que no sea consciente de la realidad de otros (de nuevo podemos comparar con lo bien que nos va a nosotros y lo mal que lo pasan los 6 mill. de parados y los desahuciados).
En cuanto al nazismo, obviaré tu mención.
El problema está en no tener espíritu crítico. No dudo que ella no sufriera en la URSS, y me alegro de que así fuera, pero su visión de aquel país y aquel régimen es simplista y buenista hasta el punto de dar una idea del mismo que en poco se relaciona con la realidad. Mi padre vivía en una familia que no tuvo ningún problema con el régimen de Franco, vivían bien y eran razonablemente felices, sin estrecheces y con capacidad económica aceptable. Mi padre también podría decir frases como «el ciudadano de a pie vivía bastante bien porque todo era gratis: la sanidad, la educación…». Porque eso era cierto, la educación (en realidad el proselitismo, pero esto en la URSS era más de lo mismo) y la sanidad eran gratis. De hecho con Franco entra la Seguridad Social. No desentonaría la frase «Cuando terminabas el colegio podías seguir estudiando, pero si no querías podías empezar a trabajar enseguida. Si no tenías trabajo el Estado te lo encontraba; trabajar era obligatorio», e incluso podría decir que en la familia tiene nostálgicos de aquello. Él tampoco podría hablar de la represión porque, en realidad, tampoco tuvo casos cercanos de aquello.
Ahora bien, mi padre se negará siempre a dar esa visión de aquellos días. Quizá porque ha leído, sabe que lo que él vivió es una muestra ínfima de lo que pasó, que un régimen liberticida no merece muestras de condescendencia. Se pueden señalar todas esas frases, porque no dejan de ser ciertas, pero una persona formada y con las miras un poco más amplias que Karina no se debe quedar nunca ahí, tiene que intentar pasar su experiencia por otros filtros y llegar a conclusiones un poco más ambiciosas. A lo mejor el problema es la falta de lectura. Que ver películas no excluye leer, pero difícilmente no hubiese citado la lectura como fuente en un caso así si de verdad fuese parte de sus referencias sobre el tema.
Y digo yo, comparar la URSS (fundamentalmente algunas se sus etapas) con el Franquismo, como hacen algunos por aquí, ¿no demuestra falta de lectura?
Alfi, que prefiera obviar mi comentario del nazismo (y otros comentarios que haces) me dicen que piensa que los dos totalitarismos fueron distintos: uno criminal y salvaje, otro plagado de buenas intenciones que salieron mal. Ya me sé el discurso. Iba a empezar a dar cifras, pero paso. Conozco la inutilidad del debate.
Me da igual lo que necesite una persona para ser feliz. Lo que yo demando es que el Estado no se meta en mi vida para decirme qué puedo o no puedo tener, qué debo y qué no hacer más allá de las reglas básicas de convivencia. Cualquier idea contraria a esto niega la libertad de decisión. La forma más sencilla de no hablar de libertad consiste precisamente en reducirla a la felicidad. Así que sí, hay mucho de malo hacer un retrato vital, que no real, de la URSS.
Alligator, Oxímoron no compara franquismo y comunismo. Se limita a decir que una experiencia vital privilegiada en un sistema con falta de libertad no puede generalizarse hasta el punto de pintar un rostro amable del horror. En ningún momento pretende compararlos. Créame, conoce muy bien la diferencia.
Muy interesante. Esta periodista tiene opiniones propias, cosa rara entre periodistas deportivos españoles, especializados en la última tontería de Mourinho o Messi.
¡Toma! Como que no es española. No está atada de pies y manos por una (de)formación en las Facultades de Periodismo españolas y luego la institucionalización e interiorización de «nuestra manera de hacer las cosas».
Dice claro como se gestiona la prensa deportiva de este pais. «40% Madrid, 40% Barsa y el resto Alonso, Gasol y Nadal». Sin palabras. Mas o menos, lo que sospecha cualquier aficionado al deporte, pero reconforta que te lo diga alguien desde dentro. Luego hablan de la crisis de los medios de comunicación, de la crisis de los diarios, del formato papel…. Y algo de razón habrá, supongo. Como algo de razón habrá al pensar que tal vez la línea editorial a nivel deportivo de la mayoría de medios, ayude a que esa crisis aumente.
Lo que dice Karina es una perogrullada, pero es que ningún periodista deportivo reconoce que el agua moja.
En su pecado está la penitencia, en los casos citados de los fiascos deportivos en que se centran en seguir al Mandril,al Farsa o a Nadal, y en el momento en que son eliminados en vez de exprimir ante la audiencia un producto de calidad se encuentran que se dan una buena galleta de audiencias y anunciantes. Ojalá los aficionados futboleros que no sean hinchas del bipartidismo pasen de ver los partidos de esa liga tan devaluada y quiebre de una vez.
Por cierto, la entrevista me encantó. Y me encanta Karina, y me encanta que diga cosas de la URSS diferentes a las que se dicen en todas partes. ¿Equivocada o sesgada? De ser así, recordemos que la unanimidad es de necios (refrán de José María García).
Me encantan vuestras entrevistas. Esta en concreto ha sido un soplo de aire fresco entre las últimas que habéis publicado. Siempre me ha gustado saber cómo nos ven las personas de fuera, con otra forma de hacer la cosas y otros puntos de vista. Personas que conocen nuestra forma de funcionar pero que no han sido viciadas por nuestro sistema educativo, laboral…
Karina parece muy sincera, sencilla y despierta.
Las fotos y el video de lujo.
Las preguntas como siempre, interesantes.
8 sobre 10
No está mal la entrevista. Por lo menos se confirma lo que ya pensaba, que la chica sabe un poco de lo que va el tema, y se ha percatado como es el periodismo deportivo de España.
Chapeau a JotDown por esta entrevista, quizás la más sorprendente que he visto jamás. Karina (a la que ya había visto en televisión alguna vez) nos ha demostrado que hay vida más allá del estereotipo de telepibón. Respondiendo es muy sincera, directa y certera en sus opiniones, magistrales sobre el periodismo deportivo español y las mujeres en él; con una gran cultura deportiva, mucho más allá del fútbol, y capaz de reclamar que la URSS tenía su lado positivo, algo que deberíamos recordar, por aquello de la gama infinita de grises. Una chica muy sencilla, despierta e inteligente.
Las fotos y preguntas y entrevistada, fantásticos. Muy bien vídeo también, pese a que en esta página me aferro mucho al blanco y negro tan reconocibles.
Enhorabuena a JotDown y un saludo a Karina.
Su discurso me parece muy acertado y analítico; sin radicalismos y desde el punto de vista de alguien crítico. Algún cateto pensará que si tanto critica que se vaya, pero yo sinceramente pienso que cuando alguien dice verdades como estas de algo es porque lo conoce muy bien, y sobre todo, porque le importa.
Tenemos suerte de que aún tengamos personas así de formadas y preparadas que viene de fuera a vivir aquí..¡¡algo tendremos aún!! ¿será el sol, la temperatura, la comida?
Desde luego, la gente y la educación no creo que sean.
Habla por ti.
‘Sabonis es el lituano más famoso del mundo y representa la “marca Lituania”. El baloncesto es nuestro símbolo y Arvydas nuestro embajador, algo así como el Rey de España, solo que no caza elefantes’.
¡Grande! Con esto ya me ha ganado para la causa.
Tenía un buenísimo concepto de Jot Down y esta entrevista me ha confirmado que estoy en lo cierto. Tenía que haber más así. Muy buena información y objetiva tanto a nivel deportivo como social. Desde luego a esta periodista se la ve muy preparada en el campo deportivo. Me ha parecido muy amena.
Karina nos aporta una visión muy clara sobre el mundo deportivo visto desde el punto de vista de personas muy preparadas en este terreno y además con la visión globalizada del conocimiento que la ha aportado el trabajar en países extranjeros. Me ha gustado mucho y necesitamos que esta revista haga más reportajes así. ¡Muy bien!
Desgraciadamente la mayoría de lectores de la entrevista no han visto a la señorita Karina ejerciendo su profesión.Tal vez,su concepto de ella tras leer la entrevista,cambiase un poco.
Otro telepibón que hace de florero.
Yo no la conozco trabajando, pero lo que he leído aquí ya me es suficiente como para tener una muy buena opinión. De todos modos, Pepe, uno en su trabajo hace lo que le mandan por mucho que le gustaría hacer otras cosas. Si a ella la ponían de florero pues no es culpa de la chica.
Habría que ver lo que pensarían de muchos de nosotros si ven lo que hacemos en el trabajo.
En una entrevista como esta se ve a la persona, en la tele se ve al telepibón que os quieren vender sin dejar que ella haga su trabajo, así continuamente y vosotros picáis y picáis .
¡Estupenda entrevista! Dice mucho tanto de la entrevistada, muy buena profesional, como de la revista digital JOT DOWN.
Seguid así, en los tiempos que corren hay que valorar muy positivamente este tipo de periodismo.
Pingback: Otra interesantísima entrevista en Jot Down, para no perder la costumbre
Enhorabuena!! Para un gran aficionado al deporte leer cosas como estas hace seguir creyendo en que otra TV y otra información es posible.
No le veo mayor interes. Ni es florero (para eso tendria que ser guapa y es normalita) ni dice nada del otro jueves. Correcta, simple, mediocre. Una gran apologia de su pais, Rusia, algo cuando menos sorprendente, y nada mas qeu destacar.
Pingback: 'Sabonis es el embajador de Lituania, como el Rey aquí, solo que no caza elefantes'.
Se critica a los periodistas deportivos cuando éstos sólo reflejan la sociedad en la que viven. Este país es sólo fútbol, y , más concrétamente, Real Madrid y Barça. Capitalismo deportivi.
Apunta con acierto muchos de los grandes males del periodismo deportivo español, que a mi juicio, son algo más que un mero reflejo de la sociedad. No entra en profundidad, no sé si porque no quiere o porque el entrevistador no insiste y aprovecha para tirar de la lengua.
Interesante lectura.
Buena entrevista. Ligera, fresca, menos pesada que otras y de distinta temática. Sasi siempre acertáis con los personajes, Jot Down! Buen trabajo. El vídeo muy chulo.
Si a alguien le contratan para un puesto sin tener la cualificación necesaria, eso siempre será culpa del empleador, no del empleado. ¿O es que la culpa de tener a Ana Botella de alcaldesa es de los madrileños/as?
(…)
Upsss…
premio!
La mejor manera de quitarme todo interés por leer la entrevista es empezar con un comentario sexista. Ni la he leido ni pienso hacerlo.
El titular se queda en la anécdota y no es representativo de la entrevista, flojo.
Las preguntas interesantes, pero poco incisivas.
Las respuestas a ratos buenas, por momentos brillantes y en ocasiones algo aburridas.
Pero en general, lectura entretenida.
Gracias por la entrevista, se disfruta.
Yo soy polaco y me alegré cuando cayó la URSS. Pero los sistemas no son buenos o malos, sino que dependen de las personas. Llevó años viviendo en España y prefiero los últimos años de la URSS a la democracia corrupta e irreal que tenemos aquí.
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¿Aceptáis peticiones? Estaría fetén una entrevista a Pedro Barthe. y pasado el tiempo, otra a Ramón Trecet y Olga Viza.
Tengo mas nombres en la recámara, pero no quiero abusar :-)