Una lista de canciones de artistas oriundos de New Orleans y Louisiana, la región más musical de América y probablemente del mundo. Abrir en Spotify.
Junker’s Blues, Champion Jack Dupree: Considerado con justicia uno de los pioneros del rhythm & blues de New Orleans, Dupree solía componer canciones inspirándose en la vida de la calle y escribía temas bastante sórdidos como este “blues del “junkie”, que se convirtió rápidamente en un standard de la ciudad a mediados los cuarenta pero cuya letra (“Me llaman el junkie porque estoy colocado todo el tiempo”) no la hacía demasiado apta para todos los públicos. En 1949, Fats Domino rehizo la canción con un nuevo título, The Fat Man, y con una letra más amable, con la que pudo alcanzar el éxito.
Blue Monday, Fats Domino: Discípulo de Dupree y hoy figura universal de la música, Antoine Dominique Domino es quizá el primer eslabón perdido entre el rhythm & blues y el rock & roll. Ni que decir tiene que es una de la mayores leyendas de la ciudad, un músico cuya influencia ha sido prácticamente universal. Actualmente retirado, viviendo de rentas y habiendo sobrevivido milagrosamente al huracán Katrina —estuvo tres días en paradero desconocido— alcanzó el éxito masivo durante los cincuenta gracias a sus fantásticas versiones de temas ajenos (The Fat Man, Blueberry Hill) y sus no menos extraordinarios temas propios como Ain’t that a shame o esta Blue Monday en la que se lamenta del duro trance de volver al trabajo un lunes.
Sweet Georgia Brown, Louis Armostrong: Poco se puede decir sobre este mito de la cultura planetaria que no suene redundante. Mundialmente famoso gracias a su fructífera faceta como cantante melódico y entertainer, fue además un instrumentista absolutamente explosivo durante sus primeros años, alguien que puso patas abajo el mundo del jazz con su poderío revolucionario. Recordamos aquí una grabación de esa primera etapa, en la que versionea uno de los mayores standards del jazz de todos los tiempos.
Polk Salad Annie, Tony Joe White: Una canción con historia.Un por entonces desconocido cantante de Louisiana describía en uno de sus primeros singles la mísera vida de una chica de campo, un tipo de existencia menesterosa que Tony Joe White conocía bien de primera mano. Nacido entre recolectores de algodón y crecido en la pobreza, White admitió que durante su infancia y adolescencia, cuando no había otra cosa que echarse a la boca, había llegado a comer muchas veces esa misma ensalada de “polk” (hierba silvestre) de la que se alimenta Annie, la protagonista de su canción. Editada a finales de los sesenta, Polk Salad Annie fue una de las primeras grabaciones de Tony Joe White, pero sus esperanzas se fueron al garete cuando tuvo una repercusión mínima durante los primeros meses y la discográfica la consideró un fracaso, archivándola en un cajón. La canción estuvo a punto de quedar en el olvido y la carrera de White sepultada en el anonimato, cuando casi un año después se dieron cuenta de que en Texas se estaba convirtiendo en una canción de culto, ya que la gente que la escuchaba en los clubs quedaba fascinada por su mágica cadencia blues y por la hipnótica voz de White. Su descripción de la paupérrima vida campestre en aquellos pantanos repletos de cocodrilos de Lousiana era tan convincente (dado que era como decimos completamente real), que mucha gente dio por hecho que Tony Joe White ¡en realidad era negro! Esa misma gente acudía a las tiendas locales pidiendo el disco, pero las tiendas no lo tenían y sus dueños empezaron a reclamar copias al sello. La discográfica había descartado la canción meses atrás y ya no tenía copias que enviar, así que decidieron volver a imprimirla y a partir de ahí se convirtió en un éxito, especialmente cuando numerosos artistas la comenzaron a incorporar a su repertorio, muy notoriamente Elvis Presley, quien hizo del tema uno de los puntos fuertes de sus directos.
Such a night, Dr. John: Otra leyenda de New Orleans, Dr. John ha llegado a detestar por momentos su canción más famosa, ya que la gente siempre se la pide en cualquier concierto que haga. No se puede culpar al público: aunque Dr. John tiene un buen puñado de increíbles temas, esta alcanzó una redoblada popularidad gracias a la aparición del pianista en The Last Waltz, la película documental de Martin Scorsese, donde acompañado por The Band hacía una versión absolutamente pletórica del tema.
Jungle Man, The Meters: Los reyes del “New Orleans funk” —que además han ejercido como banda de acompañamiento de Dr. John— comenzaron como banda instrumental, aunque fueron derivando a temas más pegadizos y tarareables, grabando varios discos apoteósicos en los años setenta, entre ellos el fantástico Rejuvenation, en el que aparecían clásicos como este Jungle Man o Africa, versioneada en su día por los Red Hot Chili Peppers.
Doctor Jazz, Jelly Roll Morton: Una de las figuras claves del ragtime y uno de los padres del jazz, el pianista fue uno de los hombres que sentó las bases del sonido de las bandas de New Orleans, un sonido inmediatamente reconocible que cualquiera de nosotros puede identificar al instante con la ciudad más musical de América.
Lawdy Miss Clawdy, Lloyd Price: El cantante se dio a conocer en los años cincuenta con aquel rhythm & blues típico de Louisiana que también practicaba gente como Fats Domino y que fue inmediato precursor del rock & roll. Lawdy Miss Clawdy fue el primer single que grabó, pero dio en la diana: se convirtió en un gran éxito casi al instante. Es posible que a muchos les suene por las interpretaciones que Elvis Presley hizo del tema en más de una ocasión.
The Real McCoy, Earl King: Legendario guitarrista de rhythm & blues de la ciudad, quizá no muy famoso por estos lares pero cuyas canciones han sido revisitadas por gente como Jimi Hendrix, quien incluyó Come On en su tercer álbum, Electric Ladyland. King no sólo era hábil haciendo blues, también se dejó influir por el New Orleans Funk, asociándose con los Meters y produciendo joyas como esta dinámica The Real McCoy, en cuyo registro funky se mueve como pez en el agua.
Basin Street Blues, Sam Cooke: Una de las canciones más bellas jamás dedicadas a la ciudad de New Orleans, ha sido interpretada por numerosos artistas, desde nativos de Louisiana como Louis Armstrong o Dr. John a músicos de otras tierras como Ray Charles y toda una interminable retahíla de artistas. Pero nos quedaremos con la versión de Sam Cooke, rompiendo un poco la regla, ya que Cooke no es un artista originario de New Orleans ni de Louisiana, pero dado que la canción homenajea a esa “tierra de ensueño” y que la fastuosa, escalofriante interpretación de Cooke es una de las más fascinantes que se hayan escuchado jamás, creo que bien merece ser incluida. Por cierto, tampoco tiene desperdicio la versión que el propio Cooke hizo en televisión —voz en directo— en la que va subiendo la intensidad inadvertidamente: durante el último minuto convierte la canción en algo tan increíblemente apabullante que podría ponerle los pelos de punta a un bloque de cemento. Créanme, no exagero.
I feel like funkin’ it up, Rebirth Brass Band: Quienes hayan visto el primer episodio de la serie Trème, muy probablemente recuerden la secuencia en la que alguno de los protagonistas aparece interpretando este contagioso himno. Las bandas de “segunda línea” constituyen un fenómeno típico de New Orleans, son agrupaciones que participan en desfiles callejeros donde, con aire más bien anárquico, tocan este tipo de marchas para solaz del personal. Imposible no dejarse llevar. Algo así deberíamos empezar a copiar en España.
Rockin Pneumonia and the Boogie Woogie Flu, Huey Piano Smith: Otro mítico pianista de rhythm & blues de los que tanto han abundado en la ciudad, que también participó de la génesis del rock & roll con temas como éste. Es una canción basada en una de las estructuras más básicas del R&B, que ha influido en numerosos artistas posteriores. No sé, piense usted en ejemplos tan aparentemente improbables como White Light/White Heat de The Velvet Underground y descubrirá de dónde sacó Lou Reed su inspiración para escribir el tema.
The things that I use to do, Guitar Slim: Dicen que el blues es la música ideal para cuando a uno le asalta la tristeza o tiene el corazón roto, y pocos ejemplos tan clásicos como esta canción. Decía este mítico guitarrista de Louisiana —sin duda un hombre con el corazón roto, como prueba su breve vida— que en un extraño momento de inspiración Dios le ofreció una canción y el Diablo otra… y que él decidió escoger la canción del Diablo. El resultado fue esta triste, descorazonadora The things that I use to do, que se convirtió en un éxito inmediato. Guitar Slim (no confundir con Guitar Slim Jr.) fue un alcohólico empedernido y murió tempranamente, con sólo treinta y dos años de edad, pero dejó una huella imborrable, muy especialmente entre la élite de los guitarristas de blues. Por ejemplo, a Jimi Hendrix le gustaba tocar este tema, que interpretó en algún concierto, y Stevie Ray Vaughan grabó una fantástica versión que se convirtió en una de las joyas de su repertorio discográfico.
St. James Infirmary, King Oliver: Otro de los padres del jazz de New Orleans, estamos hablando nada menos que del maestro del mismísimo Louis Armstrong. Joe “King” Oliver dejó un inconmensurable legado en el que podemos rastrear los orígenes del jazz y adivinar la deriva posterior de Armostrong y similares. Esta tétrica St. James Infirmary es solamente uno de los muchos temas míticos de una discografía en la que merece mucho la pena bucear.
Yellow Moon, The Neville Brothers: A finales de los setenta y durante los años ochenta, los hermanos Neville le dieron nuevos aires a los sonidos de New Orleans, combinando la tradición con una aproximación más suave y, por así decir, más apta a los gustos comerciales de la época. Pero lo hicieron con brillantez y elegancia, como demuestra esta Yellow Moon, una de sus canciones más conocidas.
Mo’ Better Blues, Branford Marsalis: Curtido en bandas callejeras de “segunda línea” y grupos de jazz de New Orleans, el saxofonista fue conocido por mucha gente gracias a formar parte de la por entonces exquisita banda de acompañamiento de Sting, pero tiene toda una estimable carrera en solitario en la que demuestra un considerable buen gusto. Como en esta bellísima pieza que fue tema principal de la banda sonora de la película del mismo título, pero que puede ser considerada un standard moderno por derecho propio.
Bourbon Street Parade, The Dukes of Dixieland: Una banda —o más bien una franquicia— que durante décadas y contando con varias generaciones de músicos se ha dedicado, y se dedica todavía, a rescatar y a mantener vivos los sonidos más tradicionales de las calles de New Orleans. Un buen ejemplo de su extraordinaria labor es esta Bourbon Street Parade que forma parte de su repertorio habitual y que suena exactamente como uno esperaría que suene algo salido de aquella maravillosa ciudad.
Toma ya!!!
Disfrutado.
¡Muy buena lista! Aunque, por ser un poco retorcido, echo de menos algo de Bobby Charles, ese artista olvidado a quien The Band llamó para el concierto de El Último Vals junto a Dr. John para representar el sonido de Nueva Orleans, cayéndose del montaje final de la película de Scorsese. Su interpretación de «Down South in New Orleans», que sí aparece en el disco del concierto, es realmente magnífica.
Yo habría metido también This City, la canción que Steve Earle dedicó a Nueva Orleans con motivo de su participación en el rodaje de Treme, pero eso ya es cuestión de gustos.
Un saludo y enhorabuena.
Adjuntad también links de Grooveshark la próxima vez! :)
Hola,
Soy un seguidor de vuestra web, y me da gusto comprobar que también está música también está haciendose hueco con artículos como el vuestro.
Os escribo como miembro de la Sociedad de Blues de Madrid, una entidad sin fines de lucro creada por aficionados para difundir todas las variantes del género. Pero no sólo para contaros de nuestra existencia, sino también para deciros que aquí en Madrid tenemos, al menos que sepamos nosotros, una banda llamada Los Tremendos, alguno de cuyos integrantes son socios de la SBM, que le hace un gran honor a la música de New Orleans.
Aquí os dejo un enlace con su actuación en nuestra fiesta de Presentación en febrero pasado:
http://www.youtube.com/watch?v=GE4r2rHjVJI
A vuestra disposición para cualquier información.
Un saludo,
Jorge Biancotti
SBM
Me fastidia entrar aqui para recordar lo que falta, pero echo de menos al Professor Longhair y cualquier cosa de su Rock ‘N’ Roll Gumbo (1974), disco enterito recomendabilísimo. Pero vamos, Tipitina como quintaesencia y Mardi Gras in New Orleans como guinda
Magnífica idea la de la lista, y magnífica la lista en sí, como casi todo en Jod Down. Da gusto. Alguna sugerencia para completarla:
Clarence “Frogman” Henry, tal vez con su espléndida versión de You Always Hurt The One You Love.
El bueno de Willy Neville, con algún tema de su álbum Victory Mixture, homenaje precisamente al R&B de Nueva Orleans.
Y por supuesto, la grandísima Irma Thomas, que podría ir con la versión de Time Is On My Side previa a la de los Rolling Stones.
Muy buena selección.
Para ampliar repertorio y, además, disfrutar de buena ficción os recomiendo la serie «Treme».
Aquí un ejemplo:
https://www.youtube.com/watch?v=mDandoEaqME
Pedazo de lista. Gracias! :)
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Muy buena selección, aunque personalmente echo de menos alguna de los Wild Tchoupitoulas, esos negros disfrazados de indios acompañados por los hermanos Neville y autores de uno de mis discos favoritos de todos los tiempos («The Wild Tchoupitoulas» de 1976)
¿Cómo puede ser que no este Louis Prima y ninguno digais nada?