Será a raíz de un cambio laboral que surge en su vida que se le ocurra a Jesús montar una librería a su gusto y de la que formarán también parte Gonzalo, Estrella y David, por turnos; abiertos de 12 a 12.
El próximo 25 de octubre cumplirá cinco años La buena vida – Café del libro, “como las paredes se descorchan parece que es una librería muy clásica, que lleva 30 años abierta”. Y es cierto que lo parece. Algo tiene este local que evoca días pasados, una vida propia, cierta personalidad. Un día a día de gente que es la misma cada día, estantes con música, películas; los muros verdes de un verde oscuro, sufridísimo; ese Madrid de los que leen y gustan de libros y tertulias, de aquellos que lo conforman, de los que no: “tú sabes que la comunidad italiana es la comunidad más grande de extranjeros en Madrid, pero que no consiguen soportar una sola librería, es gente que no lee… Sin embargo, aquí vienen mucho; vienen por el café” (riquísimo; increíble lo bueno que está el Lavazza que nos ponen).
A ciencia cierta, empero, no sabemos qué es, qué hace que La buena vida sea una librería tan confortable, de dónde esa calidez. Tal vez ayuden, aparte de los desconchones, los recortes que se encuentran —en su mayor parte ya amarillentos por el tiempo que les ha pasado— por paredes y libros, al azar: “El librero es el chivo expiatorio del negocio. Llena su librería con la basura que escriben los autores y que los editores le endosan. Hablan mal de él, lo sermonean y lo culpan de todo» (…) «El librero es el hombre de corazón más generoso y alguien con más paciencia que un santo”. Son notas de prensa que les han llamado por algo la atención, críticas, reseñas que van colocando según las encuentran y se les ocurre, y que ahora, con el local vacío para nosotros, le dan un aspecto aún más incierto.
“Mira, aquí lo bueno que tiene es que a veces hemos apostado por los comerciales que vienen, hemos intentado hacer un experimento alguna vez, traer a Ken Follet y así, y nada, no hemos vendido nada; la gente que viene aquí es que no lee esas cosas… Sí tenemos a Murakami, o Almudena Grandes, Javier Marías… Pero ése es el tope”.
También tienen discos y DVD, decíamos. Cuando empezaron no les querían servir, eran demasiado pequeños, “había ya quebrado todo el sistema y se habían como acomodado a las grandes superficies” Así, si se lo traían lo traían tan caro que no podía ofrecerse a ese precio al cliente “les tenías que engañar”. Se tomó entonces la decisión de no tener nada a un precio que no fuera el de la FNAC. Tuvieron que pasar un par de años para que algún productor de DVD se diera cuenta de que era interesante estar también en sitios pequeños… “y ahora funciona bastante bien, tenemos productoras como Cameo, Intermedio… cine de calidad, minoritario. Y con los discos pues también, tenemos una selección muy heterogénea, las cosas que nos gustan a nosotros” Como anécdota más que curiosa sobre qué acaba funcionando nos cuenta que una Navidad tuvieron como uno de los productos estrella Shoah; “el comercial nos decía ‘pero estáis locos, esto en estas fechas…’ Jesús se empeñó: “tú tráeme una torre de 30 ó 40”. Y, efectivamente, “volaron”. Abajo tienen un salón, “y también hacemos conciertos, cojonudos, no a puerta cerrada, pero sí que es cierto que no cobramos, sólo entra la gente más fiel, los que más vienen por aquí”.
Nos habla con especial entusiasmo de Antología en movimiento, un ciclo de entrevistas de Patricio Pron a escritores y artistas españoles “que elige él… lo hace aquí en público, (el primero fue Félix de Azúa); es muy enloquecido, muy intenso, viene preparadísimo… y hace unas entrevistas que la verdad es que son fantásticas”.
Volverán después del verano “a la carga, con músicos, escritores… todo eso le da mucha vida a este sitio”. Así, aunque “son tiempos difíciles —también— para las librerías”, tal vez por este movimiento continuo, ese empeño por divulgar y dar a conocer, por ser lugar de encuentro, ellos apenas lo han notado, “estábamos creciendo; quizá en otro momento hubiéramos crecido más, claro, no podemos saberlo”.
Fotografía: Jorge Quiñoa
Librerías con desencanto: Santos Ochoa
Este lugar es encantador.
¿Esta librería está relacionada con la productora «La Buena Vida?¿De David Trueba? Un genio este señor.
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Allí me siento muy a gusto.
No fallo a primero de junio, aprovechando que voy a la Feria del Libro.