No recuerdo dónde leí el concepto de antibiblioteca: ante una colección de libros gigantesca (una biblioteca) hay que reprimir el oh de asombro e imaginar otra que esté formada por todos los ejemplares que no están en ella (es decir, su antibiblioteca). Por muy grande que sea la biblioteca, la antibiblioteca será millones de veces mayor, lo que la hace muchísimo más interesante. Algo análogo me ocurre con las guías de viaje; lees un puñado de ellas sobre un lugar en concreto y te cuentan más o menos lo mismo, a lo sumo con alguna diferencia en las fotos o infografías. Pero la mayoría de las veces que viajo, a la vuelta, me doy cuenta de que lo que más me ha llamado la atención no lo recogía ninguna guía convencional: me gustaría haber leído una antiguía. Aunque soy consciente de que no tiene efecto retroactivo voy a relatar mi antiguía de Croacia, país que he visitado recientemente.
Una de las primeras cosas que despiertan mi curiosidad cuando visito un nuevo país es cómo lo denominan en la lengua local sus habitantes. Y no me vale esa notación fonética que no hay dios quien entienda. Bien, pues Croacia, que para ellos se escribe Hrvatska, me dijeron que se pronuncia más o menos jervatsca, que suena a descarte de una tormenta de ideas sobre nuevas franquicias del imperio Inditex. Digo esto porque así es aún más chocante descubrir el origen del término corbata; nada más aterrizar, si no lo sabías de antemano, te enteras de que es el país originario de las corbatas porque hay un montón de carteles publicitarios que te lo recuerdan. El término corbata proviene del gentilicio de Croacia en italiano, en referencia a un pañuelo que llevaban anudado al cuello los soldados de este país hace unos cuatrocientos años. Así pues, corbata proviene de cravatta, que sí que suena parecido a croata… pero para nada a ¡jervatski! que es como se pronuncia croata en ídem. Son derivaciones fonéticas extrañas, como cuando «tortilla española» se pronuncia «tortilla de patatas» en algunos lugares (o viceversa). El caso es que las corbatas son típicas de Croacia. Es una prenda que como tal me parece absurda, ni abriga cuando hace frío (es un quiero y no puedo de una bufanda) y agobia cuando hace calor, pero reconozco que tiene cierta utilidad en según qué circunstancias. También son típicos los paraguas. Corbatas y paraguas. No compré ninguna de las dos cosas: no encuentro razón alguna para comprar un recuerdo de un país cuando se trata de algo que tienes en todas las tiendas de ropa de tu ciudad. Supuestamente, la fregona es originaria de España y aún no he visto a ningún turista llevándose fregonas de recuerdo.
Otra manía que tengo es preguntar qué y a quién conocen de España. Una gran decepción: además del dichoso fútbol, la mayoría de los croatas que te encuentras recuerdan el vínculo de España con Croacia a través de Ana Obregón y Davor Suker. También es cierto que planteada la misma cuestión a la inversa (preguntar en España por Croacia) se obtendría el mismo resultado; tal vez un 9% diría Drazen Petrovic y aventuro que menos de un 1% mencionaría a Nikola Tesla. Y esto, no nos engañemos, antes de los recortes en Educación.
Dubrovnik fue diseñado por un antiarquitecto al que le gusta Juego de Tronos
Comencé la ruta por el país adriático desde el sur, por Dubrovnik, que tiene un casco antiguo bellísimo que debería tirarse abajo y no dejar piedra sobre piedra si hacemos caso a los manuales de accesibilidad políticamente correctos. La coqueta ciudad amurallada es una orgía de empedrados, escaleras, calles estrechas y mal iluminadas, bragas color carne tendidas a la vista… todo lo que no se puede hacer según criterios arquitectónicos reglados bajo planes generales o estatutos de comunidad de vecinos, instrumentos de planeamiento temibles y despóticos en cualquier caso. Un lugar fantástico para pasear y perderte por sus rincones pero no para vivir si tienes problemas de movilidad. Cosas como esta te hacen relativizar los inamovibles, valga la chanza, criterios urbanísticos que tenemos por aquí según los cuales te obligan a colocar una rampa al 6% para superar el escalón del portal aunque este dé a una calle que tiene el 18% de pendiente. Con papel de fumar no, lo siguiente.
Supongo que en próximas ediciones lo recogerán las guías turísticas porque es un interesante reclamo: gran parte de los exteriores de Juego de Tronos se han rodado en Dubrovnik, que es a la vez Desembarco del Rey y Qarth. Es fantástico recorrer la muralla sintiéndote Tyrion Lannister cuando observas la pequeña bahía desde las almenas, casi esperando que Stannis Baratheon adentre su flota para freírlos a todos con fuego valyrio. O entrar en el Palacio del Rector y gritar dónde cojones están tus dragones, que eres una Targaryen y que como te toquen muchos los ovarios vas a reducir a cenizas su ciudad de mierda.
¿El deporte rey?
Lo peor que se puede hacer es acudir a un país con ideas preconcebidas. Vas buscando los orígenes de grandísimos jugadores de baloncesto, como Drazen Petrovic, y te encuentras las mismas tiendas con falsificaciones de camisetas de fútbol donde Messi y Cristiano Ronaldo continúan su lucha por la supremacía mundial, en este caso, sobre tejido altamente inflamable procedente del este asiático. Lo más cercano a un rastro de reconocimiento u homenaje que encontré sobre Petrovic en Sibenik, su ciudad natal, fue una tienda de deportes donde tenían un poster (de unos 2,50×1,50 metros) del jugador en pleno partido con la selección nacional (por la musculatura y equipación —croata—, en los Juegos de Barcelona). Sé que en Zagreb hay un museo, pero lamentablemente no visité la capital croata.
Por otro lado, en el larguísimo paseo de Opatija, una coqueta ciudad costera de aspecto algo decadente con casinos, locales de dudosas intenciones y neones rojos en tercera línea de playa, cuentan con un Paseo de la Fama, donde con estrellas estilo hollywoodiense reconocen las más significativas personalidades de origen croata. Entre ellas, no podía faltar el genio de Sibenik. Pero me llamó la atención que el único baloncestista que le acompañara fuera Krešimir Ćosić, el primer jugador extranjero que ganó el premio All-American de la NCAA, y por dos veces además (1972 y 1973). Fue elegido en el draft pero nunca jugó en la NBA debido a presiones políticas; por aquel entonces, si jugabas en la NBA después no podías participar en campeonatos de selecciones, y el historial de Ćosić en este aspecto fue extraordinario: campeón olímpico, dos veces campeón del mundo y tres de Europa. En Zadar encontré una tienda de camisetas prácticamente temática alrededor de la figura de Ćosić pero de calidad lamentable, sobre todo las de juego, de tirantes tipo Abanderado, que eran vintage sin pretender serlo; vamos, muy mal.
Me llamó la atención que Toni Kukoc, que ganó la Copa de Europa (por tres veces) y la NBA (también tres veces, con Chicago Bulls) no tuviera un reconocimiento similar a Petrovic o Ćosić. Pregunté a varias personas y todos me dieron dos razones: el carisma y lo que representaban en la selección nacional de baloncesto. Y en ambas, Kukoc salía perdiendo. También añadiría a título personal que tanto Petrovic como Ćosić murieron en circunstancias trágicas (en accidente de coche con 28 años y de cáncer con 47, respectivamente) y esas cosas influyen en el ánimo de la gente.
Restos de la guerra de los Balcanes
Más de diez años después del fin de esa guerra que comenzó en una grada, sigue habiendo casas que tienen impactos de proyectiles en sus fachadas y edificios semiderruidos por los bombardeos. Pero no es el único rastro del conflicto que está a la vista: en muchas paredes se ven pintadas o carteles como este, en los que ensalzan la figura del general Ante Gotovina. Al preguntar por qué se le considera un héroe a un condenado a 24 años de cárcel por crímenes contra la humanidad, los más contenidos me argumentaban que en la guerra pasan muchas cosas horribles, que el general Gotovina no pudo controlar a sus tropas (que fueron las que cometieron realmente los crímenes) y que se le ha condenado porque alguien tiene que pagar por ello. Otros, directamente justificaban las expulsiones, violaciones, torturas y fusilamientos argumentando que era lo que los serbios les habían hecho a los suyos, un héroe del ojo por ojo, en definitiva. Supongo que es como cuando los extranjeros llegan a España, ven una bandera con el pollo o un logo de ETA y preguntan que a qué se debe: dependiendo de la persona con la que den, recibirán una versión edulcorada o no de lo que representa.
Y un par de chorraditas artísticas para terminar
Bajo el Palacio de Diocleciano, en Split, entre la ciclópea estructura de cimentación que es otra ciudad en sí bajo la superficie, existen los típicos puestos de souvenirs. Casi todos ellos aburridos y repetitivos, con abundancia de representación de burros ya que, al igual que en Cataluña, es el animal fetiche de la región de Dalmacia. Pero uno de ellos era más original. Se trataba de un puesto de venta de láminas y cuadros en el que habían mezclado burros con imágenes de películas, como Blues Brothers, La Naranja Mecánica, Reservoir dogs… dando lugar a escenas hilarantes. Me quedé con una basada en la criatura de HR Giger, por supuesto.
En Opatija coincidió mi estancia con una feria de productos típicos croatas, sobre todo vinos, así que tuve la ocasión de catar el afamado Dingac, del que había oído hablar y que en los supermercados venía a costar al cambio unos 20 euros. Su sabor me recordó a un Ribera del Duero mezclado con agua en un cubo de fregar suelos, en una proporción 60%-40%. Se me quitaron las ganas de probar más. Me dirigía con cierto aire de indignación hacia la salida cuando me percaté que en un rincón había un stand diferente, en el que había decenas de latas de refrescos colocadas cuidadosamente. Al acercarme, me di cuenta de que las latas se abatían gracias a una charnela oculta y en su interior contenían diminutos escenarios musicales ejecutados con mimo. Me pareció una excelente metáfora en clave de Pop Art del mercantilismo discográfico industrializado al amparo de las grandes multinacionales y así se lo dije a su creador, Goran Martini. Por cierto, el otro día John Carlin en su twitter dijo que los españoles son los hispanohablantes que peor pronuncian el inglés. Es curioso, pero te entiendes mejor hablando en ese idioma con un croata, con un italiano, incluso con un camboyano que con un norteamericano o con un hijo de la Gran Bretaña. Es algo que deberían hacerse mirar, entiendo mejor su lengua en cualquier lugar que no sea esos dos territorios. A excepción de australianos y neozelandeses porque eso que hablan no sé qué cojones es, pero en todo caso no es la lengua de Shakespeare.
Martini resultó ser un personaje pintoresco, realmente ilusionado con su creación y pensaba lanzarse a la fabricación masiva tras tramitar las preceptivas patentes. Eso ya me pareció ir demasiado lejos, que más que pequeñas piezas de arte aquello se iba a transformar en una performance. Le dije, además que todas aquellas latas abiertas en perfecta formación me recordaban las series de sopas Campbell de Warhol pero tridimensionales y con una crítica subrepticia a otra expresión artística, la música, que se ha convertido en un producto enlatado. No pareció entender mi entusiasmo. Parpadeó un par de veces, sonrió y como respuesta me enseñó una foto que tenía con Michael Stipe, de REM, al que le había enseñado su trabajo y le había encantado. Más tarde comprendí que Martini se había conformado con hacer miniaturas molonas y que prefería ser considerado un artesano que un artista, cuando por lo general suele suceder al revés. En fin, calificar de arte o artesanía, como culo o codo, galgos o podencos, periodismo o divulgación, depende de los ojos que lo miren y del tiempo que se quiera perder en discusiones que no van a ningún lado. Con lo divertido que es ir de un lado a otro a redactar antiguías.
Los que nos sentimos atraidos por los Balcanes estamos de enhorabuena estos días con Jotdown!
Soy de Málaga, pero desde hace siete años vivo en esta hermosa región que se llama Asturias, un «Paraiso Natural» como dice su elogan turístico, verde todo el año, con gran variedad de paisajes: montañas, valles, ríos, playas…idílicos paisajes, pero el paisaje…
No está bien generalizar porque sería injusto, pero la gran mayoría me mira con cierto desprecio o desdén cuando me oyen hablar y descubren ese acento andaluz con mucho Zezeo y comiéndome las S de los plurales. Cuando no comentarios despectivos o peyorativos contra los andaluces: subvencionados, analfabetos, ignorantes, vagos, fiestieros…cuando aquí lo que más gusta es las fiestas del prao y en algunos pueblos están en una fiesta continua.
Una de las cosas curiosas también es que cuando dices que eres de Málaga, los primeros comentarios de tu intelocutor es hablarte del equipo de futbol de la ciudad, y de su compra por un jeque árabe. Pasa en todo el país, pero aquí el tema del futbol es el gran monotema, está en todas las conversaciones, todos los días, cada día y a todas horas en el trabajo, en en la calle, en el bar…el futbol y Fernando Alonso. Intentas sacar otro tema de conversación y te dicen: «Y eso que yé hoó?». A ver tío, que no te estoy hablando de neutrinos, física cuántica o boscón de hidds…
En términos generales -que nadie se me enfade ni se siente ofendido- la mayoría de la sociedad asturiana tiene una mentalidad cerrada, garrula, infantil. Es bastante logico por otra parte ya que la mayoría de la población el único mundo que ha visto ha sido sus vacas y sus praos, no han viajado y les ha faltado horizontes más amplios. Lo que en otros lugares del país se ve como normal, aquí se ve como algo raro, insólito o extravagantes. Tengo pruebas y muchas anecdotas que contar.
Asturias históricamente ha sido una sociedad aislada y cerrada; no sólo fue por la leyenda del mítico Pelayo, que, según dicen, plantó cara y mantuvo a raya a los musulmanes, aunque esos hechos históricos no estan objetivamente claros. Los grandes murallones y desfiladeros de Picos de Europa, y las montañas de la Cordillera Cantábrica han hecho de barrera natural que impidieron verse «contaminada» por otras culturas, no sólo la árabe. De ahí creo yo que parte mucho de su atraso.
Y el tema del futbot no es sólo excesivo en las conversaciones, también el dominio del fútbol es absoluto en los medios. Cada año se retransmiten más partidos, y ocupa más minutos de telediario y más páginas de periódico.Todo el año, cada día, día tras días, a todas horas. Cuando no es la liga es la copa, cuando no el mundial el europeo, la fase de clasificación, la pretemporada, los amistosos, el mercado de fichajes, entrenamienotos, ruedas de prensa…la de dios. Constantemente se cambia la programación de las radios y las televisiones para emitir algún partido o carruseles deportivos.
No suelo ver mucha televisión, de hecho ahora sólo tengo memorizado a 2 de TVE. Empezé borrando Tele5 y Antena3 por la telebasura, para después con la llegada de la TDT, todas las demás. Pero después del mundial de 2010, y en Agosto de ese año aún tenía sintonizada la TPA, la autonomica de Asturias, que echaban reposiciones de cine clásico de calidad que tanto me gustan. Agosto es una mes vacacional que entre otras cosas se puede descansar del omnipresente futbol en todos lados. Pero hete aquí que había unos partidos amistosos y la TPA cancela la programación habitual para emitir partidos de futbol, pero no por una cadena y la otra dejarla la progarmación habitual sino ¡¡FUTBOL POR LAS DOS CADENAS¡¡¡
Creo que fué a principios de 2011, en el programa Asuntos Propios de Tony Garrido en RNE. Hicieron una encuesta a través de llamadas al contestador, email, facebook y twiter del programa para que la gente votara qué le gustaría que no se hablara en el mismo durante un mes. El primer puesto fue para el futbol; en segunda posición que no se hablara ni de de Zapatero ni de Rajoy, a cual más bobo y sus absurdas peleas infantiles, «y tú mas».
Sinceramente no sé qué tiene que ver tu opinión sobre Asturias con este artículo sobre Croacia. Entiendo que quieras hacer hincapié en el tema de que el fútbol gana con mucho a la cultura, pero tachar a la sociedad asturiana de «mentalidad cerrada, garrula, infantil» haciendo una generalización que siempre es mala me hace preguntarme si tu comentario es fruto de tus frustraciones o bien es que he cometido el error de alimentar al troll….
Respecto al artículo, me falta uno de los croatas más famosos: Tito!
Mi admiración hacia Nikola Tesla es infinita, pero he de reconocer que cuando vi que el tema del artículo era Croacia, entré para ver que se decía sobre Drazen Petrovic. Y eso, antes de los recortes en educación.
Un saludo
Pingback: Una anti-guía de Croacia
La que pone el autor es, sin duda, la mejor manera de usar una corbata que me he encontrado nunca…
Bastante de acuerdo, desde luego es una manera interesante.
Los JJOO de Bcn 92 fueron la unica competicion que Petrovic jugo con Croacia…
Hola, Arcimboldo.
Ojalá hubiera sido así. El accidente mortal de Petrovic ocurrió cuando volvía en coche de jugar el pre-Europeo del 93 con la selección de Croacia.
Saludos.
Con el título y la explicación inicial se crean unas expectativas que no se cumplen, pero teniendo en cuenta que la lectura me pilla en Zagreb y con Zadar, Split y Dubrovnic esperando me ha gutado el artículo.
Yo estuve en Zagreb el año pasado.Estuve en el museo de Petrovic y vale la pena para los mitómanos.Lo disfruté.Eso si,los soveniurs no valen nada.Pillé una camiseta de Croacia por no hacerle el feo a la chica que trabajaba allí y a la que le estuve tirando la caña…
Y sí,en Croacia el deporte rey es el fútbol.El basket no vive buenos tiempos allí.
De un enamorado de la tierra croata, me tomo la libertad de dejar el post de mi visita al Museo Drazen Petrovic de Zagreb. Puro baloncesto.
http://elblogdeuntipocualquiera.blogspot.com.es/2011/06/hace-unos-dias-se-cumplio-el.html?m=0
Me preocupa que esto sea lo que el autor querría encontrar en una antiguía. Artículo superficial y flojo.
Por aclarar el detalle de la accesibilidad, se pone una rampa al 6% en el portal de una calle al 18% porque una persona en silla de ruedas llega por la calle a ese portal en… coche!
Yo también he hablado con croatas y australianos en inglés, y no puedo estar más de acuerdo. Aunque mi amigo croata habla español, siempre hablamos en inglés; y aunque mi amigo australiano y yo hablamos inglés, nunca conseguimos terminar una conversación del tirón sin aclaraciones lingüísticas. Me ha gustado mucho el artículo :)
Cuando queráis un artículo de Croacia por un español que conoce bien el país y, sobre todo, sus gentes y cultura estaré encantado en escribirlo para vosotros. Éste no está mal, pero se puede mejorar bastante.